El sentido del humor es uno de los recursos más valiosos y gratificantes ante la adversidad. Saber mantener el sentido del humor incluso en las circunstancias más críticas nos ayuda a mantenernos en pie, a no derrumbarnos.
Existe una la relación entre las emociones positivas y la capacidad de recuperación. Los estudios demuestran que mantener con vida a las emociones positivas frente a la adversidad facilita la flexibilidad de pensamiento y la resolución de problemas.
Afrontar la adversidad con humor
Una de las características esenciales de las personas resilientes es su sentido del humor. Las personas resilientes son capaces de reírse de la adversidad y hacer bromas con sus propias desdichas. Ante la adversidad, la risa es la mejor aliada de las personas resilientes porque contribuye a que se mantengan esperanzadas. Además, permite que su atención sea más global: registrando los aspectos negativos, pero también los positivos.
Mientras que algunas investigaciones indican que la resiliencia psicológica es un rasgo de la personalidad relativamente estable, una investigación sugiere que las emociones positivas protegen a esta especie de “fuerza escondida”. Esto no quiere decir que las emociones positivas sean simplemente un subproducto de la resiliencia, sino más bien que sentir emociones positivas durante las experiencias estresantes puede tener beneficios adaptativos en el proceso de afrontamiento del individuo.
Humor y salud
La risa es un poderoso antídoto contra el estrés, el dolor y el conflicto. Nada funciona más rápido o con más eficacia para equilibrar el cuerpo y la mente que una buena risa. El humor aligera las cargas, inspira esperanzas, te conecta con los demás y te mantiene centrado y alerta.
Las emociones positivas ante la adversidad también intervienen en los resultados fisiológicos. Por ejemplo, a nivel fisiológico el humor provoca mejoras en el funcionamiento del sistema inmunológico y el aumento de los niveles de inmunoglobulina A en la saliva. Este tipo de inmunoglobulina es un anticuerpo vital del sistema, que actúa como primera línea de defensa ante las enfermedades respiratorias.
Por otra parte, se ha encontrado que afrontar la adversidad con humor se asocia con una recuperación más rápida de las lesiones físicas. Además, reduce las tasas de reincidencia de enfermedades que requieran hospitalización en ancianos, así como la reducción de la estancia de un paciente en el hospital, entre muchos otros beneficios.
La gente feliz prosperan en la adversidad
Ante las dificultades y la adversidad solo hay dos opciones: crecer o padecer. Es cuestión de actitud. La gente feliz, con su actitud optimista y alegre, elige crecer. Esto puede parecer tan difícil de entender para muchos. Cambiar de actitud y plantarle cara al dolor no es fácil, pero es posible.
Viktor Frankl escribe en su libro El hombre en busca de sentido: “Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino”. Estas palabras cobran aún más sentido cuando recordamos que Frankl estuvo varios años recluido campos de concentración nazis.
Como escribió Nietzsche, “el que tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo”. Siempre que tengamos una razón para seguir adelante tendremos de una fuente de la que sacar fuerzas. La gente feliz tiene un porqué, ha encontrado su razón, y afronta con humor y optimismo lo que le toca porque solo así puede mantenerse enfocado en su objetivo.
Cuando la adversidad golpea, podemos llegar a ser mejores. Podemos superarnos y crecer más allá, hacer cosas que nunca pensamos que podríamos hacer. La investigación ha demostrado que las personas felices realmente prosperan en la adversidad. Lejos de quedarse quietas, se apoyan en la esperanza, para ganarle terreno a la tempestad, ¿por qué no tú?
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