¿Qué pinta un humanista en plena revolución digital? En un mundo donde todo se reduce a la computación de ceros y unos, a algoritmos, sensores, aluviones de datos, robots, procesos automatizados, ¿dónde queda espacio para los analógicos saberes en torno al ser humano? Es una pregunta que preocupa y que circula en el mundo de la Humanidades, mientras vamos viendo cómo se van recortando a buen ritmo este tipo de materias en institutos y universidades.

Ya sabemos con certeza que los trabajos del futuro serán mayormente tecnológicos: muchos de los que existirán dentro en una década aún no podemos ni imaginarlos. Según la Comisión Europea en 2020 quedarán desiertos más de 750.000 empleos en áreas cientifico-técnicas (paradójicamente, también existe escasez de vocaciones científicas). Pero en este panorama hipertecnológico los humanistas todavía pueden jugar varios papeles. El más obvio: aprovechar los avances digitales para sus propias disciplinas, en lo que se han llamado las Humanidades Digitales. Pero no solo eso: también colaborar al propio desarrollo tecnológico (como colabora la filosofía o la psicología en el desarrollo de la Inteligencia Artificial) o, sobre todo, crear un marco de sentido para lo que se nos viene encima. Para poner unos límites a la Revolución Tecnológica que la hagan compatible con el ser humano tal y como lo conocemos. Si es que tal cosa es posible.

Colaborando con la tecnología

Aunque a primera vista pudiera no parecerlo, el desarrollo de la tecnología ha estado y está fuertemente imbricado con ciertas ramas de las Humanidades, sobre todo las más filosóficas. “Muchos de los desarrollos tecnológicos han salido primero de la mente de los filósofos para luego ser desarrollados por ingenieros”, afirma el filósofo de la ciencia y la tecnología David Casacuberta, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Hoy en día esa imbricación continúa. “Hay diversos aspectos de la tecnología que se tocan con cuestiones éticas”, explica Casacuberta. Pone como ejemplo el comportamiento de los coches autónomos, que funcionan sin conductor y que tendrán que decidir cómo actuar en diferentes casos, si dada la posibilidad de un choque tiene optar por salvar a las personas o al coche más caro, etc. O en sistemas que decidan a quién dar un préstamo bancario y a quién denegárselo. Con la llegada de las superinteligencias que pueden llegar a competir e incluso superar a la humana, los protocolos éticos serán indispensables. Al fin y al cabo las Leyes de la Robótica de Isaac Asimov, que prohíben a los robots dañar a los humanos por acción u omisión, no son más que uno de estos protocolos.

Alan Turing, cuyo famoso test está impregnado de contexto filosófico.
Alan Turing, cuyo famoso test está impregnado de contexto filosófico.

En un futuro el manejo de la tecnología se habrá simplificado tanto que, según algunos expertos, los perfiles más técnicos, como los de los programadores, serán menos necesarios y emergerán otros de carácter más humanístico. “Con los avances que está habiendo en inteligencia artificial las herramientas van a ser cada vez más sencillas de manejar a un nivel técnico y probablemente lo que se necesite entonces sea gente que sepa hacer las preguntas pertinentes, como psicólogos o filósofos”, concluye Juan Antonio Torrero, responsable de big data de Orange España.

La relación entre el desarrollo de la inteligencia artificial y la filosofía, la lingüística o la psicología es evidente. Por ejemplo, el célebre filósofo estadounidense Daniel Dennett ha trabajado extensamente en este ámbito. “Los filósofos han soñado con la inteligencia artificial durante siglos”, escribe en uno de sus artículos, “Hobbes y Leibniz, en formas muy diferentes, intentaron explorar la idea de romper la mente en pequeñas operaciones mecánicas. Descartes incluso anticipó el test de Turing (un experimento ideado por Alan Turing para verificar si existe inteligencia artificial)”. Otro notable filósofo implicado en temas como inteligencia artificial y singularidad tecnológica es Nick Bostrom, director del Instituto para el Futuro de la Humanidad de Oxford. Ante el posible surgimiento de una superinteligencia artificial: “Lo mejor que podemos hacer ahora mismo es impulsar y financiar el pequeño pero pujante campo de investigación que se dedica a analizar el problema de controlar los riesgos futuros de la superinteligencia”, escribió en la revista Edge, “será muy importante contar con las mentes más brillantes, de tal manera que estemos preparados para afrontar este desafío a tiempo”.

Tomando las riendas del caballo digital desbocado

Ciencias vs. Humanidades

S. C. F.

La brecha entre las ciencias y humanidades, establecida desde la educación como una línea roja (que para muchos es preciso saltar) ha generado frecuentes fricciones. Si ahora las Humanidades se sienten amenazadas por el rampante desarrollo tecnológico, también han sido frecuentes las quejas desde el lado científico por el desinterés de los humanistas en sus disciplinas, excluidas con frecuencia de lo que generalmente llamamos cultura: se considera de incultos no conocer El Quijote pero muy normal no saber enunciar el Segundo Principio de la Termodinámica, que vertebra nuestro Universo.

Sobre esta brecha lanzó su crítica el físico y novelista británico C.P. Snow en su célebre conferencia de 1959, titulada Las dos culturas. Allí abogaba por traspasar las fronteras y trabajar de manera multidisciplinar para afrontar los problemas a los que se enfrenta la Humanidad. Más recientemente, el empresario y editor de la revista John Brockman acuñó el término de Tercera Cultura, que trata de unir y superar las dos anteriores. Entre los nombres que se relacionan con este movimiento están el científico cognitivo Steven Pinker, el biólogo Richard Dawkins, el filósofo Daniel Dennett, el astrofísico Martin Rees, el físico Alan Guth o la bióloga Lynn Margulis, que vendrían a ocupar, desde las ciencias naturales, el papel del intelectual tradicional. Como se ve no abundan los humanistas.

El brutal desarrollo tecnológico sin control puede suponer una apisonadora que arrolle nuestras vidas y hasta nuestra propia naturaleza. Conviene pensar sobre ello, como hacen algunos humanistas. “Con la actual fascinación por la tecnología da la impresión de que todo se puede reducir a átomos y bits”, dice el sociólogo Francesc Núñez Mosteo, director del máster de Humanidades de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), “hay que superar ese materialismo y entender que el ser humano no es solamente eso, sino también espiritualidad, política, moral, ética”. El sociólogo señala la necesidad de promover, más allá de lo científico-técnico, capacidades como el espíritu crítico o la capacidad de juicio que, en su opinión, nacen de las Humanidades. “La tecnología ha ampliado mucho nuestra capacidad de acción y necesitamos criterios para movernos en esos nuevos espacios”, apunta.

