Este profesor italiano ha querido mantener a sus alumnos espabilados durante este verano, pero quizás no de la manera que los padres esperaban.

n-COMPITI-large570Cesare Cata es un profesor de una escuela de secundaria de la región italiana de Le Marche. En junio comienzan las vacaciones de verano, y el docente ha elaborado una lista de quince cosas que espera que sus alumnos hagan este verano. Lejos de los problemas de matemáticas o de los comentarios de texto, Cata comienza la lista recomendándoles que «caminen solos por la orilla del mar cada mañana». El resto de tareas que les describe van en la misma línea.

Tras la elaboración de la lista, el pedagogo subió una foto a Facebook que hoy tiene más de 5.900 likes y 5.300 compartidos, convirtiéndose en una imagen viral en pocos días.

adolescente-leyendo

La lista de «Deberes del verano 2015», traducida del italiano, es la siguiente:

1. Por la mañana, de vez en cuando, camina solo por la orilla del mar. Mira cómo el sol se refleja en el agua, pensando en las cosas que más te gustan en la vida y siéntete feliz.

2. Intenta usar todas las palabras nuevas que has aprendido este año: podrás decir más cosas, podrás pensar más cosas y, cuanto más pienses, más libre te sentirás.

3. Lee lo máximo posible. No porque tengas que hacerlo. Lee porque el verano te inspira aventuras y sueños. Leyendo, te sentirás como los pájaros volando. Lee porque es la mejor forma de rebelión.

4. Evita todas las cosas, situaciones y personas que te hagan sentir negativo y vacío. Busca situaciones estimulantes y amigos que te aprecian y te entienden por ser quien eres.

5. Si te sientes triste o asustado, no te preocupes. El verano, como todas las grandes cosas, trastorna el alma. Intenta escribir un diario donde puedas escribir sobre tus sentimientos (y en septiembre, si quieres, lo leeremos juntos).

6. Baila; sin sentirte avergonzado. En la calle cerca de tu casa o en tu habitación. El verano es un baile. Sería una vergüenza no formar parte de él.

7. Al menos una vez, tienes que ver amanecer. Estar ahí en silencio y respirar. Cierra los ojos, agradecido.

8. Practica mucho deporte.

9. Si encuentras una persona que te gusta mucho, díselo con toda la sinceridad y la gracia de la que seas capaz. No pasa nada tanto si lo entiende como si no. Si no es recíproco, entonces no estaba previsto que él/ella formase parte de tu destino. De lo contrario, el verano 2015 es la gran oportunidad para caminar juntos (y si no funciona, vuelve al punto 8).

10. Recuerda lo que has aprendido en la escuela y consulta tus apuntes.

11. Sé feliz como el sol, indomable como el mar.

12. No digas palabrotas. Sé siempre educadísimo y gentil.

13. Disfruta de películas con diálogos emotivos, sobre todo en inglés. Esto te ayudará a mejorar tus habilidades lingüísticas y tus oportunidades de soñar. No dejes que la película acabe con los créditos. Vive la experiencia todo el verano.

14. Durante el día o la noche, sueña con cómo puede ser tu vida. Durante el verano, reúne fuerzas para no rendirte y haz todo lo que puedas para perseguir ese sueño.

15. Sé bueno.

http://www.huffingtonpost.es/2015/06/10/deberes-profesor-verano_n_7554446.html

“Los niños están acostumbrados a tenerlo todo antes de desearlo y sin esfuerzo […]. Necesitan más que nunca acostumbrarse pacientemente mirando cómo se arrastra un caracol, observando cómo una flor crece, cómo una gota de lluvia resbala por el cuerpo de un ciempiés peludo, viendo aparecer un brote, regando las plantas, recogiendo las setas con agradecimiento y dando de comer a los pájaros. Los niños deben aprender a levantar la vista hacia el cielo de vez en cuando, como lo hacíamos nosotros cuando nos tumbábamos en la hierba que nos “picaba” y nos hacía cosquillas detrás de las piernas y de las orejas y nos imaginábamos que las nubes tenían forma de dinosaurios y de conejos” Catherine L’Ecuyer- Educar en el asombro

999 excursión con niños al campoHace unos días tuvimos la oportunidad de compartir un encuentro educativo en un entorno natural increíble con unas 300 familias en el Encuentro de Primavera por la Libre Educación. Entre muchas otras personas de gran calidad humana, conocimos a Yvonne Laborda, una madre que educa a sus hijos en el hogar y que tiene una forma de entender la educación y la crianza que llega al corazón de cualquiera. A través de su blog nos topamos con el calificativo “Trastorno por Déficit de Naturaleza”. Fue nombrado por primera vez por Richard Louv en su libro “Last Child in the Woods” y es algo sobre lo que muchos docentes llevamos un tiempo reflexionando de una forma seria y profunda. El hecho de que se le haya acuñado una etiqueta, nos ayuda a aunar fuerzas en torno a un mismo tema.

A_en_la_naturalezaTengo un recuerdo realmente especial de las excursiones que hacíamos al campo cuando estudiábamos en el colegio. La sensación de libertad y de autonomía no era comparable con la que se sentía en ningún otro momento. Todas las excursiones eran especiales, pero cuando íbamos a un museo o cualquier otro espacio “civilizado” los profesores transmitían cierta tensión, los límites estaban mucho más marcados. En las excursiones a la naturaleza podías sentir la libertad que te da estar fuera del campo de visión de un adulto controlador que evidentemente no aprobará que te subas al árbol al que estás subiendo, o que experimentes la sensación de saltar en un charco y empapar a los de al lado, o asomarte a una zona escarpada de vértigo…

Lo cierto es que las excursiones siguen siendo un momento especial para mí como profesor, pero parece que los alumnos las sienten de una manera muy diferente a como las sentía yo cuando era niño. La naturaleza les aburre (“¿Cuándo volvemos?”, “¿para qué hemos venido hasta aquí?”, “¿y para esto andamos tanto?”). La naturaleza es demasiado lenta para ellos, que están acostumbrados a gestionar más de veinte conversaciones a la vez a través de las cuatro o cinco redes sociales que manejan en su móvil mientras “hablan” con los amigos que en ese momento comparten con ellos el espacio-tiempo real.

