Alcohol, drogas, juego… las adicciones de los adolescentes. Eran las cuatro de la madrugada del pasado 7 de diciembre. Una patrulla de la policía local de Vigo encontraba a una joven de 15 años inconsciente, con signos evidentes de haber bebido. Tras avisar a los padres, la adolescente fue ingresada en un hospital. Policía y sanitarios repiten cada fin de semana y festivos la misma rutina; observan cómo muchos jóvenes beben sin control e intervienen cuando sufren intoxicaciones etílicas. Luego llega la llamada a los padres, unos progenitores que, en la mayoría de los casos, no dan crédito a lo que hacen sus vástagos. Porque todos piensan que son los hijos de los otros los que caminan dando traspiés, botella en mano, armando escándalo cuando cae la tarde.

Esos padres desconocen que el 60% de los menores ha consumido alcohol en el último año y que con 14 años la mayoría ha probado al menos su sabor. Así lo atestigua la Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España (Edades)  realizada por la Delegación del Gobierno del Plan Nacional sobre Drogas. La ley prohíbe su compra a los menores, pero ellos se las ingenian para hacerse con destilados de baja calidad. Algunos recurren a amigos o hermanos mayores para conseguir las bebidas, otros los hacen ellos mismos sin mucha dificultad.

Hace unos meses la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizó un estudio y llegó a la conclusión de que el 57% de los menores consigue que le vendan bebidas alcohólicas sin tener que mostrar ninguna documentación. Según el mismo estudio, en los bazares conocidos como chinos y otros pequeños establecimientos se hace la vista gorda con mucha facilidad, a pesar de que se enfrentan a sanciones por estas ventas.

Alcohol, drogas, juego… las adicciones de los adolescentes

Para poner freno a la situación, el anterior Gobierno del Partido Popular puso en marcha la Ley de Alcohol y Menores de Edad, la denominada ley antibotellón, cuyas bases fueron aprobadas el pasado mes de abril en la Comisión mixta Congreso-Senado para el Estudio del Problema de las Drogas. En el borrador se incluían, entre otras medidas, multas a los padres de los menores encontrados ebrios. Pero con el cambio de gobierno, el trámite de la ley está paralizado y depende de la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, que se agilice su trámite.

José Antonio Jiménez es médico jefe de guardia del Samur (el servicio de asistencia de urgencias del Ayuntamiento de Madrid) y cuenta que en su turno «es común acudir a la llamada de niños de 11 y 12 años que se encuentran mal porque se han emborrachado. De todas las intoxicaciones que se ven en jóvenes, las de menores de edad pueden alcanzar un 20%. De ellos, un 40% necesita hospitalización y en un 10% requieren una UVI porque presentan complicaciones graves como el coma etílico. El alcohol provoca daños orgánicos en muchos casos -no olvidemos que el hígado en esas edades no está bien desarrollado-. Lógicamente, cuanto antes se inician en el consumo, más fácil es que este se convierta en un problema crónico».

Hace 24 años que el doctor Jiménez entró a formar parte del Samur y en este tiempo ha observado varios cambios en la forma de consumo; el primero, que se ha disparado la ingesta en la calle. El segundo, la incorporación de las chicas: «Ahora no está mal visto que las niñas se emborrachen para desinhibirse, una actitud que provocaba rechazo hace años. Ellas por lo general son más precoces, también en el consumo de alcohol, y las intoxicaciones son más graves porque el organismo femenino tiene menos tolerancia a esta sustancia».

Según los últimos datos, que corrobora el jefe médico del Samur, una forma de consumo copiada de los países del norte de Europa, el binge drinking (atracón de alcohol) continúa extendiéndose entre los menores españoles. «Esto se produce por un fallo en la supervisión familiar. Hay que educar a jóvenes y mayores en el consumo responsable, hablar de ello en las escuelas y fomentar actividades lúdicas, como el deporte, que alejen a los más pequeños de los botellones. Y las autoridades deben ser mucho más duras al penalizar el consumo en las calles», concluye el doctor José Antonio Jiménez.

