La Semana Santa está a punto de llegar. Por eso os vamos a dar las mejores ideas para entretener a los niños en cualquier tipo de viaje. Primero os vamos a presentar un libro de juegos llamado “¡En Marcha!”, especialmente concebido para ser utilizado en los viajes. Se trata de un libro con diferentes juegos más o menos tradicionales y que se puede usar tantas veces como quieras gracias a que sus hojas y los rotuladores que lo acompañan no son permanentes. La mayoría de los juegos propuestos son para jugar con varios jugadores por lo que es perfecto para jugar varios hermanos.

en marcha

Y es que cuando salimos de viaje, si el trayecto es largo, sin duda supone todo un reto para los niños, que se ven obligados a pasar confinados largas horas en un espacio reducido (da igual del medio de transporte que utilicemos). Y no resulta fácil, tanto si es en avión, tren o coche buscar actividades o formas para entretenerlos y que así, les resulte menos dura la situación. Se trata de todo un ejercicio de entrenamiento de paciencia tanto de mayores como de pequeños.

Dependiendo de la edad, las situaciones durante los trayectos largos varían. En nuestro caso, al principio, cuando eran más pequeños, los trayectos largos los llevaban bien ya que ambos solían dormirse en el momento que el coche empezaba a andar (en avión tampoco solían dar mucho la lata), y las paradas eran las justas para comer y descansar (casi más por nosotros que por ellos). A medida que han ido creciendo, han empezado a demandar sus propias paradas (para ir al baño por ejemplo) o porque sus necesidades de movimiento han aumentado. En el caso del transporte en tren o avión, han aumentado considerablemente sus paseos pasilleros y visitas a los baños.

Pero aún así, hay que echar mano de muchos trucos para que el trayecto se haga lo más amable posible. Aunque, disponemos de tablet o móvil que en los momentos críticos nos ayudan a salir del bache (tanto con algún juego como con dibujos animados), cierto es que nos gusta usarla como último recurso. Cuentos, libretas para pintar y colorear, pequeños juegos de viaje…hay muchos recursos que puedes utilizar para pasar el rato.

A raiz de recibir este libro-regalo, me he puesto a reflexionar sobre los juegos que hemos utilizado alguna vez en los viajes, y he intentado hacer una recopilación por si os pudiesen servir en algún momento. Se trata de juegos “caseros” y por supuesto, depende mucho de la edad que tengan los peques y de lo que les guste. Algunos son juegos tradicionales, y otros son simplemente “inventos” para pasar el rato.

Sea como fueren…aquí os los dejo.

1. Veo Veo. ¿Quien no conoce el veo veo?. El rey de los juegos. Con canción previa incluida y diversión asegurada con la fase de adivinanza posterior. Este es apto para más pequeños y mayores (la pequeña sabe jugar desde poco después de los dos años y medio).

2. Adivinanzas. No falla llevarte preparadas una buena colección de adivinanzas. ¡Les gusta mucho!

3. Palabras encadenadas. Otro clásico que a los míos les flipa (bueno, en particular al mayor, porque la pequeña ha empezado a jugar desde hace poco). Uno dice una palabra, y el siguiente debe decir otra palabra que comience por la última sílaba (o letra) que la anterior. Otra variante es decir todas las palabras que comiencen por una letra determinada. A medida que se hacen mayores, ya podemos afinar más, y decir cosas concretas que empiecen por esa letra.

4. Cambio de vocales. Coger diferentes palabras o frases y decir todas las sílabas con la misma vocal (todas A, todas E, todas I…). Risas aseguradas.

5. Describir las cosas que vemos por la ventanilla, o inventarse historias con ellas. Suele funcionar muy bien. Otra variante es describir algo que los demás tienen que adivinar (lo hayamos visto o no por la ventana). Aún recuerdo las historias inventadas gracias a los “molinos de Don Quijote”, mientras atravesábamos Castilla La Mancha.

6. Construir un cuento entre todos. Este es uno de los juegos triunfadores…Uno empieza el cuento (normalmente suelo ser yo), y a partir de un momento dado, continua otro, y luego otro…no os podéis imaginar las historias que se llegan a construir! Depende de lo que os lo curréis os aseguro que podéis terminar muertos de risa.

7. Inventar canciones. Puede ser con música también inventada o utilizando alguna que ya conozcan. Otro de nuestros favoritos, aunque en este caso, solo apto para viajes en coche (os pueden mirar mal vuestros compañeros de vuelo o de vagón en caso de que lo intentéis durante el trayecto). También salen unos resultados muy divertidos.

8. Piedra, papel y tijeras. Clásico donde los haya. Este tiene el riesgo de acabar a piedrazo limpio el uno con el otro…pero mola.

9. Cara o Cruz. Juego muy simple pero que les entretiene mucho!

10. Barquitos. Fue el descubrimiento de nuestro último viaje. Mi peque mayor aprendió a jugar a los barquitos y le encantó. Con una buena libreta, podéis jugar tantas veces como queráis.

11. El Ahorcado. Ha sido el último juego introducido en nuestro repertorio. En realidad aún no lo hemos utilizado en ningún viaje, sino que jugamos en casa, pero evidentemente…es juego de trayecto!

12. 3 en raya. Éste, junto a otros juegos muy simples y que puedes encontrar fácilmente en tamaño de viaje son fantásticos para los trayectos largos. A nosotros también nos gustan mucho el parchís, y la oca.

13. Cartas. Además de las cartas de toda la vida (los míos ya conocen la baraja española), hay una serie de cartas como las cartas UNO o las DOBBLE oientadas para los peques y con las que se pueden jugar a muchos juegos diferentes. A nosotros nos encantan, son muy fácilmente de llevar en un viaje y con las que los peques pueden pasar mucho rato jugando.

Fuente: listosparajugar.com

Fuente: listosparajugar.com

14. Bingo. En función de la edad, también varía desde ir tachando simplemente los números, a hacer un “cartón” más complejo.