Esa adicción a la velocidad y la hiperestimulación (no exclusiva de niños y adolescentes) está haciendo que el tiempo que pasamos en contacto con la naturaleza sea cada vez menor. Teniendo en cuenta que las ciudades y más aún las nuevas tecnologías son inventos de “hace dos días”, podremos entender que el ser humano aún no haya tenido tiempo para adaptarse a esta nueva situación, sino que somos seres hechos para vivir en el medio natural, tal y como asegura el profesor de psicología ambiental de la Universidad Autónoma de Madrid, José Antonio Corraliza.

te-preocupa-el-medio-ambiente1Los niños y adolescentes son especialmente sensibles a los desórdenes que provoca esta contradicción (seres adaptados a la naturaleza viviendo en ciudades). No sé si los profesores tenemos un papel muy relevante, ni si podremos luchar contra las pantallas que alejan a los niños de la naturaleza, pero propongo que hagamos un pequeño esfuerzo por cambiar las cosas.

  • Debemos abogar por un ritmo lento, paciente y sosegado. El ritmo de las escuelas es frenético. Dediquemos un tiempo a que los alumnos admiren cómo crece una planta en clase, a que la rieguen y la cuiden. Y ya de paso, que rieguen y cuiden las relaciones con sus compañeros. También podemos dedicar un tiempo a esto.
  • Dejemos que salgan al patio en todos los recreos, da igual si llueve o no, y no tengamos tanta prisa para empezar la siguiente clase después de este valiosísimo descanso.
  • Ampliemos el aula utilizando el patio y los espacios verdes cercanos al centro escolar tanto como podamos. Hay tantos estímulos ahí fuera para utilizar en TODAS las asignaturas… Aunque sólo sea por la riqueza que ofrece el camino del aula a nuestro “nuevo” espacio merece la pena.
  • Hagamos excursiones siempre que podamos. Las excursiones pueden ser gratis si las hacemos en transporte público y al campo, y ofrecen una oportunidad única para aprender infinidad de cosas que nunca ocurrirían en un aula. Parece que la Institución Libre de Enseñanza tenía esto más claro hace un siglo que las instituciones educativas actuales.
  • Construyamos un huerto escolar. Parece que esto es la actividad de moda en las escuelas infantiles pero, ¿qué pasa en primaria y secundaria?. Hay muchos niveles de complejidad en la construcción de un huerto y los aprendizajes pueden ser muy ricos. Lo mejor del huerto es que el ritmo lo marca la propia naturaleza.
  • Participemos en proyectos de jardinería de guerrilla tanto en el colegio como en el entorno próximo. Estos proyectos altruistas se encargan de rediseñar espacios abandonados convirtiéndolos en zonas ajardinadas. Busquemos esos espacios muertos en nuestro centro y démosles vida.
  • Utilicemos las TIC para que los alumnos salgan. Habituamente las tareas que damos a nuestros alumnos en ordenador son para buscar y procesar información en el propio ordenador. Debemos plantear problemas que les hagan buscar fuera del ordenador (“Crea una presentación con fotos que hagas de formas geométricas que encuentres en el patio”).

Senderismo-NinosParece que la gran cantidad de contenidos curriculares y la incorporación de las nuevas tecnologías les debían preparar para un futuro mejor. Y mientras, les robamos el tiempo para las relaciones calmadas, la contemplación de la naturaleza, la soledad en silencio o el juego libre. Recuperemos un ritmo lento, dejemos las pantallas a un lado por un rato. Haz que tus alumnos vuelvan a disfrutar de las excursiones al campo, que se sientan libres y que recuerden esos momentos como algo especial. Seguro que se te ocurren propuestas para luchar contra el “Trastorno por Déficit de Naturaleza” en la escuela. Te invito a que las pongas en marcha y las compartas con nosotros en los comentarios de esta entrada.

Para ampliar información:

Hablamos de madres tóxicas, no obstante, cabe aclarar también que hay padres tóxicos y abuelos tóxicos. Pilares en la educación de los niños que lejos de fomentar una madurez personal y una seguridad con la cual, poder abrirse posteriormente al mundo, no hacen más que anclar pesadas cadenas vetando por completo la independencia física y emocional de esa persona.

Ahora bien, cabe decir que el rol de la madre tiene casi siempre, un peso más intenso en la educación de los niños. Es ella quien establece ese vínculo de cuidado y afecto tan estrecho con ese recién nacido, que día a día, irá desprendiéndose de sus brazos para avanzar con seguridad por el mundo sabiéndose amado, teniendo siempre ese referente que le ha aportado un amor incondicional pero saludable, con el que madurar de modo inteligente.

Las madres tóxicas ofrecen una amor a sus hijos hostigante a la vez que inmaduro. Proyectan sobre ellos sus inseguridades para reafirmarse personalmente, y así, tener mayor control sobre sus vidas y sobre la de sus hijos.

1. ¿Qué hay detrás de la personalidad de las madres tóxicas?

Puede que nos llame la atención, pero detrás del comportamiento de una madre tóxica, está el amor. Ahora bien, todos sabemos que a la hora de hablar del amor, existen dos caras de una misma moneda: está esa dimensión capaz de propiciar el crecimiento personal de la persona, ya sea a  nivel de pareja o a nivel familiar, y a su vez, está también ese lado más tóxico donde se ejerce un amor egoísta e interesado, a veces hasta asfixiante, que puede ser completamente destructivo.

