En las últimas semanas, las rutinas de muchas familias se han visto completamente alteradas. Y, tras dos meses en confinamiento, hay una creciente preocupación sobre cómo afectará este periodo de aislamiento a la salud de nuestros hijos e hijas.
Sabemos que una situación de confinamiento puede tener efectos negativos en la salud mental y física de los niños y niñas, pero a su vez, puede suponer una gran oportunidad de aprendizaje y cohesión familiar. En cuanto a los aspectos adversos, el hecho de que los más pequeños no puedan estar al aire libre ni puedan relacionarse con sus amigos y amigas conlleva que sean menos activos físicamente, hagan un mayor uso de pantallas, tengan unos horarios irregulares de sueño y una alimentación menos saludable. Además, la exposición a factores estresantes como el miedo a la infección, la frustración y el aburrimiento, la información inadecuada o la falta de espacio personal en el hogar también pueden provocar un efecto negativo en su bienestar emocional. En familias en situación de vulnerabilidad, el impacto negativo del confinamiento puede ser aún mayor. Cabe tener en cuenta que antes de la crisis sanitaria la tasa de riesgo de pobreza moderada en menores de 18 años en España era del 26,8% (año 2018). A su vez, sabemos que estos niños/as residen en viviendas con peores condiciones y que la influencia de esté, junto a otros factores sociales, se intensifica de forma desigual durante el confinamiento. Por todo ello, se prevé un mayor impacto negativo de la crisis entre las comunidades más desfavorecidas.
No obstante, el confinamiento puede convertirse también en una ocasión única para estar más tiempo en familia, generar más interacción y fomentar actividades familiares que refuercen la cohesión. Es también un buen momento para iniciarse en nuevas rutinas que nos guíen hacia un estilo de vida saludable en el hogar. Seguir hábitos saludables no solo contribuye a reducir los posibles efectos negativos del confinamiento sino que también refuerza su salud futura.
Siguiendo una rutina saludable en casa, definida y consensuada entre todos los miembros de la familia, contribuiremos a mejorar hábitos que favorezcan el bienestar de toda la familia. Dar espacio a la creatividad, utilizar el juego como elemento educativo, fomentar las risas en familia y reservar espacios de intimidad son algunos de los elementos fundamentales que nos ayudarán a establecer nuevas pautas saludables.
Desde hace más de tres años, la Gasol Foundation trabaja con los niños y familias para introducir de forma amena y atractiva cuatro pilares clave en la salud infantil: la actividad física y el deporte, la alimentación saludable, la importancia de las horas y la calidad del descanso y el bienestar emocional. Cada uno de ellos se representa con un planeta y conforman la Galaxia Saludable. Para garantizar la estabilidad de la galaxia, es necesario el equilibrio de los cuatro planetas que la integran. Desde esta perspectiva holística podemos activar desde casa, hábitos saludables relacionados con cada planeta que, sumados entre sí, fomenten la salud física y emocional de toda la familia.
1. Planeta de la actividad física:
Los niños y niñas utilizan el movimiento como forma de expresión. Estas semanas, más que nunca, es importante hacer actividades que les permitan compartir sus emociones y pensamientos. Adaptándonos al espacio disponible en casa, podemos activar el cuerpo de múltiples maneras: desde un circuito por las diferentes estancias de casa, a un baile improvisado o una sesión de actividad física dirigida con toda la familia. Es muy recomendable que nuestros hijos e hijas practiquen un mínimo de 60 minutos al día de actividad física. Además de aprovechar y salir la hora al día permitida del desconfinamiento infantil para activarnos con un paseo, montar en patinete o ir bici, también podemos identificar qué horas del día son las mejores para hacer actividad física en casa. Es importante insistir en que, todas las actividades en el exterior se deben realizar siguiendo las recomendaciones de salud pública y garantizando un adecuado distanciamiento físico respeto a otras personas que estén en el espacio público.
Otro aspecto importante es el uso de pantallas que estos días están siendo muy presentes. En niños y niñas mayores de cinco años se recomienda un uso máximo de pantallas de dos horas al día. Cuanto menos tiempo sentados y más activos mejor. Como alternativa al uso de televisión, móvil, ordenador, tableta, etc. podemos ofrecer actividades compartidas como manualidades, lectura, actividad física o cocinar, por ejemplo.
2. Planeta de la alimentación
A menudo, utilizamos la comida para regular nuestras emociones. Por ello, puede que estos días tengamos más hambre y nuestra alimentación sea menos saludable. Planificar los menús en función de una alimentación saludable nos ayudará a organizarnos y mantener unas buenas pautas dietéticas. Podemos aprovechar e invitar a nuestros hijos e hijas a colaborar en la planificación y preparación de las comidas. Además de pasar un buen rato en familia estos espacios pueden ser muy educativos y divertidos. Estar más tiempo en casa también nos ofrece la oportunidad de disfrutar de las comidas en familia, sin pantallas y fomentando una conversación agradable en la que todos participan.
3. Planeta del sueño y el descanso
La calidad del sueño es uno de los primeros hábitos que se ve alterado ante cambios de estilo de vida como el que estamos viviendo. Es importante respetar el número de horas de sueño necesarias según la edad de cada miembro de la familia, los niños y niñas de seis a 13 años necesitan dormir entre nueve y 11 horas al día. Podemos favorecer un buen descanso regulando el uso de pantallas, apagándolas un mínimo de 30 minutos antes de ir a dormir y estableciendo una rutina del descanso que nos permita llegar a la cama relajados y calmados. Además de adaptar la habitación al momento de irse a dormir: reducir los estímulos ordenando el espacio, bajar la intensidad de la luz, cerrar persianas, asegurar una buena ventilación y una temperatura adecuada y evitar ruidos que puedan interferir en el sueño.
4. Planeta del bienestar emocional
En este momento es importante que nuestros hijos e hijas compartan y expresen sus emociones por lo que les podemos facilitar espacios y diferentes maneras de hacerlo. Hay múltiples actividades de expresión como teatro, manualidades, música o baile que podemos practicar desde casa. Además, dedicarles tiempo, escuchándolos y fomentando la comunicación más allá de las palabras, a través del contacto físico con abrazos o besos nos ayudará a mejorar la interacción y comunicación con ellos y ellas.
Controlar la información que reciben los niños y niñas es también muy importante para su bienestar. Debemos evitar el exceso de información, escuchar sus inquietudes y dar respuestas a sus preguntas con un lenguaje adaptado a su edad.
Fomentar la comunicación y la paciencia, aprender a tolerar el error con la voluntad de analizar y rectificar, confiando en nuestras capacidades y habilidades y, en la propia naturaleza de los niños y niñas para adaptarse a los cambios nos ayudará a enfrentarnos a esta situación y salir más reforzados. Finalmente, a los niños y las niñas les encanta pasar tiempo con sus padres y madres. Cada momento compartido con sus referentes adultos son oportunidades educativas únicas para toda la familia. Cuando la crisis sanitaria pase nos daremos cuenta que de la actitud, la ilusión y la inocencia de los más pequeños también podemos sacar multitud de aprendizajes.
*Clara Homs Bassedas es dietista, nutricionista y técnica de los Programas para prevenir la obesidad infantil en la Gasol Foundation. Puedes compartir tu experiencia con el hashtag #CuarentenaSaludable en Twitter.
Fuente: EL País
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