Otro dato preocupante revelado por la encuesta Estudes sobre consumo de drogas entre los alumnos de secundaria es el que se refiere a cómo se ha disparado el número de menores que fuman: nada menos que uno de cada cuatro, a pesar de que muchos han nacido ya tras la entrada en vigor de la ley antitabaco . Según el último Eurobarómetro publicado sobre este tema, uno de cada cuatro europeos fumadores adquirió ese hábito entre los 15 y los 17 años, sobre todo en los países del sur del continente.

Según los responsables del estudio, esas alarmantes cifras se deben al bajo precio del tabaco, la falta de campañas de educación y el aumento del consumo de cannabis (porque conlleva mezclarlo con tabaco). Y es que también se está produciendo un repunte en el consumo de porros:el 14,3% de los menores de 18 años los han fumado en el último año, cifra que duplica al porcentaje de consumidores mayores de 45, que no llega ni al 8%.

Samuel (nombre ficticio para preservar su intimidad) llegó a un instituto público de Alicante con 12 años y enseguida se integró en el grupo de los alumnos más conflictivos de la clase. Durante las vacaciones de Navidad el hermano de uno de ellos compró tres botellas de vodka que se bebieron en poco más de una hora. La borrachera fue monumental y a partir de ahí los padres de Samuel comenzaron a vigilar lo que hacía su hijo. Pero dos años después bajaron la guardia y el chaval aprendió a disimular. No había cumplido los 15 cuando probó el primer porro y con él llegaron el absentismo escolar, la rebeldía en casa, la apatía… Hoy está ingresado en un centro de desintoxicación intentando rehabilitarse de sus adicciones. La terapeuta que lo trata, y que también prefiere mantener su anonimato, cuenta que se le parte el alma cuando ve «a la madre culpándose de no haber parado ese vicio a tiempo».

Detrás del caso de Samuel, como ocurre con tantos otros de menores consumidores, está la percepción del cannabis como una sustancia de moda desprovista de peligro, algo completamente equivocado. Un estudio realizado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) afirma que el abuso de su consumo puede producir alteraciones del sistema nervioso comparables a la psicosis y la esquizofrenia; esto afecta especialmente a los más jóvenes.

Por su parte, la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción ( FAD) demostró que esta droga fomenta comportamientos violentos, causa pérdida de memoria, afecta negativamente al desarrollo educativo y favorece el fracaso escolar. Por último, en muchos casos supone la puerta de entrada para otras drogas, como la cocaína o el éxtasis.

Ana Montero, psicóloga clínica y directora del Centro Los Mesejo, donde tratan a jóvenes de entre 12 y 25 años con problemas de adicción, hace un retrato robot de estos chavales: «El perfil medio se corresponde con un varón de 16 años que acude por problemas relacionados con el consumo de cannabis y que, además, tiene poca conciencia del problema que sufre. Es la familia la que solicita nuestra intervención en muchas ocasiones». Estos pacientes requieren «una atención especial, porque se encuentran en la transición de la infancia a la madurez, en el proceso de descubrir y definir su identidad».

La pregunta que subyace es qué lleva a estos chavales a consumir drogas. Ana Montero asegura que se trata de una mezcla de factores: «La presión del entorno y la búsqueda de una satisfacción inmediata pueden contribuir a que los adolescentes abusen de determinadas sustancias».

Y esos mismos motivos, señalan los expertos, pueden derivar, si no se pone freno, en otras conductas potencialmente adictivas, como el abuso de las nuevas tecnologías.

Lo sabe bien Graciela, madre de dos chicos de 12 y 14 años. Hace meses que desaparecen en su habitación y pasan horas jugando al Fortnite, el videojuego de moda. Esta madre, como tantas otras, se pregunta cuándo debería empezar a preocuparse, en qué momento debe prohibirles que se acerquen a su ordenador o racionar las horas frente a la pantalla.