670px-Deal-With-a-Terrible-Mother-as-an-Adult-Step-5

Lo preocupante, es que los familiares que despliegan las artimañas de la toxicidad, lo hacen hacia criaturas que están en pleno proceso de maduración personal, ahí donde debe asentarse su personalidad, su autoestima… Todo ello, irá esculpiendo en ellos grandes vacíos, grandes inseguridades en ocasiones insalvables.

Veamos ahora qué dimensiones psicológicas perfilan a las madres tóxicas:

1. Personalidad insegura

En ocasiones, suele esconderse una clara falta de autoestima y autosuficiencia que les obliga a ver en sus hijos “esa tabla de salvación” a la cual modelar y controlar para tener siempre a su lado, para que cubran sus carencias.

El ver por ejemplo que sus hijos empiezan a ser autónomos, que ya no las necesitan tanto y que poco a poco son capaces de hacer su vida, supone para ellas una gran ansiedad, puesto que temen ante todo quedarse solas. De ahí que sean capaces de desplegar “hábiles artimañas”, para seguir teniéndoles cerca e incluso justificarles que debe ser así, y un modo de hacerlo es proyectando en los niños desde el inicio su misma falta de autoestima, y su misma inseguridad.

MADRES-TOXICAS-2

2. Obsesión por el control

La necesidad por tener controlado cada aspecto de sus vidas, hace que acaben haciendo lo mismo en la vida de sus hijos. No son capaces de ver los límites. Para ellas, control es sinónimo de seguridad, de algo inmanente que no cambia, y lo que no cambia es bueno porque les hace sentir bien.

Lo complicado de esta dimensión es que suelen ejercer el control pensando que con ello, hacen el bien y que así demuestran amor por los demás. “Yo te hago la vida fácil controlando tus cosas para que seas feliz”, “Yo solo quiero lo mejor para ti, y por ello evito que puedas equivocarte”…

El control llevado a cabo desde la justificación del cariño, es el peor acto de la sobreprotección. Impedimos con ello que los niños sean autónomos, capaces y valientes. Y aún más, que aprendan de sus errores.

3. La proyección de los deseos incumplidos

“Quiero que consigas lo que yo no tuve“, “No quiero que caigas en mis mismos errores”, “Quiero que llegues a ser aquello que yo no puede conseguir”.

En ocasiones las madres tóxicas proyectan en sus hijos los deseos incumplidos de su propio pasado, sin preguntar si quiera qué es lo que ellos desean, sin darles opción a elegir, pensando que con ello, les demuestran un amor incondicional, cuando en realidad, es un falso amor. Un amor interesado.

¿Cómo enfrentarnos a una madre o a cualquier familiar “tóxico”?

Sé consciente de que debes romper el ciclo de la toxicidad. Has vivido durante mucho tiempo dentro de él, sabes las heridas que te ha dejado, sin embargo, ahora ya comprendes que necesitas abrir tus alas para ser tú mismo. Para ser feliz. Te va a costar, pero debes empezar a decir “No”, a poner en voz alta tus necesidades y a alzar tus propios muros, esos por los que nadie debe pasar.

depresión

-Es tu madre, o es tu familia, los quieres y sabes que romper ese ciclo de toxicidad puede causar algún daño. En ocasiones, decir la verdad de lo que uno siente hace daño a los demás, pero es una necesidad vital. Se trata solo de marcar límites y dejar claro lo que permites o lo que no. No deseas causar daño alguno, debes dejarlo claro, al igual que debe quedar constancia de que tampoco tú quieres ser herido/a nunca más.

-Reconoce la manipulación. Hay veces que es tan sutil, que no nos damos cuenta, así que atiende cualquier palabra, cualquier comportamiento. Y sobre todo, no caigas en las redes de la “victimización”, puesto que es un recurso fácil al cual suelen recurrir las personas tóxicas y las madres tóxicas. Alzarse como las más dolidas, las más heridas, cuando en realidad, al que han hecho daño es a ti. Tenlo siempre en cuenta.

Cortesía imagen: Anna Radchenko

http://lamenteesmaravillosa.com/cuando-la-educacion-hace-dano-madres-toxicas/

ciclo-del-aguaMirad que recurso más sencillo y a la vez estupendo para enseñar a los peques como funciona el ciclo del agua en nuestro planeta. Para que puedan observarlo y lo entiendan bien, basta una bolsa de plástico transparente en la que dibujaremos con un rotulador permanente el mar en la parte inferior, unas flechas ascendentes en un lado y descendentes en el otro, y en la parte superior, un sol a un lado (el de las flechas ascendentes) y unas nubes con lluvia (en el lado de las flechitas descendentes).

Una vez hemos dibujado todo, ponemos un poco de agua en su interior y le damos un toque de color azul (como el mar). Podéis pintarla con colorante alimentario, o echándole algunas gotitas de pintura de color azul. Cerramos bien la bolsa, para que quede precintada y no se nos salga el agua. Entonces la colocamos (podéis pegarla con celo) en una ventana por la que entre el sol una buena parte del día, de esta manera con el calor, se podrá observar perfectamente el ciclo del agua y los peques podrán asimilar el proceso que sigue el agua desde que se evapora del mar y asciende en forma de vapor hasta que se condensa en forma de gotas en las nubes hasta que finalmente cae a la tierra de nuevo llenando el mar y volviendo a empezar.

http://actividadesinfantil.com/archives/14458

La única discapacidad es la falta de fe en nosotros mismos y quienes amamos, la sobreprotección priva a tu hijo del regalo de ser capaz

sobreprotección-1En el caso de los hjos, la fe en sí mismos es una tarea aprendida como respuesta al amor que reciben día a día en el hogar. Como padres es nuestra obligación criar hijos capaces,  enseñándoles a tener fe en si mismos y a creer en sus capacidades sin importar la manera en que se manifiesten ante las expectativas del mundo.

LO SOBREPROTEJO PORQUE LO AMO. Enséñale a tu hijo a ser capaz. El amor nunca es un verdugo.

