Primero los llamaron Generation Yawn —»generación bostezo»—, denunciando que los nuevos veiteañeros pasaban del alcohol y las drogas para centrarse en su carrera profesional, con Taylor Swift o Ed Sheeran entre sus representantes. «Los 20 son los nuevos 40«, proclamaban algunos titulares. En algún momento, las generaciones previas a estos yawn decidieron erigirse en estandartes de una vida poco saludable que identifican con talentos creativos y la quintaesencia del molar. Pero he aquí una verdad: beber alcohol ya no se lleva, no abre puertas y sigue siendo tan malo como siempre.

En su lugar, movimientos multitudinarios se abren camino en ciudades como Londres y Nueva York, donde desde hace ya cinco años cientos de personas se congregan al alba, convocadas a través de las redes sociales, para una clase de yoga antes del trabajo, comer fruta y escuchar música electrónica. Un cóctel revitalizante como pocos y the place to be —el lugar donde hay que estar— si quiere estar al tanto de las tendencias sociales.

Son eventos caracterizados por la búsqueda de la plena consciencia

Morning Gloryville o Daybreaker son dos de las organizaciones pioneras en este movimiento. Desde 2013 movilizan muchedumbres que «buscan activar su día de una forma diferente», según explica Matthew Brimer, cofundador de Daybreaker junto a Radha Agrawal: «Estar en el aquí y ahora, rodeados de gente chula, música y muy buenas vibraciones. Se trata de bailar y desconectar antes de ir al trabajo y de sentirse tremendamente sanos y vitales horas antes de iniciar la jornada laboral». Y todo, con plena conciencia.

Es precisamente la búsqueda de la plena conciencia —lo que en inglés se conoce con un término muy de moda: mindfulness—, que caracteriza a este evento, la que ha traído de la mano toda una corriente, el mindful drinking —beber de forma consciente—, que ha derivado en múltiples formas de ocio por todo el globo.

La hora de los ‘pringados’ del grupo que dicen «no»

En 2015, Laura Willoughby, experta en comunicación y trabajos sociales en Londres, dio un paso más allá en la tendencia. Puso sus energías en fomentar la diversión sin alcohol, la vida sin copas, y la organización de eventos culturales donde lo que se prima, principalmente, es estar cuanto más sobrio, mejor.

Fue entonces cuando, junto a su socio, Jussi Tolvi, fundó el Club Soda. «Somos 15.000 personas seguidoras de la idea, además de pubs, bares, restaurantes e incluso marcas de bebidas asociadas. Todos juntos intentamos desarrollar programas que ayuden a la gente a cambiar sus hábitos de consumo de alcohol», explica la propia Willoughby.

Lo hacen a través de eventos que promueven el consumo moderado o nulo como algo normal y guay. ¿Las razones de su iniciativa? «Crear un mundo donde nadie se sienta fuera de sitio por el hecho de no estar bebiendo una copa», dice. Por desgracia, el alcohol está tan integrado en nuestra sociedad que, lamentablemente, no beber resulta absurdo y mal visto. «A muchos jóvenes no les gusta tomarse una copa, pero les da vergüenza convertirse en los pringados del grupo que dicen no», comenta María Franco, directora de la Fundación LoQueDeVerdadImporta, una institución social cuyos congresos y conferencias inculcan valores positivos, como el de cero alcohol en el ocio.

Saber cuándo parar para disfrutar con plena conciencia

En 2017, los responsables del Club Soda tuvieron la idea de organizar el Mindful Drinking Festival, un macrofestival de dos días donde se pusieran en práctica estos valores y se comunicara a través de charlas, conferencias, juegos, dinámicas, talleres… En solo dos ediciones convocadas —agosto y noviembre— consiguieron reunir a casi 13.000 personas, consolidando así lo que muchos señalan como la nueva modernez social: el Mindful Drinking Movement.

«Podríamos definir el mindful drinking como tomar decisiones conscientes sobre lo que bebes y en qué cantidad. Y, también, saber cuándo parar. Es decir, todo lo contrario a beber sin pensar», explica la periodista Rosamund Dean, autora del libro Mindful Drinking: How Cutting Down Can Change Your Life (Beber conscientemente: cómo reducir el consumo [de alcohol] puede cambiar tu vida).

