Según datos del reciente informe El sector ecológico en España 2018, elaborado EcoLogical, el mercado ecológico español, pese a seguir siendo proporcionalmente muy pequeño (1,69% del total), continúa creciendo en dobles dígitos tanto a nivel de mercado interior, con 1.656 millones de euros (+12,55% respecto a 2015), como en lo referente a gasto per cápita, que llega ya a los 36,33€ al año (+12,58%). Estos datos sitúan a España por primera vez entre los diez primeros países por volumen de mercado interior, aunque lejos aún de las principales potencias europeas como Alemania o Francia.

Dentro de ese crecimiento imparable, la alimentación infantil se sitúa como uno de los segmentos de mayor desarrollo. Así lo corrobora el hecho de que la categoría de alimentos infantiles eco se sitúe según el informe como la tercera que mayor representación tiene en las importaciones (entre el 15 y el 20% del total). También los datos del Estudio Iri: El consumo Eco y Bio en España 2017, que muestran cómo la ventas se dispararon un 90% entre 2016 y 2017, un periodo en el que el sector alimentario infantil no ecológico, contrariamente, vio como sus ventas se reducían casi un 3%.

Este crecimiento, a nivel micro, lo han notado también en cadenas de supermercados ecológicos como GranBiBio, donde desde la apertura de su primer súper en 2015, según explica su CEO, Juan Antonio Martínez Rubio, han visto cómo esta familia de productos crecía un 5% anual en el ticket de compra, a lo que habría que añadir el aumento del 10% en el número de referencias. “La alimentación infantil en el sector ecológico es un valor al alza”, explica el responsable. Una opinión que comparte Diego Roig, director de EcoLogical, que añade que el aumento de demanda “no ha pasado desapercibido para la industria agroalimentaria nacional, tanto a nivel de grandes empresas como de nuevas iniciativas empresariales, que han respondido en los últimos años creando nuevas líneas bio para el público infantil”.

Un ejemplo de esta creciente atención por el mercado ecológico infantil es Yammy, la marca de potitos infantiles ecológicos y elaborados como en casa creada por dos padres emprendedores, Lola Zozaya y Alfredo De Lara. En junio de 2017 lanzaron sus primeros productos al mercado. Apenas un año después sus potitos se pueden encontrar ya, incluso, en lineales de grandes superficies y al cierre del primer semestre de 2018 su facturación había aumentado en un 80%. “Vimos que para lanzar un producto de calidad infantil éste, sí o sí, tenía que ser ecológico, ya que creemos que hay una falta de innovación tanto en la variedad de ingredientes como en la calidad de los productos que se ofrecen para los bebés. Otros países del norte de Europa, Asia o Estados Unidos tienen una variedad muy amplia. En España tenemos que cambiar un poco la mentalidad de las cuatro frutas básicas. Y en ellos estamos”, reflexiona De Lara.

La salud como principal motivo de compra

Divulgadores como el doctor en bioquímica y biología molecular por la Universidad de Valencia José Miguel Mulet han querido matizar en los últimos tiempos el reclamo de “saludable” de los productos alimentarios ecológicos. Así, en su último libro, ¿Qué es comer sano? Las dudas, mitos y engaños más extendidos sobre la alimentación (Destino), explica que el contenido nutricional de un producto ecológico y de otro que no lo sea “va a ser muy similar, y eso es lo que señalan la mayoría de los estudios comparativos (…) Por tanto, el consumo de productos ecológicos solo puede justificarse por motivos filosóficos o políticos”.

Sin embargo, según los resultados del estudio de EcoLogical, la salud es la principal motivación de compra de los consumidores ecológicos españoles, seguida de la ausencia de pesticidas y fertilizantes, la calidad superior o el sabor. En un escalón inferior aparecería el cuidado de la naturaleza. “Alrededor de estos argumentos de consumo la principal motivación de los progenitores es el pensar que comprar ecológico les hace ser, en cierto modo, mejores padres”, añade Diego Roig.

Para Juan Antonio Martínez, por su parte, en este tipo de compra “priman los valores que ofrece la alimentación ecológica (productos sin conservantes, ni aditivos y sin trazas de pesticidas) para no poner en peligro la salud de los más pequeños”, algo a lo que habría que añadir el hecho de que los padres consumidores de productos eco buscan para sus hijos “un producto lo más parecido a lo que podrían elaborar de forma natural en su propia casa”.

Saben de esta última y creciente demanda de los padres actuales en Yammy. No en vano, tienen en el proceso de cocinado artesanal y casero de sus potitos uno de sus principales reclamos. “Los padres que compran nuestra marca buscan confianza y calidad. Saben que con nuestros productos sus bebés van a estar realmente nutridos por nuestro proceso de cocinado casero y por los ingredientes naturales que utilizamos. Además, cada vez más buscan que lo que compran no tenga azúcares añadidos, sal o aceite de palma y saben que con nosotros están tranquilos en ese aspecto”, argumenta De Lara.

El boom de los padres millennials

No hay un rango de edad 100% consensuado para abarcar a los miembros de la Generación Y, también conocidos como millennials, pero de forma más o menos aproximada podemos hablar de aquellos nacidos entre 1984 y el año 2000. En todo caso, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente recogidos en el estudio de EcoLogical, este grupo de población que aún no ha llegado a los 35 años acapara el 30% de las compras del mercado ecológico en España, seguido de cerca por la franja de edad de 35-44 años (26%). “Se trata de un fenómeno que se viene produciendo a nivel internacional. Un reciente estudio publicado a finales del año pasado por la Organic Trade Association, la principal organización empresarial bio de EEUU, aseguraba que los millennials son también los principales compradores de productos ecológicos en Norteamérica”, contextualiza Roig.

Y esto es una promesa de crecimiento para el sector ecológico infantil. No en vano, según el director de EcoLogical, “el 25% de los millennials ya son padres y se calcula que en los próximos 15 años ese porcentaje de familias aumentará al 80%, provocando un mayor desarrollo del mercado”. “Se presentan muy buenas expectativas”, corrobora Juan Antonio Martínez Rubio, que no obstante considera que aún queda mucho trabajo por hacer a nivel de “concienciación y comunicación de los valores añadidos que ofrece este tipo de alimentación”.

Afirma por último De Lara que como marca han llegado al mercado eco “en un momento en el que los padres cada vez vigilan más lo que compran para sus bebés”. En ese sentido el cofundador de Yammy considera que a los consumidores bio de toda la vida se han sumado en los últimos años “una gran cantidad de padres que sin ser consumidores bio al 100%, sí empiezan a buscar productos ecológicos porque cuando se trata de la alimentación de sus bebés solo buscan lo mejor y aquello que sea lo más casero y artesanal posible”.

https://elpais.com/elpais/2018/07/09/mamas_papas/1531122349_798142.html

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