Y por fin ha llegado, el post del comienzo del buen tiempo, ahora no hablaremos de toses y mocos, ni de cuadros infecciosos varios; ahora hablaremos de esos bichitos malos que abundan en verano, y que nos pican y hacen pupa. Intentaremos hablar de los más comunes y de los más temidos, hablaremos de si es posible prevenirlos de algún modo y que podemos hacer si no hemos podido evitar su ataque.

Comenzaremos por el rey indiscutible de los veranos, vendría a ser como ese tema estrella que se baila cada verano, y que se escucha una y mil veces, el problema es que a los mosquitos no llegamos a acostumbrarnos, aunque terminamos odiándolos de la misma manera que a la canción del verano.

Mosquitos, como hemos dicho reyes indiscutibles, no hay quien les gane por pesados y por cansinos y por dolorosos, y da la impresión de que cada verano vienen con más ganas y fuerza. A la hora de prevenirlos es complicado, da la impresión de que nada podemos hacer, aunque hay algunos consejos que hay que tener en cuenta:

  • Evitar aguas estancadas, intentar evitarlas de cualquier manera (cubos, contenedores, bebederos de agua para mascotas, etcétera). La piscina debe tener un proceso de depuración periódico si no se convertirá en su balneario particular, de la misma manera las fuentes (siempre en funcionamiento o no tener). Si en nuestro pueblo vemos alguna zona con agua estancada es correcto avisar al ayuntamiento, aunque en principio es una tarea que vigilan especialmente en verano.
  • Mosquiteras de toda la vida en las ventanas, se han usado siempre y van muy bien más a más podemos usar si se nos ha colado alguno mosquiteras sobre las cunas o camas de estas que cuelgan, a los peques de la casa les encantarán.
  • Repelentes cutáneos, aquí está muy claro cuál es el aconsejado según la edad, aunque hay que decir que no todos cubren todos los bichejos que nos acechan, por ejemplo la citronela solo nos previene de los mosquitos, el IR3535 también lo hace con las moscas y los tábanos, el citrodiol cubre el mosquito y el mosquito tigre, la piretrina abarca mosquito, mosca, tábano, garrapata, chinches y zika, el icaridin incluye mosquito, moscas y garrapatas y finalmente el DEET cubre mosquito, mosca, tábano, garrapata, chinches y zika.
  • Lo natural está de moda, el problema es que todo lo que podamos hacer tiene muy corta duración y no será tan efectivo como lo químico, en mi modesta opinión son un complemento. Puedes cortar limones por la mitad e introducir semillas de clavo de olor en la piel procurando que la parte gruesa de la semilla quede al aire. Coser hojas de eucaliptus y poner el agua resultante en botecitos en habitaciones, frotar albahaca o manzanilla sobre la piel o colocar plantas de albahaca, geranios, citronela junto a las ventanas. También puedes mezclar 100 ml de aceite de almendras dulces con 20 gotas de esencia de albahaca y 20 gotas de esencia de geranio. Apto para niños y bebés.

Aplicación de repelentes

Es muy importante tener en cuenta que distanciar la aplicación de estos repelentes unos 30 minutos después de la aplicación del protector solar.

BEBÉS: sólo pueden usar compuestos que lleven citronela (no confundir con citrodiol que es a partir de los 2 años). Esta tiene una duración de acción limitada de alrededor de unas 6 horas, se aplica en el cochecito o en la ropa.

NIÑOS DE 1-2 AÑOS: citronela y repelente de nombre IR3535 (), tener cuidado con los ojos y las mucosas y no aplicar el aerosol sobre la cara

NIÑOS DE 2-12 AÑOS: citronela, IR3535, citrodiol al 40%, piretrina infantil 0,8%, DEET al 30%

MAYORES DE 12 AÑOS: citronela, IR3535, citrodiol, piretrina 1,2%, icaridin y DEET máximo al 50%

Mención aparte merece el árbol de té, de efectos no demostrados y con varios episodios de toxicidad local y por ingestión accidental, recalcar sobre todo que está contraindicado en menores de tres años.

En cuanto a otros aparatejos (los hay miles, algunos con dudosa eficacia, hablaremos sobre todo de las pulseras, que suelen ser más cómodas que otra cosa y que nos ayudan por ejemplo si se van de colonias o están haciendo una actividad durante el verano dónde no nos podamos asegurar que les pongan el repelente, o simplemente como un complemento al repelente convencional pero no sustituyen otra actividad preventiva, ya que tienen poca duración; esto quiere decir que las primeras horas pueden estar medianamente protegidos pero luego no(habría que cambiar la pastilla bastante más frecuente de lo que recomienda el fabricante, y nos salde carísima la protección de esta manera)

En cuanto a aparatos que emiten vibración y basándonos en que las que pican son las mosquitas, parecería que emitiría un zumbido similar al que produce el macho con su aleteo por lo que así las hembras se espantarían (sobran comentarios acerca de ese comportamiento del mundo mosquiteril), personalmente creo a las mosquitas les va la marcha porque este aparato se ve que no les asusta en absoluto, en realidad los estudios que he encontrado dicen que las mosquitas son un poco sordas y al ultrasonido no le hacen ni caso

Una vez han picado el tratamiento se basará en frio local (el hielo tiene un efecto anestésico y antiinflamatorio potente, estoy convencida que está totalmente infravalorado, se piensa antes en un medicamento que en la bolsa de guisantes del congelador).

En el mercado también existen pomadas con cierto efecto calmante del picor que se pueden tener a mano como complemento del frío. (cuidado con algunas que son fotosensibilizantes, esto quiere decir que aplicadas y expuestas al sol pueden provocar una reacción en la piel)

En caso de que haya dado una reacción más o menos importante (las picaduras de mosquitos no dan alergia), se podrá acudir a la aplicación de pomadas con corticoides de baja potencia o pomadas con antibiótico en caso de que se haya sobreinfectado la herida. Si hay mucho picor en casos ocasionales puede ser necesaria la administración de antihistamínicos por vía oral.

Si hay dolor en la zona de la picada que no se resuelve con calmantes locales se puede acudir a la administración de ibuprofeno o paracetamol.

Pulgas, sobre todo cuando vamos al apartamento de playa cerrado todo el año o a sitios con poca ventilación y poco recambio, granjas con animales o casas de colonias. ¡A veces cuesta identificarlas y no se sabe bien que es lo que ha picado, lo que está claro es que pica y mucho! Normalmente van en fila, esto quiere decir que hay varios seguidos como haciendo un recorrido. No tenemos prevención, pero se tratarán al igual que otras picaduras.

Abejas y avispas: Aquí hay que ponerse muy serio porqué así como las picaduras de los mosquitos pueden ser molestosas pero no tienen ninguna consecuencia más seria que una inflamación o un poco de sobreinfección de la herida, las picaduras de abejas o avispas en personas alérgicas pueden llegar a producir la muerte por anafilaxia. Por lo que en caso de tener la certeza de alergia a estos insectos siempre hay que tener presente antes del verano de tener los autoinyectores de adrenalina a mano y sin caducar.

Medusas. Tengo que reconocer que me parecen los seres más desagradables, no puedo con ellas, esa gelatinosidad, esa forma de atacar tan cobarde. En fin les tengo un odio particular, además cuando alguien avisa de que ha visto alguna inmediatamente sé que me ha fastidiado el día de playa porque no pienso ni acercarme a mi querido Mediterráneo.

Debemos hacer mención aparte a una visitante de estos días y que tiene un nombre encantador la “Physalia physalis” o más conocida como carabela portuguesa (embarcación que navega por las zonas del océano Índico y Pacífico mayormente pero como aquí somos más moles se acerca por estas tierras a ver que tal y es por eso por lo que poco antes del verano se la puede ver en prácticamente en toda la franja mediterránea).

