¿Cuál es la clave para que nuestros hijos esquiven las grandes dificultades de la vida y se conviertan en adultos satisfechos?

Convertirse en padre o madre pulveriza las prioridades anteriores. Incluso los que menos participan en su educación sacrificarían todo tipo de cosas por ver a sus hijos satisfechos, respetados y con buenos trabajos. En cuanto a la felicidad… parece tan complicada que a veces no nos atrevemos a esperarla para ellos. Al hilo de las declaraciones de Julie Lythcott-Haims, jefa en funciones de los alumnos de primer curso de la Universidad de Stanford, probablemente nos equivocamos.

La Universidad de Stanford es el sueño dorado de educadores y alumnos de todo el mundo. Solo los más escogidos pueden estudiar allí Humanidades, Ingeniería, Empresariales, Derecho, Medicina, Ciencias de la Tierra o Educación. En esta institución privada han enseñado 27 premios Nobel y sin salir de su perímetro podemos visitar un acelerador de partículas, un parque empresarial y un centro médico. Directamente relacionadas con ella han surgido empresas como Hewlett-Packard, Cisco Systems, Yahoo! o Google.

Sentimos que un chico no puede triunfar a menos que tenga un padre protegiéndolo y previniéndolo a cada momento, gestionando cada detalle.

En la charla TED que impartió el año pasado, reseñada recientemente por ‘Independent‘, Lythcott-Haims se centró en el estilo actual de la mayoría de los padres que tienen la suerte de criar en los países ricos. Según esta educadora, la moda predominante es intervenir demasiado en su vida y obsesionarse por los parámetros tradicionales de éxito, problemas que están empezando a arruinar la siguiente generación.

«Pasamos mucho tiempo muy preocupados por los padres que no se implican lo suficiente en las vidas de sus hijos, en su educación y crianza, y hacemos bien», dice Lythcott-Haims. «Pero, desde el otro extremo, también estamos haciendo mucho daño. Sentimos que un chico no puede triunfar a menos que tenga un padre o madre protegiéndolo y previniéndolo a cada momento, haciendo sombra sobre todo lo que le pasa, gestionando cada detalle y dirigiéndolo a un pequeño conjunto de universidades y carreras. Cuando criamos a los chicos así… y digo ‘criamos’ porque Dios sabe que yo también he caído en esta tendencia con mis dos hijos adolescentes, acaban teniendo una infancia que es como una lista de tareas«.

«Les damos comida, bebida, seguridad… y nos hacemos cargo de que estén en el mejor colegio. Y no solo el mejor colegio, la mejor promoción. Y no solo la mejor promoción, sino la mejor clase de la mejor promoción del mejor colegio».

Y no es solo allí. En España la situación ha cambiado mucho en las últimas décadas. Esos pequeños que pasaban tiempo en casa, o en la calle, disfrutando a su manera, que cambiaban solos los canales de la televisión y pasaban horas sin hablar con un adulto, ahora parecerían abandonados a su suerte. Algunos incluso llamarían a esos ratos  ‘perder el tiempo’, como si no fuera una ventaja vivir el tiempo así, como algo que no se puede ganar ni perder, como algo más que una lista de tareas.

Los pequeños de hoy desde los cuatro o cinco años tienen actividades extraescolares, se los estimula para que aprendan durante todo el día —jugar y entretenerse no se considera educativo en sí mismo— y sus padres se reúnen con los profesores constantemente para decidir lo que se está haciendo mal y decidir nuevas normas y rutinas «para hacerlos más independientes». Algo así como si los metiéramos en una cárcel para hacerlos más libres. Cada libro que leen y cada juego al que acceden está filtrado y monitorizado, y se mira con dureza a todo el que quita importancia al juego o prefiere quedarse en un discreto segundo plano.

Lo que tienen en común todos los padres que dan una buena educación a sus hijos (enlace a vídeo)

En palabras de la jefa de alumnos, «esperamos que nuestros chicos cumplan con un nivel de perfección que nunca nos hemos impuesto a nosotros mismos». Somos, dice, sus managers, sus secretarios, sus consejeros… Todo ese trabajo, exclama, «¡para que no la caguen, para que no se cierren puertas, para que no arruinen su futuro!». Es fácil ponernos en el lugar de ellos cuando, además, concluye sin aliento, hacemos todo esto para que entren en universidades en las que no admiten prácticamente a nadie. Y tiene razón. De hecho, muchos querríamos que nuestros hijos estudiaran en Stanford.

«Todo tiene que ser enriquecedor, se acabó el jugar por las tardes», explica. «Decimos que lo más importante es que sean felices, pero en cuanto llegan a casa lo primero que les preguntamos es si tienen deberes, y qué tal las notas«. Los niños sienten que el amor y la aprobación vienen de las puntuaciones que obtienen en el colegio. Se sienten, dice, como perros en una competición, tratando de correr más rápido, de saltar más alto cada día. ¿De verdad vale la pena? Se pregunta, y confiesa que los padres esperan poder fardar de los buenos colegios de sus hijos gracias a las pegatinas para el coche.

