Desde que se enroló en los talleres, todo el mundo nota que Raúl está más “espabilao”. Está más motivado en el colegio, sueña con llegar a dirigir películas y habla con aplomo de adulto sobre el lugar en el que vive: “Los de fuera se creen que la Cañada entera es marginal, pero hay una parte de cine”, asegura sobre este asentamiento irregular de 16 kilómetros de longitud —de ahí el nombre del certamen—, que se levanta sobre la antigua vía pecuaria. “La venta de droga está muy centrada en un kilómetro y medio, pero le da muy mala fama al resto de la Cañada”, puntualiza Ana Isabel González, de la Fundación Voces y codirectora de un festival que pretende acabar con la imagen estigmatizada de un asentamiento multirracial en el que un tercio de sus casi 7.300 habitantes son menores, según el último censo oficial.

Cuando se proyectaron las pelis vinieron los marroquíes, los gitanos, los payos, los rumanos…aquí hay más de 30 nacionalidades distintas, y no hay muchos espacios de encuentro”, cuenta González. “El cine les permite visualizar que los problemas que tienen son exactamente los mismos. Y que las soluciones pasan por unirse y afrontarlos juntos”, añade Carlos Olalla, el otro responsable del proyecto.

Inspirado por el Slum Film Festival de Nairobi (Kenia), que ha logrado una gran cohesión social en el suburbio chabolista de Kibera, 16 kilómetros quiere convertirse en vehículo para que los jóvenes se expresen y descubran que “hay más cosas que lo que ven en el día a día en la calle”. También para motivarles de cara a su futuro profesional: “Aquí hay una tasa altísima de fracaso escolar, y hay que darles otras vías. Uno puede no sacarse el bachillerato pero ser un crack como cámara, como sonidista, como actor, como director o como youtuber”, afirma la codirectora del certamen, que ha solicitado permiso a la Comunidad para construir una escuela de cine permanente en la zona.

En la antigua fábrica de muebles, hoy un oasis de creatividad donde varias ONG conducen actividades extraescolares, Raúl graba con unos compañeros un corto de suspense. En septiembre presentarán el filme en la segunda edición del festival después de su éxito el año pasado con Superhéroes de Cañada 3, una historia en la que se enfrentaban a dos villanos que quieren destruir el barrio.

El codirector del festival 16 kilómetros, Carlos Olalla (d), con un grupo de jóvenes de la Cañada Real que ruedan un videoclip de rap y sus profesores.
El codirector del festival 16 kilómetros, Carlos Olalla (d), con un grupo de jóvenes de la Cañada Real que ruedan un videoclip de rap y sus profesores. Carlos Rosillo

Este temor es común entre los menores del lugar, cuyos sencillos sueños van en otra dirección: que asfalten la calzada, que pase el autobús, tener casas propias…“Me gusta la Cañada, aquí han nacido y crecido todos mis sobrinos, y yo no quiero que se derribe; pero no me gusta la calle porque está mal, tiene demasiadas piedras”, protesta Andrea, una rumana de 13 años que participa en un videoclip de rap que se rodará a medias con unos niños de Bombay (India). Para su compañera Mariam, de 14 años, el estigma social es peor que las precarias infraestructuras: “Que la gente te mire con mala cara cuando eres buena persona, porque piensan que en la Cañada solo hay gente mala”, expresa tímidamente la joven de origen marroquí, que de mayor quiere ser abogada para “defender a la gente que tiene razón”.

Los niños cineastas del descampado
EL PAÍS

El destino del asentamiento aún está en el aire, pero parece pasar por el derribo de una gran parte de las chabolas y el realojamiento de los vecinos en otras zonas. El 75% del suelo de la Cañada Real tiene “afecciones urbanísticas” que complican su calificación como residencial, según un estudio técnico recogido en el pacto regional alcanzado entre la Comunidad y los municipios de Madrid, Coslada y Rivas Vaciamadrid, que fue ratificado este 20 de abril en la Asamblea. Este pacto solo contempla, por el momento, la regularización de las cerca de 200 viviendas del llamado sector 1, y prevé el total desmantelamiento del conflictivo sector 6, donde viven unas 3.000 personas, por “la ausencia de condiciones mínimas de habitabilidad y los problemas derivados del tráfico y consumo de drogas”.

