La Importancia del Deporte en la Juventud: Un Escudo contra el Alcohol. La adolescencia es una etapa crucial en la vida de cualquier individuo. Es un período de cambios físicos, emocionales y sociales que puede ser desafiante. Uno de los desafíos más comunes que enfrentan los adolescentes es la tentación de probar el alcohol y, en algunos casos, caer en el abuso de esta sustancia. En este contexto, el deporte emerge como una herramienta fundamental para prevenir el consumo de alcohol entre los jóvenes. En este artículo, desde Los Que No, exploraremos la importancia del deporte en la juventud como una forma efectiva de alejar a los adolescentes del alcohol.
El problema del consumo de alcohol en la juventud
El consumo de alcohol entre los adolescentes es un problema global que tiene consecuencias graves para la salud física, mental y el bienestar general de esta población. Los jóvenes son especialmente vulnerables a los efectos nocivos del alcohol debido a su desarrollo cerebral en curso y su falta de experiencia para tomar decisiones informadas. El alcohol puede interferir con el desarrollo cerebral, afectar el rendimiento académico y desencadenar una serie de problemas sociales y de salud, como adicciones, accidentes de tráfico y comportamientos violentos. El deporte es fundamental en la prevención del consumo de alcohol en la juventud, fomentar una vida sana es siempre el mejor plan.
El papel del deporte en la prevención del consumo de alcohol
El deporte ofrece una serie de ventajas únicas en la prevención del consumo de alcohol en la juventud. A continuación, destacaremos algunas de las razones por las cuales el deporte es un escudo efectivo contra el alcohol:
Estilo de vida activo: Participar en actividades deportivas fomenta un estilo de vida activo y saludable. Los adolescentes que practican deportes regularmente tienden a cuidar más su salud y son menos propensos a involucrarse en comportamientos de riesgo como el consumo de alcohol.
Desarrollo de habilidades sociales: El deporte promueve la interacción social y el trabajo en equipo. Los jóvenes que forman parte de equipos deportivos desarrollan habilidades sociales importantes, lo que les proporciona un sentido de pertenencia y amistad que reduce la necesidad de buscar la aceptación a través del alcohol.
Estructura y disciplina: La práctica deportiva implica horarios regulares de entrenamiento y competición, lo que brinda a los adolescentes una estructura y disciplina en sus vidas. Esta rutina les ayuda a evitar situaciones en las que puedan ser tentados por el alcohol.
Reducción del estrés: El deporte es una forma efectiva de liberar el estrés y la tensión acumulados. En lugar de recurrir al alcohol como escape, los jóvenes pueden utilizar el deporte como una vía saludable para gestionar sus emociones.
Oportunidades de liderazgo y desarrollo personal: La participación en deportes ofrece a los jóvenes oportunidades para desarrollar habilidades de liderazgo y autoconfianza. Cuando los adolescentes se sienten valorados y reconocidos en sus equipos, es menos probable que busquen la validación a través del consumo de alcohol.
El deporte desempeña un papel fundamental en la prevención del consumo de alcohol entre los jóvenes. Ofrece una vía saludable para canalizar la energía, desarrollar habilidades sociales, mantener una estructura en la vida y mejorar el bienestar emocional. Los programas deportivos y las actividades extracurriculares relacionadas con el deporte deben ser promovidos y apoyados para ayudar a los adolescentes a evitar el consumo de alcohol y a desarrollar hábitos de vida positivos. Al invertir en la juventud a través del deporte, podemos contribuir a la formación de una generación más saludable y consciente de los riesgos asociados con el alcohol.
https://losqueno.com/wp-content/uploads/2023/03/high-school-kids-practicing-football-using-cones-f-2021-08-28-22-15-39-utc.jpg11811772admin_pruebashttps://losqueno.com/wp-content/uploads/2018/06/logo-horizontal.pngadmin_pruebas2025-05-12 08:17:002025-05-12 08:42:10La Importancia del Deporte en la Juventud: Un Escudo contra el Alcohol
Tras el deseo de lucir un dibujo en la piel de forma permanente hay una necesidad de diferenciarse y crear una identidad propia. Lo recomendable es hablarlo con el adolescente y aportarle toda la información posible sobre sus consecuencias.
Muchos padres se cierran en banda con un tajante no; otros, por no discutir, asienten sin inmutarse. Y para otros muchos cuando un hijo quiere hacerse un tatuaje implica entrar en un mundo desconocido y lleno de estigmas. Llevar un tatuaje va dejando de ser el tabú que era antes y va formando parte de la vida de muchos. Independientemente de gustarnos o no, lo verdaderamente importante es informarnos bien sobre qué conlleva tatuarse y, si damos el OK, cuáles son los pasos necesarios para que resulte lo más seguro posible. En cualquier caso, la edad establecida para realizar un tatuaje es a los 16 años con el consentimiento y la presencia de los padres.
Tatuarse no es nada nuevo
Es importante recordar que un tatú no es nada nuevo ni una ocurrencia loca de adolescente. De hecho, hay datos que indican que el tatuaje se usa como expresión artística desde hace más de 5.000 años, siendo habitual todavía en culturas de la Polinesia o de Medio Oriente. Esta práctica, ha tenido varios significados desde la mera ornamentación hasta la jerarquía, poder, respeto o amenaza. El tatuaje también ha simbolizado el paso de la adolescencia a la adultez o el sello de casamientos o duelos. Tras ser muy castigado por algunas religiones, el tatú volvió a disfrutar de un revival en los años 70, popularizándose y diversificando sus significados como hoy en día en Europa, por ejemplo, que tatuarse representa un sello personal que se desea exteriorizar.
