Sabemos que la interacción social es una necesidad humana básica. Tanto los niños como los adolescentes desarrollan habilidades sociales a medida que crecen para satisfacer esta necesidad natural. Cada vez más y más, nuestros hijos acceden a la tecnología, en forma de redes sociales, para desarrollarse en este aspecto.

Casi todos los adolescentes se conectan a diario y pasan un promedio de dos horas al día en redes sociales. Entonces, ¿qué sucede exactamente durante ese tiempo online? Para muchos, el objetivo es cultivar una marca personal. El objetivo de nuestros hijos y jóvenes es presentar una imagen en línea que los haga parecer interesantes, populares y atractivos. Para las chicas, la necesidad de proyectar estas cualidades parece ser mayor que para ellos.

Esto es posible porque los adolescentes pueden usar sus recién adquiridas habilidades cognitivas de pensamiento abstracto para imaginar cuál será la perspectiva del espectador cuando vea sus publicaciones y perfiles. Esto significa que premeditan lo que otra persona probablemente pensará sobre su publicación de forma anticipada y la editan para que se ajuste a la imagen que quieren que quede patente el espectador. No obstante, pueden sentirse abrumados en la busca de ese fin. Además, puede ser muy difícil cultivar una marca personal que guarde coherencia con sus padres o sus abuelos y también con sus amigos, o el compañero de clase al que intentan impresionar. Para evitar esta discordancia, muchas niñas tienen dos cuentas en la misma red social.

Instagram es una red social de microblogging basada en imágenes con poco texto. Es una plataforma muy visual y muy popular entre pre y adolescentes. Las chicas empiezan primero con lo que se conoce como una cuenta Insta o Rinsta (Real + Instagram). Esta cuenta se cultiva y mantiene para compartir con padres, abuelos y personas con una relación cercana a la familia. La cuenta Rinsta está diseñada para proyectar una imagen que consideran será considerada aceptable dentro de su familia.

La segunda cuenta que las chicas suelen crear se llama cuenta Finsta (Fake + Instagram). Las chicas usan este tipo de cuenta para cultivar una imagen de chica genial, popular o creadora de tendencias. Las publicaciones que hacen en esta cuenta generalmente incluyen contenido que no sería aceptado por sus padres o familiares. La cuenta Finsta está diseñada para amigos cercanos, compañeros y otro tipo de relaciones. Esta segunda cuenta puede variar mucho de la primera cuenta en contenido, imagen y estilo.

Por ejemplo, los adolescentes cada vez publican más fotos con alcohol en las redes sociales. Esto es porque este tipo de imágenes generalmente reciben más me gusta y comentarios, lo cual motiva a nuestros hijos a publicarlas. En casi cualquier red social, los adolescentes etiquetan a sus amigos en la foto para que la imagen esté disponible en los perfiles de las redes sociales de todos. Por esta razón, nuestros jóvenes abren cuentas adicionales que no se comparten con los padres o la familia. Son hiperconscientes de su marca personal dentro de cada cuenta y trabajan diligentemente para mantener su imagen.  Desafortunadamente, mientras ellos piensan que están siendo cautos al tener múltiples cuentas para diferentes públicos, no suelen reparar en los efectos nocivos de este comportamiento.

Los efectos nocivos

En primer lugar, todo lo que se publica en la red es público y permanente. Una vez que se sube algo a redes sociales, la persona que publica la imagen pierde el control. Y peor aún, el resto de personas que aparecen en la foto no tienen el poder de elegir compartir o no compartir la imagen. En consecuencia, la foto se puede copiar, compartir y volver a publicar sin que nadie sepa o pueda detenerla. Por lo tanto, no importa en qué cuenta se publicó originalmente porque puede llegar mucho más lejos.

En segundo lugar, la mayoría de los adolescentes coinciden en que mantener su marca personal en el entorno digital supone un gran esfuerzo. Ellos dedican una enorme cantidad de tiempo en post de la foto perfecta, editándola para eliminar cualquier imperfección, y preocupándose por cómo el espectador la percibirá. La mayoría de niñas y adolescentes experimentan mayor ansiedad, disminución de confianza y menor percepción de su propio atractivo físico después de publicar en redes sociales, independientemente de si han retocado sus fotos o no. Publicar en redes sociales para mantener una marca personal genera efectos psicológicos negativos en todos los niños, preadolescentes y adolescentes, pero es especialmente dañino para ellas.

En tercer lugar, independientemente de que las chicas tengan cuentas de Instagram múltiples, no dejan de ser bombardeadas con imágenes de otras chicas. Algunas de estas fotos aparecen idealizadas, lo que aumenta el nivel de insatisfacción facial y corporal en nuestros adolescentes. Irónicamente, cuando las niñas están expuestas a ver físicos promedio, este efecto negativo no ocurre. Además, múltiples estudios han encontrado y confirmado que el aumento del uso de las redes sociales es directamente proporcional a la insatisfacción corporal tanto de niños como de niñas, y que ver imágenes en las redes sociales aumenta las tasas de depresión especialmente en ellas.

Educar en materia de redes sociales desde una edad temprana

Entonces, ¿cómo podemos nosotros, como padres, ser proactivos para apoyar la necesidad natural de desarrollo de nuestras hijas de socializar con las herramientas modernas que están disponibles a través de las redes sociales, mientras prevenimos los posibles efectos negativos? Educar en materia de redes sociales desde una edad temprana es esencial para prevenir o limitar los posibles efectos negativos del uso de las redes sociales, particularmente imágenes y videos.

