Caitlin Pantos, ingeniera de Privacidad y Seguridad de Google, explicó ayer, en la sede de esta entidad en España, varios puntos clave para garantizar la intimidad en la red y una navegación tranquila para los más pequeños de la casa.

-¿Existe realmente la privacidad en la Red?

-La privacidad es un concepto diferente para cada persona: Yo puedo preferir que mis fotos sólo las vean mis amigos, mientras que a otro individuo le puede gustar compartir sus instantáneas públicamente en las redes sociales. Por eso en Google nos centramos en dar a la gente herramientas para que controlen la información que comparten y que les permitan hacer selecciones acerca de los servicios que utilizan.

-¿Cómo podríamos educar a los niños para que sean conscientes del riesgo que supone publicar información en la red?

-Es importante animar a los niños a pensar antes de que compartan, ya que el contenido, una vez que se publica, puede ser copiado, volver a ser compartido y difundido en la red por cualquier persona. En realidad no se necesita ser un experto en internet para ayudar a los niños a tomar buenas decisiones. Basta con sentido común.

-¿El control parental realmente funciona? ¿Pueden los padres tener un control real de la actividad de sus hijos en Internet?

-Hay algunos excelentes controles parentales disponibles, incluyendo Google Search, el modo restringido de YouTube, Google Play para las familias, así como los de las operadores de Internet. Pero ningún filtro o herramienta de control parental puede ser 100% efectivo, ya que muchos de los riesgos a los que se enfrentan los jóvenes en internet viene dados por sus propias decisiones. Dentro de la propia familia es importante discutir los valores personales e inculcar buenas prácticas desde pequeños. Es importante hablar con los hijos acerca de la seguridad en la red y cerciorarse de que saben que pueden recurrir a sus padres si se meten en cualquier dificultad.

-¿Hay alguna manera de saber que un menor está siendo perseguido a través de internet?

Si se sospecha que un niño podría ser víctima de intimidación, hay que investigar de forma inmediata. Hay redes de apoyo disponibles para ayudarle que pueden proporcionan herramientas para salir de esa situación. Nadie tiene que aguantar el acoso.

-¿Es posible borrar la huella digital de un menor de la red?

-No podemos estar seguros de qué tipo de huella digital pueden dejar nuestros hijos, pero podemos enseñarles a pensar sobre lo que comparten en la red. Como adultos, podemos ayudar a los niños a tomar decisiones acerca de lo que deben y lo que no deben publicar. Debemos asegurarnos de que entienden la configuración de privacidad y seguridad de todos los servicios que utilizan. Esto se aplica igualmente a su propia información o la que que comparten sobre otros.

-¿Qué recomendaría a los jóvenes que comparten información en internet sin pensar?

Siempre les digo que se hagan las siguientes preguntas:

• ¿Con quién estoy compartiendo esto?

• ¿Puedo confiar en ellos para mantener esta información en privado?

• ¿Cómo me sentiría si otros amigos vieran esto?

• ¿Cómo me sentiría si un profesor o mis padres vieran esto?

• ¿Cómo me sentiría si un futuro jefe viera esto?

• ¿Cómo me sentiría si esto saliera en la primera página del New York Times?

Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es «no lo se», entonces tal vez no vale la pena compartir.

http://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-caitlin-pantos-ningun-filtro-control-parental-100-por-ciento-efectivo-201604262124_noticia.html

A principios de 2015, la profesora de la Universidad de Stanford Jo Boaler desató la polémica entre los académicos con un artículo en el que criticaba duramente la forma de enseñar matemáticas en la escuela. Boaler cargaba contra el sistema educativo británico por obligar a los niños de 9 años a memorizar las tablas de multiplicar, incluidas las del 11 y 12. Sus investigaciones demostraban que cuando los niños se examinan de las tablas se dispara su ansiedad. Si no es lo suficientemente rápido, el alumno piensa que no es bueno y pierde la confianza en su potencial. Esa frustración es, en opinión de Boaler, el germen del desapego de la mayoría de estudiantes hacia las matemáticas.

El exceso de memorización, el poco tiempo para resolver un gran número de operaciones durante un examen y la desconexión del cálculo con los problemas cotidianos son, a juicio de Boaler, algunos de los factores que conducen al fracaso en esa materia.

“Las matemáticas de la escuela están muy desconectadas de las matemáticas que sirven para solucionar problemas en el mundo real”, asegura el británico Conrad Wolfram, fundador de la organización Computer Based Math, cuyo objetivo es rediseñar el programa académico de la asignatura de matemáticas y exportarlo a todo el mundo. Según Wolfram, uno de los problemas fundamentales es la cantidad de tiempo que se dedica a enseñar a calcular a mano, cuando los ordenadores deberían asumir esa función. “Nuestra misión en construir un plan desde cero basado en el uso del ordenador. Una vez que el estudiante tiene las nociones básicas de cálculo, no tiene sentido que dedique tantas horas a resolver divisiones de grandes números”.

Su planteamiento es que el alumno debe entender el por qué de las operaciones y aprender a identificar qué métodos matemáticos sirven para solucionar los problemas de la vida real. De momento, Wolfram ha puesto en marcha un programa piloto en varias escuelas públicas de Estonia en el que la probabilidad y la estadística toman mayor protagonismo. Por ahora han empezado con una pregunta muy sencilla: ¿Pueden las matemáticas ayudarme a saber si estoy en la media? Con este juego en el que los estudiantes calculan y comparan sus características físicas, los profesores consiguen que se involucren. “Es esencial que entiendan la conexión entre el mundo que ven y lo que tratan de descifrar”.

Uno de los problemas fundamentales es la cantidad de tiempo que se dedica a enseñar a calcular a mano

En España, los expertos consultados defienden que el modelo tradicional de enseñanza de las matemáticas no es efectivo y genera desafección. “En Secundaria, el programa académico está muy centrado en el cálculo, en la parte más abstracta de las matemáticas y muchos alumnos no entienden para qué sirven”, asegura Agustín Carrillo, secretario general de la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas.