Raúl, que vive en el sector 6, preferiría quedarse en una Cañada reformada, aunque agradecerá ser realojado si así consigue tener agua corriente y electricidad sin cortes. “Y acercarnos a la sociedad, porque aquí estamos un poco lejos de todo”, dice el joven, que aun así echaría de menos algo de su hogar. “Si en ese otro sitio nos dan vivienda con luz y agua corriente, espero que también haya la libertad y diversión que hay en este barrio”. Y es que en la Cañada Raúl siente la ausencia de algo que, aunque alguno de sus compañeros reclama, él hasta cierto punto agradece. Algo abstracto que no le obliga a pedir permisos cuando graba y que no percibe cuando juega en la calle: reglas. “En los otros barrios veo que hay como una ley…”

El cine español se vuelca con la Cañada

Fernando Guillén Cuervo, Natalia Molina, Natalie Seseña y Jordi Sánchez (de la serie La que se avecina), Lolita Flores, Geraldine Chaplin…son algunos de los actores que ya han colaborado de alguna manera —en la promoción o enviando vídeos de apoyo— con el festival 16 kilómetros. Otros muchos, que la dirección del certamen prefiere no revelar aún, ya les han llamado para sumarse a la segunda edición, el próximo septiembre. Muchos se enteraron de la existencia del festival durante la gala de los premios de la Unión de Actores y Actrices (UAA), el pasado 13 de marzo, en la que 16 kilómetros ganó el premio especial.

La Academia de Cine ha ofrecido su sede para celebrar la rueda de prensa de la segunda edición y su filmoteca para acoger parte de las proyecciones. “El director, Mariano Barroso, se ha puesto a nuestra disposición”, afirma Ana Isabel González. La organización cuenta este año, además, con mayor presupuesto gracias a los 30.000 euros de unos de los premios del Programa Impulsa, de Podemos, que el proyecto de la Fundación Voces ganó el pasado enero.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2017/04/17/madrid/1492427245_508194.html

Los padres podemos y debemos fomentar la autonomía en nuestros hijos desde que son capaces de ir alcanzando retos evolutivos. Resulta obvio pensar que el recién nacido no tiene autonomía salvo para respirar, ni siquiera controla sus propios movimientos. Es extremadamente vulnerable y dependiente. Poco a poco irá madurando su cerebro y será capaz de ir manejando su cuerpo y su voluntad. La autonomía se expresa por dos caminos que confluyen: uno más físico, donde debemos permitir que el niño haga aquello que puede hacer o cree que puede hacer y otro más psicológico que tiene que ver con desarrollar la independencia de criterio, la toma de decisiones y asumir sus consecuencias.

Cuando los padres permitimos que un niño haga algo que puede hacer, necesitamos trabajarnos la tolerancia al error, a la imperfección y al fracaso. También a la paciencia. Muchas veces hacemos cosas por ellos porque las hacemos más rápido y no les permitimos ensayar, practicar, experimentar y en definitiva poner a prueba sus herramientas. Priorizamos el resultado y no el aprendizaje que solo se produce durante el proceso

El día a día ofrece muchas oportunidades para favorecer que los niños habiliten estrategias y habilidades, que de otro modo, no aprenderán.

En cuanto a favorecer la autonomía en el ámbito más emocional y psicológico, también debemos hacer un ejercicio de soltar un poco el control y permitir que el niño elija todo aquello que pueda elegir (y que suele ser más de lo que creemos), y que tome decisiones.

Cuando un niño es capaz de hacer cosas por sí mismo estamos fortaleciendo su autoestima, su percepción de competencia, reforzando una autoimagen de seguridad, enseñándole a manejar la tolerancia a la frustración, desarrollando la perseverancia, entre otras cosas.

Por otra parte, educar hijos implica sobre todo que sean capaces de devenir en adultos competentes y seguros sin nosotros. Educar es una tarea a largo plazo, donde nuestra labor fundamental es facilitar que nuestros hijos desarrollen herramientas por sí mismos, porque eso es lo que les servirá para enfrentar la vida y para tomar decisiones encaminadas a la construcción de una existencia significativa y feliz.

En mi opinión la sobreprotección es perjudicial porque coarta la posibilidad de desarrollar estrategias de aprendizaje y les deja desprotegidos e ineptos para enfrentar los reveses vitales. Además, cuando llega la adolescencia, los padres perdemos influencia y autoridad y si no han desarrollado un criterio sólido, serán vulnerables a las exigencias del grupo de iguales. Y esta es una labor “hormiga” que se hace día a día y desde el principio.

¿Por qué nos cuesta favorecer su autonomía?

En general, a los padres nos cuesta favorecer su autonomía por varias razones. Las más básicas tienen que ver con las exigencias de tiempo actuales: siempre vamos con prisa, con horarios muy exigentes para todo. Eso hace que muchas veces no podamos esperar a que hagan ellos las cosas. Nos impacientamos y lo hacemos nosotros.

Pero también creo que hay otras más profundas, como la necesidad de que sigan dependiendo de nosotros o la falta de confianza en que pueden hacerlo por sí mismos. También nos cuesta tolerar el error y el fracaso. Es difícil dejar fracasar a un hijo, aunque imprescindible.

Tenemos también una gran necesidad de controlarlo todo, porque ello nos da seguridad y además estamos terriblemente condicionados a las presiones externas. Si yo dejo que mi hijo o hija elija lo que se quiere poner, me expongo a la crítica externa. Nos han enseñado que educar es igual a controlar y el juicio externo aún nos pesa mucho.

