Según la Compañía Nacional de la Pluma, en Estados Unidos, nuestra escritura a mano puede revelar pistas sobre 5 mil rasgos de personalidad diferentes. Algunas empresas utilizan la grafología en los procesos de contratación; y los métodos también se han utilizado en casos judiciales. Incluso, la escritura se puede utilizar para identificar posibles problemas de salud como la arterial alta, así como la cantidad de energía que tiene una persona. Estas son algunas de las descripciones:
Enfadarse, a veces, puede ser bueno. No deja de ser una emoción que nos permite liberar frustraciones y toda la ira contenida. Una emoción que surge cuando nos encontramos ante alguna dificultad.
Pero, enfadarse es algo que viene y se va, y que nos permite reaccionar de diferentes maneras ante una misma situación. Por ejemplo, si he prestado un libro, el enfado puede ayudarme a dar el paso para poder reclamarlo y así recuperarlo.
Esto no implica, necesariamente, gritar o mostrar ese enfado cuando intentemos recuperar nuestra pertenencia. Al contrario, es un estímulo controlado que nos permite dar el paso para pedirlo de vuelta.
“Si a una no se le permite expresar enfado, ni siquiera reconocerlo en el propio interior, una queda por simple extensión, privada tanto de la fuerza como del control”
-Carolyn Heilbrun-
¿Eres de las personas que saben cómo expresar su enfado? ¿O lo retienes hasta que no puedas más y no te quede otra más que “explotar”?
Lo más sano es lo primero, pero si no eres capaz, hoy te daremos algunas claves para que sepas qué hacer cuando estás a punto de explotar.
Cuando pierdo el control
Una de las consecuencias de no sacar el enfado en dosis pequeñas, es que este se acumula. Todo aquello que reprimimos, que no decimos por miedo a cómo puedan reaccionar, todo aquello que no expresamos que nos molesta, lo guardamos, pero no lo eliminamos.
Es muy importante que sepamos que ignorar aquello que nos molesta no implicará que desaparezca. Siempre estaremos guardando todo lo que pensamos para nosotros, aunque no seamos conscientes de ello.
Por ejemplo, si me ha molestado cierta actitud de uno de mis amigos, luego la situación familiar no es lo mejor y tengo problemas en el trabajo por estrés, esto tarde o temprano saldrá.
Aunque creamos que ya no nos acordamos de aquello que nos había molestado de nuestro amigo, a pesar de que el detonante sea una sola cosa, tras ello saldrán todo aquello que habíamos guardado anteriormente.
Cuando pierdo el control sobre mí mismo no soy consciente de lo que hago, todo se vuelve confuso y, muchas veces, olvido lo que he dicho y hecho durante esa pérdida de control
Es aquí, cuando explotamos, cuando perdemos el control sobre nosotros mismos. Seguramente, si eres una de estas personas sorprendas al resto con estas reacciones, incluso tú mismo te sorprendas.
Probablemente, durante estas pérdidas de control sobre ti mismo, ni siquiera recuerdes qué dices ni qué haces. Solamente, todo sale sin ningún control de ti.
Esto hace que seas completamente impredecible. En cualquier momento puedes explotar, tú no determinas el momento. Eres como una bomba de relojería que en cualquier momento detonará.
Voy a explotar, ¿qué hago?
Es difícil determinar cuándo explotaremos, pero si nos conocemos sabremos cuándo estamos a punto de perder el control, aunque a lo mejor ya es tarde.
Lo mejor es aprender a sacar todo eso que acumulamos en el momento en que lo sentimos o, al menos, no permitir que se vaya formando esa bola que tarde o temprano estallará.
Con esto, podemos tener en cuenta los siguientes consejos que te harán reflexionar sobre esta situación:
- Pregúntate: ¿vale la pena el enfado? ¿Tienes motivos?
- Aprende a hablar, aprende a pedir, aprende a señalar y manifestar aquello que te molesta.
- Aléjate y date un respiro.
- Empieza a encontrar soluciones a aquello que te enfada.
Es importante que aprendas de tus explosiones, que empieces a sacar todo aquello que sabes se acumulará y saldrá en cualquier momento inesperado.
Piensa en soluciones, pero nunca creas que la solución es ignorar y esperar a ver qué pasa. Eso, ya sabes, que tendrá un resultado detonante.
También, cuando te encuentres en una situación límite aprende a alejarte. Por inercia las personas nos preguntarán o dirán que nos calmemos. Eso no hará más que elevar nuestro enfado y que nos ceguemos.
Cuando estoy a punto de explotar prefiero perderme y tomarme un respiro
Empieza a aprender de estos momentos para empezar a decir todo lo que pienses en cada uno de ellos. De esta manera, te sentirás mejor contigo mismo y evitarás perder el control, algo que puede ocurrir en momentos muy poco oportunos.
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El legendario animador japonés Hayao Miyazaki planea crear un parque natural y ecológico para los niños en la isla de Kume, en Okinawa. Para ello, el cineasta ha donado 2,5 millones de dólares para que el proyecto esté finalizado en 2018.
Según recoge Kyodo News, el realizador de La princesa Mononoke quiere crear un ‘santuario de la naturaleza’ en el bosque de la isla de Kume para que los niños puedan estar en sintonía con la naturaleza y desarrollar un vínculo más estrecho con el medio.