15. Adivina el personaje. Una especie de quien es quien pero adaptado. Uno de nosotros piensa el personaje y los demás hacen preguntas para adivinarlo. Suele ser algún personaje de dibujos (los que en ese momento estén viendo, o de algún cuento). También funciona muy bien!

Y si después de todo esto, la situación se os descontrola…no dudéis en echar mano de lo que ya sabéis…que cuando uno supera un determinado número de horas…¡todo vale!

Y vosotros…¿a qué jugáis durante los trayectos?

Bastaría con asistir a unas pocas clases elegidas al azar, para comprobar la esencia de lo que tan alegremente hemos definido que sucede en las escuelas: el aprendizaje.

Es un término suficientemente amplio en sí mismo como para hacer una auténtica y compleja disertación al respecto, y no puede ser el objeto de un breve artículo expositivo. Con cierta discreción, habremos de reconocer que la escuela actual da una prioridad sin igual a aquellos procesos que suponen la asimilación de conceptos, procesos y datos. El objetivo no es otro que el de facilitar a los alumnos el Conocimiento a partir de su retención, entendiendo que es un bien necesario para su desarrollo y formación posterior. Implícitamente su ventaja reside en el hecho de que cuanto más y mejor se produzca esa retención asimilatoria, un futuro mejor le esperará al alumno. Un futuro que se mide en clave de subsistencia. La escuela actual ayuda a subsistir, en un mundo que contemplamos desde la estaticidad.

Se ha ganado mucho terreno en ofrecer distintas variantes en los procesos que conducen al fin retentivo: fichas, actividades, prácticas, lenguajes diversos, estilos docentes más atractivos, textos más amenos, agrupaciones de alumnos menos discriminatorias, reducir los niveles de exigencia, etc. Todo ello es positivo para romper una homogeneidad didáctica que sin más dejaría fuera a unos cuantos alumnos. Pero para ser preciso suena a tormenta en un vaso de agua para los que pretenden una revolución en la enseñanza, que abra las bases hacia una pedagogía realmente diferente.

Se desconoce casi todo del Autismo, del que se han dicho diferentes cosas no siempre con muy buen tino. Lo que es obvio para los distintos profesionales que trabajan con ello es la absoluta necesidad de abordar sensitivamente el trabajo con quienes lo padecen, para poder avanzar en los procesos de aprendizaje más básicos. De toda la investigación científica en torno a ello se desprenden varias cuestiones importantes para definir el funcionamiento de cualquier cerebro humano. La más radical es la importancia del trabajo de los sentidos en la asimilación de los procesos de cualquier índole.

Ya por si, esto nos devuelve a un espacio de enseñanza esencialmente práctico y empírico para el alumno, en el que el desenvolvimiento de este ante diferentes realidades hace propicio a su pensamiento para la asimilación, y lógicamente hacia el aprendizaje no retentivo. Cualquier otro método que no contemple esta variable  adolece necesariamente de un sesgo natural que abre posibilidades negativas escindidoras, como la racionalista, la puramente mnésica, la doctrinal repetitiva  o la social adaptativa.

Hay pocos programas de enseñanza que promueven el desarrollo sensitivo como base hacia el conocimiento. Y este rechazo procede de un cierto desprecio de una cultura en la que el intelecto se hace dueño del pensamiento, cerrando aquellas vías que puedan cuestionar su dominio, especialmente las puertas de acceso hacia los “otros cerebros”, como son los que utilizan en buena medida los caudales sensitivos.

Recuerdo la experiencia de una maestra de primaria, que aplicando la libertad que concede la ley educativa actual al profesor para la elección del método de enseñanza que considerara más adecuado, tuvo la osadía de aplicar diferentes instrumentos teatrales –ejercicios, dicción, fonética, representación, mimo, control emocional, proyección, etc.– en toda iniciativa didáctica en la que se pudiesen aplicar con facilidad. La consecuencia fue un incremento medio de un 35% en los percentiles de rendimiento de los alumnos medidos en términos de incremento en sus calificaciones académicas, con resultados tan espectaculares en algunos de ellos que causaron el furor extrañado de todo el claustro de profesores del centro educativo.

El trabajo desde los sentidos es lo que un técnico programador entendería dentro de la categoría de “sensibilidad”. Educar la sensibilidad es en realidad lo que significa el trabajo a través de priorizar la actividad sensitiva de los alumnos, pero esta educación carece de antecedentes consistentes y prolongados en el tiempo, que permitan dotar a los proyectos educativos que quisieran dirigirse a objetivos no relacionados con la subsistencia, sino con el desarrollo evolutivo, de una base desde la cual poder trabajar y educar.

Por eso se hace necesario aventurarse, un tanto a ciegas, en la búsqueda de las relaciones que subyacen a los procesos sensitivos que dan soporte al resto de funciones pensantes, incluidas las cognitivas. Habría que surcar los vínculos ocultos a los que Salvador Dalí apelaba cuando decía que “Los artistas deberían tener nociones científicas para caminar sobre otro terreno, que es el de la unidad”, o lo que afirmaba Albert Einstein al decir que “Dostoievsky le había aportado más que cualquier científico, más que Gauss”.

La sinestesia, la capacidad de oír los colores, ver los sonidos o tocar los sabores, mezclando los sentidos en un único acto perceptivo, que posiblemente sea una fase infantil previa a la estructuración de los sentidos, nos permite extrapolar unas posibilidades de combinación sensitiva desde la cual establecer redes, de una complejidad y una riqueza nuevos en la contemplación de los procesos de aprendizaje, en la que la filosofía parte del dibujo, a la cuántica se llega a través de la piel, a la biología mediante la dramatización de los mitos clásicos o al algebra se accede desde la poética.

