El descanso nocturno no solo consiste en dormir unas horas, sino en disfrutar de un sueño reparador que permita afrontar la actividad diurna sin fatiga. “El hecho de que los niños se despierten por la noche es normal, sobre todo los más pequeños. Cuando crecen, el desarrollo del niño permite que el sueño sea más largo y disminuyen los despertares nocturnos. Sin embargo, si la dificultad de conciliar o mantener el sueño perdura en el tiempo y produce consecuencias como malestar o somnolencia por el día, se considera insomnio”, explica Beatriz Cabrera, psicóloga del centro de psicología y logopedia, BlaBla,que cifra entre un 25 y un 30% los casos de insomnio entre los niños de entre 6 meses y 5 años de edad.

¿Qué les quita el sueño a los niños?

El insomnio infantil puede ser transitorio cuando está asociado a “cambios emocionales familiares, sociales o escolares. También puede estar causado por estrés debido a problemas familiares, bullying, depresión, ansiedad o consumo de medicamentos y alimentos que interfieran en el sueño”, explica la psicóloga Beatriz Cabrera. Los malos hábitos a la hora dormir restan calidad de sueño a los niños, entre ellos: dormir a deshoras, cambios en los horarios de descanso nocturno, cenas copiosas o bebidas estimulantes. El ejercicio físico antes de dormir, así como los juegos digitales o el ruido ambiental también desajustan el sueño de los pequeños.

El sueño nocturno es un tiempo fundamental para resetear nuestro cerebro y renovar la energía que gastamos durante el día. Los niños necesitan más horas de sueño que los adultos porque están en proceso de crecimiento. “En el caso de los niños entre 1 y 3 años alrededor de 12 horas, de 3 a 10 años, unas 10 horas y entre los 10 y los 18 años, cerca de 10 horas”, explica Beatriz Cabrera.

Noche sin descanso, día complicado para los niños

Las consecuencias del descanso nocturno inadecuado y escaso para los niños se hacen patentes por el día. “Irritabilidad, somnolencia y cansancio, dolor de cabeza, falta de atención que afecta al aprendizaje, accidentes, como caídas y en algunos casos hiperactividad”, comenta Darío Fernández Delgado, psicólogo, logopeda y médico de familia del Gabinete Médico Delicias, que recomienda los menús de buenas noches para ayudar a conciliar el sueño a los niños, como en el caso de los alimentos que aportan melatonina, la hormona que segregamos cuando hay oscuridad y que regula nuestros biorritmos de actividad y descanso o sueño. Algunos de los alimentos que estimulan esta hormona clave para el descanso son “el plátano, la leche o los hidratos de carbono. Un postre ideal para cenar el arroz con leche. La zanahoria, espinacas y los guisantes, así como el pescado azul, el atún, la merluza o las nueces” también favorecen el descanso nocturno, comenta el psicólogo, Darío Fernández,

Cómo arropar el descanso nocturno de los hijos en casa

¿Contar ovejitas antes de dormir? Hay pautas más eficaces para ayudar a que los niños caigan en los brazos de Morfeo. La psicóloga Beatriz Cabrera, las menciona:

1-Mantener una rutina del sueño con horarios regulares de como mínimo 8 horas de descanso nocturno.

2-Evitar cenas copiosas poco antes de dormir. Si el niño tiene hambre durante el tiempo que transcurre entre la cena y el momento puede tomar un tentempié ligero, como leche con galletas.

3-Evitar los productos con cafeína o tomar líquidos excesivamente a la hora de ir a dormir.

4-Usar la cama solo para dormir. Evitar otras actividades como ver la televisión o leer y estudiar.

5-Mantener el dormitorio acondicionado y confortable. Con oscuridad, sin ruido, bien ventilado y a una temperatura agradable.

6-Eliminar del cuarto luces innecesarias, como las de relojes o de adorno.

7-Minimizar las posibles interrupciones del sueño, como los ruidos externos.

8-Propiciar que los niños expresen sus preocupaciones, emociones y experiencias para evitar que se vayan a dormir con ellos y alteren su sueño.

9-Procurar que el niño realice una actividad relajante antes de dormir, como leer un cuento. Evitar ver la televisión o jugar con videojuegos en las últimas horas de la tarde y antes de ir a dormir.

10-Mantener los aparatos electrónicos fuera del dormitorio del niño. Entre ellos, los ordenadores, móviles o videojuegos.

11- Escribir un diario de actividades del día siguiente, cuando tenga el niño tenga edad para hacerlo, con el fin de restarle preocupación porque se le olvide algo. Es recomendable que lo haga, al menos tres horas antes de ir a dormir para que se olvide de las obligaciones del día siguiente.

12-En caso de que el insomnio persista, es recomendable realizar un buen diagnóstico para descartar trastornos del sueño.

https://elpais.com/elpais/2018/10/25/mamas_papas/1540468384_633352.html?rel=mas

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *