Es un momento de pánico. Estás discutiendo con tu hijo sobre alguno de los temas clásicos por los que todo adolescente y sus padres han peleado a lo largo de la historia desde que se inventó el lenguaje. Es posible que estés cansado, un día largo que te pilla con las defensas bajas. Y de repente sucede. Sin pensarlo, casi como un reflejo, salen de tu boca esas palabras que tantas veces escuchaste a tus padres y que, tantas veces también, te juraste no pronunciar nunca si alguna vez tenías tu propia familia. Pero ahí están y es posible que si haces un poco de memoria seas capaz de recordar lo que sentías al oírlas en tu más tierna adolescencia -aunque ahora siendo tú el padre lo de la ternura en la adolescencia te parece una broma-, pero no has podido evitar soltarlas. Y lo peor no es que te hayas convertido en tus padres: lo peor es que la mayoría de esas frases no aportan nada bueno.

Para esta ardua tarea hemos preguntado a tres expertos: Eva Bach, pedagoga, maestra y escritora de varios libros sobre adolescentes; Sonia Cervantes, psicóloga, escritora y terapeuta de programas como Hermano mayor, y Carlos Pajuelo, psicólogo, profesor en la facultad de Educación de la universidad de Extremadura y autor del blog Escuela de padres.

“Una frase como ‘me has decepcionado’ no debería decirse jamás. Le transmitimos que hay un punto de inflexión en el que el joven siente que no sabe si podrá volver a estar a la altura»

Antes de nada nos ofrecen consejos previos. “Con los hijos hay que pelearse, no queda otra”, asegura Pajuelo, que aconseja no olvidar que “los adolescentes son personas que están en formación” y esa educación depende de los padres. Por ello, “el adulto siempre es el que debe mantener la calma”, recalca Cervantes, Así que es mejor esperar un poco antes de enfrentarnos a lo que puede ser un problema. “Es importante que no queramos arreglar las cosas cuando el conflicto está candente”, puntualiza Bach. Y si todo falla, casi siempre hay solución. “A veces en las equivocaciones de los padres encontramos una oportunidad para enseñar”, señala Pajuelo.

Hemos seleccionado, con la ayuda de los especialistas, 15 frases que no se deberían decir…

«Me has decepcionado»

Es una de las frases más duras que pueden escucharse; a veces puede asomar a la punta de la lengua de los padres, pero es ahí donde se debe quedar porque, además, normalmente, no es cierta. Lo explica la psicóloga y escritora Sonia Cervantes: “Esto no debería decirse jamás. Le transmitimos que hay un punto de inflexión en el que el joven siente que no sabe si podrá volver a estar a la altura, y puede ser aún peor”. O sea, el adolescente puede pensar: «Si ya le he decepcionado, de perdidos al río».

«Te lo dije»

Es posible que sea una de las frases más odiosas que todos hemos escuchado y la gran mayoría de las veces la oímos en nuestra adolescencia aunque lo cierto es que no sirve para absolutamente nada, a juzgar por lo que opinan los adolescentes. “Esta frase es una falta de confianza hacia el adolescente, le estás diciendo que creías que no era capaz”, señala Sonia Cervantes.“Hay que advertir antes. Después lo que habría que hacer es hincapié en el aprendizaje, que el adolescente aprenda del error”, remata Eva Bach.

«Ya lo entenderás cuando seas mayor»

La realidad de esta frase es que los padres no tienen una bola de cristal, así que no pueden saber que sus hijos entenderán en un futuro lo que les dicen ahora. “Es importante que lo que les decimos sea razonable y razonado”, asegura Bach. Y esta argumentación no es ni una cosa ni la otra, y en el fondo lo sabemos.

«Deberías aprender de…»

Si a ningún adulto le gusta que le comparen, y más en esos términos, con otra persona ¿por qué le iba a resultar agradable escucharlo a un adolescente? “Sólo comparamos una parte, la que nos interesa, del comportamiento de otra persona. Hay que demostrarles que tenemos confianza en que sabrán organizar su vida y educarles para ello”, argumenta Carlos Pajuelo.

«No es para tanto»

Quizás en esta frase hay un trasfondo positivo: intentar que nuestro hijo descubra que el que le haya dejado esa novia con la que lleva tres semanas en realidad no es el fin de su vida sentimental. Sin embargo, es una frase que hay que evitar porque puede ningunear los sentimientos del crío. “Para ellos son problemas importantes y serios y a veces es necesario estar mal. Tienen que aprender que hay veces que hay problemas, que no pasa nada por estar tristes ya que es parte de la vida. Y, además, deben aprender a superar los reveses”, afirma Pajuelo. La frase «no es para tanto» también tiene otra vertiente negativa, que señala Cervantes: “No fomenta la comunicación porque la próxima vez que le pase algo no te lo contará porque pensará que para qué”.

«No deberías fumar, beber, o cualquier otra cosa que nosotros sí hacemos»

“Los hijos aprenden con lo que los padres hacen, aprenden de su comportamiento”, asegura Pajuelo. Así que decirles que no deben hacerlo porque sí o utilizando la ya denostada frase “ya lo entenderás cuando seas mayor” no es demasiado útil. ¿La mejor opción? “Hablar. Hay que darles información y no perder los papeles”, sentencia.

«No me gusta ese chico/chica/amigo/amiga para ti»

Si nos retrotraemos a nuestra época de adolescente, recordaremos que oír esa frase de boca de nuestros padres era un aliciente inmediato para querer estar mucho más con esas personas. “Es mejor preguntar qué es lo que encuentra en estos amigos que le hace sentir bien, qué es lo que ellos le aportan. Ahí es donde nos puede dar pistas y podemos encontrar otras maneras de satisfacer esa necesidad”, indica Bach, que además hace de abogado del diablo y asegura: “Nos preguntamos pocas veces si nuestros propios hijos son una buena compañía”.

«Te daba un bofetón…»

Es cierto que, afortunadamente, cada vez es menos habitual encontrar a padres que recurren a la violencia, pero aún existen los que no la usan pero la mentan. “Se transmite que con agresividad y violencia las cosas se arreglan. Si te pegan, el que fracasa es el que da la torta no el que la recibe”, explica Cervantes. Por no hablar de que el aprendizaje en este tipo de situaciones es nulo. “Solo aprende a evitar la agresión de la forma que sea”, explica el especialista.

