Laurent Simons , un niño de 8 años, de Bélgica, acaba de recoger su diploma de graduado en lo que equivaldría al Bachillerato en nuestro país rodeado de familiares y otros estudiantes, de 18 años, y está a punto de entrar en la universidad .
El niño belga ha logrado graduarse en la escuela secundaria a la edad de 8 años después de completar seis años en aproximadamente 18 meses. Su siguiente paso es entrar en la universidad, pero lo hará en septiembre, después de pasar dos meses de formación.
Según explicaron sus padres a la radio belga RTBF, el menor tiene un coeficiente de inteligencia de 145 , lo que ha facilitado a terminar sus estudios antes de tiempo. De acuerdo con la declaración de sus progenitores, el niño ya apuntaba maneras de pequeño cuando sus padres empezaron a notar que no tenía mucho interés en los juguetes y le costaba relacionarse con otros niños de su edad.
Si se le pregunta por su asignatura favorita , Simons no tiene duda: las matemáticas y la explicación es sencilla: «porque es muy amplia, hay estadística, geometría, álgebra…».

De momento, baraja decantarse por seguir una carrera como cirujano, astronauta o algo relacionado con la informática , pero a sus padres esto no les supone una gran preocupación. «Si decide mañana convertirse en carpintero, eso no supondría un problema para nosotros, siempre y cuando él sea feliz», dijo su padre a BBC .

http://www.europapress.es/desconecta/curiosity/noticia-nino-prodigio-anos-comenzara-universidad-despues-completar-estudios-18-meses-20180703115035.html

Me duele la mano. Desde hace días. Concretamente, los dedos. El dolor se vuelve intenso cuando sostengo el móvil, cosa que hago 16 de las 24 horas que tiene el día. Hace días que lo pienso. Y entonces el móvil se calienta. Debe ser por su uso intensivo. No es normal. Algo le pasa. Y entonces pienso en la niña de dos años, que ya me roba el móvil para ver Bebé jefazo o Pocoyó. Sube y baja los vídeos de YouTube como si nada. A ella también se le calienta el teléfono. A los cinco minutos el aparato arde. No es normal. Es el aparato que me proporciona la empresa, vaya por delante y sin querer insinuar nada.

Mientras pienso en el dolor de mis dedos, oigo a otra madre que dice: “No deberías dejarle el móvil, provoca autismo”. Le quito el móvil. Y pienso en que queda muy poco para que la mayor, de 12, tenga uno de estos aparatos. Ya lo pide. Insistentemente, cada día. Sabe el modelo y el color que quiere. Desde hace años. Evidentemente, es uno muy superior al mío. Le he propuesto uno de prepago, sin Internet. Pero, ¿qué le voy a decir… si no deja de verme a mí siempre enganchada al móvil? Miro Twitter, y veo uno que dice: “Respiramos oxígeno, nitrógeno y WiFi”. Así estamos.

Eton College confisca el móvil de sus alumnos por la noche

En España, uno de cada tres niños de 10 años tiene móvil. En el caso de los de 13, el 78,4%, y entre los de 15, el 90%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2014.

¿Qué estamos haciendo? Y ¿qué estamos enseñando? La gestión familiar del móvil es complicada. Lo cuenta Maria Pi-Figueras, madre y médico, que, como otros muchos de la generación del fijo, reflexiona: “En nuestra época, sin tanto avance tecnológico, jugábamos en la calle y en los parques, y lo pasábamos bien”. Parece que eso no basta hoy en día. Entre las últimas noticias, Francia anuncia que prohibirá los teléfonos en los institutos. Pero no se asusten. El corresponsal de EL PAÍS en París, Marc Bassets, me cuenta: “La novedad es que la prohibición es la norma, y que cada escuela podrá aplicarla como considere mejor y hacer las excepciones, sobre todo para usar las tecnologías con finalidad pedagógica”. Eton College, famoso internado de niños en Reino Unido, ha decidido “confiscar” el móvil de sus alumnos por la noche. Simon Henderson, el director del internado, asegura en declaraciones a The Guardian: “Pensé que los chicos se pondrían furiosos, pero en realidad la medida ha sido muy bien acogida”.

Pues si hay normas en la escuela, ¿por qué no establecerlas en casa? ¿Si hay normas y horas para ver la tele, por qué no para ver el móvil?

“Hemos perdido la batalla”. Lo dice el juez de menores de Granada, Emilio Calatayud. Sus declaraciones hace menos de un año en un programa de televisión causaron cierto revuelo. Así lo explicaba a este diario: “He dicho, hablando de los peligros que pueden encerrar las redes sociales para los menores, que hay niñas que se fotografían como putas y luego suben esas fotos a las redes sociales. Olvidé decir, pero lo digo ahora, que también hay niños que hacen exactamente lo mismo”. Coge el teléfono a esta periodista y bromea: “Espera, que estoy abriendo el ordenador y no me aclaro con las nuevas tecnologías”. Señor juez, ¿cuándo hay que comprarle el móvil a un hijo? “Siempre digo que la edad buena es la edad en que se lo pueda pagar. Es una barbaridad que niños con 12, 10, 8 años, tengan móvil”.

Calatayud aboga por establecer una edad mínima, 14 años, y que todos los móviles incluyan en su letra pequeña los perjuicios que pueden ocasionar, como los paquetes de tabaco. Consumir este aparato a edades tempranas provoca, según el juez, tres problemas: “Primero, es una droga. Si al despertarte lo primero que haces es mirar el WhatsApp, es que está enganchado. En segundo lugar, es un instrumento muy peligroso para cometer delitos. Todo trasciende a las redes, a un público amplísimo. Y una tercera cuestión, es un aparato muy sencillo para convertir a alguien en víctima de un delito”. Calatayud es pesimista: “Hemos llegado tarde”. Y cuando se le insinúa, con voz tímida, que se le da el móvil pronto para que el niño/niña pueda ir solo por la calle, responde tajante: “Pero si los niños de hoy están más localizados que el ministro del Interior. Yo prohibiría el móvil en los colegios, pero también en las Cortes”. El juez participó hace unos días en una charla con 70 chavales de 8 años, solo tres no tenían teléfono. “Así estamos”. Además de insistir que la clave es la EDUCACIÓN en mayúsculas, el juez ironiza sobre un futuro esperanzador: “Como el móvil de última generación es el regalo estrella en las comuniones y ahora vamos a ser laicos, igual…”.