El proyecto estará bajo el diseño y la construcción de la comunidad local de la prefectura de Okinawa. El área es una zona de bosque de unos 10 mil metros cuadrados. Se planea construir un edificio de dos pisos de hormigón con una capacidad de 30 personas.
El cineasta hizo una ilustración para mostrar cómo será la reserva natural una vez terminada.
COMPROMETIDO CON LA INFANCIA Y EL MEDIO AMBIENTE
Este plan lleva gestándose desde hace más de un año. De hecho, el supervisor del proyecto es Tomohiro Horino, íntimo amigo del director japonés, ganador de un Oscar y Oso de Oro por El viaje de Chihiro.
Además, el realizador ayudó en la elaboración de unas nuevas instalaciones en Kumejima, en Okinawa. Este centro está dirigido a las familias y niños que tuvieron que verse obligados a desplazarse de Fukushima debido al tsunami y posterior catástrofe nuclear.
Hayao Miyazaki siempre se ha comprometido con el medio ambiente, el desarrollo sostenible y la infancia. Su filmografía es un alegato a favor del pacifismo y de tener un mayor vínculo con la naturaleza y el medio ambiente. Prueba de ello es cuando participó en las labores de limpieza del bosque que le inspiró para crear una de sus película, Mi vecino Totoro.
RETIRADO HACE DOS AÑOS
Hayao Miyazaki se retiró ahora hace dos años durante la presentación de El viento se levanta en el Festival de Venecia, donde compitió en la Selección Oficial. Desde entonces, Studio Ghibli vive un período lleno de incertidumbre ya que al año siguiente se anunció el cierre temporal de la factoría.
Tras El viento se levanta, que fue nominada al Oscar, Ghibli sólo ha estrenado dos películas. Una es El cuento de la princesa Kaguya, que se exhibió en los festivales de Cannes, Annecy, San Sebastián y Toronto y también fue nominada al Oscar. Y la otra es Omoide no Marnie, que recientemente ganó un premio en el Festival de Seattle.
Este año, el estudio celebró el 30 aniversario de fundación como factoría de animación. Una época en los miembros más reconocidos de Ghibli han sido galardones con premios honoríficos por sus aportaciones artísticas, como Isao Takahata que recibió el premio Ihatov.
Además, un seguidor de la filmografía de Miyazaki le homenajeó con un impresionante vídeo tributo que hacía un recorrido por toda la carrera del aclamado realizador.
LA PRINCESA KAGUYA NO LLEGA A ESPAÑA
Studio Ghibli tiene pendiente el estreno de El cuento de la princesa Kaguya en España, cuya distribuidora (Vértigo Films) todavía no ha anunciado si la estrenará directamente en formato doméstico -como estaba previsto- o le hará un pase por cines.
Anunciada inicialmente para estrenarse directamente en DVD y blu-ray en marzo, Vértigo decidió posponer su lanzamiento a junio. Sin embargo, después decidió retrasar su estreno indefinidamente. Tampoco se sabe si se ha planeado un posible pase limitado por salas.
La cinta, dirigida por Isao Takahata, fue nominada al Oscar a Mejor Película de Animación pero la estatuilla fue finalmente para Big Hero 6. El último filme creado por el estudio -puesto que anunció su cierre temporal el año pasado- es Omoide no Marnie, que pasó por salas estadounidenses el pasado 22 de mayo y se desconoce su posible estreno en España.
Tropezar no es malo, encariñarse con la piedra sí. De todas maneras, menos mal que existen las piedras y que somos humanos, porque no hay nada que nos defina tan bien como nuestra capacidad para superar las dificultades.
Nosotros lidiamos con la vida, despacio y dando bocanadas, pidiendo más y contando hasta tres. Por muy difíciles que se pongan las cosas somos capaces de hacer de nuestro miedo un escudo de valentía.
«Entonces es cuando te decides a sumarle dos puntos al punto y final, a recuperar tu aliento, a darte tiempo, a concederte un respiro. Da igual lo negra que se haya puesto tu historia, tienes el derecho de parar y tomar perspectiva.»
Lo que aprendemos con el tiempo…
La vida es tan buena maestra que si no aprendemos la lección, nos la repite. Por esta razón, muchas veces tenemos que lidiar con la desesperación y la frustración de que nada va bien, No existen manuales de supervivencia, pues a vivir aprendemos cuando el fuego toca nuestra piel.
Con el tiempo aprendemos a manejarnos por la vida, a saber dónde pisar y a tomar perspectiva. Jorge Luis Borges nos legó este bonito texto que ejemplifica todo aquello que aprendemos “practicando” eso del vivir, es decir, tropezando y levantándonos una y mil veces:
Con el tiempo aprendí la sutil diferencia que hay entre tomar la mano de alguien y encadenar un alma. Con el tiempo aprendí que el amor no significa apoyarse en alguien y que la compañía no significa seguridad.
Con el tiempo…empecé a entender que los besos no son contratos, ni los regalos promesas.
Con el tiempo aprendí que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo…te das cuenta de que casarse solo porque “ya urge” es una clara advertencia de que tu matrimonioserá un fracaso.
Con el tiempo comprendí que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo te das cuenta de que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero. Con el tiempo entendí que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de la mano, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas.
Con el tiempo aprendí que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendí que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes…
Con el tiempo comprendí que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual. Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.
Con el tiempo aprendía construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes.