«Lo que intentamos —señala Willoughby cuando le preguntamos por el festival—, es cambiar la mentalidad social para que por fin se entienda que una persona a la que no le apetece alterar su estado mental con sustancias tóxicas no es sinónimo de alguien aburrido. Probablemente estemos ante alguien que disfruta mucho más la vida. Con más energía, más en su presente, y sobre todo, libre de hábitos sociales que además afectan a la salud». Un misión positiva, y por ahora, de éxito, aunque con un largo camino por recorrer del que la propia organizadora es consciente.

«En esta sociedad, que podríamos definir como alcoholcéntrica, dice, el alcohol está bastante ligado al paisaje emocional y social, y eso hace que cuando alguien decide cambiar sus hábitos como bebedor, resulte difícil». Efectivamente, está tan integrado que irse de vinos es algo tan normal como apuntarse al gimnasio. «Lo hacemos sin pensar y esto se traduce en tomar un vino después del trabajo, abrir una botella en casa para cenar o beber más de lo que de verdad te apetece cuando sales con los amigos», señala Rosamund Dean.

La explosión de las bebidas sin alcohol

En Reino Unido este movimiento se ha convertido en algo más que una tendencia. «El mindful drinking es parte de un cambio social y cultural para evitar el consumo excesivo de alcohol», afirma Dean.

«Las generaciones más jóvenes, al menos aquí, beben mucho menos que en cualquier otra época; se organiza el Mindful Drinking Festival en Londres y cada vez se ven más bares y restaurantes que no sirven alcohol; en el mercado, además, se ha producido una explosión de bebidas deliciosas, alternativas al alcohol: diferentes tipos de soda, el kombucha, las bebidas de hierbas, las cervezas sin alcohol, las tónicas botánicas e incluso licores destilados sin alcohol como Seedlip con los que hacer combinados», describe la periodista. Sin embargo, «este movimiento todavía no ha calado en España», dice María Franco.

Un 7,1% de los varones entre 25 y 34 años, y un 3,8% de las mujeres de la misma edad confiesan ser bebedores intensivos

De hecho, según cifras del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, el 75,1% de los adolescentes de entre 14 y 18 años ha consumido alcohol en algún momento; seis de cada 10 adolescentes se han emborrachado alguna vez en su vida, y uno de cada tres lo ha hecho en los últimos 30 días.

Con respecto a los adultos, hay cifras que también hacen pensar. La Encuesta Europea de Salud en España 2014 indica, por ejemplo, que un 23,3% de los hombres y un 7,2% de las mujeres afirman beber alcohol todos los días. Y un 7,1% de los varones entre 25 y 34 años, y un 3,8% de las mujeres de la misma edad confiesan ser bebedores intensivos (consumiendo más de 50 gramos de alcohol puro en unas 4 a 6 horas, o lo que es lo mismo el equivalente a unas cinco cañas) al menos tres días a la semana.

«Es una realidad que el alcohol está en nuestras vidas y en la de los jóvenes. Lo utilizan, al igual que otras sustancias, para perder la vergüenza y conseguir ‘superpoderes’«, ratifica Franco. «Por eso hay que informarles para que sepan sus consecuencias —accidentes de tráfico, relaciones sexuales no consentidas, dependencia, etcétera— y fomentar otras maneras de relacionarse y de reforzar su personalidad para saber decir ‘no’ sin sentirse los raros del grupo».

Ni es extremista ni radical: basta con beber poco

Lo bueno de este Mindful Drinking Movement es que no es extremista ni radical. Ni Laura ni Jussi lo pensaron para quienes solo quieren apostar por convertirse en abstemios totales. Aquí hay cabida para los que quieren aprender a beber con moderación, o practicar, voluntariamente, periodos puntuales de abstinencia, como el famoso ‘Dry January’ (enero seco), un ayuno total de alcohol durante el primer mes del año con el que resarcirse de los excesos realizados en las fiestas navideñas.

«Hay generaciones que han crecido en una sociedad donde el alcohol era elemento necesario para cualquier situación; para celebrar algo, para relacionarnos, relajarnos e incluso para aliviar el estrés», dice Rosamund Dean. Lo importante es que sea cual sea la meta de cada uno, la gente aprenda a cambiar su mentalidad, y se atreva a poner en práctica nuevos hábitos más saludables y comedidos. Porque la diversión y el éxito social sin copas sí son posible aunque, por diferentes razones, para algunos resulte un cambio más arduo que para otros.