Antes de acabar, Calatayud, que tiene un blog con el periodista Carlos Morán, lanza un último consejo: “Los padres tienen que violar la intimidad de sus hijos”. Si antes los padres miraban los bolsillos del pantalón o registraban los cajones, ahora tienen que revisar cada día el contenido del móvil. Y, sin embargo y pese a todo, ahora me toca lo peor: ¿Le compro o no le compro el móvil? A la de 12 años, claro.

https://elpais.com/ccaa/2018/06/22/catalunya/1529673884_123066.html?id_externo_rsoc=FB_CM

“Ojos que no ven” es nuestra campaña de prevención del inicio del consumo de alcohol en menores.

https://youtu.be/q1i64zTE6e4

“Ojos que no ven” es una campaña de prevención del inicio del consumo de alcohol en menores de Asociación Dual que denuncia precisamente eso: nunca se puede bajar la guardia.Las vacaciones de verano son un momento crítico en el inicio del consumo del alcohol para los adolescentes. Las fiestas de los pueblos, las peñas, el entorno más seguro y familiar origina que los padres se relajen.En vacaciones es frecuente además que los padres sufran la presión de otros familiares o amigos para que dejen mayor libertad a sus hijos adolescentes.Los últimos datos del Plan Nacional sobre Drogas muestran que aumenta el número de jóvenes que consumen alcohol aunque se retrasa la edad de inicio hasta los 14. Hay medidas como sancionar a los padres que han sido muy polémicas.

El psicólogo y director técnico de Asociación Dual, Raúl Izquierdo, ha avisado, con motivo del lanzamiento de la campaña ‘Ojos que no ven’, de que las vacaciones de verano son un «momento crítico» en el que muchos jóvenes se inician en el consumo de alcohol.

Desde las clásicas fiestas de los pueblos hasta las peñas, los chiringuitos de playa o celebraciones donde el alcohol es protagonista, el periodo estival favorece que muchos jóvenes menores debuten en el consumo de alcohol o reincidan si lo han probado el año anterior.

«Los padres no pueden relajarse en vacaciones por más que interpreten que el entorno donde veranean es más seguro y familiar que la ciudad, precisamente es al contrario: hay que aumentar la guardia», ha destacado el psicólogo.

En este sentido, desde Asociación Dual han abogado por el diálogo «sincero, claro y honesto» entre padres e hijos sin perder la firmeza. Y es que, tal y como ha recordado, el menor no debe elegir los riesgos que asume, sino que son los padres los que deben ejercer la función de administrar su exposición a estos, cumpliendo con su obligación de ser garantes de la seguridad de sus hijos menores.

En ese sentido, la propuesta del Proyecto de Ley contra el consumo de alcohol contempla la posibilidad de sancionar a los padres de jóvenes que sufran varios comas etílicos lo que supone, a juicio de la organización, una «inequívoca» forma de llamar la atención sobre un problema que es «enormemente grave».

Otra medida defendida por Asociación Dual es sancionar a los establecimientos que venden alcohol a menores. «Hay que ser muy tajantes con estos negocios. El proyecto de ley plantea el cierre por reincidencia, nosotros creemos que no hay que esperar a la reincidencia y proceder al cierre cautelar en cuanto se dé el caso», ha dicho Izquierdo.

No obstante, ha lamentado que haya una «cierta tibieza» entre la población general a la hora de denunciar a estos establecimientos, avisando de que esto no ocurrió con los bares que se declararon en rebeldía contra la Ley del Tabaco. CAMPAÑA DE PREVENCIÓN ‘OJOS QUE NO VEN’

En el spot de la campaña se ve a una joven que termina de hacer los deberes en su habitación, queda con sus amigos a través de un grupo de mensajes de móvil, mientras su padre prepara algo de cena.

Tras esto, cambia el uniforme del colegio por ropa de calle, se maquilla y se marcha haciendo un gesto que los padres no perciben porque están distraídos cenando. Junto con sus amigos, la joven compra alcohol en un comercio del barrio y todos juntos se marchan a un parque a hacer botellón.

Entre tanto los padres ven la televisión y se acuestan. Acto seguido se pueden apreciar los desperdicios que la reunión juvenil ha dejado tras de sí. Mientras, en la habitación de los padres, ya dormidos, entra una llamada de los servicios de emergencia 112.

«Hemos querido dirigirnos principalmente a los padres, tutores o adultos referentes de los jóvenes, sin olvidar el resto de agentes y elementos implicados en esta problemática: el grupo de iguales, los responsables de los comercios que venden alcohol a menores, las redes sociales, y en concreto las aplicaciones de mensajería instantánea, así como la transformación de los hábitos de vida de jóvenes y adultos», ha zanjado el director técnico de Asociación Dual.

Puedes descargarte el vídeo en alta calidad en el siguiente enlace: https://video4.europapress.net/ep/H264/398000/398260_1_21.mp4

O acceder a nuestro canl de youtube:

 

 

Nuestra noticia está siendo muy arropada en los medios, aquí te ponemos los enlaces de algunos de los medios que lo han compartido:

http://www.europapress.es/videos/video-asociacion-dual-alerta-inicio-consumo-alcohol-adolescente-verano-20180620094002.html

https://www.centralcharts.com/es/news/1566440-asociacion-dual-alerta-del-inicio-de-consumo-de-alcohol-adolescente-en-verano

Constato una y otra vez cómo algunos padres y docentes utilizan el término consecuencia cuando lo que en realidad están haciendo es imponiendo un castigo. El argumento es algo así como que determinadas “malas” conductas deben tener una consecuencia para que se produzca aprendizaje.

Dado que Consecuencia y Castigo no son sinónimos, primero voy a exponer la definición de ambas:

El castigo

Algunos de los castigos comunes impuestos por los padres, tutores o maestros o abuelos (aunque las costumbres varían de un lugar a otro así como de época en época):

  • Llevar a cabo tiempos fuera, ya sea cierto período en una esquina o en un lugar oscuro.
  • Escribir planas o un ensayo con un tema acorde a la falta.· Aplicar detención, es decir que el faltista no salga al receso o recreo según sea el caso. A menudo combinado con diferentes tareas como el estudio, tareas extras, etc.
  • Recluir ya sea general o simplemente negar el permiso para hacer una actividad divertida o para ver a un amigo.
  • Restringir de manera temporal de algunos privilegios, tales como uso el del teléfono, mirar la televisión o el uso del ordenador y sus variantes lúdicas.
  • Confiscar (generalmente de manera temporal) un juguete o un artículo personal, o la separación de una mascota.
  • Revocar ciertos convenios como el postre, la comida favorita o incluso la cena.
  • Asignar deberes extra en la casa.
  • Cortar la cantidad de dinero que se le da al niño.

La consecuencia:

  • Hecho o acontecimiento derivado o que resulta inevitable y forzosamente de otro.
  • Proposición o idea que se deduce lógicamente de otra o de un sistema de proposiciones dado.