«Yo a tu edad…»

Tú a su edad pagabas con pesetas, jugabas en la calle hasta la noche casi sin vigilancia y viajabas en un coche sin cinturón de seguridad. “No se pueden comparar los tiempos: antes las cosas no eran mejores, eran diferentes. Nuestra sociedad actual ha generado otra forma de comportamiento”, argumenta Pajuelo. Sin olvidar que “los padres tenemos recuerdos selectivos”. Porque desde luego a ningún padre se le ocurriría ahora meter a sus hijos en un coche sin cinturón porque era lo que se hacía cuando él tenía su edad.

«Eres un maleducado»

Esto, si lo pensamos bien, es tirar piedras contra nuestro propio tejado. “No hay que olvidar que los educamos nosotros. Con esta frase no solo atacamos su autoestima, sino que además nos estamos descalificando a nosotros mismos”, apunta Bach. “Es un etiquetaje que debería corregirse con un ‘has actuado de forma incorrecta”, puntualiza Cervantes.

«Eres un inútil»

Al igual que con la frase anterior, esta no tiene nada de positivo: estamos etiquetando y además lo hacemos con una persona que está en plena formación, como si lo que hay ya fuera definitivo. En general cualquier frase negativa que contenga un “eres un…” es una mala idea. “Hay que centrarse en la conducta no en el individuo”, explica Cervantes.

«Ahí tienes la puerta, pero si sales no vuelvas a entrar»

“Esto es muy típico de padres flamencos que, por cierto, suelen tener hijos igual de flamencos que aceptan el envite y se van de casa”, reflexiona Pajuelo. “Cuando los hijos están descontrolados necesitan padres controlados”, añade. Y ese tipo de amenazas, son la antítesis a estar controlado.

«Como sigas así vas a ser un desgraciado»

“Esa frase solo asusta al que la dice”, asegura Pajuelo. Y volvemos a la premisa anterior: los adolescentes necesitan padres controlados, no que les suelten amenazas vanas y sin sentido. “Después de discutir con un adolescente, él normalmente dormirá sus ocho horas mínimo y sin embargo sus padres estarán desvelados”, observa. Así que cuanto más se conserve la calma, mejor.

«Me sacas de quicio»

Aquí culpabilizamos al adolescente de una reacción nuestra. “Los culpables somos nosotros. No nos sacan de quicio ellos, sino la situación y no sabemos cómo llevarla de una mejor manera”, sentencia Bach. Lo mejor es esperar un poco, calmarnos todos, y hablar cuando sea posible hacerlo de una forma productiva.

«Contigo no hay manera»

Estamos dando por perdida a una persona a la que, seguramente, le queden más de 50 años de vida. Entonces esta frase es, cuanto menos, un poco tajante. “Lo mejor es decir que tiene que haber una manera, lo que pasa es que hay que seguir buscándola. Así responsabilizamos al adolescente para que nos ayude a buscarla”, aconseja Bach.

Hay jóvenes en España entre 16 y 19 años que saben responder con una precisión asombrosa a la pregunta “¿a qué personaje público te gustaría parecerte de mayor?”. Uno dice: “Quiero ser embajador en Londres”. Y otros dos: “Cualquier policía nacional que cumpla con lo ordenado” o “A algún arqueólogo”. No todos ven las cosas tan claras más allá de sus padres: “Al 16 de marzo del 2017… [día de la encuesta] no tengo referentes válidos. Si acaso el aguante y el cariño de mis aitas”. Otros siguen creyendo que la tele es un buen destino y quieren ser como “ese colectivo de personas y programas en los cuales por contar la vida de los demás y no hacer nada cobran unos muy buenos sueldos”.

Los jóvenes tienes aspiraciones quizás parecidas a las de otras generaciones: éxito, fama y dinero, pero también dudas, vocación y desapego. El final de la adolescencia es una etapa difícil en todas las épocas. Una encuesta da Educa 20.20 y Fundación Axa, realizada por Gad3, permite bucear en las inquietudes de futuro de más de 12.000 jóvenes españoles. De todos esos, 5.800 respondieron a la pregunta a quién querían parecerse de mayores. La respuesta era abierta: podían escribir lo que quisieran.

El personaje que más coincidencias suscitó fue Amancio Ortega. La pregunta se respondía tras una encuesta sobre el futuro profesional y 236 jóvenes coincidieron en escoger al propietario de Inditex.

“Yo de mayor quiero parecerme a Amancio Ortega”

Llama sobre todo la atención el éxito de Ortega entre las chicas: es el personaje al que querrían parecerse que más repiten. Las siguientes aspiraciones femeninas son “mi madre”, Emma Watson y Steve Jobs. Los chicos colocaron a Bill Gates y Steve Jobs por delante de Ortega.

Estas primeras elecciones ya muestran algo más sustancial que el personaje elegido: las chicas eligen a hombres como referentes, pero los chicos no escogen a mujeres. Esto explica la enorme disparidad de género: entre los 100 referentes más repetidos hay el triple de hombres que mujeres. La investigadora de la Universidad Carlos III Silvia Claveria no está sorprendida: “Hay una escasez de referentes mujeres en las que puedas reflejarte y por eso es tan importante que haya presencia de mujeres en política, que los premios sean paritarios”, dice. El sesgo se repite cuando los jóvenes miran a sus padres. Muchos chicos (2,3%) y muchas chicas (2,2%) querrían parecerse a su padre. Pero los chicos apenas mencionan a sus madres: hay ocho chicas que tienen a su madre de ejemplo (2,4%) por cada chico (0,3%). La preferencia por la madre es, según los datos, el doble en los colegios concertados o privados que en los públicos.

También hay diferencias de género en la profesión de los referentes. Muchas chicas señalan a empresarios (8%), pero no tantas como chicos (15%). El segundo grupo más popular entre las chicas son los personajes del mundo del espectáculo (7%) —como cantantes y actrices— y luego sus familias (6%). Los chicos prefieren figuras del deporte (5,9%) después de los empresarios. También se fijan mucho más en personajes del mundo de la tecnología y creadores de videojuegos. Las chicas en cambio miran más al ámbito de la cultura, la moda, la arquitectura y la ciencia. Citan más profesiones, quieren ser “abogado de éxito”, investigadoras, médicos y profesoras.