De forma particular, por poner un ejemplo, comenta Dean, «las mujeres que entraron en la edad adulta en la década de los 90, o las que fueron seguidoras de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, o de Bridget Jones, vieron cómo el alcohol era habitual en la vida de una mujer como la de aquellas. Muchísimo más de que lo que han visto las nuevas generaciones actuales, cuyos iconos son abstemios totales como las Kardashian, o gurús del yoga y el wellness a los que siguen en Instagram».

https://elpais.com/elpais/2018/01/22/buenavida/1516639670_374302.html?id_externo_rsoc=FB_CM&fbclid=IwAR0D27pQjRpE5IBxuUNPq02aO4FN_-V_n5weGWAAbgTD8bvCAeIYxCGZAZ0

María, profesora de 33 años que prefiere no dar su nombre real, dice que ha vendido su alma al diablo. Da clase de Geografía e Historia a estudiantes de 4º de la ESO en inglés en un instituto público bilingüe de Madrid. «No me causa ansiedad, pero pienso que no estoy haciendo bien mi trabajo. Para resultar cercana a mis alumnos tiro de la ironía y del humor, y eso no lo puedo hacer en inglés porque no es mi lengua materna», cuenta. En 2013 decidió sacarse la habilitación -el certificado de inglés avanzado (C1) que exige la Comunidad de Madrid– porque no corrían las listas y no la llamaban para dar clase en centros no bilingües. Tardó dos años en preparar el examen y se gastó 3.000 euros en academias. Desde entonces, trabaja como interina a jornada completa todos los años. «Lo he hecho por necesidad: se pierde la riqueza lingüística y todo se traduce, hablamos de Isabella the Catholic (Isabel la Católica), Tagus River (río Tajo) o Wilfred the Hairy (Wilfredo el Velloso)«, explica.

El crecimiento de la red de centros bilingües públicos y concertados en España es imparable. De los 240.154 alumnos matriculados en esos programas en el curso 2010-2011 en las diferentes autonomías (excepto Cataluña que no ofrece datos), se pasó a 1,1 millones en el 2016-2017, un aumento del 360%, según el análisis de EL PAÍS con los datos publicados por el Ministerio de Educación. Los expertos denuncian la falta de análisis y datos objetivos sobre los efectos en el aprendizaje de los alumnos y acusan a las regiones de usar a los estudiantes como banco de pruebas para cumplir sus promesas electorales. El 95% de los alumnos españoles en la red bilingüe ha escogido el inglés como lengua de enseñanza.

«Las familias a menudo toman decisiones desinformadas y eligen esos centros porque socialmente tienen prestigio. Se crean unas expectativas de aprendizaje que no son realistas y hay tantos modelos como autonomías», apunta Rubén Chacón, profesor de Filología Inglesa en la UNED y coordinador del congreso Biuned, celebrado la pasada semana para revisar los sistemas bilingües con la participación de más de 100 expertos nacionales e internacionales. «El bilingüismo ha venido para quedarse y el profesorado está abocado a adaptarse y formarse para salir adelante», añade.

Las diferencias entre comunidades son notables. Una de ellas es el nivel que se exige a los docentes para dar clase en la bilingüe. Autonomías como Asturias -que va a la cabeza con el 52,3% de los alumnos de primaria matriculados en inglés y el 33,7% en secundaria- o Andalucía -que ocupa la novena posición con un 30,5% en primaria y la tercera en secundaria con un 28,6%- exigen un nivel intermedio (B2). Otras, como Madrid -cuarta en primaria con un 43,8% de alumnos y en secundaria con un 27,6%- piden nivel avanzado (C1).

«En Andalucía, el programa arrancó en 2004 y el crecimiento no ha sido moderado. No hay suficientes profesores capacitados para hablar bien», señala Christian Abello, profesor de Filología Inglesa de la Universidad de Sevilla que ha coordinado más de 10 investigaciones sobre bilingüismo. Durante los primeros años, la Junta permitió a algunos docentes dar clase en esos programas con un B1 (nivel intermedio bajo), afirma José Antonio Romero, coordinador del programa bilingüe del instituto público Miguel Servet de Sevilla. «Empezamos sin tener a los profesores preparados y la formación en CLIL –la metodología europea para aprender un nuevo idioma a través de otras asignaturas como las matemáticas– es voluntaria. La Junta no supervisa el progreso de los docentes», añade Romero.