Es decir, el castigo es una acción artificialmente creada que está orientada a cambiar un comportamiento mediante algún tipo de dolor emocional, físico o psicológico, que coloca el control fuera del niño (locus de control externo) y cuyo principal motor es el miedo.

La consecuencia es natural, fluye de determinadas acciones y no la impone nadie. También produce aprendizajes, el sufrimiento que también puede acarrear no es infringido por otra persona, no produce humillación ni atenta contra la dignidad, el niño interioriza que de él depende el cambio (locus de control interno) y el aprendizaje es a largo plazo.

Paro hay algo infinitamente más importante que todo eso, se trata de cómo aprendemos: por miedo o por la comprensión del error.

Dependiendo de que utilicemos un tipo u otro de aprendizaje, hay una comprensión del funcionamiento de las cosas, de las relaciones, es decir, de cómo el niño dibuja su mapa del mundo y construye interacciones que van a acompañarle durante toda su vida. 

¿Nos ponemos el cinturón de seguridad por miedo a la multa o porque es importante cuidarnos y protegernos? ¿Qué tiene más poder? En el primer caso, cuando nadie nos vigila no nos lo pondremos y ese comportamiento nos pone en riesgo, con multa o sin ella. En el segundo caso, no necesitamos ser vigilados: hemos entendido el porqué de esa acción. Lo haremos de todos modos.

Este ejemplo es extrapolable al día a día cuando tratamos de corregir una conducta inadecuada, cuando en lugar de adiestrar, preferimos educar. En el adiestramiento hay obediencia ligada al premio y al castigo, en la educación hay comprensión del porqué es necesario o importante hacer lo que haya que hacer.

Y además de la ineficacia a largo plazo que representa el castigo en educación está también la ética: el fin no justifica los medios. No tienes derecho a dañar, ni a faltarle el respeto o la dignidad a nadie, mucho menos a un niño, con el fin de que cambie una conducta. Hay otros caminos, otras herramientas que no dañan la autoestima, que cuidan al niño en su búsqueda y aprendizaje del mundo, que potencian sus cualidades, que aluden al compromiso basado en la palabra y en la confianza, que construyen vínculos en lugar de desgastarlos.

Siguiendo el ejemplo que ha inspirado este artículo, me gustaría plantear esta pregunta: ¿qué parece más eficaz, dedicar dos o tres minutos a hablar con ese niño y explicarle el porqué es necesario acordarse de nuestros compromisos y qué ocurre cuando no lo hacemos y desde ese lugar, ver de qué manera podemos hacer para acordarnos la próxima vez, incluso acordar un compromiso mutuo para encontrar una solución, o dejarle sin recreo una semana?

Seguramente muchos van a contestar que la segunda opción hará que no vuelva a olvidarse del examen. Es verdad. Como también es verdad, que se pagarán precios: resentimiento, desmotivación, ausencia de vínculo, incluso rechazo a ese adulto, que en este caso además, es un docente. ¿Y de verdad alguien piensa que eso no va a incidir sobre el rendimiento del niño o niña en el aula o asignatura que imparte esa persona, o no va a influir sobre cómo hacer que los otros te obedezcan sin importar nada más?

“Como te has olvidado de traer el examen te quedas sin patio una semana”, le dice el docente al niño. Y el niño a su hermano menor, y el hermano menor al gato… y así en una cadena infinita que perpetua el lado más oscuro del conductismo radical y que dice pretender enseñar, cuando lo que verdaderamente está haciendo es adiestrar.

No, no les confundas: el castellano es muy rico y tiene una palabra exacta para cada cosa: diles la verdad, que les vas a castigar. Y asume tú las consecuencias.

https://elpais.com/elpais/2018/06/18/mamas_papas/1529317400_544843.html?id_externo_rsoc=FB_CM

Series como The Big Bang Theory han demostrado que la población general podía interesarse por el mundo de la ciencia si se le ofrecía en un formato ameno y divertido. Incluso que podía aprender qué era lo que pasaba con el gato de Schrödinger o con la teoría de cuerdas.

Sin embargo, en las aulas, la ciencia no parece terminar de conquistar a los alumnos. Quizás por eso, David Calle, un ingeniero madrileño que se transformó primero en profe de academia y luego en el «profe de Youtube» y finalista del Global Teacher Price, ha conseguido ganarse a sus miles de alumnos de todo el mundo. Porque ha logrado no solo que entiendan la ciencia, sino que la disfruten.

La ciencia puede y debe apasionar a los jóvenes

Lo hizo primero en el aula, luego a través de su canal Unicoos de Youtube, y lo hace ahora en su nuevo libro ¿Cuánto pesan las nubes? (Plaza & Janés) con el que intenta demostrar a jóvenes, y no tan jóvenes, que la ciencia puede ser apasionante.

«Es una pena que, en el tiempo en el que estamos, sigamos todavía insistiendo en que los alumnos se conviertan en máquinas repetitivas de hacer ecuaciones de segundo grado, raíces cuadradas, derivadas o integrales, porque la ciencia es mucho más», cuenta Calle a Yorokobu.

El autor insiste en que su propósito con este libro es que sus alumnos y seguidores se acerquen a la ciencia con menos prejuicios. «Si les relacionamos lo que estudian en clase con el mundo real y les decimos que las mates están en los videojuegos, en Whatsapp, en Google, en las series, en los superhéroes, etc., probablemente captaríamos muchas vocaciones científicas que se están perdiendo por el camino».

Sin olvidarse del papel

David Calle ha conseguido crear ese enganche a través de Youtube creando vídeos educativos, pero reconoce que muchas veces internet puede ser un arma de doble filo. «Es muy difícil encontrar información fiable», explica, reconociendo que ese ha sido uno de los retos a la hora de documentarse para su último libro:

«Te encuentras la misma información escrita con diferentes datos, según el autor que elijas, y es muy difícil encontrar información que esté contrastada». Algo a lo que también se enfrentan sus alumnos cuando han de documentarse o buscar información fiable.

Aunque es un detractor de los libros de texto, puesto que «en este siglo no deberíamos obligar a nuestros niños a ir con 10 kilos a la espalda», reconoce que cierta información se sigue encontrando en los libros, y que, aunque Internet es el futuro, no hay que perder el romanticismo del papel. «Hay que conseguir que estas nuevas generaciones lean y que también lo hagan en papel para no excedernos en el uso de las pantallas».

De hecho, David Calle sabe que muchas veces ha de moverse entre lo tradicional y la innovación, también con los ejercicios que explica en sus clases virtuales. «A veces también soy cómplice del sistema, porque me tengo que centrar en lo que les entra en el examen, el típico ejercicio repetitivo, que es lo que les ayuda y lo que necesitan», pero eso no quiere decir que la forma de explicarlo sea la misma de siempre.