Son los procesos y procedimientos artísticos los que mejor ofrecen vías para el desarrollo de los sentidos, y debería permitirse que estos fueran los que desarrollaran los nuevos métodos de enseñanza, llenando de artistas las aulas y de pictogramas las paredes; de materiales que explotan en las columnas y sus figuras en el aire; de gritadores que persiguen el rastro de las voces para atraparlos en un gesto; de danzarinas que se asombran por el sabor de sus pies de agua; de músicos sin instrumentos que sueñan melodías recogidas en el espacio; de actores construyendo su propia realidad fugaz e infinita.

Algo que no sirve a nada, y por eso se acerca al todo.

Sobre Carlos Peiró Ripoll

Licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Fue director del IMFEF, y ha ocupado distintos puestos de responsabilidad en áreas dedicadas a la salud mental y la Psicología como Director de Psicologías y Terapias del Centro Asistencial Santa Teresa de Arévalo, del Gabinete de Psicología de la Empresa CTO, y de la Unidad de Orientación Familiar de la Comunidad de Madrid. Coordina programas de formación en las que destaca el de “Redes Familiares para la prevención” del Plan Nacional de Drogas. Mediador Social y Familiar.

-¿Por qué hay una tendencia cada vez mayor entre los padres por lograr que los niños gateen y caminen cuanto antes mejor?

Se ha identificado precocidad de los aprendizajes con una mayor inteligencia. Es cierto que los niños con altas capacidad suelen ser precoces en algunos aspectos, pero lograr que nuestros hijos realicen las cosas antes, de una manera forzada, no les va a convertir en más inteligentes. A partir del mito de los tres primeros años surgió un movimiento que buscaba la estimulación temprana de todos los niños como forma de aprovechar esa ventana temporal de aprendizaje que se daba durante los primeros años de vida. En la Universidad de Padres insistimos en que las personas aprenden durante toda la vida y que no es tan importante cuándo hacen un aprendizaje concreto sino la manera en que realizan dicho aprendizaje. De poco nos sirve que un niño camine con 12 meses si no es capaz de ponerse de pie solo desde el suelo; en la motricidad como en muchas otras áreas, el proceso es tan importante o más que el propio resultado.

En los Seminarios de la Universidad de Padres, investigamos sobre qué beneficios puede aportar a nuestros hijos la posibilidad de dejar que crezcan y aprendan moviéndose en libertad. Desarrollaremos cuáles son las etapas motrices por las que pasan los bebés. Y, muy importante, la relación entre movimiento, pensamiento, aprendizaje, autonomía y función ejecutiva.

-¿De qué manera influye en el desarrollo de los niños que cada vez jueguen menos en la calle, con la libertad que eso supone, y pasen más horas entre cuatro paredes?

Durante sus investigaciones, Pikler encontró que los niños se mantenían, como máximo, menos de 3 minutos en una misma posición mantenida y cambiaban de posición unas 50 veces en media hora. Aunque estos estudios están hechos con bebés, lo cierto es que dice mucho de la necesidad de movimiento que tienen los niños, incluso cuando creemos que apenas son capaces de moverse por sí mismos.

Los niños de todas las edades necesitan moverse en espacios amplios y necesitan estar en contacto con la naturaleza. Es curioso que la mayoría de los padres perciben que sus hijos se portan mejor cuando están al aire libre, en el campo, o en entornos abiertos donde se mueven con más libertad y es menos necesario abusar de los límites. Cuando los niños juegan en espacios abiertos pueden dar salida a su necesidad de movimiento físico y de juego, que es esencial para ellos, pero también pueden poner a prueba muchas de sus capacidades a través de la interacción con iguales, la exploración del entorno y la gestión y resolución de problemas.

-¿Qué importancia tiene adquirir el movimiento en libertad?

Los niños que aprenden a moverse de forma libre lo hacen en función de sus capacidades e intereses. No se ven forzados a situaciones que no pueden gestionar. Dependen mucho menos del adulto y, por tanto, se hacen más autónomos y seguros de sí mismos al percibirse como competentes. Además los niños que aprenden a moverse libremente, al contrario de lo que se pueda pensar, tienen menos accidentes y caídas en ese proceso de aprendizaje y también posteriormente. Se muestran más cautos porque conocen mejor lo que son capaces o no de hacer por sí mismos.

-¿Qué diferencias hay, entonces, entre los niños que se desarrollan en entornos rurales y los que lo hacen en las grandes ciudades?

En realidad, la distinción no está entre crecer en una ciudad o en un entorno rural, sino en el tipo de experiencias que tengas donde vives. Un niño puede vivir en un pueblo, bajo un ambiente sobreprotector, y no tener posibilidad de experimentar con su cuerpo y con su entorno. De lo que se trata es que el niño tenga posibilidades de desenvolverse por sí mismo de forma adecuada a su nivel de desarrollo.

-Hay quienes se plantearán, «¿qué más da cuándo lo hagan si, al final, -si la salud lo permite- todos acaban caminando, corriendo, hablando…?».

Pues ese es un poco el enfoque Pikler, que no es tan importante el cuándo, ya que la mayoría, sin problemas, lo consiguen, sino el cómo se dan esos aprendizajes. Tenemos que aprender a centrarnos en los procesos, a disfrutar de ellos y a enseñar a los niños a disfrutarlos también. Un niño que gatea con 14 meses no es menos feliz ni menos capaz que uno que camina; simplemente lleva su propio ritmo de desarrollo.

-¿Cuáles son las principales etapas motrices por las que pasan los bebés?

Podríamos decir que las fases principales son diez pero entre ellas podemos observar un número importante de posiciones intermedias y movimientos de aproximación. Estas fases intermedias son, en mi opinión, de las más bonitas por las que pasa un bebé y a menudo pasan desapercibidas para los padres.

