España aprueba su primera ley integral para proteger a los niños frente a la violencia.

El respaldo de los grupos ha sido prácticamente unánime. El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves la ley orgánica que protege a los niños y adolescentes frente a la violencia, cuatro años después de que esta misma Cámara instara al Ejecutivo a legislar de forma urgente. Es la primera norma integral en este ámbito en España y sitúa al país a la vanguardia internacional a nivel legislativo. El texto ha salido adelante por 297 votos a favor, 52 en contra y ninguna abstención.Solo Vox ha manifestado su rechazo, por considerar que es contraria a la familia.

A primera hora, unos carteles azules con letras impresas reposaban sobre los peldaños de las puertas del Congreso. “La infancia por ley”, se leía. Justo enfrente, Save the Children y la Plataforma de Infancia también habían colocado un panel para recoger el sentir de la gente ante la aprobación de la norma. “Escuchemos su voz”, “Ya era hora”, rezaban algunos mensajes.

La violencia contra los niños está invisibilizada, no hay suficientes datos que permitan hacer una radiografía exhaustiva. Pero los pocos que hay reflejan una realidad preocupante. En 2019 hubo más de 40.000 delitos contra menores, según datos del Ministerio del Interior a raíz de las denuncias y actuaciones policiales. Cerca de la mitad de los cometidos contra la libertad sexual tuvieron a un niño o un adolescente como víctima. Pero estos son solo los casos que salen a la luz, porque en muchas ocasiones no se denuncia. Y, cuando se hace, los procesos judiciales se eternizan y los menores a veces se ven obligados a declarar hasta en cuatro ocasiones, reviviendo una y otra vez lo sucedido.

La norma trata de evitar esta revictimización y establece la prueba preconstituida para los menores de 14 años, es decir, que solo deberán declarar una vez durante el proceso judicial, en la fase de instrucción, cuando se les grabará. La ley, que entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Boletín Oficial del Estado, también amplía el plazo de prescripción de los abusos sexuales contra niños y adolescentes, por lo que el tiempo para denunciar comenzará a contar cuando las víctimas cumplan 35 años, frente a los 18 actuales. Como mínimo, no prescribiránhasta que tengan 40 años, y en los casos más graves hasta los 55, un tiempo vital para que las víctimas puedan procesar lo ocurrido y se atrevan a dar el paso de acudir a la justicia. Asimismo, la ley refuerza el derecho de los niños a ser escuchados y la formación de los profesionales que tratan con ellos, además de que obliga a instaurar protocolos específicos en los colegios, los establecimientos deportivos y de ocio y los centros de menores. Y da un mandato al Gobierno para que en el plazo de un año apruebe un proyecto por el que se creen juzgados y fiscalías especializadas en violencia contra la infancia.

El grueso de las medidas fueron aprobadas ya a mediados de abril en el Congreso, pero este jueves la Cámara baja ha dado el visto bueno a los cambios introducidos la semana pasada en el Senado, entre los que destaca la prohibición de los desnudos en las pruebas para determinar la edad de los menores inmigrantes que llegan solos a España y una enmienda que reconoce las competencias autonómicas y que ha variado el sentido del voto de los partidos nacionalistas que en la primera votación en el Congreso se posicionaron en contra (PNV) o se abstuvieron (EH-Bildu o Junts per Catalunya). Este jueves han votado a favor, reforzando así el consenso alcanzado durante la primera votación en la Cámara baja.

Un antes y un después

La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha afirmado este jueves que “esta ley va a marcar un antes y un después en la protección a la infancia y la adolescencia en nuestro país”. Belarra ha señalado que su principal éxito debe ser “la promoción de un cambio cultural que implique un rechazo unánime e inequívoco de toda la ciudadanía a cualquier forma de violencia” contra los niños. Como en su día lo fue la ley de violencia de género. Durante su intervención, la ministra se ha comprometido a “desplegar al máximo las posibilidades de esta norma”, ha asegurado que la memoria económica ya contempla más de 70 millones de euros para ello y ha dado las gracias, como también lo han hecho los portavoces de la mayoría de grupos parlamentarios, a las organizaciones de infancia. En especial, Belarra ha agradecido su labor a James Rhodes, quien sufrió abusos en la infancia y por cuyo nombre también es conocida la norma (ley Rhodes). El pianista, que ha hecho campaña junto a las entidades sociales, celebra este jueves que “los niños estarán ahora más seguros y mejor protegidos que nunca”, aunque para él ya sea tarde. Considera, eso sí, que el tiempo que ha tardado en ver la luz ha sido “imperdonablemente largo”.