Con el tiempo comprendí que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añoraras terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.
Con el tiempo aprendí que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo…. ante una tumba…, ya no tiene ningún sentido…
Pero desafortunadamente…esto solo lo entendemos con el tiempo.
Maduramos más con los daños que con los años
No es el tiempo el que nos hace entender que las derrotas merecen que miremos de frente y nos sintamos orgullosos de nosotros mismos. Son los daños y las punzadas en el estómago los que le dan la vuelta a nuestro mundo y desmantelan nuestra vida.
Con los daños aprendemos a resistir a lo que nos aprisiona, a pelear contra la fuerza de nuestros prejuicios, a dejar de lado nuestras ganas de rendirnos, a abandonar la queja, a hablar con nosotros mismos, a comprender la envidia, a deshacernos de modas y a descansar.
Cuando tropiezas y cuando sufres te das cuenta de que todo llega, todo pasa y todo se transforma. Y es que, por paradójico que resulte, el momento en el que empezamos a cambiar coincide con aquel en el que empezamos a aceptarnos tal y como somos.
http://lamenteesmaravillosa.com/los-tropiezos-nos-ensenan-saber-donde-pisar/
En todo Estados Unidos ya se están impartiendo programas preescolares llamadosHead Start, en los que los niños procedentes de hogares económicamente deprimidos reciben una atención especial que, entre otras cosas, les enseña a cultivar el autocontrol.
Porque de nuestro autocontrol depende en gran medida nuestro futuro (como podéis leer en ¿Quién es el verdadero culpable en un asesinato?). De hecho, los niños que pasan por estos programas presentan más tarde, respecto a quienes no lo pasan, índices inferiores de embarazo adolescente, abandono escolar, delincuencia y absentismo laboral.
No te comas el caramelo
El famoso test de las golosinas elaborado por Walter Mischel, de la Universidad de Stanford, estimaba el grado de autocontrol de los niños de cuatro años cuando, tras mostrarles una bandeja de golosinas, se les pedía que eligieran una con una condición: podían coger una golosina en ese mismo instante, pero si no se la comían hasta dentro de un rato, recibiría dos golosinas, en vez de una.
Un tercio de los niños tomó la golosina de inmediato. El otro tercio esperó un cuarto de hora para recibir la recompensa de dos golosinas. El otro tercio se situó en algún punto entre ambas alternativas. Lo significativo es que los niños que resistieron la tentación de la golosina mostraban también una puntuación más alta en medidas de control ejecutivo, concretamente de reasignación de la atención.
En Dunedin, Nueva Zelanda, se llevó a cabo un ambicioso proyecto con 1.037 niños, cuyo desarrolló se rastreó décadas después. Explica así los resultadosYochai Benkler en su libro El Pingüino y el Leviatán:
Los resultados de este estudio pusieron claramente de relieve que los niños de Dunedin que más autocontrol habían mostrado durante su infancia eran también los que, al entrar en la treintena, mejor se desenvolvían. Ellos eran, precisamente, los que mejor salud, más éxito económico y menos problemas con la ley habían tenido. Cuanto peor, por el contrario, se habían mostrado durante su infancia en la gestión de sus impulsos, peor era también su salud y mayor la probabilidad de haber sido declarados culpables de algún delito.
¿El más importante rasgo para ser feliz?
Tu clase social, la riqueza de la familia o tu CI también son predictores poderosos del éxito financiero adulto, de la salud y del historial delictivo. Pero el autocontrol ya ha sido incluido en estos factores prioritarios como uno más. El autocontrol incluso predice en gran medida el éxito académico por encima del CI. Como podemos leer en Cómo decidimos de Jonah Leherer refiriéndose al experimento de Mischel y otros similares:
Los que hacían sonar el timbre antes de haber transcurrido un minuto tenían muchas más probabilidades de presentar problemas conductuales más adelante. Sacaban peores notas y era más fácil que tomaran drogas. Pasaban apuros en situaciones estresantes y tenían mal genio. Sus puntuaciones del eran, por término medio, 210 puntos inferiores a las de los niños que habían aguardado varios minutos antes de tocar el timbre. De hecho, en niños de 4 años, el test del malvavisco resultó ser un mejor pronosticador de los resultados del que los test de coeficiente de inteligencia (CI).
Además, el autocontrol también constituye un vaticinador del ajuste emocional, las habilidades interpersonales, la sensación de seguridad y la adaptabilidad.
La conclusión es que, por más económicamente privilegiada que sea su infancia, si el niño no llega a dominar, en la búsqueda de sus objetivos, la demora de la gratificación, esa ventaja de partida acaba, en el curso de la vida, desvaneciéndose. Solo 2 de cada 5 hijos de padres ubicados en el 20% superior de la riqueza acaban, en los Estados Unidos, en ese mismo estatus privilegiado, y cerca del 6% descienden al nivel de ingresos propio del 20% inferior.
Wilhelm Hofmann y su equipo de investigadores de la Universidad de Chicago también apuntan que las personas que son más capaces de resistirse a los impulsos dicen sentirse más satisfechas consigo mismas y con sus vidas.
Es la conclusión que extraen tras realizar un estudio, publicado en Journal of Personality, que consistía en una encuesta a 414 adultos en la que debían calificar su autocontrol indicando hasta que punto estaban de acuerdo con 14 estados, por ejemplo «hago ciertas cosas, aunque sean perjudiciales para mí, si son divertidas». Las personas con más autocontrol eran también más felices a corto plazo.
