Lo sabemos, la oferta de teatro para niños puede llegar a ser abrumadora. Y también somos conscientes de que, como padres, muchas veces es difícil escoger lo mejor para vuestros hijos. Más allá de los beneficios que el teatro puede ofrecer a los niños (les ayuda a identificar y gestionar mejor sus emociones, desarrolla la empatía, despierta su creatividad y su sensibilidad artística, entre otros), de lo que se trata es de que los peques disfruten. ¡Qué fácil es escribirlo! Y qué fácil será que aciertes si tienes en cuenta un par de parámetros.
Asegúrate de que la obra corresponde a su edad
No es lo mismo una obra para un público de seis años que para uno de diez. Aunque parezca una obviedad, es más importante de lo que piensas que, a la hora de escoger una obra de teatro para niños en Madrid, compruebes que está pensada para la edad de tu hijo. De ese modo, el público conecta mejor con la historia, se siente importante sabiendo que la obra ha sido creada para él, y sobre todo, no se aburre, algo primordial a la hora de acercar a los niños al arte. No hay excusas, existen desde obras para bebés a espectáculos para adolescentes, así que ¡seguro que puedes encontrar algo apropiado! Y para ponértelo aún más fácil, te regalamos una entrada triple para varios espectáculos de Teatralia en los Teatros del Canal.
Pregunta la duración del espectáculo
Nadie mejor que tú sabe lo difícil que puede resultar mantener a tu hijo tranquilo y sin moverse durante un tiempo… Ese espacio de tiempo depende de cada caso y puede ser clave a la hora de elegir una obra de teatro para niños en Madrid. Si sabes que en media hora va a estar inquieto, es inútil que le lleves a ver un espectáculo que dura 90 minutos. Lo más probable es que se angustie, y acabará asociando la experiencia de ir al teatro con algo traumático.
Las compañías de teatro infantil tienen esto en cuenta, y los espectáculos que programan suelen tener una duración máxima de 45 minutos, pero nunca está de más asegurarse.
Explícale el argumento antes de ir y pregúntale qué le ha parecido a la salida
Cuando organizas un viaje con tu pareja a un país exótico, disfrutas tanto de la preparación y la anticipación por lo que vendrá, como enseñando las fotos a tus amigos a posteriori, ¿no? Pues a los niños les pasa lo mismo. Si le explicas de qué trata la historia que vais a ver y cómo es eso de ir a ver obras de teatro para niños en Madrid, tu hijo disfrutará por partida doble, y además, comprenderá mejor la función. Esto hace que los niños se involucren más en el espectáculo y se sientan autosuficientes.
Pero ir al teatro no se acaba cuando termina la obra. A la salida, interésate por qué le ha parecido, hazle preguntas para ver si lo ha comprendido todo y demuéstrale que su opinión es importante. Cada persona es un mundo, pero si además son niños que están conformando sus propios gustos, será útil saber qué le llama la atención y qué le aburre, de cara a futuras obras para niños.
También tenemos un truco para los niñeros esporádicos: ten en cuenta que el tiempo pasa a una velocidad distinta para los niños. Preguntarle a un crío de cinco años ‘¿qué hiciste ayer?’ es como si te preguntaran a ti por lo que hiciste en 2015… Por el mismo motivo, las preguntas absolutas son más difíciles de responder para un niño. En vez de decir ‘¿qué es lo que más te ha gustado?’ prueba a dar opciones: ‘¿Qué personaje preferías, la ballena o el caballito de mar?’.
Las obras de teatro para niños en Madrid son también para los adultos
Para que elegir una obra de teatro para niños en Madrid sea un éxito, es imprescindible que el niño sienta que está haciendo algo que también produce placer a quienes le rodean. No sirve de nada que lleves a tu hijo al teatro si vas a estar con cara de aburrimiento durante toda la función… Los niños repiten las actitudes que ven en su entorno, no lo olvides.
Quizás tengas que armarte de paciencia para escuchar por trigésimo quinta vez la historia de la Cenicienta, pero el esfuerzo merece la pena por todos los valores que los niños pueden aprender del teatro. La clave está en fijarse en detalles nuevos: déjate llevar por las músicas oníricas, disfruta espiando en la oscuridad las caras del público y, por qué no, vuelve a ser un niño mientras dure la función.
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