“La clave es dar mayor protagonismo a los alumnos a través de la experimentación y no basar la metodología de enseñanza en clases magistrales con una pizarra como principal elemento”. Desde el año 2010, Carrillo dirige uno de los once institutos Geogebra que hay en España. Estos centros promueven el uso en los colegios de un software libre que permite manipular objetos y resolver problemas a través del ordenador. “Por ejemplo, un ejercicio típico en clase es hallar la posición del circuncentro de un triángulo -el centro de la circunferencia que pasa por los tres vértices-. El programa permite mover el triángulo y observar cómo se traslada ese punto”. El objetivo es que el alumno dirija la investigación.

Para conseguir que los estudiantes se enganchen a las matemáticas es fundamental el formato de las clases. “La enseñanza oficial falla en un aspecto, no dispone de recursos para ofrecer un método personalizado”, dice Daniel González de la Vega, ingeniero industrial y fundador de Smartick, un software de inteligencia artificial que analiza la forma en la que un niño resuelve problemas y que adapta el contenido a la velocidad de aprendizaje. La idea es estimular al estudiante con continuos retos adaptados a su nivel. Smartick promete una mejoría en las notas de los estudiantes con solo 15 minutos al día en la aplicación.

Desde su lanzamiento en 2011, han trabajado con 18 colegios, la mayoría privados y concertados, y más de 20.000 usuarios han descargado la aplicación. Entre los 30 profesionales que integran el equipo, hay un profesor de didáctica de las matemáticas de la Universidad Autónoma de Madrid y un experto en inteligencia artificial de la Carlos III.

La clave es dar mayor protagonismo a los alumnos a través de la experimentación

“Hay dos formas de enseñar matemáticas: la mecanicista, poco creativa y orientada al resultado de una operación, y la que se basa en el aprendizaje por proyectos”, indica González de la Vega. En su opinión, el sistema educativo en España no dispone de profesores de primaria con el suficiente nivel de especialización para poner en práctica la segunda modalidad. “Por norma general, los estudiantes de Magisterio no suelen ser los más brillantes. Muchas veces, ellos mismos fracasaron en matemáticas durante su etapa escolar y por eso les resulta más fácil recurrir a la fórmula del libro de texto”, apunta.

González de la Vega comenta que las matemáticas parecen tener poca importancia para los padres. “Dan por hecho que el colegio se encarga de enseñar bien matemáticas, no sucede como con el inglés que la mayoría se apunta a clases particulares”. Una de las principales razones que comunican los padres que se dan de baja de Smartick es la falta de tiempo. “Nosotros recomendamos que estén solo 15 minutos y sin embargo se sabe que los niños dedican 2,4 horas de media al día a ver la televisión. Es una cuestión de prioridad”.

La tecnología tiene cada vez un peso más importante en la sociedad. La programación ya es obligatoria en los colegios de Estados Unidos y las nuevas disciplinas como la Inteligencia Artificial y el Data Science requieren un alto dominio de matemáticas. Es ahí donde se está generando empleo. “Si no cambiamos la manera de dar las clases, las matemáticas seguirán siendo aburridas”, dice Conrad Wolfram, “poco efectivas y destinadas al fracaso de estudiantes desconectados, empleados insatisfechos, profesores frustrados y padres preocupados”.

http://economia.elpais.com/economia/2016/04/24/actualidad/1461527206_970734.html

La escuela clásica, vieja, terminó». Quien habla no es un gurú de las metodologías innovadoras en educación, ni tampoco un experto en nuevas tecnologías. Es Miguel de la Hera, director del Colegio San Gregorio Nuestra Señora de la Compasión de Aguilar de Campoo (Palencia), un centro de poco más de 600 alumnos que hace ya diez años entendió que la modernización de la enseñanza era clave para motivar a los estudiantes. Conceptos como gamificación, educación emocional, aprendizaje colaborativo están desde hace tiempo en el «adn» de la formación que imparte este centro concertado. Es sólo un ejemplo de los muchos proyectos de innovación educativa que se están desarrollando actualmente en las escuelas de Castilla y León, muchas de ellas públicas. Ahora, la Consejería de Educación, a través de la Dirección General de Innovación y Equidad Educativa, quiere ayudar a los centros escolares a ponerse al día en nuevas metodologías, uno de los objetivos de la Lomce, y para ello desarrollará este curso un proyecto experimental sobre el aprendizaje basado en dinámicas de juego.

La idea del departamento que dirige Fernando Rey es formar, al menos, a medio centenar de profesores de Primaria y Secundaria pertenecientes a 50 centros educativos públicos, 25 desde abril hasta junio y otros 25 a partir de septiembre. «Es muy importante que el profesorado esté permanentemente formado y actualizado porque estamos en una sociedad del conocimiento y nuestro sistema educativo tiene que estar a la altura», explica la directora general de Innovación y Equidad Educativa, Pilar González, quien ve necesario evitar que el alumno sea un mero receptor del conocimiento: «Deben ser capaces de producir conocimientos y de resolver problemas, y ese es un salto que de alguna manera se propicia con este tipo de metodologías innovadoras».

La motivación y el fomento de la autonomía son algunas de las ventajas de aprender jugando
La motivación y el fomento de la autonomía son algunas de las ventajas de aprender jugando- F. HERAS.

En ello coinciden desde la Asociación de Psicólogos y Pedagogos de Castilla y León (ACLPP). «Actualmente contamos con un alumnado que es nativo digital, siendo muy costoso que sigan las clases en las que sólo escuchan hasta que no adquieren un nivel de maduración equiparable al del adulto», sostiene su presidenta María de las Olas Rodríguez, para quien en la «era» actual hay que partir de las premisa de que «el docente no es el único dueño del conocimiento», sino que éste «lo formamos todos, está en la nube. Cualquier joven tiene acceso a más información de la que podrá leer jamás, mientras que la enseñanza tradicional estaba basada en un entorno en el que no había acceso directo a la información».