El éxito profesional en la vida viene de haber hecho tareas rutinarias de pequeños (la compra, ordenar la habitación…) y mejor cuanto antes empiecen

Lo que en el fondo les estamos diciendo es: «chaval, no creo que puedas conseguir todo esto sin mi ayuda«. Ese es el mensaje de toda esa protección y todo ese trabajo, y es más importante que la famosa autoestima que tanto buscamos para ellos. Les quitamos el ensayo-error, los sueños propios, las posibilidades de vivir su propia experiencia.

Otra afirmación que resultará revolucionaria para algunos: «El más amplio y transversal estudio que se ha hecho sobre seres humanos es el ‘Harvard Grant’. Concluyó que el éxito profesional en la vida, que es lo que queremos para nuestros hijos, resulta de haber hecho tareas rutinarias de pequeños (la compra, ordenar la habitación, poner la lavadora…) y mejor cuanto antes empiecen. El enfoque mental es: ‘hay un trabajo desagradable pendiente y alguien tiene que hacerlo: yo puedo. Voy a contribuir con mi esfuerzo al avance de todos’, y eso es lo que te hace prosperar en el trabajo».

Y para ella, el mismo estudio tiene otro hallazgo aún más importante: «La felicidad en la vida viene del amor. No del amor por el trabajo, del amor por las personas: el cónyuge, los compañeros, los amigos, la familia… Lo que la infancia necesita es que enseñemos a nuestros niños a amar».

Si has cometido la locura de ser padre, la próxima vez que alguien te diga que está siguiendo un nuevo método para que sus hijos (y no los tuyos) tengan éxito, y que la clave está en tal o cual materia o en tal o cual colegio exclusivo, ya sabes: puedes decirle que en Stanford lo tienen claro: lo básico es que pongan la mesa, que bajen a por el pan y que jueguen a su bola por pura diversión. Lo de toda la vida, vamos. Y si saca malas notas, quizá necesita un extra de amor.

Aprendemos en función de cómo percibimos la realidad y cómo la procesamos

Hay personas que se leen hasta la letra pequeña de los manuales mientras que otros se lanzan a pulsar todos los mandos para ver qué ocurre. No es ni bueno ni malo. Simplemente, nos da pistas de nuestra manera de aprender. Veamos los cuatro tipos de aprendizaje que existen para identificar cuál es el tuyo.

Quieres hacer un viaje con tu pareja y uno de vosotros necesita leer hasta el mínimo detalle sobre el sitio a donde vais, mientras que el otro se pone de los nervios porque preferiría lanzarse a la aventura. O en una reunión de trabajo un compañero no para de dar ideas sin concretar nada, mientras que a otro le agobia no trabajar en una sola. ¿Has vivido algo de esto? Si es así, bienvenido a los diferentes modos de aprender y a sus dificultades (y oportunidades).

En 1984 un profesor universitario, David Kolb, descubrió que los adultos tenemos distintas maneras de aprender que dependen de cómo percibamos la realidad y de cómo la procesemos. Hay personas que captan la realidad fundamentalmente a través de la experiencia y otros, creando teorías. Los primeros son más empáticos y tienden a hacer varias tareas al mismo tiempo (multiplicidad). Es más, si no lo hacen se pueden aburrir soberanamente. Los segundos prefieren centrarse en una sola tarea, se manejan muy bien en la teoría y se perderían con varias cosas al mismo tiempo (unicidad).

No todos captamos la información igual: algunos la procesarán si se ponen manos a la obra (acción) y otros si reflexionan sobre lo que observan (pensamiento).

Con respecto a la manera de captar la información, algunos la procesarán si se ponen manos a la obra (acción) y otros si reflexionan sobre lo que observan (pensamiento). Pues bien, las anteriores características definen los ejes de las maneras de aprender y de los cuatro estilos. Veámoslos con algo más de detalle:

Adaptadores o los “hacedores”

Difícilmente leerán un manual. Son el resultado de la multiplicidad y la acción. Prefieren trabajar rodeados de personas y se buscan la vida para conseguir recursos y alcanzar resultados. Les gusta asumir riesgos y saben adaptarse a las circunstancias. En una empresa abundan en los departamentos de ventas. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿cuándo?

Asimiladores o expertos en la conceptualización

Su estilo es opuesto a los adaptadores. Son extraordinarios creando modelos teóricos y definiendo claramente los problemas. Les interesan más las ideas abstractas que las personas, por lo que no es de extrañar que destaquen en el campo de las matemáticas o de las ciencias. En una empresa pueden estar en posiciones de investigación o de planificación estratégica. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿por qué?

Divergentes o los reyes de las mil y una ideas creativas

Todos tenemos un estilo de aprendizaje definido pero para desarrollarnos mejor personal y profesionalmente conviene estar con personas que nos complementen y cuyo estilo esté en el extremo del nuestro.