Esa es la fórmula con la que también se acerca al mundo analógico del papel en este libro, que puede servir casi como libro de consulta sobre datos científicos, o como lectura de verano para curiosear sobre preguntas como por qué tu vecino de abajo vivirá más que tú o cuánto pesa el martillo de Thor.

Las generaciones del futuro

Más allá de recopilar las respuestas de la ciencia del pasado, el profesor de Youtube tiene la vista puesta en el futuro. No solo respecto a cómo va a cambiar la forma de ejercer la Educación, sino también respecto a cuál va a ser el futuro que les depare a sus alumnos. «Hace falta tratar de convencerles de que gran parte de las oportunidades laborales que van a tener en su carrera, van a pasar de algún modo por la ciencia».

En este sentido, cita conceptos que ya forman parte del presente como «la inteligencia artificial, el machine learning o el big data» que están cambiando la forma de entender el mundo, y que «también deberían empezar a cambiar la forma de estudiar».

Por ello Calle insiste en que «cuanto más preparadas estén las nuevas generaciones en el campo de la ciencia, más oportunidades tendrán de ser protagonistas de lo que nos espera, y es mucho más divertido ser protagonista que ser espectador».

Precisamente, uno de los retos es que las mujeres tengan un papel más relevante en esa aventura. En su libro no se olvida de citar nombres como los de Heidi Lamarck, «que fue la descubridora del WiFi», Grace Murray Hopper, «precursora de la informática y los lenguajes de programación» o Vera Rubin, «que descubrió la materia oscura y nunca fue Premio Nobel de Física».

Mencionar estos nombres es necesario para destacar que las mujeres también han aportado mucho a la ciencia pese a que «hasta hace 50 años muchas de ellas no se podían matricular en carreras de ciencias en Estados Unidos».

La realidad hoy es que «mis alumnos más brillantes, si por brillantes entendemos sacar las mejores notas, son chicas». Según Calle, es hora de eliminar todos los prejuicios que existen en cuestión de género en la ciencia, ya que hombres y mujeres «tienen exactamente la misma capacidad» para esta área del saber.

Por último, matiza que la ciencia avanzará más si hay más diversidad en las personas que la desarrollan, lo que le aportaría «un poco más de alma y corazón». Porque no hay que olvidar que la ciencia no son solo cálculos y fórmulas, sino también «una forma de mejorar la vida de las personas».

En algunas provincias de Canadá, como Ontario, a los profesores se les contrata en función de las necesidades del colegio. No hay oposiciones, son los directores de los centros los que determinan cuántos docentes necesitan cada curso y para qué asignaturas. Si después de dar una clase ante un comité de expertos y de pasar una entrevista personal son elegidos, se les contrata y pasan a ser funcionarios. Durante los dos primeros años, el director del colegio revisará su trabajo y, si se ajusta a los estándares, volverá a enfrentarse a ese control cada cinco años. A los 54 años de edad, ese profesor podrá jubilarse y su pensión será una de las más altas del cuerpo de funcionarios de Ontario, unos 48.000 dólares canadienses al año (31.600 euros). El salario medio de un profesor en esa provincia, cuya capital es Toronto, es de 80.000 dólares al año (52.750 euros).

El escenario descrito resume una de las principales diferencias con respecto a España: la forma en la que se selecciona al profesorado. Canadá se encuentra entre los 10 países del mundo mejor posicionados en el informe PISA, el estudio elaborado por la OCDE en diferentes países que mide el rendimiento académico de los estudiantes en matemáticas, ciencia y comprensión lectora. España ocupa la posición 31 y en dos de las competencias está por debajo de la media del resto de países de la OCDE.  

En Ontario, donde el 94% de los alumnos están matriculados en centros públicos, cuando los estudiantes cumplen 14 años pueden elegir las asignaturas que más les interesan y crear su propio itinerario. Además, pueden escoger entre tres niveles de dificultad para cada una de esas materias: académico (que les permite acceder a la Universidad), applied level (que les conduce al al llamado college) o locally developed (pensado para una rápida incorporación al mercado laboral). La educación obligatoria es hasta los 16 años.

«Nuestro sistema no es academicista; no se basa en memorizar contenidos de libros de texto, sino en la aplicación práctica», explica Bruce Rodrigues, ministro de Educación de Ontario, que concentra el 40% de la población total de Canadá. La igualdad es una de las prioridades del programa educativo en un país en el que el 22% de los habitantes no nacieron en Canadá. «Tenemos muy presente a colectivos como el LGTBI y modificamos los programas en función de las características de los habitantes de las diferentes zonas», señala Rodrigues.

Pone un ejemplo: si hay un grupo importante de niños inmigrantes que no han vivido en países en los que había jardines en las casas, se elimina ese tipo de contenido de los enunciados o preguntas de los ejercicios de clase. «Estamos identificando las nuevas narrativas que usan los alumnos; ahí está la innovación», asegura el ministro. Su gabinete está participando de forma «muy activa» en la nueva medición de competencias lanzada por PISA para 2018, la denominada competencia global, un nuevo cuestionario que analizará el pensamiento crítico, la capacidad de interactuar con respeto, la empatía, la comprensión de los conflictos mundiales o el conocimiento intercultural de los estudiantes de 15 años.

Rodrigues comenzó su carrera profesional como profesor de matemáticas y confía plenamente en la capacidad de los directores y de los llamados school boards (comités escolares) para diseñar los programas académicos y contratar al profesorado. ¿Cómo pueden estar seguros de que el proceso es justo y transparente? «Todos los profesores tienen que colegiarse y tenemos un cuerpo regulador que lo gestiona. Los directores supervisan que su forma de dar clase es la correcta y, si no cumplen, pueden ser despedidos», detalla Rodrigues.

El presupuesto que el Ministerio de Educación de Ontario ha destinado a educación infantil, primaria y secundaria en el curso 2017-2018 es de 17.900 millones de euros, frente a los 3.250 millones que se llevan las universidades y los colleges (centros de educación superior con un enfoque más práctico que las universidades). En 2018, España ha destinado 2.300 millones a Educación, a lo que se suma el presupuesto de cada comunidad autónoma (desde los siete millones en 2017 en el caso de Andalucía a los 260.200 euros en el de La Rioja).

Marta Velasco en el instituto Don Mills de Toronto.
Marta Velasco en el instituto Don Mills de Toronto.