Para la directora general, tres son los «elementos claves» cuando se habla del aprendizaje basado en este tipo de dinámicas: la utilización del juego clásico -«¿quién no ha jugado al parchís en clase? es algo que siempre se ha hecho»-; el concepto de gamificación -basado en incorporar los mecanismos del juego: ranking, medallas…-, y una tercera vía, en la que se mezclan las tecnologías de la información y la comunicación: «Cualquiera de los elementos son muy motivadores para el alumno».

Ventajas

A la motivación, con todo lo que conlleva de observación, intuición, empatía, asunción de riesgos y toma de decisiones, se suman otras muchas ventajas, opinan los psicólogos y pedagogos. Entre ellas, un aprendizaje más útil, significativo y duradero; la adquisición de competencias útiles para el alumnado; el incremento de la implicación de los estudiantes dentro y fuera del aula; un «feed back inmediato» y la mejora de la comunicación emocional del alumno, que se convierte en más proactivo y autónomo. ¿Y para los profesores? «Para ellos es un enriquecimiento tremendo porque cambiar el modelo de dar clase produce en los alumnos una satisfacción y capacidad de aprendizaje del que se retroalimenta el profesor», añade Pilar González.

«Cualquier joven hoy tiene acceso a más información de la que podría leer jamás»

Aunque renovado, la introducción de metodologías más activas en las aulas, muchas basadas en el juego, no es un planteamiento nuevo en educación, recuerda María de las Olas Rodríguez: «Si nos remontamos a la Edad Media y, más recientemente, a los movimientos de renovación pedagógica de los siglos XIX y principios del XX, observamos que ya se ponía de manifiesto que se aprendía haciendo, experimentando, siendo el docente acompañante, modelo y guía del proceso. Luego, con la universalización de la educación, se pasó al establecimiento de un currículum para todos y la gradación por niveles, lo que llevó a la enseñanza de contenidos y saberes culturales transmitidos del profesor al alumno, siendo éste un sujeto pasivo».

La directora general Pilar González
La directora general Pilar González- F. HERAS

Dar la vuelta a este sistema y que los alumnos puedan ir avanzando de forma autónoma teniendo al profesor como guía es lo que pretende el profesor Javier Ramos Sancha, del mencionado colegio de Aguilar de Campoo con «Ecosystem Game» (o lo que es lo mismo, «El juego de los ecosistemas»), con el que trabajan en quinto y sexto de Primaria. En sus clases los alumnos acceden a una web donde previamente se han volcado los contenidos del libro, y cada día abren el tablero del juego donde una supuesta ministra de Medio Ambiente les encomendará una misión que deberán resolver con ayuda de otros profesores, a veces de los padres, o entre ellos: «El planteamiento general es que ellos se convierten en biólogos», detalla este maestro, para quien este tipo de metodologías permiten «primordialmente», la posibilidad de individualizar la educación al máximo: «Podemos ayudar de forma mucho más cercana a aquellos alumnos que necesiten una mano extra».

Inconvenientes

Poder trabajar con herramientas como ésta requiere un importante trabajo previo del profesorado. Es quizá uno de los «inconvenientes» -si así pueden llamarse- de estas metodologías. Los pedagogos apuntan también, entre otros, al elevado coste, «si hablamos de adecuadas instalaciones y recursos para su implementación»; la dificultad de encontrar un equilibro entre lo lúdico y lo formativo, y el sistema de evaluación, además de la «presión» que sufre el profesorado, que «tiene que cumplir con el aprendizaje de unos contenidos que serán necesarios para el curso siguiente». Esto, a su juicio, limita «enormemente» el uso de estas nuevas metodologías.

«Los alumnos deben ser capaces de producir conocimiento y resolver problemas»

Dificultades al margen, nadie duda de que estas nuevas herramientas son el futuro -mejor dicho, el presente- de la educación. Por ello, el departamento que dirige Rey quiere facilitar la formación al profesorado. El mencionado proyecto experimental, a cuya convocatoria se podía acceder a través del Portal de Educación www.educa.jcyl.es constará de varias fases, detalla la directora general. En el Centro de Recursos y Formación del Profesorado en TIC, con sede en Salamanca, se hará la formación presencial. Al final de esta fase, los docentes deberán elaborar un proyecto que pondrán en práctica en el aula y, al mismo tiempo, se abrirá una fase colaborativa, donde debatirán en un aula virtual cómo enriquecer sus experiencias. Una evaluación pondrá el punto y final a este proceso de formación que, insiste Pilar González, supondrá «un enriquecimiento» profesional: «Esto es una espiral, cuanto más conozco y más innovador soy, más quiero seguir en la vanguardia de la educación».

¿Eres feliz con lo qué estas haciendo en este momento? Piénsalo. Puede que te estés dedicando a un trabajo que no te guste, que te encuentres acompañado de la persona equivocada o que incluso, no estés disfrutando de todas aquellas cosas que tanto te gustan hacer poniéndote como excusa que no tienes tiempo.

Solemos vivir en automático, cargados de obligaciones y responsabilidades sin tener en cuenta nuestro bienestar personal, como el protagonista de nuestro corto. Lo único que sabemos hacer es olvidarnos de nosotros mismos. Nos hacemos invisibles y ni siquiera nos cuestionamos si estamos donde queremos estar, haciendo lo que queremos hacer, acompañados de la persona que deseamos a nuestro lado.