Disfrutan analizando los problemas en su conjunto y trabajando con personas. Son empáticos, emocionales y ocurrentes. No es de extrañar que lancen un sinfín de propuestas diferentes en una reunión. En este estilo se encuentran artistas, músicos y todos los creativos en el mundo de la empresa. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿y si…? o ¿por qué no?

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Convergentes o el poder de la aplicación en una sola cosa

Son los opuestos a los divergentes. Necesitan la aplicación práctica a las ideas para testar teorías o resolver problemas. Se pierden con muchas alternativas. Sin embargo, son excepcionales en situaciones donde haya un único camino para ser resueltas. Muchos ingenieros se enmarcan en este estilo de aprendizaje. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿para qué?

Como es de imaginar hay personas cuyo estilo de aprendizaje está más marcado que otros como, por ejemplo, Sheldon Lee Cooper, protagonista de la serie The Big Bang Theory, quien es un asimilador total. Lo normal es que no sea así y que todos tengamos un poco de los cuatro aunque nos solamos sentir más cómodos con uno.

En definitiva, todos tenemos un estilo de aprendizaje que nos define más que otros y para desarrollarnos mejor en lo personal y profesional sería recomendable estar con personas que nos complementaran y cuyo estilo estuviera en el extremo del nuestro. Por ello, si eres de los que no lees los manuales, estáte cerca de quienes disfrutan haciéndolo (o viceversa). Porque más allá de este hábito, existe una manera interna distinta de percibir y de procesar la realidad que te puede ayudar a mejorar y a superarte a ti mismo en muchos otros ámbitos de la vida.

http://elpais.com/elpais/2016/10/10/laboratorio_de_felicidad/1476119828_530014.html?id_externo_rsoc=FB_CM

El Martes 13 es un día de mala suerte. Hasta existe una palabra que designa una fobia a este día: trezidavomartiofobia o triscaidecafobia.

Aunque muchos desafían la superstición y deciden «casarse y embarcarse», muchos más son los que no lo hacen por miedo a que ocurra algo, tanto en España, como Grecia y Latinoamérica

Según publicó este diario años atrás, el martes o el viernes no son días elegidos al azar.

Marte, según la mitología griega, es el Dios de la guerra, por lo cual el día martes está regido por el planeta rojo, el de la destrucción, la sangre y la violencia. Además, la leyenda dice que un día martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel.

Por qué el 13

Por su lado, el número 13 desde la antigüedad fue considerado como de mal augurio ya que en la Última Cena de Jesucristo, 13 fueron los comensales; la Cábala enumera a 13 espíritus malignos, al igual que las leyendas nórdicas; en el Apocalipsis, su capítulo 13 corresponde al anticristo y a la bestia. En el Tarot, este número hace referencia a la muerte.

Tal es el miedo que en algunas personas provoca el 13, que muchos aeropuertos y hoteles evitan numerar pisos, elevadores y puertas de abordaje con ese número.

Eso sí, las connotaciones negativas que se le dan al martes 13 no tienen fundamentos científicos, por lo cual se debe tener muy claro que sólo se trata de un mito.

Incluso hay mucha gente que lo ha tomado al revés, por lo cual dentro de sus creencias, lo consideran como un día de buena suerte. Tanto así, que durante ese día muchos apuestan por ese número en los juegos de azar.

 

El lenguaje enriquecido y preciso es una capacidad única del ser humano. Hablar hace posible que podamos comunicarnos y expresar con todo lujo de detalles aquello que sentimos y deseamos, siendo las palabras el mayor vehículo social con el que contamos.

Pero, aunque nos parezca algo simple porque aprendemos a hablar con una gran rapidez cuando somos unos bebés, encierra una gran complejidad. Nuestro cerebro, con su gran capacidad plástica, ha sufrido una trasformación enorme para que un acto complejo como el habla se convierta en una habilidad fácil de dominar.

Además, el cerebro de un bebé es tremendamente receptivo ante cualquier estímulo, sobre todo a la voz de su madre. El tono de voz materno y el lenguaje adaptado a la comunicación con nuestros bebés, conocido como “maternés“, ayuda al desarrollo del lenguaje de una manera efectiva.

Por otro lado, tenemos que reseñar hay ocasiones en las que la adquisición del habla se complica y surgen dificultades asociadas al mal funcionamiento de las áreas cerebrales implicadas en este proceso. En este caso hablamos de las afasias, que se producen como consecuencia de lesiones cerebrales en tres áreas principales asociadas al lenguaje: área de Broca, área de Wernicke y el Fascículo Arqueado.

El lenguaje y el cerebro

Al contrario de lo que se cree, las áreas encargadas del lenguaje no son iguales en todos y cada uno de nosotros. La principal distinción tiene que ver con si somos zurdos o diestros. Para ese 97% de la población que es diestra, las áreas del lenguaje se encuentran mayoritariamente distribuidas en el hemisferio izquierdo, al contrario que para las personas zurdas.