Todd Bushell es el director del instituto público Don Mills Collegiate Institute, en Toronto. «Ponemos el foco en el pensamiento crítico, la información está en Internet», cuenta mientras recorre algunas de las aulas más innovadoras del centro, como la de arte y diseño gráfico o la de green industries (sobre el cambio climático). Una de las claves del sistema educativo canadiense es que las habilidades emocionales forman parte de la evaluación. «Medimos los hábitos de trabajo, el auto control, la responsabilidad, la organización, la colaboración y la iniciativa propia. Son los indicadores del éxito en la vida adulta del alumno», precisa.

Ese instituto tiene 90 estudiantes internacionales. La madrileña Marta Velasco es una de ellas. Llegó en agosto para cursar un año de intercambio. Tiene 16 años y estudia en el colegio concertado Gredo San Diego, en Guadarrama. Está en primero de bachillerato. «La principal diferencia con España es que aquí te autorregulas. Tengo el móvil encima de la mesa y yo decido si tengo una llamada urgente que atender». Le llama la atención que casi todos sus compañeros trabajan en el parque de atracciones los fines de semana. «En España todo es tomar apuntes. Aquí las cosas se consensúan, el profesor nos pregunta qué día nos parece bien entregar. No hay tanta disciplina».

Cuenta que las matemáticas se le dan fatal, pero que este curso ha escogido la modalidad intermedia y está avanzando a buen ritmo. Tiene derecho (legislación de Canadá), antropología o parenting (crianza en español), una asignatura en la que enseñan el proceso de embarazo, la igualdad en la crianza y en la que se llevan un robot con forma de bebé a casa durante cuatro días. La matrícula para estudiantes internacionales cuesta 14.000 dólares al año (unos 9.200 euros), a lo que se suman unos 1.200 de alojamiento en una familia al mes (unos 780 euros).

A ella le ayudó a tramitar su estancia la consultoría de educación The Lemon Tree Education, con sede en Madrid. Gestionan los intercambios de unos 200 estudiantes españoles al año, el 70% viaja a Canadá. «La mayoría se marchan en cuarto de la ESO, pero depende de la madurez del alumno», indica Rubén Castillo, cofundador de la empresa. Analizan cada caso: miden las expectativas del estudiante, sus notas o su experiencia más complicada, entre otras cuestiones. Trabajan con un gabinete externo de psicólogos. Cubren las 10 provincias de Canadá y sus honorarios alcanzan los 3.000 euros. «Desde el punto de vista académico, Canadá es uno de los países más avanzados del mundo. Su visión del respeto a los demás es esencial y eso se transmite muy bien en los colegios. Los alumnos regresan transformados», precisa Castillo. La Fundación Amancio Ortega ofrece 500 becas al año para que estudiantes españoles de cuarto de ESO puedan ir un año gratis.

https://elpais.com/economia/2018/05/28/actualidad/1527526183_441482.html?id_externo_rsoc=FB_CM

Sábado por la mañana, os levantáis a las 09.00 horas, y la familia preparada sube al coche. Contacto y Spotify a todo el volumen para emprender el viaje. Para los expertos, tener esta costumbre es una de las mejores maneras de establecer relaciones estrechas con tus hijos. Así lo concluye una investigación realizada por la Universidad de Arizona y publicada en el Journal of Family Communication. “Los niños, los adolescentes, que crecen escuchando música con sus padres tendrán relaciones más enriquecedoras con ellos cuando lleguen a la adultez”, según explican los autores en un comunicado. Por lo que si quieres hacer un viaje con tus hijos, no te olvides de encender la radio y subirla para que toda la familia disfrute. Y el resultado es mejor si tus hijos son adolescentes.

Efectivamente, los investigadores descubrieron que los jóvenes que comparten experiencias musicales con sus progenitores suelen tener mejores relaciones con sus madres y padres cuando crecen. “Y también funciona si tienes niños pequeños y tocas un instrumento, o escuchas música, o les llevas a un concierto, esto ayuda mucho a vuestra relación y crearás una mejor interacción cuando crezcan”, reiteran los autores.

Para llegar a estas conclusiones, el grupo de expertos analizó a jóvenes adultos, con una edad media de 21 años, y su relación con sus padres cuando eran niños en actividades relacionadas con la música. Sus recuerdos abarcaban edades entre los ocho y los 14 años. Además, compartieron con ellos cómo era su relación actual familiar.

El vínculo entre confianza y música fue más fuerte cuando los sujetos a estudio tuvieron experiencias musicales con sus padres cuando fueron adolescentes. “Es normal que con los niños más pequeños se comparta música, cantando nanas o yendo a títeres. En cambio, en la adolescencia, es menos frecuente, por lo que cuando creamos ese vínculo, los beneficios son mucho más importantes”, añaden los investigadores.

Dos factores fundamentales

Los autores explican que son dos los factores que pueden ayudar a comprender la fuerte relación entre la música y el bienestar de la vida familiar. En primer lugar, está la coordinación “o sincronización, que es algo que sucede cuando dos personas oyen o tocan música juntos”, argumentan. “Cuando escuchas música con tus padres suele ir relacionado con bailar o cantar juntos, lo que te hace que te guste aún más esta actividad”. El otro elemento es la empatía o, lo que es lo mismo, entender las emociones del otro a través de una canción. Eso sí, los autores determinaron que tenía más peso la coordinación, el realizar una actividad conjunta, en la futura relación entre padres e hijos.

Y no hay que volverse loco pensando en millones de actividades complicadas musicales. “Actividades simples, como escuchar música en el coche juntos puede tener un mayor impacto que montar una banda musical en el garaje de casa”, explican. Investigaciones futuras deberían valorar las diferencias entre actividades musicales formales e informales. De momento, “pedimos a los padres que aumenten sus actividades musicales con sus hijos, especialmente con los adolescentes, e incluso que sean ellos los que controlen de ahora en adelante la radio del coche”.

Para aquellos que acaban de ser padres o tienen niños muy pequeños, deben pensar a largo plazo qué tipo de relación quieren tener con sus hijos. No significa que escuchar o compartir música vaya a conseguir que tengamos relaciones perfectas con ellos, pero es cierto que cualquier progenitor que quiera mejorarlas, esta puede ser una manera muy buena de hacerlo”, concluyen.

https://elpais.com/elpais/2018/05/22/mamas_papas/1526980189_232996.html?id_externo_rsoc=FB_CM

Niños demasiado empoderados, agresivos, poco empáticos y que pueden llegar a las manos con su familia cuando no obtienen lo que desean. Estos son algunos de los trazos del retrato de un niño tirano. Convivir con un pequeño emperador acarrea tensiones en el hogar que lleva a los padres a acudir a la consulta psicológica de manera habitual.