Desde algunas posturas cientifistas cualquier avance científico y tecnológico es bueno, pero esa no es una postura universalmente compartida. “Una parte de la tecnociencia ha venido a ponerse al frente de aquello que en el futuro tendrá que ser la vida humana”, explica la filósofa Marina Garcés, profesora de la Universidad de Zaragoza y directora del Aula Oberta del Institut d’Humanitats, en la que se debate sobre temas como estos. “Esa parte quiere monopolizar lo que consideramos la vida buena: una educación digitalizada, un buen envejecimiento gracias a los avances tecnológicos, etc”. Para evitar este monopolio de estos sectores tecnocientíficos Garcés apoya la idea de fundar una nueva alianza entre las ciencias y las humanidades, una alianza para repensar qué es lo que esperamos de desarrollo tecnológico, en qué nos queremos convertir: “Si solo vemos las funciones y no vemos el marco, somos esclavos de ese marco”.

Humanidades Digitales

La tecnología y las Humanidades se mezclan de una forma mucho más cotidiana habitualmente. El concepto de Humanidades Digitales se refiere a la utilización de las diversas herramientas tecnológicas en el ámbito de las Humanidades, ya sea en la docencia, la creación o la investigación. A día de hoy el impacto de la tecnología se observa en las bibliotecas digitalizadas, en las bases de datos, en los materiales digitales para la docencia o en los campus virtuales de las universidades. “La humanidades, casi en un ejercicio de ventriloquía, pueden utilizar la tecnología para mostrar que todavía es importante lo que tienen que decir”, opina Laura Borràs, directora del Máster de Literatura en la Era Digital de la Universidad de Barcelona.

La tecnología no solo ejerce de herramienta facilitadora, sino que también modula el contenido humanístico. “No es lo mismo la literatura digitalizada, que simplemente se ha pasado a un formato tecnológico, que la literatura digital que utiliza todos los recursos y que sin la tecnología pierde parte de su esencia”, explica Borràs. Así los textos de literatura digital incluyen imágenes, sonidos, hipervínculos o son animados al contacto con el dedo o el ratón, creando nuevas experiencias literarias difícilmente traducibles al papel. El escritor Michael Joyce, pionero de este tipo de literatura, creó obras cuyos fragmentos estaban relacionados mediante links, cosa normal al navegar por la web, pero que abre nuevas dimensiones en la literatura. La poesía digital, en las que las palabras se mueven, se modifican o forman sucesivas figuras, puede cumplir en esta era el papel de los viejos caligramas de Apollinaire. Y en cualquier iPad se pueden descargar coloridas versiones de los cuentos de terror de Lovecraft o de Poe que incluyen animaciones, interacción con el lector o efectos de sonido, que pueden ser muy del gusto de las nuevas generaciones de lectores.

Tango, el proyecto de Realidad Aumentada de Google, y su aplicación en museos.

No solo literatura: las Humanidades Digitales abarcan multitud de disciplinas, como la geografía, la historia del arte, o la arqueología. El arqueólogo Joan Anton Barceló, profesor titular de Prehistoria en la Universidad Autónoma de Barcelona, utiliza de manera cotidiana tecnología avanzada en su tarea. Los escáneres 3D, sistemas de tomografía computerizada, teledetección satelital, etc, le proporcionan una gran cantidad de datos numéricos. “En una excavación arqueológica puede haber cinco pentabytes de información o incluso más» comenta el investigador. Para presentar todos esos datos al público aprovecha la naturaleza digital de la información para montar museos virtuales con todo tipo de información añadida. Todo esto cambia radicalmente la manera en cómo las nuevas generaciones se aproximarán al estudio del pasado y tratarán de predecir el futuro.

Día Mundial del Bienestar Mental para Adolescentes.

Cada 2 de marzo se celebra el Día Mundial del Bienestar Mental de los Adolescentes, con la finalidad de sensibilizar a la población acerca de los problemas de salud mental que afrontan los adolescentes, así como desestigmatizar este tipo de trastornos y ofrecerles apoyo.

Origen de este día mundial

La creación del Día Mundial del Bienestar Mental para Adolescentes en el año 2020 ha sido gracias a la iniciativa de The Hollister Confidence Project, con la finalidad de observar el bienestar mental de los adolescentes. Se fijó como fecha de celebración de esta efeméride el día 2 de marzo de cada año.

¿Qué es Proyecto de Confianza de Hollister?

El Proyecto de Confianza de Hollister es una iniciativa impulsada por personas que se dedican a ayudar a los adolescentes de todo el mundo a sentirse más seguros y capaces.

Cuenta con el apoyo de The Hollister Confidence Fund, una organización que otorga subvenciones a grupos sin fines de lucro, con proyectos vinculados con las siguientes áreas:

  • Salud mental de adolescentes.
  • Equidad para jóvenes negros, indígenas y personas de color (BIPOC).
  • Inclusión para jóvenes LGBTQ.
  • Detención del acoso escolar.

Trastornos de salud mental más comunes en adolescentes

La adolescencia es una etapa del desarrollo humano fundamental para la formación de hábitos sociales y emocionales que impactan en el bienestar mental del individuo.

Al respecto, diversos estudios y estadísticas sostienen que uno de cada cinco adolescentes presenta una afección de salud mental.

Algunos de los trastornos de salud mental más comunes en los adolescentes son los siguientes:

  • Ansiedad.
  • Alteración del estado de ánimo.
  • Déficit de atención y otros trastornos del comportamiento.
  • Trastornos de la alimentación (anorexia, bulimia).
  • Suicidio.
  • Depresión.
  • Psicosis.
  • Conductas de riesgo: consumo de sustancias estupefacientes, prácticas sexuales de riesgo.
  • Comportamientos de autolesión: cortarse o quemarse la piel.

Es de vital importancia diseñar y aplicar estrategias de apoyo de salud mental dirigidas a los adolescentes, mediante la aplicación de diversos recursos que beneficien su bienestar psicológico y que impacten de manera positiva en sus vidas, a través del aprendizaje socioemocional.

Filmografía sobre la salud mental en la adolescencia

A continuación mencionamos algunos títulos de películas, relacionados con el bienestar mental en los adolescentes:

  • Las Ventajas de ser un Marginado (Estados Unidos. Director: Stephen Chbosky. Año 2012): un joven tímido y marginado escribe varias cartas a una persona desconocida en las que aborda situaciones como la amistad y los conflictos familiares. Deberá aprender a afrontar dificultades, para encajar y sentirse bien consigo mismo.
  • Elephant (Estados Unidos. Director: Gus Van Sant. Año 2003): película basada en hechos reales, que refleja el atentado efectuado por dos adolescentes en el Instituto Columbine.
  • Inocencia Interrumpida (Estados Unidos. Director: James Mangold. Año 1999): una joven con trastorno de la personalidad ha sido ingresada al Hospital Claymoore. Allí conoce a un grupo de chicas inadaptadas que la ayudarán a encontrarse a sí misma.
  • Un Mundo a su Medida (Estados Unidos. Director: Peter Chelsom. Año 1998): dos adolescentes que son discriminados por la sociedad se unen, iniciando una entrañable amistad.