Además, nuestro cerebro está hiperespecializado y con el lenguaje no sucede una excepción. Las áreas más próximas a la parte posterior u occipital del cráneo, es decir, el área de Wernicke, recogen la información procedente de nuestros sentidos para su comprensión. En cambio, la parte más frontal se encarga del control ejecutivo, en este caso, el área de Broca controla la producción del lenguaje.

Pero no solo consiste en la especialización del cerebro, sino en cómo esas áreas se comunican entre sí. En el caso del lenguaje esta función la cumple el Fascículo Arqueado que conduce la información entre las áreas de Broca y de Wernicke. Por ello, en la Afasia de Broca se encuentra dañada la producción del lenguaje, en la Afasia de Wernicke la comprensión y en la Afasia de Conducción el Fascículo Arqueado.

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Aun así, el mundo de las afasias no es tan sencillo porque las lesiones cerebrales no tienen por qué afectar solo a una única parte de las encargadas del lenguaje. Por ello existen la Afasia Transcortical Motora, la Afasia Transcortical Sensorial, la Afasia Anómica y la Afasia Global.

El habla no solo depende del cerebro

Pero no solo es necesario el buen funcionamiento cerebral para una producción adecuada del lenguaje, también se necesita que otras estructuras del Sistema Nervioso Central funcionen correctamente. Si no es así, nos podemos encontrar con los siguientes problemas:

  • Disartria: la disartria es un término que se da a la incorrecta articulación de los fonemas y que tiene un origen neurológico por una lesión en las zonas del sistema nervioso central.
  • Disglosia: se denomina disglosia a la incorrecta articulación de los fonemas causada por una malformación de las estructuras orofaciales (dientes, labios, nariz, mandibula, lengua y paladar). También recibe el nombre de “dislalia orgánica”.
  • Dislalia: se trata de una incapacidad para pronunciar correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas. Puede ser evolutiva o funcional.

Así que como puedes ver, el lenguaje es una habilidad muy complicada pero que al emplearla cada día la vemos muy sencilla. Esto sucede con la mayor parte de las conductas humanas, porque el ser humano es esencialmente complicado y sobre todo el ser humano es maravilloso.

¿Qué quieres ser cuando seas mayor? Bueno, si no estás seguro de que solo deseas hacer una sola cosa el resto de tu vida, entonces no estás solo. En esta charla iluminadora, la escritora y artista Emilie Wapnick describe el tipo de personas que ella llama «multipotenciales», que tienen una gama de intereses y puestos de trabajo en una sola vida. ¿Es usted uno?Pues no dejes de ver este vídeo de Emilie Wapnick .

https://youtu.be/Y_CIwlTKalY

Independientemente de nuestro idioma, algo que todas las personas compartimos es este fenómeno llamado risa. Y se podría decir que, en general, todas las risas suenan parecidas. Sin embargo, es curioso ver como la expresión de esa alegría en las redes sociales cambia dependiendo del idioma y la cultura.

Se ha hecho una recopilación de las risas online  usadas por la gente en distintas partes del mundo. Por ejemplo, en Japón “warau” o “warai” significan sonrisa o risa, y por ello usan “wwww” para reírse. En EEUU se usa el famoso “hahaha”, muy similar a la versión española “jajaja”. Curiosamente, en Tailandia se pasa a usar números, ya que el número 5 se lee como “ha” en tailandés. De este modo la gente usa “5555” para reírse en las redes sociales.

Al final, no importa el lugar desde el que escribas, o el modo en el que expreses tu risa, siempre que esta se contagie a los demás.

Dejaron de temer al cambio y de creer que los alumnos no serían capaces. Hicieron a un lado las falsas excusas, que terminan aburriendo a los niños sin lograr aprendizajes. Una red de colegios en España se atrevió a eliminar asignaturas, exámenes, horarios y tareas de su sistema. Hoy, a un año de su implementación, están boquiabiertos con los primeros resultados visibles.

Los niños que se hacían los enfermos para faltar a clases, ahora quieren ir con fiebre e incluso los sábados. No tienen tareas, pero llegan a su casa tan motivados, que siguen trabajando. Los que tenían problemas de aprendizaje ahora son los líderes. Los profesores confiesan haber redescubierto su vocación.

Xavier Aragay y María Jonquera Arnó, dos líderes de este proyecto, estuvieron en Chile para contarnos su experiencia y hablamos con ellos para conocer más detalles de un método que ha impactado de tal forma en la comunidad escolar, que ya nadie quiere volver atrás, porque cuando se implementan estas medidas, uno se da cuenta que el sistema antiguo es absurdo.

Esta es la nueva educación, la que todos los colegios debiesen tener y que países como Finlandia están implementando.

¿Qué hicieron y por qué?

Como les contamos en este artículo anterior, esta red de colegios jesuitas de Cataluña (FJE) eliminó por completo la educación tradicional con su proyecto Horitzó 2020 y ahora lo que pasa en las salas de clases es otra historia.