Son unos organismos que en sí mismos no son medusas, no tienen capacidad de nadar y se dejan arrastrar por las corrientes y vientos. A diferencia de las medusas su forma no es la de una campana con tentáculos si no es como una especie de bolsa con muchísimos tentáculos por abajo muy urticantes, con un veneno muy potente. Este veneno en sí no es mortal, pero puede afectar de forma grave a niños pequeños y personas alérgicas. Normalmente, llegan a nuestras playas muertas, pero no se deben tocar ya que la toxina tiene actividad hasta incluso dos días después de su muerte. El tratamiento es el mismo que para una picadura de medusa normal y lo encontraréis más adelante.

La manera de evitarlas sería que alguien diera la voz de alarma o que haya una bandera que indica que hay medusas y que los socorristas de la playa en cuestión nos digan que intentemos evitar el baño. Aún así con niños es muy difícil y terminarán en el agua día sí día también, por lo que iremos directamente a los consejos.

  •  Lavar la zona con agua de mar o suero salino, pero no restregar y nunca con arena.
  •  Retirar los tentáculos adheridos con una tarjeta de crédito, plástico o similar, no con pinzas porque se rompen y pueden quedar.
  •  Aplicar si se puede bicarbonato al 50% con agua del mar.
  •  Aplicar hielo en una bolsa durante 10 o 15 minutos.
  •  Valorar si hace falta dar antiinflamatorios para el dolor o por la extensión o bien aplicar cremas con corticoides que son antiinflamatorias también.
  •  Si los síntomas persisten no dudes en acudir a urgencias.
  •  No usar nunca agua dulce, alcohol, jabón u orina. El vinagre tampoco se debe usar solo es para algún tipo de medusa.

Recomendaciones extraídas de la infografía fantástica realizada por @boticariagarcia que nos los explica perfectamente. Aquí les dejo el enlace para que lo podáis consultar

Espero que tengáis ahora un poquito más idea de cómo actuar frente a las amenazas veraniegas, recordad sobre todo la importancia de la protección solar y de los repelentes adecuados en caso de viaje o de encontrarnos al aire libre.

*Andrea Masiá, pediatra y administradora de la página El médico de mi hij@. 

Yo quiero que el niño haga baile. El padre, que vaya a ajedrez. Ya, ya sé, hay que preguntarle al niño, pero después. Si no, de qué vamos a discutir, ¿del procés? Para un rato que tenemos a solas…

Total, que como la mayoría de los padres con niños pequeños de la España silenciosa y también de la locuaz, acabamos discutiendo de las extraescolares, porque tiene 5 años y ya es casi septiembre

“El ajedrez favorece la concentración, fomenta el cálculo y el razonamiento lógico”, argumenta el padre. “Katy Perry”, digo yo. Zasca.

Entonces llegan los golpes bajos: “Será más bien Philip Glass y un montón de niñas”, dice él, “a ajedrez van sus amigos”. Uf, el género no me lo toques, contraataco: “Todos los adultos que conozco que juegan al ajedrez no lo hacen con sus amigos, sino frente al ordenador con un señor ruso al que no conocen porque NO SABEN BAILAR (y no miro a nadie)”.

Me envalentono. “Bailando ligas, bailar te hace feliz… ¿Qué quieres, que sea un nerd?, ¿¡Que se la pase mirando la pista acodado en la barra del bar de la vida!?”, digo con una dramática pirueta.

“Tiene 5 años”, responde. Touché.

Avergonzada, siento que me he convertido momentáneamente en una de esas madres que creen que todo lo que haga ahora el niño tendrá una repercusión clara en su vida adulta. En Estados Unidos hasta las guarderías se venden a los padres con el porcentaje de exalumnos (¡de tres años!) que acaban en universidades de la Ivy League. Qué presión. Para conseguir que los pequeños sean admitidos en el primer escalón de la élite, los padres tienen que escribir sofisticadas cartas de solicitud: La pequeña Jennifer lleva desde los seis meses apuntada a impresión 3D, se sabe la letra de Frozen y ya se limpia el culo sola, nivel usuario… Hay algunos que han llegado a presidente del mundo libre con menos de eso.

En mi época, pleno régimen del 78, había basket, teatro, inglés… pero las extraescolares que más molaban eran judo (tu kimono, ¡kia!) y ballet. Yo no hice ninguna, quizás por ello me apetecen todas las que leo que existen ahora: yoga, cocina ecológica, fotografía, mindfulness, funky, autoprotección femenina, golf, reggaetón, conversación en chino, lego-robótica, patinaje en línea, periodismo de investigación. En serio, periodismo de investigación, hasta esa me apetece.

En el fondo lo que me gustaría es que las extraescolares fuesen lo que se da en horario lectivo. Que las familias no apuntásemos a los niños sobre todo porque no hay Cristo que concilie. Y que el día a día de mi hijo de 5 años en el colegio público del barrio consistiese en hacer clase de capoeira y después iniciación al cómic. Y, puestos a pedir, me gustaría que el mío también.

Al final, le preguntamos al niño si prefería hacer danza o ajedrez. Y le apuntamos a las dos porque es el que manda en casa. La verdad, no creo que ninguna tenga una repercusión clara en su vida adulta, pero espero que en ambas aprenda que para que las cosas salgan bien es necesario ponerse en el lugar del otro, ya sea este un contrincante o una pareja de baile.

https://elpais.com/elpais/2017/10/06/mamas_papas/1507288461_469290.html?rel=mas

Inquietud, dificultad para mantener la atención e impulsividad definen a grandes rasgos lo que se conoce como Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), una alteración cuya existencia se ha popularizado desde finales del siglo XX pero sobre la que no hay consenso en cuanto a los propios criterios diagnósticos, lo que provoca, según Marino Pérez Álvarez, catedrático del Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y colaborador del Consejo General de la Psicología de España, la disparidad actual de cifras en cuanto a su incidencia.

“El diagnóstico no se basa en cuestiones objetivas sino que se centra en criterios laxos del tipo “se distrae a menudo” o “a menudo se mueve mucho”, por lo que el diagnóstico va a depender de la guía que se utilice. De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de la Sociedad Americana de Psiquiatría (DSM), el más utilizado, habría del orden del 7-10% de niños con TDAH, pero si tomamos el sistema de la Organización Mundial de la Salud, con criterios más restrictivos, habría un 3-5%. Esta disparidad de criterios explica que en unas comunidades, ciudades, centros escolares o centros de salud haya una u otra incidencia. El problema está en los criterios, no en la población”, explica Marino Pérez.

La patologización de la infancia

La falta de criterios objetivos que permitan distinguir entre un comportamiento que pueda ser definido como “normal” de uno que presente verdaderamente una patología hace que el TDAH sea una cuestión muy compleja de abordar y que en muchas ocasiones pueda desembocar en una patologización de comportamientos o problemas normales de la infancia. Para Alma García, neuropsicopedagoga especializada en crianza y desarrollo y problemas del aprendizaje, mientras se siga usando el DSM como guía diagnóstica todo se reducirá a enfermedades. En su opinión, sin embargo, el TDAH “es una amalgama de comportamientos normales de niños subidos de potencia que sirve para tranquilizar a los adultos”. Un ejemplo, para la experta, es el hecho de que “se considera como un dato a tener en cuenta para establecer diagnóstico el rendimiento en el colegio. Es decir, si el niño, para el mundo adulto diseñado por el adulto con criterios del adulto, hace lo que toca cuando toca”.

MÁS INFORMACIÓN

En la actualidad conviven tres posiciones con respecto al diagnóstico del TDAH. La primera posición mantiene que es un trastorno infradiagnosticado. En ella se sitúa Iker Agirrezabalaga, psicólogo y colaborador de la Asociación de Déficit de Atención con Hiperactividad de Guipúzcoa (ADAHIGI): “Si tomásemos como referencia la población escolar hasta la ESO en España y calculásemos el 5% que sostiene la OMS estaríamos hablando de una población afectada de 331.483 niños y adolescentes. Y eso sin tener además en cuenta la población adulta. Es evidente la inexistencia de tal número de diagnósticos”.