FUENTE:; https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-mundial-bienestar-mental-adolescentes

Esta red social de vídeos no sólo funciona para hacer coreografías y retos; también puede convertirse en una herramienta ideal para aprender. Así lo demuestran muchos docentes, que han creado sus propias cuentas desde las que ayudan a los estudiantes de todas las edades a aprender o repasar asignaturas y conceptos.

La popularidad de TikTok se ha multiplicado en las últimas semanas, hasta el punto de que se considera la red social de moda. Y aunque se ha hablado mucho los riesgos que pueden existir para los menores de edad, con un uso responsable también puede resultar de gran utilidad: cuenta con numerosos contenidos educativos idóneos para repasar asignaturas y aprender. 

Acceder a estas clases virtuales es muy sencillo: seguir a las cuentas que seleccionamos a continuación o entrar en el hashtag #Edutok propuesto por TikTok con el objetivo de fomentar el aprendizaje y la educación.

Cuentas educativas TikTok

Aprender matemáticas

Detrás de esta cuenta se encuentra Carlos Maxi, profesor de Matemáticas que cuenta con más de 100.000 seguidores ¡Algunos de sus vídeos se han viralizado! Acompañado de un rotulador y una pizarra, explica y desarrolla operaciones como las ecuaciones, los polinomios, las potencias, la regla de 3… Además, propone ejercicios que posteriormente resuelve. 

Blog de lengua 

Reúne más de 100 vídeos basados en la ortografía, los signos de acentuación, los pronombres, algunas curiosidades o expresiones utilizadas en la Lengua Castellana. Por un lado, destaca porque tiene contenidos que explican el significado de palabras mediante ejemplos; y por otro, porque enseña las traducciones al español de nombres de artistas como Shawn Mendes o personajes ficticios como Harry Potter.

Geografía 

Andrés Carrión es tiktoker y profesor de Geografía e Historia. Plantea hipótesis sobre qué pasaría si ocurrieran catástrofes naturales, por ejemplo, en Canarias o la Península Ibérica. Complementa sus explicaciones con emoticonos para relatar y ampliar información sobre la disciplina y, además, detalla las características del espacio geográfico y sus elementos naturales. 

Historia con el profesor inquieto

El humor, los filtros, la música y los textos van de la mano de Juan Jesús, profesor de Historia y creador de este perfil. Desde la Primera Guerra Mundial y la Edad Media hasta el Imperio Romano o el movimiento urbano, su contenido va dirigido a estudiantes de Educación Secundaria y Bachillerato. Incluye también temario de Historia del Arte. 

Let’s speak english 

¿Cómo se dice ‘creo que sí’? ¿Qué significa ‘hella’? Las respuestas para todas las dudas sobre vocabulario, pronunciación o gramática en inglés se pueden encontrar aquí. Este profesor de inglés nativo vive en Santander y tiene más de 1 millón de seguidores en la red social. Responde a las cuestiones que le plantean sus alumnos virtuales y corrige los fallos más frecuentes. 

Fuente: Educación 3.0

Los corazones rotos en la adolescencia aportan la experiencia del amor romántico que los jóvenes necesitarán para tener relaciones sanas y satisfactorias de pareja cuando sean adultos. Para un adolescente, los primeros desengaños amorosos se pueden convertir en todo un mundo y el apoyo de sus padres les puede ayudar a gestionar la situación emocional que se desencadena con las experiencias del desamor. “Los adolescentes adquieren un aprendizaje profundo cuando hacen sus primeros pinitos en las relaciones amorosas y también cuando sufren desengaños, ya que las primeras relaciones se caracterizan por un fuerte componente idealizador que va a ir modulándose a lo largo de la vida hasta encontrar una elección de pareja más ajustada y satisfactoria”, explica Gonzalo De Casso, psicólogo del Centro Nudos.

El papel de los padres

Una de las claves para ayudar a los hijos adolescentes en sus amores y desamores es que acepten que este “tiene su propia vida y toma sus propias decisiones, en las que, a veces, se equivoca y no se da cuenta hasta que no lo experimenta por sí mismo, como les ha pasado a los propios padres a lo largo de su vida. Es conveniente que los progenitores den su opinión y ofrezcan su experiencia, pero sin un excesivo intervencionismo y evitando tapar la herida antes de que se produzca para que nuestro hijo no se sienta incapaz y frustrado”, comenta De Casso.javascript:false

Los padres de un adolescente que vive una situación de desamor “pueden aportar cierta sensatez para ayudar a que su hijo tome cierta perspectiva y que a esas emociones tan intensas les acompañe cierta elaboración que le ayude a tomar precauciones en pleno apogeo amoroso y a relativizar la situación del hundimiento del primer amor. El objetivo, como en todos los duelos, es que nuestro hijo elabore la pérdida pasando por diferentes fases, como negación, rabia y tristeza, para, finalmente, aceptar la pérdida y renovar su deseo hacia nuevos encuentros amorosos. El duelo adolescente en el amor no tiene que ser tan prolongado como el de los adultos y si vemos que persiste más de seis meses podemos plantearnos ofrecer una ayuda psicológica a nuestro hijo”, añade el psicólogo.

El enamoramiento, todo un reto para el corazón del adolescente

Enamorarse es una experiencia potente y “la adolescencia es la etapa de las emociones, vivencias y creencias intensas. Es típico el pensamiento en blanco y negro; las convicciones absolutas, las amistades eternas y los amores con total entrega; dramáticos y apasionados. Las vivencias de desamor, desengaños; los corazones rotos se viven de la misma manera. Todo tiende al dramatismo; todo es importante. Al adolescente se le hace difícil relativizar y no tiene la experiencia suficiente como para saber en carne propia que todo pasa y se puede superar”, comenta Tristana Suárez, psicóloga y terapeuta Gestalt.

El enamoramiento es un deporte de riesgo porque “supone una gran exposición; el corazón se abre al amor y al mismo tiempo al dolor. No es algo que se pueda controlar a voluntad. La tendencia a la idealización del otro es notable, casi se puede decir que nos inventamos a la otra persona como necesitamos que sea. En realidad, el enamoramiento es más una proyección de las propias necesidades que un encuentro real entre dos personas. Por ello, cuando acaba es tan doloroso, porque se cae desde muy alto y las carencias propias vuelven a quedar en el vacío”, explica Suárez.