El 21% de los jóvenes utiliza internet de forma compulsiva

La respuesta es difícil, pero los expertos consideran que debería estar alerta, ya que el 21% de los jóvenes usa Internet de forma compulsiva, según la mencionada encuesta Estudes, y muchos de ellos se enganchan a la nueva plaga que arrasa entre los menores, la adicción al juego online: un 6,4% de jóvenes entre 12 y 16 años jugaron dinero a través de internet, y entre el 0,2% y el 12 % de los adolescentes cumplen «criterios de juego problemático», según este estudio. Porque, como explica la psicóloga Ana Montero, «ha cambiado el perfil de los jugadores, ahora son más jóvenes, con mayor nivel de estudios, y hay más mujeres».

Para combatir el problema, todos los expertos coinciden en que solo queda una vía, la de la prevención. Beatriz Martín Padura, directora general de la FAD, destaca que «para sensibilizar a los jóvenes hay que utilizar las vías por las que ellos se comunican, sobre todo las redes sociales, ya no valen las tradicionales. Por eso acabamos de poner en marcha el proyecto The Real Young, para dar voz a los adolescentes de tú a tú y en los entornos donde se mueven, que son fundamentalmente digitales».

En la misma línea, el recién aprobado Plan de acción sobre adicciones 2018-2020 presta especial atención a los menores de edad y pone de relieve «el importante factor de riesgo que supone la baja percepción del peligro por parte de los adolescentes frente al consumo de drogas, especialmente el alcohol y el cannabis, y manifiesta la necesidad de incrementar los esfuerzos por llegar a esta población a través de mensajes y canales creíbles y de gran calado».

Y mientras tanto, ¿qué pueden hacer los padres de los chavales que tienen la tentación a la vuelta de la esquina? Azucena Martí, delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, considera que «las familias son el pilar básico para la prevención de conductas de riesgo y es cierto que muchas se encuentran ante encrucijadas y mensajes contradictorios en la crianza y educación de sus hijos. Es necesario el apoyo de toda la sociedad para cumplir con ese cometido preventivo y contribuir al desarrollo de competencias familiares, herramientas para hacer frente a esas encrucijadas».

En lo que la mayoría de expertos coinciden es en que los menores no deben recibir mensajes contradictorios (un discurso sobre lo malo que es el alcohol pronunciado con una copa en la mano) y en que hay que ofrecerles modelos de ocio alternativos.

Fuente: El Mundo

Merc@DUAL se enfrenta al riesgo inminente de desaparición

Situación crítica en Merc@DUAL, que ofrece ayuda alimentaria urgente a 3.500 personas en situación de extrema necesidad, tras sufrir una caída del 80% en su financiación para el año 2023.

Asociación DUAL a punto de cerrar Merc@DUAL: atención urgente a familias

  • Asociación DUAL ha ofrecido ayuda directa mediante la entrega de alimentos y otros bienes de primera necesidad a 3.500 personas solo en este año.
  • Merc@DUAL es una iniciativa pionera que permite dignificar la ayuda alimentaria transformando el servicio en un Supermercado Solidario On Line.
  • Una inesperada caída del 80% en la financiación para 2023 deja este programa social en una situación crítica.
  • Varias personas usuarias han querido mostrar su preocupación en un vídeo testimonial.

SITIO WEB: www.mercadual.com

Teléfono: 91323155 / 661 312 596

asociacion.dual@patologiadual.com

¿Adiós a Merc@DUAL?

Merc@DUAL es el nombre de la innovadora y pionera apuesta que ha venido desarrollando la Asociación DUAL durante casi una década para transformar su servicio de entrega de ayuda alimentaria a familias en situación de extrema necesidad en un Supermercado Solidario On Line homologable a la web de cualquier otra gran superficie.

