El lettering es el arte de dibujar letras a mano de una forma creativa y personal. No es necesario tener ‘buena letra’ para disfrutarlo ya que no se trata de escribir las letras de forma correcta ni tampoco de diseñarlas. Aprende en qué consiste y qué materiales necesitas para adentrarte en el mundo lettering.

Hay personas que encuentran en el dibujo una vía de escape al estrés del día a día. Así, dibujar elementos abstractos como los mandalas, por ejemplo, puede resultar gratificante para poner en marcha la creatividad, la imaginación y relajar la mente a través del color. Pero, ¿sabías que también existe una forma de dibujar y crear letras que puede ser muy relajante? Se llama lettering y es el arte de dibujar letras a mano de manera creativa. 

¿En qué consiste el lettering?

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Lo primero que hay que saber para entender lo que es el lettering es que no se trata de caligrafía (escribir letras de forma correcta) ni tampoco de tipografía (diseñar distintos tipos de letras). 

El lettering es una forma de dibujar y de crear un abecedario propio pero haciendo uso de las letras, dibujándolas de manera creativa. Para empezar, no es necesario tener una ‘buena letra’ para hacer lettering (ya que las propias letras pueden considerarse formas a dibujar), solo hay que tener paciencia, contar con el material adecuado y echar mano de la imaginación ya que es una técnica que se aprende poco a poco. 

También es importante conocer una de sus reglas básicas a la hora de ponerse a dibujar, que está relacionada con el trazado: cuando se dibuja hacia arriba, el trazo debe ser fino, y cuando se hace hacia abajo debe ser grueso: para ello, lo único que hay que hacer es aplicar mayor presión en el momento de realizarlo. 

Tipos de lettering

Existen distintos tipos de lettering, según el material que se utilice. Así, el Brush Lettering hace uso de pinceles o rotuladores acuarelables para dibujar las letras; con el Chalk Lettering se utiliza la tiza; y en el hand lettering se emplean lápiz y rotuladores.

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Por supuesto, también ayuda a practicar los distintos tipos de alfabeto y los diferentes tipos de letras, como la tipografía encriptada o las letras con molde, entre otras. Alrededor de las letras, es habitual incluir elementos decorativos como los dibujos de flores, por ejemplo. 

¿Qué se necesita para comenzar a hacer lettering?

Para adentrarse en el mundo del lettering por primera vez es importante contar con el material adecuado. Algunos de los elementos son muy básicos y suelen encontrarse en casa, como un lápiz, una goma de borrar o una escuadra, sin embargo, resultan útiles para iniciarse en este arte. Pero, además de estos hay que tener en cuenta el papel y los rotuladores.

Papel: folios o blocs especiales para dibujar. Se puede comenzar a practicar con folios normales, pero también existen otras opciones como los blocs de dibujo que cuentan con puntos que sirven de guía.

bloc lettering

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Rotuladores: para dibujar y pintar las letras, los hay de diferentes tipos (si se lleva a cabo brush lettering, por ejemplo, o si se usa plantilla o escuadra). De ellos es importante destacar el tipo de punta (cónica o de pincel), ya que ayuda a realizar la norma básica del trazo fino y el grueso: 

  • Punta cónica
rotuladores

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  • Punta pincel
Punta pincel

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Una vez que se dispone de todos los materiales necesarios, una buena forma de comenzar es utilizando plantillas con letras, tipografías o alfabetos (hay multitud de ellas en Internet) y que sirven de guía o a través de tutoriales con los que llevar a cabo esta técnica paso a paso.

Hay personas que se leen hasta la letra pequeña de los manuales mientras que otros se lanzan a pulsar todos los mandos para ver qué ocurre. No es ni bueno ni malo. Simplemente, nos da pistas de nuestra manera de aprender. Veamos los cuatro tipos de aprendizaje que existen para identificar cuál es el tuyo.

Quieres hacer un viaje con tu pareja y uno de vosotros necesita leer hasta el mínimo detalle sobre el sitio a donde vais, mientras que el otro se pone de los nervios porque preferiría lanzarse a la aventura. O en una reunión de trabajo un compañero no para de dar ideas sin concretar nada, mientras que a otro le agobia no trabajar en una sola. ¿Has vivido algo de esto? Si es así, bienvenido a los diferentes modos de aprender y a sus dificultades (y oportunidades).

En 1984 un profesor universitario, David Kolb, descubrió que los adultos tenemos distintas maneras de aprender que dependen de cómo percibamos la realidad y de cómo la procesemos. Hay personas que captan la realidad fundamentalmente a través de la experiencia y otros, creando teorías. Los primeros son más empáticos y tienden a hacer varias tareas al mismo tiempo (multiplicidad). Es más, si no lo hacen se pueden aburrir soberanamente. Los segundos prefieren centrarse en una sola tarea, se manejan muy bien en la teoría y se perderían con varias cosas al mismo tiempo (unicidad).

No todos captamos la información igual: algunos la procesarán si se ponen manos a la obra (acción) y otros si reflexionan sobre lo que observan (pensamiento).

Con respecto a la manera de captar la información, algunos la procesarán si se ponen manos a la obra (acción) y otros si reflexionan sobre lo que observan (pensamiento). Pues bien, las anteriores características definen los ejes de las maneras de aprender y de los cuatro estilos. Veámoslos con algo más de detalle:

Adaptadores o los “hacedores”

Difícilmente leerán un manual. Son el resultado de la multiplicidad y la acción. Prefieren trabajar rodeados de personas y se buscan la vida para conseguir recursos y alcanzar resultados. Les gusta asumir riesgos y saben adaptarse a las circunstancias. En una empresa abundan en los departamentos de ventas. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿cuándo?

Asimiladores o expertos en la conceptualización

Su estilo es opuesto a los adaptadores. Son extraordinarios creando modelos teóricos y definiendo claramente los problemas. Les interesan más las ideas abstractas que las personas, por lo que no es de extrañar que destaquen en el campo de las matemáticas o de las ciencias. En una empresa pueden estar en posiciones de investigación o de planificación estratégica. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿por qué?

