En España, según un informe de Ditrendia, en el 2016 el 87% de los móviles ya son dispositivos inteligentes, lo que implica que aunque puedan usarse para llamadas telefónicas (cada vez menos), se utilizan más para otras tareas como pueden ser:
- Correo electrónico y mensajería instantánea.
- Acceso a redes sociales.
- Cámara de fotos.
- Acceso a banca online.
- Aplicaciones de compra/venta.
- Navegación y búsquedas web.
- Aplicaciones para contactos personales y profesionales.
- Mapas, geoposicionamiento y viajes.
Uno de los mayores problemas que solemos tener con nuestro smartphone es el robo o pérdida del mismo, y esto nos supone, por un lado el coste de reposición del dispositivo y por otro, la pérdida de la información almacenada en el dispositivo y fuga de datos, personas desconocidas podrán acceder a dicha información si no teníamos implementadas unas medidas de seguridad preventivas en el teléfono.
La cuestión es que en nuestro dispositivo almacenamos una gran cantidad de información personal e incluso profesional, como por ejemplo contactos, lista de llamadas, temas tratados en mensajes SMS y a qué horas han sido enviados o recibidos, conversaciones de chat, fotos, vídeos, redes wifi a las que nos hemos conectado, correos electrónicos, etc.
Además, las aplicaciones que hayamos instalado en nuestro dispositivo, seguirán contando muchas cosas sobre quiénes somos y nuestro día a día: banca electrónica, compraventa de artículos de segunda mano, portales de compra online, redes sociales, aplicaciones para contactos personales, aplicaciones de contactos profesionales, juegos, etc. ¡Qué cantidad de información proporciona nuestro smartphone sin ser conscientes de ello! Si a esto le sumamos que para acceder a las aplicaciones instaladas no hace falta meter la contraseña cada vez que las usamos, cualquier persona que acceda a nuestro móvil desbloqueado, podrá acceder a toda la información personal que éstas manejen, y no solo eso, sino que además podrían suplantarnos, y robar nuestras cuentas (si tiene acceso al correo electrónico del usuario y al dispositivo, cambiar las credenciales de acceso no es complicado en la mayoría de servicios online).
Entonces, ¿cómo podemos proteger nuestro dispositivo?
Para prevenirnos ante un posible caso de robo o pérdida de terminal, debemos seguir las siguientes recomendaciones:
- Únicamente tener el dispositivo en la mano mientras se esté utilizando.
- Llevar el dispositivo con nosotros, en algún bolsillo o lugar “seguro”.
- No dejarlo nunca al alcance de terceros, por ejemplo sobre mesas o mostradores.
- Si llevamos el móvil en un bolso o maletín de portátil, tener especial cuidado. En caso de robo, sería un dos por uno.
- Activar o instalar algún servicio o aplicación antirrobo, para la localización física del dispositivo tanto para Android como iOS.
El otro gran inconveniente del robo o pérdida de un dispositivo móvil es la información. Como comentábamos al inicio del artículo, este riesgo está marcado por dos aspectos diferentes, por un lado, la pérdida propiamente dicha de la información, y por otro, la difusión que se pueda hacer de la misma.
Prevenir la pérdida de la información es relativamente sencillo. En primer lugar, hay que tener copias de seguridad, almacenadas fuera del dispositivo. Ya os hemos detallado anteriormente en el blog de la OSI cómo hacer copias de seguridad tanto en Android, como en iOS.
Por otro lado, para prevenir el acceso al contenido y evitar la difusión de la información, habría que:
- Establecer un código PIN en la tarjeta SIM.
- No eliminar las protecciones del sistema establecidos por el desarrollador o fabricante, hablamos de rooteo o Jailbreak.
- Establecer un bloqueo de pantalla con el menor tiempo de espera posible, usar contraseña segura, mejor que un patrón o un PIN simple. Con iOS hemos de tener cuidado con la configuración del código de bloqueo.
- Cifrado de datos, tanto del dispositivo como de la tarjeta de almacenamiento en caso de que la tenga.
- Instalar alguna aplicación o sistema de borrado remoto.
Otras consideraciones:
Si el teléfono tiene un bloqueo de pantalla con contraseña robusta, anular la SIM no permitirá hacer llamadas ni realizar conexiones de datos al estar bloqueado, y los servicios de localización del dispositivo pueden no funcionar.
Si el teléfono no está bloqueado o tiene configurado un patrón de desbloqueo o usa una contraseña débil, deberíamos informar a nuestra compañía telefónica lo antes posible, ya que corremos el riesgo de que lo usen para realizar llamadas telefónicas, que nada impiden que sean internacionales, con el coste que esto supone, o para bajarse de Internet grandes cantidades de información.
Por último, en caso de que se produzca el incidente, es aconsejable denunciar ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que tomen las medidas que consideren oportunas.
Para más información sobre cómo proteger adecuadamente el dispositivo móvil, no dudéis en consultar el siguiente videotutorial:
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