LENGUA EXTRANJERA COMO IDIOMA DE ENSEÑANZA

Alumnos en programas de aprendizaje integrado en Educación Primaria, ESO y Bachillerato. Curso 2016-17

Fuente: Ministerio de Educación y Educación Profesional. EL PAÍS

Además, hay otro punto que levanta mucha polémica. En la Comunidad de Madriddonde el programa también arrancó en 2004– los alumnos de secundaria se examinan antes de acceder a los institutos y en función de su nivel de inglés se les divide en dos grupos: Programa, donde van los que sacan peores resultados y solo dan una asignatura en inglés, y Sección, que reúne a los más avanzados y reciben, al menos, el 33% de las horas lectivas en la lengua extranjera. 

Sandra, que no da su nombre real, tiene 34 años y es profesora interina de Geografía e Historia en un instituto del barrio madrileño de Vicálvaro, de clase obrera. Ha decidido que no se habilitará para dar clase en inglés porque es una «aberración». «En mi asignatura hay mucho pensamiento abstracto y me parece una traición para los alumnos, a los que ya les cuesta en español», cuenta. El hecho de no dar clase en inglés tiene consecuencias: este curso solo la han llamado para impartir media jornada. Tiene dos hijas y gana unos mil euros al mes. Critica que los centros bilingües disponen de más recursos, como por ejemplo el programa Global Classrooms, un simulacro de los debates de la ONU en el que los estudiantes defienden sus puntos de vista y compiten con otros centros. «Aprenden mucho y los no bilingües se quedan fuera», lamenta.

«Los centros están en una especie de carrera y eso arrastra al profesorado, que, en muchos casos, sufre estrés. Es un experimento social», apunta Isabel Galvín, responsable de Educación de CC OO de Madrid. De las 365 consultas registradas en el servicio de asesoría laboral del sindicato este trimestre, 185 (cerca del 50%) corresponden a temas de enseñanza bilingüe en la Comunidad de Madrid. «Un problema habitual es el de los interinos que ocupan la plaza de los funcionarios que no tienen la habilitación», asegura. Ana, de 50 años, que no quiere dar su nombre real, llevaba 12 años en un instituto como profesora de dibujo técnico y hace tres años la trasladaron porque el centro se hizo bilingüe. «No consigo sacarme el C1, veo muy difícil habilitarme», señala. Cada curso le asignan un centro diferente. Otra de las quejas del profesorado es la tutoría, un encuentro en el que los alumnos cuentan sus problemas académicos y personales que los profesores también deben hacer en inglés. 

Hay docentes que sí se sienten cómodos con el inglés. Javier, profesor interino de Biología y Geología que vivió un año en Estados Unidos, cree que el problema es el planteamiento. «Este modelo segrega a los alumnos en función de sus posibilidades económicas; los que pueden pagar clases de apoyo van bien y los que no van empeorando en los resultados». Critica que las familias creen que esos centros dan mucho prestigio, pero ignoran que son poco funcionales. «Muchas veces, los alumnos acaban memorizando. Entender materias tan complejas en inglés es un esfuerzo doble».

LENGUA EXTRANJERA COMO IDIOMA DE ENSEÑANZA

Alumnos en programas de aprendizaje integrado en Educación Primaria, ESO y Bachillerato. Curso 2016-17

Fuente: Ministerio de Educación y Educación Profesional. EL PAÍS

En el informe Magnitud de la segregación escolar por nivel socioeconómico, en el que dos investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona hacen una comparativa de España y el resto de países de la UE, indican que «los centros bilingües están generando procesos de selección» en los que se elige a los estudiantes «con más recursos», y se deja fuera «a los que más dificultades tienen». Con gran disparidad entre regiones: Baleares o Galicia presentan una baja segregación -entre Suecia y Finlandia, los países con la tasa más baja-, mientras en Madrid es «altísima» -entre Hungría y Rumanía, los dos países con la mayor tasa de la UE-. El análisis no analiza únicamente a la bilingüe, sino el sistema educativo en general.