Divergentes o los reyes de las mil y una ideas creativas

Todos tenemos un estilo de aprendizaje definido pero para desarrollarnos mejor personal y profesionalmente conviene estar con personas que nos complementen y cuyo estilo esté en el extremo del nuestro.

Disfrutan analizando los problemas en su conjunto y trabajando con personas. Son empáticos, emocionales y ocurrentes. No es de extrañar que lancen un sinfín de propuestas diferentes en una reunión. En este estilo se encuentran artistas, músicos y todos los creativos en el mundo de la empresa. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿y si…? o ¿por qué no?

Convergentes o el poder de la aplicación en una sola cosa

Son los opuestos a los divergentes. Necesitan la aplicación práctica a las ideas para testar teorías o resolver problemas. Se pierden con muchas alternativas. Sin embargo, son excepcionales en situaciones donde haya un único camino para ser resueltas. Muchos ingenieros se enmarcan en este estilo de aprendizaje. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿para qué?

Como es de imaginar hay personas cuyo estilo de aprendizaje está más marcado que otros como, por ejemplo, Sheldon Lee Cooper, protagonista de la serie The Big Bang Theory, quien es un asimilador total. Lo normal es que no sea así y que todos tengamos un poco de los cuatro aunque nos solamos sentir más cómodos con uno.

En definitiva, todos tenemos un estilo de aprendizaje que nos define más que otros y para desarrollarnos mejor en lo personal y profesional sería recomendable estar con personas que nos complementaran y cuyo estilo estuviera en el extremo del nuestro. Por ello, si eres de los que no lees los manuales, estáte cerca de quienes disfrutan haciéndolo (o viceversa). Porque más allá de este hábito, existe una manera interna distinta de percibir y de procesar la realidad que te puede ayudar a mejorar y a superarte a ti mismo en muchos otros ámbitos de la vida.

http://elpais.com/elpais/2016/10/10/laboratorio_de_felicidad/1476119828_530014.html?id_externo_rsoc=FB_CM

Apague la tele. Controle la carta a los Reyes. Comience con una lista de deseos desde septiembre. Todos estos son trucos que puedes aplicar con tu hijo para que se aleje del consumismo. Y no solo en Navidad, también el resto del año. “La función del niño es pedir. Entra en un supermercado, ve un catálogo de juguetes, ve los anuncios de la televisión y lo quiere todo”, explica por teléfono Inma Marín, asesora pedagógica, experta en juego y educación y miembro del Comité de Expertos de Imaginarium. “En Navidad, los niños se ven más sometidos al consumismo porque todos los juguetes y regalos llegan de una sola vez. Y los fabricantes lo saben y saturan y saturan”, añade la experta. “Si fuéramos capaces de dividir este cúmulo de regalos durante todo el año, sería mucho más fácil lidiar con el consumismo”, reitera. Y dejar de relacionar la cantidad de regalos con la felicidad.

El 24,03 % de los padres españoles considera que la principal causa de la felicidad de sus hijos durante la Navidad son los juguetes que van a recibir durante estas fechas, tal y como desprende el II Estudio sobre Felicidad e Infancia elaborado por Imaginarium. Esta elección es la segunda causa señalada como origen de la felicidad de los niños durante las fechas navideñas, por delante de otras opciones como hacer planes en familia o el hecho de tener vacaciones en esta época del año.

La carta a los Reyes Magos

“Lo mejor para controlar el consumismo en Navidad es con la Carta a los Reyes Magos. Me explico, con unos pequeños trucos se puede conseguir mucho. Por ejemplo, como decirle al niño que él hace una lista, pero luego sus majestades deciden; o que tienen que demostrar lo buenos que son para que los reyes les conozcan y decidan, pueden ser estrategias que pueden ayudar a los padres a controlar lo que sus hijos piden”, incide Marín.

 

Cómo ayudar a tus hijos a escribir la carta a los Reyes sin caer en el consumismo

Listas interminables. Con tachones por todos lados. Que acaban, que no acaban. Sin control. “En mi caso, con mis hijos lo que hago es comenzar a escribir la carta en septiembre, cada vez que se acuerdan de algo lo apuntan, lo que soluciona mucho y que vayan controlando, ellos y nosotros, lo que quieren”, argumenta. “Con los niños más mayores, que ya saben la verdad, es fácil lidiar porque se les puede explicar la situación familiar o con el presupuesto que contamos”, continúa. “Pero con los más pequeños, con ellos hay que mantener la ilusión, mantener lo bonito de la Navidad, por lo que humanizar a los Reyes, hacerles ver que les cuesta un esfuerzo traer los regalos y que sean conscientes es una buena técnica de control”. “Con ellos, convertir el hecho de escribir la carta en un juego divertido y familiar es el objetivo”, concluye la experta. Por ello la Navidad es el momento idóneo para dedicar tiempo al juego real y para jugar bien. El mejor regalo y remedio contra el consumismo son los padres, ya que disponen de tiempo de calidad para jugar juntos

Seis claves para transmitir a los niños ilusión por los regalos y fomentar en ellos un consumo consciente:

  1. Menos edad, menos juguetes. Cuanto más pequeño es un niño, menos juguetes de golpe puede digerir, así que lo idóneo es regalar pocos y repartidos en varias casas. “Por ello, en la primera etapa es mejor recurrir a pocos juguetes, pero que fomenten sus primeras habilidades motrices y sensitivas”, explica Marín.
  2. Comprarlo por y con amor. Esto implica que el regalo se haga pensando en el niño o la niña que va a jugar con ese juguete, teniendo en cuenta su edad, sus gustos y aficiones, aquello con lo que disfruta, lejos del estrés publicitario.
  3. Juguetes que fomenten la creatividad y los sentimientos. La principal función de un juguete es estimular las ganas de jugar, es decir, de imaginar, crear, descubrir, soñar…
  4. Juguetes que favorezcan el movimiento en casa y al aire libre. Ya sea detrás de una pelota, encima de un triciclo o una bicicleta, o siguiendo el ritmo que nos propone un instrumento musical. Nuestros niños necesitan moverse, “¿y qué mejor manera de hacerlo que jugando con un balón de fútbol inteligente que cuenta los toques?”, añade Marín.
  5. Regalar juguetes que fomenten las relaciones sociales. “Si bien a los niños les gusta jugar con los adultos, también necesitan y desean jugar con otros niños con los que aprenderán a interrelacionarse y harán de su universo lúdico un espacio más amplio”, explica la experta.
  6. Y siempre hay que regalar con sentido común. «Y uno de los pasos, es conseguir una carta a los Reyes Magos con sentido común», termina Marín.