Uno de las peores manifestaciones del temor, es la falta de fe en quienes amamos y en nosotros mismos. Una de las manifestaciones equivocadas del amor, es la sobreprotección.

Cuando privamos a nuestros hijos de cometer sus propios errores y vivir las consecuencias de los mismos, los privamos de aprender, de sentirse útiles y sobre todo de convertirse en personas auto-suficientes y capaces de utilizar todas sus capacidades para negociar y ganar sus propias guerras.

Muchos padres cometen el error de disminuir las capacidades de sus hijos justificando que ellos no pueden hacer las cosas bien. Prefieren evitarles el mal rato, o así no enfrentarlos a sus propios retos o limitaciones. Lo cierto es que cuando actuamos de este modo, lo único que conseguimos es hacer que nuestros hijos sientan que su modo de “poder” no es bueno o no es suficiente.

Piénsalo mil veces antes de decirle a tu hijo cosas como “yo lo hago porque tu no lo haces bien” ó “nunca haces bien las cosas” Esas son palabras que dictan el futuro de las personas y se quedan grabadas en sus corazones.

Actitudes comunes que se ven en la vida diaria son:

superprotecion-infantil– No dejar que el niño tenga la oportunidad de aprender mediante el ejercicio.

Todos aprendemos por repetición aunque a algunos les tome más tiempo. Quien no ejercita no aprende.

Actitud equivocada

Por ejemplo A LA HORA DE COMER: Servirle la comida picada y prácticamente masticada, privándolo de aprender a utilizar sus propios cubiertos porque pensamos que nunca podrá hacerlo sólo o se va hacer daño. No se trata de ponerlo en peligro, sino de adaptar positivamente las herramientas que le permitirán ganar la destreza para sentirse capaz y cumplir una tarea tan personal como alimentarse sólo. No vamos a hablar de la edad correcta para darle a nuestro hijo un cuchillo, sino del uso de nuestra lógica para enseñarle poco a poco a utilizarlo. Dedicación y paciencia son las palabras claves.

El proceso de aprendizaje requiere más tiempo para algunas personas, independientemente de sus capacidades, pero no por ello se los debe hacerse sentir inútiles o incapaces. Aprender a aceptar el modo único de ser de nuestros hijos es un modo de motivarlos a seguir aprendiendo y puliendo sus habilidades.

– EN LA COMUNIDAD.  No dejarlo integrarse libremente para que no le hagan daño o lo ofendan. O sentir que siempre debemos intervenir, defenderlo de los niños de su edad sin dejarlo tomar sus propias acciones o decisiones.

Todos cruzamos etapas de adaptación en la sociedad. Ese es el propósito de la comunidad, y enfrentarnos a la vida nos hace fortalecer nuestras capacidades, aprender a defender nuestros derechos y trabajar en mejorar nuestras debilidades. Privar a los demás de esa experiencia no le hará la vida más fácil, sino más dura si algún momento no nos tienen cerca para defenderlos.

sobreproteger2Todos necesitamos sentar nuestras propias bases de respeto ante los demás. Los padres que sobreprotegen diciendo que ya crecerán y aprenderán, lo único que hacen es quitarles a sus hijos la oportunidad del verdadero aprendizaje que se da durante el crecimiento sin presiones y de modo totalmente natural.

– EN LA ESCUELA O EN LA VIDA. Hablar por los hijos. Tener todas las respuestas. Tomar decisiones por ellos y solucionar todos sus problemas.

Una idea totalmente equivocada del amor es creer que somos los dueños de nuestros hijos. Se ve todos los días, padres que hablan por sus hijos y no los dejan ni contestar las preguntas que les hacemos a ellos. Padres que creen que amar es solucionarles los problemas, en vez de enseñarles a utilizar su voz y sus capacidades para encontrar respuestas.

Padres que planean el futuro y los intereses de sus hijos sin dejarlos manifestar sus propios intereses. Padres que creen que evitarles equivocarse es un modo de ahorrarles tiempo para alcanzar el éxito, cuando el éxito no es otra cosa que ser felices encontrando el modo de manifestar lo que somos.

En el caso de hijos con discapacidad, no respetar sus capacidades. Nunca entender que no necesitan ser iguales a los demás para ser capaces. Sentir que son perdedores porque sus éxitos no son típicos o no tienen la misma repercusión que los de los demás. Hablar por ellos. Nunca enseñarles independencia. No fomentar el desarrollo de sus habilidades únicas.

La vida es una sóla. No deberíamos temer tanto al error. Deberíamos en vez de eso vivir para aprender, crecer y descubrir y fomentar las cosas que nos hacen felices a nosotros y a nuestros hijos.

“No hay tarea mal hecha cuando ponemos nuestro mejor esfuerzo. Lo malo es dejarnos llevar por nuestro deseo de creer que hay un modo perfecto que rige o califica nuestros esfuerzos.

Eliana Tardio.http://www.elianatardio.com/2013/05/05/sobreproteccion-hijos/?utm_content=bufferf5512&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer

Todos los padres queremos que nuestros hijos tengan éxito en la vida. Todos queremos que sean inteligentes y que destaquen positivamente entre la multitud. De hecho, la inmensa mayoría de los padres piensan que su hijo es superior a la media de su clase, algo difícil de sostener. Por otro lado, nos gustan las soluciones rápidas, cómodas y sencillas: si tenemos sobrepeso preferimos un aparato que nos dé pequeñas descargas mientras vemos la televisión o una pastilla milagrosa que queme las grasas como si fuera un soplete en vez de los métodos demostrados como comer menos y hacer más ejercicio. maxresdefaultEn vez de dedicar horas a estudiar gramática y vocabulario para aprender un nuevo idioma, nos seduce más la perspectiva de que nos pongan una grabación debajo de la almohada y aprendamos mientras dormimos. El que estos sistemas «mágicos» no funcionen es un problema menor, siempre hay suficiente gente que extrapola un resultado científico fuera de contexto, que diseña un aparato o una técnica de aspecto moderno y sofisticado y que lo vende como churros aprovechando nuestra credulidad, lo fácil que nos tragamos aquello que nos interesa creer. En eso se basan todas las medicinas alternativas del mundo, en que a pesar de no haber ninguna evidencia demostrada, consigamos la solución a nuestros problemas pagando algo —un remedio homeopático, unas velas, una máquina con lucecitas— por unos cuantos euros. Uno de estos trampolines mágicos, a la inteligencia en este caso, es el Efecto Mozart.