“Hemos pasado de apostar por la modernización de nuestro Programa de Atención Integral Urgente a Familias en Situación de Alta Necesidad a suplicar por su supervivencia con efectos al 1 de enero”, lamenta Raúl Izquierdo, Director Técnico de la asociación.

Se apostó por este Programa

En Asociación DUAL se muestran consternados después de ver cómo la financiación de este Programa ha sufrido una caída del 80% para el ejercicio 2023, todo ello tras experimentar un crecimiento exponencial, tanto en presión asistencial como en inversión de la administración pública desde el inicio de la pandemia, momento en que llegó a cuadruplicar su oferta de ayuda en apenas dos meses.

“Hemos pasado de obtener 230.000 euros entre subvenciones de gastos corrientes e inversión para el ejercicio 2022, a contar solo con 37.000 € para 2023”, señala María Padrino, Gerente de la entidad.

Lo cierto es que el Programa no ha parado de crecer e innovar en los últimos años y lo ha hecho, entre otras cosas, gracias al impulso y el apoyo de la administración autonómica.

Un programa tan novedoso como consolidado

El Programa de Atención Urgente, ahora transformado en Merc@DUAL, se puso en marcha en 2014, apostando por ofrecer un trato digno y normalizado a sus personas usuarias. La entrega de alimentos y otras ayudas siempre se ha hecho con cita previa de modo que cada familia ha podido retirar los alimentos de forma discreta, sin asistir a la formación de filas conocidas desafortunadamente como “colas del hambre”.

Las familias que reciben ayuda destacan la frecuencia semanal en la recogida, así como la variedad y la cantidad de alimentos: en Merc@DUAL pueden retirar productos perecederos y no perecederos, incluyendo frescos y congelados. Del mismo modo, se adapta la entrega a las necesidades particulares de cada familia: si hay niños, se refuerza la entrega de productos lácteos, se facilita material escolar y se entregan juguetes coincidiendo con las Navidades.

Se trata de un programa profesionalizado que trabaja en estrecha coordinación con los servicios sociales en su calidad de centros derivadores.

Algunos números

Merc@DUAL ha atendido a 3.500 personas en 2022 de las cuales 1.138 son menores de edad. Durante este último año se han repartido, entre otras ayudas, un total de 450.000 Kg. de alimentos, de los cuales el 73%. proceden de donaciones de la Fundación Banco de Alimentos de Madrid, el 24% del Fondo de Ayuda Europea para las Personas Más Desfavorecidas (FEAD) y el 3% restante de empresas y particulares.

La Comunidad de Madrid ha financiado la compra de un camión, una furgoneta y sendas cámaras refrigeradora y congeladora, entre otros bienes. “No entenderíamos que esa inversión quedase dilapidada en un momento en que el programa ha multiplicado su capacidad asistencial”, afirma Raúl Izquierdo.

Un vídeo y un llamamiento desesperado

Ante esta inesperada situación cuyas consecuencias serán visibles a partir del 1 de enero, varias personas usuarias de Merc@DUAL han querido dejar constancia de su difícil situación, colaborando en la elaboración de un vídeo que representa un desesperado grito de auxilio ante el riesgo cierto de perder una fuente de ayuda imprescindible para sus familias. Desean dar visibilidad a su testimonio para evitar, in extremis, el cierre de Merc@DUAL.

“Necesitamos seguir trabajando para poder seguir ayudando, sobre todo en un contexto de profunda crisis económica que condiciona y limita la cesta de la compra de la mayor parte de familias, especialmente de las más vulnerables”, comenta María Padrino, que concluye “lo contrario supondría abocar a 3.500 personas, 1.138 de ellas niños y adolescentes, a una situación límite”.

Es importante hacer un autoanálisis y balance de lo que hizo durante el año que termina. Después hay que analizar si desea continuar con su vida habitual o se hacen necesarios algunos cambios.