Para tratar de contrarrestar esta tendencia hay que tener presente de forma muy consciente que los beneficios de favorecer autonomía en los niños, son esenciales en la formación de una personalidad sana y sólida. Que merece la pena invertir un poco de tiempo y de paciencia permitiendo que hagan los aprendizajes necesarios para su edad. Que la responsabilidad debe ser compartida así como respetado el criterio. Pero que no fuercen las cosas.

Tan negativo es dar a nuestros hijos responsabilidades cuando aún no pueden asumirlas como no dárselas cuando aún están listos para ello y la única forma de saberlo es probar puesto que cada niño evoluciona de forma diferente.

http://elpais.com/elpais/2017/04/24/mamas_papas/1493021002_268544.html

Para contestar a la pregunta del titular, primero hemos de tener en cuenta qué entendemos por lectura. Es importante detenerse un momento y darnos cuenta de lo que está ocurriendo hoy. El concepto de la lectura ha cambiado en las últimas décadas, aunque en general, los españoles solemos seguir identificando a la lectura con una sola forma de leer, que es la del libro impreso. Esta realidad la detecta también Luis González, director general de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, en su capítulo “Hábitos lectores y políticas habituales de lectura” de La lectura en España. Informe 2017, quien recuerda que aquellas personas que leen habitualmente diarios, revistas, webs, foros, blogs, libros electrónicos, manuales, guías, etc., también forman parte de la categoría de lectores, pese a que ni ellos mismos se consideran como tales.

Quizá hoy los niños leen menos a los clásicos Perrault, los Hermanos Grimm o Andersen, por ejemplo, porque lo cierto es que los tiempos están cambiando y van apareciendo nuevas propuestas. Los chicos se divierten con otro tipo de temáticas, formatos y fórmulas. Aventuras, romances, fantasía a tutiplén. Libro álbum, libro informativo, libros en 3D, pop up… Pero, al fin y al cabo, leen, que es lo que nos importa. Si lo que leen es de buena o mala calidad, ya ese es otro cantar. Que tenemos algunos índices bajos de comprensión lectora, también es el foco de otro posteo. Ahora nos detendremos en que la apreciación que tienen los más pequeños del libro ha cambiado también. Ellos dicen y defienden lo que les gusta y lo que no. Y es válido respetarlos porque su opinión importa y mucho.

Los formatos favoritos

Al libro tradicional (que sigue siendo el soporte favorito del 100% de los niños lectores), le siguen las revistas (47%), los cómics (36,3%) y los periódicos (26,3%), todas publicaciones impresas, según los datos de la encuesta Hábitos de lectura y compra de libros en España 2012 (habitualmente llamada Barómetro), desarrollada por Conecta para la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Pero a estos datos hay que añadir que desde hace unos años se ha ido notando también un alza en la lectura digital: casi la mitad de los niños españoles de entre 10 y 13 años lee diariamente en los nuevos formatos, según el informe. Webs, blogs y foros son las lecturas digitales preferidas, mientras que los e-books han perdido adeptos desde sus inicios.

Los nuevos libros

El primer ebook español se lanzó por allá por 2009, pero, pese a que en los primeros años muchos decían que desplazaría al papel, hoy no ha alcanzado el éxito que se esperaba. Menos aún en el caso de los libros para niños, porque hay formatos contra los cuales el electrónico no puede competir. El caso más flagrante es el del libro álbum (caracterizado por la confluencia de lenguaje verbal y visual, que concede gran peso a la imagen), que es impensable de disfrutar de otra manera que no sea impreso. Una gran imagen que habla por sí sola, esto es, que no solo ilustra a un texto (como en el tradicional libro ilustrado) sino que es por sí misma una parte de la historia.

La novela gráfica es otra estrella de esta era, pero está más dirigida a los jóvenes que a los niños. Su formato es el de una historieta para lectores frecuentes y grandes lectores, con temas más complejos. Otro ejemplo es el libro informativo, aunque este no es un concepto nuevo. Es más, es uno de los más antiguos de la no ficción: enciclopedias, diccionarios, manuales… Pero lo novedoso es la nueva mirada que se le da en la actualidad. Expuestos a tanta información como estamos, lo cierto es que los más pequeños saben más y tienen más conocimientos y el libro informativo ayuda a ordenar esta información de una manera atractiva para los niños.

Esto sucede porque, muy vinculado a este cambio, la ilustración, el diseño, la innovación viven sus años dorados, con sorprendentes creaciones. Ahora se lee a través de la imagen y la apuesta del mundo editorial es por un tinte más visual y unos textos más transversales, con historias que atraen a todas las edades.