«Los alumnos de la bilingüe obtienen peores resultados en la asignatura de conocimiento del medio, un 10% menos que los de la no bilingüe», indica Antonio Cabrales, investigador de University College London y coautor del informe Evaluating a bilingual education program in Spain (2017), en el que analizaron los resultados de las dos primeras promociones de alumnos de la bilingüe madrileña tras finalizar 4º de la ESO en 2010. Esos resultados se asocian con los niños de familias con niveles de formación inferiores y profesiones menos cualificadas, informa el experto. «Hay un exceso de contenido en las asignaturas y a eso se suma el inglés, hay que prescindir de algo y esa decisión no se ha tomado», opina Cabrales, en realizó el estudio junto a otros expertos de la Carlos III y la Autónoma de Madrid. Algunos detractores de ese informe señalan que tiene algunas limitaciones, como que los exámenes para medir el conocimiento de los alumnos se realizaron en castellano, cuando esos estudiantes dominan el vocabulario de la asignatura en inglés. 

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En un informe presentado por la Comunidad de Madrid en junio de 2018, se apuntaba que la tasa de repetidores es superior en los centros no bilingües, un 4,5% en primaria y un 12,5 en la ESO, frente al 3,8% y el 9% en los bilingües. De los 36 millones que el Gobierno madrileño destinó a la red bilingüe en 2016-2017, el 5% se destinó a formación del profesorado y el 69%, la partida más amplia, a los auxiliares de conversación -universitarios de países anglosajones que acompañan una hora a la semana a cada docente en el aula-. Ese mismo documento señala que los alumnos de la bilingüe obtienen mejores resultados en inglés: el 86,5% de los alumnos de 4º de ESO de Sección (el grupo de mayor nivel) tienen un B2, mientras que el 77% de los de Programa tienen un nivel básico (A1), según un análisis de British Council

Asturias, la comunidad con la mayor tasa de alumnos matriculados en bilingüe en secundaria, no divide a los alumnos, tiene un programa «inclusivo». Allí, los profesores pueden dar clase con un nivel intermedio (B2). ¿Supone eso un problema para los alumnos? «Nuestro objetivo no es que lo hablen como su lengua materna, sino que lo dominen. La figura del profesor ha cambiado; ya no solo es un experto en su campo, tiene que dominar la tecnología y los idiomas», asegura Francisco Laviana, director de ordenación académica del Gobierno de Asturias. «Es una oportunidad laboral para los docentes y una tendencia imparable».

Los problemas de formación del profesorado

En su encuesta a más de 100 docentes de centros bilingües de toda España, la investigadora Inmaculada Senra de la UNED, advirtió que el 50% de ellos aseguraba no estar formado en la metodología CLIL (Content and Language Integrated Learning, por sus siglas en inglés), un sistema impulsado por la Comisión Europea que persigue el aprendizaje de un nuevo idioma a través de otras asignaturas como las matemáticas, la geografía o la historia. «La gran mayoría de ellos manifestaron que no tienen tiempo para coordinar las asignaturas con el resto de docentes del centro, y esa parte es esencial para que la enseñanza bilingüe funcione. La idea es coordinar los proyectos para potenciar un vocabulario o una destreza específica», apunta Senra. Uno de los mayores problemas, según la experta, es que muchos docentes creen que el bilingüismo es dar su clase en inglés. 

Durante los primeros años de implantación del programa, comunidades como Madrid, Andalucía o Asturias ofrecían a los docentes un programa para perfeccionar el inglés de 15 días en Reino Unido. Con los recortes, estas estancias en el extranjero se han eliminado. «Solían ir unos 50 al año, pero por una cuestión financiera, lo hemos suprimido», reconoce Francisco Laviana, del Gobierno asturiano. 

https://elpais.com/sociedad/2018/12/05/actualidad/1544011044_830446.html

Según datos del reciente informe El sector ecológico en España 2018, elaborado EcoLogical, el mercado ecológico español, pese a seguir siendo proporcionalmente muy pequeño (1,69% del total), continúa creciendo en dobles dígitos tanto a nivel de mercado interior, con 1.656 millones de euros (+12,55% respecto a 2015), como en lo referente a gasto per cápita, que llega ya a los 36,33€ al año (+12,58%). Estos datos sitúan a España por primera vez entre los diez primeros países por volumen de mercado interior, aunque lejos aún de las principales potencias europeas como Alemania o Francia.

