Ignacio Bravo Martín, único español en el torneo celebrado en Kuala Lumpur (Malasia) este domingo, ganó el título en su categoría (nivel 5 de un total de 10)
Se llama Ignacio Bravo Martín, tiene ocho años, vive en Toledo y se desconoce cuál es su coeficiente intelectual porque no le han hecho ninguna prueba. Sin embargo, desde este domingo es campeón del mundo de cálculo mental en su categoría (nivel 5 de un total de 10). Nacho ganó el título en el campeonato organizado por Aloha Mental Arithmetic en Kuala Lumpur (Malasia), donde ha sido el único español entre 600 niños de 13 países.
«En la prueba no he estado nervioso. Luego, antes de los premios, me he aburrido mucho, porque me han dejado en una sala con niños chinos y no podía entenderme con ellos. Entonces, he cogido una goma de borrar y me he puesto a jugar con ella», contaba el chavalín a ABC en conversación telefónica momentos después de conocerse que había logrado su proeza. El pequeño toledano completó 67 de los 70 cálculos matemáticos que los participantes debían resolver en un máximo de cinco minutos, aunque reconoce que no sabe cuántas operaciones fueron correctas.
Nacho ha viajado a Malasia acompañado de sus padres, Carlos y Elvira, ambos enfermeros (él es el director del centro de tratamiento a drogodependientes «El Alba», en Toledo), que prácticamente se han tenido que costear de su bolsillo el viaje. Apenas han obtenido la ayuda económica de dos patrocinadores: Ideac y CITA. La primera empresa se preocupa de desarrollar las actividades innatas de los niños y la segunda trata a personas con déficit de atención o autismo, entre otros trastornos, con terapias realizadas con animales.
A Nacho siempre le ha gustado hacer cuentas. Hace tres años, en el colegio público Valparaíso, en Toledo capital, donde acaba de cursar segundo de Primaria con buenas notas presentaron el proyecto Aloha como actividad extraescolar. «Un programa de desarrollo mental, dirigido a niños de entre 5 y 13 años, con el que se potencian habilidades tan importantes como la inteligencia lógico-matemática, la atención y concentración, la memoria fotográfica, la creatividad y la imaginación, la orientación espacial o las habilidades analíticas», contaba su padre Carlos a ABC hace unas semanas. «A Nacho le gustaban las cuentas y encajó muy bien. Nos dimos cuenta de que estaba contento con el cálculo mental y, al final del primer curso, participó en el campeonato provincial. Se esforzó en querer tener su copa y su medalla, y ganó», recuerda con orgullo su padre.
Este año, coincidiendo con que padres tenían vacaciones, Nacho viajó hasta Mallorca para participar por primera vez en el campeonato nacional. Finalizó segundo la competición y la organización propuso a los padres que Nacho acudiera al Mundial de Kuala Lumpur. Después de pensarlo durante unos días, los progenitores aceptaron y el resto ya está contado. «Nosotros le hemos dicho que viva el momento en un continente y en una ciudad diferentes», le decían sus padres a Nacho antes de coger al avión. «Estoy muy contento», reconocía el chaval este domingo, con una bandera de España a la espalda, su medalla al cuello y la copa que le acredita como campeón del mundo bien agarrada en su mano izquierda.
VIA: http://www.abc.es/
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