Los placeres en movimiento son los que resultan fáciles de obtener, pero pasan rápido, se esfuman como el mordisco a un bollo de crema. Los placeres estáticos son los que cuestan más de obtener pero, por el contrario, perduran mucho tiempo o toda la vida, como una buena amistad, determinados conocimientos o una buena forma física. Los objetivos que nos fijamos, así como lo ambiciosos que sean estos y lo lejos que estemos de ellos, determinan el grado de nuestro autocontrol.
De nuestro autocontrol, pues, depende en gran medida si escogemos mayoritariamente los primeros placeres frente a los segundos o viceversa.
Esta es una adaptación y traducción de una columna de Kari Kampakis, columnista y bloguera que escribe para diferentes medios sobre familia, adolescencia y niñez. En la siguiente columna, dedica 10 consejos a los chicos que entran a lo que en EE.UU se conoce como “Middle School”, que sería la etapa de la pre-adolescencia:
Es poco común que alguien recuerde la etapa de la pre-adolescencia con mucho cariño. Es la etapa en que tenemos entre 11 y 15 años y nuestro cuerpo y mente cambian. Es una temporada incómoda. Es un tiempo marcado por los cambios, socialmente hablando, en cuanto a emociones y las presiones que recibimos. Si he aprendido algo trabajando con niñas adolescentes, es lo ansiosas que están en esta etapa por conseguir comodidad y seguridad. En sus ojos y sus voces veo que necesitan escuchar algo que les ayude a creer que las cosas tienen sentido.
Por eso pre-adolescentes, aquí van 10 verdades que les pueden ayudar:
1. Los momentos incómodos que vives actualmente serán en el futuro recuerdos divertidos. Mantén el sentido del humor cuando sea posible
Esos aparatos dentales que se llenan de comida y ese acné terrible probablemente se irán. Lo mismo cuando recuerdes que no podías hablar cuando veías a tu primer amor. Serán recuerdo que compartirás con tus familiares y amigos. Requiere tiempo y confianza pero eventualmente tendrás una linda sonrisa, una piel limpia y alguien a quién amar.
2. No tienes que llegar a tu punto más alto a esta edad (ni en la secundaria, ni en la universidad, por si acaso)
La peor meta a la que puedes aspirar es la popularidad. Que te siga una multitud, dominar a tus compañeros y vivir una vida superficial al final te llevará a tener problemas. Ve de a poco. Supera metas. No te conformes con cosas tan vacías como la popularidad.
3. La tecnología facilita arruinar las relaciones y las reputaciones
Vivimos en una época en que todo está en línea y conectado. Sentimientos, emociones e imágenes. Por eso ten sabiduría a la hora de lo que vas a decir o compartir en Internet. No te dejes llevar por tus emociones. Preocúpate de que no dañe a nadie y tampoco deje una imagen de ti que luego no querrás. Lo mismo con los mensajes de texto recuerda que un llamado siempre es mejor, revela tus verdaderas intenciones y evita malentendidos.
4. Es importante que te rodees de buena compañía
Hay un viejo dicho que se puede aplicar para tu edad: “Muéstrame tus amigos y te diré tu futuro”. La vida no es tan así sin embargo es importante que te rodees de personas que saquen la mejor versión de ti y te ayuden a explotar todo tu potencial. Es importante que te lleves bien con todas las personas pero no tienen porque ser todo de tu círculo más cercano. Una mala influencia puede hacerte mucho daño después.
5. Lo que te hace diferente es lo que te hace ser genial
A tu edad casi todos visten igual, caminan igual, hablan igual. No dejes que la presión te quite lo que te hace único. No abandones tus pasiones ni tus gustos que tenías cuando más pequeño porque esas cosas son parte de ti.
6. Está bien que no tengas toda tu vida planeada
Quizás hayan chicos a tu edad que ya saben que es lo que quieren hacer o conocen muy bien sus talentos. No te preocupes todavía eres muy joven y no todos los planes siguen los mismos caminos. Establece metas para ti, utiliza tus dones y enfócate en una buena dirección. Establece una trayectoria positiva de modo que cuando descubras que es lo que te gustaría hacer cuando crezcas estés listo para hacerlo.
7. Tu uniforme no es tu identidad
Las etiquetas son muy grandes en la adolescencia. Pero recuerda que un uniforme no te hace ser mejor que el resto, tu eres especial por tu forma de ser y lo por lo que llevas puesto.
8. Los aplausos pueden engañarte
Puedes equivocarte y aún así recibir muchos aplausos. A través de las redes sociales la popularidad es cuantificable. Puedes conocer cuantos “me gusta” tiene, o comentarios o compartidos. Pero recuerda que esos números pueden confundirte. El mejor aplauso para el que tienes que vivir es estar en paz contigo mismo ¿Qué es lo que te gusta de ti? ¿Qué te hace descansar tranquilo cada noche? Criticar a alguien hasta destrozarlo, burlarte de alguien o aplaudir como golpean a otro chico no te dará paz.
9. Hay una diferencia entre un consejo útil y una critica que te detiene:
Ten cuidado a quién escuchar. Algunos quieren que tengas éxito pero otros no. Acepta consejos de personas en las que confíes y respetes. Personas que hagan lo que predican. Personas como las que te gustaría ser cuando crezcas. Personas que reconozcan tu talento y potencial y te alienten a perseguir tus metas.