Lo que otorga poder a un niño para proclamarse emperador en su hogar es el hecho de que “los roles de padres e hijos se invierten y se cede el mando a los niños. Se trata de un problema de gravedad, frecuente en la consulta, que conlleva conductas de maltrato psicológico y físico de los menores hacia su familia; gritos, insultos o agresión física”, explica Gema José Moreno, psicóloga infanto-juvenil.

La palabra mágica para prevenir pequeños tiranos: no

Los niños con Síndrome del emperador son intolerantes a un no, que pronuncian en escasas ocasiones sus padres, tampoco son empáticos, así que no saben ponerse en la piel de otra persona, ni expresar y gestionar sus emociones. La actitud con los padres es distante, además de muy exigente y los adultos se muestran consentidores con ellos para evitar situaciones de tensión en casa. Esta conducta tiránica es más habitual que se centre en la madre que en el padre y suele aparecer “alrededor de los 5 años de edad, que es cuando llega la etapa escolar de primaria y comienza a demandarse al niño que sea más autónomo y haga más cosas por sí mismo, pero como no tienen interiorizadas y aceptadas normas, límites y tienen todo lo que desean, surgen los problemas en la convivencia, como las rabietas o el enfado permanente”, comenta Carla Valverde, psicóloga clínica infanto-juvenil del Centro de Salud Mental de Majadahonda (Madrid).

Niños con más riesgo de coronarse emperadores en casa

Ciertos factores influyen o inclinan la balanza hacia la aparición de conductas tiránicas en los hijos, como el hecho de que sea hijo único, varón, que haya tenido experiencias traumáticas (maltrato, abandono) y que los progenitores tiendan a compensar con aspectos materiales (caprichos, juguetes) situaciones como dedicarles poco tiempo y de escasa calidad (momentos de ocio agradables, leer cuentos en familia).

“Un niño con varios hermanos tiene que compartir tiempo, espacio y recursos familiares, por lo que resulta más improbable que se convierta en un pequeño tirano que exija toda la atención. El Síndrome del emperador es más frecuente en varones, porque por regla general, a las niñas se les inculcan valores más relacionados con la empatía”, explica la psicóloga, Carla Valverde.

Cómo se fabrica un niño con Síndrome del emperador

Las conductas de los padres con sus hijos, que influyen para que aparezca el pequeño tirano que los niños llevan dentro son, según la psicóloga Gema José Moreno:

  • La excesiva permisividad, que suele ir unida a progenitores que no dedican tiempo a estar con sus hijos y solapan el sentimiento de culpabilidad que les genera con consentir todos los caprichos de los niños, sobre todo materiales.
  • La ausencia de límites y normas para evitar enfrentamientos con el niño, que adopta una conducta agresiva y violenta, que se proyecta no solo con los padres sino también con los abuelos, los profesores u otros niños.
  • Incoherencia a la hora de trasladar al niño ciertas normas y falta de acuerdo entre los progenitores a la hora de mantenerlas, como recoger todos los días su habitación.
  • Consumo de alcohol y/o drogas en el entorno social cercano del niño, que genera inestabilidad emocional.

Cómo prevenir niños emperadores en casa

Los antídotos que pueden utilizar los padres contra la tiranía infantil son varios, entre ellos:

  1. La presencia de normas y límites desde temprana edad. De esta manera, con tareas y obligaciones sencillas y acordes a su edad, como poner la mesa y recogerla a la hora de comer todos días, se fomenta la autonomía y responsabilidad en los niños, que se traduce en el desarrollo de conductas sociales adecuadas. Algunos límites deben ser innegociables, como nunca insultar.
  2. Tolerancia cero con la violencia, tanto psicológica como física.
  3. Fomentar el desarrollo de la empatía para que el niño aprenda a ponerse en el lugar del otro y entienda las emociones propias y ajenas.
  4. Enseñar, promover y premiar el valor del esfuerzo, de manera independiente a los resultados que consiga el niño, para así ayudar a que tolere las situaciones de frustración.
  5. Predicar con el ejemplo por parte de los progenitores, porque son el modelo de conducta para sus hijos. Es aconsejable que los padres gestionen de manera adecuada los sentimientos de culpabilidad por los momentos de ausencia y traducirlo en tiempo de calidad.
  6. Favorecer una comunicación adecuada (sin gritos ni amenazas, respetando el turno de palabra y con tono de voz adecuado), practicar la escucha activa (estar presente y consciente a la hora de comunicarnos con otras personas).
  7. Pedir ayuda a expertos del ámbito escolar y sanitario si los padres tienen serias dificultades para reconducir la situación. Una vez que el niño se ha convertido en un pequeño emperador tiránico se puede desandar el camino que ha llevado a ese punto, de manera paulatina. Introducir normas y límites y evitar mensajes como, eres un caprichoso y un egoísta, que dañan la autoestima de los niños. El objetivo es modificar la conducta de los pequeños, para que aprenda a gestionar sus pensamientos, emociones y frustraciones con el fin de ser feliz consigo mismo y con su entorno.

https://elpais.com/elpais/2018/05/14/mamas_papas/1526281346_206706.html?id_externo_rsoc=FB_CM

Un pequeño grupo de manifestantes se pasea por los callejones vegetales del madrileño Jardín Botánico. Son niños y niñas ataviados con camisetas pintarrajeadas de soles, árboles, plantas, satélites. Exclaman: «Estamos a tiempo, ¡manifestación! Reciclar es salvar, reciclar es salvar». La comitiva, alumnos del colegio Nuestra Señora de la Concepción de Navalcarnero (Madrid), es la voz audible de 200.000 escolares que se han plantado ante los males del planeta. Lo han hecho explayándose por escrito: entre todos han compuesto el manifiesto Somos la Raíz, un documento que recoge 64 demandas medioambientales que caben en una: que los adultos les dejen la casa limpia.

«El Ministerio ha pedido la voz de la sociedad y esta es la de los niños», afirma Rodrigo de Salas, director de responsabilidad social corporativa de Leroy Merlín, empresa impulsora del manifiesto junto a organizaciones como WWF, Ecoembes o Fundación Global Nature. El proyecto nació hace dos años, cuando esta compañía inició una campaña por colegios de toda España para impartir talleres de formación ambiental. «Cuando íbamos a los centros nos decían cosas como ‘es que no los mayores no cuidan las cosas’, o ‘no les importan como a nosotros'», prosigue De Salas. «Y habilitamos un portal con un cuestionario para los alumnos compartieran los problemas que veían en su entorno».