‘Para este año prometo ser mejor estudiante y tener mejores notas’, ‘Voy a ser más atenta con mis padres’, ‘Iniciaré mis estudios universitarios’, ‘No dejaré para después mis labores’.
Estos pueden ser algunos de los propósitos que desea trazarse para el próximo año, sin embargo, varios se quedan en eso, propósitos.
Para elaborar su lista de intenciones y aspiraciones para el nuevo año, es importante que haga un autoanálisis y balance de lo que hizo durante este año. Enfoque sus prioridades, lo que desea y si estos propósitos le van a permitir mejorar en su vida personal y en su futuro profesional.
Analice entre los objetivos que se trazó durante este año que está por finalizar, cuáles cumplió, cuáles quedaron pendientes y cuáles nuevos puede incluir.
Sin importar qué tipo de proyectos desee lograr para este año, recuerde que todo lo conseguirá si se esfuerza, es perseverante y confía en usted mismo.

Preguntas y respuestas

Juan Gabriel Sánchez
Sicólogo especializado en Juventud.
¿Cómo elaborar la lista de propósitos para el nuevo año?
Los jóvenes difícilmente hacen planes a largo plazo. Cuando hay fallas es necesario proponerse cómo van a mejorar esas fallas. Pero ellos no hacen plantes concretos, formales y deberían hacerlo. Pero ese pensamiento inmediatista se da especialmente por la cultura en que vivimos. Nuestra cultura es de vivir el momento y gastar el día, no les enseñamos a los muchachos a planear.
¿Cuál es el mejor momento para realizar esa lista de propósitos?
Durante las vacaciones los jóvenes sacan tiempo para organizar su cuarto, en ese momento también se debe organizar su nuevo año, mirar los pendientes del año que va a terminar, qué planes a futuro hay, lo qué quiere para ese año y qué tiene que hacer para lograrlo.
¿Se debe programar un plan o dejar que surjan las cosas espontáneamente?
La idea es programar, tener un plan, una organización y más para un joven. Sin embargo se debe dejar un espacio para cosas inesperadas, no todo puede estar programado, hay también que organizar y reacomodar las cosas.

LA VOZ DEL EXPERTO

Gilberto Niño
Sicólogo
“Efectivamente hay que elaborar un plan. Este debe estar enmarcado en tres tipos de objetivos: el primero es lo que se cumplirá a corto plazo. El segundo a mediano plazo, que son los que generan más expectativa; y los de largo plazo, son las metas a cumplir en un tiempo más prolongado”, explicó el especialista.
Asimismo enfatizó que los propósitos deben ser ideales relacionados con su vida personal, ya que le permitirán crecer cada día; familiar, porque dentro del hogar siempre se presentarán dificultades y su participación para mejorar les hará sentirse útiles, y profesional, que es donde buscan qué quieren para su vida, identificar lo que les genere pasión y gusto, esto los hará profesionales exitosos.
“Cuando los jóvenes elaboren su plan de objetivos, deben estar orientados por un adultos, que los sensibilice, que tracen sus metas de corazón”, afirmó Niño.
Y advirtió que aunque muchas personas aprovechan está época para plantear sus propósitos, el momento indicado es “desde el instante que cuando se quiera cumplir lo que se proyecta”.
“Esta temporada es la adecuada por la fecha, ya que comienza un nuevo año donde pensamos que tenemos 365 días para cumplir lo que queremos, pero si esta fecha ha pasado aún está a tiempo, los planes parten desde el momento que se quiera cumplir, desde el corazón”, concluyó Niño.

Se debe planear y organizar
Comienza el 2015 y desde ya está pensando que tiene 365 días para llevar a cabo sus proyectos. Seguramente este año se está repitiendo ¡Este año si lograré lo que me propongo! No obstante, muchos jóvenes, según el sicólogo Juan Gabriel Sánchez, no planean su futuro y viven de lo que les suceda cada día.
Va a comenzar el año y es necesario reflexionar acerca de lo que espera para estos 365 días, este nuevo ciclo.
“Los jóvenes no hacen plantes concretos, formales, pero deben hacerlo. En nuestra cultura tenemos un pensamiento inmediatista, vivir lo que ocurre cada día”, puntualizó Sánchez.