¿Qué significa educar en materia de redes sociales? Consiste enseñar a nuestros hijos que lo que ven en la red no es necesariamente cierto. Debemos enseñarles a cuestionar el contenido que ven y a crear su propio criterio para determinen por sí mismos si la información, la imagen o el video son creíbles. Este tipo de pensamiento crítico se puede enseñar de una manera que refleje la capacidad de desarrollo de cada niño.

Para los niños más pequeños y preadolescentes que aún no tienen capacidad cognitiva para pensar de forma abstracta, algunos temas y preguntas que podemos enseñar a nuestros hijos a evaluar las redes sociales pueden incluir:

  1. Explícales cómo la tecnología permite a los humanos manipular y retocar las fotos y videos para mostrar cosas que no son reales. Podemos señalarles esto cuando estamos viendo una película o cuando vemos imágenes en revistas que muestran imágenes de fantasía que parecen muy reales. Esto ayuda a nuestros hijos a entender la manipulación en las imágenes
  2. Háblales sobre el poder del marketing y la cantidad de productos o ideas que se venden tratando de hacernos sentir de cierta manera a través de la manipulación emocional. Podemos señalarles ejemplos mientras vemos anuncios de televisión o vallas publicitarias. Podemos incluirles en a conversación pidiéndoles que nos expliquen cómo les hace sentir y luego preguntarles cómo pueden usar su razonamiento para darse cuenta del marketing implícito.
  3. Enséñales a preguntarse: «¿Alguna vez he visto algo así en la vida real?» O «¿Coincide con lo que normalmente veo?». Esta es una buena manera de inculcar a nuestros niños un escepticismo sobre lo que ven en redes. Hacer comparaciones con la vida real puede ayudarles a detectar cuándo la información no es realista.
  4. Pídeles que describan cómo se ven a ellos mismos o cómo se sienten después de haber estado expuestos a imágenes o contenido de video excesivamente perfectos
  5. Hemos de decirles que son perfectos tal como son y que no es justo compararse con imágenes que no son reales
  6. Finalmente, hemos de asegurarnos de que nuestros niños tengan otras formas de socializar en el mundo real, para que puedan desarrollar hábitos saludables y desconectar de su socialización virtual.

Para los adolescentes, los cuales ya poseen una capacidad cognitiva que les permite pensar de forma abstracta, algunos temas y preguntas que podemos tratar con ellos con relación a las redes pueden ser:

  • Debatir con ellos sobre lo que significa ser una mujer u hombre en la sociedad. No pases por alto el señalarles cómo las mujeres son juzgadas de forma más crítica por sus atributos físicos mientras que los hombres son juzgados más por sus logros. Podemos ayudarles a identificar el sexismo inherente en la sociedad y a ver cómo toma lugar tanto en las redes como en el mundo real.
  • Hazles ver cómo el marketing apela a nuestras inseguridades más profundas para crearnos deseos y necesidades. Podemos explicarles cómo los influencers de las redes sociales se comercializan para fingir que usan o necesitan un determinado producto, cuando en realidad se les paga para promocionarlos. Esto puede ayudarles a entender cómo el marketing manipula las necesidades de los adolescentes y la tendencia que estos tienen de no ser menos que sus amigos.
  • Explícales cómo se les paga a las modelos, actrices, actores y otras celebridades e influencers en redes sociales para ofrecer una imagen perfecta. Su trabajo es verse bien, por lo que deben invertir mucho tiempo, energía y dinero para verse como lo hacen.
  • Debemos hacerles entender que las personas que no son famosas tienen otras habilidades y talentos. De esta forma, entenderán que tener una imagen física perfecta no necesariamente les otorgará felicidad y éxito, sino hacer algo que por lo que tengan pasión.
  • Abrir debates sobre el contenido que ven en redes. Pregúntales quién es popular, qué bloggers están siguiendo, y las cuentas que les inspiran para hacerte una pequeña idea del contenido que están viendo. Hemos de ser abiertos y libres de prejuicios cuando examinemos su contenido, pero debemos señalar sutilmente aquellas fotos que estén retocadas e imágenes poco realistas para ayudarles a ser un poco más escépticos con lo que ven.
  • Hemos de reforzar la belleza y perfección inherentes en nuestros hijos, tanto por dentro como por fuera de manera habitual, para transmitirles tranquilidad y empoderarles. Centrémonos en aquellos aspectos que realmente destacan en ellos y les caracterizan (por ejemplo, la honestidad, la capacidad de trabajo duro, la amabilidad…) que servirán de contrapeso a las influencias negativas que vengan del exterior. Esto también les infundirá confianza para cuando estén asustados, heridos o no estén seguros de si buscar o no ayuda.

Es importante que tengamos en cuenta que este fenómeno de cuentas múltiples no se limita a Instagram, sino que puede suceder en cualquier plataforma o red social. Afortunadamente, como padres, podemos aplicar las mismas recomendaciones anteriores para proteger a nuestros hijos para prevenir algunos de estos efectos negativos del uso de redes sociales.

Deanna Marie Mason, experta en educación y salud familiar. Autora del blog Dr. Deanna Marie Mason. Paternidad proactiva. Apoyo profesional para la familia moderna. Acaba de lanzar su segundo libro: “Cómo educar adolescentes con valores”.

https://elpais.com/elpais/2018/10/17/mamas_papas/1539783345_336670.html

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