El rechazo amoroso para un adolescente supone “el paso de la relación con el grupo a un nivel mayor de intimidad y compromiso, lo cual requiere un mínimo de madurez y también de fuerza. Se comprueba la capacidad para seducir y gustar, pero también queda más expuesto que nunca al rechazo y al potencial abandono. Cuando esto ocurre y el enamorado no es correspondido, se reabren heridas de la infancia, se confirman temores sobre el propio valor y pueden aparecer sentimientos de vergüenza, culpa o miedo”, añade Tristana Suárez.

El duelo por la pérdida de un amor en los jóvenes y cómo ayudarles

Hay muchos tipos de duelo en la vida y el desamor es uno de ellos. “El adolescente va atravesando las etapas de la pérdida y asumiéndola poco a poco. Por eso es tan difícil ayudar desde afuera. Muchas veces, solo nos queda el papel de acompañantes del camino. Escuchar sin juicios ni consejos, compartir nuestras propias vivencias sobre el asunto, estar disponibles y receptivos, pero sin invadir, servir de hombro para los llantos y las rumiaciones, porque se le dan una y mil vueltas a las mismas situaciones o ver películas y leer libros sobre desamores que sirvan para el desahogo y la conversación. El corazón roto se va curando con tiempo y cariño. Los amigos se vuelven fundamentales, los apoyos sirven para ir soltando y despidiendo lo que no pudo ser y para abrir la mirada hacia lo siguiente que pueda venir”, concluye la psicóloga Tristana Suárez.

Fuente: Carolina Pinedo. El País.

“Esta Nabidad compra libros o si no acavarán escribiendo asin”. Esta es la frase que cierra la cruzada personal del escritor Sergio Sola contra las faltas de ortografía, materializada en un vídeo que se ha hecho viral durante las últimas semanas y cuyo objetivo es que los más pequeños aprendan a escribir correctamente mediante el hábito de la lectura.

Recientemente, también hemos sido testigos del lanzamiento de La tabla periódica de la ortografía, una creación del lingüista Juan Romeu que puede resultar muy útil para resolver rápidamente dudas concretas sobre la lengua española y para que los niños consulten y retengan algunas de sus principales normas de una forma divertida. Pero, además, gracias a las aplicaciones móviles, nuestros teléfonos y tabletas pueden convertirse en cuadernos digitales para aprender y reforzar la ortografía desde los primeros palotes. Todo de manera lúdica e incluso con propuestas para usuarios de cualquier edad. Estas son algunas de las apps que ayudan a escribir correctamente.

iCuadernos by Rubio, la preescritura

Desde la década de 1950, son ya varias generaciones las que han aprendido a escribir con los cuadernillos de Rubio, que han sabido reinventarse en formato app para dispositivos iOS y Android. Lo cierto es que en estas versiones digitales hay una mayor oferta de ejercicios matemáticos, pero también es posible encontrar cuadernos de Educación Infantil que proponen actividades de preescritura pensadas para facilitar la soltura manual y el desarrollo motriz de los niños, algo previo al aprendizaje de la escritura. Además, Rubio cuenta con otros cuadernos de iniciación a la escritura para niños de más de tres años centrados en el reconocimiento de las letras mayúsculas y minúsculas.

Gracias a las aplicaciones móviles, nuestros teléfonos y tabletas pueden convertirse en cuadernos digitales para aprender y reforzar la ortografía desde los primeros palotes

Con el fin de evitar disgustos, las compras de los iCuadernos están protegidas mediante control parental y cada nuevo cuaderno cuesta 100 rubis, la moneda propia de Rubio. Para entendernos, primero es necesario adquirir rubis y después canjearlos por cuadernos, según estas correspondencias: 0,99 euros son 100 rubis; 1,99 euros son 200 rubis; 8,99 euros son 1.000 rubis; y 16,99 euros son 2.000 rubis. Antes de comprar, la app permite crear hasta tres perfiles de usuario con los que se puede acceder a una muestra de los ejercicios que contienen los cuadernos, disponibles en español, catalán e inglés. Después, a medida que los niños van superando ejercicios, se les motiva con la obtención de premios en forma de medallas digitales.

Pupitre, la apuesta de Santillana

Otra de las decanas en el mundo de la educación que también se ha adaptado a los nuevos tiempos para enseñar a escribir a los más pequeños es Santillana, que en 2012 lanzó Pupitre, una aplicación pensada para iPad y tabletas Android, si bien es cierto que la oferta de Lengua se limita al sistema operativo de Apple. En concreto, para estos dispositivos existen cuadernos con actividades de escritura para niños de 6 a 8 años, así como cuadernos de vacaciones para Educación Infantil y niños de hasta 8 años que incluyen fichas con ejercicios sobre la composición de las palabras o las normas de acentuación, entre otros. El funcionamiento es muy similar al de los iCuadernos de Rubio, pero sin moneda propia de por medio, de tal forma que cada cuaderno cuesta 0,99 euros, mientras que cada cuaderno de vacaciones tiene un precio de 3,99 euros.

Pupitre da la posibilidad de crear hasta cuatro perfiles distintos y también se basa en un sistema de recompensas acorde a la edad de cada usuario, con el fin de favorecer la curiosidad del niño y su interés por seguir aprendiendo.

Palabra correcta, para aprender mientras juegas

Con un diseño muy sencillo, esta aplicación gratuita para iOS y Android pone a prueba los conocimientos de gramática y ortografía de usuarios de todas las edades a través de distintos juegos. Entre ellos destaca el llamado Gramática (modo clásico), que viene a ser un test en el que hay que elegir, antes de que se agote el tiempo, la palabra exacta que completa los espacios en blanco de una frase. En caso de fallo, la app no sólo muestra la opción correcta, sino que además explica por qué con ejemplos adicionales.

Otras de las posibilidades de juego de Palabra correcta que ayudan a ampliar vocabulario son Arma Palabra, donde hay que ordenar letras para formar el vocablo descrito en una definición; Diccionario, cuyo reto es escoger la opción correcta entre distintas palabras que pueden corresponderse con una definición; y Sinónimos y Antónimos. Es posible batirse en duelo con otros usuarios mediante la opción multijugador o bien retarse a uno mismo.

Los Cazafaltas, el gran juego de la ortografía

Desarrollada por la editorial Planeta, esta app gratuita es un juego para iOS inspirado en el tablero del popular Juego de la Oca. Lo curioso es que para avanzar de casilla en casilla y llegar a la meta es necesario resolver las dudas ortográficas que se plantean en la pantalla del iPhone o el iPad. Con el fin de facilitar la tarea, en todo momento es posible acceder desde un botón a las reglas de la ortografía española, en las que se encuentran las respuestas a todas las preguntas de Los Cazafaltas.