La última vez que De Salas miró este buzón había más de 800 correos que aglutinaban los deseos de los 200.000 niños. Decidieron entonces sintetizarlos en un manifiesto y agrupados en siete categorías: Bosques, Mares, Cambio Climático, Consumo, Ciudades, Energía y Agua. «El objetivo ahora es presentarlo ante el Ministerio de Medio Ambiente y darle difusión», adelanta De Salas. «La plataforma ha creado una petición en change.org y está impulsando distintas acciones (retos, cadenas de favores) en las redes sociales». En esencia, el papel está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, unas metas ambientales, económicas y sociales que España y los países miembro de las Naciones Unidas han de abordar para definir un plan de acción de aquí a 2030. Repasamos algunas de sus peticiones que quizá no se te habían pasado por la cabeza.

BOSQUES.Plantar dos árboles por cada uno que se tale. Plantar al menos un árbol por cada niño o niña y ver cómo crece con los años.

Más árboles. ¿Por qué? Porque, a grandes rasgos, reducen la temperatura urbana, absorben CO2 y proporcionan cobijo a miles de especies. Y porque mejoran la salud física y mental de los que pasean bajo su sombra. En España, según estima la FAO, la superficie verde aumentó un 33% entre 1990 y 2015. Pero en la balanza global el planeta pierde: desaparecieron unos 130 millones de hectáreas, un 3% del total boscoso. El plantar un árbol por cada niño o niña podría ser el siguiente paso a lo que se hizo a finales de los noventa en la Comunidad de Madrid: cada ejemplar recibió el nombre de un recién nacido.

MARES.Informar a la sociedad de las consecuencias de verter aceites por el fregadero o de tirar residuos por el WC.

No más freir unas patatas y tirar el aceite por el desagüe. Según el Ministerio de Medio Ambiente, hoy ventilamos de esta fea manera dos de cada tres litros de aceite usado y tan solo uno basta para contaminar 10.000 de agua. Esta práctica, además, dificulta el trabajo de plantas depuradoras y erosiona las redes de alcantarillado. Lo adecuado es llevarlo a un punto limpio para su posterior reciclado: de él pueden salir jabones, velas, combustibles vegetales y productos para el barnizado de muebles, entre otros. Igual ocurre con bastoncillos, botes y plásticos: tirarlos por el inodoro alimenta a diversos monstruos subterráneos, como por ejemplo la “enorme bola de grasa” que bloqueó el pasado septiembre un tramo del sistema colector de Londres (Inglaterra).

CAMBIO CLIMÁTICO.Que todos los países se unan para cuidar del medioambiente.

Lo más cercano a un concilio mundial por la salud del planeta es el Acuerdo de París para el Cambio Climático, un pacto internacional que insta a los 197 gobiernos signatarios a anunciar un porcentaje de emisiones a reducir en un tiempo determinado. Firmado a finales de 2015 en la capital francesa, solo tuvieron que pasar dos años para la primera convulsión: Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, sacó a su nación –la que más ensucia la atmósfera junto a China– del convenio. Pese a ello el acuerdo sigue su curso: hace escasos días, un estudio de la London School of Economics concluyó que todos sus integrantes ya tienen al menos una política anti cambio climático definida.

Presentación del manifiesto Somos la Raíz. ampliar foto
Presentación del manifiesto Somos la Raíz. SOMOS LA RAÍZ

CONSUMO.Utilizar los teléfonos móviles hasta que sean inservibles y no cambiarlos por capricho.

El iPhone 8 campea hoy en los anuncios de la tele. Compungidos, los poseedores del 7 se preguntan si ya, tan pronto, se han quedado atrás. La obsolescencia programada es eso: no solo que los aparatos duren menos, si no que sus actualizaciones se sucedan a una velocidad inasequible al bolsillo y a la tierra, que lidia con cada vez más basura electrónica. En España, estas prácticas suponen una media de 600 euros de multas al año, en datos de FACUA, que advierte que la normativa nacional, a diferencia de países como Francia –donde las sanciones pueden ascender a los 300.000 euros e incluir penas de prisión– es aún muy laxa. La Comisión Europea estudia medidas para 2020 que obligarían a los fabricantes a informar de la vida útil exacta de sus productos. Aguanta con tu móvil si aún sigue vivo. Y si se estropea, repáralo: iniciativas como Alargascencia listan más de 1.000 comercios que ofrecen este servicio para casi cualquier artículo.

CIUDADES.Que el carril bici sea siempre seguro. Ir a los sitios en patinete, patines, bicicleta…

En 2017, la capital marcó el récord de usos de BiciMAD, su sistema público de alquiler de bicicletas. Madrid registró 12.389 usos diarios, un 19% más que el año anterior, tal como contabiliza la EMT. Sus homólogos en Barcelona (+14% en 2016), Sevilla o San Sebastián también van al alza, y el Barómetro de la bicicleta estima que una cuarta parte de los españoles utilizó las dos ruedas para sus desplazamientos cotidianos. Para que este modo de transporte siga acelerando, sostiene Iván Villarrubia, reponsable de En Bici Por Madrid, falta incidir en la educación viaria y perder algunos miedos: «La gente cree que estorbar a alguien con coche es un delito, e intentan correr mucho o echarse a un lado. Es un error, hay que ocupar todo el carril y circular a una velocidad que seamos capaces de controlar».

ENERGÍA.Un día sin suministro de energía para aprender a valorarla.

No un día, pero sí sesenta minutos: la Hora del Planeta es un apagón símbolico mundial que este año, en España, siguieron más de 5.000 personas, 500 ciudades y 200 empresas y 200 instituciones públicas y privadas. El objetivo: que cada uno piense qué puede hacer por atenuar el cambio climático. En el capítulo de la energía, según los expertos, hay dos cosas básicas que sirven para optimizar el gasto. Una, contratar una potencia adecuada, algo que supone un pago extra a las eléctricas de 7.000 millones de euros al año, según la Asociación Nacional de Ahorro y Eficiencia. Dos, adecuar nuestros consumos pico a las horas de tarifa más barata. Y un extra: «En mi casa mis padres siempre ponen la calefacción y abren la ventana. Eso no es ahorrar calefacción», dicen los alumnos.

AGUA.Lavarnos los dientes y las manos con el grifo cerrado.