10. Eres maravilloso. Realmente lo eres
Todos estos locos cambios te van a convertir en una persona genial. En el gran camino que es la vida esta es solo una pequeña etapa así que relájate. Diviértete, sueña en grande y toma buenas decisiones. Algún día mirarás atrás y te reirás de todas las cosas absurdas que estás viviendo y, si tienes suerte, las disfrutarás con mucho más humor que en la actualidad.
En inglés se llaman easy going persons. En castellano se podría traducir como personas flexibles, de trato fácil con las que puede relacionarse cómodamente. Todos tenemos en mente a alguien así: dan los buenos días con una sonrisa sincera, se ofrecen y prestan ayuda, hablan con un tono y volumen conversacionales, son discretos y apetece estar con ellos.
Mostrarse relajadamente le llevará a disfrutar más. Las relaciones que establecemos pueden llegar a ser una fuente de satisfacción o todo lo contrario. Uno está a diario en contacto con otros, desde la pareja a los hijos, pasando por los compañeros de trabajo, el personal que le atiende en una ventanilla o el taxista que le lleva a su destino. De ahí la importancia de tener alrededor a gente de trato fácil y poder entrenarse para ser uno de ellos. Es difícil tener una vida de la que se sienta orgulloso y feliz si no la disfruta. Y si las relaciones sociales son estresantes, su vida también estará llena de tensiones.
Los hombres y mujeres agradables son gente con la que apetece contar y compartir el tiempo de ocio, se les tiene en cuenta para planificar un viaje, una barbacoa o tomar un café relajado, y se convierten en un modelo al que le gustaría parecerse. ¿Por qué? Porque su presencia le hace sentir bien y relajado.
Cambiar nuestra forma de ser es posible. Huya del “yo soy así” y entrene los puntos que aparecen a continuación. Es imposible fallar en todos. Puede que necesite trabajar unos cuantos. No se agobie. Los cambios requieren el deseo de renovarse, planificarlos, pasar a la acción, entrenarlos a través de la repetición y tener paciencia con ellos. Interprete con benevolencia. Si tiene alguna duda de la intención de un comentario o de la acción de alguien, es mejor que le pregunte antes que decidir que lo ha hecho o dicho para fastidiarle. Si piensa que los demás tienen malas intenciones, no se dará cuenta de lo bueno que puedan hacer por usted.
Expectativas positivas. El “piensa mal y acertarás” solo le lleva a anticipar que la gente le va a fallar. ¿Usted falla a los demás, es poco fiable, deshonesto, mentiroso? No, la mayoría de nosotros somos personas de bien. Nos equivocamos y cometemos errores, pero no suelen ser intencionados. Yo creo que ese refrán lo inventó el mismo que dice que “cree el ladrón que todos son de su condición”. Lo que esperamos de los demás condiciona el trato que tenemos con ellos. Si espera cosas buenas, será amable, sonreirá, dará tiempo, se sentirá tranquilo, confiará. Pero también ocurrirá lo contrario. Si espera que le fallen se fijará más en detalles negativos. Está claro que alguien en algún momento de nuestra vida va a ser injusto con nosotros. Pero sacar conclusiones de que todo el mundo será igual es un sinvivir. No es fácil relacionarse con personas desconfiadas porque nos hacen sentir deshonestos.
Flexibilidad. ¡Qué difícil es mantener una relación tranquila con alguien terco e inflexible! La capacidad de adaptación es una conducta inteligente y requiere flexibilidad. Transigir no es una debilidad. Ceder es tener empatía y reconocer que la opción del otro también es una buena opción. Si consiente, los demás también lo harán. Pero si no es capaz de adaptarse a los planes de los demás y se ofusca cuando no se sale con la suya, nadie querrá contar con usted porque supondrá una barrera para las prioridades del equipo o de otra persona. La flexibilidad mejora mucho la comunicación y facilita el entendimiento.
Dulzura. La dulzura se encuentra en el volumen, el tono, en la expresión facial, en las palabras que elige o en su mirada. Las personas dulces proyectan una calidez sincera. Su expresión facial invita a devolverles una mirada o sonrisa iguales. Su manera relajada de pedirle algo hace que se sienta valorado y querido. La dulzura es la mejor rival de la agresividad y del trato seco.
Transparencia. Guarde un as en la manga para los trucos de magia, pero no para relacionarse con los demás. Hable, exprese cómo se siente, qué le ocurre o lo que le preocupa. Hágalo con naturalidad. Las personas que hablan de sí mismas con naturalidad nos parecen cercanas. Por el contrario, hay personas que parecen misteriosas y que esperan que los demás adivinen lo que les pasa. Es gente que no nos hace sentir cómodos.
Deje la seriedad para las emergencias. No es sinónimo de responsabilidad. Sea divertido y desenfadado. Relacionarse con personas serias a veces es incómodo. No provoca un ambiente relajado y distendido en el que los demás se sientan con confianza para ser ellos mismos.
Trabaje su expresión facial y sus gestos. La sonrisa invita al otro a sonreír, y los demás le interpretan como una persona asequible, relajada y abierta a relacionarse. Sonreír es gratis y le abrirá muchas puertas. No mire por encima del hombro, ni levante el dedo acusador. La naturalidad a la hora de expresarse de forma agradable requiere un entrenamiento. Si ha decidido sonreír más, lo normal es que al principio su gesto risueño no le salga con toda la naturalidad del mundo. Pero concédase un tiempo.