Los alumnos trabajan realizando diferentes proyectos que integran distintos contenidos, mientras tres profesores los asisten todo el día (uno de lenguaje, otro de ciencias matemáticas y uno de ciencias sociales). El grupo total es de 60 niños dentro de una sala mucho más grande, con mesones con ruedas y espacios abiertos.

«Ellos no van a ver qué les echan, van a trabajar. Ya saben, hay una programación, hitos y retos que han de cumplir. Discuten, buscan, estructuran, presentan, dibujan, usan los celulares, los computadores y tablets», señala Xavier Aragay, director general de FJE de Cataluña.

¿Qué ha pasado con esto? Los niños están motivados, hiperventilados, no paran de trabajar porque se entretienen, llegan a su casa a investigar, cuentan los padres. Están empoderados, se sienten protagonistas, aprenden haciendo y criticando.

Los alumnos de 3 años, por ejemplo, han triplicado el uso de palabras respecto al sistema tradicional, simplemente porque interactúan entre ellos en lugar de estar atentos a lo que la profesora dice.

El piloto se está probando actualmente en algunos colegios de la red, en niveles de 3 a 5 años y de 10 a 14 años, sumando a más de 1.700 alumnos a esta nueva iniciativa que cumple un año y medio desde su lanzamiento. Su efectividad se ha hecho evidente, derribando los mitos que mantienen la inercia en la educación.

Mito 1: Habrá problemas de disciplina

«¿Por qué hay problemas de disciplina en la escuela tradicional? Porque han de estar callados y quietos. Imposible. Aquí ni han de estar callados ni han de estar quietos, primero porque están trabajando en grupos resolviendo los proyectos y segundo, porque pueden moverse por donde quieren. Entonces los problemas de disciplina desaparecen», explica Xavier.

La falta de disciplina está vinculada al método que se utiliza para el aprendizaje: un profesor que habla, por lo tanto los otros han de estar en silencio, sin moverse, por ende, aburridos.

Con Horitzó 2020 no ha hecho falta «echar» a los niños de la sala por mala conducta. Además, como en cada grupo hay 3 educadores a cargo, en cualquier momento pueden intervenir mejor.

«Un aula de ese tipo se asemeja más a una oficina en la que hay 30 o 40 personas trabajando, entonces ¿hay silencio? No, se está trabajando. No debe haberlo», afirma Aragay.

Mito 2: Los profesores no quieren cambiar

Los docentes que entraron en el nuevo sistema ya no tienen vuelta atrás. Al principio exigió más trabajo, como todo comienzo en una planificación, pero luego todo se fue dando, fluyendo, hasta el punto de que trabajan incluso mucho más de los que se les exige.

«Los profesores que han implementado el cambio les hemos hecho un programa de formación, seguimiento y acompañamiento para incorporarse a la experiencia. Ya no quieren cambiar, profesores que llevaban 25 años con el método tradicional dicen yo ya no cambio (al sistema antiguo), ésta es mi vocación. Ellos están convencidos, no volverían atrás», cuenta Xavier.

Ya no dictan clases, ahora trabajan en equipo y son coach de sus alumnos, les dan las instrucciones, los asisten, acompañan, observan y replantean.

El gran protagonista de la educación es el alumno que tenemos y en él tenemos que poner la mirada, en el alumno que, en el fondo, es el ciudadano que queremos conseguir para el siglo XXI. Ese es el protagonista, ahí tenemos que mirar”, añade María Jonquera Arnó, directora de la oficina técnica de educación jesuita.

Mito 3: Es caro de implementar

«Una de las condiciones que pusimos en las experiencias piloto, es que costara lo mismo que el sistema tradicional. Es que si no, no podría ser, porque luego no podríamos generalizarla, no sería sostenible», aclara el director.

Insiste que poco valen las experiencias que inyectan demasiados recursos, porque no pueden hacerse masivas. Horiztó 2020 cuesta lo mismo en horas de profesores, medios, etc., pero lo que sí se ha hecho es invertir en la capacitación de profesores y rediseño de las salas de clase.

Los colegios de esta red ignaciana son particulares subvencionados («concertados» los llaman), pero estos métodos también se están probando en escuelas públicas, en otros lugares de España.

«El problema económico no es real, es una gran excusa. El principal problema está la mente, en no querer soñar, no querer hacerse preguntas. ¿Y si los alumnos cuanto más habla el profesor menos aprenden? (…) Hay que hacerse preguntas muy duras que si no nos las hacemos, no estaremos dispuestos a cambiar», sostiene Aragay.

Esperen, ¿pero cómo se evalúa a los alumnos?

Los alumnos son evaluados sin exámenes. A diferencia del método tradicional, un profesor no tiene varios cursos, sumando más de 150 alumnos a su cargo, sino que dedica todo su tiempo y año a este grupo de 60 niños, en trabajo conjunto con otros dos profesores. Esto permite que los conozcan mejor a cada uno y que puedan realizar observaciones más detalladas de contenidos, habilidades, competencias y valores.

“Hay una plantilla que dice cómo se va a observar, cómo se va a evaluar, hay pequeñas rutinas que han de hacer, exposiciones, observaciones, hay que buscar informaciones, subirla a un portafolio, etc.”, indica Aragay.