El primero que habló de la música de Mozart y sus efectos cerebrales fue Alfred A. Tomatis. Este otorrinolaringólogo merece su propio artículo por las tonterías que dijo pero entre ellas estaba que la música, y en concreto Mozart, era capaz de curar distintas disfunciones cerebrales.  Que algunos de sus vendedores-seguidores digan que ese cacharro cura cosas incurables como el autismo es, en mi opinión, de juzgado de guardia.

El Efecto Mozart tuvo un segundo paso importante con la publicación en 1993, en Nature, una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo, de un artículo de tres investigadores de la Universidad de California, Irvine. Los tres científicos, Rauscher, Shaw y Ky publicaron que los estudiantes universitarios después de oír durante 10 minutos una sonata de Mozart (K448 para dos pianos) hacían mejor un test de razonamiento espacial —una prueba que requería doblar y cortar papeles— que otros grupos de estudiantes que habían escuchado una cinta con instrucciones para relajarse o silencio. Que se hiciera en estudiantes universitarios y no en niños o en bebés, no se menciona; que el artículo no afirme nada sobre aumento del cociente de inteligencia, tampoco importa; que fuera un test de razonamiento espacial y lo vendan como un incremento general de inteligencia, qué más da; que otros autores usando otros test no hayan sido capaces de replicar el experimento, problema de ellos y, sobre todo, que la supuesta mejora hubiese desaparecido a los quince minutos, lo ocultan cuidadosamente. Cientos de listos vieron las puertas de sus negocios abiertas y cientos de miles de padres entraron por esas puertas a regalar su dinero. Esos cientos de miles de familias se subieron al carro del efecto Mozart y en vez de leer cuentos a sus hijos, en vez de hablar con ellos y responder a sus preguntas, en vez de llevarlos a museos y al cine para cultivar su inteligencia, en vez de animarles a jugar y desarrollar su creatividad, es mucho más fácil comprar un CD donde aparece un padre y un niño en la carátula, los dos sonriendo. No es ninguna broma: en la década siguiente se vendieron ¡dos millones! de uno de estos CD con música de Mozart para niños. Para que luego presuma de vender discos el maestro Sabina.

Si Nature parecía una revista seria, el New York Times siguió su estela y un artículo del músico Ale Ross proclamaba que «los científicos han determinado que escuchar a Mozart te hace más inteligente», cosa que ningún científico había dicho. Ross usó esta falsa conclusión suya para decir que Mozart había destronado a Beethoven como el mejor compositor del mundo, otra gilipollez, si me permiten el exabrupto. En 2000, otro artículo publicado en el South China Morning Post, indicaba que «según estudios realizados en Occidente, escuchar música de Mozart mientras está en el útero, hace que el bebé nazca más inteligente que sus compañeros de generación». Otro artículo publicado en el Milwaukee Journal Sentinel escribía sobre «numerosos estudios sobre el Efecto Mozart y cómo ayuda a los estudiantes de la escuela primaria, a los del instituto e incluso a los niños de guardería a mejorar su rendimiento mental». El que no se hubiese hecho ningún estudio en estos grupos de edad —ni bebés, ni niños de guardería, ni estudiantes de primaria ni de secundaria— no importaba, la bola seguía creciendo y seguían vendiendo CD con bebés sonrientes. Y así vamos, seguimos queriendo hacer superbebés, queremos tener hijos muy listos sin que tengamos que dedicarles un minuto: la industria Baby Einstein mueve más de 100 millones de euros al año.

En 1997, Don Campbell escribió un libro titulado El Efecto Mozart: pinchando el poder de la música para sanar el cuerpo, fortalecer la mente y desbloquear el espíritu creativo. Por si él título no basta para hacer temblar, este músico decía que escuchar a Mozart, en particular los conciertos de piano, podía incrementar temporalmente el cociente de inteligencia y producir muchos otros beneficios en la función mental. También aportaba «unas historias dramáticas de cómo se usa la música para afrontar todo, de la efecto_mozartansiedad al cáncer, la hipertensión, el dolor cónico, la dislexia e incluso la enfermedad mental». Campbell escribió que Mozart mejoraba el «descanso profundo y el rejuvenecimiento», la «inteligencia y aprendizaje» y la «creatividad y la imaginación» y también reducía el estrés, la depresión y la ansiedad. ¿Quién se puede resistir a una panacea de ese tipo? Un ejemplo de los que no se resistieron fue el entrenador de los New York Jets, un equipo de fútbol americano, que ordenó que los altavoces del estadio emitieran música de Mozart durante los entrenamientos, algo que quizá sugiere que pensaba que sus deportistas no andaban muy finos de inteligencia o de creatividad. A estas alturas usted ya se habrá dado cuenta de que esto era un despropósito cómico pero da igual, Campbell se hizo millonario vendiendo libros y discos y cuando numerosos estudios intentaron ver estos efectos y no encontraron nada, no pasó nada, a Campbell y a los demás artistas mozartianos  nadie les pidió que devolvieran el dinero. Desgraciadamente, suele ser así.