Lo primero, la salud
Un tatuaje es un dibujo grabado en la piel con tintas que han sido introducidas a una profundidad de hasta 3 mm, hasta la dermis, a través de pinchazos reiterados con agujas. Como padres, es posible que lo primero que se nos pase por la cabeza es preguntar si afecta a la salud. La Dra. Raquel Novo, jefa del Servicio de Dermatología de los hospitales universitarios HM Montepríncipe y HM Puerta del Sur, dice que “la piel presenta dos respuestas; una a las punciones, es decir, al traumatismo que causan las agujas, y otra, al depósito de tinta en la dermis, que no deja de ser un material extraño en el organismo”. Y eso nos lleva a pensar en esos grandilocuentes titulares que asocian tatuaje con cáncer.
Ante estas informaciones, la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV) llamaba el año pasado a la calma y a revisar la evidencia científica. Fue muy comentado el estudio publicado en Scientific Reports, que exponía que los tatuajes suponían riesgo para el sistema inmunológico. La AEDV señala que las tintas negras efectivamente liberan partículas de hidrocarburos aromáticos (potencialmente cancerígenos) hacia los ganglios linfáticos, pero “no existe evidencia científica de que la presencia de estos pigmentos en los ganglios ocasionen patología”, afirma el Dr. Donís Muñoz Borrás, de la Clínica Dermatológica Donís Muñoz y miembro de AEDV. Con respecto a las tintas rojas o de otros colores, “aún son una incógnita”, declara el doctor. “Las tintas negras se vienen empleando desde hace 4.000 años y prácticamente no han cambiado su composición. Los maoríes llevan el 80% de su cuerpo cubierto de tatuajes negros y no se ha visto que tengan mayor incidencia de cáncer”, concluye.
Actualmente, no existe una legislación específica en la Unión Europea sobre la tinta de los tatuajes de larga duración. Según la Comisión Europea, en su informe Seguridad en tatuaje y maquillaje permanente,hasta en un 5% de las personas tatuadas puede aparecer una infección bacteriana, alergias agudas o hipersensibilidad en la piel, incluso décadas después de la realización del tatuaje, debido especialmente a los colorantes de las tintas. Según el informe, eso sí, España figura entre los países de la Unión Europea (UE) con una legislación más estricta a la hora de regular los tatuajes, al establecer límites a ciertas impurezas en las tintas o tener una lista negativa para algunos colorantes. Sin embargo, la Comisión Europea destaca la necesidad de actualizar los requisitos químicos y el etiquetado de las tintas.
¿Por qué nuestro hijo quiere tatuarse?
Un tatuaje supone una decisión importante y para toda la vida. Como un adolescente puede arrepentirse fácilmente, es bueno saber que existe la posibilidad de eliminarlo con láser. Sin embargo, este procedimiento es doloroso, caro y, a veces, deja cicatrices, por lo que no todo es color de rosas. Se hace imprescindible someter el tema a una conversación en la que el adolescente exponga cuáles son sus motivaciones para tatuarse. Tal y como resalta Imma Abad, psicóloga infantojuvenil de ISEP Clínic Barcelona, “la adolescencia es un periodo en el que la imagen es crucial y, al mismo tiempo, los padres dejan de ser el referente para serlo el grupo de iguales. En todo caso, si mantenemos un clima de diálogo desde la infancia, será más fácil que se dejen acompañar en estas primeras decisiones y ofrecerles puntos de vista diferentes”. Sin querer generalizar, Jorge García, tatuador de Tinta al Alma, piensa que un tatuaje es algo muy personal y las razones de los chicos son variadas. Destaca principalmente dos: “por moda, siguiendo a celebrities o deportistas, y por expresar una historia de un momento de sus vidas”.
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El arte de negociar con adolescentes
Si no nos convence la idea del tatuaje, Abad nos recuerda que “por definición, un adolescente es rebelde, necesita esta oposición para su desarrollo y para defender y luchar por lo que desea. Quiere ser tratado como adulto y que se tengan en cuenta sus opiniones. Algunas cosas serán negociables y otras no, dependerá de cada familia. Debemos encontrar un equilibrio, ya que una decisión pactada, hablada y negociada es más fácilmente aceptada que una impuesta”.
Todo lo que hay que saber si tu hijo decide tatuarseDe la mano de la Dra. Novo, del documento del Dr. Donís Muñoz, que utilizan los dermatólogos como las reglas de oro de los tatuajes responsables, y la experiencia de Jorge García, los pasos a seguir son:
Meditar serenamente la decisión de tatuarse. Informarse y no dejarse llevar por impulsos o modas. Una vez tomada la decisión, escoger con tranquilidad el diseño y tamaño.
Hacerlo siempre en un estudio de tatuajes homologado, con las licencias del Ministerio de Sanidad, evitando aficionados, aprendices o estudios clandestinos. Además, “los padres deben comprobar que el estudio esté limpio, la máquina esterilizada y todo el material (agujas, guantes…) sea desechable; que el tatuador abra cada precinto delante de ellos”, dice Jorge.
Asegurarse de que el profesional está artísticamente capacitado. Es recomendable que antes de tatuarse, los chicos y sus padres visiten varios estudios y revisen el trabajo del artista, sus referencias y que tenga el certificado higiénico sanitario, que garantiza que tomará todas las medidas para evitar una infección. “Hoy hay escuelas de formación donde se enseña a tatuar, la técnica, la higiene y la buena relación con el cliente”, acota el tatuador.