“La única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que haces”
-Steve Jobs-

Puede que te hayas acostumbrado tanto a tu rutina, a tu día a día, que ni siquiera barajes la posibilidad de cambio. ¿Lo habías pensado? La costumbre puede ser una buena compañera por su tranquilidad, pero también tiene la capacidad de limitarnos e impedir nuestro crecimiento, tanto laboral como social o personal.

La diferencia entre costumbre y pasión

No es lo mismo dedicarte a algo por lo que sientes verdadera vocación y pasión, que a una labor impuesta, por la que no sientas el más mínimo interés. No es lo mismo estar con la persona que te hace feliz que con alguien a quien te has acostumbrado y con el que la indiferencia se ha instalado. Tampoco es lo mismo hacer las cosas por hacer, que llevarlas a cabo porque aportan un toque de sabor y color a tu vida.

Hay una diferencia entre hacer las cosas por costumbre y hacerlas por pasión. La costumbre conlleva automatismo, inercia, un no darse cuenta. La pasión conlleva vida, ganas, ilusión y color. La emoción está en la pasión y no en la costumbre. La felicidad es crear tu actitud, tu vida y tus oportunidades.

Quizás, el mundo necesite urgentemente gente que ame lo que hace, pero sobre todo tú necesitas hacer cosas que te encanten, estar con personas a las que ames y dedicarte a aquello que te apasiona. No se disfruta lo mismo, no se vive de la misma manera ni se siente lo mismo o ¿no es cierto? Ser feliz también requiere de esfuerzos.

“El secreto de la felicidad y la virtud: amar lo que uno tiene que hacer”

-Aldous Huxley-

Necesitas amar lo que haces

Necesitas que vuelva a relucir ese brillo intenso en tus ojos, necesitas que la emoción y la intensidad vuelvan a tu vida. Que la esperanza aparezca y la ilusión se una a su compañía. Necesitas amar tu día a día y todo lo que ello conlleva. Necesitas ser el motor de tu vida y poder dirigirla hacia donde tú quieras, con las personas que quieras y de la manera que mejor te parezca.

Espantapájaros feliz

A riesgo de parecer utópicos, puedo decirte que esto es posible. Se necesitan muchas ganas, mucho coraje y valentía, y una gran cantidad de pasión, curiosidad e ilusiones. Las oportunidades no llegan de la nada, tienes que salir a buscarlas y no se me ocurre otra manera que con muchas ganas de cambiar y abundantes dosis de esfuerzo para luchar por nuestros sueños.

Los resultados llegarán pero con el tiempo. Tan solo tienes que decidir querer llevar el volante de tu vida y comenzar a plantar semillas para que poco a poco den sus frutos. No te digo que será una tarea sencilla, no te digo que será una tarea sin obstáculos pero sí puedo decirte que será una de las cosas más bonitas y placenteras que llevaras a cabo en tu vida. El valor de luchar por lo que uno quiere no tiene precio.

Haz lo que amas y serás feliz

Puede que en estos momentos te suceda como al protagonista de este cortometraje en su inicio, que estés cansado y envuelto en una atmósfera de desidia e inercia, siendo infeliz y que tengas un sueño en la lista de espera, aguardando el momento perfecto para que se cumpla. Pero no existe el momento perfecto, tú creas el momento perfecto para hacer realidad tus sueños.

Sé tu el que cree la oportunidad en tu vida

¿Por qué no haces como el protagonista de este corto, que cansado de su situación decide luchar por su sueño poco a poco y consigue al fin ser feliz? Cansado de trabajar para una fábrica de alimentos prefabricados decidió dar un giro a su vida comenzando a cocinar alimentos naturales con el objetivo de cultivar un mundo mejor.

Tú también puedes hacerlo, tan solo tienes que encontrar aquello que amas e ir en su busca. Con paciencia, con esfuerzo, con coraje y valentía, pero sobre todo dejando amor en cada paso. La gente más feliz con la que me he cruzado han sido aquellas que encontraron lo qué querían hacer y decidieron ir a buscarlo.

¡Que disfrutéis del corto!

El bullying escolar es un problema que preocupa cada vez más a la población. En los últimos años se han multiplicado los casos de forma alarmante o, al menos, se han hecho más visibles en la prensa, redes sociales, etc. Tiendo esto en cuenta, los chicos de Droga5 crearon este anuncio para Android que se emitió durante la gala de los Oscar con el objetivo concienciar a la población sobre el daño que provoca este tipo de violencia en las personas que la padecen.

Los protagonistas son los tres elementos que conforman un juego al que todos hemos jugado alguna vez: piedra, papel, o tijera. Durante el anuncio, estos tres personajes, en lugar de dañarse como era de esperar (el papel sería el “enemigo” de la piedra, la piedra de las tijeras y las tijeras del papel), deciden ayudarse para defenderse de los agresores.

Un bonito mensaje que cala tanto en mayores como en pequeños, gracias al uso de la animación y el recurso del juego “Piedra, papel o tijera” que es conocido por todos, especialmente por los niños.

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[Visto en: Mashable] y en http://lacriaturacreativa.com/2016/04/piedra-papel-o-tijera-un-bonito-anuncio-contra-el-bullying-escolar/

Muchos padres me dicen que no consiguen hablar con su hijo porque siempre terminan discutiendo.

A veces esto sucede cuando ellos más están necesitando ayuda, pero se niegan a tener conversaciones con sus padres.

Aunque cada situación es diferente, sí es cierto que he encontrado ciertas pautas en la comunicación entre padres e hijos que dificulta el diálogo.

Mamá, no me entiendes. Papá, no me entiendes.

He observado que los hijos no se sienten comprendidos por sus padres por un motivo que se repite con frecuencia. Me refiero a cuando los padres interpretan lo que su hijo está viviendo y falsamente empatizan con él porque aseguran comprender lo que el otro siente. No debemos confundir lo que uno siente al imaginarse en una situación con lo que el otro está sintiendo.

discusiones-en-familiaLa falsa empatía es aquella que genera emociones reales en los padres, pero no son las mismas emociones que los hijos están viviendo.