Sea un tipo divertido y páselo bien. Cuanto más disfrute de la vida y más desarrolle su sentido del humor, mayor satisfacción y bienestar tendrá. No es atractivo ni grato relacionarse con personas rencorosas, envidiosas y victimistas. Lo mismo que hace ahora puede realizarlo con más diversión: ponga música, sea creativo, caricaturice la situación y recuerde emociones positivas que le hagan sentir vivo durante un momento de estrés. Hay muchas maneras de cambiar su estado emocional. No permita que las situaciones ni otras personas le superen y le sumerjan en la apatía y la rabia. Modifique su mundo y se transformará usted.
Escuche y preste atención. Nos gusta relacionarnos con las personas que se interesan por nosotros y nos escuchan. Haga sentir bien a los demás prestándoles atención, reforzando las pasiones del otro, valorando sus progresos, elogiando detalles, desde la ropa que llevan a su último logro laboral. Deje la crítica y los consejos no pedidos. Se trata de pasar un buen rato, no de dar lecciones a otros.
Pregunte e interésese por los otros. A las personas les gusta hablar de ellas mismas y se sienten a gusto cuando se les da la oportunidad de contar sus cambios, su vida en pareja, el futuro de sus hijos, intereses, el trabajo… No sea el protagonista de las conversaciones. No necesita tener una relación íntima con la persona para interesarse.
Sea servicial, que no servil. Haga favores gratuitos, de esos que salen de uno con la única finalidad de ayudar y contribuir al bienestar de otra persona. No mida, actúe en función de su corazón, valores y sentimientos. Las personas serviciales se ofrecen: “¿Puedo ayudarte en algo?”. No se trata de estar al servicio de los demás y perder espacio para nosotros. Pero también hay que olvidarse de vez en cuando de uno mismo para pensar en qué y cómo puedo contribuir y prestar ayuda. Busque el término medio para tener tiempo para todo.
Mejor tener paz que tener razón. ¡Qué tranquilidad da poder permitirse no justificar todo, no tener que argumentar las ideas para sentirse comprendido y qué relax para cualquier intercambio, sobremesa o conversación! Las personas que siempre quieren llevar razón son agotadoras. Muestran con orgullo sus conocimientos, argumentos y se creen en posición de la verdad. No es agradable conversar con ellos.
Sea discreto, sobre todo con la información de otros. En este mundo de cotilleo en el que muchos viven la vida de los demás por no vivir la suya propia, se ha terminado por convertir el hablar de otros en algo normal. La indiscreción y la imprudencia le alejan de las relaciones de confianza. No hable de la vida privada, chismes o intimidades de nadie, y menos sin haber pedido permiso. No espere que le digan: “Esto no lo cuentes”. Coja la costumbre de no hacerlo.
Dice un proverbio del libro Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, de Dale Carnegie: Si quiere coger miel, no pegue puntapiés a la colmena. Esperamos ser bientratados porque forma parte del respeto que merecemos y porque nos hace sentir especiales. Pero este deseo debe acompañarse de comportamientos recíprocos y bidireccionales.
http://elpais.com/elpais/2015/08/20/eps/1440090968_118776.html?id_externo_rsoc=FB_CM
La empatía es una cualidad que poseen las personas que son capaces de ponerse en el lugar del otro, compartiendo su dolor o su alegría, sus preocupaciones o sus esperanzas.
Esta habilidad social tan valorada -aunque no tan extendida como nos gustaría- pone a estas personas en una situación especial que los diferencia de aquellas que carecen de empatía. Por eso hay situaciones que solo la gente empática es capaz de comprender.
¿Quieres conocerlas? Algunas de ellas son las siguientes:
1 – Es posible tener buenas intenciones incluso en los peores momentos
Las personas empáticas tienen tendencia a ser indulgentes respecto a los defectos y debilidades de las personas. Por eso, una persona empática es capaz de entender que incluso en las peores circunstancias, una persona es capaz de tener buenas intenciones, de pedir perdón o de apreciar cualquier gesto bueno en su beneficio.
2 – La primera impresión no es la que cuenta
Rara vez podemos ofrecer lo mejor de nosotros mismos en el primer contacto. Puede que ni siquiera podamos hacer en el segundo ni el tercero.
Las personas empáticas comprenden que la primera impresión no es tan importante como la pintan, y que es posible superarse a medida que la confianza crece. Las personas empáticas saben que conocer a una persona lleva toda una vida.
3 – Escuchar es el mejor don que puede tener un amigo
A todos nos gusta que nos escuchen y que nos dejen hablar sin sentirnos juzgados. Las personas empáticas saben que escuchar es una gran virtud y que, cuando alguien necesita hablar, su silencio es un regalo, incluso aunque el otro tarde en arrancarse a desnudar su corazón.
4 – Cuando hay que estar, se está
Las personas empáticas sufren el dolor y la alegría de las personas que quieren, y saben cuándo deben estar. Pero también saben cuándo sobran y tienen que marcharse.
5 – Es difícil cortar los lazos tóxicos
El problema que tienen las personas empáticas es que les cuesta cortar los lazos con las personas que resultan tóxicas en su vida porque emocionalmente están conectados.