Primero está tumbado boca arriba, posteriormente pasa a la posición de costado, se pone de lado. Cuando es capaz de ponerse de costado con soltura se vuelve tumbado hacia abajo. La siguiente fase sería el movimiento inverso, pasar de boca abajo a boca arriba siempre tumbado. A continuación se suceden una serie de etapas que si bien se dan todas antes de empezar a andar el orden de aparición puede no ser siempre el mismo. Reptar, gatear, sentarse por sí mismo, se arrodilla, se pone de pie primero con apoyo y luego sin él. Una vez pasadas estas etapas comienza a andar sin apoyo y finalmente logra la marcha estable en la que el niño no solo es capaz de caminar con soltura, sino que es su forma habitual de desplazarse.

-¿Cómo se puede convencer a los padres de la importancia de este asunto?

Podríamos hablar de lo importante que es, por ejemplo, que los niños gateen o de los beneficios de asumir ciertas posturas cuando la musculatura está preparada, pero si yo tuviera que quedarme con alguna razón me quedaría con la felicidad y tranquilidad que les aporta. No hay nada comparable a la cara de felicidad de un bebé el primer día que logra girar sobre sí mismo y gatear y su persistencia autónoma en el movimiento hasta que logra dominarlo y hacer uso de él. Y pocas les importan tanto a los padres como ver a sus hijos felices y relajados. Para concienciarle de todo ello, en la Universidad de Padres se imparte un seminario sobre este asunto que comienza el 7 de marzo y dura 12 semanas.

http://www.abc.es/noticias/abci-hijo-aprenda-hacer-cosas-antes-no-convertir-mas-inteligente-201602222301_noticia.html

La profesora de un grupo de alumnos de seis años de Bosnia ha enseñado a sus alumnos lengua de signos para que puedan comunicarse con Zejd Corali, un pequeño que es sordo. En Bosnia, desde 2003 todos los niños con discapacidades deben estar completamente integrados en las aulas.

Una clase de alumnos de Bosnia ha aprendido lengua de signos para poder comunicarse con uno de sus compañeros que es sordo. Sanela Ljumanovic, la profesora de los pequeños, quiso ayudar a uno de los niños de su clase, de seis años, tras cerciorarse de que se sentía aislado.

Desde 2003 todos los niños con discapacidades deben estar completamente integrados en las aulas de Bosnia.

En una entrevista a The Independent, Ljumanovic dijo que estaban «muy felices de aprender un nuevo idioma», y destacó que, no obstante, el objetivo es enseñar al menor a leer los labios.

Después de tres meses, los niños han aprendido los conceptos básicos del lenguaje de signos y están aprendiendo a comunicarse con su compañero.

La madre de Zejd Coralic asegura que ahora el pequeño está emocionado con ir a la escuela y se sentía muy «feliz».

http://www.antena3.com/noticias/mundo/alumnos-clase-aprenden-lenguaje-signos-comunicarse-companero-sordo_2016020900414.html

En la vida hay cosas sencillas y complejas. Por medio, un sinfín de asuntos de diferentes niveles de dificultad. Ahora bien, si todo cuanto es simple lo elevamos a la máxima potencia, acabamos por vivir una existencia realmente problemática. Por eso es una buena idea leer a Jonas Jonasson, porque hace del sentido común su bandera.

En la literatura de Jonas Jonasson, destaca su enorme apuesta por simplificar lo que ya de por sí es sencillo, usando lo lógico y el sentido común. Obviamente, este hecho muestra un mundo en el que las malas formas, las personalidades extravagantes y la estupidez campan a sus anchas en un caldo de cultivo verdaderamente peligroso.

“No hay nada que dure para siempre, salvo, tal vez, la estupidez generalizada.”
-Jonas Jonasson-
Hombre ofreciendo una taza de té a otro mientas hay un incencio

¿Quién es Jonas Jonasson?

Jonas Jonasson es un escritor sueco poco prolífico, pero queha aterrizado con fuerza en el panorama literario mundial gracias a la obra que le ha hecho famoso a nivel internacional, “El abuelo que saltó por la ventana y se largó”, de 2009. Jonasson nació en la localidad sueca de Växjö, en el seno de una familia de clase media. Su padre conducía ambulancias y su madre era enfermera.

El escritor estudió español y sueco en la Universidad de Gotemburgo, aunque su actividad profesional le llevó hasta el mundo del periodismo, trabajando en el diario de su localidad natal, el Smalandsposten. Esto le guió para fundar en 1996 su propia empresa mediática, OTW, que llegó a convertirse en un referente en su país gracias a su arduo trabajo.

Sin embargo, Jonas Jonasson saltó a la palestra literaria internacional en 2009, gracias a la publicación de su primera obra, la genial y divertida “El abuelo que saltó por la ventana y se largó”, que incluso ha sido llevada al cine. Posteriormente, en 2013, confirmaría su buen trazo para la prosa con “La analfabeta que era un genio de los números”.

Jonas Jonasson y la historia del siglo XX

Si hay algo por lo que destaca la potente y divertida narrativa de Jonas Jonasson, es por su amplio conocimiento de la historia reciente del mundo. El siglo XX es un caldo de cultivo excelente para este escritor.

A través de un personaje central, que suele actuar como hilo conductor de la historia, Jonas Jonasson narra con acierto algunos de los acontecimientos que han marcado nuestra actualidad, siempre desde un punto de vista verdaderamente sarcástico.

Lo curioso es que el personaje central de la narrativa de Jonasson suele ser una persona con bastante sentido común. Tienen la mirada más bien inocente, pero sabia, de una vida que podría ser mucho más sencilla, pero no lo es por la estupidez humana de querer complicar todo, aún no siendo necesario.

Así pues, sus personajes centrales interactúan con imaginarios Stalin, Truman o Einstein, procurando diferentes miradas a la historia reciente de la humanidad, que se ha salpicado de malentendidos y casualidades, algo que define el mundo actual en el que vivimos.

