No es la primera vez que un conductor que ha consumido drogas durante el fin de semana da positivo el lunes cuando pilla el vehículo para ir al curro. De hecho ha habido casos bastante graves en los que estas personas eran conductores de transporte escolar y sin saberlo estaban conduciendo bajo los efectos de la cocaína.

Y es que nuestro organismo no es una máquina que elimina los restos de la droga por completo de un día para otro de forma automática. Nuestro cuerpo necesita un desarrollo para eliminar todas esas toxinas. Ya no hablamos de cuánto tiempo tardaría en dar negativo un test de saliva o de orina, sino del proceso por el que debería pasar el cuerpo de una persona para estar totalmente limpia. Incluso habría maneras de averiguar si una persona ha consumido o no, aunque fuera una sola dosis.

Después de la vida media de la droga, el cuerpo sigue notando los efectos

Claudio Vidal, coordinador en Energy Control en Andalucía, de Asociación Bienestar y desarrollo, explica que intervienen muchos factores para poder estimar un tiempo exacto de eliminación de la sustancia. Nos explica que en la sangre se suele eliminar bastante rápido y que aproximadamente sería a la hora de haberse tomado una dosis única. “La concentración en sangre tiende a haber bajado casi a la mitad, lo que se conoce como la vida media. Sin embargo, el hecho de que se perciba que los efectos han bajado no significa que nuestro cuerpo no lo note”, dice.

“Cuando una persona ha consumido cocaína, el cuerpo se prepara para descomponerla en una serie de productos que van a la orina a través del riñón”, nos explica. “Durante este proceso se generan unos metabolitos, y de hecho los test de detección de drogas no buscan la droga en sí, sino que también la benzoilecgonina, que es uno de estos principales metabolitos”.

El tiempo de metabolización dependerá de la dosis, el IMC, la cantidad de grasa o lo que hayamos comido

Esta metabolización de la droga dependerá de varios factores. Olga Valverde, investigadora que estudia la neurobiología del comportamiento y que lleva a cabo varios estudios de cómo afectan las drogas a nuestro cerebro, asegura que aunque el efecto en sí de la droga ya no se produzca, la reacción que tiene en nuestro organismo puede permanecer incluso durante meses.

El tiempo de metabolización de la droga dependerá entre otras cosas de la dosis, del IMC (índice de masa corporal) de la persona, la cantidad de grasa o lo que hayamos comido. Si por ejemplo hemos comido poco o hace rato, afectaría mucho más a nuestro cuerpo.

Además, según nos cuenta Olga, variaría de una persona u otra en función de sus parámetros corporales. “Por ejemplo, personas con depósitos grasos importantes podrían tardar más en metabolizar esa droga”, comenta.

“El hecho de estar limpio de la droga no significa que puedas estar en plenas facultades, puede que no haya cocaína en sangre pero puede que los efectos de esta droga permanezcan”, nos dice.

A mayor cantidad de droga más tardará en metabolizarse

Los estudios que hay sobre permanencia de drogas suelen hacerse después de que el sujeto a analizar se haya tomado una sola dosis, pero raramente en la vida real encontraremos a alguien que tome una sola pastilla sin mezclar con otras sustancias, como por ejemplo el alcohol. La forma de consumir esa sustancia también influirá en la manera en que nuestro cuerpo la asimila y luego la descomponga.

A pesar de eso, y según nos cuenta Olga Valverde, con el consumo de la cocaína no sucede lo mismo que con el consumo de analgésicos, en el que nuestro cuerpo se va adaptando a la dosis y cada vez hay que ir incrementándola para notar sus efectos.

“Si una persona está consumiendo crónicamente puede estar incluso meses para volver a su situación inicial, si es un consumo esporádico quizás con dos o tres días ya podría volver a esa situación inicial. Aun así se podría detectar que ha consumido de forma relativamente sencilla”, explica.

Cualquier tipo de consumo deja un rastro permanente

No hace falta una biopsia en el riñón para poder analizar si alguien ha consumido o no algún tipo de sustancia estupefaciente. Bastaría con un simple pelo para poder llevar a cabo un análisis folicular y saber si esta persona ha consumido o no.

“Sería relativamente sencillo detectar cuándo una persona ha consumido drogas, aunque fuera una dosis baja. Existen análisis muy detallados que permitirían conocer al detalle cuándo y qué ha tomado esta persona”, asegura Olga.