Una ducha: entre 35 y 70 litros. Un baño: puede llegar a los 200. Abrimos el grifo y el agua brota con seguridad. Por ello, en la mayoría de baños y cocinas se malgasta como si fuera un bien infinito. Pero en el mundo, apunta la OMS, tres de cada diez personas carecen de suministro potable en sus hogares. Y en España, agricultores y trabajadores del campo se las ven y se las desean para sortear las sequías y regar sus cultivos. Se pueden hacer muchas cosas, pero hay tres innegociables: dúchate más y báñate menos; llena la lavadora cada vez que la pongas y, como dicen los jóvene firmantes del manifiesto, no te dejes nunca el grifo abierto.

https://elpais.com/economia/2018/05/02/actualidad/1525247632_356253.html?id_externo_rsoc=FB_CM

Muchos menores usan YouTube Kids, una aplicación que propone vídeos para niños entre tres y ocho años y entre los que se puede encontrar canciones infantiles, lectura de cuentos, vídeos de hazlo tu mismo o trailers de películas infantiles, entre otros. Si te pones a navegar un rato, la aplicación, por lo menos en España, no propone solo vídeos en español o inglés, sino que puedes encontrar que de repente tu hijo está atentamente distraído con un contenido en japonés con un argumento como mínimo raro, sin entrar en valorar si es o no inapropiado. Todo ello después de haber seguido todas las instrucciones, tras descargar la app, para que el pequeño no pueda usar la búsqueda por sí solo, tenga un límite de tiempo o se evite todo contenido inadecuado. Navegar por YouTube Kids es como hacerlo en Internet que sabes dónde empiezas, pero no en dónde acabas. Para solucionar estos posibles problemas Google, dueño de YouTube Kids, ha anunciado nuevas medidas de control parental.

La empresa ha propuesto tres nuevas opciones que serán accesibles en el próximo año con las que pretende que el control de los padres sobre la app aumente. “Cuando lanzamos YouTube Kids hace tres años, nuestro objetivo era dar a los niños de todo el mundo un sitio con acceso a vídeos que les enriqueciera, les comprometiera y les permitiera explorar los contenidos, según sus intereses”, explica la empresa en un comunicado. “Desde el inicio, nuestro equipo ha seguido trabajando para mejorar la experiencia de uso de los menores y de sus familias. Y una de ellas es dar más opciones para que haya un mejor control parental de la app para cada niño y familia”, añaden.

YouTube endurece el control parental de su aplicación para niños

La primera propuesta es que, “este mismo jueves, nuestros socios y nuestro equipo ofrezcan canales confiables sobre una amplia variedad de temas que abarque arte, música o deportes”. De esta forma, según explican, será más fácil para los padres seleccionar solo la colección de canales y temáticas a las que quieren que su hijo tenga acceso. “Tan solo tendrán que ir a la configuración de perfil y seleccionar la opción que más les convenga como Sesame Workshop y PBS KIDS, entre otros canales de confianza”, argumentan.

El segundo paso está dirigido a aquellos padres que quieren controlar todo lo que ven sus hijos, “porque ellos saben mejor que nadie lo que les gusta a sus pequeños”, continúa el texto. Para estos progenitores, la empresa propone una función en la app que les permitirá seleccionar “específicamente cada vídeo y canal al que quieran que accedan sus hijos”. Esta propuesta es la que más tardará en llegar.

Por último, la compañía endurece también la búsqueda dentro de YouTube Kids. Aunque hasta ahora los padres podían desactivar esta opción, este mismo jueves, al desactivarla también “se limitará la experiencia propia de YouTube Kids a tan solo los “canales que ha verificado nuestro equipo, por lo que no incluirá las recomendaciones más amplias y globales de la propia aplicación», prosigue el texto. Las nuevas medidas de YouTube Kids afectan a América, Asia y Europa.

Para los padres a los que les guste la versión actual de YouTube Kids, la empresa explica que la actual continuará disponible. “Y por supuesto, para seguir mejorando pedimos a los padres que sigan comentando los fallos o los vídeos inapropiados que puedan surgir en nuestra app”, terminan.

Unas propuestas tras una reclamación

Estas propuestas llegan tras una denuncia por parte de Campaign for a Commercial Free Childhood junto al Centro de Democracia Digital de Estados Unidos el pasado 9 de abril en la que alertaban de cómo Google estaba saltándose la ley recopilando información de los menores en YouTube sin tener el consentimiento parental. Una declaración que estuvo apoyada por 23 grupos de consumidores. “La plataforma de YouTube es la más usada por los niños de seis a 12 años en EE UU. La mayoría de sus canales más exitosos, efectivamente, son sobre canciones infantiles, dibujos animados, anuncios de juguetes y otros dirigidos a llamar la atención de los más jóvenes. Además, Google enseña cómo hacer dinero con sus vídeos dirigidos a niños y ofrece a los anunciantes más dinero por salir específicamente en los canales dirigidos exclusivamente a los menores”.

Josh Golin, principal promotor de esta demanda y director de Campaign for a Commercial Free Childhood, cree que esta acción de endurecer YouTube Kids por parte de Google es positiva, aunque “no les salva de su responsabilidad de eliminar todo el contenido inapropiado que hay en la app”, según explica el experto en the Guardian. “Lo que está claro es que el sistema de la app no funciona y darles a los padres más responsabilidad en cuanto a la seguridad de sus hijos es una mejora. Pero no olvidemos que los niños también ven YouTube donde están expuestos a contenido inapropiado de forma continua y a que Google recopile sus datos sin permiso”, concluye.

La app de Facebook para niños también en el punto de mira

En enero de 2018, Facebook estrenaba su aplicación de Messenger Kids, dirigida a niños de seis y 12 años. Pero con tan solo un mes de vida, ya recibió duras críticas cuando pediatras y educadores pusieron el grito en el cielo. Unos 97 expertos remitieron una carta a Mark Zuckerberg en la que le urgían a su eliminación, alegando que el uso de las redes sociales no es seguro para los pequeños de primaria. Los expertos defendieron “que los niños tan pequeños no están preparados para ser usuarios de una red social”: “No son lo suficientemente mayores para navegar entre las complejidades de las relaciones virtuales que lidian con frecuencia malentendidos difíciles de afrontar, incluso, para los adultos”. Si llevamos tiempo preocupados por el uso de las redes por parte de los adolescentes, continuaban. “¿Cómo podemos dejar que niños más pequeños las usen?”, se cuestionaba el grupo.

Ante las críticas, Facebook publicó un comunicado en el que aseguraba que Messenger Kids es una aplicación de mensajería que ayuda tanto a padres como niños a chatear de forma segura. «Se usa siempre con el control paterno, tanto para saber cuáles son sus contactos como las interrelaciones que usan», explicaba.  Además, la red social agregaba que «para crear la aplicación trabajaron con un comité de expertos en desarrollo y paternidad y con muchas familias. Y también hemos sido claros con el hecho de que no contiene publicidad», terminaban.

Lo que está es que el acceso de los niños a Internet tiene riesgos y aunque las grandes empresas del sector están moviendo ficha para conseguir un mejor y más seguro uso para los más pequeños, cada día, surgen nuevos problemas y continúan los antiguos, como el continuo acceso de los menores a la publicidad o a contenidos inadecuados, que obliga a estas compañías a actualizarse de forma continua por ellos y sus familias.

https://elpais.com/elpais/2018/04/26/mamas_papas/1524731593_979179.html