Exigir tintas homologadas en España, o al menos en Europa. No hay que consentir otras bajo ningún concepto. El problema se genera porque muchas veces se usan tintas más económicas, pero cuyo uso no ha sido autorizado en Europa. Ojo con la henna, porque no es tan inocua como se piensa, porque para colorearla se usan sustancias con PPD, una sustancia muy sensibilizante.
Fotografiar el frasco de la tinta empleada y guardarla por tiempo indefinido, ya que en ocasiones las tintas crean problemas mucho tiempo después de ser empleadas, asegurándose de que figure marca del fabricante, registro sanitario, índice de color, número de lote, composición, etc.
El principio activo de la tinta de color negro es el carbón, y es el pigmento más empleado y el más seguro, siendo excepcional que presente efectos adversos y menos efectos indeseados.
Antiguamente, las tintas de color procedían de metales pesados (cadmio, cobalto o mercurio). No obstante, desde hace 40 años este tipo de metales se han ido sustituyendo por colorantes sintéticos o artificiales azoicos, que pueden ser tóxicos también. El color rojo es el que puede llegar a crear más problemas de intolerancia, tanto a corto como a largo plazo, pudiendo ocurrir incluso muchos años después de realizarse el tatuaje.
De querer eliminarlo, los tatuajes de color negro y rojo son los más fáciles de borrar, mientras que el color amarillo, el azul claro y el verde turquesa. El blanco, por lo general, no se puede eliminar.
Una vez hecho el tatuaje, lo más importante son los cuidados posteriores: una higiene con agua y jabón y después cremas especiales para cicatrizar e hidratar la zona.
Los dermatólogos son los profesionales más cualificados para eliminar con láser los tatuajes con garantías técnicas y sanitarias. Así mismo, son quienes pueden aconsejar acerca de hacerse o no un tatuaje en caso de padecer psoriasis, alergias o dermatitis u otras enfermedades crónicas de la piel, aunque en estos casos es mejor no tatuarse.
https://losqueno.com/wp-content/uploads/2022/10/woman-with-brunette-hair-lying-down-on-the-bed-2022-09-16-08-46-21-utc.jpg10591417admin_pruebashttps://losqueno.com/wp-content/uploads/2018/06/logo-horizontal.pngadmin_pruebas2025-05-05 07:57:002025-05-05 08:00:48“Mamá, quiero un tatuaje”: cómo gestionar el primer signo de rebeldía en la adolescencia
El consumo excesivo de alcohol acelera el riesgo de producir múltiples enfermedades entre ellas el Covid-19, ya que genera en el paciente una inmunodepresión por lo que la persona está más expuesta a enfermarse de una forma más grave por coronavirus.
En los eventos sociales también se registra un riesgo considerable de contagio masivo de Covid porque las personas entran en un estado de relajamiento y olvidan tomar los recaudos sanitarios establecidos a modo de prevención de la enfermedad.
Una persona que ingesta con frecuencia mucho alcohol automáticamente daña su hígado, el alcohol produce una toxicidad en este órgano que va matando algunas células especializadas que se denominan hepatocitos.
El doctor Hernán Martínez, director general de Desarrollo de Servicios y Redes de Salud, explicó los riesgos que produce el alcohol en nuestro organismo.
“El hígado es un gran laboratorio bioquímico del organismo, ahí se metabolizan los medicamentos que uno ingiere, todo lo que nosotros consumimos el hígado lo transforma, ya sea en energía, en aminoácidos, etc.”.
El alcohol destruye las células llamadas hepatocitos, entonces el hígado paulatinamente va entrando en lo que se llama insuficiencia hepática o cirrosis que después acarrean un sinfín de problemas como una acumulación de líquidos en el paciente. Esto produce várices en el esófago y eso a la larga puede producir lo que se llama hemorragia digestiva y puede producir que el paciente muera desangrado”, refirió el profesional.
“El alcohol produce una disminución de la inmunidad, ya que al verse afectado un órgano el sistema inmune entonces trata de paliar esta situación”, explicó.
A un paciente con problemas de alcoholismo se le considera un paciente inmunodeprimido, es decir, es una persona mucho más propensa en adquirir cualquier tipo de enfermedad entre ellas el Covid”, aseveró el profesional.
RIESGO DE CONTAGIO
Por otra parte, señaló que cuando una persona está en una ronda de tragos es más propensa a infectarse por Covid. “El efecto del alcohol en el cerebro es inhibidor lo que farmacológicamente esta sustancia le hace al cerebro; en ese momento es donde uno comienza a relajarse y a descuidar los protocolos sanitarios”.
Se produce un relajamiento porque ya hay una desinhibición, las personas cuando están bebiendo en un grupo social se sacan los tapabocas, no respetan el distanciamiento físico y comparten los mismos vasos, se recomienda que una persona use sus propios utensilios a la hora de asistir a alguna reunión social, ya que el virus puede quedar en la superficie del vaso, de la botella y ahí se empezará a desencadenar un contagio masivo”, manifestó Martínez.
“No es que no se pueda tomar alcohol en la pandemia, la cuestión está en la moderación y no olvidar los recaudos sanitarios, ya que el alcohol de por sí debilita nuestro sistema inmune y sobre todo a una persona que toma muy a menudo”, enfatizó.
“El protocolo sanitario estipula que el alcohol debe ser consumido de manera moderada, cuando se empieza el relajamiento es donde se acelera una transmisión masiva y el comercio nuevamente se verá afectado. Depende de nosotros que esto siga en orden, del cuidado individual para que no se vuelva al retroceso de fases y el de los comercios”, afirmó.