https://elpais.com/elpais/2017/12/15/mamas_papas/1513334059_903087.html

«Yo al principio no me di cuenta, no sabía que lo que me pasaba era acoso escolar, entonces no se hablaba de ello. Además, ¿cómo iba a pensar que era acoso escolar, si eran mis propios amigos, a los que conocía desde los tres años?». Nidia Represa cursaba 2º de la ESO cuando se convirtió en diana de las bromas de su pandilla de toda la vida. Bromas cada vez más constantes y pesadas que pronto subieron de nivel: «Me insultaban, me obligaban a darles mis deberes, me tiraban las cosas del pupitre…». Y siempre, siempre, acompañadas de unas risas de fondo: las del resto de alumnos, los espectadores.

Parecía una obra de teatro, cuyo guion se ha plagiado infinidad de veces en cada colegio. El acosador y la víctima como protagonistas, unos cuantos actores secundarios que precisamente secundan, y un público que contempla (cuando no aplaude) desde la distancia, ignorante de que la obra no es una tragedia griega cuyo fin está escrito, sino que es interactiva: cualquiera puede intervenir y cambiar el desenlace.

Por una parte, relata Nidia, estaba «el cabecilla de los acosadores, el típico que no se dejaba ver pero instigaba». Junto a él, el «matón», el ejecutor de las bromas, acompañado por una suerte de secuaces, que le seguían y se reían. Una organización de manual, como explican a EL MUNDO los psicólogos José Antonio Molina y Pilar Vecina, autores de ‘Bullying, ciberbullying y sexting: ¿Cómo actuar ante una situación de acoso?‘.

«Cuando hablamos de grupos de bullies, suele haber un cabecilla que ordena y manda. El grupo comparte formas de pensar y de actuar y, lamentablemente, en muchas ocasiones, su objeto de diversión es la violencia y el hostigamiento a otros. Así perciben que están en el lado del fuerte, del que tiene el poder, del que nadie se ríe porque se impone y hace respetar ‘sus leyes’. Todo eso añadido a la desindividualización y desinhibición que propicia el grupo«.

Y después, están losacosadores pasivos. Esos que son testigos de lo que sucede, incluso lo reprueban, pero permanecen en silencio. Bien porque su ausencia de madurez les impide ser conscientes de la gravedad de los hechos, bien porque piensan que no es asunto suyo, y, sobre todo, por miedo. A represalias o a que los tachen de ‘chivatos’ si alertan a los docentes.

«‘¿Para qué voy a meterme en líos?’, ‘¿Y si luego vienen a por mí?’, ‘¿Y si se enteran de que he sido yo el que lo he dicho al profesor?‘, ‘Yo no quiero pasar por lo mismo, prefiero mantenerme ajeno'». Son algunos de los principales argumentos que esgrimen en consulta, explican Molina y Vecina, que trabajan en diseño e implantación de programas de acoso en escuelas.

Una figura que también estuvo presente en el caso de Nidia: «Eran mis amigos más cercanos. Se quedaban al margen, fingían que no pasaba nada… Uno simulaba que no me conocía y luego, a escondidas, me daba los deberes. Otra intentó defenderme sin que yo lo supiese, y acabó pagando el pato: cuando yo me cambié de colegio -porque la familia de Nidia optó por la solución más habitual: cambiar de centro-, el acoso se volvió contra ella«.

Sin ser psicóloga, aunque está estudiando para ello, Nidia hace una diagnóstico bastante certero. «Hace unos años te habría dicho que no entendía esta actitud. Ahora sí: los que acosan siempre tienen a alguien en su punto de mira. Se desarrolla un miedo global que hace que el resto no quiera intervenir por temor a ser el siguiente, sufrir las bromas… Se guían por un sentimiento de autoprotección que les impide actuar».

El problema es que ese silencio sirve como combustible. «Si el agresor es consciente de que ninguno de los espectadores va a hablar o a informar de lo que está pasando, seguirá en la misma línea porque, a corto plazo, no tiene ningún tipo de consecuencias negativas», explican Vecina y Molina, que ponen el ejemplo de P.G., un menor que llegó a consulta porque fue acosado después de haber defendido a uno de sus mejores amigos. La primera frase que dijo fue: «Si lo sé… no me meto».

Los psicólogos establecen cuatro tipos de espectadores, los cuales, con su actitud y conducta, condicionarán el comportamiento del acosador que está llevando a cabo el hostigamiento:

  1. SEGUIDORES DEL AGRESOR. Implicados de una forma directa en el plan del agresor, además se identifican con los valores y normas del grupo.
  2. REFORZADORES PASIVOS. Están presentes cuando se realizan las acciones intimidatorias, pero no participan directamente en ellas. Son conscientes del daño causado a la víctima y suelen reforzar la violencia mediante sonrisas, aplausos o halagos a los agresores.
  3. OBSERVADORES. Simplemente miran. No se muestran a favor de la violencia, pero al no hacer nada para evitarla acaban por reforzarla. Tampoco defienden a la víctima, optan por mantenerse al margen y se sienten ajenos al problema.
  4. DEFENSORES DE LA VÍCTIMA. Tratan de defenderla, ya sea de manera directa, interponiéndose entre ésta y el acosador, o indirecta, informando a un adulto (profesor, padre, policía…)

No obstante, advierten Molina y Vecina, no siempre que se da un caso de acoso escolar los alumnos son conscientes de lo que sucede. «En talleres que hemos realizado, incluso habiéndose diagnosticado una situación de acoso, los demás miembros de la clase del acosado aseguraron no saber nada de los hechos».

