Las omnipresentes imágenes animadas, archiconocidas por el nombre de su formato más habitual (.gif), se han convertido en la sal y la pimienta de las tres uves dobles. Todo es más divertido –y hasta elocuente, como ya explicamos en otra ocasión– en compañía de una sucesión de pantallazos. ¿Por qué la educación online iba a ser menos?
La proliferación de los famosos MOOC (siglas en inglés de «curso en línea masivo y abierto»), a menudo ofrecidos por las propias universidades, no ha dejado a nadie indiferente. Hay quien ve en ellos el futuro de la enseñanza, pero también expertos e investigadores que los consideran un fiasco y cifras que respaldan su tesis.
El porcentaje de los alumnos inscritos en este tipo de cursos que llega a completar todas las clases suele ser muy reducido, a veces por debajo del 5 %. Tampoco es dramático: este tipo de asignaturas favorecen la inscripción, sin coste alguno, a través de internet, así que no es extraño que los estudiantes se matriculen para echar un vistazo y pierdan el interés tras un par de lecciones.
Esa falta de motivación es la piedra que la educación online se tiene que sacar del zapato si quiere ser algo más que un negocio muy rentable (se espera que el e-learning mueva 100.000 millones de dólares en 2015). Pero ¿qué hacemos para estimular a los alumnos? El emprendedor Karim Amrani afirma que la clave está en los GIF. ¡Como no podía ser de otra manera!
Este joven musulmán, fundador de Jibli, un laboratorio de ideas para transformar la enseñanza, acaba de poner en marcha el proyecto Madrassa, una web experimental de cursos online basados en animaciones.
«Desafortunadamente, la mayoría de los cursos son versiones digitales de la educación clásica», afirma Amrani. «Algunos de esos cursos tienen 10, 15, 30 o más horas de vídeo. Cuando estás totalmente comprometido y motivado con la temática, es genial; pero si solo estás merodeando en busca de inspiración y motivación para aprender algo nuevo de forma rápida, entonces es un problema» .
La solución, por tanto, es pisar el acelerador: condensar los cursos online en un puñado de GIF de cinco segundos, «pequeños pasos que conducen a resultados visibles en cuestión de minutos». Dicho y hecho:
De momento solo hay un curso disponible en la web de Madrassa, que invita al usuario a registrarse para recibir novedades a medida que avance la fase de pruebas Se trata de un tutorial que nos enseña a diseñar el prototipo de una aplicación móvil a partir de una idea, utilizando la aplicación POP para digitalizar bocetos a mano.
Y así hasta 20 pasos, cada uno explicado a través de un GIF de cinco segundos de este tipo.
Visto el tipo de animaciones que utiliza el primer curso, pensarás que los cursos de Madrassa tienen más de videotutorial de YouTube que de MOOC universitario. No te falta razón. De hecho, lo que Amrani pretende no es sustituir las clases virtuales por GIF, sino complementarlas.
Píldoras como esta servirán, si el fundador de Jibly está en lo cierto, para meter el gusanillo a los alumnos: si la asignatura les ha entrado por los ojos, la motivación para completar el curso online está garantizada. ¿Y no era ese su talón de Aquiles?
VIA: http://www.yorokobu.es/gif-mooc/ – Por David G. Ortiz