Cuando descubrimos este test, nos damos cuenta de que a través de él podemos identificar y conocer algunos aspectos relevantes de nuestra personalidad. Se trata de un cuestionario que nos muestra diez puertas diferentes, para que nosotros escojamos la que más nos llame la atención. Al seleccionar alguna de estas, relacionamos inconscientemente nuestra forma de ser con los detalles, colores y formas, propios de cada puerta.
El diseño, el tamaño y el color de una puerta, entre otros, son elementos simbólicos que hablan de aspectos ocultos en el ser humano. Muestran parte de la personalidad que tiene cada uno de nosotros. Los factores que son tenidos en cuenta al momento de elegir la puerta, corresponden a elementos individuales que hablan de quiénes somos y cómo sentimos.
Este test toma las puertas como icono central, y sugiere que al elegir una de ellas, escogemos a la vez un camino con el cual nos sentimos a gusto. Te preguntarás entonces, ¿De qué se trata este cuestionario? Enseguida te lo contamos.
¿En qué consiste el test?
En el test de las 10 puertas queda representada la personalidad de cada uno de nosotros. Cuando elegimos una de ellas, necesariamente expresamos rasgos de nuestra forma de ser. Sin ser conscientes de ello, buscamos la que más se parezca a nosotros, tomando en cuenta sus cimientos, su diseño, su composición y todos los demás elementos. Este test nos ayuda a entender un poco mejor nuestra actitud frente al mundo, ya que “al elegir un modelo mostramos quiénes somos y lo que queremos”.
Cada puerta representa el inicio de un camino y dejamos aflorar nuestra personalidad al decidir si la abrimos o la dejamos cerrada. Algunas características propias de cada individuo como la sencillez, la extravagancia, la excentricidad, el minimalismo o la autoconfianza, entre otras, van a determinar la elección: es lo que define el camino que cada uno quiere recorrer. Otros elementos como el material con el que fue construida una puerta, también tienen gran significado: unos preferirán algo duro, fuerte y resistente, y otros, algo débil, flexible y maleable.
Cada uno de los colores, los detalles o el tamaño que prefiramos, muestra nuestras peculiaridades. Ejemplo de ello es una puerta de color turquesa, con grandes ventanas, que permiten ver lo que hay dentro y fuera, en medio de un ambiente de expansión, iluminación y ventilación. Este modelo puede corresponder a alguien en quien predominan los sentimientos de libertad y la disposición de generar un ambiente agradable para otros.
Significados:
Una puerta negra y con un aspecto sencillo, corresponde a alguien que no disfruta de lo suntuoso y que prefiere un ambiente sin complicaciones. Sin embargo, tal vez puede carecer de color y brillo en su vida. Cuando la puerta es blanca, parece de madera y no cuenta con mayores detalles, al igual que en el caso anterior, demuestra sencillez y formalidad. También seguridad en sí mismo, sentimentalismo y complacencia con la familia y los amigos.
Contrario a esto, quienes son inseguros, divertidos, orgullosos y ansiosos en algunos aspectos, prefieren una puerta de color azul con un cerrojo pequeño. Son personas que aunque gozan de jovialidad, también necesitan más orden en su vida.
El naranja por su parte, además de ser un color llamativo, es propio de personas excéntricas o que disfrutan del arte; representa también a quienes se alejan de la realidad en algunas ocasiones y se encierran en sí mismos.
La puerta de color violeta intenso, acompañada de una ventana circular notoria, hace referencia a los que disfrutan formando parte de un grupo, para contrarrestar el aislamiento y la distancia que se origina en las ocupaciones del diario vivir.
Una puerta antigua de color verde oscuro con cerrojos, denota gusto por lo artístico, la música, la escritura, entre otros. Aunque puede tratarse de alguien considerado como fuerte e introvertido, no se descarta que haya rasgos de extraversión.
Las personas seguras y detallistas, a quienes les importa la visión que tiene la sociedad sobre ellos y actúan para complacerla, aunque esto no sea consecuente con sus verdaderos sentimientos, eligen la puerta de color morado intenso, con detalles dorados. En personas así es fácil que surjan sentimientos autodestructivos, pues viven para los demás antes que para sí mismos.
Una puerta de color verde claro, modesta y con grandes cerrojos, generalmente se asocia con una personalidad exigente, que busca a toda costa que las cosas funcionen. Usualmente son personas pragmáticas y sencillas, que fácilmente ayudan al prójimo y tienen alto grado de perseverancia para resolver problemas.
Si prefieres una puerta de madera robusta, con ventanas en la parte superior, con diseño asimétrico y herrajes laterales, seguramente eres una persona íntegra y estable. La confianza va de la mano contigo y, a la vez, resultas muy confiable para los demás. Quizás algunos te puedan calificar de autosuficiente.
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