Hay autoevaluación, coevaluación y evaluación de los profesores que se traducen en notas. Al alumno se le da feedback constante y los niños conocen los objetivos de cada semana y las actividades para alcanzarlos, algo que evalúan cada viernes para ver si fue efectivo.

¡No hay excusa que valga!

El modelo implica un cambio drástico, riesgos y nuevos esfuerzos, pero los primeros resultados han sido tan positivos y la satisfacción de la comunidad escolar tal, que no hay por donde perderse.

“Lo más difícil fue soñarlo. Esto es lo más difícil siempre. Soñar el cambio. En educación no nos permitimos los sueños nunca, pasa en todo el mundo. Hay un mito histórico que dice que hay que tocar con los pies en el suelo y esto es un desastre”, comenta Xavier.

Insiste que no se trata de pensar en el cómo, sino primero en el qué. Luego de eso, de permitirse soñar el cambio, de provocarlo y hacerlo participativo, todo ha salido mucho más fácil.

«La educación mira demasiado a corto plazo, la pregunta que debe hacerse, y que se está haciendo Educación 2020 es, ¿dónde debe de estar la educación de Chile dentro de 10 años? Esa pregunta hay que hacérsela ahora, porque o sino, dentro de 10 años no vamos a estar en ninguna parte», advierte Aragay.

El proyecto Horitzó comenzó el 2010 y va hacia el 2020. Se tomaron cuatro años para planificar la idea, luego hacer un diagnóstico de problemas, lanzar el proyecto participativo con más de 13 mil personas, diseñar el método y finalmente implementar el piloto en 2014.

“Una idea, que es muy importante: la educación se puede transformar. Es complejo, requiere tiempo, requiere planificación, requiere mucho sueño y mucha convicción y liderazgo, pero es posible. (…) La invitación es a salir de la zona de confort y atreverse a hacer un proceso serio, planificado, participativo, que sueñe”, sostiene Xavier.

El director catalán nos cuenta una conversación que tuvo con unos niños, al final de un día de clases con la nueva metodología:

-Estamos cansados – dijeron.
– ¿Por qué?
– Porque nos hacen pensar.
– ¿Cómo? ¿Y antes no los hacíamos pensar?
– No, antes nos hacían repetir.

“Los niños son mucho más conscientes de lo que creemos», afirma Aragay.

http://www.eldefinido.cl/actualidad/lideres/6211/Estos-colegios-eliminaron-asignaturas-examenes-tareas-Mira-lo-que-paso/

El miedo, la rabia, la alegría y la tristeza son las emociones básicas del ser humano. Todos las sentimos en cualquier época, edad y cultura. Pero, ¿sabes cómo dominarlas?, ¿eres consciente de ellas?

Estas emociones no están en nuestro día a día por una cuestión arbitraria o caprichosa, sino que desempeñan un rol principal en nuestro desarrollo psicológico. Esto significa, que las emociones básicas sirven para avisarnos y guiarnos en la conservación del organismo y en la socialización con los demás.

Las emociones básicas nos informan

Quizás sea un poco difícil de comprender esto que parece tan técnico o sacado de una enciclopedia. Pero lo que es importante recordar es que todos tenemos miedo, sentimos rabia, nos alegramos y nos entristecemos, porque de esta manera la mente y el cuerpo se desarrollan y nosotros podemos trascender como seres humanos y socializarnos.

Hemos aprendido (y lo seguiremos haciendo) de nuestras emociones. Por lo tanto, si has tenido un episodio bonito donde todo era felicidad, es probable que eso haya formado tu carácter, al igual que si has sufrido un acontecimiento que te entristeció o algo que te ha dado mucha rabia o temor.

Perfil de cabeza de mujer con pelo de colores

No importa la edad que tengamos, donde vivamos o de qué trabajemos. Sin excepción, sentiremos a las emociones básicas en más de una ocasión. Esto se debe a que las emociones son informaciones muy útiles, nos permiten saber cómo estamos aquí y ahora, siendo una guía de aprendizaje para nuestra vida, para comprendernos y para saber cómo continuar, si les prestamos atención.

No existen emociones buenas o malas, como solemos creer o categorizar lo que sentimos. Lo que sí hay, son emociones que nos pueden ser más o menos agradables. Cada una de ellas tiene una función específica y todas son necesarias.

Las emociones básicas o primarias del ser humano, son una cualidad energética, ya que nos permiten actuar de forma expansiva con los demás (la rabia y la alegría) o con nosotros mismos (la tristeza y el miedo). Analicemos, pues, las cuatro emociones básicas por separado, para así poder conocer su función específica en nuestra vida:

Miedo

Es una emoción conocida por los expertos como “de repliegue”, se encuentra incluida en el grupo de las reflexivas y su función es advertirnos sobre la inminente presencia de un peligro, ya sea de recibirlo o de causar nosotros algún daño.