“Los jóvenes difícilmente hacen planes a largo plazo, ellos son inmediatistas, viven el aquí y el ahora, pero no qué va a pasar mañana”,
Juan Gabriel Sánchez, Sicólogo especializado en Juventud

Seis Modos de Comenzar el Año nuevo por Chris Elliott (6 Ways to Start the New Year Doing Instead of Dreaming)
Es la época del año donde las personas tratan de desarrollar sus propósitos para el nuevo año.  De acuerdo con Chris Elliott, autor de “6 Ways to Start the New Year Doing Instead of Dreaming”,  se debe elaborar una estrategia que permita reforzar las intenciones, para ello es necesario:
– Mentalizarse para el cambio. No importa cuál sea el propósito. Tiene que estar muy convencido de ¿Por qué va a hacerlo? y ¿Para qué? Reflexione sobre el asunto y madure la idea de tal forma que no le quede la menor duda de lo que quiere hacer y de las ventajas que acarreará el cambio.
– Aprenda todo lo que pueda acerca del propósito. Esto sirve para cualquier propósito que no se haya planteado antes. Infórmese todo lo que pueda sobre cómo va a ser el camino y sobre el trabajo que le va a suponer, sin dejar a un lado las dificultades que previsiblemente encontrará.
– Elimine actividades que no sirven. En muchas situaciones, el nuevo propósito va a ser incompatible con sus costumbres actuales. En lugar de eliminar esas costumbres drásticamente, empieza a recortarles tiempo.
– Trace metas realistas. Adáptelo a su personalidad y a las circunstancias en las que se desenvuelva. Esto viene a significar que concrete el propósito en objetivos graduales válidos exclusivamente para usted.
-Busque apoyo. Sería genial que encontrara a alguien que se haya propuesto lo mismo que usted y que comparta la motivación por lograrlo. Aunque, si no es el caso, al menos busque alguna persona con la que pueda charlar sobre el proceso; alguien que lo entienda y se alegre con su cambio.
– Empiece ahora mismo. Aprender, planificar y buscar apoyos (si los hay) durante la marcha será más difícil que si comienza un poco antes a preparar el cambio.

http://www.vanguardia.com/vida-y-estilo/jovenes/137141-ano-nuevo-propositos-nuevos

Cristina tiene 12 años. A diario piensa en el día de Reyes. Aunque con suerte, y la ayuda de su padre, igual sucede en una tarde de este verano. Cristina no tiene móvil y no lo tendrá hasta Reyes porque su madre así lo ha decidido. Solo tres compañeros más de su clase están en la misma situación. ¿Cómo lo resiste? ¿Acabará siendo la última?

La última de la clase en tener móvil

“Mis amigas tienen el móvil de mi madre y así nos comunicamos”, dice. Ni móvil ni redes sociales. Por supuesto, ni pensar en Instagram. Primero de secundaria y Cristina va y vuelve del cole sin necesidad de estar pegada a una pantalla. Ella se muestra resignada y comprensiva, quizás porque sabe que la fecha se acerca. Quizás también porque no quiere dejar mal a su progenitora ante la prensa.

“Entiendo un poco a mi madre, ella me dice que para todo hay que esperar un poco, que si cojo un teléfono me engancharé y que no miraré el mundo. La verdad es que no me siento apartada, pensaba que iba a ser peor”. Su padre es su mejor aliado y quien presiona en casa para que el aparato se entregue en verano. “Él sufre más cuando voy fuera y no puedo llamarlos”. La madre de Cristina es lo que se podría denominar madre resistente. “No creo que a esta edad les beneficie, y no están preparados para todo lo que puede hacer un móvil hoy en día. Yo le ofrecí un móvil, no un smartphone, solo para llamadas, pero no lo quiso. Además, no me considero del todo radical porque tiene Ipad en casa con el que se puede comunicar con las amigas si es necesario”, explica Pilar.