No es que no se pueda tomar alcohol, la cuestión está en la moderación y tomar los recaudos sanitarios necesarios. Hernán Martínez, director de Servicios y Redes de Salud.
https://losqueno.com/wp-content/uploads/2020/10/2.jpg548730admin_pruebashttps://losqueno.com/wp-content/uploads/2018/06/logo-horizontal.pngadmin_pruebas2025-04-28 07:56:002025-04-28 08:16:24Beber en exceso alcohol debilita el sistema inmunitario
En los últimos años, el vapeo ha ganado popularidad entre los jóvenes de todo el mundo, convirtiéndose en una nueva tendencia en la cultura juvenil. Sin embargo, detrás de la aparente inocencia y modernidad de los dispositivos de vapeo, se esconden riesgos significativos para la salud. En este artículo, exploraremos los peligros asociados con el vapeo y sus consecuencias a largo plazo, con el objetivo de concientizar a los jóvenes y a la sociedad en general sobre los riesgos que implica esta práctica.
Los productos del vapeo no son seguros:
Aunque inicialmente se promocionó como una alternativa más segura al tabaquismo tradicional, numerosos estudios científicos han revelado que los productos de vapeo no son inocuos. Los cigarrillos electrónicos contienen sustancias químicas dañinas como la nicotina, el propilenglicol, el formaldehído y otros compuestos potencialmente tóxicos. La exposición a estas sustancias puede tener efectos adversos en el sistema respiratorio y cardiovascular, especialmente en los pulmones.
Riesgos para la salud pulmonar:
Uno de los peligros más preocupantes del vapeo es el riesgo de desarrollar enfermedades pulmonares graves. Los casos de lesiones pulmonares asociadas al vapeo, conocidas como «enfermedad del vapeo» o «lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos» (EVALI, por sus siglas en inglés), han aumentado significativamente en los últimos años. Estas enfermedades pueden resultar en síntomas como dificultad para respirar, tos persistente, dolor en el pecho e incluso insuficiencia respiratoria.
Adicción a la nicotina:
La nicotina, presente en la mayoría de los líquidos utilizados en los cigarrillos electrónicos, es altamente adictiva. Muchos jóvenes que comienzan a vapear sin darse cuenta de sus consecuencias pueden volverse dependientes de la nicotina en poco tiempo. Esta adicción puede llevar a problemas de salud a largo plazo y dificultar el abandono del hábito.
Influencia en el desarrollo cerebral:
El cerebro de los adolescentes aún está en desarrollo, y la exposición a la nicotina durante esta etapa puede tener efectos perjudiciales. Estudios han demostrado que el vapeo puede afectar negativamente la memoria, la concentración y el rendimiento cognitivo en los jóvenes. Además, existe evidencia de que el uso de cigarrillos electrónicos en la adolescencia puede aumentar la probabilidad de que los jóvenes se inicien en el consumo de tabaco convencional.
Desconocimiento de los efectos a largo plazo:
Dado que el vapeo es una práctica relativamente nueva, todavía se desconocen completamente los efectos a largo plazo en la salud. Los estudios científicos están en curso para comprender mejor los riesgos asociados con el vapeo, pero los resultados hasta ahora han sido preocupantes. Es fundamental recordar que la salud es un bien preciado y que exponerse a riesgos innecesarios puede tener consecuencias irreversibles en el futuro.
Conclusión:
El vapeo se ha convertido en una moda peligrosa entre los jóvenes, y es importante crear conciencia sobre los riesgos asociados con esta práctica. Los peligros para la salud pulmonar, la adicción a la nicotina, la influencia en el desarrollo cerebral y los efectos desconocidos a largo plazo son motivos suficientes para que los jóvenes reconsideren su decisión de vapear. La educación, la información precisa y las políticas de prevención son herramientas clave para combatir esta tendencia y proteger la salud de las generaciones futuras. Es fundamental recordar que siempre es mejor optar por un estilo de vida saludable y libre de adicciones.
https://losqueno.com/wp-content/uploads/2023/06/pretty-young-hipster-woman-vape-ecig-vaping-devic-2022-01-12-07-28-23-utc.jpg15752362admin_pruebashttps://losqueno.com/wp-content/uploads/2018/06/logo-horizontal.pngadmin_pruebas2025-04-14 07:30:002025-04-21 07:56:49Los peligros del vapeo: La nueva moda de los jóvenes
Cuando la situación con respecto a las consecuencias para el menor se complica y no se puede gestionar desde la familia, expertas de la FAD recomiendan acudir a un especialista.
Las cifras de consumo de alcohol entre los adolescentes son muy elevadas. El 70,5 % de los estudiantes de entre 14 y 18 años han tomado alguna vez alcohol durante los últimos 12 meses del año , según el último estudio al respecto del Ministerio de Sanidad, que también señala que beben más las féminas que los varones menores de 18 años. Concretamente, un 73,3 % frente a un 67,8 %. En cuanto a la media de edad en que los adolescentes comienzan a tomar alcohol, se sitúa en los 15 años y las tiendas del barrio es donde más adquieren la bebida.
Cualquier cifra de consumo del alcohol en jóvenes menores de 18 años debería ser preocupante, “porque a esa edad se están desarrollando y beber puede tener consecuencias a largo plazo, como las dificultades para aprender y recordar. También puede afectar a su rendimiento académico, así como a sus relaciones sociales y familiares. Se pueden mostrar más agresivos tras las borracheras y perder oportunidades propias de su edad, como asistir a cursos o actividades de ocio, porque no han descansado de noche y se encuentran mal por la mañana, explica Celia Prat, jefa del Equipo de Formación de la Fundación FAD Juventud.
