La poesía también debe y puede llegar a los niños. Con esta idea en la cabeza, Guadalajara ha decidido celebrar el Día Mundial de la Poesía hoy 21 de marzo, con el fin de acercar a mayores y pequeños este arte, gracias a una colaboración internacional en la que participan diversos países como Italia, Francia o Portugal. El lema del día es La poesía anda por las calles. La jornada constará de medio centenar de actividades en las calles y espacios públicos durante 12 hora seguidas, dirigidas a cientos de personas de todas las edades y gracias a la cooperación de muchas instituciones. Las actividades llevan en marcha en la ciudad desde las 08.00 horas de la mañana de este martes. Las actividades se dividen en seminarios de poesía oral y talleres formativos. Hablamos con Blanca Calvo, presidenta del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil, y Concha Carlavilla, la coordinadora de la jornada, para que nos expliquen los puntos fuertes de esta particular celebración.

PREGUNTA. ¿Cómo surgió la idea de crear un evento de estas características?

RESPUESTA. Es muy alentador pensar que entre varios países celebramos algo en torno a la poesía, en vez de alrededor de la economía, y que hemos lanzado una iniciativa aparentemente tan utópica, pero que se ha hecho realidad. Se trata de aportar una idea de Europa con la que creo que nos deberíamos quedar. Ahora que se cuestiona tanto Europa es importante reinventarla desde la poesía, y en este caso lo estamos haciendo desde cuatro países del sur. Creemos que es bueno que se mire al sur.

P. ¿De los eventos, cuáles están exclusivamente dedicados para niños?

R. Aproximadamente la mitad de la programación es para niños, con especial protagonismo en la jornada matutina. Los niños van a reivindicar con sus pancartas que la poesía está en las calles y van a llamar la atención de los ciudadanos sobre este hecho, regalando poemas en pegatinas. Sin poesía no hay ciudad.

P. ¿La importancia de la poesía en la infancia? ¿Efectos y consecuencias de amarla?

R. En la infancia, empieza gustando la poesía por su musicalidad y ritmo. Acabo de volver de Portugal y allí la bibliotecaria de Fundâo nos ha dicho que hay niños que están recitando poesía muy culta, como Camôes, y que lo hacen con placer. Es muy importante empezar a trabajar la poesía pronto. De entrada, les gusta. En los talleres con alumnos, el campeón de ‘slam poetry’, Dani Orviz, preguntó en las tres sesiones, a quién le gustaba la poesía: muchos niños, no menos de 200, levantaron la mano en la sesión para colegios; hubo menos que lo hicieron en el taller con institutos y, sorprendentemente, fueron apenas tres o cuatro los que lo hicieron en la sesión con alumnos de Magisterio de la Universidad. Todos los buenos y profundos hábitos, si se adquieren desde niños, nos acompañan toda la vida. Vivir una vida con poesía es muy bueno porque te ayuda a entenderte a ti mismo. Hay cosas que no se describen fácilmente si no es con metáforas y momentos en la vida en que la poesía es como una poción mágica. En los talleres de estos cuatro meses, hemos visto la progresión en los niños y los jóvenes. Cuando les pedíamos salir al escenario a hacer cosas, en los primeros encuentros estaban expectantes y menos participativos, pero según transcurrieron las sesiones, en cambio, estuvieron más activos.

La poesía vive en nosotros antes de que salgamos al mundo, porque ya en el vientre de la madre estás acunándote y escuchando ritmos, como el sonido del corazón. Eso es la poesía, es lo que te balancea, tiene ritmo y música. Tiene que acompañarte siempre y cuando te llega, te llega tanto, porque con ella tu memoria acude al vientre de la madre, donde empieza todo.

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