“Yo de mayor quiero parecerme a Amancio Ortega”

El dominio del mundo de la empresa puede deberse a que la pregunta estaba al final de un cuestionario sobre el futuro educativo y laboral de los jóvenes: “Si las preguntas te han hecho pensar en el dinero, la comodidad, la incertidumbre, es más fácil que te venga imágenes de personajes con un éxito indiscutible que con un perfil aventurero o arriesgado”, dice Alberto Penadés, profesor de la Universidad de Salamanca. La formulación de la pregunta quizá hace que no piensen en referentes jóvenes, según Penadés: “El “de mayor” es impreciso. Debe lograrse que todos piensen en lo mismo, no unos en cuando tengan 30 años y otros, 50”, dice.

Algunas respuestas parecen provocaciones adolescentes: hay menciones a Franco, Hitler o Stalin. El actor porno Nacho Vidal o el jugador de póker Dan Bilzerian también son opciones escogidas. Hay comentarios jocosos: “Trump (me gusta su pelazo)”. Este tipo de bromitas casi siempre las hacen chicos. Hay jóvenes que se imaginan un futuro entre dúos tremendos: “Elon Musk o Antonio Gramsci”, “Enrique Jardiel Poncela y/o Juan Carlos Monedero”. Hay pocos políticos y los tres primeros son norteamericanos: Barack Obama, Donald Trump, Michelle Obama. El primer español es Mariano Rajoy, justo por encima de Mandela. Hay más chicas que quieren ser Mandela y los Obama -tanto ella como él-, mientras que el dominio para Trump y Rajoy es claramente masculino. También aparece remotamente la alta cultura: el pintor Gustav Klimt, el músico Gustavo Dudamel o el cineasta Andrei Tarkovski.

Quizá por la percepción de la edad, hay pocos referentes propios de la era de internet: el hacker Chema Alonso, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, o la instagramer Dulceida, que está poco por encima de Coco Chanel. Los jóvenes ya postmillennials tienen incluso algún referente muy querido por los veteranos de la generación X: aspiro a parecerme a “anibal smith me encanta que los planes salgan bien”, dice uno, en referencia al jefe del televisivo Equipo A.

Ángel-Pablo Avilés, o Angelucho, como se hace llamar, se ha convertido en el guardián de Internet. Compagina su trabajo de guardia civil con talleres de seguridad en la Red para todos los públicos. «Para estar seguro en Internet no hace falta ser informático», repite constantemente en sus clases ante la incredulidad de sus oyentes, que suelen creer que es algo que se escapa a su entendimiento. Por ello, Avilés centra sus charlas en casos prácticos y con un lenguaje no técnico, para llegar al mayor número de personas y, sobre todo, de padres, que tienen que afrontar una era en la que los niños y niñas ya nacen con un smartphone bajo el brazo.

«La vida real de los niños ahora es la vida virtual, y los padres deben aprender a adaptarse para no dejarles huérfanos en Internet», subraya Angelucho. Según él, si no se participa en la vida virtual del niño, le están dejando solo ante el peligro. A veces, avisa, los padres se olvidan de que entre su hijo y los riesgos no hay un dispositivo que lo proteja, sino que el niño o niña está en contacto directo con ellos. «Les estamos dando un Ferrari sin ni siquiera tener carnet, es decir, les damos un móvil de última generación sin que sepan usarlo de verdad», explica. Para enseñar tanto a los padres como a los niños a conducir este bólido con seguridad, el agente colabora con la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) en su nueva campaña, que incluye una guía práctica y varios vídeos, algunos enfocados para adultos y otros para menores, que abordan los problemas más habituales.

El concepto de amistad ha cambiado radicalmente desde que Internet se ha adueñado de las relaciones personales. “En los talleres con los menores me presento como personas diferentes a mí y todos se echan a reír porque me ven y saben que es mentira, pero, en cambio, sí que se lo creen cuando conocen a alguien por Internet”, apunta el guardia civil. «Los niños hoy en día buscan el like por encima de todas las cosas y no les importa de dónde provenga». Por ello, tienden a aceptar en sus redes sociales a todo el que le mande una petición de amistad, sin importarle quién está detrás de la pantalla. Para el experto, esto es tremendamente peligroso porque es cuando los ciberdepredadores se aprovechan, recaban toda la información posible sobre el niño o niña y comienzan el acoso, tanto virtual, como en la vida real, ya que pueden llegar a conocer hasta dónde viven o a qué colegio van gracias a las imágenes o comentarios que cuelgan en sus redes. Ante esta problemática, denominada grooming, la AEPD ha creado este vídeo como parte de los nuevos recursos enfocados a menores para que aprendan a proteger sus datos:

Para que los niños y niñas no compartan demasiada información en sus redes sociales, es necesario practicar con el ejemplo. “Si alguien que no conoces te para por la calle y te pregunta cosas sobre tu vida íntima, te incomodas. Entonces, ¿por qué vas a estar compartiendo todos los detalles de tu rutina en las redes ante millones de desconocidos?”, ejemplifica. Avilés recomienda tener el perfil privado y solo aceptar a los amigos de verdad.

Ante la eterna duda de a qué edad hay que comprarles un móvil, Angelucho lo tiene claro: «Desde el momento en el que nacen hay que dotarlos de tecnología porque es la manera de normalizar las cosas». El experto añade: “Si tu hijo no la tiene, la va a buscar en otro sitio y no va a tener protección alguna. Es mejor que haya un clima de confianza y que recurra a los padres si le pasa algo en Internet”. Por ello, los adultos no deben sucumbir al miedo, sino que deben acompañar a los niños en su vida virtual, aunque esto no puede confundirse con controlarlos. Según Avilés, no es bueno espiarles o que detecten ese control parental porque tienen derecho a su privacidad. “La solución es integrarnos con ellos en su rutina tecnológica”.

El ciberacoso es otro de los riesgos más comunes en la infancia y adolescencia. Angelucho recomienda que lo primero que hay que hacer cuando tu hijo o hija lo sufre es decirle que no tiene la culpa, que solo está siendo la víctima. Después, se tendría que hablar con el centro educativo si sucede en el ámbito escolar, pero, si el acoso es muy grave, se podría incluso denunciarlo a la policía porque a partir de los 14 años hay medidas penales para los ciberacosadores. Por ello, este vídeo, que la AEPD ha realizado para ser visionado en las aulas, aborda esta situación:

Además, hay otros dos vídeos ilustrativos para las escuelas que tratan sobre el sexting (Un vídeo muy especial) o la dependencia tecnológica (Un crack del BMX). La AEPD considera que la distribución de estos materiales en los colegios es imprescindible para llegar a los más de ocho millones de alumnos escolarizados, por lo que solicita la colaboración de todos los actores implicados en la educación de los menores para que contribuyan a prevenir y concienciar de estos peligros. “Los vídeos responden a situaciones que todos tenemos presentes y donde los datos personales que los menores comparten en las redes sociales son claves para que puedan acontecer estos problemas”, declara Julián Prieto, responsable del Área de Menores de la Agencia.