Existe mucha permisividad con el consumo de alcohol en la sociedad y trasladamos ese modelo a nuestros hijos. “Les hemos enseñado el patrón de asociar el ocio y la diversión con beber alcohol. Lo ideal, sería ayudar a los jóvenes a desarrollar un pensamiento autónomo y crítico para que puedan contemplar y asumir otras opciones para divertirse que no impliquen beber, a pesar de que a su alrededor sea el modelo social frecuente. Desde casa, se pueden favorecer alternativas relacionadas con el deporte u otro tipo de actividades que les saquen del foco del consumo de alcohol como forma de divertirse y socializar”, añade Celia Prat.
Cómo prevenir el consumo de alcohol en los jóvenes
Las bases para un ocio sano de nuestros hijos cuando son jóvenes se asientan desde la cuna. ”Se trata de un trabajo a largo plazo para fomentar en ellos una autoestima sana, poniendo normas y límites adecuados, con una buena comunicación en casa y dando un ejemplo adecuado como adultos con respecto al consumo de alcohol. Conviene conocer a los chicos y para ello hay que propiciar un espacio de escucha, diálogo y afecto para que tengan confianza a la hora de comentar con sus padres su día a día y lo que les preocupa”, comenta Rocío Paños, responsable de Actuaciones con familias de FAD.
Cómo actuar si mi hijo menor de 18 años llega ebrio a casa
Cuando un joven llega a casa bebido por primera vez, es fundamental que los padres actúen frente a la situación de manera adecuada para sentar un precedente de cara a que su hijo no repita la experiencia. Es aconsejable “no abordar el tema en el momento en que llega ebrio, porque no se va a enterar y va a generar un conflicto. Una vez que se comprueba que está bien y no hay que ir a urgencias, conviene dejar que duerma y hablar del tema al día siguiente con calma y evitando los juicios. Se pueden hacer preguntas abiertas, como, ¿qué ha pasado? ¿Por qué decidiste beber? ¿Cómo te sientes al respecto? También, se pueden comentar las consecuencias de beber, como sentirse mal físicamente y buscar juntos alternativas consensuadas al consumo de alcohol para futuras ocasiones, así como compartir con ellos nuestra experiencia al respecto cuando éramos jóvenes”, añade Rocío Paños.
Señales que indican que un joven consume alcohol
Si conocemos a nuestros hijos, sabremos detectar los indicios que advierten que consumen alcohol con menos de 18 años, como:
Disminuye su rendimiento escolar.
Se aísla durante más tiempo en su habitación.
Cambio el grupo de amigos habitual.
Se muestra desmotivado con actividades que antes le gustaban.
Cuando la situación con respecto a las consecuencias para el adolescente del consumo de alcohol se complica y no se puede gestionar desde la familia, se puede contactar con profesionales especializados, como con el servicio de información y orientación de la fundación FAD, en el teléfono anónimo y gratuito 900161515.
¿Por qué mi hijo bebe alcohol?
A los jóvenes les suele llamar la atención consumir alcohol porque lo consideran algo “divertido y transgresor. Es una forma de rebeldía propia de la edad que va contra las normas y rompe lo establecido por los padres. Pero si, anteriormente, se les ha hablado de las consecuencias negativas que tiene beber, hay más posibilidades de que no lo hagan. Conviene tener en cuenta que los adolescentes pueden consumir alcohol por cuestiones como sentirse integrados en el grupo, porque tienen una baja autoestima o necesitan sentirse reconocidos por los demás y no sentirse excluidos. Son aspectos que hay trabajar desde la familia a través del fomento de la adquisición de un sistema de valores sólido, para que no beban alcohol, simplemente, porque no es lo correcto y no me sienta bien; sin buscar más allá. Estamos convirtiendo a los jóvenes en débiles, porque no se quieren mostrar vulnerables y conviene transmitirles que el más valiente es el que se atreve a decir no”, concluye Ana López, pedagoga y especialista en neuropsicología educativa.
https://losqueno.com/wp-content/uploads/2022/04/99.jpg13071960admin_pruebashttps://losqueno.com/wp-content/uploads/2018/06/logo-horizontal.pngadmin_pruebas2025-03-24 07:03:392025-03-24 10:22:28Cómo actuar si mi hijo llega ebrio a casa y otras cuestiones sobre el consumo de alcohol en adolescentes
Un estudio reciente dejó en evidencia el vínculo estrecho entre el consumo de alcohol y el cáncer.
De acuerdo a la investigación publicada en The Lancet Oncology, se estima que el alcohol causó más de 740.000 casos de cáncer en todo el mundo en 2020.
Los investigadores hallaron evidencia de esta relación causal en varios tipos de cáncer que incluyen el de mama, boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon y recto.
Si bien se ha hablado mucho sobre el impacto negativo en general del alcohol en la salud, su incidencia en el riesgo de cáncer es menos conocida y se sabe menos aún cómo lo provoca.
Toxina
La clave está en lo que sucede cuando el cuerpo procesa procesa el alcohol, según le explica a BBC Mundo Ketan Patel, director de la Unidad de Hematologia Molecular del Medical Research Council de la Universidad de Oxford, y experto en la relación entre ambos.
La causa «no se ha comprendido del todo, pero hay dos grandes áreas que merecen consideración», dice el científico.
El riesgo exacto de una persona depende además de muchos otros factores ajenos a nuestro control, como la edad, la genética y si somos hombre o mujer.
Una se vincula a «cómo el alcohol se procesa dentro del cuerpo: cuando bebes, el cuerpo transforma el alcohol en energía», dice Patel.
En este proceso, «el alcohol se convierte en una toxina llamada acetaldehído. Esta toxina puede alterar el ADN y causar mutaciones«.