El Efecto Mozart se siguió estudiando con resultados contradictorios incluso en animales de experimentación. El mismo Rauscher, junto con otros investigadores, realizó experimentos en ratas que fueron expuestas tanto en el desarrollo prenatal como en los primeros dos meses postnatales a la sonata K448 de Mozart, a la música del compositor minimalista Philip Glass, a ruido blanco y a silencio y luego los cuatro grupos tuvieron que moverse en un laberinto. Según los investigadores el grupo de Mozart lo hizo más rápido y con menos errores. Otro equipo académico estudió los efectos de la música de Mozart —la misma K448, por cierto— sobre la neurogénesis del hipocampo, la formación de nuevas neuronas en el cerebro adulto. fpsyt-04-00061-g001En comparación con el ruido normal del animalario, las ratas que oyeron a Mozart generaron más neuronas pero eso también sucedía cuando se les exponía a las llamadas de las crías y al silencio, pero no con ruido blanco.

Incluso en el país con más premios Nobel del mundo en ciencia pasan estas cosas. Zell Miller, gobernador de Georgia, incluyó un apartado presupuestario (105.000 dólares) para regalar a todos los niños nacidos en el estado un CD de música clásica. Miller les puso a los legisladores en un magnetófono el Himno a la Alegría de Beethoven y les preguntó. «Ahora, ¿no os sentís más inteligentes ya?». Parece que Miller creía que a él sí le había pasado. El gobernador de Tennessee Don Sundquist no quiso ser menos que su colega y sacó adelante un proyecto similar. La memez no afectaba solo a los políticos del ejecutivo, también a los del legislativo: el parlamento estatal de Florida aprobó una ley consignando financiación pública para que todas las guarderías pusieran música clásica a los niños. Científicamente era una estupidez, políticamente era un acierto: los padres pensarían que los políticos ayudaban a que sus hijos fueran más inteligentes, las familias creerían erróneamente que no les costaba a ellos dinero, el riesgo era cero —a nadie le pasa nada malo por escuchar música clásica— y el gasto, una minucia para el presupuesto de un estado. Cuando diferentes investigaciones encontraron que el Efecto Mozart no generaba ningún efecto sobre la inteligencia, estos políticos no quisieron perder el juguete. zell_miller_040901El mismo gobernador Zell Miller animó a los defensores de esta teoría a «no ser confundidos ni a desanimarse por culpa de unos académicos que criticaban a otros académicos». Evidentemente, este señor no sabe que así es como avanza la ciencia: debatiendo, comprobando y rechazando o ratificando resultados previos.

Estudios posteriores han explicado un poco más lo que puede ser y no ser el Efecto Mozart. Mucha de la música de Mozart tiene un componente positivo, transmite alegría, ánimo. Thompson et al. (2001) pusieron a unos voluntarios una de estas piezas que podríamos llamar «euforizantes», una sonata mozartiana frente a otra que según ellos era triste y lenta, el adagio de Albinoni, que a mí me parece preciosa y relajante. La conclusión del estudio fue que los dos tipos de música producían efectos diferentes en el ánimo, el estado de alerta, y la alegría de los participantes por lo que concluyeron que «estos resultados proporcionan una evidencia convincente de que el efecto Mozart es un artefacto del estado de alerta y el estado de ánimo». Otro estudio demostró que los efectos publicados en Nature se conseguían igualmente si en vez de poner un trozo de una composición de Mozart se leía un trozo de un texto de terror de Stephen King o se tomaba una limonada. ¿Qué quieren que les diga? Prefiero a Mozart o la limonada pero una fotocopia de una novela de terror es mucho más barata que un CD de música clásica y más sencilla de hacer que una limonada. Recuerde, la ciencia es cultura.

¿Y cómo conseguir que nuestro bebé sea más inteligente? La Academia Americana de Pediatría lo deja muy claro: hablarle, pasear con él, cantar a su lado, tocarle, abrazarle, imitarle y leerle cuentos. Apenas cuesta dinero, es divertido y gratificante y recuerde: a Wolfgang Amadeus nadie le puso un CD.

 http://jralonso.es/2015/05/25/el-mito-del-efecto-mozart/

Si pudiéramos mirar a través de la pequeña cabecita de nuestro hijo, veríamos la cantidad de actividad que se genera en su cerebro cada vez que juegan. El culpable de esto, o más bien la culpable, es la química. El juego genera una serie de hormonas que trabajan en el cerebro de los niños. Cada vez que tu hijo juega, estas sos las sustancias que se activan en el cerebro:

2011_9_14_PHOTO-163b340ff466a8c33c40a148cc2ee711-1316026937-80– La Serotonina: Gracias a ella se reduce el estrés. También es la encargada de equilibrar y regular el estado de ánimo.

– La Acetilcolina: Es la sustancia que favorece la concentración, la memoria y por supuesto, el aprendizaje.

– Las Endorfinas y Encefalinas: Encargadas de reducir la tensión neuronal. Es decir, la que transmite al niño calma y felicidad. Es el mejor momento de creatividad del niño.

– La Dopamina: Motiva la actividad física, la que consigue que los músculos reaccionen ante el juego. También participa en la estimulación de la imaginación, la creación de imágenes y seres fantásticos.

Por qué es importante dejar que los niños jueguen

Five cheerful kids 24237-hd-face-paint-children-1

 El juego abre las puertas de la imaginación y la creatividad de los niños, les mantiene en forma, les ayuda a generar estrategias y a resolver conflictos y les enseña a crear normas y respetarlas. Es juego es la mejor asignatura para los niños, la más completa. Estas son sus grandísimas ventajas:

– Es desestresante. El juego libera de la presión de los estudios o los deberes.

– Es el mejor vehículo de aprendizaje para los niños.

– Ayuda a establecer lazos sociales.

– Potencia y desarrolla el universo interno del niño.

niño-jugandoJugar, sin más. Jugar al escondite, a los bolos, al cucu-tras. Jugar con los muñecos, con la pelota, o simplemente con la imaginación. Deja que tu hijo sueñe, imagine, juegue con otros niños. Estará aprendiendo, y mucho, de la mejor forma posible: divirtiéndose.