Durante el debate, el consenso solo lo ha roto Vox. La diputada Teresa López ha llamado a esta norma la “ley Herodes”. “La tarea de arropar y educar a los niños es de los padres. Y ahora quieren eliminar el vínculo biológico entre padres e hijos para destruir la más bonita institución: la familia”, ha dicho. “Sus leyes son atroces”, ha afirmado la parlamentaria, que también ha usado este término para referirse a la “invasión de Ceuta” por parte de Marruecos, “que ha jugado con vidas humanas” y ha “utilizado a menores”. La situación en la ciudad autónoma, especialmente “las terribles imágenes” que han llegado de niños y adolescentes, también fue mencionada con preocupación por diputados como Mertxe Aizpurua (EH-Bildu), Mariona Illamola (Junts per Catalunya), María Carvalho (ERC) y Omar Anguita (PSOE), quien trasladó su apoyo a la voluntaria de Cruz Roja que ha sufrido “ataques de odio” tras abrazar a un inmigrante que había llegado a la playa del Tarajal.

La parlamentaria del PP María de la O Redondo ha defendido, sin nombrar a Vox, “que la familia es fundamental en la ley”, y ha reclamado recursos para desarrollar la norma. La diputada de Ciudadanos Sara Giménez ha destacado que la norma es un “punto de partida”. Algo en lo que coinciden las organizaciones de infancia. “El trabajo empieza ahora”, sostiene Cristina Sanjuán, de Save the Children. Ricardo Ibarra, director de la Plataforma de Infancia, añade: “Estaremos vigilantes para que se cumplan los compromisos adquiridos”. Una idea que destaca al otro lado del teléfono Miguel Hurtado, primer denunciante de abusos en la abadía de Montserrat. Advierte del “riesgo de caer en el triunfalismo anticipado”, él quiere ver “cómo y cuándo se desarrollan las medidas previstas”, como la creación de juzgados especializados, y asegura que seguirá peleando por lograr la imprescriptibilidad de los abusos.

Este es también el objetivo de Gloria Viseras, exgimnasta olímpica que también sufrió abusos, de los 12 a los 15 años. A las puertas del Congreso, destaca el avance que supone la ampliación de los plazos de prescripción. “Si hubiera existido esta ley en 2012, cuando denuncié, habría podido poner a mi abusador ante un juez”, dice. A unos metros de ella, Alba Macías, de 27 años, pasea nerviosa. Ella sufrió violencia machista cuando tenía 16. “Estoy muy orgullosa porque vamos a conseguir que los niños estén más protegidos”, afirma. Y resume lo que está por venir: “Esto es solo el principio, todavía falta mucho para lograr sensibilizar a la sociedad”.

Fuente: El País.

Las pantallas ocupan cada vez más tiempo de la vida de los adolescentes. “Los videojuegos y los likes en las redes sociales son peores de adictivos que el azúcar”, explica la directora del Servicio de Atención en Adicciones Tecnológicas de la Comunidad de Madrid, Devi Uranga. La Comunidad de Madrid trata desde el 2018 a adolescentes entre 12 y 17 años que hacen un uso inadecuado, abusivo o dependiente de las tecnologías. El número de personas que reciben terapia en el Centro de Adicciones Tecnológicas ha aumentado exponencialmente desde el inicio de la pandemia. Las adicciones a la tecnología se caracterizan por el abuso perjudicial de las pantallas. Una problemática al alza y a remarcar este, lunes 17 de mayo, Día de Internet 2021. “La persona ya no utiliza las tecnologías para relajarse o divertirse, sino que dependen de estas para sentirse bien”, afirma el psicólogo Ricardo Rodríguez que es el coordinador técnico de la Unidad de Intervención de Adicciones (UniAdic).

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Desde UniAdic, explican que este tipo de adicciones son muy recientes por lo que no hay muchos estudios al respecto. Lo que sí tienen en común todas las adicciones es que crean conductas compulsivas. El primer paso para saber si su hijo es adicto a la tecnología es ver cuánto tiempo dura pegado a ella. ¿Deja de relacionarse con su familia o de estudiar por estar pegado al ordenador? Sí la respuesta es sí en ambos casos esto podría ser una señal de alarma, explica Rodríguez.