“Así funcionaban las cosas en la vida: lo correcto no era necesariamente lo correcto, sino lo que el que mandaba decía que era correcto.”
-Jonas Jonasson-

La genialidad de Jonas Jonasson

Para muchos, tal vez la mirada afilada e irónica de Jonasson sobre nuestro mundo puede parecer simplista. Obviamente,no todos los problemas se pueden solucionar con una conversación de bar al calor de varios vasos de agua ardiente. Sin embargo, en base a grandilocuencias, locuras, imaginaciones imposibles y creencias ciegas e improbables, tampoco parece que hayamos conseguido gran cosa en la actualidad.

Hombre intentando seducir a una mujer mientras ella piensa que no le gusta

Jonasson muestra un mundo de rumbo incierto, a través de personajes que buscan su sitio en un planeta que no les entiende y que se empeña en hacerles la vida imposible, aunque ellos simplemente quieren tranquilidad y normalidad. Lo cierto es que, si lo pensamos bien, ¿no es algo de tranquilidad, paz y sosiego lo que buscamos todos? ¿No sería la vida algo más sencilla si cada uno se dedicase a lo suyo, y dejase de inmiscuirse en los asuntos del vecino?

Tal vez esta sea la mayor enseñanza que aprendemos al leer a Jonas Jonasson. Dedícate a lo tuyo, ten la mirada limpia y en paz, y deja tranquilos a los demás con sus problemas. Quizás así todo sería mucho más simple, comprensible y cómodo para todos. Pero solo quizás.

 

Muchos padres optan por su automóvil para trasladar a sus hijos al colegio, pero éste ya no es el caso de Julia Vidal, quien con 9 años ha conseguido que el Ayuntamiento de Antequera le coloque un aparcabicicletas en el Colegio Público Infante don Fernando, para que pueda ir en bici y no depender de nadie.

Estudia cuarto de Primaria en el Colegio Infante don Fernando y su padre, Claudio Vidal explica que “como no había aparcabicicletas en el colegio y para que ella pudiera hacer el aprendizaje de solicitar algo, se decidió que ese podía ser el camino y nos pusimos manos a la obra”.

Fue cuando la propia niña empezó a recoger firmas entre los padres del colegio, entre sus vecinos, consiguiendo 100, con las que elevó una solicitud al consistorio, quien así lo realizó, pero no sólo para ella, sino para más compañeros.

Julia disfruta de ir en bicicleta lo que es su medio de transporte, sin necesidad de que la lleven sus padres y además siendo “muy sano y divertido”, sustituyendo a los vehículos que contaminan y saturan el tráfico en las entradas y salidas de los colegios.

Ahora, ya piensa en su siguiente reto: “un carril bici por toda Antequera”, destaca su madre, Carmen Pérez, quien se muestra orgullosa de su hija que ante su petición, estudió cómo conseguirlo, trabajando, esforzándose en conseguir las firmas y mandarlas al Ayuntamiento.

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  • FELICIDADES, DENTRO DE UNOS DIAS TE ROBRAN LA BICI Y SE ABRIRA UNA NUEVA ETAPA EN TU VIDA PARA DENUNCIAR.
    DILE AL AYUNTAMIENTO QUE TB TE COLOQUE UNOS GUARDAS Y UNA CAMARA DE VIGILANCIA., EN MALAGA NO HAY  CIVISMO.
  • En Antequera hay mas civismo que en la capital.
  • Un ejemplo para los jóvenes (y no tan jóvenes). Pasar a la acción y no sólo quejarse. Felicidades.
  • Una luchadora desde tan pequeñita. Esta niña llegará alto.
  • típica noticia de tercer mundo, pedir por favor que te deje aparcar una bici
  • ¡Felicidades Julia!
  • La otra cara es, muy muy de Semana Santa, muchos se parten el hombro por llevar un trono, pero cuantos hay,  sin tener ni un mínimo respeto a lo ajeno.  Por eso hay un mínimo de personas, que utilizan la bici para el trabajo en ciudades grandes o pequeñas. Nos falta mucho por aprender, y tener más educación y sobre todo lo dicho RESPETO. Saludos.
  • Muy muy bien Julia, por lo que posiblemente cueste un almuerzo de un Puñao de concejales, le has dado un toque Moderno y Europeo a tu Colegio. Que tomen nota los del futuro. Pedazo de ejemplo. Saluditos.
  • ahora solo falten que cojan a los que roban bicis y a las tiendas que compran y venden bicis robadas para que los ciudadanos normales podamos usar las bicis sin miedo a que nos la roben
  • Vergüenza le tendría que dar a las autoridades, Ayuntamiento, etc que un ciudadano tenga que recoger firmas para que se instale un aparcamiento de bicicletas, cuando eso debe venir de las autoridades sin que nadie lo reclame.
  • bravo por esta niña y las generaciones que vienen empujando fuerte en favor del medio ambiente y los hábitos saludables….!!! Ahora esperemos que todos tomen conciencia, y no aparezca el desalmado de turno y le robe la bici.

El niño que fue Alfredo Hernando no se parece en nada al alumno que él mismo ha encontrado, indefectiblemente, en todas las escuelas que ha visto. En su primer día de clase, con dos años, lo sacaron a un patio en el que solo vislumbraba tres grandes muros y una alcantarilla enorme sobre la que él levantaba apenas tres palmos. “¿Pero qué es esto? ¿Cómo nos pueden traer aquí?”, recuerda que pensó. Ese otro alumno, el que encuentra siempre, ni siquiera repara en el recreo. “Me ha llamado mucho la atención. En un colegio, en otro, en otro… siempre hay alumnos que se quedan en el aula y no distinguen entre el tiempo libre y el de clase”, explica.

Alfredo Hernando, investigador y creador del proyecto Escuela21.
Alfredo Hernando, investigador y creador del proyecto Escuela21. Jaime Villanueva EL PAÍS

Hernando, de 34 años, es un investigador que ha dado la vuelta al mundo visitando colegios con proyectos innovadores, centros donde profesores a solas, con las familias o con respaldo de sus gobiernos han conseguido enseñar y apasionar a sus alumnos. Durante casi un año —con alguna pausa— este psicólogo de Aranda de Duero (Burgos) paseó por escuelas en Estados Unidos, Colombia, Perú, Chile, Brasil, Ghana, Indonesia, Bangladesh, Japón, Italia, Finlandia, España… Todo empezó, rememora, “como surgen este tipo de proyectos que unen lo vital con lo profesional”.