Estefanía Esteban. Redactora de GuiaInfantil.com

Exploradores, Guardianes y Jedis. A cada edad, tu rol como responsable en la educación tecnológica de tus hijos cambia. De la mano de la ONG Padres 2.0, descubre qué papel debes desempeñar en la educación tecnológica de tu hijo.

Hasta los 9 años: Explorador

243247377-touchpad-libro-electronico-e-reader-tecnologia-inalambricaTu hijo no puede visitar ninguna web de Internet, ni jugar con ninguna APP que tú no hayas revisado previamente, es decir, en tu papel como explorador te has anticipado a los riesgos y has marcado el camino a seguir para proporcionarle sólo entornos 100% seguros en los que pueda jugar y descubrir sin ningún riesgo y en los que no va a necesitar filtros parentales tecnológicos porque siempre irá de tu mano. Va a descubrir Internet y las TIC a través de ti, tú eres quien le dirige y le guía en sus primeros pasos por el ciberespacio. En las últimas edades de esta etapa también le enseñas los códigos de edad de los programas de TV como de los videojuegos (código PEGI) y le hablas de los contenidos que son adecuados a su edad. A estas edades procúrale experiencias lúdicas. La mejor TV y el mejor videojuego eres tú.

Entre 10 y 13 años: Guardián

hijo-padreEn este periodo, ya puedes ir «soltándole de la mano» en Internet. Ahora descubrís webs de Internet, APPs y videojuegos juntos. Le enseñas las primeras reglas y normas a tener en cuenta en el uso de la tecnología, como por ejemplo tiempo de uso, horario de juego o en qué lugares de la casa puede o no puede conectarse. Tu labor es la de controlar y supervisar. Vas siempre a su lado y corriges si se sale del camino. Le ofreces experiencias lúdicas y formativas. Estableces los primeros filtros y siempre te da cuenta de lo que ve y hace en Internet, con la misma naturalidad que comentáis cómo ha ido el día en el cole o le cuentas qué tal tu jornada laboral: hablar de las TIC con normalidad en la familia va a prevenir problemas futuros. Sólo le darás autonomía en aquellos entornos confiables y seguros, como las webs o juegos para niños de su edad en la que tú también habrás jugado: establecer un vínculo emocional a través del juego te da una complicidad única con tu hijo. Ya tiene edad de comprender que no todo el mundo es lo que parece ser: es época de empezar a hablarle de los riesgos que puede encontrarse, tanto en el colegio (acoso) como en Internet (ciberacoso).

A partir de 14 años: Maestro/a Jedi

hijo-padreEn plena adolescencia, si has cumplido en las etapas anteriores, tu hijo merece que le demuestres que confías en él, dándole más libertad y respetando su espacio si es responsable en el uso de las TIC. Es la época en la que debesdejarte enseñar para que te muestre sus progresos y sus descubrimientos tecnológicos. Él ya conoce «el poder de la fuerza» y el «lado oscuro» de las personas y de Internet. Tu papel es el de sabio Maestro Jedi que siempre está disponible para resolver alguna duda, que siempre le orienta cuando busca una guía a quien imitar y que siempre le asiste cuando necesita ayuda ante un problema que no sabe cómo zanjar. Sé receptivo y permanece de guardia 24h al día, 7 días a la semana los 365 días del año. Al igual que abordas, sin tapujos y con normalidad, los temas propios que pueden darse a estas edades: desde los trastornos alimenticios (anorexia y bulimia), la adicción a drogas o la sexualidad, en Internet debe comenzar a ser consciente de la huella digital que deja, su reputación on-line, y de los límites con respecto a su privacidad, y a la de terceros, que debe salvaguardar y debe hacer respetar.

http://www.elmundo.es/sapos-y-princesas/2015/03/17/5507d181ca47417f1f8b456c.html

La carencia afectiva es una situación de falta de falta de cuidados, de protección, de atención y de apego que sufre o ha sufrido un niño por parte de su madre o cuidador habitual durante los primeros años de vida.

Esta carencia afectiva puede ser debida a multitud de circunstancias como el abandono, el maltrato o a otras situaciones familiares menos traumáticas pero que dejan al niño desatendido en el plano afectivo y relacional.

La necesidad de afecto para el desarrollo infantil

carencia2A lo largo de los primeros meses y años, el bebé humano precisa de caricias, abrazos, besos y palabras cariñosas que estimulan su crecimiento y maduración cerebral. Sin este calor afectivo, sin este apego materno-filial, el desarrollo neuronal no se completa adecuadamente. Sabemos que no es suficiente con alimentar al bebé para que crezca sano, hay que transmitirle afecto y cariño, hacerle sentir que es amado para que se desarrolle adecuadamente no solo en el plano afectivo, si no también físico y mental.

En la sociedad actual en la que vivimos, inmersos en una actividad frenética y con horarios laborales poco adecuados para la conciliación familiar, son muchos los niños que viven faltos de afecto, de cariño y de las relaciones afectivas necesarias para su correcto desarrollo. No es necesario que el niño sea objeto de causas extremas como el maltrato, negligencia, abandono, largas hospitalizaciones, separaciones o divorcios traumáticos, para verse en una situación de carencia afectiva más o menos grave.  Unos cuidados de poca calidad contribuyen de manera significativa al deterioro del desarrollo del niño.

Niños que pasan horas y horas frente a la pantalla del televisor o del ordenador no están disfrutando del afecto o de las interacciones de sociales o intelectuales que les corresponden a su edad.  Esta tendencia de dejar a los niños con la niñera virtual durante largas horas crea un estilo de crianza impersonal, orientando a los niños hacia la tecnología y abandonando el factor humano.