Las partidas se desarrollan por turnos entre dos rivales, aunque cuenta con un modo para un solo jugador. En el primer caso, una vez finalizado el enfrentamiento se actualizan los datos del perfil de cada usuario, de tal modo que se puede acceder a un histórico con estadísticas y comprobar la evolución. Sin embargo, cuando se juega contra uno mismo la partida no queda registrada ni se acumulan los puntos conseguidos, aunque es un buen método de entrenamiento y una forma divertida de seguir aprendiendo ortografía.

http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2017/01/10/actualidad/1484045185_703072.html?id_externo_rsoc=FB_CM

Todas las madres, padres y abuelos creen que sus hijos y nietos son muy inteligentes, pero lo cierto es que no todos los niños poseen altas capacidades (AACC), por mucho que sus familiares crean que sí. La ciencia los define como “aquellos que muestran una gran capacidad de aprendizaje y curiosidad; que se interesan por aprender y entender; que preguntan; que tienen la capacidad para resolver problemas y que son capaces de hacer deducciones y de cuestionarse”, explica Olga Carmona, psicóloga de Ceibe especializada en el diagnóstico y atención a estos niños. La OMS considera que un 2% de la población es superdotada. Mientras, los niños inteligentes son “los interesados en multitud de cuestiones y que necesitan entender los cómos y los porqués de las cosas”, diferencia.

La inteligencia no es un concepto abstracto ni que se aplique a una sola capacidad, sino a muchas, de hecho, la ciencia ha ido ampliando el concepto hacia otros más diversos donde no existe uno, sino múltiples tipos. Así, hoy podemos hablar de las inteligencias múltiples propuestas por Howard Gardner, premio Príncipe de Asturias a las Ciencias Sociales, y que plantea nueve diferentes: lingüística, lógico-matemática, corporal-kinestésica, espacial, musical, interpersonal, intrapersonal, naturalista y existencial. Otras posibles clasificaciones hablan de inteligencia emocional, cognitiva, social, y biológica. “Todos están de acuerdo en que no es una capacidad fija e inamovible, sino que nacemos con un potencial determinado genéticamente que luego se verá potenciado o disminuido en función del ambiente social y familiar”, explica Carmona.

¿Cuáles son las señales de que un niño tiene altas capacidades?

Un gran error, bastante generalizado, es creer que es lo mismo ser inteligente que tener altas capacidades. Todos los que las tienen son muy inteligentes, pero no todos los muy inteligentes las poseen. «La diferencia radica en el coeficiente intelectual, que en el caso de los superdotados debe ser igual o superior a 130 en la Escala Wechsler. También difieren en la creatividad. Además, el niño con altas capacidades tiene unas características de personalidad muy concretas y comunes a todos ellos en mayor o menor medida”, dice Carmona.

Tienen una memoria prodigiosa, suelen aprender a leer y a escribir de forma autodidacta. Son extremadamente distraídos y aparentemente caóticos en las rutinas y tareas cotidianas”

Es arriesgado hacer un listado aislado de tales características, explica, porque siempre quedarán fuera niños con altas capacidades que no las cumplen al 100%, pero rasgos comunes son que “suelen ser bebés extraordinariamente demandantes y se sobreestimulan con facilidad; muy hábiles a nivel psicomotriz, levantan la cabeza y fijan la mirada antes del mes de vida y dicen sus primeras palabras con sentido hacia los cinco o seis meses. Además, son niños muy intensos emocionalmente, muy extremos en su expresión emocional, con muy baja tolerancia a la frustración y muestran una gran capacidad empática a edades muy tempranas. Tienen un gran sentido de la justicia y la equidad. Además, son niños cuestionadores y desafían la autoridad. Suelen tener algún tipo de hipersensibilidad sensorial, es decir, alguno de los sentidos o todos muy aumentados”, añade. “Sin olvidar que se interesan por cuestiones poco infantiles, como la muerte o la existencia. Tienen una memoria prodigiosa, aprenden a leer y a escribir de forma autodidacta. Son extremadamente distraídos y aparentemente caóticos en las rutinas y tareas cotidianas”.

¿Qué hago si sospecho que mi hijo tiene altas capacidades?

Si sospechas que tu hijo tiene altas capacidades, lo adecuado es acudir a un psicólogo especializado en detección e intervención, ya que no cualquier profesional de la psicología lo está, o ponerse en contacto con alguna asociación de altas capacidades de tu comunidad autónoma para que te oriente.

Desde hace poco, también se puede hacer a través del médico de familia de la Seguridad Social, al menos en Madrid, pero con una gran lista de espera.

Una vez detectado, hay que ponerlo en conocimiento del centro escolar, que a través de los Servicios de Orientación de Zona, validará o no el diagnóstico. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, el informe de los profesionales privados no es vinculante, «aunque en mi experiencia ahorra mucho tiempo y es más fiable», explica Carmona.

«En definitiva, la alta capacidad es una manera diferente de entender y procesar la realidad. Es un funcionamiento neurológico distinto, con estructuras y funciones cerebrales que difieren de los niños normotípicos, por muy inteligentes que estos sean”, añade. Como en tantas otras cuestiones referidas a las inteligencias múltiples, hay infinidad de estereotipos que no se corresponden con la realidad, y muchas personas desconocen aspectos básicos”. Por ejemplo, explica Carmona, “muchos creen que son niños con notas excelentes, que no tienen dificultades de aprendizaje, que aprenden todo y de todo a la primera, que no necesitan apoyo”.

Al contrario, la psicóloga asegura que “permanentemente se confunde a los niños con altas capacidades con los que tienen Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) porque estos se aburren soberanamente en clases repetitivas y lentas. Lo que ocurre es que aprenden a mucha más velocidad que el resto y por lo tanto, lo normal es que se ausenten, que se inquieten, que molesten o, en el mejor de los casos, que protesten. No es que el niño no pueda atender, es que ya no hay nada que atender, no es que el niño no logre concentrarse, es que no hay motivación para ello», explica. “Es como si a un niño de cinco años le pones en un aula de guardería con los lactantes y le pides que se adapte al ritmo y necesidad de los de pañal. Obviamente, no puede y, además, no debe porque él no es el problema. El problema es un sistema que le da la espalda y que no valora el mejor de sus activos, porque está oxidado, obsoleto y lleno de prejuicios” concluye.

La familia es quien suele iniciar la detección y, posteriormente, es, o debería ser, el principal sostén y referente emocional del niño

“Generalmente, los padres son los primeros en detectar que su hijo es diferente, pero no se atreven a consultar por miedo a lo que van a pensar de ellos, es decir, atrapados por un sentido de falsa modestia no consultan y dejan al niño sin diagnosticar. Los padres suelen darse cuenta desde que su hijo nace de que su evolución es diferente, sus gustos, sus manías, su conducta. Es común que los padres interpreten como una manía que le moleste determinada ropa o tejido, que no quiera pisar la arena de la playa, que detecte olores que nadie detecta y le produzcan rechazo, que parezca sordo muchas veces o que parezca incansable y con energía siempre. Que se aburra con lo que otros niños disfrutan, que devore libros o legos o sudokus o que tenga miedos a estímulos que los adultos no entendemos”, explica Carmona.