Mientras estudiaba Psicología pensó que le interesaba más la educación que montar una clínica. También sus viajes tenían otro tono vital. En lugar de un mapa de monumentos o montañas, Hernando hizo uno de colegios innovadores a los que quería asistir. “La primera semana que pasé en Nueva York iba todas las mañanas a las ocho a ver una escuela. Y el sábado, me preguntaba: ¿Pero qué estoy haciendo?”, recuerda entre carcajadas.

Aprovechó congresos y vacaciones para visitar por su cuenta todos los seleccionados. Los llama Escuelas21 y están recopilados en un libro recién editado con la Fundación Telefónica, Viaje a la escuela del siglo XXI. Así trabajan los colegios más innovadores del mundo, que el miércoles presentó en Madrid y este jueves en Barcelona. El documento, que se puede bajar gratis en Internet y lleva ya más de 25.000 descargas, es un manual para transformar los centros y “ayudar a que todos los alumnos tengan éxito”, promete Hernando.

El profesor danés Morten Smith-Hanse.
El profesor danés Morten Smith-Hanse. Jaime Villanueva

En su libro recoge la experiencia de centros españoles como el centro de formación Padre Piquer de Madrid, que utiliza aulas cooperativas en las que colaboran profesores y alumnos. O el concertado Montserrat de Barcelona, que aplica la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, entre otras innovaciones. Es con el que Hernando se quedaría si tuviera que elegir solo uno de todos los que ha visto.

Si la cuestión fuera señalar un solo docente de los cientos conocidos, elegiría a Morten Smith-Hansen, profesor de Español e Historia en Bachillerato en el centro Ørestad Gymnasium de Copenhague. Smith-Hansen, también de visita en Madrid por la presentación del libro, explica cómo trabaja. “Tengo una clase con 28 chicos, desde hijos de inmigrantes en paro a alumnos con muchos recursos por parte de la familia. Y todo lo que hay entre ambos. No tiene sentido que yo esté en mi pizarra divulgando una verdad académica que es para tres personas”. La solución que encontró fue convertirse en una especie de profesor particular de cada uno de sus estudiantes con ayuda de las nuevas tecnologías. Para enseñar gramática, por ejemplo, cada alumno debe abrir un documento en la nube (un escrito compartido en red al que pueden tener acceso distintos usuarios). Allí le cuentan lo que sabe de gramática, él les responde, se abre un diálogo y consigue que cada cual mejore sobre su propia base.

¿Es fácil cambiar una escuela? Hernando considera que sí. “Hay muchos colegios con inmensas ganas de hacer cosas que te abren sus puertas. Los profesores se sienten atraídos por otros que tienen éxito con sus alumnos… Los que están generando el cambio en España son docentes que tienen interés. Mucha gente se ha dado cuenta de que necesitamos otra escuela. Ese es el primer paso. El segundo es saber cómo la queremos y esto es imparable”, explica. Y concluye con una sonrisa: “La educación está de moda”.

http://politica.elpais.com/politica/2016/02/03/actualidad/1454527093_941804.html?id_externo_rsoc=FB_CM

Lo que haces con tus manos tiene un efecto inmediato en tu cerebro. Una importante cantidad de terapias toman como referente las manualidades para lograr canalizar las emociones o sentimientos problemáticos. Esto no es gratuito: es un hecho que el trabajo manual nos predispone hacia pensamientos y actitudes más positivas.

Aquí tienes un catálogo de manualidades a las que puedes acudir cuando algo no está funcionando. Son una maravillosa y sencilla terapia. Con ellas vas a poder comprobar que, efectivamente, modifican la manera en que estás viendo la situaciónque te angustia.

“La belleza es la expresión estética del amor.”
-Lindsay Kemp-

Manualidades para el enfado

Para los momentos en que estás enfadado, nada mejor que dibujar líneas rectas. Horizontales, verticales y en diagonal. Por cada detalle que pase por tu mente y que encienda tu ira, marca un trazo. Verás qué poderoso es el resultado.

Espirales para seguir adelante

Dibuja espirales para superar la sensación de estar estancado y deshacerte de la idea de que no hay salidas, de que no hay un camino claro a seguir. Utiliza colores diversos y pinta uno sobre otro, sin pensar demasiado. Déjalo fluir…

corazon-de-espirales

Romper con la indignación

El enfado a veces tiene bases muy poderosas, especialmente cuando has sido víctima de una injusticia o sientes indignación por algún hecho concreto. Para romper con la indignación, lo adecuado es tomar un papel viejo y romperlo en pedacitos. Tan pequeños como puedas. Verás cómo te sientes mejor.

Dibujos para activar la concentración

Si te sientes disperso o desenfocado, pero quieres concentrarte en una meta y lograrla, puedes activar tu atención dibujando cuadrículas, lo más perfectas que puedas. Otra opción es pintar círculos concéntricos, como los del tiro al blanco. Esfuérzate en ser muy detallista y verás como se agudiza tu voluntad.

Levanta tu ánimo con paisajes

Cuando estés bajo de ánimo y sientas que te falta energía, puedes activar tu vitalidad pintando paisajes de muchos colores. No te preocupes por la perfección de las formas, sino más bien por el uso de muchos tonos en el cielo, en la vegetación, en el mar o en el paisaje que elijas.

Paisaje de colores

Los autoretratos

A veces no sabes qué te inquieta, qué te entristece o qué te molesta. Tampoco sabes si estás o no actuando de manera adecuada. Para esos momentos de confusión, en que no logras definir lo que sientes, lo ideal es hacer un autorretrato.

