El uso de la tecnología no está exento de riesgos. Enseñar a los menores cuál es la forma correcta de utilizarla es una tarea en la que han de involucrarse los adultos también en casa. Se trata de establecer unas normas y hábitos de uso con el fin de alejar a los hijos de posibles peligros.
El 71% de los padres son conscientes de que cuando sus hijos se relacionan con la tecnología están expuestos a diferentes ciberriesgos. Así lo recoge el estudio ‘Winning the game’, elaborador por la empresa de seguridad McAfee.
Entre sus principales preocupaciones está la posibilidad de que los ciberdelicuentes se escondan bajo una falsa identidad para robar información confidencial (62%), se descarguen virus de manera inconsciente (58%) o que los hackers accedan a datos personales o financieros (52%).
La necesaria intervención de los progenitores
Para proteger a los menores es imprescindible que sus progenitores hagan una labor de prevención. Establecer ciertas rutinas y configurar adecuadamente los dispositivos que utilizan los menores ayuda a que adquieran determinados hábitos que mejoren su seguridad en el uso de la tecnología.
Unos hábitos que, una vez adquiridos en el ámbito del hogar, serán capaces de trasladar fácilmente al entorno educativo cuando llegue el momento de utilizar un ordenador o una tableta como herramienta de aprendizaje.
l mismo informe de McAfee aporta otros datos significativos: el 27% de los progenitores nunca supervisa lo que hacen sus hijos online y uno de cada diez no sabe si hablan con otras personas. “El equilibrio tecnológico será diferente para cada familia porque cada una tiene sus propios valores, dinámicas y estilos de crianza”, apunta Francisco Sancho, EMEA Partner Manager de McAfee.
“Es poco realista pensar que se puede supervisar todo lo que hace tu hijo –añade Sancho–, pero los padres pueden ayudar educando sobre el contenido y los ciberriesgos, tales como descargarse apps desconocidas y hablar con extraños”.
Tecnología segura
Internet se ha convertido en un recurso imprescindible en la escuela, ya sea para buscar información, interactuar con otros alumnos y docentes, o acceder a material educativo. Por eso es necesario que también se les oriente desde casa sobre la mejor forma de protegerse.
“Los peligros a los que nos enfrentamos en la vida digital no deben ser subestimados, máxime cuando se trata de la vida de nuestros hijos. Los menores no tienen el conocimiento ni la experiencia para eludir a los ciberdelincuentes, por lo que es necesario que los padres asumamos el reto de protegerlos cuando navegan por Internet”, sostiene José Luis Laguna, Systems Engineer Manager en Fortinet Iberia.
Desde esta compañía, también dedicada a proporcionar soluciones de seguridad, recuerdan que es imprescindible hablar con los menores sobre los peligros de la Red y hacerles saber que si ven algo extraño han de avisar a un adulto. Estar al tanto de las actividades online que realizan, colocar los dispositivos en un espacio común de la casa o implementar controles parentales son acciones de prevención necesarias.
El valor de la privacidad
Para acompañar estas medidas, desde ambas compañías consideran esencial realizar una labor educativa para enseñar a los más pequeños el valor de la privacidad. Esto incluye explicarles cuáles son los ciberriesgos de la publicación de fotos o información personal en Internet y lo difícil que es eliminarla una vez que se hace pública.
Una responsabilidad que también recae en los adultos. “Los padres deben entender las implicaciones de que exista información o fotos de sus hijos online. Dejan una huella digital y, si cae en manos equivocadas, puede ser utilizada para recopilar información personal de los pequeños. Conocer el nombre y ubicación de su colegio, el nombre completo del niño o incluso su fecha de nacimiento… Todo esto puede tener graves consecuencias, desde el robo de identidad hasta el ciberacoso”, advierte Francisco Sancho.
Cuidar las etiquetas geográficas cuando se comparte contenido, establecer límites en el tiempo de uso y, sobre todo, educar antes que supervisar, son parte de las claves para que los más pequeños utilicen la tecnología y accedan a internet de forma segura.
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