Puede que los padres piensen que conocen a sus hijos y lo que estos están sintiendo y tal vez sea cierto, pero cuando alguien dice que no lo entiendes, tal vez sea el momento de plantearse escuchar más y afirmar menos.

Porque los hijos cambian, crecen y aprenden.

Muchas conversaciones terminan en discusión porque los padres intervienen demasiado rápido, cuando su hijo aún no siente que ha dejado claro su punto de vista.

Es más, aunque estés en lo cierto y sepas exactamente lo que está pasando por su cabeza o su corazón, te animo a que muestres curiosidad e interés para que se exprese. Siempre será más poderosa una conversación de corazón a corazón que un consejo o decir “te entiendo”.

En conclusión: Descubre lo que siente a través de su conversación y no de tu imaginación

Juzgar

Imagina que hablas con un amigo/a y al decirle lo que te está pasando te juzga y te dice lo que piensa de ti. ¿No preferirías hablar de lo que te inquieta sin poner en tela de juicio tu persona? ¿Hablarías voluntariamente con alguien que sabes que va a juzgarte por tus pensamientos, aunque estos no estén aún claros?

A todos nos gusta hablar con personas con quienes podemos compartir nuestras inquietudes sabiendo que no nos juzgará por ello. Es muy agradable compartir la intimidad con una persona que diferencie lo que somos de lo que nos inquieta.

Sin embargo, creo que los padres tienen (tenemos), en cierta forma, esta necesidad. Tal vez sea porque quieren lo mejor para sus hijos y por eso necesitan adelantarse a los acontecimientos para evitar problemas futuros. Los padres quieren que sus hijos sean de la mejor forma posible.

Esto resulta contraproducente cuando limita el diálogo.

Es posible que un niño reciba una reprimenda por algo que ha hecho, pero hay que evitar juzgar a la persona y limitarse a juzgar el acto. Cuando son adolescentes es más complicado, porque se muestran como personas (casi) adultas y parece que haya que actuar en el momento o será tarde.

Si juzgas a tu hijo por un pensamiento que está compartiendo, es posible que cada vez le cueste más hablar contigo y es más que probable que las conversaciones acaben en discusión, porque él sienta atacada su esencia.

Sólo compartirán sus inquietudes más íntimas cuando estén acostumbrados a ser escuchados sin ser juzgados.

Si comparte contigo algo que crees que no lo beneficia, te animo a que lo veas como una persona capaz y legítima a quien hay que acompañar en su diálogo interior. En última instancia, si debes intervenir en su conducta, siempre puedes hacerlo manteniendo la misma idea de que él es una buena persona teniendo una mala idea.

En resumen: Opina sobre la idea, no sobre la persona.

Cortar por lo sano

Muchas veces hacemos el esfuerzo de escuchar pero interrumpimos cuando el otro dice algo que nos parece importante rectificar antes de que actúe inadecuadamente.

Esto tal vez nos deje tranquilos, pero interrumpe el diálogo y complica que en el futuro nos busque para hablar antes de actuar.

Cuando tu hijo está explicando su visión, puede que diga algo que es claramente contraproducente o con lo que no estás de acuerdo. Es importante no “saltar” e interrumpir en ese momento porque dejarás de conocer el resto de sus fundamentos.

Recuerda que no se trata de vencer en la conversación, sino de fomentar un diálogo y eso se consigue dejando que se exprese, no aprovechando las oportunidades para ganar una batalla. Como he dicho antes, si necesitas intervenir en su conducta, eso lo puedes hacer después.

Es decir:  No confundas escuchar con estar de acuerdo, ni escuchar con permitir hacer. 

Miedo a que tenga razón

Algunas discusiones las cortamos por miedo a que a final el otro tenga razón.

Hay puntos de vista que tenemos aparentemente muy claros pero no están realmente fundados. A veces son tan importantes que preferimos no debatir por si no conseguimos rebatir sus argumentos.

Un ejemplo de esto son las conversaciones sobre los estudios. En ese caso, los padres están convencidos de que estudiar es necesario pero no siempre tienen los argumentos para exponerlo de forma objetiva. Al final recurrimos al “porque sí”, “es evidente”, “de sentido común”, “¿qué vas a hacer si no…?” y eso no les está sirviendo. La cuestión de los estudios es sólo un ejemplo, lo importante es que veas que si quieres dialogar hay que estar dispuesto a aprender de lo que dice el otro y aceptar que tal vez tenga un poco de razón en su visión.

Un truco, para cuando os esté costando discutir algo, piensa: ¿En qué tiene él un 2% de razón?

 

El pasado 29 marzo, a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa, los niños de 6ºA que cursan educación Primaria en el colegio San Gabriel de Alcalá de Henares se encontraron en el buzón una carta a su nombre. Se la había escrito su profesor, Iván de la Cruz García, y decía esto:

Querido alumno,

Espero que hayas disfrutado de estas vacaciones. ¡Te lo has ganado! Ha sido un trimestre duro.

Quizás te sorprenda que te escriba una carta, pero… ¡me apetecía!

Con estas líneas quiero darte la bienvenida al tercer y último trimestre de tu etapa en Primaria. Te animo a que des todo de ti; demuéstrate que puedes hacerlo mucho mejor, supérate a ti mismo. No te conformes con… ¡al menos he aprobado!

Este viaje está llegando a su fin pero todavía nos quedan muchas aventuras por vivir juntos. Tan solo son tres meses y después podrás recoger los frutos de tu trabajo. No deje que la pereza sea más fuerte que tú.

En esto no estás solo; cuentas con tus compañeros de clase y conmigo, ¡claro! Todos juntos formamos un buen equipo.

Te espero el miércoles. Trae la mochila cargada de ganas e ilusión por aprender y convivir.