Colócate frente a un espejo y fíjate muy bien en la expresión de la mirada, de la boca y de la frente. Trata de plasmarlos. Este ejercicio promueve la auto-percepción. Las manualidades relacionadas con los autorretratos nos facilitan el conocimiento sobre cómo nos percibimos. 

¿Qué deseas?

Como en el caso anterior, a veces estás confundido ya no en tus sentimientos, sino específicamente en tus deseos. Te enfrentas a dilemas y no sabes por qué camino inclinarte, sientes confusión e incertidumbre…

Para esos momentos de indecisión vienen muy bien los collages. Toma revistas o periódicos viejos y elabora un collage sobre una cartulina. No pienses mucho en la composición, elabóralo casi automáticamente. El propio collage te dará pistas sobre la decisión a tomar.

La decepción tiene remedio

Hay momentos de desilusión o decepción en los que una manualidad puede ser de gran ayuda para ti. Cuando experimentes desilusión toma una pintura famosa que te guste y trata de replicarla dibujándola en un papel. Esto te ayudará a reencauzar tus emociones.

Sí hay salidas

Si tienes un problema de esos que no parecen tener solución, siéntate en frente de un papel y comienza a dibujar olas de diferentes colores y/o círculos de diversas longitudes. Trata de hacer cada figura en un solo trazo y, preferentemente, utiliza colores fríos. Repite este ejercicio hasta que aparezca la luz al final del túnel. Créelo: va a aparecer.

Incrementando el entendimiento

Por más que tratas, hay cosas que no entiendes. Bien sea la forma de realizar una tarea, alguna lectura o el comportamiento de otra persona. Dibujar mandalas o formas llenas de arabescos te ayudará a abrirte a la comprensión. Tómate tu tiempo, busca la relajación y la calma.

Mano coloreando un mandala

La angustia y las muñecas

¿Quién no ha sido visitado por uno de esos accesos de angustia que dejan al borde de la desesperación? Hay muchas situaciones que propician esa molesta ansiedad y que con nada parece desvanecerse.

Cuando sientas ansiedad, lo mejor que puedes hacer es elaborar una muñeca de trapo. No importa el tamaño, pero sí que esté completa: con cabeza, cuerpo y extremidades. Dale la forma que quieras y diseña una expresión para su rostro. Esta es una de las manualidades que atrae la serenidad que necesitas.

muñecas-de-trapo representando las manualidades para las emociones

El saber milenario del tejido

Cuando tengas miedo es tiempo de tejer. Sí, tejer. No importa el método que utilices: puede ser crochet, tejido en dos agujas, macramé, telar manual, o cualquier otra técnica. Tejer es una actividad milenaria, que además fortalece la confianza en las propias capacidades. En el tejido, así como en la vida, se van uniendo los hilos hasta formar algo nuevo.

https://lamenteesmaravillosa.com/12-manualidades-que-activan-tus-emociones/

La vida digital es una vida guardada para después. Las tareas están ahí, a lo lejos, franqueadas por barreras y barreras de distracciones, notificaciones, actualizaciones, cosas que responder y vuelta a empezar hasta el fin de los días. Y eso, lo de retrarasar las obligaciones realizando cualquier tarea facilona, es lo que se entiende por procrastinar, una palabra real tan traída del inglés que prácticamente es hipster y por tanto mucho más popular que la más clásica, vaguear.

Que procrastinar te lleve cada día a leer nuestras líneas aplazando tus asuntos de máxima prioridad, lo vemos como un mal menor. Sin embargo si tus deslices con la responsabilidad dan para crear un monstruo de culpa en tu interior que te dice que ya está bien, que ponte a trabajar, que qué bien se siente uno cuando las cosas se hacen a su tiempo, es hora de hacer algo. Por tanto, aquí unos cuantos consejos para sacar la palabra “procrastinar” de tu vida.

1. Ponte plazos

Sí, está muy bien esa frase de “la única manera de librarse de la tentación es ceder ante ella”, pero a lo mejor no tienes el talento de Oscar Wilde. No puedes volverte a permitir caer en la tentación de aplazar ese informe que tienes cruzado en el estómago. Divide tu jornada laboral en diferentes plazos, o como lo llaman los expertos, cronogramas. Te ayudará saber qué tienes que hacer de 9 a 10:30, qué sigue hasta las dos de la tarde y cuántos mails tienes que dejar enviados antes de las 17:15. Cumplir con estas pequeñas expectativas te hará sentir eficaz, productivo, capacitado. Si estos cronogramas los extrapolas a tu vida personal con la balda que está medio caída y tienes que recolocar, el viaje a Ikea que te queda por hacer y la comida con tu suegra, es que tienes cierta capacidad para avanzar en tus propósitos. Sigue adelante, lo estás haciendo muy bien.

2. Guárdate recompensas para cuando hayas realizado tus tareas

Para cumplir tus propósitos ayuda ubicar una contraprestación a corto plazo una vez satisfechos. Piensa, desde bien temprano por la mañana, qué es lo que más placer te proporcionará al llegar de noche y cansado a casa después de una dura jornada de admirable productividad. Si al final del día has resuelto todos los asuntos pendientes permítete ese pequeño deseo implantado en tu ánimo desde por la mañana: la cerveza de más que cambia de color la habitación, dos capítulos más de la serie a la que estés enganchado, un tipo de cena… Un vicio, si suena a premio, reconforta dos veces.

3. Piensa en refranes. Te harán sentirte menos culpable (pero no seas tan irritante de decirlos en voz alta).

En nuestro país otra cosa no, pero dar consejos se nos da muy bien. En tu memoria habitan mil y un refranes, fruto de la tradición y ese deporte nacional nuestro de aconsejar al otro y ver la paja en el ojo ajeno. Recurre a ellos, tirando de memoria, o si te falla mete en tu próxima lista de regalos un pequeño refranero. En él encontrarás calor e inspiración. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy / Más vale al paso andar que correr y tropezar / A juventud ociosa, vejez trabajosa / El buen cirujano opera temprano/. La lista es larga, casi interminable. Si tú solo no puedes ayúdate de cientos de años de sabiduría popular, no eres el primero en procrastinar.