Dentro de ese crecimiento imparable, la alimentación infantil se sitúa como uno de los segmentos de mayor desarrollo. Así lo corrobora el hecho de que la categoría de alimentos infantiles eco se sitúe según el informe como la tercera que mayor representación tiene en las importaciones (entre el 15 y el 20% del total). También los datos del Estudio Iri: El consumo Eco y Bio en España 2017, que muestran cómo la ventas se dispararon un 90% entre 2016 y 2017, un periodo en el que el sector alimentario infantil no ecológico, contrariamente, vio como sus ventas se reducían casi un 3%.

Este crecimiento, a nivel micro, lo han notado también en cadenas de supermercados ecológicos como GranBiBio, donde desde la apertura de su primer súper en 2015, según explica su CEO, Juan Antonio Martínez Rubio, han visto cómo esta familia de productos crecía un 5% anual en el ticket de compra, a lo que habría que añadir el aumento del 10% en el número de referencias. “La alimentación infantil en el sector ecológico es un valor al alza”, explica el responsable. Una opinión que comparte Diego Roig, director de EcoLogical, que añade que el aumento de demanda “no ha pasado desapercibido para la industria agroalimentaria nacional, tanto a nivel de grandes empresas como de nuevas iniciativas empresariales, que han respondido en los últimos años creando nuevas líneas bio para el público infantil”.

Un ejemplo de esta creciente atención por el mercado ecológico infantil es Yammy, la marca de potitos infantiles ecológicos y elaborados como en casa creada por dos padres emprendedores, Lola Zozaya y Alfredo De Lara. En junio de 2017 lanzaron sus primeros productos al mercado. Apenas un año después sus potitos se pueden encontrar ya, incluso, en lineales de grandes superficies y al cierre del primer semestre de 2018 su facturación había aumentado en un 80%. “Vimos que para lanzar un producto de calidad infantil éste, sí o sí, tenía que ser ecológico, ya que creemos que hay una falta de innovación tanto en la variedad de ingredientes como en la calidad de los productos que se ofrecen para los bebés. Otros países del norte de Europa, Asia o Estados Unidos tienen una variedad muy amplia. En España tenemos que cambiar un poco la mentalidad de las cuatro frutas básicas. Y en ellos estamos”, reflexiona De Lara.

La salud como principal motivo de compra

Divulgadores como el doctor en bioquímica y biología molecular por la Universidad de Valencia José Miguel Mulet han querido matizar en los últimos tiempos el reclamo de “saludable” de los productos alimentarios ecológicos. Así, en su último libro, ¿Qué es comer sano? Las dudas, mitos y engaños más extendidos sobre la alimentación (Destino), explica que el contenido nutricional de un producto ecológico y de otro que no lo sea “va a ser muy similar, y eso es lo que señalan la mayoría de los estudios comparativos (…) Por tanto, el consumo de productos ecológicos solo puede justificarse por motivos filosóficos o políticos”.

Sin embargo, según los resultados del estudio de EcoLogical, la salud es la principal motivación de compra de los consumidores ecológicos españoles, seguida de la ausencia de pesticidas y fertilizantes, la calidad superior o el sabor. En un escalón inferior aparecería el cuidado de la naturaleza. “Alrededor de estos argumentos de consumo la principal motivación de los progenitores es el pensar que comprar ecológico les hace ser, en cierto modo, mejores padres”, añade Diego Roig.

Para Juan Antonio Martínez, por su parte, en este tipo de compra “priman los valores que ofrece la alimentación ecológica (productos sin conservantes, ni aditivos y sin trazas de pesticidas) para no poner en peligro la salud de los más pequeños”, algo a lo que habría que añadir el hecho de que los padres consumidores de productos eco buscan para sus hijos “un producto lo más parecido a lo que podrían elaborar de forma natural en su propia casa”.

Saben de esta última y creciente demanda de los padres actuales en Yammy. No en vano, tienen en el proceso de cocinado artesanal y casero de sus potitos uno de sus principales reclamos. “Los padres que compran nuestra marca buscan confianza y calidad. Saben que con nuestros productos sus bebés van a estar realmente nutridos por nuestro proceso de cocinado casero y por los ingredientes naturales que utilizamos. Además, cada vez más buscan que lo que compran no tenga azúcares añadidos, sal o aceite de palma y saben que con nosotros están tranquilos en ese aspecto”, argumenta De Lara.