El mejor momento

En España uno de cada cuatro niños de 10 años tiene móvil, según una reciente encuesta del Instituto Nacional de Estadística. A la edad de Cristina, ya lo tienen el 75% de los chavales. John Hoffman es el principal responsable del Mobile World Congress, el congreso de telefonía móvil más importante del mundo. Pero, además, es padre de cuatro hijos de entre 26 y 12 años. Los mayores recibieron su primer móvil con 12 años; sin embargo, el pequeño contó con el aparato a los siete. “Depende del niño y de los padres. No es necesario que sea el primero de la clase, pero ser el último es realmente duro porque tienes mucha presión del entorno”, opina.

¿Cuándo es el mejor momento? Berta Saliner es psicóloga infantil y también madre. Como madre, opta por los 20 años. Y sonríe. Como experta explica: “Entre los 12 y los 14 años, junto con el inicio de la pubertad o adolescencia, se dan una serie de cambios neurofisiológicos que permitirán al niño ser capaz de iniciarse en la comprensión de las funciones de esa tecnología”.

“También es, en ese momento, cuando se despierta la necesidad psicológica más álgida de identificación y pertenencia de su grupo de iguales o de referencia… el cual se concentra y fomenta en gran parte hoy en día a través del móvil (chat, redes sociales, compartir fotos…)”, afirma. Su buen uso, añade Saliner, dependerá de la madurez del niño y de la enseñanza de las funciones de la tecnología, además de las limitaciones que impongan los padres.

SOBRE ESTE PROYECTO

Este reportaje es la séptima entrega de Crecer Conectados, una serie de artículos que explora la vida de niños y adolescentes en un mundo digital. Los códigos han cambiado, los chavales aprenden, juegan y se relacionan a través de redes y pantallas, rodeados de algoritmos y big data, nativos en entornos en los que sus mayores se mueven con desconcierto. Crecer Conectados reflexiona sobre los retos a los que se enfrentan y las posibilidades que se abren para estas generaciones. ¿Qué hacen, dónde están y cómo usan los menores la tecnología? Tienen entre 3 y 18 años: ellos serán nuestros guías.

https://elpais.com/sociedad/2019/05/11/actualidad/1557574247_036276.html

Cuando la situación con respecto a las consecuencias para el menor se complica y no se puede gestionar desde la familia, expertas de la FAD recomiendan acudir a un especialista.

Las cifras de consumo de alcohol entre los adolescentes son muy elevadas. El 70,5 % de los estudiantes de entre 14 y 18 años han tomado alguna vez alcohol durante los últimos 12 meses del año 2022, según el último estudio al respecto del Ministerio de Sanidad, que también señala que beben más las féminas que los varones menores de 18 años. Concretamente, un 73,3 % frente a un 67,8 %. En cuanto a la media de edad en que los adolescentes comienzan a tomar alcohol, se sitúa en los 15 años y las tiendas del barrio es donde más adquieren la bebida.

Cualquier cifra de consumo del alcohol en jóvenes menores de 18 años debería ser preocupante, “porque a esa edad se están desarrollando y beber puede tener consecuencias a largo plazo, como las dificultades para aprender y recordar. También puede afectar a su rendimiento académico, así como a sus relaciones sociales y familiares. Se pueden mostrar más agresivos tras las borracheras y perder oportunidades propias de su edad, como asistir a cursos o actividades de ocio, porque no han descansado de noche y se encuentran mal por la mañana, explica Celia Prat, jefa del Equipo de Formación de la Fundación FAD Juventud.MÁS INFORMACIÓNLos adolescentes que beben alcohol tienen menos amigos

Existe mucha permisividad con el consumo de alcohol en la sociedad y trasladamos ese modelo a nuestros hijos. “Les hemos enseñado el patrón de asociar el ocio y la diversión con beber alcohol. Lo ideal, sería ayudar a los jóvenes a desarrollar un pensamiento autónomo y crítico para que puedan contemplar y asumir otras opciones para divertirse que no impliquen beber, a pesar de que a su alrededor sea el modelo social frecuente. Desde casa, se pueden favorecer alternativas relacionadas con el deporte u otro tipo de actividades que les saquen del foco del consumo de alcohol como forma de divertirse y socializar”, añade Celia Prat.