Un abrazo de tu profe que te aprecia mucho.

P.D. Cuando te sientas sin ganas, lee de nuevo esta carta. ¡Seguro que te ayuda a seguir con fuerza!

«Sé por experiencia que el tercer y último trimestre es el más complicado para los chicos porque están cansados», explica de la Cruz a Verne por teléfono, «así que durante las vacaciones, que tienes tiempo para pensar, se me ocurrió escribir algo para motivarlos».

12920415_1007031982706707_8188763260040073109_nEl formato elegido para ello, una carta que llegase por correo postal, no fue casual. Como recuerda este joven madrileño de 36 años, formaba parte del plan: «Quería utilizar un medio con el que no estuviesen familiarizados – como pasa por ejemplo, con el WhatsApp. Cuando era niño a mí me hacía mucha ilusión descubrir que me habían enviado una carta, que alguien se había acordado de mí», cuenta el profesor, » y ese efecto es el que buscaba en ellos, que se sintiesen especiales».

De la Cruz redactó un texto común para todos «pero luego iba añadiendo algunos pequeños guiños a quienes consideraba que lo necesitaban. Solo traté de ponerme en su lugar y escribir algo que les fuese cercano». Una de los conceptos que quiso remarcar fue el del trabajo en equipo: «A estas edades  – 12, 13 años – comienzan a dividirse en distintos grupos de amigos, así que quería hacerles ver que cuando vamos todos juntos en la misma dirección, se consiguen mejores resultados».

El mensaje no solo caló en los niños, sino también en los padres. Uno de ellos, Ignacio del Estal Sánchez, sacó una foto y la compartió en LinkedIn agradecido por el gesto y por la mejora que había observado en su hijo durante el curso: «Posiblemente Iván, el profesor, no ha recibido 20 cursos de liderazgo y motivación», escribía, «pero demuestra que no hay grandes secretos para ello y que lo importante es querer».

A los pocos días las palabras de este padre y la captura de la carta llegaron a otros blogs y redes sociales. Un ejemplo es esta página de Facebook dedicada a la educación, donde ha recibido – desde el pasado 31 de marzo – más de 9.000 Me gusta y se ha compartido 8.000 veces.

«Tengo un contacto muy fluido con los padres», explica de la Cruz, » y desde un primer momento me escribieron para darme las gracias por la carta». Los chicos, a los que lleva dando clase dos años, «han sido un poco más tímidos, pero también se han acercado en el patio para decirme que tratarán de esforzarse más y dar lo mejor de sí». Y lo más importante, la carta ha surtido efecto: «Los compañeros que coinciden con ellos en otras asignaturas me han comentado que estas dos últimas semanas están trabajando muy bien y que participan más».

De la Cruz – que estudió Magisterio Musical y después la especialidad de Lengua Inglesa –  dice que la reacción de niños y adultos ante la carta le ha sorprendido mucho, pero cree que la clave puede estar en que es un mensaje global: «todos necesitamos que nos animen y que nos digan lo que hacemos bien porque ya hay mucha gente a nuestro alrededor que se encarga de subrayar solo lo negativo».

El profesor lleva nueve años trabajando en este centro de Alcalá de Henares y asegura que en este tiempo ha descubierto en la enseñanza «el trabajo de mi vida». Este curso será el último que pase con este grupo de 29 niños, pero gracias a la carta se ha sentido muy reconfortado: «La gente cree que nuestra labor es muy sencilla, que siempre estamos de vacaciones, pero no es así cuando ejerces la profesión desde una vocación profunda», señala de la Cruz, «Tú vas sembrado y sabes que algún día, en algún momento, saldrá algo bueno».

http://verne.elpais.com/verne/2016/04/10/articulo/1460309842_029370.html

Por qué a los jóvenes les atrae el riesgo? ¿Por qué aprenden con tanta agilidad? La clave reside en la versatilidad de sus redes neurales.

Las imágenes de resonancia magnética muestran que el cerebro del adolescente no es un órgano infantil envejecido ni tampoco uno adulto incompleto. Constituye un ente singular, con una gran versatilidad y una creciente instauración de redes neurales.

Como-funciona-el-cerebro-adolescenteEl sistema límbico, que rige la emotividad, se exacerba en la pubertad. En cambio, la corteza prefrontal, que pone freno a los impulsos, no madura hasta los veintitantos años. Este desfase, que lleva a los jóvenes a adoptar conductas arriesgadas, les permite también adaptarse pronto a su entorno. En la actualidad, los niños están llegando antes a la pubertad, y el período de desajuste se amplía.

Un conocimiento más pleno del cerebro juvenil ayudaría a las familias y a la sociedad a diferenciar mejor entre las conductas típicas de la adolescencia y las enfermedades mentales; y a los jóvenes, a convertirse en lo que deseen ser.

El cerebro adolescente se considera a menudo con sarcasmo como un ejemplo de error biológico. La neurociencia ha explicado que las conductas arriesgadas, agresivas o desconcertantes de los adolescentes son producto de alguna imperfección en el cerebro. Pero investigaciones innovadoras realizadas en los últimos diez años ponen de manifiesto que tal punto de vista resulta erróneo. El cerebro del adolescente no es defectuoso, ni tampoco se corresponde con el de un adulto a medio formar. La evolución lo ha forjado para que opere de distinta forma que el de un niño o el de un adulto.

Entre los rasgos del cerebro adolescente destaca su capacidad de cambio y adaptación al entorno gracias a la modificación de las redes de comunicación que conectan entre sí distintas regiones cerebrales. Esta peculiar versatilidad, o plasticidad, supone un arma de doble filo. Por un lado, faculta a estos jóvenes para avanzar a zancadas gigantescas en el pensamiento y la socialización. Por otro, la mutabilidad del entorno les torna vulnerables a conductas peligrosas y a graves trastornos mentales.