Para los padres, la AEPD ha extraído de uno de los talleres impartidos por el guardia civil varios vídeos con temáticas concretas, a los que se puede acceder desde la web de la agencia de manera libre y según sus intereses o preocupaciones, como por ejemplo, cómo conseguir una contraseña segura o qué pasa con los depredadores en Internet.

Por último, la organización ha creado una nueva guía de Protección de datos en centros educativos. “Surge de la necesidad de dar respuesta a las dudas más habituales que plantean ante el Canal Joven de la organización, tanto centros docentes como profesores o las propias familias”, explica Prieto. También incluye un decálogo simplificado con los aspectos más relevantes para realizar un uso adecuado de los datos personales de los niños en los centros educativos.

https://elpais.com/elpais/2017/11/03/mamas_papas/1509697037_546234.html

La mal llamada caja tonta no es mala. Lo malo es Telecinco. Nunca escucharás a nadie quejarse de cómo Saber y Ganar pervierte las mentes de nuestros jóvenes, y con las nuevas tecnologías pasa algo parecido.

Para intentar reequilibrar el abuso por parte de adolescentes del uso de móviles, redes sociales y demás avances tecnológicos, la Comunidad de Madrid inaugurará un centro especializado para ofrecer asesoramiento, prevención e intervención psicopedagógica a jóvenes entre 12 y 17 años y a sus familias.

El centro, que se ubicará en la Plaza de Santa Cristina, contará con una inversión de 330.000 euros durante dos años y estará dirigido por un equipo de seis terapeutas, un coordinador y un auxiliar administrativo.

Para corregir y/o prevenir consecuencias negativas que puedan derivarse de un mal uso de las nuevas tecnologías, tales como aislamiento social, bajo rendimiento escolar, ciberbulling, etc., los especialistas se servirán de técnicas de terapia grupal que se combinarán con sesiones individuales así como actividades formativas y divulgativas.

La terapia grupal se enfocará a trabajar el área comportamental (horarios, sueño, miedos o complejos), el área cognitiva (toma de decisiones, conflictos o valores) y el área social (identidad social, grupos de referencia, estereotipos o prejuicios).

https://madridistinto.com/madrid-inaugurara-centro-ayuda-jovenes-adictos-las-nuevas-tecnologias/

Lejos quedan ya los días plácidos del verano en los que los más jóvenes de la casa disfrutaban de horarios dilatados, comidas desordenadas y rutinas alejadas de las que se establecen durante el curso escolar. Un periodo que en palabras de muchos padres… ¡por fin ha terminado! Lo que significa que un elevado número de niños y jóvenes se han incorporado ya a guarderías, colegios, institutos y universidades. Una nueva etapa que comienza y que, en muchas ocasiones, supone una verdadera preocupación para padres y madres, expectantes ante cómo se adaptarán a este nuevo ciclo. La vuelta a la vida de estudiante en Primaria y Secundaria supone volver a adaptarse a nuevos horarios, asumir de nuevo las tareas que asignan en clase, estudiar las asignaturas o adaptarse al ritmo de las aulas y también de los profesores. Cursar estudios superiores, significa además confirmar que la elección de la carrera o los estudios de Formación Profesional escogidos han sido los acertados.

El inicio o vuelta a la escuela infantil

En relación con las edades infantiles, Jorge Martínez, médico adjunto del servicio de Pediatría del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, indica que “los niños en edades tempranas, en general, afrontan la incorporación a las aulas como un trance al que se adaptan relativamente bien. Es posible que los dos o tres primeros días de vuelta a una rutina que abandonaron hace ya casi tres meses, pueda costarles un poco. Los más pequeños son los que más apegados están a sus padres y serán los que más les echen de menos y, por consiguiente, los que más puedan notar esta incorporación a la guardería.

Primaria y Secundaria

Los niños que cursan primaria, en general, suelen demostrar ilusión ante el reencuentro con sus compañeros de clase, quiénes serán sus nuevos profesores, etc. En el caso de escolares que inician estudios de secundaria, pueden darse casos en los que los padres observen que sus hijos demuestran cierta ansiedad y nerviosismo ante el inicio de un curso que se presenta más difícil que el anterior y en el que van a tener que esforzarse un poco más”. Martínez opina que, en general, los progenitores no deben preocuparse excesivamente, aunque sí apunta que “siempre hay que estar atentos a las circunstancias concretas de cada niño y cada curso escolar”.

Ana Lucas, psicóloga de la Unidad de Personalidad y Comportamiento (Orientación familiar y prevención) del Hospital Ruber Juan Bravo-Grupo Quirón Salud, apunta que durante los años de infancia y adolescencia “la visión que la familia tiene del colegio, del profesor y de los compañeros de clase influye en la vivencia que tiene el niño y en cómo se relaciona en ese entorno”. Asimismo, destaca que “la importancia que la familia otorgue a los estudios, a sacar buenas notas o a destacar, también influye en la presión que siente el niño o el adolescente por tener buenos resultados”. Pero, según Lucas, no todo es responsabilidad de la familia, “cada niño tiene unas aptitudes o cualidades propias que le ayudan a afrontar la vida en el colegio de una forma satisfactoria. Sí el niño tiene buenas aptitudes académicas y físicas, su paso por la escuela va a ser mucho más fácil que para otro niño al que le cuesta entender matemáticas o no es tan bueno en las clases de educación física”. Por otro lado, para lograr una buena adaptación durante los primeros días de clase, es importante el ambiente en el aula y la integración del niño dentro del grupo. En este punto, Lucas señala que “sí el niño tiene un grupo de amigos donde siente que forma parte, se siente reconocido y tiene buenas relaciones con los iguales, es la base para que el niño esté a gusto en el colegio y quiera ir”.

Para facilitar la adaptación de los hijos a su nueva etapa escolar, sobre todo en etapas de Educación Infantil y Primaria, Ana Lucas ofrece una serie de estrategias que les ayuden a que el proceso de adaptación sea lo más corta posible.