Mejor lecturas fáciles que ninguna

Todo lo que están leyendo los niños está forjando su capital literario. Pero, ¿qué contenidos leen? Hoy existe un sinnúmero de mundos donde elegir. En el estudio Los libros infantiles y juveniles en España 2014-2015, el Observatorio de la Lectura y el Libro asegura que “tras unos años dominados por la moda romántico-vampírica, el género fantástico ha seguido reinventándose”. Así el realismo y las aventuras, el misterio, el romance y fundamentalmente el humor van ganando nuevos adeptos infantiles cada día.

La directora del máster internacional en libros y literatura infantil y juvenil Gretel, de la Universidad Autónoma de Barcelona, señala que “si observamos los títulos infantiles más prestados en las bibliotecas públicas, veremos que los más pequeños leen álbumes y libros de cierta calidad gracias al consejo de padres y bibliotecarios o a la atractiva oferta de formatos y temas para las primeras edades. Por ejemplo, ahora tienen mucho auge los libros sobre las emociones. A partir de los 7 años los niños tienen más autonomía y vemos que el deseo de leer lo que está de moda lleva a los bestsellers, igual que ocurre en la lectura adulta. Entre los 7 y 10 años –continúa Colomer- triunfan las series narrativas en las que priman la identificación con los protagonistas-narradores, la lectura menos esforzada y el humor, como la del detective Geronimo Stilton. No es algo a despreciar”.

Esto nos hace pensar que tal vez es preferible que los niños lean contenidos que no resultan tan atractivos a los padres o que no siempre tienen gran calidad literaria a que no lean nada. Teresa Colomer lo confirma: “leer las series de moda tiene factores positivos para la formación del lector, como sentirse incluido en una comunidad de lectores, atreverse con libros más largos porque son más fáciles fomentando la autoestima del lector o proporcionar las horas de lectura sostenida que requiere el desarrollo de las habilidades lectoras”.

Promoción de la lectura en acción

Aquí participamos los adultos, desde distintas miradas, desde los planes de fomento lector estatales hasta los propios padres, pasando por profesores, bibliotecarios, especialistas, editores, escritores, ilustradores… Es decir, todo mediador de la lectura, quien es la figura motivadora y estimulante que fomenta el hábito lector en los niños. La escuela, la biblioteca, las editoriales, las librerías y el hogar son cinco de los espacios esenciales en los que hay intervención activa y donde se pueden sentar las bases y gestar la pasión por la lectura.

Colomer recuerda que “en la escuela los niños miran, leen y oyen contar obras de mayor calidad. Eso es lo que les permite progresar. Como en cualquier placer, es algo que se basa en la comparación entre lo leído (o lo visto, bebido, besado, etc.) y en la satisfacción obtenida por los nuevos mundos, emociones y formas de contar. Aunque eso es siempre muy dependiente del proyecto pedagógico del centro”. Señala que una de las carencias que tiene la promoción de la lectura en España es “una buena preparación de los profesionales: maestros, bibliotecarios y libreros. A la lectura de calidad también contribuyen las actividades de la biblioteca pública y de la librería infantil especializada”. Esa es la tarea que tenemos por delante.

Leer antes de saber leer

Carolina Lesa Brown, comunicadora social, máster en “Necesidades y Derechos de la Infancia” (Universidad Autónoma de Madrid) y en “Libros y Literatura para Niños y Jóvenes” (Universidad Autónoma de Barcelona), es especialista de literatura infantil y juvenil desde la primerísima infancia y nos aclara por qué se dice que se puede leer desde el nacimiento. “Los niños hacen uso del lenguaje desde el inicio de la vida, incluso antes de nacer. Se apropian de él con la misma intensidad que lo hacen del alimento. A los pocos meses de embarazo, el bebé ya es capaz de distinguir el sonido de la voz de la madre y reaccionar ante ella; algo que mantendrá después de nacido”, dice la experta. “Será esta voz –continúa- la que construirá el primer relato sobre sí mismo: le dirá quién es, donde ha llegado, cómo es el mundo que lo recibe. El lenguaje, por lo tanto, estará presente y en ‘uso’ para crear una narración que se inscribirá en su mundo interior y lo construirá como persona, aunque aún no exista habla”. Mucha gente identifica la lectura con el proceso de lectoescritura. Los bebés “leen” porque interpretan los signos de su ambiente, “lo dotan de sentido y actúan en consecuencia”, indica Lesa Brown. Quizás, el ejemplo más claro “sea la respuesta que dan ante el rostro de la madre o sus arrullos, a los que responden con sonidos, sonrisas, gestos y movimientos”, concluye.