Por eso, muchas veces, el trabajo empieza por hacerles tomar conciencia de que son o han sido testigos de ‘bullying’, de que es algo que no debería asumirse como normal, e invitarles a ponerse en el lugar de la víctima y analizar si, con su silencio o sus risas, han sido cómplices. Ésa es la línea en la que van buena parte de las intervenciones en centros escolares, y también el eje, por ejemplo, de la campaña lanzada la pasada semana por la Fundación ANAR y Mutua Madrileña.

«Con que hubiese uno o dos niños que en lugar de reírse o mostrarse indiferentes, asumieran que así se convierten en cómplices, podría revertirse la situación«, asegura el psicólogo Benjamín Ballesteros, director de Programas de ANAR, que subraya que el objetivo es sensibilizar sobre las consecuencias del acoso y transformar la presión del grupo sobre la víctima en cohesión grupal. «Que se den cuenta de que su acción puede ser muy beneficiosa para cambiar la situación».

En estas situaciones, explican Molina y Vecina, es muy importante empatizar con la víctima y «hablar por ella, ya que no puede hablar por sí misma por el profundo temor que está experimentado». Por eso, en los talleres de prevención que realizan en las aulas, explican la importancia de transmitir lo que está ocurriendo y tratan de desmitificar la idea de que si se comunica al profesor o a un adulto responsable, se es un chivato.

«Los pasivos son la mayoría, y si diesen un paso adelante y se protegieran entre ellos, no habría tanto casos de acoso», se muestra convencida Nidia. «No me refiero sólo a enfrentarse a los que están haciendo daño, sino a apoyar a las víctimas. El niño que sufre acoso se siente solo. No busca que se haga justicia, sino no sentirse tan aislado».

Ella, a sus 22 años y gracias a la terapia, dice haberlo superado. El libro ‘Bajo mi piel‘ está inspirado en su experiencia, y procura ayudar a otros niños a través de su blog. «Siempre que se comunican conmigo, les dedico alguna reseña o dibujo y lo publico para que se sientan especiales y entiendan que pueden seguir adelante y que tienen mucho que dar, aunque no lo crean». Que sepan que no están solos, simplemente eso.

http://www.elmundo.es/sociedad/2016/05/02/572249dd46163f1a638b45af.html

“Debemos procurar una revolución en la tecnología que nos dé invenciones y maquinarias que inviertan las tendencias destructivas que ahora nos amenazan a todos”. Así hablaba Ernst Friedrich Schumacher, en contraposición total a lo que le sucede a un menor que está todo el día pegado a las pantallas.

Porque tener en casa un menor tecnoadicto no es algo perjudicial únicamente para el propio niño, sino para toda la familia. Una adicción excesiva, en este caso a la tecnología, es un cisma grave de difícil solución, pero no es una barrera insuperable.

¿Qué es la adicción a la tecnología?

En los últimos 10 años se ha producido un crecimiento tecnológico del que no encontramos precedentes en la historia. La ciencia ha avanzado y avanza a una velocidad cada vez mayor, sin que esto necesariamente sea un síntoma de progreso.

Para muchos personas, especialmente jóvenes y adolescentes, el estar permanentemente conectado y disponer de las últimas tecnologías ya no es una opción, sino algo indispensable. Así al menos se desprende un informe de los expertos psicólogos de ISEP Clinic, el Instituto Superior de Estudios Psicológicos.

Adolescente con un portatil por la noche

Hasta ahora, realmente no hemos visto nada negativo. Sin embargo, cuando un joven es incapaz de prescindir de sus dispositivos tecnológicos, los consultan constantemente hasta el punto de interferir en su propio rendimiento académico y mental. Incluso sufren ataques de furia injustificados si se les priva de sus terminales o de la conexión a internet, podemos estar hablando de un menor tecnoadicto o una adicción a la tecnología.

Ahora bien, ¿podemos ayudar a un menor tecnoadicto? Obviamente sí, sin embargo, una vez el problema se ha ramificado, es cada vez más complejo. La mejor solución es la prevención. No obstante, trataremos de dar algunas claves para ayudar al joven a superar esta grave afección.

Cómo tratar a un menor adicto a la tecnología

Como hemos dicho, ayudar a un chico con adicción a la tecnología no es sencillo. No obstante, hay claves que podemos poner en práctica para que el joven mejore de su afección. Recuerda que tendrás que tener mucha paciencia, empatía y comprensión antes de hacer nada:

  • Además, ante la menor sospecha de que tu hijo pueda ser adicto tecnológico, habla con un psicólogo. Este debe ser siempre el primer paso. Observa al joven, estudia sus costumbres y trata de crear un cuadro exacto para hablar con el especialista, al que deberás acudir sin el niño. El profesional te dará las pautas a seguir según el nivel de gravedad.
  • Si la afección está en pleno desarrollo o crees que el adolescente aún solo presenta este problema en potencia, puedes limitar el uso de internet y datos. No le ofrezcas tarifas planas en el móvil ni conexión constante. Es preferible establecer horarios y limitaciones.
  • También es conveniente que revises las facturas. Usa tarifas que te permitan establecer el nivel de uso de los distintos terminales tecnológicos. Así podrás compartir los datos con el chico, compararlos con una utilización normal y tratar de hacerle entrar en razón.
  • Si tu niño es excesivamente joven, es buena idea retirar los dispositivos progresivamente. Se conocen adicciones tecnológicas de chicos de apenas 8 años. Tenemos que tener claro que la tecnología para ellos no es mala, se convierte en dañina en el momento en el que empieza a haber un abuso de la misma.
  • Finalmente, si tú te pasas todo el día pegado a los dispositivos es normal que el niño asuma este comportamiento como normal y no se pare a pensar de manera crítica en él. Simplemente será más fácil que te imite y más difícil que tú puedas justificar que él no puede utilizar ciertos aparatos con la misma frecuencia que tú.
Mano con un móvil

Datos de interés respecto a la tecnología

Recordemos que la tecnología no es un enemigo. Es bueno que los niños se familiaricen desde bien jóvenes con el uso de ordenadores y smpartphones. No obstante, debe ser mesurado, siempre bajo supervisión y usando mucho la comunicación para que sean conscientes de los riesgos que implican todos esos aparatos que utilizan a menudo.