4. Dale a cada palabra su significado

El mal uso de la semántica es perjudicial para la autoridad de cada uno. Cada palabra lleva la carga suficiente de contenido como para respetarla y que nombrarla siga queriendo decir lo que estrictamente, quiere decir. Vamos a los casos prácticos: si a todos tus mails le colocas la etiqueta de “urgente” y si cualquier proyecto lo necesitas para “ayer”, ni “urgente” ni “ayer” hacen referencia a su significado. De ese modo, el próximo mail que te guiñe un ojo desde la bandeja de entrada de carácter “urgente” o dossier que tenía que haber sido entregado “ayer” podrá esperar dado que ni todo puede ser urgente y nada que verdaderamente sea relevante se puede entregar ayer. Pon el adjetivo y el adverbio que se merece cada plazo, cada proyecto y cada objetivo.

5. Haz el favor de esconder el móvil

Este es el más complicado de todos. Haz el favor de esconder el móvil en una caja de seguridad y cerciórate de que no tienes el código que la abre. Solo así, de esa manera, serás capaz de no ver cada vez que desbloqueas la pantalla números capicúa, extrañas coincidencias y recolectar el feedback de cada una de las actualizaciones y grupos de WhatsApp que llevas en danza. Solo alejando de ti al demonio podrás dejar de procrastinar y darle a cada minuto y hora el valor que tienen.

http://elpais.com/elpais/2015/01/29/icon/1422534936_963101.html?id_externo_rsoc=FB_CM

La mayoría de los hijos de empleados de las grandes empresas tecnológicas de Silicon Valley estudian en colegios sin ordenadores ni dispositivos electrónicos, con papel, tiza, lápices y materiales básicos como únicas herramientas. ¿En casa del herrero, cuchara de palo?

Los trabajadores tecnológicos apuestan por elegir para sus vástagos el método Waldorf de educación, desarrollado por iniciativa privada en 160 centros de Estados Unidos. De estos, 40 están ubicados en California, donde Silicon Valley les ha dado fama y ha ayudado a su arraigo en la zona.

Se trata de un método de enseñanza con cien años de antigüedad, que se basa en el aprendizaje a través de la actividad física y de tareas manueales y creativas. Los niños de los centros Waldorf aprenden «haciendo», ligando el conocimiento a actividades concretas que inciten su curiosidad y su felicidad por adquirir conocimientos.

«El mayor desafío y lo fundamental de la educación Waldorf radica en salir del intelecto y entrar en la imaginación», resume Mary Jane DiPiero, fundadora de la escuela, en un vídeo que presenta el sistema educativo de estos centros.

Tres cuartas partes de sus alumnos en la escuela Peninsula, en California, son hijos de empleados de Google, Yahoo, Apple, eBay, HP y otros gigantes de la tecnología. Sin embargo, mientras sus progenitores desarrollan aplicaciones y trabajan en entornos de software, ellos se mueven en aulas equipadas únicamente con pizarras, papel, lápices y libros. Hasta los 13 años no empiezan a ser instruidos en informática, y tampoco las pantallas o los dispositivos electrónicos son utilizados por los profesores para impartir las clases. «La tecnología tiene que ver con el modo de pensar, y con cómo colaborar y comunicarse», explica el profesor de Música de una de estas instituciones.

«La filosofía es empezar un poco más tarde. En la etapa infantil, los niños no aprenden a leer, sino que juegan», explica Brad Wurtz, CEO de Silicon Valley y padre de alumnos del centro Waldorf de Peninsula.

La escuela pública se hace ‘tecno’

Mientras que en la escuela pública de la mayoría de los países del mundo occidental se está apostando en los últimos años por realizar grandes inversiones en ordenadores en las aulas, tabletas y pizarras electrónicas, e incluso, por eliminar materias como la escritura -Finlandia provocó un gran revuelo con esta iniciativa el año pasado-, el corazón de las nuevas tecnologías se arraiga en el retorno a una enseñanza más básica, argumentando que las pantallas perturban el aprendizaje al «disminuir las experiencias físicas y emocionales».

Los defensores del método también esgrimen que los ordenadores «inhiben el pensamiento creativo, el movimiento, la interacción humana y la capacidad de atención», según explica un artículo publicado sobre el método Waldorf en el diario The New York Times.

Los alumnos no pueden recurrir más que a papel, lápiz, tiza y libros, pero no sienten que les falte algo. Finn Heilig, un alumno de 10 años de un centro Waldorf, hijo de un empleado de Google, explicó al rotativo estadounidense que prefería aprender a escribir sobre papel para observar su evolución, lo que sería imposible si lo hiciera a través de procesadores de texto informáticos ya que, en estos programas, «todas las letras son iguales».

Esta educación ‘retro’, sin embargo, tiene un coste que iguala a la más puntera de las tecnologías. Las tarifas para la etapa infantil y de enseñanza de primer grado rondan entre los 18.500 y 21.500 dólares al año, que asciende hasta los 29.000 dólares anuales en la etapa de educación secundaria.

Al tratarse de educación privada, sus exámenes no responden a los modelos oficiales de la educación pública, lo que dificulta el cómputo de éxito entre los alumnos que aprenden en las escuelas Waldorf en comparación con otros centros. Sin embargo, desde estos colegios argumentan que el 94% de sus alumnos acceden a la Universidad, y muchos de ellos acuden a centros de gran prestigio como Berkeley ,Vassar y Oberlin.

http://ecodiario.eleconomista.es/cultura/noticias/7266789/01/16/El-colegio-sin-ordenadores-ni-pantallas-donde-estudian-los-hijos-de-los-empleados-de-Silicon-Valley.html