Y nos preguntamos si estimularles en la lectura desde tan pequeños es un acierto o los estresamos con ello. Quizá no estaremos promoviendo la lectura, pero sí una relación y un gusto por el mundo del libro. Lesa asiente: “Como bien señala la especialista Evelyn Torres, durante la primera infancia más que fomentar la lectura se trata de incentivar el deseo de que, más tarde, les guste leer”. Para llegar a eso, Lesa asegura que “el primer paso es el acceso a la lengua del relato o de la belleza. Los bebés pueden distinguir entre el lenguaje funcional –o fáctico– y el lenguaje de la belleza. El primero, se completa con la realidad. Por ejemplo, si digo ‘come, se enfría’ o ‘tráelo aquí’, necesito ver que hay una sopa en la mesa u observar qué señala el dedo. En cambio, con el lenguaje de la belleza, se crean pequeñas narraciones que potencian la dimensión estética del lenguaje. Por ejemplo, ‘hoy vendrá la tía a verte, iremos al parque y lo pasaremos muy bien’ mantiene el enunciado completo”.

Para incentivar a los bebés a ser amantes de los libros, dependerá no solo de cada edad, sino de cada ritmo evolutivo de nuestro pequeño. La especialista nos da algunas pautas en líneas generales:

Hasta los 2 años: podemos fomentar la lectura a través de nanas, arrullos, cantinelas, rimas, retahílas, conjuros, juegos de falda y de ronda. Tenemos una literatura de tradición oral muy rica a la cual se puede recurrir a través de nuestra memoria.

De 3-6: además de mantener algunos de estos juegos, tenemos que tener en cuenta dos criterios. El primero, preparar una biblioteca con diferentes géneros y tipos de libro (poesía, narrativa, informativos, imaginarios, libros juego, abecedarios, libros de contar, con propuestas lúdicas, entre otros). El objetivo es fomentar una idea de lectura ligada a sus posibilidades: con la lectura…“puedo aprender” “puedo divertirme” “puedo jugar” “puedo emocionarme”. El segundo criterio se relaciona con un gusto lector muy propio de estas edades, pero que también ayuda y facilita el contacto con la escritura. Se trata de libros con narrativas que tengan repeticiones, estribillos, estructuras circulares o muy sencillas, de forma que sean fáciles de seguir o previsibles.

http://elpais.com/elpais/2017/04/03/mamas_papas/1491231284_814498.html

Desde hace tiempo seguimos de cerca a Emma Watson y hemos descubierto que es una gran gurú de la lectura. A parte de su faceta como actriz, una de sus grandes pasiones es fomentar la lectura crítica a través de su club de lectura Book Fairies Worldwide  donde recomienda muchos libros.

Su relevancia es tal que cada 8 de marzo podemos ver a la actriz en las portadas de muchos periódicos. Emma es embajadora de varios movimientos en defensa de la igualdad de género, como el He For She, además de sus famosos e inspiradores discursos en la Asamblea General de la ONU.

Pero Watson no solo defiende la igualdad de género, sino que también es conocida por sus reivindicaciones, entre otras, hacia la literatura.

Su posicionamiento en redes sociales como Instagram o Goodreads ha convertido en famosos sus hashtags, que son seguidos por miles de usuarios como #IWDOurSharedShelf . Además, Emma es muy activista y ella misma lidera una campaña llamada Escondiendo libros por el metro de Londres o la ciudad de Nueva York.

Aquí van sus doce mejores recomendaciones

1. Persépolis — Marjane Satrapi (2000)

Se trata de una historia autobiográfica contada en forma de cómic que empieza en el año 1979, cuando Marjane tiene diez años y, con su inocente perspectiva infantil, cuenta el cambio social y político que conlleva el cambio político en Irán después de más de cincuenta años de régimen fundamentalista. Al desconcierto de la protagonista debemos sumarle aún más dificultades por ser una mujer y joven.

2. Los monólogos de la vagina — Eva Ensler (1996)

Si quieres pasar un rato divertido este es tu libro. En él se pone de manifiesto un órgano que es, sin duda, superior al pene masculino por ser el único conectado al clítoris, único órgano humano que está destinado, absolutamente, al placer. Una obra que es el centro de todo un movimiento feminista contra la violencia de género.

3. Cómo ser mujer — Caitlin Moran (2011)

Pequeñas historias en forma de memoria que se narran desde el punto de vista de una mujer feminista, trabajadora e hija de una familia numerosa. Un bagaje que le permite hablar sin tapujos de su paso por la vida y la sincera relación que mantiene con su cuerpo.

4. El cuento de la criada — Margaret Atwood (1985)

Es una distopía en la que destacan la crítica social y el tratamiento de la mujer a través de un juego de dos historias con un mismo personaje atrapado entre el pasado y el presente.

5. El color púrpura — Alice Walker (1982)

Dos hermanas de raza negra, una que vive en el sur de Estados Unidos y ha sido violada por quien ha creído siempre que fue su padre y otra que trabaja como misionera en África. Durante más de treinta años, ambas han soñado con que llegase el momento de reencontrarse, descubriendo todos sus sentimientos en preciosas cartas.

6. La escafandra y la mariposa — Jean-Dominique Bauby (2009)

En esta historia, el protagonista se encuentra en coma profundo por un accidente vascular y se despierta afectado por el “síndrome de cautiverio”, pero con las facultades mentales intactas. Con un leve parpadeo de su ojo izquierdo es capaz de hacernos llegar sus reflexiones sobre la vida. Toda una lección sobre los límites del ser humano.