«Y como no puedes desarrollar cáncer sin genes mutantes, lo que sea que promueva la mutación de los genes, promoverá el cáncer», explica Patel.
Un ejemplo clásico de esto es la relación entre la exposición al sol y el cáncer de piel, o el tabaquismo y el cáncer de pulmón.
«Ambos incluyen agentes químicos o factores que dañan y provocan mutaciones en el ADN, que causan la aparición de cáncer debido a que los genes dan instrucciones equivocadas», explica el científico.
El segundo mecanismo del que habla Patel, tiene que ver con la energía metabólica que crea el alcohol y que «reacciona con las células y el cuerpo de forma que estimula a las células cancerígenas a aparecer y crecer, aunque la evidencia de esto por el momento es un poco débil», explica el investigador.
Claro que el beber alcohol no da necesariamente cómo resultado el desarrollo de un tumor cancerígeno, porque el riesgo exacto de una persona depende además de muchos otros factores ajenos a nuestro control, como la edad, la genética y si somos hombre o mujer.
Al procesar el alcohol, se produce una toxina llamada acetaldehído que puede alterar el ADN.
Aunque este último factor «es dificil de separar de las diferencias en torno al consumo de alcohol, ya que los hombres tienden a beber más que las mujeres», le dice a BBC Mundo Harriet Rumgay, investigadora de la Rama de Vigilancia del Cáncer de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) en Francia, y coautora del estudio publicado en The Lancet en julio.
Pero reducir la cantidad que consumimos definitivamente reduce el riesgo.
El cuerpo se defiende
Frente al daño que hace el acetildehído, que se genera a partir de la descomposición del alcohol, el cuerpo se defiende con una enzima que elimina esta toxina (la ALDH2) y luego mediante un sistema que repara el daño en el ADN y evita que ocurra una mutación.
«Cada vez que bebes alcohol, estos dos sistemas de protección evitan que el alcohol te haga mucho daño. Y la evidencia de que esto es así es que cuando estos dos mecanismos no están (en humanos o en el laboratorio), se ve una sensibilidad extrema al alcohol y al daño que le hace al ADN, y predisposición al cáncer», explica Patel.
Esta falta o deficiencia, no obstante, es bastante común.
Se estima que cerca de un 8% de la población mundial, la mayoría en el este asiático, tienen una deficiencia de ALDH2 -que hace que la piel se les enrojezca cuando beben alcohol- y esto los hace más vulnerables a ciertos tipos de cáncer.
Desde el punto de vista de la evolución, el enrojecimiento en las personas con esta deficiencia actúa como una señal de alarma, para evitar que consuman alcohol.
Cánceres específicos
El por qué afecta a ciertos tejidos en particular y no otros, es difícil de dilucidar.
Algunos cánceres a simple vista parecen más obvios -como el de boca, garganta, etc.- porque son las superficies que están en mayor contacto con el alcohol, pero hay que recordar que una vez «que el alcohol se absorbe en la sangre, puede viajar a otras partes del cuerpo donde se procesa», explica Rumgay.
Algunas teorías sostienen que alcohol podría aumentar los niveles de ciertas hormonas que aumentan el riesgo de cáncer de mama.
En el caso del cáncer de mama, una hipótesis que se baraja es que el alcohol puede también «aumentar los niveles de ciertas hormonas como el estrógeno, y los elevados niveles de estrógeno pueden incrementar el riesgo de cáncer de mama», señala la investigadora.
Sin embargo, Patel opina que la evidencia de ello no es muy contundente.
Hábitos
Cuando hablamos de tipos de alcohol, de si causa más daño el vino, o la cerveza o las bebidas espirituosas, lo que importante no es tanto de qué bebida se trate sino de la cantidad total de alcohol que consumamos, ya que el daño lo provoca el alcohol en sí mismo.
En cuanto a la cantidad, Rumgay señala que cualquier nivel de alcohol aumenta el riesgo de cáncer, «pero obviamente beber menos significa que el riesgo es más bajo en comparación con beber en grandes cantidades».
Fumar y beber es combinar dos riesgos, que algunos creen que se potencian,.
Sobre las diferencias entre beber mucho en un período de tiempo breve, como por ejemplo el fin de semana, comparado con beber un poquito todos los días, aunque la data no es muy clara, Patel estima que si uno bebe excesivamente en poco tiempo, es mucho más probable que se saturen los mecanismos de defensa y funcionen de forma menos eficiente, que si uno bebe menos pero de forma crónica.
Combinaciones
Otro problema añadido al consumo de alcohol, es cuando se hace en asociación con el tabaco.
«Básicamente, si te sometes a dos riesgos -el alcohol y otro agente que daña tu ADN- va a haber un doble efecto sobre el tejido», epxlica Patel.
Pero además, añade Rumgay, «el alcohol puede hacer que les resulte más fácil a las sustancias químicas dañinas del tabaco penetrar en nuestras células».
El riesgo de cáncer siempre será mayor entre quienes beben, comparados con quienes no lo hacen, pero «la evidencia muestra que este nivel de riesgo elevado se reduce a un nivel similar al de aquellos que nunca consumieron alcohol despues de cerca de 20 años».
El Gobierno ha dado un paso más en la lucha contra el consumo de alcohol en menores. Este martes, el Consejo de Ministros aprobó un proyecto de ley que busca restringir la venta, publicidad y patrocinio de bebidas alcohólicas dirigidas a menores de edad.