También es recomendable educar a los niños en el consumo responsable, tanto de tecnología como de cualquier otra cosa. De esta forma entenderá pronto que el ordenador o el móvil no solo son instrumentos de entretenimiento, también de trabajo, estudio o comunicación.

Tampoco es buena idea una prohibición total. Recuerda que el consumo de la fruta prohibida es una tentación enorme a la que los niños no les resulta sencillo abstenerse. Es mejor fomentar el uso racional antes que el corte por lo sano.

Ayudar a un menor tecnoadicto no es fácil, pero tampoco imposible. Debemos tener en cuenta que la tecnología es parte de nuestras vidas y las suyas. Un uso responsable es la única salida saludable y sensata. No olvides que de lo contrario, el aislamiento social, la incapacidad comunicativa y otras afecciones psicológicas más graves pueden hacer acto de presencia, complicando así una posible intervención.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es el problema de salud mental más común entre los niños. En 2023, los centros de salud mental catalanes atendieron a 17.322 menores con TDAH, un 140% más que en 2008. Según un informe de la Agencia de Calidad y Evaluaciones Sanitarias (AQuAS), la incidencia sigue al alza y seguramente el volumen real de la población diagnosticada y tratada es superior porque el informe no cuenta con los casos detectados en la sanidad privada.

No son solo niños movidos o inquietos. Pese a la controversia generada alrededor del TDAH —hay profesionales excépticos con la existencia de esta patología—, es una dolencia reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su clasificación internacional de enfermedades. Además, la evidencia científica demuestra que esta dolencia, cuyos rasgos característicos son la desatención, laimpulsividad y la hiperactividad, pueden aumentar hasta dos veces el riesgo de mortalidad, accidentes de tráfico y adicciones (el 40% de los diagnosticados con TDAH consumen drogas a lo largo de su vida).

“El incremento del diagnóstico tiene una explicación fundamentalmente por la distribución de recursos y la formación de profesionales”, sostiene el doctor Josep Antoni Ramos Quiroga, jefe de psiquiatría en el hospital Vall d‘Hebron de Barcelona. El especialista es, precisamente, uno de los autores de un artículo científico publicado en la revista científica The Lancet donde se demuestra que el cerebro de las personas con TDAH tiene alteraciones estructurales y retraso en el proceso de maduración. “Si es un trastorno que no existe, ¿por qué hay esas alteraciones estructurales? Y si no existe, ¿cómo es posible que esas personas haciendo un tratamiento tengan una vida satisfactoria?”, zanja el médico.

“La evolución también hay que interpretarla con cautela, ya que parte del incremento puede deberse a una mejora de la calidad del registro de la actividad de los centros de salud mental”, matizan los autores del informe del AQuAS. La literatura científica sostiene que entre el 5% y el 7% de los menores padecen TDAH. Según la Encuesta de Salud de Cataluña (ESCA), entre 2014 y 2015, el 4,3% de la población menor de 15 años sufría un trastorno de conducta, hiperactividad o déficit de atención.

Alteraciones en la estructura del cerebro

Un estudio internacional en el que participó Ramos Quiroga demostró que cinco estructuras del cerebro profundo son más pequeñas en personas que tienen TDAH respecto a los individuos que no presentan esta patología.

Los investigadores analizaron resonancias magnéticas de 1.713 personas con TDAH y 1.529 sin este trastorno y probaron que el cerebro de los pacientes con este problema de salud mental tiene alteraciones en su estructura y un nivel de maduración inferior al de personas de su edad que no sufren esta dolencia. En concreto, se han encontrado diferencias en cinco zonas del cerebro: el núcleo accumbens, el núcleo caudado, la amígdala, el hipocampo y el putamen.

Según los autores, este estudio, que fue publicado en The Lancet, demuestra que “el TDAH es un tratorno del cerebro, como lo son otras enfermedades psiquiátricas como la depresión o el trastorno bipolar”.

Frente a las voces que alertan de un sobrediagnóstico del TDAH en los últimos años, Ramos Quiroga asegura que todo se debe a una mejora diagnóstica y a una mayor evidencia científica. “Poco a poco se han incrementado más recursos en salud mental y eso hace que haya más capacidad de atender a más chicos con problemas de salud mental. De hecho, en centros que tienen mucha experiencia con TDAH, no hay un incremento de pacientes porque ya lo estaban detectando bien. En otros centros se ha empezado a hacer ahora formación”, señala el psiquiatra. También alude al descubrimiento de más factores de riesgo. “La prematuridad, el consumo de tabaco y alcohol durante el embarazo o la contaminación ambiental pueden tener un impacto para desarrollar más riesgo de TDAH”, sostiene.

La intervención para tratar el TDAH pasa, según las guías clínicas, por un abordaje psicológico con terapia conductivo-conductual y, para los casos más graves, combinar esta atención psicológica con farmacoterapia. Con todo, los consumidores de medicamentos para el TDAH también aumentaron un 121% en una década, según el estudio del AQuAS: en 2016, 23.689 personas consumieron fármacos para este trastorno. Los autores del informe, no obstante, matizan que solo el 63% de los atendidos en 2015 por TDAH tomaban medicación para esta dolencia.

Ramos Quiroga insiste en que la primera intervención no es farmacológica pero los medicamentos que hay en el mercado para el TDAH —son cuatro fármacos— han dado buenos resultados. El psiquiatra mantiene que existe un infradiagnóstico y una alta variabilidad territorial, un extremo que también expone el AQuAS en su informe. “Tenemos adultos que nunca han sido diagnosticados de niños, pero han consumido muchos recursos. Incluso han sido tratados con antipsicóticos. Eso no tiene ningún sentido. Los medicamentos para el TDAH son muy seguros porque son de hace muchos años y sabemos mucho de ellos”, lamenta el médico.

https://elpais.com/ccaa/2017/07/14/catalunya/1500061478_571660.html?rel=str_articulo#1517216968603

El 15 de noviembre, se celebra el Día Internacional sin Alcohol, una fecha instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para sensibilizar sobre los riesgos asociados al consumo de bebidas alcohólicas. Este día invita a reflexionar sobre el impacto del alcohol en la salud, la sociedad y, especialmente, en los adolescentes y jóvenes, quienes representan un grupo vulnerable debido a factores biológicos, sociales y culturales.