Cualquier tipo de consumo deja un rastro permanente en nuestro cuerpo, aunque hay estudios que aseguran que se puede eliminar la cocaína en unos 4 o 7 días. Por un lado a los órganos que intervienen (en el caso de la cocaína serían el riñón y el hígado), pero también dejaría una muestra clara en nuestro sudor, las uñas o el pelo.

“En el caso de nuestro pelo se podría saber si una persona ha consumido incluso hace meses o años ya que la información queda allí, explica Olga Valverde. Cuanto más hacia las puntas, más tiempo hace del consumo y si se detecta la sustancia más hacia la raíz sería más reciente”.

Aunque una persona se llegara a rapar el pelo dicha información podría ser igualmente sustraída en otro tipo de vello corporal. No haría falta que fuera un cabello. Eso sí, debería alguien ir a propósito a buscarlo y analizarlo buscando específicamente estos parámetros, algo que sería bastante improbable. Incluso existen trabajos en los que específicamente se pide este tipo de análisis para detectar el consumo de drogas. Pero esto ya es otro tema.

https://www.vice.com/es/article/wjm54z/cuanto-dura-cocaina-en-sangre-orina-saliva-cuerpo-organismo?fbclid=IwAR0e6NMvrdJJ9va2IAKxAkEvecZMLN-gMAl-me1rnMA9PH31IC79INeFgIM

Los hermanos nos vienen dados. No los elegimos. Por esto debemos aprender a socializar con ellos y en el proceso se pueden dar rivalidades, amistades para toda la vida o celos, ya que debemos compartir con ellos el cariño de nuestros padres. La terapeuta familiar y autora del libro ¿Qué le pasa a mi hermano?, Àngels Ponce, responde a varias situaciones que se pueden dar entre hermanos y pautas que nos pueden servir para lidiar con ellas.

PREGUNTA. “Mis hijos se pelean mucho, ¿cómo lidio con ello?”. Muchas veces, los padres son los árbitros de los conflictos entre hermanos, ¿cuál es la mejor manera de actuar? ¿Nos puedes dar algunas pautas?

RESPUESTA. Los padres y madres tienen diferentes formas de manejar las peleas entre hermanos: algunos optan por consolar a los heridos y reprender al agresor. Mientras que otros progenitores piensan que los niños deben aprender a resolver los conflictos por sí mismos. Entre las pautas que nos pueden ayudar a lidiar con estas situaciones están:

  • En primer lugar, hay que priorizar la seguridad: es nuestra responsabilidad evitar que los niños se lastimen. Así que si existe este peligro, debemos intervenir.
  • Enseñar a nuestros hijos a usar palabras (no las manos ni los puños) para defender sus argumentos. Esto, probablemente, lo vamos a tener que repetir muchas veces. No importa si necesitan que se les recuerde continuamente.
  • Reforzar que expresen sus propias emociones con palabras cuando hay un conflicto, como “estoy enfadado”, “estoy triste” o “esto que estás haciendo no me gusta”
  • No tomar partido por uno u otro. Es importante que los niños perciban que no estamos favoreciendo a ninguno cuando hay una pelea (a menos que esté en juego la seguridad de alguien).
  • Aprovechar la calma (que sigue a la pelea) para que todas las partes tengan la oportunidad de hablar y de ser escuchado.
  • Ayudarles a encontrar la solución

P. En el caso de dos hermanas, en la que la pequeña prefiere ir con los amigos de la mayor. La madre está preocupada por los problemas que le puede acarrear a la menor, ¿Es este comportamiento normal entre hermanas? ¿Se resuelve con la edad? ¿cómo lo podemos gestionar como padres?

R. No hay que preocuparse. Es normal que la hermana pequeña esté muy pendiente de la mayor, probablemente la admire y quiera seguir sus pasos muy de cerca. Por otro lado, también puede que entre el grupo de amigas de la hermana despierte cierta simpatía: es más pequeña y quizás por ello le presten ciertas atenciones. Esto reforzaría la preferencia de esta niña por estar rodeada de chicas más mayores, pero también es lógico que a la hermana mayor no le haga mucha gracia. Desde el punto de vista de los padres, es recomendable que a la vez que favorecen la relación entre las hermanas (potenciando juegos compartidos, por ejemplo) también se reconozca y se explique el espacio privado y exclusivo de cada una de ellas, dedicándoles tiempo por separado y preservando la necesidad de que cada una realice actividades adecuadas a su edad al margen del entorno familiar, esto incluye tanto las relaciones sociales como actividades extraescolares, por ejemplo.