El miedo es una de las emociones básicas que nos permite a su vez, evaluar cuál es la capacidad que poseemos para afrontar las situaciones que percibimos como amenazas. Si aprendemos a conocer primero y a gestionar el miedo después, experimentamos la prudencia y nos alejaremos del pánico, la fobia o de la temeridad.

Alegría

También conocida como “la emoción de apertura”. Cumple la función de ayudarnos a crear vínculos hacia los demás, por ello se encuentra entre las emociones básicas expansivas (junto a la ira).

Puede manifestarse de diversas maneras, siendo las más frecuentes la ternura, la sensualidad y el erotismo. Si gestionamos bien la alegría, podremos alcanzar la serenidad y la plenitud. Si no la sabemos manejar bien, nos conducirá hacia la tristeza, la euforia o la frustración.

Tristeza

Se encuentra dentro del grupo de las de repliegue y es conocida como la más reflexiva de todas. Evoca siempre algo que ha ocurrido en el pasado y su función es ayudarnos a estar conscientes de una cosa, situación o persona que hemos perdido o añoramos.

La tristeza también nos sirve para soltar y dejar ir lo que no nos pertenece o nos hace mal. Por último, otra de las funciones de la tristeza es la de permitir a los demás que nos acompañen, evitando volvernos demasiado vulnerables o dependientes.

Niña llorando

Rabia

Es la segunda emoción expansiva. Se trata de un impulso, una manera de quitarnos algo o alguien de encima, sacar afuera lo que nos molesta, lo que creemos injusto o lo que nos está haciendo daño.

La rabia implica una sobrecarga de energía, que en ocasiones, nos ayuda a cumplir la realización de lo que queremos o nos asegura la necesidad de amenaza. Por ello, no debe ser considerada siempre como “negativa”. Lo que ocurre es que a veces, en vez de ayudarnos a resolver lo que sucede, la rabia es una de las emociones básicas que se convierte en un problema más, si llevamos su expresión al extremo.

La rabia sería una especie de limpiador efectivo para todo lo que nos pesa. Pero atención, que para ello debemos reconocerla, aceptarla y gestionarla correctamente, sino ocurrirá todo lo contrario.

Una vez que seamos conscientes de la presencia de las emociones básicas en nuestra vida y aprendamos a vivir con ellas, será más simple darnos cuenta de que son todas positivas. Pues cada una de ellas responde a una necesidad y cumple una función en nuestra existencia. La cuestión es comenzar a darse cuenta…

https://lamenteesmaravillosa.com/conoce-tus-cuatro-emociones-basicas/

En 2013 Montserrat Caballé y Raphael, entre otros, protagonizaron la campaña de la Lotería de Navidad. El año pasado la publicidad dio un giro y se centró en un personaje anónimo. En 2015, por primera vez desde el primer sorteo de 1892, un cortometraje de animación ilustrará la campaña de la Lotería de Navidad. El vídeo, que se comenzará a emitir el martes, ha sido presentado este lunes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

El personaje del corto es Justino, que trabaja como guardia de seguridad en una fábrica de maniquíes en el turno de noche. Justino está solo y nunca coincide con sus compañeros, pero acaba comunicándose y estableciendo una relación con ellos a través de las figuras de la empresa.

Este año el Sorteo Extraordinario de Navidad de la Lotería de Navidad, que se celebrará el 22 de diciembre, repartirá 2.240 millones de euros: El Gordo distribuirá 640, 4.000.000 por cada serie; el segundo premio 200, 1.250.000 por serie; y el tercero 80, 500.000 por serie.

El importe del décimo es de 20 euros y el del billete de 200. La presidenta de Loterías y Apuestas del Estado, Inmaculada García, ha sido la encargada de presentar el sorteo en la mañana de este viernes. «Este premio es el más importante de todos. La Lotería de Navidad es una tradición muy nuestra que no se da ni en otras partes del mundo ni en otras épocas del año», ha dicho García.

La Lotería de Navidad representa el 29% del total de la facturación de Loterías y Apuestas del Estado. En 2014 la venta de décimos y billetes se incrementó un 4,64% con respecto a 2013. En la historia de este premio solo se han repetido dos números: el 15.640 en 1956 y 1978, y el 20.297 en 1903 y 2006.

De los 204 sorteos de Navidad celebrados, El Gordo ha caído 63 veces entre el número 0 y el 10.000, 73 ocasiones entre el 10.001 y el 30.000, y 69 entre el 30.001 y el 99.999.

Las palabras de los libros son como gotas de lluvia, elegidas para que nuestra mente se llene de pensamientos, escogidas para que nuestro corazón recoja un arco iris de emociones…

«Y cuando te hayas consolado, te alegrarás de haberme conocido.»
El Principito (Antoine de Saint-Exupèry)

Las experiencias, hayan causado sufrimiento o placer, dan forma a nuestra alma. La pintan de matices que dicen en susurros quiénes somos, para que las personas hagan el esfuerzo de prestarnos atención y de escucharnos bajito.