Los estudios más recientes señalan que los comportamientos temerarios surgen por un desfase entre la maduración de las redes del sistema límbico, que impele las emociones, y las de la corteza prefrontal, responsable del control de los impulsos y del comportamiento juicioso. Se sabe ahora que la corteza prefrontal continúa experimentando cambios notorios hasta bien entrada la veintena. Parece, además, que la pubertad se está anticipando, lo que prolonga los «años críticos» de desajuste.

La plasticidad de las redes que conectan entre sí distintas regiones cerebrales, y no el crecimiento de tales zonas, como se pensaba, resulta clave para alcanzar en última instancia el comportamiento adulto. Entenderlo así, y saber que en nuestros días se está alargando el lapso entre el desarrollo de las redes de la emoción y las del raciocinio, puede ser de utilidad para los padres, maestros, consejeros y a los propios adolescentes. Se comprenderá mejor que los comportamientos aventurados, la búsqueda de sensaciones, la distanciación de los padres y la aproximación a «colegas» no son signos de trastornos emocionales o cognitivos, sino un resultado natural del desarrollo cerebral; son un rasgo normal de los adolescentes, que están aprendiendo a habérselas con un mundo complejo.

El conocido escritor Peter Walsh pronunció unas palabras realmente inteligentes al afirmar: “Ama lo que tienes, ten lo que necesitas, sé feliz con menos”. Un buen ejemplo para trasladar a nuestro niños a la hora de evitar el consumismo excesivo.

Actualmente vivimos en constante carrusel de emociones provocado por los continuos mensajes publicitarios e informativos que nos rodean. Si la cohabitación es compleja para un adulto formado y con las ideas claras, ¿cómo puede caer en la mente de un niño cuyos mecanismos de defensa están en pleno desarrollo?

Como dice la psicóloga Katy Gutiérrez, no es extraño observar cada día más a menudo escenas con niños llorando, en plena pataleta, dentro de un centro comercial o tienda porque sus padres no les compran lo que quieren.

“Mientras las universidades logran robots que se parecen cada vez más a los seres humanos, no sólo por su inteligencia probada sino ahora también por sus habilidades de expresar y recibir emociones, los hábitos consumistas nos están haciendo cada vez más similares a los robots”
-Jorge Majfud-

Consecuencias del consumismo excesivo en el niño

El consumismo excesivo no tiene buenas consecuencias para nadie. Si pensamos que provoca adultos más infelices, cabe imaginar el efecto devastador que tiene sobre la formación y educación infantil.

Plegarse a las peticiones constantes de un niño, expuesto a todo tipo de impactos publicitarios, provoca jóvenes que reaccionan como pequeños tiranos ante el “no”. Si no tenemos un criterio claro a la hora de establecer límites, les trasladaremos nuestra falta de claridad y se aprovecharán de nuestras dudas.

Niña enfada porque no le dejan comprar

El consumismo excesivo provoca un mayor consumo. Así, cuando alimentamos al impulso de adquirir o comprar para calmar nuestra ansiedad, este impulso se hace más grande y más fuerte, menos controlable. Si a esto le sumamos que nuestro pequeños aún no tienen la corteza pre-frontal totalmente desarrollada, nos podemos encontrar un un verdadero problema.

Los niños son grandes negociadores de manera natural y no dudan en poner a prueba nuestra paciencia, hasta límites insospechados, con tal de acabar obteniendo lo que quieren. Además de insistentes, aprenden a utilizar argumentos rápidamente -como el de que ese juguete lo tienen el resto de niños de su clase y no quiere ser el “raro”- o a prometer algo a cambio, como el buen comportamiento.

¿Por qué se provoca este efecto actual?

En este sentido, encontramos influencias actuales que provocan el consumismo excesivo en los más pequeños de la casa. Una principal y muy importante es la falta de tiempo que un padre dedica a su pequeño, cuya culpabilidad puede ser suplida erróneamente por regalos y dádivas.

Otros efectos actuales que afectan al consumismo excesivo son el aumento del poder adquisitivo, el menor número de hijos de las familias de hoy en día y las campañas publicitarias cada día más agresivas y creativas.

“Nos hallamos en una situación en la que, de modo constante, se nos incentiva y predispone a actuar de manera egocéntrica y materialista”
-Zygmunt Bauman-
Madre e hija pequeña con bolsas de compras

También la facilidad en las formas de pago y la falta de paciencia y creatividad a la hora de afrontar una situación de pataleta en una zona pública pueden provocar el cansancio por parte de los padres que terminan por ceder. ¿Qué es una chocolatina frente a la posibilidad de que “esté callado un rato”?

Estrategias para evitar el consumismo excesivo en los niños

El hecho de que el niño pida algo no tiene por qué ser necesariamente negativo. Se convierte en un problema cuando es excesivo y cae en conductas realmente perjudiciales para su salud. Sin embargo, hay estrategias que se pueden plantear para evitar estas situaciones:

  • Dar una paga al niño es una buena opción. De esta forma lograrás que el pequeño tenga que aprender a administrar su propio dinero y comprenda el esfuerzo que requiere ganarlo.
  • Habla con tu hijo para saber de dónde vienen sus necesidades. Cuando pida algo, pregúntales por qué lo quiere, para qué lo va a usar, dónde lo guardará… Poco a poco podrás enseñarle la diferencia entre capricho y necesidad.
  • Otro ejercicio importante, para que el pequeño no caiga en conductas de consumismo excesivo, es mostrarle que un consumidor inteligente busca y compara. Él se sentirá atraído por lo primero que vea y le llame la atención. Tú deberás mostrarle la importancia de informarse antes y adquirir el mejor producto para que aprenda a ser más responsable.
Niña haciendo cuentas de su dinero en una libreta
  • La importancia de la manufactura es un valor importante en este punto. Si puedes, trata de hacer con tu pequeño los objetos que quiere. No solo es un ejercicio de comunicación y diversión padre e hijo, también es útil para mostrar el valor de lo que se desea.
  • Fomentar hábitos saludables de consumo es un ejercicio necesario. Predica con el ejemplo para que el pequeño aprenda a comprar cuanto necesita y se pueda permitir. Si unos padres compran todo lo que ven y con exceso, es difícil inculcar al pequeño los valores del ahorro y la administración.