P. Los celos, ¿cómo lidiamos con ellos? ¿somos los causantes los padres, qué parte de culpa tenemos?

R. Los celos son algo natural entre hermanos. Todos ellos compiten por la atención de los padres que no pueden recibir en exclusividad (como desearían). Esto no significa que se odien, probablemente sea todo lo contrario. Pero son niños y probablemente no dispongan de las habilidades emocionales y de comunicación necesarias para poder expresarlo de manera civilizada, y, de ahí que aparezcan las peleas. Los padres no somos culpables de eso, somos el motivo por el que rivalizan nuestros hijos y lo único que podemos hacer ante ello es mostrar nuestro afecto a cada uno de ellos por igual, atenderles de manera exclusiva en tantas ocasiones como sea posible y no hacer comparaciones. De manera que sientan que les queremos a cada uno tal como es. Por otro lado, también es importante mantener la calma, probablemente la rivalidad y las peleas se conviertan en una constante en nuestra casa. Debemos recordar también ser un ejemplo para ellos y comportarnos como adultos que no se gritan, ni pelean, sino que son capaces de mostrar diferentes puntos de vista y llegar a un acuerdo de manera pacífica.

P. Hermanos que se llevan mal, no se hablan, ¿con ellos cómo podemos hacerlo?

R. Ante esta situación, sería interesante explorar por qué motivo estos hermanos no se hablan para luego, ayudarles a restablecer la comunicación:

  1. Animarles a que hablen de ello, que expresen cómo se sienten
  2. No tomar partido por ninguno de ellos, mostrando comprensión por ambas posturas.
  3. Apoyarles a que expresen lo que necesitan de la otra persona
  4. Crear un ambiente de calma para fomentar la empatía entre ellos.

P. ¿Cómo lidiamos con la relación filial cuando uno de los hermanos tiene una discapacidad?

R. Los hermanos de niños con alguna discapacidad, naturalmente, también les ven como rivales. Sobre todo porque se llevan la mayor parte de la atención y tiempo de sus padres. De aquí que en ocasiones, tengan que destacar en algo para bien o para mal. Ponen a prueba el alcance de nuestra paciencia, despiertan nuestros más bajos instintos y nos llevan al límite y, como indica Àngels Ponce, “existen pocas personas que sean capaces de sacarnos de nuestras casillas como lo hacen nuestros hermanos”.

Resumiendo

Los ocho consejos fundamentales para fomentar una buena relación entre hermanos que nos recuerda la experta son: evitar comparar y valorar la actitud y habilidades de cada uno en su momento; crear un clima de colaboración en casa; dedicar el mismo tiempo a cada uno de los hijos; hacerles ver que cada uno es especial; dejarles a cada uno su propio espacio; fomentar la comunicación y la escucha en casa; aceptar el conflicto y aprender a reconocer lo que les preocupa.

En la actualidad, ya existen pronunciamientos judiciales que prohíben la difusión comercial de imágenes de menores, con el objetivo de proteger su honor e intimidad en las redes sociales.

El Tribunal de Distrito de La Haya ordenaba a finales del pasado año la retirada de contenidos en redes sociales de los hijos de una influencer prohibiendo publicaciones futuras y condenando a la mujer al pago de una multa, después de que su pareja, padre de los menores de 2 y 4 años, interpusiera una demanda para evitar posibles perjuicios de los niños. Este requerimiento llegó tras el divorcio de la pareja.

En mayo de 2018, la Audiencia Provincial de Barcelona se pronunció sobre un caso similar. El fallo apuntaba que la publicación en una red social de una fotografía de un hijo menor siempre requerirá del consentimiento de ambos progenitores. Siguiendo la citada sentencia, cuando los menores no tienen madurez suficiente, si existe desacuerdo en los progenitores, deberá acudirse a la vía judicial, resolviendo finalmente el juez.

Según Escarlata Gutiérrez, fiscal del Ministerio Público Provincial de Ciudad Real y adjunta a la sección especializada contra la criminalidad informática, el «consentimiento de ambos padres no sería preciso en aquellos casos en que se realice una publicación de la fotografía conforme al uso social, como por ejemplo poner una fotografía de perfil de WhatsApp». Sin embargo, en su opinión, «el caso de las instamamis genera mayores problemas».