Otra corriente habla de sobrediagnostico. Y una última posición, por su parte, niega la entidad clínica del TDAH. Es la que defiende Marino Pérez, cuya opinión comparten profesionales como Richard Saul, neurólogo estadounidense autor del libro El TDAH no existe, o Sami Timimi, psiquiatra infantil británico que habla de ayudas a las familias y docentes sin necesidad de pasar por un diagnóstico. Pérez, coautor de Volviendo a la normalidad: la invención del TDAH y el trastorno bipolar infantil (Alianza, 2013), un libro que desmitifica estos trastornos incide en que no existe ninguna prueba neurológica ni de ningún otro tipo que sirva para establecer el diagnóstico, lo que no quiere decir que no sea cierto lo que refieren los padres y los profesores, sino que “tales comportamientos no cualifican como una enfermedad. Puede ser un problema y como tal problema requeriría las ayudas necesarias, pero ocurre que problemas reales se patologizan y estigmatizan, y entonces el remedio es peor que la enfermedad, que ni siquiera existe”.

Una excesiva prescripción de fármacos

La falta de consenso con respecto al diagnóstico y a la propia conceptualización del trastorno conlleva también la disparidad de posturas frente al mejor tipo de intervención. En 2010, el psiquiatra Alberto Lasa-Zulueta y la psicóloga Cristina Jorquera-Cuevas concluían en la Evaluación de la situación asistencial y recomendaciones terapéuticas en el TDAH, “la excesiva prescripción de fármacos con una eficacia dudosa, que pueden resultar muy perjudiciales para el desarrollo”. De hecho, pese a las recomendaciones de diversos organismos internacionales de establecer un tratamiento farmacológico “solamente con posterioridad a la tentativa de otro tipo de tratamientos psicopedagógicos y/o conductuales”, estudios recientes confirman un aumento alarmante en el número de prescripciones de psicofármacos.

Para Iker Agirrezabalaga “la información que dan los estudios y las guías clínicas basadas en evidencias es clara respecto a cómo se ha de evaluar, diagnosticar y tratar este trastorno”. Al respecto añade que en España existen guías consensuadas de práctica clínica e intervención (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad 2010, 2017) en las que se recomienda “una intervención multidisciplinar, es decir, una intervención psicológica o/y psicosocial, psicopedagógica y en casos más graves incluso farmacológica. Estas intervenciones en el caso de los niños han de involucrar a la escuela y los padres. Sin embargo, a veces no es posible consensuar tratamientos con algunos profesionales que afirman no creer en la existencia del TDAH, como si fuese una cuestión de fe”.

Otras guías, como la Guía de Práctica Clínica para el TDAH del Instituto Nacional de Salud y excelencia clínica (NICE) de Reino Unido, proponen la intervención psicosocial frente a la farmacológica. Para Marino Pérez, estudios recientes muestran que la intervención multidisciplinar planteada por Agirrezabalaga no funciona: “La medicación es meramente sintomática sin estar corrigiendo ninguna condición neuroquímica que no existe. Por otro lado, cuando se da medicación, las demás ayudas no se aplican con esmero: los padres y profesores se implican menos al confiar todo a la pastilla para la supuesta enfermedad y los propios niños no aprenden: si se portan “mal” es por la enfermedad y si “mejoran” es por la medicación. El que la recomendación sea la combinación, se debe al sesgo biomédico de las guías. Además, el “tratamiento combinado” es un buen eslogan para vehiculizar la medicación”. Sorprende al psicólogo que profesionales de ciencias de la educación y de la psicología sostengan la noción médico-clínica y la medicación, en detrimento de ayudas escolares y familiares que serían las más apropiadas al problema. “Los profesionales de la educación parece que renunciaran a su propia ciencia en favor de la “solución fácil” cortoplacista de la medicación, fomentando la exclusión como es la dicotomía entre niños con TDAH y niños sin TDAH”, lamenta.