Evitar el consumismo excesivo en el pequeño es un ejercicio de responsabilidad con su propia formación y educación. Así, tu hijo aprenderá valores y forjará una fuerte personalidad que no se dejará influenciar con facilidad por cualquier influencia externa.

Traer buenas calificaciones, ir a misa los domingos, graduarse, casarse, tener hijos, comprar una casa, conseguir un empleo… son demasiadas las expectativas y las presiones por las que, de alguna forma, tenemos que pasar. Además, son presiones que de alguna manera existen desde la sociedad más primitiva a la sociedad más desarrollada, aunque las imposiciones sí que puedan variar.

Desde que nacemos se nos imponen ciertas reglas o condiciones que debemos cumplir, etapas que supuestamente nos acercan a la felicidad. Pero, ¿qué sucede si no queremos satisfacer esos deseos?, ¿cómo distinguir entre las metas propias y las ajenas?, ¿es posible salir de ese laberinto de metas trazadas hace generaciones?

Cómo nos influyen las expectativas sociales

Seguro que has pasado por la situación de sentirte presionado por algún miembro de tu familia o persona cercana. “Así que te has casado… ¿para cuándo los niños?”, “Me he enterado que comenzaste a estudiar en la Universidad, ¿cuánto falta para que te gradúes”?, “Ahora que tienes una familia ya deberías pensar en comprarte un piso”, “¿cómo que solo tendrás un hijo?”. Estas frases o parecidas son habituales en el diálogo social.

Ante preguntas, un tanto indiscretas, podemos sentirnos atrapados sin salida, pero debemos responder algo para no quedar mal y además que la respuesta sea satisfactoria. “Dentro de poco llegarán los niños”, “Me estoy esforzando para graduarme antes”, “Estamos buscando un piso para comprar”. Aunque de alguna manera con nuestras acciones reclamemos nuestra libertad, más que con nuestras palabras, y muchas de nuestras respuestas no sean ciertas.

Madre con su hija mientras ella está con el ordenador

La sociedad en general y la familia en particular nos suele presionar para que cumplamos con ciertas “obligaciones” morales o tradicionales. Ellos nos dicen qué debemos ser, cuándo, cómo y dónde, pero no nos preguntan realmente qué queremos.

En vez de “¿Cuándo seréis padres?” a pocos se les pasa por la cabeza cuestionar algo que la pregunta anterior da por sentado “¿os gustaría tener hijos?”. Se da por sentado que sí o sí una pareja debe procrear, aunque no esté en los planes o no se lo hayan planteado. Y así con cada supuesta tarea socialmente esperable.

Expectativas vs realidad

Antes de que naciéramos nuestros padres y seres queridos han depositado muchas “esperanzas” en nosotros. “Será abogado como el abuelo”, “Tendrá una empresa como su padre”, “Curará enfermos como su madre”.etc. La fantasía de tener un hijo/nieto/sobrino/hermano de tal o cual manera ya nos condiciona desde el primer minuto de vida (o incluso antes de llegar al mundo).

Todos estos sueños nos los inculcan desde niños. Nos regalan un set de médico para jugar, nos llevan a la compañía de papá para ver cómo trabaja o nos señalan las ventajas incomparables de saber y aplicar leyes enfundados en una toga. Esto es, básicamente, vivir la vida de otros en vez de la propia.

Cuando por alguna razón nos damos cuenta de que la abogacía, la medicina o el mundo empresarial no es para nosotros, comienzan los problemas. No es fácil para los que nos rodean comprender que estamos en desacuerdo con ese legado establecido. Desilusionamos a más de uno, hay discusiones, amenazas y sentimientos de culpa. Afortunadamente en lo único en que no estamos fallando es en seguir nuestras convicciones.

¿Qué sucede si no cumplimos las expectativas?

Puede que al principio a tus padres no les guste la idea de que quieras dedicarte a la música o estudiar historia del arte, quizás se sientan tristes cada vez que recuerden esa idea que tuvieron de ti antes de nacer o cuando diste los primeros pasos. Es probable que no comprendan por qué no has seguido con lo establecido e incluso siembres en ellos un gran sentimiento de culpa.

Sin embargo con el correr del tiempo, al ver lo feliz que eres se sentirán orgullosos de ti y aceptarán que si hubieses cumplido con la tradición no te sentirías tan pleno. Satisfacer a los padres no siempre es una tarea sencilla, pero si les demostramos que cumplir lo establecido no es sinónimo de plenitud quizás terminen “cediendo” en sus presiones.

Madre e hija felices en el campo

Por el contrario, si tomamos la decisión de quedarnos atados a las expectativas no podremos culparlos de nada en el futuro. Si terminamos siendo un abogado exitoso pero infeliz, un empresario adinerado pero deprimido o una enfermera prodigiosa pero sin vistas a futuro… la responsabilidad es nuestra.

No se trata de rebelarse siempre ante lo que nuestros padres desean pero tampoco es saludable atarse a las expectativas y seguirlas a rajatabla. Hacernos camino al andar sin prestar atención a las presiones es también necesario para conseguir lo que anhelamos.

Trata de no vivir por los demás sino por ti mismo. Haz lo que te encanta sin pedir permiso. Planifica en base a lo que deseas y no a lo que debería ser. Alcanza tus sueños aunque no estén bien vistos. Esa es la clave para la felicidad.