  1. Ajustar los horarios de sueño unos días antes de empezar las clases.
  2. Preparar el material escolar y hojear los libros con ellos, despertando la curiosidad de todo lo que van a aprender este curso.
  3. Hablar de volver a ver a todos esos amigos de la clase, incluso quedar con alguno de ellos.
  4. Hablar del profesor que van a tener este curso.
  5. En general, tratar todos aquellos temas que les acerquen a la vida escolar para favorecer el proceso de adaptación del niño al nuevo año escolar.

La vida universitaria

Una intranquilidad, la de los padres, que persiste e incluso se ve aumentada cuando los hijos se incorporan a la vida universitaria y deciden cursar estudios superiores. Según algunos expertos, el desasosiego que se genera en las familias es importante ante la idea de que haya acertado en la carrera elegida, que se adapte al ritmo de las clases, que no tenga problemas para relacionarse con sus nuevos compañeros de estudios, etc.

Marina Díaz Marsá, directora médica de Sommos Desarrollo Personal, advierte de la importancia que tiene la “información” a la hora de saber elegir la carrera que más se adapta al perfil de nuestro hijo. Díaz Marsá comenta que para guiar a los hijos, “es importante orientarles en la necesidad de concentración y comunicarles que no se desanimen desde los inicios. Normalmente, son muchos los que lo pasan mal buscando su orientación profesional; por eso, es mejor que se tomen más tiempo para aclararse que empezar porque sí cualquier carrera”.

Además, Díaz Marsá centra su atención, dentro del ámbito universitario, en las novatadas que se hacen a los recién incorporados para “acogerles” en el grupo. En su opinión, “es importante que los alumnos sepan que no tienen por qué dar por sentado que este tipo de actos son un trámite que hay que pasar. Es bueno que los nuevos estudiantes formen grupo con otros en su misma situación para gestionar mejor la presión”.” Los hijos deben contar a sus padres lo que está sucediendo aunque tengan miedo. Los padres deben avisar al Vicerrectorado de la Universidad y a los Defensores Universitarios cuando se produzca una situación de acoso y buscar apoyos”, afirma Díaz Marsá.

  • Las pautas que deben incorporar los estudiantes universitarios para adaptarse al nuevo curso y finalizarlo de la mejor forma, son en opinión de Díaz Marsá:
  • Las técnicas de motivación ayudan a familias y docentes a modificar conductas de poco rendimiento en los hijos e incrementar el interés de los estudiantes.
  • Fomentar su autonomía y autoestima.
  • El ambiente en el hogar también debe incitar al esfuerzo y valorar este por encima de los resultados.
  • Los padres deben ayudar a sus hijos a reconocer y superar la ansiedad y frustración, reconocer sus capacidades y adaptar las tareas a ellas.

https://elpais.com/elpais/2017/09/14/mamas_papas/1505373113_597956.html

En ocasiones, inculcar el hábito de la lectura a los más pequeños no es fácil. Por eso, padres y profesores tienen que ingeniárselas para que los niños se enganchen a los libros.

Una madre italiana ha tenido una idea que ha gustado a muchos en las redes sociales hasta el punto de compartirse decenas de miles de veces. Otros, sin embargo, han criticado el ‘invento’.

La mujer dejó una nota en el frigorífico a los niños que decía así:

«Chicos:

La contraseña del Wifi de esta semana es el color del vestido de Anna Karenina en el libro. ¡He dicho el libro, no la película! ¡Buena suerte! Mamá.

PD: He empezado a leer El Conde de Montecristo».

El escrito, publicado el viernes por una página de Facebook italiana, se ha compartido 18.500 veces y ha generado 37.800 reacciones en Facebook.

En España lo ha compartido este mismo miércoles en Twitter el escritor Juan Gómez-Jurado junto al mensaje: «El increíble truco de esta madre para que sus hijos lean». Y ha logrado cerca de 1.000 compartidos y 1.500 compartidos en cuatro horas.

Ya por el año 2007 la Asociación de Psicología Americana (APA) publicó un documento en el que denunciaba la tendencia sexualizadora de nuestros niños en las sociedades modernas. En ese documento, se advertía una preocupación porque el fenómeno abarcaba desde ropa, juguetes, videojuegos y series de TV, inoculando de forma sibilina y sutil el erotismo prematuro en el inocente mundo infantil de las niñas. Este estudio reflejó que las niñas a partir de los cuatro años son bombardeadas con modelos de éxito social que triunfan gracias a sus atributos físicos, a las medidas que el mercado impone, pero no por sus cualidades personales y profesionales. Diez años más tarde y lejos de corregirse la tendencia, esta ha ido en aumento.

Es un fenómeno tan crónico, tan incorporado que a veces los adultos ni siquiera nos damos cuenta: sujetadores con o sin relleno para niñas de ocho años, tacones, tops y minifaldas, heroínas de series con cuerpos de cómic de Manara, lugares para la celebración de cumpleaños infantiles que proponen concursos de belleza y modelaje con pasarela incluida… Incluso se habla de una precocidad en la llegada de la adolescencia, una etapa desconocida hace pocas generaciones llamada preadolescencia que va encogiendo tristemente la infancia, reduciéndola cada vez más a escasos años.

Las razones que están en la base son como casi siempre de consumo: la moda, principal artífice del uso de las niñas como reclamo publicitario a modo de Lolitas cada vez más jóvenes, impulsa esta imagen como un potente gancho comercial para vender sus productos. Todo está a la venta en una sociedad ultra materialista, todo es susceptible de generar dinero, incluyendo la infancia.

Por otro lado, vivimos en una sociedad con profundas contradicciones y con grandes dosis de doble moral. El sexo vende en cualquier caso y la actitud de la sociedad sobre la sexualidad femenina es como mínimo confusa y anclada en patrones machistas. Por un lado se critica a una mujer que se vista de forma provocativa, pero se acepta a una niña vestida como una mujer, maquillada, con tacones y minifalda y a una mujer vestida como una niña, bordeando los límites de la pedofilia. Es un síntoma de una cultura que flirtea desde la infancia con el mercado de lo sexual y que todavía sigue anclada en patrones que encasillan al género femenino en lo accesorio’.

Los efectos de la hipersexualización: niñas convertidas en ‘Lolitas’

El verdadero veneno de todo ello es que la mayoría de las niñas van a crecer sin el espíritu crítico necesario para salirse de ese guion y pasarán gran parte de su vida tratando de encajar en unas medidas físicas, en un guion unilateral y no decidido ni negociado por ellas, porque procede del mercado y del género masculino. Luego pasarán la otra parte de su vida tratando de preservar lo que puedan de esas medidas y siendo pasto de los cirujanos plásticos, las dietas y la ansiedad de una carrera contrarreloj que perderemos sí o sí.