7. El guardián entre el centeno — J.D. Salinger (1945)

Considerada la obra maestra del escritor, marcó a toda una generación de jóvenes gracias a la sinceridad de su narrador, un joven Holden Cauldfield que confiesa sin tapujos su fracaso escolar, el deseo de escapar de las rígidas normas de una familia tradicional y una experiencia sexual sin más.

8. Éramos unos niños — Patti Smith (2015)

Se trata de las memorias que narran la vida en común de la cantante Patti Smith y el fotógrafo Robert Mapplethorpe, y que acabaría con la muerte de éste en 1989.  Dos apasionados del arte que se instalaron en el mítico Hotel Chelsea y que marcaron la estética de finales del siglo XX. Un homenaje a la amistad que hizo que Watson declarase: “Quiero vivir como Patti. Quiero escribir como Patti”.

La próxima Semana Santa, los desplazamientos no tienen por qué convertirse en un suplicio salpicado de “me aburro” y “¿cuánto falta?” durante kilómetros. ¿Se imagina un viaje Murcia-Ferrol en coche sin tablet? ¿O retenciones de varias horas para entrar en Madrid entre llantos de desesperación? Estas cosas pasan, todos los años, cada Semana Santa. Y seguimos sin preparar el viaje de forma lúdica.

La recomendación es meter en el coche una batería de juegos que ocupen la mayor parte del trayecto, porque dependiendo de las edades de los niños y el transporte elegido puede ser complicado entretener a los más pequeños si descartamos los remedios de la abuela como el “chupito diluido de Agua del Carmen” (que por su alto contenido alcohólico no es que relajase a los menores, sino que directamente los noqueaba) o las “pastillas amarillas para no marearse” (entiéndase “para que el niño duerma hasta llegar a destino”).

Según el estudio “From curious to furious” que lanzó la Highways England (Dirección General de Carreteras británica) en 2015, los niños pasan del aburrimiento a la ira en apenas un cuarto de ahora, concretamente a partir de dos horas y 37 minutos de viaje. En ese punto se desata el drama. Así que la recomendación de hacer una parada cada dos horas y estirar las piernas en un área de servicio tiene el doble objetivo de aliviar al conductor y permitir que los pequeños se despejen.

“El mejor consejo que podemos dar a los padres es que informen a sus hijos sobre el viaje: compartir la duración aproximada, los kilómetros que haremos, los pueblos que vamos a pasar, para hacer que el viaje en sí mismo sea interesante para ellos. No puede ser como antes, que subías a un coche y no sabías nada más. Ahora, con ayuda del GPS y las tablets ─con control parental y sin dejar realmente el viaje en sus manos─ podemos hacerles partícipes: que nos busquen áreas de servicio o gasolineras en los siguientes kilómetros y nos guíen para llegar o que encuentren información sobre los pueblos que dejamos atrás”, sugiere Enrique Castillejo, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Pedagogos y Psicopedagogos de España. También recomienda que en los viajes en coche, los padres eviten juguetes con piezas sueltas que puedan caer entre los asientos o debajo de los pedales del conductor, o juegos que requieran la atención directa y obligue al copiloto a girarse para mirar hacia atrás. “Siempre se debe enseñar a los niños que en el viaje, por muy divertido que sea, tenemos que dejar tranquilo al conductor y que la seguridad de todos es lo primero. También podemos aprovechar los desplazamientos largos en coche para jugar a cálculo mental con las matrículas de otros vehículos, buscar palabras que empiecen con las iniciales de los pueblos o identificar conocimiento del medio como paisajes kársticos, árboles, cultivos o tipos de nubes”, propone Castillejo.

Los viajes por carretera con niños van intrínsecamente ligados a juegos clásicos como el “veo veo”, las “adivinanzas”, las “palabras encadenadas” (pensar palabras que empiecen por la última sílaba de la palabra anterior), el “cadáver exquisito” (seguir y desarrollar un cuento inventado entre varias personas), “hundir la flota” o “el ahorcado”, para los que necesitaremos la previsión de meter en el coche papel y lápiz para todos. Pero si el copiloto necesita descansar un rato, también existen los libro-juegos como ¡En Marcha! (Ed. Combel), con rotuladores para colorear y pegatinas adhesivas; Juegos para entretener a los niños durante los viajes (Ed. Planeta), que reúne los clásicos antes mencionados; Juegos para viajar por la historia (Ed. SM), libro orientado a niños un poco más mayores; o audiolibros como la Antología de cuentos con música (Ed. McMillan), versión en castellano o en inglés, para que el reproductor de música del coche se encargue de distraer a los pequeños.