Un hábito que comienza temprano

El inicio en el consumo de alcohol suele ocurrir en la adolescencia, muchas veces influenciado por la presión de grupo, la curiosidad o la percepción de que beber es una forma de encajar socialmente. Según estudios recientes, la edad promedio del primer contacto con el alcohol ronda los 13 años en muchos países, un dato alarmante si se considera que el cerebro humano no termina de desarrollarse completamente hasta aproximadamente los 25 años.

El alcohol puede afectar de manera significativa el desarrollo cognitivo y emocional en esta etapa de la vida. Las áreas del cerebro relacionadas con la toma de decisiones, la memoria y el control de impulsos son particularmente vulnerables, lo que aumenta el riesgo de comportamientos imprudentes y accidentes.

Factores sociales y culturales

La normalización del consumo de alcohol en muchos entornos culturales desempeña un papel crucial. En eventos sociales, celebraciones familiares o incluso en la publicidad, el alcohol se presenta como un símbolo de diversión, madurez o éxito. Esta constante exposición genera una percepción errónea de que beber es inofensivo, ignorando las consecuencias a corto y largo plazo.

Los adolescentes y jóvenes son especialmente sensibles a estos mensajes, que a menudo se refuerzan en plataformas digitales y redes sociales. Además, la influencia de amigos y compañeros puede ser determinante, con frases como “¿Solo una copa?” o “Todos lo están haciendo” actuando como disparadores para probar el alcohol por primera vez.

Consecuencias del consumo de alcohol en jóvenes

  1. Problemas de salud: Incluso un consumo moderado puede causar daños al hígado, el corazón y el sistema nervioso central. Además, incrementa el riesgo de desarrollar dependencia en etapas posteriores de la vida.
  2. Impacto académico y emocional: El consumo frecuente puede llevar a una disminución en el rendimiento escolar, problemas de concentración y una mayor probabilidad de sufrir trastornos como la ansiedad o la depresión.
  3. Accidentes y conductas de riesgo: Según estadísticas, los jóvenes que consumen alcohol tienen mayor probabilidad de verse involucrados en accidentes de tránsito, peleas y relaciones sexuales sin protección.
  4. Problemas legales: En muchos países, el consumo de alcohol está regulado por la edad. Su incumplimiento puede traer sanciones legales que afecten el futuro de los adolescentes.

Promoción de una vida sin alcohol

El Día Internacional sin Alcohol es una oportunidad para fomentar prácticas saludables y cuestionar los estigmas asociados a no beber. Las escuelas, familias y comunidades tienen un papel fundamental en esta tarea. A continuación, algunas estrategias que pueden marcar la diferencia:

  • Educación temprana: Hablar con los adolescentes desde edades tempranas sobre los riesgos del alcohol, utilizando un lenguaje claro y adaptado a su comprensión, puede prevenir el inicio en el consumo.
  • Fomentar actividades alternativas: Ofrecer opciones recreativas y deportivas ayuda a los jóvenes a canalizar su energía y a establecer relaciones sociales saludables sin necesidad de recurrir al alcohol.
  • Ejemplo en el hogar: Los padres y cuidadores deben ser modelos de comportamiento, evitando el consumo excesivo en casa y promoviendo un ambiente donde se valoren las elecciones saludables.
  • Reforzar la autoestima: Jóvenes con una buena autoestima y habilidades sociales sólidas son menos propensos a ceder ante la presión del grupo.
  • Regulación y control: Las autoridades deben velar por el cumplimiento de las leyes relacionadas con la venta y publicidad de alcohol, especialmente aquellas dirigidas a menores.

Un cambio necesario

Enfrentar el problema del consumo de alcohol en adolescentes y jóvenes no es tarea sencilla, pero tampoco imposible. Es necesario un enfoque integral que combine la educación, la prevención y el apoyo emocional para construir un futuro en el que la diversión y las relaciones no estén ligadas al consumo de sustancias perjudiciales.

En este Día Internacional sin Alcohol, recordemos que el verdadero cambio comienza con la información y la reflexión. Los adolescentes y jóvenes son el presente y el futuro de nuestra sociedad; brindarles herramientas para tomar decisiones informadas y saludables es la mejor inversión que podemos hacer.

¡Hagamos de este día una invitación a vivir plenamente y libres de alcohol!

 

Si esto fuera una competición deportiva, se llevaría las medallas de oro, plata y bronce y hasta el diploma olímpico. La carrera con las notas de corte más alta vuelve a ser el doble grado de Física y Matemáticas. No solo la primera, en la que repite por tercer año consecutivo la Universidad Complutense de Madrid, con un 13,55 de nota sobre 14. Las tres siguientes son la misma titulación en las universidades de Sevilla (13,323); Santiago de Compostela (13,31) y Autónoma de Barcelona (13,238). En la novena posición repiten estos mismos estudios, aunque en este caso en Barcelona (12,926). (Puedes revisar aquí todas las notas de corte de las universidades españolas).

Este doble grado, aún muy joven en los campus españoles, se concentra en nueve universidades con solo 119 plazas para todo el país, según datos de la Conferencia de Decanos de Matemáticas. El bajo número de plazas es parte de la explicación de que se exija una nota tan alta para entrar. “Es por la ley de la oferta y la demanda”, decía el año pasado vicedecano de la Facultad de Física de la Complutense, Julio Serna.

“Son dos titulaciones en una que se eligen de manera muy vocacional. Los alumnos que la eligen tienen muy buen expediente y, hasta ahora, mantienen bien el ritmo”, explica Victoria Otero, decana de Matemáticas en la Universidad de Santiago de Compostela, donde el título está implantado desde hace solo dos años y el curso que viene entra en su tercer curso. “Para hacer una doble titulación, es necesario ser un estudiante con muchas capacidades. Son cerreras muy duras, que normalmente se terminan en cinco años [en lugar de cuatro]”, añade Otero, que también es presidenta de la conferencia de decanos de esta especialidad.