Para otros es fácil desprenderse de aquellos que les hacen sufrir, pero para una persona empática es un duro trabajo de desvinculación emocional que nunca se rompe por completo.
6 – Los demás no siempre están a la altura de las expectativas
Las personas empáticas saben lo que necesitan los demás y cuándo dárselo a la gente. Sin embargo, cuando ellos son los que necesitan de otros o esperan algo de ellos no suelen recibirlo. Esto provoca en las personas empáticas una sensación de vacío y frustración.
Aun así, no son capaces de devolver la misma moneda, y siguen haciendo lo que tienen que hacer cuando sienten que deben hacerlo.
7 – Cuidar las palabras antes de hablar es una premisa inviolable
Las personas empáticas cuidan sus palabras antes de hablar, especialmente cuando la felicidad o el ánimo de la otra persona está en juego. Las personas empáticas buscan las palabras que el otro necesita oir y las dicen con delicadeza, buscando la manera de no hacer daño.
8 – Hacer de abogado del diablo es una de sus especialidades
Las personas empáticas se encuentran a menudo en situaciones complicadas en las que ejercen de abogado del diablo con el fin de ayudar al otro a aclarar sus pensamientos.
Las personas empáticas no se conforman con decir lo que el otro quiere oir, sino que le demuestran la realidad con eficacia e inteligencia.
9 – La vida nunca es en blanco y negro, sino en varios tonos de gris
Las personas empáticas no viven la vida en los extremos, sino que disfrutan los matices. Cuando alguien se pone en uno de los extremos, las personas empáticas son capaces de mostrarle que no todo es blanco o negro, mostrándole todas las posibilidades que hay por el camino.
Es la reacción de un grupo de niños y niñas de ocho años a quienes se pidió definir lo que veían en imágenes de anuncios de firmas de ropa de lujo. Se trata del último trabajo de la artista madrileña Yolanda Domínguez, Niños vs Moda, un intento de denunciar «la violencia implícita y la desigualdad» que existe en el tratamiento de hombres y mujeres en el mundo de la moda.
Las imágenes elegidas «representan las habituales poses de hombres erguidos, vestidos, en situaciones de éxito y de mujeres más débiles, desfallecidas, tiradas», explica a Verne la artista, en conversación telefónica. «Llevo muchos años recopilando este tipo de imágenes y las hay mucho más fuertes. Son campañas recientes de firmas de lujo, pero he cogido de las más light, porque las había con violencia mucho más agresiva o desnudos, que no he usado precisamente porque son niños».
Sólo un par de niñas identificaron algunas de las imágenes como publicidad. «Elegimos a niños de ocho años porque aún no son tan conscientes de la publicidad», explica Domínguez, que en esta ocasión ha contado con la colaboración del educador social y bloguero Juanjo Vergara. «Me ha emocionado mucho trabajar con niños porque proyectaban en las imágenes sus aspiraciones. Una parte con la que yo no contaba es cómo se ofrecen a ayudar constantemente, tratando de proponer soluciones. Dicen que les dirían que se animen, que fueran amigas, que les darían de comer…», apunta la artista.
Domínguez aborda así una vez más la representación de la mujer en medios y publicidad, tema principal de sus trabajos, como la acción realizada hace meses al reproducir un anuncio de Multiópticas en las tiendas de la marca.
En este vídeo, grabado el pasado junio, ha utilizado el popular esquema de situar a niños a hablar de un tema ante la cámara sin saber muy bien de que se trata. Ya antes de los tiempos de internet en España fue muy popular en el programa de televisión Juego de niños. En YouTube, el popular canal Fine Brothers tiene una sección dedicada a «niños reaccionando ante cosas», que le ha servido de inspiración por ser «un formato híperconocido».
¿Y lo que no sale en el vídeo? «Ellos lo vieron como un juego. Simplemente les decía que me tenían que contar lo que pasaba ahí. Con algunos hicimos luego una reflexión: estas son imágenes que vais a ver en publicidad y que no tenéis que creer. Intentamos al menos dejarles esa semillita», dice Domínguez.
Yolanda Domínguez ha realizado antes varias acciones relacionadas con la moda y la imagen pública de la mujer. La más reciente fue la protesta que llevó a cabo en varios establecimientos de la cadena Multiópticas para denunciar una campaña de publicidad sexista. Una de las más recordadas fue Fashion Victims. En la Gran Vía de Madrid, frente a tiendas que fabrican ropa en Bagladesh, Domínguez sepultó bajo escombros a varias blogueras de moda para recordar la tragedia del Rana Plaza, en la que murieron más de 1.000 personas.
http://verne.elpais.com/verne/2015/07/22/articulo/1437569951_227184.html
Lo más probable es que hayas crecido creyendo que eran verdades absolutas. Lo decían ellas e iba a misa. Puede que, en algún caso, y sólo si eres muy sincero hasta contigo mismo, reconozcas que a día de hoy todavía te crees alguna. Hablamos de esas mentiras que las madres nos dicen cuando somos pequeños, quizá heredadas a su vez de sus madres, y que no tienen en la mayoría de los casos ninguna base científica. Aquí tienes una lista de diez que raro es que no te haya dicho alguna vez tu santa madre:
1. «Debes esperar dos horas después de comer antes de bañarte para que no te dé un corte de digestión»
Lo que ella quería, en realidad, era que le dejaras dormir la siesta sin tener que estar pendiente de ti en la piscina o en la playa. El llamado ‘corte de digestión’ se trata en realidad de una hidrocución: un choque de temperaturas entre el cuerpo (caliente) y el agua (fría). Este choque ralentiza de forma refleja la frecuencia cardiaca y puede haber pérdida de conocimiento e incluso paro cardíaco y, por lo tanto, ahogamiento. Esto no tiene nada que ver con la digestión, pero tras comidas muy copiosas es más frecuente que ocurra. Es raro que un niño haga comidas copiosas en verano, por tanto no hay que prohibir el baño en las 2 o 3 horas después de comer, sobre todo si el agua no está fría.