El problema del alcohol en la adolescencia
El inicio del consumo de alcohol entre los jóvenes es cada vez más temprano, lo que conlleva graves consecuencias para su salud mental y física, además de aumentar el riesgo de adicción. Según la encuesta Estudes 2023, el 75% de los adolescentes de entre 14 y 18 años ha consumido alcohol en el último año, y más de la mitad lo ha hecho en el último mes. Además, la mayoría de ellos reconoce que acceder a estas bebidas es fácil o muy fácil.
Objetivo de la nueva ley
Para reducir el impacto de este problema, el Ministerio de Sanidad ha impulsado una normativa que regulará el acceso de los menores al alcohol. La ministra de Sanidad, Mónica García, presentó los detalles de la ley tras su aprobación en el Consejo de Ministros.
Este marco legal unifica normativas ya existentes en distintas comunidades autónomas y municipios, con el fin de homogeneizar las restricciones y frenar el consumo entre los más jóvenes o, al menos, retrasar su inicio.
Principales restricciones
La futura legislación prohibirá el consumo de alcohol en determinados espacios, incluso para los adultos. Estos incluyen centros educativos (excepto universidades), residencias de estudiantes con menores, centros de protección de menores y eventos deportivos o de ocio dirigidos a jóvenes.
También se restringirá la publicidad de bebidas alcohólicas en las cercanías de estos lugares, así como en hospitales, parques infantiles y otros espacios frecuentados por menores. Además, no se permitirá el uso de mobiliario de hostelería que haga referencia a marcas de alcohol, como sillas, mesas, toldos o servilleteros.
Otras medidas incluyen la prohibición de publicidad encubierta de bebidas alcohólicas y la restricción del uso de imágenes o voces de personas menores de 21 años, embarazadas o personajes que resulten atractivos para el público juvenil. Asimismo, las máquinas expendedoras deberán contar con sistemas de verificación de edad, similares a los que ya se emplean en la venta de tabaco.
Controles y sanciones
Las fuerzas de seguridad podrán realizar pruebas de alcoholemia en los espacios donde el consumo esté prohibido. Además, en caso de infracciones leves, se contempla la posibilidad de sustituir las multas por la participación en programas de concienciación.
Las sanciones se dividen en tres categorías:
Leves: Multas de entre 60 y 600 euros.
Graves: Multas de entre 601 y 30.000 euros, suspensión temporal de la actividad y posible cierre del establecimiento hasta tres años. También se podrá prohibir el acceso a ayudas públicas durante el mismo periodo.
Muy graves: Multas de entre 30.001 y 600.000 euros, cierre del establecimiento hasta cinco años y exclusión de beneficios fiscales y ayudas públicas por el mismo tiempo.
Con esta nueva normativa, el Gobierno busca reducir el consumo de alcohol en menores y proteger su salud, estableciendo medidas más estrictas para su acceso y comercialización.
https://losqueno.com/wp-content/uploads/2021/01/444.jpg7201200admin_pruebashttps://losqueno.com/wp-content/uploads/2018/06/logo-horizontal.pngadmin_pruebas2025-03-12 19:33:012025-03-12 19:34:51Nueva Ley para Restringir el Consumo de Alcohol en Menores: Medidas y Sanciones
Las adicciones a sustancias tóxicas son enfermedades crónicas que afectan al cerebro y a la conducta, caracterizadas por la dependencia a una o varias drogas nocivas para el organismo, en este caso al alcohol. Existen dos tipos de alcoholismo. Te lo recordamos con nuestra infografía.
Tipo I: se da en adultos y se caracteriza por tener etapas con grandes ingestas puntuales con intervalos de abstemia, pero estos intervalos son cada vez más pequeños, y pueden comportar una gran dependencia y el desarrollo de enfermedad hepáticas.
Tipo II: se da en adolescentes y está relacionado muchas veces son un historial violento. El aumento del consumo de alcohol no es progresivo.
¿Qué síntomas presenta el alcoholismo?
Los síntomas de la adicción al alcohol son la ansiedad por consumirlo, pérdida del control, incapacidad para parar de beber, dependencia física, que provoca el síndrome de abstinencia (sudoraciones, fiebre, temblores) cuando se deja de tomarlo, y la tolerancia (necesidad de beber cada vez mayores cantidades de alcohol).
Además, el consumo excesivo de esta droga conlleva graves problemas de salud, tanto mentales (depresión, psicosis) como físicos (daños en hígado, cerebro), e incluso la muerte.
A continuación, mencionamos cinco señales que alertan de la aparición de la adicción a las bebidas alcohólicas.
1. Siempre con una bebida en contextos sociales:
Este hecho se cumple en cualquier contexto social, ya sean fiestas, visitas momentáneas o eventos. Cualquier momento en el que no se pueda beber se experimenta como algo que produce malestar, sobre todo cuando hay botellas a la vista.
2.Se consideran “no alcohólicas” ciertas bebidas:
El consumo de alcohol pasa a ser tan cotidiano que resulta extraño beber algo que no contenga alcohol. Personas con este problema empiezan a considerar que bebidas de poca graduación, como la cerveza, no son bebidas alcohólicas “verdaderas” y, por lo tanto, tienen una excusa para consumir más.
3. Revisar las reservas de bebida:
Asegurarse de que quedan botellas de sobras se convierte en un quehacer cotidiano. Requiere un cierto tiempo, pero se considera que quedarse sin reserva es lo peor que puede pasar.
4. Beber muy rápido:
Suele apreciarse en reuniones y es uno de los signos más llamativos que alertan de la adicción al alcohol. La acción de beber, según su opinión, es en sí misma una de las tareas principales de la reunión y no hay tiempo que perder.