Muy excepcionalmente es el centro escolar el que detecta al niño, pero es un porcentaje casi insignificante. Lo habitual es que el niño empiece a tener problemas por lo que los padres acuden a un psicólogo y si este es un profesional experimentado, sabrá verlo y hacer el diagnóstico correspondiente”, explica la experta.

El desarrollo de un niño superdotado

Es obvio que crecer en una familia donde los padres poseen un mayor interés por la cultura y el aprendizaje y que, además, tienen estudios y amplia formación, favorecerá el buen desarrollo de ese niño con altas capacidades. “Estas vienen determinadas genéticamente, pero para poder expresarse, explica Carmona, son necesarios estímulos ambientales y es aquí donde la familia tiene un peso determinante. Obviamente, hay excepciones donde a pesar de tener todo en contra y pertenecer a un grupo socioeconómico bajo, estos niños sobresalen de forma llamativa, pero siempre van a necesitar recursos que faciliten el desarrollo de ese potencial. La familia es quien suele iniciar la detección y, posteriormente es, o debería ser, el principal sostén y referente emocional del niño. La realidad puede llegar a ser extremadamente hostil para un niño superdotado y la familia tiene el papel de amortiguador. Es también el principal agente de estimulación, especialmente en los primeros años. En el caso de familias con un perfil cultural muy bajo, es altamente probable que se pierda el potencial y no llegue nunca a expresarse”.

Altas capacidades y fracaso escolar suelen ir de la mano. La falta de detección o de recursos para tratar a estos niños hace que terminen suspendiendo todas o casi todas las asignaturas. Es decir, que fracasen en el colegio. Carmona tiene claro que “las personas con altas capacidades se saben diferentes, aunque no tengan el diagnóstico, conocen su necesidad de canalizar un potencial que, de no serlo, se les vuelve en contra”. «Además», añade, “si de adultos trabajan en algo rutinario y desprovisto de reto y motivación, no se resignarán y serán profundamente infelices”.

Un sistema educativo poco preparado

¿Qué sucede cuando un niño con altas capacidades se enfrenta a un sistema educativo como el español que, quizás, no está del todo preparado para atenderlo? La psicóloga Olga Carmona lo tiene muy claro. Para ella, “poco o nada, ya que es una sociedad donde las altas capacidades permanecen todavía en un lugar oscurantista, donde serlo o decir que tu hijo lo es se percibe como un ejercicio de soberbia y de afán de superioridad”.

De hecho, agrega, los padres con hijos con alta capacidad aún lo ocultan socialmente y lo viven con confusión, «ya que la respuesta social es negativa y recelosa. El sistema educativo es el resultado de una sociedad que hace apología de la mediocridad, donde todo está orientado a la media, a lo estadísticamente normal, por lo que aquellos que se salgan del percentil 50 hacia arriba o hacia abajo están destinados a ser la minoría extraña y desatendida”. Si bien es cierto que hay una mayor sensibilidad hacia la integración social y escolar de los niños con dificultades por déficit, también es verdad que va en detrimento de los niños con necesidades especiales por exceso de potencial, por lo que muchos de ellos fracasarán académicamente. “Un niño con alta capacidad necesita atención diferenciada y así lo recoge la ley en nuestro país. Esto, en la realidad, no se cumple”, sostiene.

Carmona denuncia que “no hay ni sensibilidad ni recursos ni competencia profesional en los centros públicos ni en la mayoría de los privados para atender la demanda educativa que estos niños requieren. Quedan expuestos a la suerte de que su profesor sea alguien con vocación de servicio y quiera involucrarse con ellos”. En el caso de los padres, tampoco mejora mucho el panorama: “Requiere dedicar mucho tiempo, dinero y energía a buscar alternativas extraescolares que solo son un parche para paliar la verdadera necesidad, en aras de que sus hijos no se desmotiven y enfermen con trastornos de ansiedad, depresiones y problemas de conducta”.

¿Cuál sería el mejor sistema educativo para este tipo de niños?

«En líneas muy generales», sostiene Carmona, “sería un sistema lo menos normativo y rígido posible, que potencie y facilite la investigación, la iniciativa, la creatividad; un sistema radicalmente flexible que permita acelerar al niño si es lo que este necesita, que le impulse a llegar hasta donde quiera sin caer en la repetición, en la memorización, en la rigidez de metodologías y contenidos, y donde la educación emocional sea piedra angular sobre la que orbite todo lo demás, un lugar donde pueda convivir con otros niños con altas capacidades y puedan trabajar en grupo; un sistema capaz de observar la forma idiosincrática de aprender de cada niño y ofrecérselo en ese envase. La equidad en la escuela no consiste en dar a todos lo mismo, sino a cada uno lo que necesita o, al menos, no frenarlo”.

http://elpais.com/elpais/2016/07/18/mamas_papas/1468833218_804430.html?id_externo_rsoc=FB_CM

Cristina tiene 12 años. A diario piensa en el día de Reyes. Aunque con suerte, y la ayuda de su padre, igual sucede en una tarde de este verano. Cristina no tiene móvil y no lo tendrá hasta Reyes porque su madre así lo ha decidido. Solo tres compañeros más de su clase están en la misma situación. ¿Cómo lo resiste? ¿Acabará siendo la última?

La última de la clase en tener móvil

“Mis amigas tienen el móvil de mi madre y así nos comunicamos”, dice. Ni móvil ni redes sociales. Por supuesto, ni pensar en Instagram. Primero de secundaria y Cristina va y vuelve del cole sin necesidad de estar pegada a una pantalla. Ella se muestra resignada y comprensiva, quizás porque sabe que la fecha se acerca. Quizás también porque no quiere dejar mal a su progenitora ante la prensa.

“Entiendo un poco a mi madre, ella me dice que para todo hay que esperar un poco, que si cojo un teléfono me engancharé y que no miraré el mundo. La verdad es que no me siento apartada, pensaba que iba a ser peor”. Su padre es su mejor aliado y quien presiona en casa para que el aparato se entregue en verano. “Él sufre más cuando voy fuera y no puedo llamarlos”. La madre de Cristina es lo que se podría denominar madre resistente. “No creo que a esta edad les beneficie, y no están preparados para todo lo que puede hacer un móvil hoy en día. Yo le ofrecí un móvil, no un smartphone, solo para llamadas, pero no lo quiso. Además, no me considero del todo radical porque tiene Ipad en casa con el que se puede comunicar con las amigas si es necesario”, explica Pilar.