Las redes sociales son medios de comunicación

Basta con realizar una búsqueda sencilla en Instagram para encontrar a menores mostrando cientos de juguetes e invitando indirectamente a su consumo. Lo mismo ocurre con otras personalidades de la vida social a la hora de mostrar escenas cotidianas con sus pequeños. La ropa, accesorios o juguetes que aparecen en esas imágenes son productos de consumo fácilmente identificables.

Si estas instamamis o instapapis están haciendo un negocio a través de la publicación de imágenes de sus hijos, es la Ley Orgánica de Protección del Menor la que vela por el honor, la intimidad y la propia imagen de éstos, reforzada por la Ley de Protección Civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen de 1982, que establece que «el representante legal deberá informar al Ministerio Fiscal de su consentimiento para publicar imágenes del menor».

Gutiérrez asegura que «estas redes pueden considerarse medios de comunicación. Lo esencial para publicar fotos de menores en redes sociales privadas es contar con el consentimiento de ambos progenitores y si uno no lo da o lo retira será necesario acudir a la vía judicial. En caso de que ambos progenitores, de mutuo acuerdo, dispongan de cuentas en redes sociales para subir de manera constante e indiscriminada imágenes de sus hijos, deberán comunicarlo al Ministerio Público, quien valorando el superior interés, podrá oponerse a tales publicaciones resolviendo finalmente el juez».

La Fiscalía, durante la minoría de edad y en el momento en que un vídeo o imagen atente contra los derechos de los menores, deberá intervenir para retirar la cuenta o para realizar las acciones por la vía civil, solicitando la indemnización a los padres en beneficio de los menores afectados. «Igualmente, tiene legitimación conforme al artículo 201.1 del Código Penal para interponer denuncia si los hechos fuesen constitutivos de un delito contra la intimidad», concluye la fiscal.

¿Puedo demandar a mis padres?

En todos los casos referidos se trataba de menores de edad. Sin embargo, la mayoría de edad de los pequeños influencers puede acarrear novedades legales. Haciendo un paralelismo con los talentos más pequeños del mundo del espectáculo, no sería de extrañar que existieran futuras demandas una vez llegada la edad adulta. Puede ocurrir que los jóvenes influencers ya no estén dispuestos ni a probar juguetes ni a que sus padres difundan sus imágenes en fiestas privadas, almuerzos o momentos de baño.

Para Antonio Serrano, consejero delegado de Spartanhack, se trata de un tema complejo que habría que valorar caso a caso. Además de acudir a la figura de la responsabilidad civil en caso de que las imágenes hayan generado algún tipo de daño, para el experto legal, el mejor mecanismo puede ser el de «recurrir al derecho al olvido en servicios de redes sociales y equivalentes, que está recogido en el artículo 94.3 de la Ley Orgánica de Protección de Datos». En virtud de esta norma, en caso de que «el derecho al olvido se ejercitase por un afectado respecto de datos que hubiesen sido facilitados al servicio por terceros, durante su minoría de edad, el prestador deberá proceder sin dilación a su supresión por su simple solicitud sin necesidad de tener que justificar nada adicional», detalla Serrano.

Gutiérrez confirma que el menor puede demandar a sus padres llegada la mayoría de edad, solicitando una indemnización por daños morales y que se retiren las imágenes tanto en redes sociales públicas como privadas. La difusión de esas imágenes será clave para fijar la responsabilidad civil. «La denuncia sería por la comisión de un delito contra la intimidad, en concreto el previsto en el artículo 197.7 del Código Penal», dice la fiscal.

Actitud preventiva

Antes de que los hijos demanden a sus representantes legales, una alternativa preventiva está en la educación digital de los progenitores. Se trata de asegurar la protección ante la inseguridad proyectada por el mal uso de las redes sociales.

Los cursos e iniciativas para educar a los usuarios desde la Administración de Justicia y las entidades privadas dando las claves del buen uso en redes sociales serían una alternativa a la hora de facilitar que los progenitores puedan entender cómo sus hijos comprenden y usan estas redes sociales para evitar situaciones similares al ciberacoso.