Cómo prevenir el consumo de alcohol en los jóvenes

Las bases para un ocio sano de nuestros hijos cuando son jóvenes se asientan desde la cuna. ”Se trata de un trabajo a largo plazo para fomentar en ellos una autoestima sana, poniendo normas y límites adecuados, con una buena comunicación en casa y dando un ejemplo adecuado como adultos con respecto al consumo de alcohol. Conviene conocer a los chicos y para ello hay que propiciar un espacio de escucha, diálogo y afecto para que tengan confianza a la hora de comentar con sus padres su día a día y lo que les preocupa”, comenta Rocío Paños, responsable de Actuaciones con familias de FAD.

Cómo actuar si mi hijo menor de 18 años llega ebrio a casa

Cuando un joven llega a casa bebido por primera vez, es fundamental que los padres actúen frente a la situación de manera adecuada para sentar un precedente de cara a que su hijo no repita la experiencia. Es aconsejable “no abordar el tema en el momento en que llega ebrio, porque no se va a enterar y va a generar un conflicto. Una vez que se comprueba que está bien y no hay que ir a urgencias, conviene dejar que duerma y hablar del tema al día siguiente con calma y evitando los juicios. Se pueden hacer preguntas abiertas, como, ¿qué ha pasado? ¿Por qué decidiste beber? ¿Cómo te sientes al respecto? También, se pueden comentar las consecuencias de beber, como sentirse mal físicamente y buscar juntos alternativas consensuadas al consumo de alcohol para futuras ocasiones, así como compartir con ellos nuestra experiencia al respecto cuando éramos jóvenes”, añade Rocío Paños.

Señales que indican que un joven consume alcohol

Si conocemos a nuestros hijos, sabremos detectar los indicios que advierten que consumen alcohol con menos de 18 años, como:

  • Disminuye su rendimiento escolar.
  • Se aísla durante más tiempo en su habitación.
  • Cambio el grupo de amigos habitual.
  • Se muestra desmotivado con actividades que antes le gustaban.

Cuando la situación con respecto a las consecuencias para el adolescente del consumo de alcohol se complica y no se puede gestionar desde la familia, se puede contactar con profesionales especializados, como con el servicio de información y orientación de la fundación FAD, en el teléfono anónimo y gratuito 900161515.

¿Por qué mi hijo bebe alcohol?

A los jóvenes les suele llamar la atención consumir alcohol porque lo consideran algo “divertido y transgresor. Es una forma de rebeldía propia de la edad que va contra las normas y rompe lo establecido por los padres. Pero si, anteriormente, se les ha hablado de las consecuencias negativas que tiene beber, hay más posibilidades de que no lo hagan. Conviene tener en cuenta que los adolescentes pueden consumir alcohol por cuestiones como sentirse integrados en el grupo, porque tienen una baja autoestima o necesitan sentirse reconocidos por los demás y no sentirse excluidos. Son aspectos que hay trabajar desde la familia a través del fomento de la adquisición de un sistema de valores sólido, para que no beban alcohol, simplemente, porque no es lo correcto y no me sienta bien; sin buscar más allá. Estamos convirtiendo a los jóvenes en débiles, porque no se quieren mostrar vulnerables y conviene transmitirles que el más valiente es el que se atreve a decir no”, concluye Ana López, pedagoga y especialista en neuropsicología educativa.

Fuente: El País.