El mejor momento

En España uno de cada cuatro niños de 10 años tiene móvil, según una reciente encuesta del Instituto Nacional de Estadística. A la edad de Cristina, ya lo tienen el 75% de los chavales. John Hoffman es el principal responsable del Mobile World Congress, el congreso de telefonía móvil más importante del mundo. Pero, además, es padre de cuatro hijos de entre 26 y 12 años. Los mayores recibieron su primer móvil con 12 años; sin embargo, el pequeño contó con el aparato a los siete. “Depende del niño y de los padres. No es necesario que sea el primero de la clase, pero ser el último es realmente duro porque tienes mucha presión del entorno”, opina.

¿Cuándo es el mejor momento? Berta Saliner es psicóloga infantil y también madre. Como madre, opta por los 20 años. Y sonríe. Como experta explica: “Entre los 12 y los 14 años, junto con el inicio de la pubertad o adolescencia, se dan una serie de cambios neurofisiológicos que permitirán al niño ser capaz de iniciarse en la comprensión de las funciones de esa tecnología”.

“También es, en ese momento, cuando se despierta la necesidad psicológica más álgida de identificación y pertenencia de su grupo de iguales o de referencia… el cual se concentra y fomenta en gran parte hoy en día a través del móvil (chat, redes sociales, compartir fotos…)”, afirma. Su buen uso, añade Saliner, dependerá de la madurez del niño y de la enseñanza de las funciones de la tecnología, además de las limitaciones que impongan los padres.

SOBRE ESTE PROYECTO

Este reportaje es la séptima entrega de Crecer Conectados, una serie de artículos que explora la vida de niños y adolescentes en un mundo digital. Los códigos han cambiado, los chavales aprenden, juegan y se relacionan a través de redes y pantallas, rodeados de algoritmos y big data, nativos en entornos en los que sus mayores se mueven con desconcierto. Crecer Conectados reflexiona sobre los retos a los que se enfrentan y las posibilidades que se abren para estas generaciones. ¿Qué hacen, dónde están y cómo usan los menores la tecnología? Tienen entre 3 y 18 años: ellos serán nuestros guías.

https://elpais.com/sociedad/2019/05/11/actualidad/1557574247_036276.html

Cuando la situación con respecto a las consecuencias para el menor se complica y no se puede gestionar desde la familia, expertas de la FAD recomiendan acudir a un especialista.

Las cifras de consumo de alcohol entre los adolescentes son muy elevadas. El 70,5 % de los estudiantes de entre 14 y 18 años han tomado alguna vez alcohol durante los últimos 12 meses del año 2022, según el último estudio al respecto del Ministerio de Sanidad, que también señala que beben más las féminas que los varones menores de 18 años. Concretamente, un 73,3 % frente a un 67,8 %. En cuanto a la media de edad en que los adolescentes comienzan a tomar alcohol, se sitúa en los 15 años y las tiendas del barrio es donde más adquieren la bebida.

Cualquier cifra de consumo del alcohol en jóvenes menores de 18 años debería ser preocupante, “porque a esa edad se están desarrollando y beber puede tener consecuencias a largo plazo, como las dificultades para aprender y recordar. También puede afectar a su rendimiento académico, así como a sus relaciones sociales y familiares. Se pueden mostrar más agresivos tras las borracheras y perder oportunidades propias de su edad, como asistir a cursos o actividades de ocio, porque no han descansado de noche y se encuentran mal por la mañana, explica Celia Prat, jefa del Equipo de Formación de la Fundación FAD Juventud.MÁS INFORMACIÓNLos adolescentes que beben alcohol tienen menos amigos

Existe mucha permisividad con el consumo de alcohol en la sociedad y trasladamos ese modelo a nuestros hijos. “Les hemos enseñado el patrón de asociar el ocio y la diversión con beber alcohol. Lo ideal, sería ayudar a los jóvenes a desarrollar un pensamiento autónomo y crítico para que puedan contemplar y asumir otras opciones para divertirse que no impliquen beber, a pesar de que a su alrededor sea el modelo social frecuente. Desde casa, se pueden favorecer alternativas relacionadas con el deporte u otro tipo de actividades que les saquen del foco del consumo de alcohol como forma de divertirse y socializar”, añade Celia Prat.

Cómo prevenir el consumo de alcohol en los jóvenes

Las bases para un ocio sano de nuestros hijos cuando son jóvenes se asientan desde la cuna. ”Se trata de un trabajo a largo plazo para fomentar en ellos una autoestima sana, poniendo normas y límites adecuados, con una buena comunicación en casa y dando un ejemplo adecuado como adultos con respecto al consumo de alcohol. Conviene conocer a los chicos y para ello hay que propiciar un espacio de escucha, diálogo y afecto para que tengan confianza a la hora de comentar con sus padres su día a día y lo que les preocupa”, comenta Rocío Paños, responsable de Actuaciones con familias de FAD.

Cómo actuar si mi hijo menor de 18 años llega ebrio a casa

Cuando un joven llega a casa bebido por primera vez, es fundamental que los padres actúen frente a la situación de manera adecuada para sentar un precedente de cara a que su hijo no repita la experiencia. Es aconsejable “no abordar el tema en el momento en que llega ebrio, porque no se va a enterar y va a generar un conflicto. Una vez que se comprueba que está bien y no hay que ir a urgencias, conviene dejar que duerma y hablar del tema al día siguiente con calma y evitando los juicios. Se pueden hacer preguntas abiertas, como, ¿qué ha pasado? ¿Por qué decidiste beber? ¿Cómo te sientes al respecto? También, se pueden comentar las consecuencias de beber, como sentirse mal físicamente y buscar juntos alternativas consensuadas al consumo de alcohol para futuras ocasiones, así como compartir con ellos nuestra experiencia al respecto cuando éramos jóvenes”, añade Rocío Paños.

Señales que indican que un joven consume alcohol

Si conocemos a nuestros hijos, sabremos detectar los indicios que advierten que consumen alcohol con menos de 18 años, como:

  • Disminuye su rendimiento escolar.
  • Se aísla durante más tiempo en su habitación.
  • Cambio el grupo de amigos habitual.
  • Se muestra desmotivado con actividades que antes le gustaban.

Cuando la situación con respecto a las consecuencias para el adolescente del consumo de alcohol se complica y no se puede gestionar desde la familia, se puede contactar con profesionales especializados, como con el servicio de información y orientación de la fundación FAD, en el teléfono anónimo y gratuito 900161515.

¿Por qué mi hijo bebe alcohol?