Los efectos en el desarrollo normal de una niña son los que se derivan de romper el equilibrio y saltarse etapas. Por ejemplo, tenemos datos de que en Francia el 37% de las niñas asegura estar a dieta, las conversaciones sobre moda y peso ideal aparecen antes, las niñas son estimuladas constantemente por la televisión, las revistas juveniles, y van asumiendo con una naturalidad perversa su condición de objetos sexuales, van adquiriendo la creencia de que la sociedad las va a cotizar en función de lo atractivas que resulten para los hombres. Un ejemplo muy gráfico es que un regalo cada vez más frecuentes de los padres antes de cumplir los 18 años es un aumento de pecho. Otro síntoma alarmante y derivado de este desajuste es el escalofriante aumento en los porcentajes de niñas afectadas por trastornos de alimentación, principalmente anorexia y bulimia, que se están detectando ya entre los 5 y los 9 años.

Además, o sobre todo, esta hipersexualización del universo infantil conlleva una aproximación muy violenta y distorsionada al mundo de la sexualidad adulta, perdiéndose experiencias imprescindibles que les vayan introduciendo de forma sana y progresiva a una parte esencial de lo que después será su vida en pareja y su forma de entender las relaciones sociales, no solo sexuales. El erotismo, la sensualidad, la sexualidad son capacidades que se irán dando paulatinamente, adoptando su forma específica en cada etapa del desarrollo y acercándose a los patrones adultos en la adolescencia. Hay sexualidad en los niños, por supuesto, porque es condición humana, pero muy distinta de la que los medios les cuentan y nos cuentan. Se expresa en la conciencia de identidad de género, en saber que se es hombre o mujer, en los juegos de roles (papás y mamás de toda la vida), en la curiosidad sana por conocer las diferencias en el cuerpo del otro, pero no hay erotización alguna en ello. Se trata de un proceso que si no se adultera por intereses comerciales y tóxicos, les llevará a vivir una sexualidad adulta libre.

Nosotros, los padres, tenemos la responsabilidad de tratar de neutralizar, en lo posible, todo esa influencia externa, para lo cual hay que estar muy atentos y muy presentes, interesarnos por lo que leen y ven, filtrar y canalizar lo que les llega por todas partes, dosificar los medios. No permitir que vayan a lugares ni hagan actividades que no les corresponden por edad, solo por el hecho de que los demás lo hacen. Ser parte de la solución, no del problema. Educar en valores que prioricen el esfuerzo, el logro, el espíritu cooperativo y la igualdad. Y sobre todo, ofrecer un referente sólido a través del ejemplo.

Así, cuando lleguen los años difíciles, la adolescencia, precoz o no, tendrá raíces. Tendrá criterio. No serán invulnerables y, por supuesto, que serán influenciables por las presiones sociales, pero habremos dejado un poso sólido en su personalidad que les ayudará a saber diferenciar y salir ilesos de tan difícil e imprescindible etapa.

https://elpais.com/elpais/2017/05/30/mamas_papas/1496151116_106223.html

Cuántas veces hemos escuchado a nuestra madre decirnos en la playa o en la piscina aquello de: «no te puedes bañar hasta que no hagas dos horas de digestión». Y nos quedábamos sentados en la toalla resignados ante la amenaza para nuestra salud de incumplir la indicación. ¿Tenían nuestras madres razón? Sí y no. La realidad es que no es necesario esperar dos horas. «Lo fundamental es sumergirnos en el agua progresivamente para evitar los cambios bruscos de temperatura», explica a ABC la doctora María Villarejo Botija, del Grupo de Trabajo de Digestivo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). De hecho, el corte de digestión no solo se produce después de comer, sino que «puede suceder en cualquier situación que incremente la temperatura diferencial entre nosotros y el agua, haya o no ingerido alimentos», matiza la doctora Lourdes Martín Fuertes, miembro del mismo grupo de trabajo.

Lo que conocemos popularmente como corte de digestión es en términos clínicos una «hidrocución o shock termodiferencial», explican las expertas. El cuadro se produce por el cambio brusco de temperatura que experimentamos al pasar del calor ambiental al frío cuando nos sumergimos en el agua.

Cuando nos ponemos bajo el sol como lagartos durante mucho tiempo, nuestras venas y arterias se dilatan. Si acto seguido nos metemos en el agua a baja temperatura de manera brusca, «se produce un estrechamiento de los vasos sanguíneos, y como ya hay cierta acumulación de sangre en el tubo digestivo debido a la digestión de alimentos, se produce una especie de «secuestro» del riego sanguíneo para intentar un aporte sanguíneo mayor a nivel cerebral», señalan las doctoras de Semergen.

Se produce además una disminución de la frecuencia cardiaca, lo que favorece que el cerebro tenga un mayor aporte de sangre oxigenada. El problema aparece cuando este reflejo ocurre de forma muy intensa porque la temperatura de nuestro cuerpo es muy diferente a la del agua, bien porque hemos tomado el sol o hemos realizado un ejercicio muy intenso, pero también puede influir la digestión o el miedo.

Los síntomas que alertan de que estamos ante una hidrocución van desde palidez, escalofríos, mareos, visión borrosa, náuseas y vómitos, hasta otros de mayor gravedad, como «una detención refleja de la respiración, un fallo de la circulación cerebral y como consecuencia pérdida de conocimiento o síncope», señalan. Si además esta situación se produce dentro del agua y la persona que lo sufre no está acompañada, puede acabar en un ahogamiento.

«Habitualmente hay peligro cuando el agua presenta temperaturas inferiores a 27ºC, ya que el organismo tiene que realizar un esfuerzo en mantener la temperatura corporal a 37ºC», explica la doctora Villarejo Botija. El cuerpo normalmente consigue alcanzar esta temperatura de forma breve, pero si no lo consigue, «se produce un descenso de la temperatura corporal con la aparición de los síntomas previamente descritos», advierte.

¿Qué hacer?

Ante un corte de digestión, las expertas consultadas recomiendan, primero, sacar a la víctima del baño, a continuación, secar y/o tapar con una toalla, sábana… par mantener su calor corporal, y tumbarla con las piernas ligeramente elevadas. Si aparecen náuseas o vómitos, hay que colocar a la víctima en posición lateral de seguridad (de lado, con la cabeza apoyada en un brazo y una pierna doblada para mantenerse en la postura), rehidratar lentamente con agua o suero y mantener el reposo digestivo durante unas horas. «El objetivo principal es que la persona descanse y su tensión arterial se estabilice», aseguran.