Entre las primeras 10 titulaciones con la nota de corte más alta hay otros dobles grados, como el de Relaciones Internacionales y Periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (con un 13,088); Traducción e Interpretación (de inglés- alemán e inglés- francés) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, con 13,08 y Estudios Internacionales y Administración y Dirección de Empresas, de la Universidad Carlos III, con 12,924. También están en esa lista Ingeniería Informática y Matemáticas, de la Complutense y de la Universidad de Santiago.

La titulación estrella de Física y Matemáticas es una carrera muy joven de la que aún no hay datos suficientes sobre los primeros titulados, que ni siquiera han llegado aún en todas las universidades. Pero sus promotores no dudan en que sus estudiantes pueden llegar a ser grandes investigadores, por ejemplo. Pero la lista de opciones es larga. La presidenta de los decanos de Matemáticas enumera, entre otras, algunas de las ocupaciones con más presente y futuro: inteligencia artificial, aplicaciones que mejoran la eficiencia y la productividad de la industria, robótica, transporte inteligente, navegación por satélite, análisis de riesgos y seguridad informática aplicada a la banca online

A la decana le preocupa que la presencia de las alumnas en este doble grado sea aún minoritaria. Pero espera que, tal como ha ocurrido con matemáticas en sus ocho años de decanato, la imagen de una mujer al frente anime a las estudiantes hasta que sean “al menos la mitad”.

Estamos tan obsesionados por crear la burbuja del bienestar adulto que se nos ha olvidado la importancia de sembrar la autoestima en nuestros niños.

Es muy importante que nuestros pequeños crezcan en un mundo de adultos equilibrados, pues será lo mejor que les podamos transmitir. Sin embargo, si nos paramos a pensar sobre esto, no nos costará mucho darnos cuenta de que hacemos que nuestras carencias sean visibles.

Supereroelia_41931055_Subscription_Monthly_L-478x270_0Así es que los niños, como los animales, perciben nuestros miedos e inseguridades y las hacen suyas con gran facilidad. Ante este panorama, lo cierto es que debemos de esforzarnos porque esto ocurra en menor medida. Pero, ¿cómo podemos hacerlo?

En primer lugar teniendo en cuenta que somos su mejor ejemplo a seguir, por lo que debemos fomentar nuestro autocuidado. En segundo lugar con nuestra forma de actuar y de tratarles, así como en los valores que les inculcamos, es decir, en cómo los educamos.

No queremos niños que tengan que ser perfectos porque no queremos cultivar la soberbia; queremos niños que se quieran y confíen en sí mismos y en su potencial. A continuación os damos 12 claves que no fallarán:

1-Es importantísimo tenerlos en cuenta y dedicarles nuestro tiempo de manera exclusiva.

Debemos considerar lo que el niño nos solicita y nos reclama. Además, si estamos paseando con ellos no deberíamos de ir mirando nuestro teléfono móvil, pues el niño nos dedicará miradas y momentos que nos perderemos.

2-Corrige sus errores pero desde el cariño.

Sin gritos y con paciencia, el niño es una esponja que absorberá lo bueno y lo malo. Hazle entender que aprendéis juntos y que el intercambio es mutuo.

autoestima-infantil-como-promover-autoestima-en-tus-ninos3-Fomenta su autonomía dándoles responsabilidades.

Déjales tomar pequeñas decisiones en cuanto a sus relaciones o hábitos diarios. Por ejemplo, pueden cocinar contigo o preparase ellos su almuerzo, ayudarte a secar y recoger los platos, poner la mesa, elegir la ropa que se quieren poner…

4-No les compares.

Ni con sus hermanos ni con sus amigos. No compares a un niño con nadie, y tampoco lo hagas con adulto. Nadie es mejor ni peor que nadie, todos somos diferentes.
5-No le etiquetes como “torpe”, “malo”, “tonto”.

Esto no ayuda para nada a crecer con un autoestima saludable. Cuando el niño haga algo mal hay muchas maneras de decírselo: no está bien que pegues a tus hermanos, no tienes que romper los juguetes o tenemos que trabajar bien las mates.

6-Tampoco lo hagas como “listo” “bueno” o “inteligente”.

El niño no comprenderá en qué se fundamenta que te refieras a él de esa forma. En su caso, puedes decirle: qué bien has hecho las tareas, qué bien has recogido o me encanta verte pintar. Es decir, juzga sus comportamientos pero no a los niños.

7-Establece unos límites claros y sé consistente con ellos.

Es decir, si no recoges tus juguetes no iremos al parque; el niño querrá negociar esto pero no valen medias tintas, si le has puesto una condición razonable tienes que hacerla valer, pues de lo contrario no se lo tomará en serio. Firmeza.

8-Valora el esfuerzo, no los resultados.

No te centres en si ha sacado un sobresaliente o un aprobado, lo importante es que el niño haya sido constante y se haya esforzado, refuerza esto.

9-No exageres tus halagos y sé concreto.

Esto es, dile lo que ha hecho bien y porqué te ha gustado para que el niño sepa lo que te agrada. Has recogido muy bien tus coches de juguete y los peluches es sustancialmente diferente a Eres muy ordenado.

Es importante que comentes con otras personas ante el niño sus logros y su esfuerzo, pues le hará sentir útil e importante.

10-Valida sus emociones.

Si el niño llora es probable que se haya hecho daño, dale la importancia que tiene. Evita decirle: ¡No pasa nada! Sí que pasa, algo le hace sentir mal y es importante que le demos la relevancia pertinente.

11-No le sobreprotejas, fomentarás la inseguridad y la dependencia.

No hagas guardia y los vigiles a cada rato, pues generarás niños burbuja. Los niños no se rompen y necesitan una dinámica que les genere oportunidades para desarrollarse de forma constante, no para estancarse.

12-Reserva momentos para cada uno de los niños que tengas alrededor.