A los jóvenes les suele llamar la atención consumir alcohol porque lo consideran algo “divertido y transgresor. Es una forma de rebeldía propia de la edad que va contra las normas y rompe lo establecido por los padres. Pero si, anteriormente, se les ha hablado de las consecuencias negativas que tiene beber, hay más posibilidades de que no lo hagan. Conviene tener en cuenta que los adolescentes pueden consumir alcohol por cuestiones como sentirse integrados en el grupo, porque tienen una baja autoestima o necesitan sentirse reconocidos por los demás y no sentirse excluidos. Son aspectos que hay trabajar desde la familia a través del fomento de la adquisición de un sistema de valores sólido, para que no beban alcohol, simplemente, porque no es lo correcto y no me sienta bien; sin buscar más allá. Estamos convirtiendo a los jóvenes en débiles, porque no se quieren mostrar vulnerables y conviene transmitirles que el más valiente es el que se atreve a decir no”, concluye Ana López, pedagoga y especialista en neuropsicología educativa.

Fuente: El País.

El consumo excesivo de alcohol acelera el riesgo de producir múltiples enfermedades entre ellas el Covid-19, ya que genera en el paciente una inmunodepresión por lo que la persona está más expuesta a enfermarse de una forma más grave por coronavirus.

En los eventos sociales también se registra un riesgo considerable de contagio masivo de Covid porque las personas entran en un estado de relajamiento y olvidan tomar los recaudos sanitarios establecidos a modo de prevención de la enfermedad.

Una persona que ingesta con frecuencia mucho alcohol automáticamente daña su hígado, el alcohol produce una toxicidad en este órgano que va matando algunas células especializadas que se denominan hepatocitos.

El doctor Hernán Martínez, director general de Desarrollo de Servicios y Redes de Salud, explicó los riesgos que produce el alcohol en nuestro organismo.

“El hígado es un gran laboratorio bioquímico del organismo, ahí se metabolizan los medicamentos que uno ingiere, todo lo que nosotros consumimos el hígado lo transforma, ya sea en energía, en aminoácidos, etc.”.

El alcohol destruye las células llamadas hepatocitos, entonces el hígado paulatinamente va entrando en lo que se llama insuficiencia hepática o cirrosis que después acarrean un sinfín de problemas como una acumulación de líquidos en el paciente. Esto produce várices en el esófago y eso a la larga puede producir lo que se llama hemorragia digestiva y puede producir que el paciente muera desangrado”, refirió el profesional.

“El alcohol produce una disminución de la inmunidad, ya que al verse afectado un órgano el sistema inmune entonces trata de paliar esta situación”, explicó.

A un paciente con problemas de alcoholismo se le considera un paciente inmunodeprimido, es decir, es una persona mucho más propensa en adquirir cualquier tipo de enfermedad entre ellas el Covid”, aseveró el profesional.

RIESGO DE CONTAGIO

Por otra parte, señaló que cuando una persona está en una ronda de tragos es más propensa a infectarse por Covid. “El efecto del alcohol en el cerebro es inhibidor lo que farmacológicamente esta sustancia le hace al cerebro; en ese momento es donde uno comienza a relajarse y a descuidar los protocolos sanitarios”.

Se produce un relajamiento porque ya hay una desinhibición, las personas cuando están bebiendo en un grupo social se sacan los tapabocas, no respetan el distanciamiento físico y comparten los mismos vasos, se recomienda que una persona use sus propios utensilios a la hora de asistir a alguna reunión social, ya que el virus puede quedar en la superficie del vaso, de la botella y ahí se empezará a desencadenar un contagio masivo”, manifestó Martínez.

“No es que no se pueda tomar alcohol en la pandemia, la cuestión está en la moderación y no olvidar los recaudos sanitarios, ya que el alcohol de por sí debilita nuestro sistema inmune y sobre todo a una persona que toma muy a menudo”, enfatizó.

“El protocolo sanitario estipula que el alcohol debe ser consumido de manera moderada, cuando se empieza el relajamiento es donde se acelera una transmisión masiva y el comercio nuevamente se verá afectado. Depende de nosotros que esto siga en orden, del cuidado individual para que no se vuelva al retroceso de fases y el de los comercios”, afirmó.



No es que no se pueda tomar alcohol, la cuestión está en la moderación y tomar los recaudos sanitarios necesarios. Hernán Martínez, director de Servicios y Redes de Salud.

Fuente: UltimaHora



El consumo de alcohol en la adolescencia provoca cambios cognitivos y cerebrales que en algunos casos persisten hasta la edad adulta, sugiere un estudio. El estudio ha sido realizado por la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Francisco de Vitoria, la Universidad de Oviedo y la Universidad de Málaga. En concreto, el trabajo, publicado en la revista Addiction Biology, muestra que el consumo de drogas aumenta la ansiedad y el comportamiento compulsivo, lo que se refleja en algunas pruebas con roedores expuestos al alcohol tras 5 semanas de consumo.

Además, a nivel cerebral, la expresión del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), el receptor de glucocorticoides (GR) y el factor liberador de corticotropina (CRF), ambos actores clave en la respuesta al estrés, está alterada e involucrada en regiones del cerebro. involucrados en la respuesta al estrés, la regulación emocional y la cognición. El estudio se realizó en ratones jóvenes y tuvo como objetivo analizar el cerebro y los cambios de comportamiento causados ​​​​por el consumo crónico de etanol (o etanol) durante este período en comparación con su etapa adulta.

De esta manera, se pueden detectar cambios de comportamiento y cerebrales para ver si los efectos inmediatos tienen efectos a largo plazo. El trabajo comenzó con un protocolo de 5 semanas de consumo voluntario de alcohol en sus jaulas, mientras que el grupo control se exponía a beber agua.



Con el tiempo, el nivel
 de alcohol aumentó gradualmente del 3% al 15% durante la última semana. Después de este período, ambos grupos se sometieron a un período de abstinencia de 24 horas seguido de una prueba de craving en la que a cada grupo se le proporcionaron dos bebedores: uno con 15% de alcohol y otro con agua.

Luego, los ratones
 se dividieron en dos grupos, uno se sometió a una serie de pruebas cognitivas y emocionales en la adolescencia tardía y el otro permaneció abstinente hasta la edad adulta, cuando se administraron las mismas pruebas. Estas pruebas incluyen, entre otras, pruebas que analizan la memoria a corto plazo, las respuestas de ansiedad, el comportamiento obsesivo-compulsivo o la memoria de trabajo.

De manera similar,
 una prueba de craving (correspondiente a 24 horas) en un grupo de ratones adultos que permanecieron abstinentes hasta esta edad mostró un alto consumo de alcohol. De esta manera, las pruebas mostraron que la memoria de trabajo también cambió, especialmente en los adolescentes. «En los adolescentes, el alcohol tuvo un efecto negativo en la tarea de reconocer la ubicación de los objetos, lo que sugiere cambios en los niveles cognitivos», comentaron los investigadores. Idioma  Espanol English French Italian Romanian Catalan Portuguese Tagalog Dutch 

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