Concluye Alma García que la generalización de fármacos “no es buena en ningún caso, con ninguna enfermedad ni con ninguna situación normal en la vida. Los médicos prefieren que los abuelos salgan a andar y se ahorren pastillas del corazón, que las personas saturadas hagan vida social y se ahorren pastillas para la depresión, que las personas estresadas se relajen bajando el ritmo. En cambio, los comportamientos de los niños más “movidos” molestan mucho, y una pastilla que lo controle se presenta como la solución ideal. Hablamos de anfetaminas; un fármaco que modifica el cerebro, que lo altera y lo cambia para siempre. Es cierto que el tratamiento farmacológico puede llegar a ser la salvación mientras se trabaja la problemática desde otras perspectivas, entiendo que hay familias realmente agotadas, por eso debería haber un trabajo anterior a la medicación muy amplio, profundo e interdisciplinar y que los fármacos fueran la última opción. Lamentablemente, esto ocurre en pocos casos”.

https://elpais.com/elpais/2018/05/22/mamas_papas/1526997255_857278.html?id_externo_rsoc=FB_CM

El porcentaje de jóvenes que hacen un uso abusivo de las nuevas tecnologías en España ha aumentado de un 16% a un 21% de 2015 a 2017, según ha desvelado en una entrevista con este diario el delegado del Gobierno para la Estrategia Nacional de Adicciones, Francisco Babín. «Hay una preocupación social evidente a la cual hay que dar respuesta: uno de cada cinco chicos y chicas de 14 a 18 años está haciendo un uso inadecuado de Internet», ha explicado. Estos datos forman parte de la Encuesta Estatal sobre uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias(Estudes) 2016-2017, que se presentará públicamente esta semana.

  • Uno de cada cinco jóvenes de 14 a 18 años utiliza de manera abusiva las nuevas tecnologías

Babín ha subrayado que un uso compulsivo de las nuevas tecnologías no es necesariamente una adicción: «Es un uso medido por una escala previamente validada que nos dice que son chicos o chicas que pueden acabar desarrollando problemas si continúan con esa forma de uso de las nuevas tecnologías». Son los propios jóvenes los que en las respuestas a las preguntas de la encuesta afirman que no pueden parar de navegar cuando se lo habían propuesto, que cuando no tienen acceso a Internet sufren ansiedad, que han perdido interés por el estudio o que las relaciones familiares y con sus amistades se han deteriorado por el uso de las nuevas tecnologías.

Pese a que «aparentemente» el uso inadecuado va en aumento, Babín ha subrayado que cuando solo se tienen dos puntos de corte hay que hablar del crecimiento con prudencia. «No es como otras series de datos que tenemos desde hace más de 20 años que nos permiten decir con seguridad lo que aumenta y disminuye», ha declarado.

Pero reconoce que hay una problemática, que «puede devenir en que estos jóvenes se hagan mayores y empiecen a racionalizar ese uso o que sean de esa pequeña proporción de chicos y chicas que acaban recibiendo un tratamiento porque desarrollan una adicción». Para evitar que ocurra esto último, el Ejecutivo ha incluido por primera vez las adicciones sin sustancia como las nuevas tecnologías, los juegos online y los videojuegos en la Estrategia Nacional de Adicciones. Entre otras medidas, se está trabajando en la elaboración de un real decreto, que verá la luz en los «próximos meses», para regular la publicidad de los juegos de apuestas en espacios y actividades dedicadas a menores de edad. Además, se ofrecerán programas de «probada eficacia» para las familias y escuelas que permitan instruir mejor a los jóvenes en el uso de las nuevas tecnologías.

https://elpais.com/tecnologia/2018/03/01/actualidad/1519916130_190614.html

Cuantas veces hemos dicho “Estás haciendo de este problema un mundo”, “no es para tanto” o “cambia la forma de pensar y se va a arreglar”…

No sabemos exactamente si esas frases han ayudado o no, pero a veces alguna actuación de los demás nos desespera y no sabemos cómo hacerles ver que una actitud tan negativa está empeora el problema, en lugar de arreglarlo.

Lo mejor que podemos hacer cuando el problema no nos atañe a nosotros es la escucha, eso nos dará la información para llegar a saber porqué realmente ese problema le afecta tanto y así, desarrollaremos la empatía en base a lo que conocemos.

Es una buena actitud respecto a los demás pero… ¿Qué pasa cuando las situación desagradable la estoy viviendo yo?