A raíz de este problema, Albert Gimeno decidió fundar una organización no gubernamental que atiende de manera gratuita la problemática asociada al uso de Internet llamada Padres 2.0. “En 2008, un grupo de informáticos nos dimos cuenta de que muchos padres se autoexcluyen de las nuevas tecnologías”, asegura Gimeno. En ese momento decidió empezar a hacer charlas en los colegios para educar a la sociedad sobre la necesidad de poner límites al uso de la tecnología. “Enseñamos a los menores pautas de autoprotección en el uso de Internet, a identificar los conflictos más comunes (ciberbullying, sexting, grooming), mantener una vida digital saludable y conocer sus derechos y deberes en el uso de las Redes Sociales!”, reza el inicio de la página web de Padres 2.0

Las charlas educativas también están enfocadas a los padres que quieran aprendan sobre las nuevas tecnologías y su problemática. “Este espacio está enfocado para padres que quieren conocer lo que hacen sus hijos en Internet, conocer las Redes Sociales, aprender a navegar seguro por la Red y resolver las dudas que tienen”, afirma Gimeno que opina que el mejor filtro parental en Internet para los niños, son sus padres.

El internet todavía es un mundo muy desconocido por muchos. Muchas veces los más pequeños de la casa tienen más agilidad buceando por la web que los mayores. “El Internet se vuelve peligroso cuando no tienes suficiente madurez para gestionar lo que te pasa cuando estás conectado, si te hacen bullying o te acosan”, explica la profesora de TIC, Camino López que lo resume en un desconocimiento de las redes de los padres. “Son una generación de huérfanos digitales, los niños no tienen el apoyo que necesitan porque sus padres no se criaron en las redes”, asegura López que ha visto muchos casos en su colegio en donde los menores sufren bullying o ciberacoso sexual y sus padres no lo saben.

“La idea es que los padres tengan herramientas para regular las nuevas tecnologías. El uso de ellas no es bueno ni malo, sino que necesitan límites”, dice Uranga. Algunos de los límites que recomiendan que establezcan los padres son que no utilicen los móviles después de las nueve de la noche, que no usen los móviles en la comida o que no tengan permitido jugar a los videojuegos sin haber hecho los deberes.

Esta dependencia se da cuando un niño pasa más de tres horas ininterrumpidas enfrente de una pantalla. “Esto puede traer consecuencias como que los niños se aíslen, bajen su rendimiento escolar o cambien su estado de humor”, dice Rodríguez. Desde el centro denuncian que una señal de alarma para muchos padres es cuando se dan cuenta de que la pantalla es lo único que reconforta a su hijo. Es ahí cuando deciden buscar ayuda profesional.

El porcentaje de jóvenes que hacen un uso abusivo de las nuevas tecnologías en España ha aumentado de un 16% a un 21% de 2015 a 2017, según la Estrategia Nacional de Adicciones. El perfil de las personas que sufren este tipo de adicciones son en su mayoría varones que además han sufrido bullying, depresión o algún conflicto interparental. Las mujeres también sufren una dependencia, pero más hacia las redes sociales, mientras que en el caso de los hombres suele estar asociado a los videojuegos.

Fuente: El País.

Begoña Gasch,pionera de la enseñanza de segunda oportunidad, fundadora de El Llindar

El poder de educar

Hace 30 años que nuestros niveles de fracaso escolar y consiguiente paro juvenil –¡el 40%!– nos hacen líderes de la exclusión educativa y laboral en Europa. Esa imagen de la España y la Catalunya que condenan al paro o al subempleo a casi la mitad de sus jóvenes precariza nuestro futuro como país y exige unos recursos y una atención que brillan por su ausencia en el debate público. De ahí, que la iniciativa de Begoña Gasch para adaptar experiencias como la de Marsella a nuestras necesidades ha demostrado, con la indiferencia en el mejor de los casos de las administraciones, que nuestros profesionales de la educación llegan con vocación y voluntarismo a veces heroicos donde nuestros políticos no suelen ni acercarse.

Por qué se hizo maestra?

Mi madre era maestra en un pueblecito del Alt Urgell, Montellà, y decidió llevarnos a estudiar a Barcelona, donde enseñó en el Bon Pastor; allí valoré la diversidad en sus alumnos gitanos.

¿Por qué le interesaban?

Me fascinaba el poder transformador e integrador de la educación que ejercía mi madre.

¿Por eso estudió usted Magisterio?

Y Educación Social y Psicopedagogía. Enseñé en l’Hospitalet hasta que un día me propusieron dar clases en Cornellà a ocho alumnos difíciles expulsados de la ESO. Y acepté.

¿Cómo eran?

Me dijeron que algunos ya habían delinquido y que todos habían fracasado en las aulas.javascript:falsePUBLICIDAD 

¿Qué fue lo primero que le enseñaron?