El periodo de recuperación va de una a dos horas, si el corte de digestión no ha sido grave. Pero si se mantienen los síntomas, se aconseja acudir a un centro sanitario para su valoración.

Ante un caso extremo de parada cardiorrespiratoria en el que la víctima está inconsciente y no respira, hay que alertar a los socorristas y llamar al 112 para que inicien lo antes posible las maniobras de reanimación.

Se acercan las esperadas vacaciones del colegio y muchas familias no pueden ausentarse del trabajo ni tienen con quién dejar a los niños. ¿Qué hacemos para que los pequeños de casa se entretengan, aprendan y no tengan problemas de adaptación en campos urbanos y campamentos?

Lo primero que hay que considerar es el nivel de madurez del niño y saber que no depende solo de su edad: podemos encontrar diferencias entre un niño de nueve años que ya haya ido de acampada con su familia o duerme a veces en casa de los abuelos o amigos de clase, y uno de diez años que nunca se ha separado de sus padres ni ha viajado y de repente se encuentra estudiando inglés en Londres. Si el objetivo final es enviarle al extranjero, los expertos recomiendan pasos previos: campos urbanos de unas horas por la mañana, fines de semana con algún familiar en otra ciudad, excursiones y pernoctaciones al aire libre… De esta forma, el menor estará más preparado e independiente en el siguiente viaje.

“Los campamentos de verano deberían ser un lugar de ocio educativo, no un castigo ni una excusa para descansar de los hijos. Y no es necesario buscar el más tecnológico o avanzado o caro. Campamentos urbanos con una excursión por la ciudad bien explicada pueden ser igual de efectivos que otros con grandes instalaciones. La opinión de niño también debería ser tenida en cuenta: podemos buscar un campamento que le resulte interesante por sus gustos, por sus habilidades, que implique parte de actividad física, aprendizaje, independencia y socialización con otros niños. Tienen que aprender a relacionarse, a hacer amigos, por puro sentido común, porque las nuevas tecnologías los están desconectando de esas habilidades”, señala Enrique Castillejo, presidente del Colegio Oficial de Pedagogos y Psicopedagogos de la Comunidad Valenciana. Y añade: “A la hora de elegir entre uno u otro debemos hacernos preguntas como ¿son profesionales acreditados quienes organizan las actividades? ¿Me dan información sobre los seguros, su capacitación profesional y asistencia médica? Si son campamentos en los que el niño duerme varios días fuera, ¿qué tipo de contacto podemos tener con la organización, no con el niño, para confirmar que todo va bien? No es lo mismo enviarle al extranjero que a Teruel, donde le podemos recoger en cuestión de horas si es necesario”.

Alergias e intolerancias

En el caso de niños alérgicos convine informarse previamente de los medios que tiene el centro para atender al menor en caso de emergencia, si cuenta con enfermería propia o transporte rápido a un centro médico cercano. La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) advierte de los riesgos de una repentina crisis de asma o reacción anafiláctica no tratada a tiempo. Entre sus recomendaciones a monitores de campamentos de verano señalan la importancia de conocer el tratamiento del niño y custodiar la medicación, inhibidores o adrenalina autoinyectable y saber usarlo en caso de que sea necesario. Según datos de esta organización, en España uno de cada cinco niños sufre algún tipo de alergia, uno de cada diez es asmático y cuatro de cada 50 tiene alergia a algún alimento. Sin embargo, con la información y formación en primeros auxilios adecuada, esto no debería ser un impedimento para que el niño pueda disfrutar de unos días al aire libre. Tanto la SEICAP como la Sociedad de Alergología de la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha también recomiendan los campos de educación sanitaria para niños asmáticos (a partir de ocho años), que en un entorno lúdico y rodeados de iguales aprenden a controlar su enfermedad, los síntomas y el uso de su medicación.

Campamentos inclusivos

Para niños y adolescentes con algún tipo de diversidad funcional existen campamentos inclusivos de organizaciones como Plena Inclusión Madrid, Campamentos Para Todos o la Fundación Deporte y Desafío, que consiguen que los pequeños disfruten de esos días de ocio al aire libre y deporte adaptado, con atención especializada en todo momento.

Por otra parte, el apego, la timidez, el acoso escolar durante el curso o las dificultades sociales suelen ser también preocupaciones que asaltan a los padres antes de decidir qué hacer con sus hijos mientras trabajan. En los últimos años han surgido los llamados “campamentos urbanos de Inteligencia Emocional”, como los que organizan Afectiva Escuela o Centro APAI, que trabajan precisamente todo lo relacionado con las emociones a través de juegos y dinámicas de grupo desarrolladas por profesionales de la psicología.

“En los campamentos urbanos dividimos a los niños por edades y proponemos deporte al aire libre, manualidades, talleres de cocina, interacción con animales de granja… todo son recursos para trabajar el autocontrol, la autoestima a través de la creatividad, el autoconocimiento, la estimulación cognitiva para practicar memoria y destrezas y el ocio positivo, porque nos lo demandaban padres de adolescentes que no encontraban alternativas de ocio saludable al mismo tiempo que se trabajaban las habilidades sociales. Si detectamos algún trastorno o dificultad, señales de que el niño puede necesitar más apoyo por algún motivo, avisamos a los padres por si quieren que trabajemos de forma individual con él en terapia. Un día a la semana hacemos una yincana donde reunimos a los niños de todas los grupos para que jueguen juntos: los mayores lideran y se responsabilizan y los pequeños ayudan y participan para superar pruebas. El último juego consiste en enunciar qué aspectos positivos han observado en sus compañeros y qué han aprendido”, señalan las responsables del Centro APAI.

