A veces me encuentro con personas que creen que viajar es simplemente salir a disfrutar. Lo ven como algo egoísta que no aporta nada en la vida de las personas.
Afortunadamente no me topo con ellas muy a menudo.
Quienes han tenido la suerte de conocer algunos rincones del mundo, han notado la gran fortaleza que requiere lanzarse a la aventura. No sólo por las adversidades que se presentan en el camino, sino que también por el duro viaje emocional que se vive internamente.
Si bien no es nada de fácil, lo que se gana a cambio vale totalmente la pena. Si no me crees, el siguiente video de Derivasia te lo comprobará:
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