Sábado por la mañana, os levantáis a las 09.00 horas, y la familia preparada sube al coche. Contacto y Spotify a todo el volumen para emprender el viaje. Para los expertos, tener esta costumbre es una de las mejores maneras de establecer relaciones estrechas con tus hijos. Así lo concluye una investigación realizada por la Universidad de Arizona y publicada en el Journal of Family Communication. “Los niños, los adolescentes, que crecen escuchando música con sus padres tendrán relaciones más enriquecedoras con ellos cuando lleguen a la adultez”, según explican los autores en un comunicado. Por lo que si quieres hacer un viaje con tus hijos, no te olvides de encender la radio y subirla para que toda la familia disfrute. Y el resultado es mejor si tus hijos son adolescentes.
Efectivamente, los investigadores descubrieron que los jóvenes que comparten experiencias musicales con sus progenitores suelen tener mejores relaciones con sus madres y padres cuando crecen. “Y también funciona si tienes niños pequeños y tocas un instrumento, o escuchas música, o les llevas a un concierto, esto ayuda mucho a vuestra relación y crearás una mejor interacción cuando crezcan”, reiteran los autores.
Para llegar a estas conclusiones, el grupo de expertos analizó a jóvenes adultos, con una edad media de 21 años, y su relación con sus padres cuando eran niños en actividades relacionadas con la música. Sus recuerdos abarcaban edades entre los ocho y los 14 años. Además, compartieron con ellos cómo era su relación actual familiar.
El vínculo entre confianza y música fue más fuerte cuando los sujetos a estudio tuvieron experiencias musicales con sus padres cuando fueron adolescentes. “Es normal que con los niños más pequeños se comparta música, cantando nanas o yendo a títeres. En cambio, en la adolescencia, es menos frecuente, por lo que cuando creamos ese vínculo, los beneficios son mucho más importantes”, añaden los investigadores.
Dos factores fundamentales
Los autores explican que son dos los factores que pueden ayudar a comprender la fuerte relación entre la música y el bienestar de la vida familiar. En primer lugar, está la coordinación “o sincronización, que es algo que sucede cuando dos personas oyen o tocan música juntos”, argumentan. “Cuando escuchas música con tus padres suele ir relacionado con bailar o cantar juntos, lo que te hace que te guste aún más esta actividad”. El otro elemento es la empatía o, lo que es lo mismo, entender las emociones del otro a través de una canción. Eso sí, los autores determinaron que tenía más peso la coordinación, el realizar una actividad conjunta, en la futura relación entre padres e hijos.
Y no hay que volverse loco pensando en millones de actividades complicadas musicales. “Actividades simples, como escuchar música en el coche juntos puede tener un mayor impacto que montar una banda musical en el garaje de casa”, explican. Investigaciones futuras deberían valorar las diferencias entre actividades musicales formales e informales. De momento, “pedimos a los padres que aumenten sus actividades musicales con sus hijos, especialmente con los adolescentes, e incluso que sean ellos los que controlen de ahora en adelante la radio del coche”.
“Para aquellos que acaban de ser padres o tienen niños muy pequeños, deben pensar a largo plazo qué tipo de relación quieren tener con sus hijos. No significa que escuchar o compartir música vaya a conseguir que tengamos relaciones perfectas con ellos, pero es cierto que cualquier progenitor que quiera mejorarlas, esta puede ser una manera muy buena de hacerlo”, concluyen.
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