Nuevas habilidades

Los campamentos de toda la vida que constaban de “tienda de campaña-excursión-río-fogata-canciones nocturnas-fin” ahora se han convertido en circuitos multiaventura, rutas ecuestres, escalada, piragüismo o mini campeonatos de surf. Pero donde realmente se observa un salto exponencial es en las propuestas de cocina y robótica, en la línea de las nuevas tendencias de ocio. De esta forma, los jóvenes que no se pierden un concurso de cocina en televisión y que ya tienen cierta experiencia con el cuchillo y el aceite pueden divertirse con otros cocinillas en campamentos como el Bculinary Udan en Málaga o Guipúzcoa, el Campamento Chef Kiriko en Fornelos de Montes (Pontevedra), o el de recetas tradicionales e idiomas en el Palacio de la Bouza en Riberas de Pravia (Asturias). Por su parte, los niños aficionados a la tecnología disponen propuestas que combinan actividades al aire libre con nueva programación, diseño en 3D, drones y robótica. Algunos de estos campamentos, que no requieren conocimientos previos, son The Lake Lab de la Fundación Decode, el Robotics Summer Camp de Sheiffield o el Camp Tecnológico de Basauri.

 

http://elpais.com/elpais/2017/05/12/mamas_papas/1494565046_440061.html

El fidget spinner se inventó hace más de dos décadas como aparato antiestrés. Ahora lo peta en los colegios.

Los tazos, los gogós, las canicas, las cartas perfumadas, los láseres… Cada curso escolar tiene sus modas. Las de este 2016-2017 las ha intentando resumir la página de Facebook Maestra de Pueblo en un montaje de cuatro fotografías que en su primer día ha superado los 5.000 compartidos:

Los comentarios de la publicación podrían dividirse en dos: los de las personas ajenas a la enseñanza que no tienen ni idea de qué son estas imágenes y los de maestros, maestras y padres que los tienen más que fichados. Por si haces mucho que no pasas por el recreo, las modas que aparecen en la imagen son, por orden: el bottle flip challenge, el dab, las pulseras Forever Rings y el último éxito en los patios de colegio, el spinner. El interés súbito por este juguete puede verse reflejado en la evolución de su búsqueda en Google en España:

«Esto de las modas escolares es un fenómeno muy curioso», cuenta la administradora de la página Maestra de Pueblo por correo electrónico a Verne. «De repente aparecen en los patios escolares, ves a todos los niños llevando las mismas pulseras, haciendo los mismos gestos o jugando a lo mismo, y de igual manera que aparecen desaparecen a los meses sin dejar rastro». La autora de la página asegura ser, como su nombre indica, docente en una pequeña localidad, aunque prefiere no revelar su nombre ni el centro en el que trabaja.

1. El fidget spinner

Este juguete es un aparato antiestrés inventado hace más de dos décadas, aunque desde hace unas semanas ha desembarcado a lo grande en los recreos de muchos países de todo el mundo. Es una pieza de plástico o metal simétrica con aspas y un rodamiento central, que se sujeta con los dedos y que sobre el que las aspas giran. Mucho rato. Existen diferentes modelos –con diferente número de aspas, formas, materiales…– y puede jugarse simplemente a intentar hacerlos girar o probar trucos con ellos. Como estos:

2. El bottle flip challenge

Algunos docentes lo han definido en el post de Maestra de Pueblo como «la mayor pesadilla vivida en un centro«. Consiste en lanzar una botella al aire y conseguir que dé una vuelta completa y caiga de pie. Nació en un instituto de Carolina del Norte el año pasado, y hasta el nuevo presidente francés lo ha intentado. Con este tuit empezó todo:

3. El dab

Es un paso de baile importado de la escena hip hop de Atlanta y que popularizó el rapero Migos. Consiste en poner un brazo doblado delante de la cara (como tapándose para un estornudo) y estirar el otro, como hace ElRubius en muchos de sus vídeos. Se utiliza como signo de victoria y está bastante ligado al Bottle Flip: «Si la botella cae de pie, hacen la chorradica de los brazos», explica un comentarista en la publicación de Maestra de Pueblo. Aquí la explicación gráfica con uno de los mejores dabs del mundo:

4. Forever Rings

Son pulseras de goma, al estilo de las Livestrong de moda en los 2000, aunque más delgadas. Todas incluyen un mensaje que incluye la palabra forever («para siempre»): «para siempre amigos», «campeón para siempre»… Hay muchos modelos diferentes y se venden en quioscos en sobres cerrados, como los cromos, así que lo divertido no es solo ponérselas, sino también coleccionarlas y hacer el unboxing. A diferencia de lo que ocurría con las de Livestrong, no se trata de llevar una o dos, sino muchas.

Las tendencias que no salen en la foto

Además de las modas que aparecen en la imagen publicada por Maestra de Pueblo, su post ha servido para que otros docentes compartan algunas más que se encuentran vigentes en el patio del cole. También hemos preguntado a algunas maestras y niños. Algunas de las más comentadas son:

5. Lentejuelas reversibles

Una de las modas más comentadas en el post de Maestra de Pueblo es la de las camisetas mágicas. Son prendas con una figura hecha con lentejuelas brillantes reversibles que, al pasar la mano por encima, cambian de color o incluso de dibujo. Pueden encontrarse en casi cualquier superficie aunque Primark, una de las empresas con más modelos, las tiene casi agotadas desde hace unos meses debido a la alta demanda.

6. Las zapatillas de luces

Las zapatillas con ruedas, tan de moda hace unos años, todavía sobreviven en el patio de los colegios, aunque tienen unas serias competidoras: las deportivas con las suelas luminosas. Tienen leds en sus suelas semitransparentes que se activan con un interruptor, cambian de color y se recargan a través de un puerto USB para que, por desgracia para padres y profesores, no se agoten nunca.

7. Los LetraBots

Los LetraBots son pequeños robots, similares a los Transformers, que se convierten en una letra. Se venden en quioscos y, aigual que las Forever Rings, van en sobres para coleccionar los 26 modelos. La tecnología no ha avanzado lo suficiente para crear un robot que se transforme en una Ñ.

Maestra de Pueblo comenta también que «las mismas modas surgen en todos los sitios al mismo tiempo, da igual que sea pueblo o grandes ciudades». En los comentarios de su post han escrito profesores de diferentes países, y casi todos coinciden en las modas. Hay otro meme similar del otro lado del charco, y solo difiere en una imagen: en vez de las pulseras de plástico, los estadounidenses juegan hacer slime, un blandi-blub casero.

Probamos la última moda: los spinner

Los fidget spinner han desembarcado a lo grande durante las últimas semanas en los colegios españoles. ¿Cómo funcionan estos aparatos? ¿Qué modelos hay? ¿Qué trucos pueden hacerse con ellos? En Vernícolas, los directos de Facebook de Verne, probamos distintos modelos en directo.

http://verne.elpais.com/verne/2017/05/09/articulo/1494313223_289257.html?id_externo_rsoc=FB_CM