Intenta buscar un espacio individual para cada uno, pues el hecho de ser importantes y protagonistas durante unos minutos o unas horas es muy reforzante para ellos. Haciéndolo les muestras que para ti es clave dedicaros el uno al otro de vez en cuando, importándote cómo se siente y buscando generar novedosos intercambios.

 

http://lamenteesmaravillosa.com/12-maneras-de-fomentar-el-autoestima-infantil/

Cuando los hijos llegan a la adolescencia las preocupaciones de los padres se multiplican por mil. Una de las más habituales tiene que ver con el tabaco. Parece que los chavales y chavalas que fuman suelen ser del grupo de los rebeldes y malotes. Probablemente la mala imagen que tiene el tabaco en la actualidad se deba en gran medida a la ley antitabaco que arrinconó a los fumadores, mandándoles a la calle. Pero de aquello hace ya 10 años y la idea que se tiene del cigarro ha vuelto a cambiar. Así se deduce del estudio EDADES (Programa de Encuestas sobre Alcohol y Otras Drogas en España), en el que se apunta a que en el año 2019 el 26% de los jóvenes y adolescentes entre 15 y 24 años había fumado en los 30 días anteriores a la encuesta, llegando al 28.5% en varones y al 23% en mujeres.

Entre otras cosas porque ya no nos referimos solo a los clásicos cigarrillos, sino que ahora hay que estar atento, además, al tabaco de liar, los porros, las cachimbas y los cigarrillos electrónicos. La cosa se complica: a mayor oferta, mayor preocupación. Aunque en definitiva, el enemigo es el mismo: la nicotina. Y lo es porque es una sustancia tremendamente adictiva cuyos efectos llevan a cualquier padre a echarse a temblar. Lo de menos es el modo que tiene de llegar al organismo del adolescente.

Distintas formas, mismo efecto

Rodrigo Córdoba, médico de familia y portavoz del Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud de semFYC: “El cigarrillo, según documentos de la industria tabaquera, no es más que ‘un vehículo para suministrar dosis de nicotina’. Por eso, la idea es venderla en cualquiera de sus formas porque el efecto va a ser el mismo en todas ellas. No olvidemos que se trata de un producto adictivo y tóxico que compromete el desarrollo cerebral normal de los adolescentes”. Ahí es nada.

Pues hay más: “Los cambios en la estructura cerebral provocados por el tabaco afectan de manera directa al control directo del estado interno de los adolescentes o a la toma de decisiones. En una edad tan sensible como esta, el tabaco puede cambiar drásticamente el desarrollo del cerebro de los jóvenes y afectar de manera importante a su personalidad”, comenta Córdoba, quien señala el rendimiento escolar y las relaciones familiares y sociales como principales damnificados de la nicotina.

Enfermedades cardiovasculares

Por supuesto, también están los problemas cardiorrespiratorios, como afirma Julio Álvarez Pitti, investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberOBN), pediatra y miembro del Comité promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría (AEP): “La nicotina aumenta la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y la contractilidad del miocardio. Además es un agente farmacológicamente activo que produce toxicidad aguda y que ingresa fácilmente en el cuerpo y se distribuye por el organismo. Activa múltiples vías biológicas que son relevantes para el crecimiento y desarrollo fetal, el funcionamiento inmunitario, el sistema cardiovascular, el sistema nervioso central y la carcinogénesis”.

Lo que pasa es que los chicos no solo consumen la nicotina a través del tabaco. Córdoba: “Curiosamente, más de la mitad de los jóvenes comienzan fumando tabaco mezclado con cannabis (porro) y la otra mitad fumando tabaco de liar o cigarrillos convencionales.” Pero aún hay más puertas de entrada: “La mitad de los adolescentes españoles reconocen haber probado el cigarrillo electrónico o las cachimbas”, afirma el médico de familia. Y uno de los principales problemas que suponen ambas es que el público en general y los adolescentes en particular no asocian su consumo con ninguna clase de peligro.

Por supuesto, están muy equivocados. Álvarez Pitti: “La utilización de cachimbas no es más que fumar tabaco prensado y mezclado en melaza, que se quema. El humo se absorbe a través de un tubo sin ningún tipo de filtro e inhalando”. No puede sonar peor. O sí, porque atentos a los sistemas electrónicos de administración de nicotina, que además de esta sustancia llevan “líquidos aromatizados como propilenglicol y glicerina que, al inhalarse pueden producir inflamación de las vías respiratorias. De hecho, durante el año 2019 se produjo brote de lesiones pulmonares asociado al su uso”.

Aumenta el uso de e-cigarrillos

Pero esta información no les llega correctamente a los chavales. Probablemente esa es la razón de que su consumo se haya hecho tan popular entre ellos: “Los datos actuales muestran que las tasas de uso de cigarrillos electrónicos están aumentando dramáticamente entre los jóvenes. Los resultados de un gran estudio epidemiológico realizado en EEUU en el año 2014 detectan que el 3,9% de los estudiantes de Secundaria y el 13,4% de Bachillerato habían hecho uso de un e-cigarrillo en los últimos 30 días. Este consumo se había incrementado en ambos grupos de edad en un 650% y 890%, respectivamente, en comparación con los datos de 2011”, asegura Álvarez Pitti.

Hay que tener claro que ninguna forma de consumir nicotina es mejor que otra porque, en cualquier caso, el peligro de la adicción siempre está presente. “Después de uno o dos años consumiendo nicotina, el cerebro se hace adicto a la sustancia y empieza un camino de retorno complicado. Basta con 100 cigarrillos consumidos en el plazo de uno o dos años para volverse adicto a la nicotina”, afirma el portavoz del Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud de semFYC. Y la cosa no acaba ahí, como afirma Álvarez Pitti: “El tabaco es vía de entrada a otras drogas ilegales. Tanto porque algunas de estas drogas son fumadas como porque el tabaco induce en ocasiones a acercarse a otras drogas. Por último, el efecto de recompensa que produce la nicotina hace que el cerebro desee repetir esta misma ‘experiencia’, y si es más potente, mejor.”

Fuente: El País