Cuando el desplazamiento es en tren, las mesas compartidas son la mejor opción para que las familias puedan interaccionar con juegos de mesa, papiroflexia, tejido de pulseras, cuadernos para colorear o incluso una partida de cartas, ya sea el clásico cinquillo o los infantiles como Uno o Dobble. En los viajes aéreos, en cambio, no tendremos el comodín del paisaje, la cafetería ni las áreas de servicio, así que quizás sea el momento de desplegar y aprovechar toda la tecnología disponible ─en modo avión y con auriculares para no molestar al resto de viajeros─ con películas, música o videojuegos. Los libros y guías de viaje sobre el destino también pueden suponer un aliciente para sobrellevar vuelos largos o las horas perdidas entre conexiones. De hecho, las salas de espera y salas de embarque en los aeropuertos son el escenario perfecto para saltar y estirarse con el viejo “Simón Dice” o descalzarse y lanzarse al suelo para jugar al “Twister” con los niños. ¿Le mirará el resto de viajeros? Posiblemente, pero con envidia: ahí es donde empiezan verdaderamente las vacaciones.

http://elpais.com/elpais/2017/04/07/mamas_papas/1491548689_796754.html

Al convertirse en padre, el director Daniel Martínez Lara empezó a plantearse qué es lo que más conviene a los hijos en sus primeros años de vida. Decidió dirigir junto a Rafa Cano Méndez el cortometraje animado Alike. La cinta plantea en 8 minutos la relación de un padre (Copi) y un hijo (Paste) en medio de la vorágine de pautas y normas que impone el día a día. Financiado con recursos propios, los responsables de esta película encontraron en un programa gratuito de animación a su principal aliado. Para devolver el favor que les hacía internet, ahora permiten que su trabajo se vea completo en plataformas como Vimeo. Acumula más de 5 millones de reproducciones entre Vimeo y YouTube y es de libre acceso para todas las escuelas de España.

«La educación infantil para niños menores de 7 años está excesivamente centrada en el currículum (lectura, escritura e inglés)», dice a Verne el director Daniel Martínez Lara a través del teléfono. «Esos conocimientos son muy importantes, pero quizá a esa edad deberían estar aprendiendo a ser creativos, a cómo vivir en grupo y otros valores más necesarios que saber los números en inglés», señala.

Alike plantea «una reflexión sin querer adoctrinar» y hace referencia al sistema educativo, pero también a las relaciones familiares: «Cuando te conviertes en padre, te planteas si deberías atreverte a no hacer lo que la sociedad impone. Para tu hijo lo realmente necesario es saber que hay alguien al otro lado que le entiende».

Su compañero en las labores de dirección, Rafa Cano Méndez, todavía no es padre, así que aporta su visión como hijo. «La sociedad se fija en lo que cree que es mejor para los niños, con buena intención, pero a menudo se equivoca. La rapidez del día a día no nos permite reflexionar si lo más práctico es lo que en verdad nos está haciendo felices», cuenta a Verne.

Juntos comenzaron en octubre de 2010 a construir este proyecto, de más de 60.000 euros de presupuesto. Emplearon recursos técnicos propios y los ahorros de ambos, además de contar con el apoyo del productor Nico Matji.

El programa de animación 3D Blender con el que se ha creado esta película es de uso gratuito. Cuenta con permanentes mejoras técnicas gracias a la colaboración desinteresada de un grupo de internautas. «Supuso un alivio a nivel económico. Aunque es gratis, no es menos potente desde el punto de vista técnico que uno de pago», explican los directores.

«No pretendíamos recuperar la inversión, porque es algo muy difícil con un proyecto como un cortometraje, así que nuestra intención era que llegara a la gente. El objetivo está cumplido», aseguran. «Creemos que se ha hecho viral porque cuestiona uno de los temas que, tras la crisis económica, todo el mundo ha empezado a replantearse, como su concepción del trabajo, la educación y la sanidad».

El relato, protagonizado por personajes lo más asexuados posible y sin raza concreta y ambientado en un lugar sin patria definida, intenta ser universal. Alike comenzó a proyectarse en festivales de cine de todo el mundo en 2015. Los directores lo consideran un gran escaparate, pero para mantenerse en ese circuito se debe cumplir un requisito: que el cortometraje no pueda verse de forma íntegra en internet, para que los festivales aseguren así un contenido único a sus asistentes.

Por eso, cuando la cinta ganó el Goya al mejor cortometraje de animación en 2016, casi nadie lo había visto. «En ese momento nos felicitaban por haber ganado un premio; ahora que la gente ha podido acceder a la película, nos felicitan por su calidad», apunta Cano Méndez.

Ambos sabían que internet les podía dar una exposición que no les ofrecía la televisión, un medio sin hueco en su parrilla para este tipo de contenidos. Se saltaron el paso de emitir la cinta en la pequeña pantalla «para que el público pudiera verla cuanto antes en internet».