Consejos para ser abogado ‘influencer’

Jorge CampanillasSocio de Iurismática abogados y responsable de eventosjuridicos.com

Sobre las redes sociales y los abogados, Jorge Campanillas considera que no todos los abogados debieran utilizar las redes sociales, puesto que puede ser contraproducente para el despacho, al no disponer de habilidades para la comunicación o utilizar formatos para los que no están acostumbrados. En su opinión, «habría que potenciar las habilidades y los profesionales que pueden ayudar en la captación de clientes potenciales y capacitar al resto».

Un abogado influencer deberá:

1) Conocer el funcionamiento de las redes sociales. Saber cómo funcionan los algoritmos de éstas puede allanar el camino.

2) Interactuar con los demás usuarios. Las redes son sociales y premian a los usuarios que interactúan con otros profesionales a fin de generar una red de conocimiento.

3) Darse un tiempo. El éxito en las redes sociales no se consigue de forma rápida.

4) Elegir la red que mejor se adecue al abogado.

5) Saber comunicar y llegar a los usuarios.

6) Observar qué hacen otros influencers de otros sectores para ver que se puede llevar a un sector como el de la abogacía.

Antonio SerranoConsejero delegado de Spartanhack

Sobre los abogados influencers, Antonio Serrano opina que en virtud al combinado redes sociales y abogados, estas deberían utilizarse no solo para captar clientes sino para aportar contenidos interesantes. Para el consejero delegado de Spartanhack «aportando valor, acreditas profesionalidad. No se puede limitar la innovación a las redes sociales. Innovar pasa por transformar y ello supone utilizar la tecnología como medio para poner al cliente en el centro».

Un abogado influencer deberá:

1) Cumplir la normativa publicitaria en general, y el artículo 25 del Estatuto General de la Abogacía, en particular, respetando la dignidad de las personas y haciendo publicidad digna, leal y veraz.

2) Tener presente la huella digital que se deja con estas publicaciones.

3) Realizar publicaciones sobre temas jurídicos, económicos, de márketing digital o temas tecnológicos.

4) Complementar las redes sociales con un blog para publicar contenido de valor sobre las temáticas anteriores.

5) Conseguir un posicionamiento razonable en redes, dejando una buena huella digital.

http://www.expansion.com/juridico/actualidad-tendencias/2019/04/17/5cb73d04e5fdeaa3248b45c3.html

Cuando mi hijo tenía 5 años, atravesaba una época en que siempre me hacía preguntas: “Mami, ¿por qué las nubes se mueven?” y “¿Por qué a veces llueve y otros días hay mucho sol?” Yo me esforzaba por darle respuestas inmediatamente — y a veces no tan correctamente. Emilio tenía una piel delicada que frecuentemente se irritaba. En una visita a la dermatóloga, ella me recomendó una crema muy eficaz, que le quitó la picazón e irritación. A partir de entonces, esa crema no faltó en casa. Sin embargo, una noche mientras lo ayudaba a prepararse para ir a la cama, con la curiosidad que lo caracteriza, Emilio me preguntó: “Mami, ¿por qué esa crema funciona para quitarme el rojo de la piel y la picazón?” Yo, ya cansada y sin conocer la razón científica detrás de la eficacia de la crema, le respondí: “Ay, no tengo idea! ¡Yo no soy científica ni médico, soy sólo tu mamá!”

Esa respuesta me salió muy natural, pero luego me preocupé de haber decepcionado a mi hijo. Al ver su sonrisa, supe que no lo había defraudado. De hecho, nos empezamos a reír, y desde ese día me sentí con completa libertad de no saberlo todo. Esto ha sido una herramienta poderosa de enseñanza, ¡y se la recomiendo a todos los docentes!

En estos tiempos de cambios exponenciales gracias a la velocidad en la evolución de las tecnologías y la transformación digital, el rol del docente también se está transformando vertiginosamente. Y todos sabemos que los cambios, si bien pueden traer muchos beneficios, pueden ser también – y frecuentemente los son – desestabilizadores para quienes los sufren.

En América Latina y el Caribe, diversos países están introduciendo tecnologías en las aulas, algunos a pequeña escala y otros a nivel nacional. Todos sabemos que los niños y niñas rápidamente se entusiasman y adaptan a estos instrumentos, y que muchas veces a los docentes – quienes no crecieron en la era digital – les toma un poco más de tiempo adaptarse y aprovechar la tecnología para potenciar sus métodos de enseñanza.