Cuando alguno de nosotros vive una situación desagradable y la afronta, de ese primer afrontamiento del problema o de ese choque inicial va a depender que lo “procesemos” mejor después.

Una vez más, va a depender claro está del apoyo social con el que contemos y de unas estrategias psicológicas que cada uno de nosotros podemos poner en marcha para lograr sufrir menos y llegar a estar bien lo antes posible.

Mujer triste apoyada en su brazo

Problemas vitales y afrontamiento

La vida golpea a veces demasiado fuerte. Si es algo inesperado, quizás todos nuestros recursos personales y espiritualesno estén preparados y no podamos enfrentar adecuadamente el dolor.

En esas situaciones aparece el estrés. Al no ser abordadas correctamente las emociones en un principio porque nos han sobrepasado, la situación de malestar puede prolongarse.

Por no saber encajar desde el principio y de forma adecuada un problema en nuestra vida, creemos que hemos perdido el control sobre él y lo analizamos muy negativamente, como si las secuelas fuesen a ser irreversibles y el daño no se pudiese revertir o aminorar.

Hemos convertido inconscientemente nuestra situación en algo peor de lo que en principio era. No pasa nada, vamos a buscar esos recursos que nos faltaron tras ese impacto inicial para hacer frente a la situación actual con mayor empoderamiento. Vamos a “desdramatizar”.

“Recuerda siempre que eres más grandes que tus circunstancias, eres más que cualquier cosa que te pueda ocurrir.”

-Anthony Robbins-

Pasos para desdramatizar un problema

Intenta:

  • Leer información veraz que deje de lado el catastrofismo.
  • Rodearte de personas que han vivido algo parecido y que ya no están afectadas por ese suceso o problema que ocurrió en sus vidas. Habla con ellas, y quédate con lo útil para ti.
  • Busca el cariño, no finjas no necesitar apoyo emocional, porque un engaño no puede mantenerse mucho tiempo y tu malestar puede salir a la superficie cuando menos te lo esperas.
  • Es el momento de la gratitudAgradece todo lo que tienes porque será el estímulo y la base donde apoyarte para levantar y seguir caminando.
  • Da un repaso a tu historia y a situaciones familiares vividas con anterioridad.Identifica qué te ayudó y qué te perjudicó para poder pasar la página por completo.
  • El tiempo es tu aliado, pero no quieras “rebobinar hacia delante”. Él tiene su ritmo para hacer que la herida cure, no se puede imponer el que nosotros deseamos, sino dejar que actúe conforme necesitamos.
  • Deja de “rebobinar hacia atrás”, de situarte continuamente en el momento anterior a que ocurriera el problema. No conseguirás nada, no cambiarás nada. Solo cuentas con este tiempo actual para hacer cambios.
  • Practica la humildad en tu vida. Vas a aprender mucho de lo sucedido solo si no adoptas una actitud arrogante o vengativa. Recuerda que superando todos estos baches, llegará un momento en el que digas que ” De tantopasarlo mal, ahora solo disfruto de la vida”.
Mujer vestido rojo mirando amanecer

De los problemas, se aprende. De los dramas no

Nadie es sabio ni vidente en esto de saber vivir bien, solo se empiezan a tener claras algunas cosas cuando ya las hemos vivido. Ahora es tu momento para sacar lecciones que te ayuden ante el próximo tropezón inevitable.

Recuerda que por mucho que corras tu verdadero yo siempre te alcanza. Así que no adoptes una actitud fingida que pronto se desmoronará.

Que esa historia pasada se adapte a tu personalidad, a tus valores a tus cogniciones a la hora de integrarla en tu mente. De esa forma, podrás continuar con su huella sin que duela y sin fingir.

Por todo ello, no caigas en el drama y el victimismo reiterativo a la hora de enfrentar tus problemas… aunque a veces quieras abrazarlos porque parecen el único alivio inmediato.Te pondrá las cosas más difíciles en un futuro, que es lo que inmediatamente a todos nos toca vivir.

“Deja de hablar y de pensar. No habrá nada que no serás capaz de conocer.”

-Sosan-