Lo mismo sucede con las personas que han dejado huella en nuestra vida. Hayan sido buenas o malas, su compañía ha modificado nuestro camino definiendo, con esos pequeños e importantes matices, quiénes somos.

«Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.»
Don Quijote de la Mancha (Miguel de Cervantes)
Quijote

El deseo mueve montañas de instantes y el amor mueve cordilleras de vida.El deseo es generoso en intensidad y fugaz en el tiempo, el amor es un fuego lento con una fuerza incomparable.

Con el deseo pedimos y con el amor damos; el deseo es condición y el amor..,es una declaración.

«Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, era la edad de la sabiduría, era la edad de la insensatez, era la época de la creencia, era la época de la incredulidad, era la estación de la luz, era la estación de la oscuridad, era la primavera de la esperanza, era el invierno de la desesperación.»
Historia de dos Ciudades (Charles Dickens)

 

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Esta frase fue utilizada por los publicitas del candidato demócrata a la alcaldía deNueva York, Bill de Blasio, dándole un toque muy original para hablar de la desigualdad.

Una desigualdad tan natural como nosotros.

A lo largo de la historia han existido una infinidad de movimientos que han luchado por la igualdad de derechos, por la igual de trato y por terminar con los contrastes injustos. Movimientos anti-desprecio admirables que, sin embargo, no debemos confundir con la riqueza que nos aporta ser tan distintos.

Crearía un perfume que no sólo fuera humano, sino sobrehumano. Un aroma de ángel, tan indescriptiblemente bueno y pletórico de vigor que quien lo oliera quedaría hechizado y no tendría más remedio que amar a la persona que lo llevara, o sea, amarle a él, Grenouille, con todo su corazón.
El Perfume (Patrick Süskind).

 

Perfume

Una frase que nos habla de nuestra necesidad de recibir amor. De nuestra inquietud por sentirnos queridos y aceptados. De la seguridad que aporta tener la certeza de que en el mundo hay un hueco para nuestras excentricidades y rarezas.

Que sea ese precisamente el perfume…

¡Qué maravilloso es que nadie necesite esperar ni un solo momento antes de comenzar a mejorar el mundo!
El Diario de Ana Frank (Ana Frank)

 

Mundo

Como dice Ana Frank, las ideas maravillosas no deberían sentarse en la sala de espera para ponerse en marcha. Si lo hacen, se volverán perezosas y jamás saldrán de allí.

Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mí tan sospechoso como el amor, pues este penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el amor. Por eso, cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas.
El Nombre de la Rosa (Umberto Eco)
Rosa

El amor ha sido la fuerza que ha impulsado lo actos más nobles pero también los actos más mezquinos. Ha sido el fin que ha justificado más medios inaceptables, cegando a la razón y anulando la empatía. Pagando un precio desorbitado y, en muchas ocasiones, haciéndoselo pagar a otros que no se lo podían permitir.

Así, el amor ha hecho héroes pero también villanos…

No todo lo que es de oro reluce, ni toda la gente errante anda perdida.
El Señor de los Anillos (J.R.R. Tolkien)
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Estamos habituados a crearnos una primera impresión de las personas que conocemos. Una impresión que va a condicionar cómo nos relacionaremos con ellas y que, sin querer, vamos a intentar confirmar.

Por ejemplo, si pensamos que una persona es ruda y desagradable nos dirigiremos a ella utilizando formas distantes que probablemente hagan que la persona se siga mostrando distante con nosotros o que incluso, si ya lo hacía, lo haga aún más.

Por eso, con las personas, podemos estar ante tesoros que no relucen.., porque nosotros hemos ignorado su brillo al principio. Lo mismo puede suceder al contrario…

Te dejamos algunas más, para que tú, apreciado lector, compartas con nosotros lo que te sugieren:

-Seas quien seas, hagas lo que hagas, cuando deseas con firmeza alguna cosa es porque este deseo nació en el alma del universo. Es tu misión en la tierra. El Alquimista (Paulo Coelho)

-Resulta extraño pensar que, cuando uno teme algo que va a ocurrir y quisiera que el tiempo empezara a pasar más despacio, el tiempo suele pasar más deprisa. Harry Potter y el Cáliz de fuego (JK Rowling)

-El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para nombrarlas había que señalarlas con el dedo. Cien Años de Soledad (Gabriel García Márquez)

-A pesar de ti, de mí y del mundo que se desquebraja, yo te amo. Lo que el Viento se Llevó (Margareth Mitchell)

-La alegría causa a veces un efecto extraño; oprime al corazón casi tanto como el dolor. El Conde de Montecristo (Alejandro Dumas)

– De pronto se deslizó por el pasillo, al pasar por mi lado sus sorprendentes pupilas de oro se detuvieron un instante en las mías. Debí morir un poco. No podía respirar y se me detuvo el pulso. La Casa de los Espíritus (Isabel Allende)

– El hombre llega mucho más lejos para evitar lo que teme que para alcanzar lo que desea. El Código da Vinci (Dan Brown)

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