Ahora su trabajo conjunto ha encontrado otra vida más en las escuelas. El corto se ha cedido a la base de datos del Ministerio de Educación para que los profesores puedan acceder a él de forma gratuita y se lo muestren a sus alumnos. «Era una forma de prolongar ese sentimiento de comunidad que nos hemos encontrado en internet», comentan los dos padres del proyecto del que es su hijo común.

http://verne.elpais.com/verne/2017/04/05/articulo/1491390435_650983.html?id_externo_rsoc=FB_CM

Explica Dani Rodrigo, el entrenador del equipo infantil del AEM de Lleida, el único en Cataluña compuesto íntegramente por chicas, que cuando el club decidió formar el equipo para que las jugadoras pudieran seguir compitiendo, aunque lo hicieran contra chicos, muchos les miraron con desconfianza. “Nos decían que estábamos locos. Y los padres se quejaban porque siempre les ganaban”, apunta. Eso fue hace tres años. La temporada siguiente terminaron terceras. Y este sábado ese equipo, cuyas futbolistas tienen de 12 a 14 años, ha hecho historia al ganar la Liga de Segunda masculina tras imponerse (1-2) al Pardinyes B.

El AEM de Lleida lo ha logrado, además, a lo grande. Se han proclamado campeonas cuatro jornadas antes de que termine el campeonato. Y sus números son espectaculares. En todo el curso solo han perdido un partido de los 22 jugados; y han empatado dos. Son el equipo más goleador del torneo, con 93 tantos a favor, y el que menos goles ha encajado: 25.

«Ellas juegan a fútbol, les gusta, y encima ganan. Pero no saben que están rompiendo muchos tabús» Dani Rodrigo, entrenador del AEM Lleida

En sus filas, además, está la máxima goleadora de la Liga, Andrea Gómez, que ha marcado 37 goles en los 21 partidos que ha jugado. Y, cómo no, también la portera menos goleada, para cerrar el círculo: Laura Martí, una niña que llegó al club desde Girona, buena muestra de que el AEM apuesta por el fútbol en femenino. Sin prejuicios, ni temores. “Hasta alevines pueden jugar niños y niñas mezclados, pero cuando pasan a categoría infantil ya no hay nada más, no pueden competir, por eso optamos por crear el equipo de chicas. Además, sabíamos que competir contra chicos las haría más competitivas. La coincidencia ha sido, también, que se ha dado una generación muy buena”, expone Rodrigo.

Pero el club catalán no se ha parado ahí y cada vez cultiva más la cantera. “En benjamín ya tenemos un equipo nuevo solo de niñas; y también el alevín y el infantil, que compiten contra niñas. Hace tiempo que trabajamos con equipos femeninos. Tenemos 110 niñas con nosotros. Ahora mismo cualquier niña pequeña que quiera empezar a jugar a fútbol llama al AEM”, señala, con orgullo, el entrenador.

Sus jugadoras, sin embargo, no son conscientes de lo mayúscula que es la hazaña que han conseguido. “Ellas juegan a fútbol, les gusta, y encima ganan. Pero no saben que están rompiendo muchos tabús. Ahora ya sabemos que un equipo de chicas puede ganar a otro de chicos y más cómo lo han hecho”. Así se lo dijo Rodrigo en el vestuario, cuando todavía celebraban la victoria: “Habéis hecho una cosa muy grande, más de lo que os pensáis. Las nuevas generaciones de niñas que suban se fijarán en vosotras”.

Consciente de que el físico puede jugar en contra de su equipo, por una cuestión natural (especialmente se nota con la mitad del grupo que son infantiles de primer año y que están menos desarrolladas físicamente), el preparador explica que el AEM está muy bien trabajado desde el punto de vista técnico y táctico. “Eso hace que muchos partidos que se nos atascan podamos decidirlos, por ejemplo, a balón parado, como ocurrió el sábado”.

La Liga la ganaron gracias a un gol de falta en el último minuto del encuentro. Lo marcó Alba Caño, que atendió a las directrices de su técnico –“Estaba muy nerviosa, no sabía si lo conseguiría o no, pero Dani me dijo que la tirara alta y yo siempre hago lo que él me dice”, apuntaba en declaraciones a TV3- y dejó a todos con la boca abierta. “Lo hizo mucho mejor de lo que le había dicho”, concede el entrenador.

Sus jugadoras juegan, probablemente sin saberlo, contra estereotipos de todo tipo. En todos estos años “han generado mucha sorpresa al llegar a campos donde los rivales no saben que jugarán contra un equipo de chicas. Hasta los árbitros se sorprenden y piensan ‘esta gente se ha equivocado’, aunque cada vez pasa menos”. Y añade: “También nos hemos encontrado con mala educación en muchos sitios. Y no solo los padres levantan la voz, también las madres. Pasa poco, pero todavía pasa, por desgracia”. Quizá su éxito les ayude a cambiar las cosas.

http://deportes.elpais.com/deportes/2017/04/02/actualidad/1491150485_663639.html