5. Se rompe el contacto con amigos que no beben:
Los adictos al alcohol estructuran su vida social alrededor de las reuniones en las que, por defecto, se bebe. De esta manera, se irá deteriorando progresivamente el contacto con las personas abstemias o que beban poco.
El consumo de alcohol en la adolescencia provoca cambios cognitivos y cerebrales que en algunos casos persisten hasta la edad adulta, sugiere un estudio. El estudio ha sido realizado por la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Francisco de Vitoria, la Universidad de Oviedo y la Universidad de Málaga. En concreto, el trabajo, publicado en la revista Addiction Biology, muestra que el consumo de drogas aumenta la ansiedad y el comportamiento compulsivo, lo que se refleja en algunas pruebas con roedores expuestos al alcohol tras 5 semanas de consumo.
Además, a nivel cerebral, la expresión del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), el receptor de glucocorticoides (GR) y el factor liberador de corticotropina (CRF), ambos actores clave en la respuesta al estrés, está alterada e involucrada en regiones del cerebro. involucrados en la respuesta al estrés, la regulación emocional y la cognición. El estudio se realizó en ratones jóvenes y tuvo como objetivo analizar el cerebro y los cambios de comportamiento causados por el consumo crónico de etanol (o etanol) durante este período en comparación con su etapa adulta.
De esta manera, se pueden detectar cambios de comportamiento y cerebrales para ver si los efectos inmediatos tienen efectos a largo plazo. El trabajo comenzó con un protocolo de 5 semanas de consumo voluntario de alcohol en sus jaulas, mientras que el grupo control se exponía a beber agua.
Con el tiempo, el nivel de alcohol aumentó gradualmente del 3% al 15% durante la última semana. Después de este período, ambos grupos se sometieron a un período de abstinencia de 24 horas seguido de una prueba de craving en la que a cada grupo se le proporcionaron dos bebedores: uno con 15% de alcohol y otro con agua.
Luego, los ratones se dividieron en dos grupos, uno se sometió a una serie de pruebas cognitivas y emocionales en la adolescencia tardía y el otro permaneció abstinente hasta la edad adulta, cuando se administraron las mismas pruebas. Estas pruebas incluyen, entre otras, pruebas que analizan la memoria a corto plazo, las respuestas de ansiedad, el comportamiento obsesivo-compulsivo o la memoria de trabajo.
De manera similar, una prueba de craving (correspondiente a 24 horas) en un grupo de ratones adultos que permanecieron abstinentes hasta esta edad mostró un alto consumo de alcohol. De esta manera, las pruebas mostraron que la memoria de trabajo también cambió, especialmente en los adolescentes. «En los adolescentes, el alcohol tuvo un efecto negativo en la tarea de reconocer la ubicación de los objetos, lo que sugiere cambios en los niveles cognitivos», comentaron los investigadores. Idioma Espanol English French Italian Romanian Catalan Portuguese Tagalog Dutch
https://losqueno.com/wp-content/uploads/2018/07/pexels-photo-697243.jpeg15002250admin_pruebashttps://losqueno.com/wp-content/uploads/2018/06/logo-horizontal.pngadmin_pruebas2025-02-26 07:39:052025-02-26 11:24:48El consumo de alcohol en la adolescencia provoca alteraciones cerebrales que se mantienen de adultos
Te presentamos el Decálogo para padres par ala prevención en el inicio temprano de consumo de alcohol en menores.
DECÁLOGO PARA PADRES
Mostrar cercanía: debemos comunicarnos con nuestros hijos menores, resultar razonables y confiables, mostrarnos compresivos y solidarios.
Anticipar: advertir que este año probablemente van a sufrir presión para probar el alcohol por parte de su grupo de iguales y lo difícil que va a ser continuar sin hacerlo. Recordarles que “este verano se la van a jugar”.
Posponer: no tienen que hacer ahora mismo algo que podrán hacer más adelante, no hay prisa, ahora no toca.
Reconocer: pedir opinión a nuestro hijo sobre este asunto, sin juzgar, valorando su punto de vista y tratando de estimular su espíritu crítico.
Repudiar: hay que esforzarse individualmente y en alianza con otros padres por rechazar y marginar la forma de beber mediante botellón o sobreingesta compulsiva.
Supervisar: cuando salga de noche, adelantar que le vamos a preguntar qué ha pasado cuando regrese, que nos vamos a fijar en cómo vuelve. Matizar que no es desconfianza en él sino preocupación sincera.
Controlar: en las fiestas conviene poner una hora límite de llegada a casa o retorno al amparo paterno. Puede ser buena idea programar encuentros periódicos intermedios (“te quiero ver cada hora aquí, te acercas y luego, si todo está bien, te puedes volver a ir”; o “me haces una videollamada, que yo te vea”).
Administrar: es importante limitar la cantidad de dinero que se le da al menor: es mejor dar poco y a menudo que mucho y de golpe.
Trabajar en equipo: sigue siendo importante coordinarnos con los padres de los amigos de nuestros hijos y compartir el mismo posicionamiento. De este modo, tendremos otros aliados, nuestro criterio será avalado de forma homogénea por los padres de los amigos de nuestros hijos.
Sancionar: en todo caso, si nuestro hijo transgrede las normas, debemos aplicar consecuencias. Pero si lo hace bien, también hay que reconocérselo y sancionarlo positivamente
https://losqueno.com/wp-content/uploads/2022/06/party-2021-09-01-12-14-35-utc.jpg595397admin_pruebashttps://losqueno.com/wp-content/uploads/2018/06/logo-horizontal.pngadmin_pruebas2025-02-10 07:26:332025-02-10 11:02:58Decálogo para padres en el inicio temprano de consumo del alcohol
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