Las matemáticas suelen ser el caballo de batalla para los niños en el cole. ¿Por qué se les atragantan los números a los niños en la escuela? La fama precede a esta asignatura de ciencias y “como tienen el mito de ser difíciles, algunos niños se escudan en ello y no se esfuerzan, con la justificación de que son complicadas. Pero, no hay niño que no aprenda, sino un profesor que no sabe enseñarle. Está en manos de los maestros conseguir que los niños dejen de tener miedo y se abran al aprendizaje de las matemáticas, divirtiéndose y sintiendo que pueden adquirir y controlar los conceptos matemáticos que se encuentran en todo lo que hacemos en la vida, por lo que les va a resultar de gran utilidad”, explica una profesora de primaria, que opta por permanecer en el anonimato.
Los números tienen fama de resultar aburridos para niños y jóvenes en colegios e institutos. “Cuando estaba en primaria me resultaban más aburridas y complicadas, ahora en la ESO, lo llevo un poco mejor, pero también porque tengo una profesora particular de la asignatura en casa. Lo que menos me gusta es el cálculo, me parece aburrido y me fastidia que no me salga el resultado. Las clases no son divertidas y muchas cosas no sé para qué me van a servir cuando sea mayor, porque si existen las calculadoras no entiendo para qué tengo que aprender cómo hacer raíces cuadradas. Las clases deberían ser más prácticas y didácticas; no tan mecánicas. Me gustaría que hiciéramos juegos matemáticos y nos explicaran cosas que nos sirvieran de adultos, como hacer la declaración de la renta,” explica Daniella Blaya, estudiante de 3º de la ESO en Madrid.
¿Qué falla en la enseñanza académica de las matemáticas para que muchos estudiantes opinen lo mismo que la joven Daniella? “Esta asignatura está mal planteada porque se parte desde los conceptos abstractos y lejos de lo cotidiano. La matemática es manipulativa; está viva y hay que tocarla, moverla y vivirla. La repetición de tablas, sumas, restas, multiplicaciones o fracciones sin sentido frenan el aprendizaje y alejan del conocimiento debido a la facilidad de cometer errores. Hay que partir desde donde está el alumno para llevarle al aprendizaje que debe hacer y enseñarle la magia de los números”, explica la profesora anónima de primaria.
Quien suspende matemáticas ¿es mal estudiante?
El dicho popular El que vale, vale y el que no para letras, además de denostar el conocimiento que no es matemático, que enriquece la cultura humana de manera determinante, resulta un reflejo del planteamiento social rígido y educativo sobre el conocimiento intelectual. “La música, las artes, la educación física o la filosofía son disciplinas muy necesarias e importantes. Las matemáticas y la lengua necesitan de ellas para ser aprendidas. De hecho, el minimizar su relevancia y potenciar las matemáticas y la lengua de forma aislada ha sido una de las causas principales de este panorama actual de bajos resultados del alumnado en ambas materias ”, comenta María José Lladó Sánchez, psicopedagoga del centro ACIMUT y orientadora psicopedagógica de la editorial Kolima.
Encontrar el potencial y talento de cada niño es fundamental para orientarle de manera adecuada ante su futura actividad profesional. Todos no somos buenos en matemáticas, pero “seguro que lo eres en otras asignaturas. Cada alumno tiene unos dones y habilidades. Descubrirlos y desarrollarlos es parte de la tarea educativa, que es integradora. Ya hemos visto el coste de aislar las matemáticas de las demás disciplinas. Cambiar y visibilizar la importancia de todas las habilidades en las materias educativas e interrelacionarlas es fundamental”, añade la psicopedagoga.
Ayudar a los niños en casa con las matemáticas
Cuando los niños no están llamados por el camino de las matemáticas y se les hace cuesta arriba aprobarlas se les puede echar una mano desde casa con propuestas como las que indica Nuria Ballesteros González, profesora del Instituto Joaquín Turina de Madrid y licenciada en Matemáticas:
- Un cuaderno bien organizado con lo que el profesor explica en clase resulta muy útil para no perderse en un mar de números.
- Escribir el desarrollo que el profesor hace de los ejercicios en clase.
- Adquirir la costumbre de hacer los ejercicios que se mandan para repasar en casa. No importa que salgan mal. La cuestión es trabajar el hábito de pensar de forma matemática y hacer el esfuerzo. Lo incorrecto, se corrige en clase.
- A la hora de preparar exámenes, ayuda tener un esquema sobre los contenidos o el tipo de ejercicios que tienen que hay que saber.
- La concentración es fundamental para que las cuentas salgan. Las matemáticas requieren comprender bien los razonamientos y para conseguirlo se requiere la atención que permita el desarrollo del pensamiento abstracto. No obstante, cada niño desarrolla estas capacidades a una edad diferente.
- El apoyo y el ánimo sin presión cuando el niño suspende las matemáticas es básico para evitar estrés y que los números no se conviertan en un trauma para el resto de su vida.
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