Lo maravilloso del mundo en que vivimos es que no necesitamos memorizar sino saber cómo buscar la información que necesitamos; de nada nos vale saber de memoria la geografía mundial, pero sí nos sirve entender la forma en que los seres humanos y sus acciones afectan a nuestro planeta y cómo podemos conservar lo valioso de nuestros países, culturas y ambientes geográficos. Esto cambia la naturaleza de lo que pasa en las aulas, del maestro que enseña al maestro que construye un ambiente de aprendizaje. Porque ya no hace falta que el maestro sea el dueño del conocimiento y lo imparta. El maestro efectivo hoy es aquél que hace buenas preguntas y presenta problemas reales guiando a sus alumnos a que conjuntamente construyan respuestas y soluciones.

Así, nuestros niños y jóvenes aprenderán desde la escuela aquellas habilidades que tanto buscan los empleadores: la creatividad, la colaboración, la curiosidad, y la capacidad analítica para resolver problemas reales.

Además, como descubrí gracias a mi Emilio, es mucho más divertido aprender que enseñar, buscar respuestas que tenerlas todas… Creo firmemente que ese ejercicio constante de la mente, al igual que el ejercicio físico para el cuerpo, es indispensable para mantenernos saludables a lo largo de la vida.

https://elpais.com/elpais/2018/06/19/mamas_papas/1529419099_294211.html?rel=str_articulo#1532334401969

El consumo excesivo de alcohol está en el origen de más de doscientas enfermedades y por primera vez un equipo de investigadores, entre ellos de la Universidad Miguel Hernández de Alicante, ha comprobado que los daños inducidos por ese consumo no se detienen al dejar de beber.

Los investigadores han constatado que se produce una alteración generalizada en la sustancia blanca del cerebro (las “autopistas” que conectan las diferentes partes del cerebro) que afecta sobre todo a las estructuras relacionadas con la comunicación entre los dos hemisferios, a la toma de decisiones y a la memoria.

El estudio, cuyas conclusiones publica hoy la revista “Jama Psychiatry”, lo han llevado a cabo investigadores del Instituto de Neurociencias de Alicante (un centro mixto de la Universidad Miguel Hernández y el CSIC) y el Instituto Central de Salud Mental de la Universidad de Heidelberg (Alemania).

El consumo excesivo de alcohol provoca más de tres millones de muertes cada año en el mundo

Además de estar en el origen de más de doscientas enfermedades, el consumo excesivo de alcohol provoca más de tres millones de muertes cada año en el mundo, por lo que la detección temprana de sus efectos negativos es un objetivo prioritario de los neurocientíficos.

En el estudio han participado 91 pacientes con una edad media de 46 años, hospitalizados en Alemania a causa de un transtorno por consumo de alcohol, y se ha completado con un modelo de ratas que ha demostrado una preferencia natural por el alcohol, ha explicado a Efe la neurocientífica italiana Silvia de Santis, del Instituto de Neurociencias de Alicante.

Silvia de Santis ha precisado que todos los pacientes que han participado voluntariamente en la investigación padecen enfermedades psiquiátricas asociadas al consumo excesivo de alcohol, y ha incidido en que los daños comprobados afectan a la “materia blanca” que conecta las diferentes partes del cerebro.

Los déficits cerebrales permanentes a causa del consumo excesivo de alcohol pueden ocurrir mucho antes de lo que se creía

Los resultados ahora conocidos rebaten la creencia de que las alteraciones en el cerebro comienzan a normalizarse inmediatamente después de dejar el consumo de alcohol, y ponen de relieve además que los déficits cerebrales permanentes a causa del consumo excesivo de alcohol pueden ocurrir mucho antes de lo que se creía.

Los resultados, que se han obtenido mediante resonancia magnética durante las primeras semanas de abstinencia, se han obtenido con garantías de que los pacientes no estaban bebiendo nada de alcohol ya que todos estaban ingresados en un hospital siguiendo un programa de desintoxicación.

El investigador Santiago Canals, que lidera el grupo de Plasticidad de las Redes Neuronales en el Instituto de Neurociencias de Alicante, destacado que aunque la toxicidad del alcohol cesa al dejar de beber, los cambios en el cerebro siguen progresando porque se pone en marcha un proceso inflamatorio que avanza incluso en ausencia de alcohol.

Canals, que ha calificado de “sorprendentes” los resultados, ha destacado que estas evidencias estarían también relacionadas con la facilidad de recaída que se produce cuando los pacientes han dejado de beber, durante el periodo de abstinencia.

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