Que hay adolescentes con un enorme malestar interior y que nos lo hacen compartir de la peor manera con conductas enloquecidas.

¿Cómo ayudarles?

Yo he ido aprendiendo que estos chicos han sufrido y que, por eso, lo primero es escucharlos.

¿Por qué?

Porque han estado en aulas durante años donde eran invisibles y se hacían ver como fuera.

¿Cómo tratarlos?

Sin prisas ni presiones. Hay que escucharles. No presionarles. Pero eso sirve para todos y para todo. Vivimos en un estado de urgencia permanente nocivo que nos autoimponemos, debemos darnos tiempo y salir de él.

¿Y usted lo ha logrado con esos chavales?

Trabajamos con ellos un día y otro y otro, hasta que un día hacen un clic.

¿Un clic?

Sí, unclic, un día se abren y consienten por fin aprender. Tras haber sufrido y sentirse ignorados, se permitan a sí mismos esa capacidad de progreso, de crecimiento.

¿Y empiezan a mejorar?

Vuelven a reconectar con las ganas de integrarse y aprender de cualquier chaval.

¿Por qué las habían perdido?

Porque la vida para ellos ha sido jodida y debemos ajustar la oferta educativa a lo que llega con cada uno: al que se ha pasado la noche en el calabozo o al que su padre le ha dado una manta de palos o ha dormido al raso tras huir de casa.

¿Le cuentan sus historias?

Se van abriendo. Un día les pregunté cuál eran sus sueños. Y una chica dijo que solo soñaba
con dormir un día en una casa,porque siempre estaba en hogares de acogida y siempre de paso.

¿Y esa chica empezó a progresar?

¿Lo ve? Tiene usted demasiada prisa. Eso solo fue un día. Y en las escuelas de segunda oportunidad como el Llindar esa mejora es lenta.

¿Por qué?

Porque tratamos problemas que vienen de lejos. Antes hay que amabilizar , curar, sanar. Porque estos chicos llevan años percibiendo que ni sirven para nada ni van a ser nadie.

¿Los habían echado del sistema o eran ellos quienes habían abandonado?

Nuestra hipótesis es que el sistema les centrifuga y ellos abandonan. Se llama proceso de “desvinculación escolar”. Y en estos momentos se han desvinculado de la secundaria un 17% de los jóvenes catalanes y españoles.

El FMI y la OCDE suelen denunciarlo, pero las campañas electorales lo ignoran.

Pues ese fracaso y nuestra formación profesional disfuncional explica que tengamos un paro juvenil del 40% que nos convierte en lamentables líderes europeos del fracaso temprano.

¿Por qué fracasan escuela y mercado?

Son el mismo fracaso, que evidencia que nuestro sistema es incapaz de integrar y expulsa a casi uno de cada cinco alumnos. Y esa expulsión se arrastra hasta el mercado laboral.

Sorprende saber que son tantos.

Hoy en El Llindar tenemos 400 chicas y chicos con situaciones diversas, pero precarias. Y en Catalunya hay 6 escuelas como la nuestra y en España, 43: ocho mil alumnos de 13 a 21 años.

¿Cuántos años pasan en los centros?

Apostamos por itinerarios largos de entre 2 y 5 años. Y así logramos que algunos se reintegren en ciclos educativos y otros trabajen.

¿Por qué la escuela fracasa con tantos?

Porque el sistema es más perverso que una empresa. En él se fracasa y no hay consecuencias para nadie excepto para el fracasado. Se maquillan estadísticas en lugar de mejorar el sistema.

¿Cuál cree que es el nudo de ese error?

A nuestra educación le falta diversidad para adaptarse a cada alumno. No puede asfixiar como ahora con los currículos rígidos excluyentes para esa enorme cantidad de jóvenes.

¿Diversidad de escuelas para atender a la diversidad de los alumnos?

De los 8 chavales de Cornellà en el 2003 hemos llegado a 8.000 porque transcendemos la oferta administrativa para crear un camino diferente con la escuela de segunda oportunidad.

¿Cómo?

Fui a Marsella a estudiar la mayor escuela de segunda oportunidad de europa y en el 2015 creamos en Barcelona la Asociación Española de Escuelas de Segunda Oportunidad.

¿Barcelona, capital de la inclusión edu-cativa?

Unimos a 43 centros en España porque pensamos a lo grande y somos necesarios y útiles, aunque administrativamente heterodoxos.

Fuente: La Vanguardia