Imagen de una mano sujetando un teléfono móvil

Los días 6 y 13 de octubre el Observatorio Balear de la Sociedad de la Información (OBSI) de la Fundación Bit organiza unas jornadas sobre menores y dispositivos móviles dirigidas a padres, madres, docentes y aquellas personas interesadas en la educación y las tecnologías con el objetivo de eliminar los temores acerca del uso de smartphones y tablets que hacen los menores y también debatir las oportunidades que ofrecen para el aprendizaje y el fomento de la creatividad.

“-¿A qué playa vamos?”

“-¡A una que tenga WIFI!”

Esta conversación entre dos jóvenes nos dice mucho acerca de cómo ha cambiado la toma de decisiones entre los jóvenes, variando sus preferencias en torno a la tecnología.

Esta mención tan  gráfica se escuchaba ayer en las Jornadas “Menores y dispositivos móviles: hacia  un nuevo paradigma educativo” donde expertos, docentes y padres analizaban el uso de los dispositivos móviles en la vida cotidiana y en el aula.

En la jornada de ayer se habló de la actitud digital ante el nuevo paradigma educativo y de cómo pueden autorregular los jóvenes esa actitud para que sus padres no tengan que prohibirles el uso de sus móviles y tabletas.

Durante las charlas de las jornadas “Menores y dispositivos móviles” se coincidía en la necesidad de enseñar a los menores la manera de gestionar el tiempo que están conectados a sus dispositivos.

La mesa redonda “¿Disponemos de las herramientas y de la actitud necesarias para transformar la educación?”, contó con la participación de expertos como Urko Fernández, director de proyectos de PantallasAmigas; Antoni Bennàssar, doctor en Derecho Privado de la UIB; Santos Urbina, miembro del Grupo de Tecnología Educativa del Departamento de Pedagogía Aplicada de la UIB; Mercè Morey, miembro del Grupo de Investigación Educación y Ciudadanía del Departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación de la UIB; y Bartomeu Cardell, de la Dirección General de Ordenación, Innovación y Formación Profesional.

El próximo lunes 13 de octubre, tendrá lugar la siguiente sesión y los asistentes podrán participar en talleres prácticos a cargo de la asociación Padres 2.0, que dará claves a los padres para solucionar los problemas que puedan presentarse ante el uso que hacen sus hijos de los móviles. Los padres también podrán aprender a configurar los dispositivos para una navegación segura.

Este día la directora de la Oficina de Defensa de los Derechos de los Menores de la Conselleria de Familia y Servicios Sociales, María Garrido, dará las pautas para proteger a los menores y hacer un buen uso de internet.

Además el coordinador del programa Policía-tutor del cuerpo de Policía Local de Palma compartirá sus experiencias en el aula y hablará de cómo actúan ellos cuando se encuentran con problemas que surgen ante el uso de las redes sociales por parte de los jóvenes.

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Mientras en Estados Unidos alrededor del 9% de los escolares han sido diagnosticados con Trastorno de Déficit Atencional con Hiperactividad (TDAH) y en Chile alrededor de un 5%, en Francia apenas un 0,5%. ¿Cuál es el motivo?

deficit-de-atencionLa terapeuta familiar estadounidense y doctora en psicología, Marilyn Wedge, explicó en una columna en el portal especializado Psychology Today, que en Norteamérica “los psiquiatras consideran al TDAH como un trastorno biológico con causas biológicas, por lo que el tratamiento elegido es también biológico: medicamentos psicoestimulantes como Ritalin y Adderall”.

En cambio, señala la especialista, “los psiquiatras franceses, ven el TDAH como una condición médica que tiene causas psico-sociales y situacionales”, esto quiere decir que en lugar de tratar los problemas de comportamiento con medicamentos, los profesionales parisinos se centran en el contexto social del niño. De este modo, el problema se trata con psicoterapia o terapia familiar. “Esta es una manera de ver las cosas muy diferente a la tendencia estadounidense (que se acerca mucho a la chilena) de atribuir todos los síntomas a una disfunción biológica, como un desequilibrio químico en el cerebro del niño”.

Además, la profesional explica que por lo general, en Francia no se utiliza el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM). Según el sociólogo Manuel Vallee, la Federación Francesa de Psiquiatría ha desarrollado un sistema de clasificación alternativo llamado CFTMEA (Classification Française des Troubles Mentaux de L’Enfant et de L’Adolescent), lanzado por primera vez en 1983 y actualizado en 1988 y 2000.

“El enfoque de CFTMEA es identificar y abordar las causas subyacentes de los síntomas psicosociales de los niños”, explica. Asimismo, toma en cuenta factores como la alimentación, pues algunos colorantes artificiales y preservantes pudieran afectar la conducta de los menores.

“En la medida en que los médicos franceses tienen éxito en encontrar y reparar lo que ha ido mal en el contexto social del niño, menos pequeños califican para el diagnóstico de TDAH. Por otra parte, la definición de TDAH no es tan amplia como en el sistema americano, que, a mi juicio, tiende a ‘patologizar’ gran parte de lo que es el comportamiento normal de la infancia. El DSM no considera específicamente las causas subyacentes. Por lo tanto, lleva a los médicos dar el diagnóstico de TDAH a un número mucho mayor de niños sintomáticos, alentando al mismo tiempo a tratar a los niños con los productos farmacéuticos” complementa la experta.

Alimentación y estilo de vida

Por otro lado, Wedge dice que el sistema parisino toma en cuenta factores como la alimentación, pues algunos colorantes artificiales y preservantes pudieran afectar la conducta de los menores. “En los Estados Unidos, el enfoque estricto sobre el tratamiento farmacéutico del TDAH, anima a los médicos a pasar por alto la influencia de factores dietéticos sobre el comportamiento de los niños”, explica.

Además, señala que en Francia también influye el estilo de crianza de los padres, que se caracteriza por establecer límites claros. Ella afirma que es muy difícil que en una familia francesa, un niño “picotee” entre comidas, ya que la mayoría ha aprendido que las comidas son cada 4 horas y que deben esperar pacientemente si les da hambre a una hora que no corresponde.

“Como terapeuta que trabaja con niños, tiene perfecto sentido para mí que los niños franceses no necesiten medicamentos para controlar su comportamiento, porque aprenden autocontrol temprano en sus vidas. Los niños crecen en familias en las que las reglas son bien entendidas, y existe una jerarquía familiar clara. En las familias francesas, los padres se hacen firmemente cargo de sus hijos, al contrario del estilo de la familia estadounidense, en el que la situación es muy a menudo viceversa”, finaliza.

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