2. «En el agüita del yogur está todo lo bueno»
Curiosamente ese liquidito no lo encontrarás en un yogur que no sea de fabricación industrial. Con eso queda todo dicho. La «agüilla» que tu madre consideraba en tan alto valor se produce por la diferencia de temperatura en el proceso de producción. Es verdad que se aglutinan ahí parte de las proteínas pero es muy poco líquido como para hablar de «todo lo bueno».
3. «El zumo de naranja pierde todas las vitaminas si no lo tomas recién exprimido»
Para que te hagas una idea, el zumo perdería sus vitaminas únicamente si lo sometes a temperaturas extremas. Vamos, que si lo pones en el patio con la ola de calor que estamos padeciendo estos días… Ni con ésas: si lo congelas o lo metes en el microondas a 120 grados lograrás «desvitaminizar» el zumo, pero en la mesa de tu cocina no va a pasar nada porque repose hasta 24 horas.
4. «Si te tragas el chicle se te pega en el estómago y tendrán que operarte para sacarlo»
El chicle es goma de mascar, no un alien. Como cualquier otro alimento, acabará en el váter más pronto que tarde sin necesidad de cirugía alguna. A ver, si tomas por costumbre tragarte los chicles tendrás digestiones más pesadas, pero no más que si desayunas unos huevos fritos con bacon, por ejemplo.
5. «Si ves la televisión tan de cerca te vas a quedar ciego»
Como mucho, y tras un buen rato, te dará dolor de cabeza, además de no apreciar la calidad de imagen que ofrecen hoy en día los televisores de pantalla plana y de última tecnología. Pero es que tampoco aquellos televisores «culones», aún no tan antiguos aunque parece que son del Pleistoceno, tenían tal poder cegador.
6. «Si te masturbas te salen granos / te quedarás enano / te quedarás ciego»
Hoy en día podrían añadir que cada vez que te masturbas se muere un gatito o algo por el estilo. Suele coincidir que el descubrimiento e inicio de la masturbación se produce en la adolescencia y en esta etapa algunas personas, por los cambios hormonales, desarrollan acné. Es curioso como de una coincidencia, se acaba estableciendo una causalidad: lo uno produce lo otro. La masturbación produce ceguera, sordera, ralentiza el crecimiento… Pues ya sabemos por qué Tyrion Lannister es así. Bromas aparte, todos estos mitos son los últimos rescoldos que han llegado al siglo XXI de las obras de Tissot, un médico suizo que en su histórico libro titulado «El Onanismo» glosaba los males asociados a la práctica de eyacular fuera de la vagina. Masturbarse, con moderación, como toda en la vida, es saludable y satisfactorio.
7.»No te crujas los huesos de los dedos de las manos o de mayor tendrás artritis»
Tampoco es cierto esto. Cuando nos crujimos los dedos estamos forzando una articulación, la cual tiene una cápsula que la protege y en su interior hay un lubricante natural llamado líquido sinovial, que es el que permite el movimiento y contiene aire. Cuando te crujes los dedos, la articulación se separa, ampliando el espacio dentro de la cápsula articular, lo que provoca burbujas deseosas de ocupar más espacio. Al forzarlo, las burbujas escapan emitiendo el sonido característico. Lo mismo de antes, si lo haces a todas horas, pues no será bueno, pero de ahí a que te produzca artritis…
8. «Si te afeitas, te crecerá el pelo más fuerte»
Claro, mujer, por eso hay tanto calvo en el mundo. Cuando uno se afeita lo que hace es cortar el pelo a ras de piel. Al quedar la punta roma puede dar sensación de dureza. Pero, tranquilo, que al volver a crecer el pelo vuelve a ser como antes. De modo que si eres un oso, puedes depilarte el cuerpo entero sin temor a quedarte hecho un cactus toda la vida. En días o semanas, oso de nuevo.
9. «Come zanahorias que es bueno para la vista»
¿Y si te pasas el día comiendo zanahorias viendo la tele a un palmo de distancia y masturbándote, qué? ¿Neutralizas los efectos anteriores de cegación y te quedas igual? Ahora hablando en serio, esto es otro mito. Este alimento, sano sin duda, tiene betacarotenos, que el cuerpo transforma en vitamina A, pero en la misma medida que el brócoli, las espinacas, los cereales y la calabaza.
10. «No te pongas bizco, que te puede dar un aire y quedarte así»
Convendría que alguna madre detallara qué era exactamente ese presunto aire capaz de dejarte en un instante con la mirada de Fernando Trueba. Pero no, mirarte la nariz unos segundos no es una práctica de riesgo, salvo que intentes batir un Guinness. Y si te pasa, pues ya sabes, unas zanahorias y listo.
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