Si confiamos en la biografía de William Stukeley, amigo personal de Newton, conservada por la Royal Society de Inglaterra, la anécdota de la manzana podría ser verdad. Cuenta Stukeley que luego de cenar en la casa de su amigo y para refrescarse, salieron al jardín a beber té bajo la sombra de árboles de manzana. El me dijo que fue en la misma situación cuando la noción de la gravitación vino a su mente. Fue ocasionada por la caída de una manzana mientras estaba en un estado contemplativo. ¿Por qué la manzana siempre desciende de manera perpendicular al suelo?, pensó.

Newton, boquiabierto, miró al cielo sorprendido
y, con verdadera gravedad,
fue testigo de la caída vertical de la manzana.
¡Qué maravillosa observación!
¿Quién hubiera adivinado que tan pedestre milagro podría alterar la historia,
y que, desde entonces, todos, cualquiera que fuera su rango, debían caer a treinta y dos pies por segundo, cada segundo?
Dannie Abse
VIA: listas.20minutos.es