6 síntomas de que tu hijo tiene carencias efectivas

RISTE_400(1)Los niños que no se sienten queridos por sus padres, con un ambiente frío, hostil, agresivo o  negligente pueden acabar desarrollando trastornos psicológicos más o menos graves. Las consecuencias de las carencias afectivas  sufridas durante los primeros años de vida son, con frecuencia, irremediables. Algunos de estos síntomas son:

1. Problemas con el control de los impulsos, con cambios bruscos de conducta y respuestas agresivas.

2. Desconfianza generalizada.

3. Deficiente desarrollo del lenguaje y habilidades sociales.

4. Déficit de atención.

5. Trastornos de ansiedad.

6. Dificultades para expresar sentimientos y problemas para modularlos.

Todos estos síntomas pueden llegar a hasta la edad adulta encontrándonos con personas egocéntricas, con escasas habilidades sociales y dependientes emocionalmente.

 

Sara Tarrés Corominas
Psicóloga infantil
Orientadora infantil

http://m.guiainfantil.com/articulos/educacion/derechos-del-nino/sintomas-de-carencia-afectiva-en-los-ninos/

Los problemas vividos en la infancia vaticinan cómo será nuestra calidad de vida cuando seamos adultos. Además, estos pueden influir significativamente en como nuestros niños de hoy actuarán mañana y en como nosotros, por otro lado, afrontaremos las adversidades.

Así, de alguna forma, a partir de estas 5 heridas emocionales o experiencias dolorosas de la infancia, conformaremos una parte de nuestra personalidad. Veamos a continuación cuáles son nuestras heridas….

1- El miedo al abandono

miedoa_590La soledad es el peor enemigo de quien vivió el abandono en su infancia. Habrá una constante vigilancia hacia esta carencia, lo que ocasionará que quien la haya padecido abandone a sus parejas y a sus proyectos de forma temprana, por temor a ser ella la abandonada. Sería algo así como “te dejo antes de que tú me dejes a mí”, “nadie me apoya, no estoy dispuesto a soportar esto”, “si te vas, no vuelvas…”.

Las personas que han tenido experiencias de abandono en la infancia, tendrán que trabajar su miedo a la soledad, su temor a ser rechazadas y las barreras invisibles al contacto físico.

La herida causada por el abandono no es fácil de curar. Así, tú mismo serás consciente de que ha comenzado a cicatrizar cuando el temor a los momentos de soledad desaparezca y en ellos empiece a fluir un diálogo interior positivo y esperanzador.

2- El miedo al rechazo

Boy crying on his bedEs una herida muy profunda, pues implica el rechazo de nuestro interior. Con interior nos referimos a nuestras vivencias, a nuestros pensamientos y a nuestros sentimientos.

En su aparición pueden influir múltiples factores, tales como el rechazo de los progenitores, de la familia o de los iguales. Genera pensamientos de rechazo, de no ser deseado y de descalificación hacia uno mismo. 

La persona que padece esta dolorosa experiencia no se siente merecedora de afecto ni de comprensión y se aísla en su vacío interior por el miedo de ser rechazado. Es probable que, si hemos sufrido esto en nuestra infancia, seamos personas huidizas. Por lo que debemos de trabajar nuestros temores, nuestros miedos internos y esas situaciones que nos generan pánico.

Si es tu caso, ocúpate de tu lugar, de arriesgar y de tomar decisiones por ti mismo. Cada vez te molestará menos que la gente se aleje y no te tomarás como algo personal que se olviden de ti en algún momento.

3- La humillación

miedoEsta herida se genera cuando en su momento sentimos que los demás nos desaprueban y nos critican. Podemos generar estos problemas en nuestros niños diciéndoles que son torpes, malos o unos pesados, así como aireando sus problemas ante los demás; esto destruye la autoestima infantil.

El tipo de personalidad que se genera con frecuencia es una personalidad dependiente. Además, podemos haber aprendido a ser “tiranos” y egoístas como un mecanismo de defensa, e incluso a humillar a los demás como escudo protector.

Haber sufrido este tipo de experiencias requiere que trabajemos nuestra independencia, nuestra libertad, la comprensión de nuestras necesidades y temores, así como nuestras prioridades.

La traición o el miedo a confiar

Surge cuando el niño se ha sentido traicionado por alguno de sus padres principalmente, no cumpliendo sus promesas. Esto genera una desconfianza que se puede transformar en envidia y otros sentimientos negativos, por no sentirse merecedor de lo prometido y de lo que otros tienen.

Haber padecido estos problemas en la infancia construye personas controladoras y que quieren tenerlo todo atado y reatado. Si has padecido estos problemas en la infancia, es probable que sientas la necesidad de ejercer cierto control sobre los demás, lo que frecuentemente se justifica con un carácter fuerte.

Estas personas suelen confirmar sus errores por su forma de actuar. Requiere trabajar la paciencia, la tolerancia y el saber vivir, así como aprender a estar solo y a delegar responsabilidades.

5- La injusticia

separacionSe origina en un entorno en el que los cuidadores principales son fríos y autoritarios. En la infancia, una exigencia en demasía y que sobrepase los límites generará sentimientos de ineficacia y de inutilidad, tanto en la niñez como en la edad adulta.

Las consecuencias directas en la conducta de quien lo padece será la rigidez, pues estas personas intentan ser muy importantes y adquirir un gran poder. Además, es probable se haya creado un fanatismo por el orden y el perfeccionismo, así como la incapacidad para tomar decisiones con seguridad.

Requiere trabajar la desconfianza y la rigidez mental, generando la mayor flexibilidad posible y permitiéndose confiar en los demás.

Ahora que ya conocemos las cinco heridas del alma que pueden afectar a nuestro bienestar, a nuestra salud y a nuestra capacidad para desarrollarnos como personas, podemos comenzar a sanarlas.

http://lamenteesmaravillosa.com/5-heridas-emocionales-la-infancia-persisten-cuando-somos-adultos/