El boom de los padres millennials

No hay un rango de edad 100% consensuado para abarcar a los miembros de la Generación Y, también conocidos como millennials, pero de forma más o menos aproximada podemos hablar de aquellos nacidos entre 1984 y el año 2000. En todo caso, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente recogidos en el estudio de EcoLogical, este grupo de población que aún no ha llegado a los 35 años acapara el 30% de las compras del mercado ecológico en España, seguido de cerca por la franja de edad de 35-44 años (26%). “Se trata de un fenómeno que se viene produciendo a nivel internacional. Un reciente estudio publicado a finales del año pasado por la Organic Trade Association, la principal organización empresarial bio de EEUU, aseguraba que los millennials son también los principales compradores de productos ecológicos en Norteamérica”, contextualiza Roig.

Y esto es una promesa de crecimiento para el sector ecológico infantil. No en vano, según el director de EcoLogical, “el 25% de los millennials ya son padres y se calcula que en los próximos 15 años ese porcentaje de familias aumentará al 80%, provocando un mayor desarrollo del mercado”. “Se presentan muy buenas expectativas”, corrobora Juan Antonio Martínez Rubio, que no obstante considera que aún queda mucho trabajo por hacer a nivel de “concienciación y comunicación de los valores añadidos que ofrece este tipo de alimentación”.

Afirma por último De Lara que como marca han llegado al mercado eco “en un momento en el que los padres cada vez vigilan más lo que compran para sus bebés”. En ese sentido el cofundador de Yammy considera que a los consumidores bio de toda la vida se han sumado en los últimos años “una gran cantidad de padres que sin ser consumidores bio al 100%, sí empiezan a buscar productos ecológicos porque cuando se trata de la alimentación de sus bebés solo buscan lo mejor y aquello que sea lo más casero y artesanal posible”.

https://elpais.com/elpais/2018/07/09/mamas_papas/1531122349_798142.html

Esta joven parisina de origen español decidió «infiltrarse» en el sistema educativo francés para, tras estudiar cómo aprenden las personas, demostrar que «podíamos tener resultados increíbles si respetábamos más las leyes naturales del niño».

Céline Alvarez / © Amaya Aznar

“Ah, no soy profesora”, dice Céline Alvarez poco antes de despedirse. Esta parisina de 34 años, de cuyo padre inmigrante español le queda un excelente manejo de la lengua, está presentando Las leyes naturales del niño (Aguilar), un libro donde explica su manera de ver al niño y cómo aprenden. Alvarez sí fue profesora, pero lo considera “una anécdota” que duró tres años y solo para demostrar que sus teorías, basadas en la neurociencia y los últimos conocimientos sobre el desarrollo humano y los mecanismos de aprendizaje, son correctas. El experimento en un aula de infantil del municipio deprimido de Gennevilliers, al noroeste de París, fue un éxito rotundo que ha llevado a cientos de maestros galos a emular su manera de ver la educación. “Pero no es un método”, pide al periodista que no le encorsete. “El método encierra en un sistema fijado, acabado, es la antítesis de lo que pienso. Prefiero hablar de de proceso educativo abierto, científico, evolutivo”.

Si no es profesora, ¿qué es?

No lo sé. Soy una persona que quiere que las cosas cambien, y para eso voy a hacer lo que haga falta. He escrito un libro, quizá haga un documental. Voy a clases, hablo con profesores, con científicos… Soy una persona que nació y creció en un barrio muy desfavorecido de las afueras de París. Es una suerte, aunque al principio no lo consideraba así. Ahí empecé a ver el impacto de un sistema educativo que no era coherente con la manera de ser y desarrollarse del niño, ni con la manera natural de transmitir del adulto. Todos sufrimos esto. Los profesores estaban agotados, deprimidos. Nosotros sufríamos, nos desconectábamos de nosotros mismos, del otro y de la sociedad. Lo he vivido, tuve una escolaridad bastante mala que me provocó rabia, cólera. No entendía esta sociedad. Yo veía que teníamos tanto que dar. Pensaba en cómo podemos gastar estos potenciales cada año. Se volvió una obsesión, quería cambiar el sistema. Yo tenía poco vocabulario, cometía fallos y los psicólogos decían que iba a fracasar en el colegio. Pero tenía algo que nadie me podía quitar: esta envidia, este deseo profundo de que las cosas cambiaran rápidamente. Esto era más importante para mí que todo lo demás. Quiero que el mayor número de niños posibles puedan acceder a esta educación que yo llamo fisiológica, adaptada a la forma de aprender del ser humano.

¿Cómo va esta expansión de sus ideas?

Lo primero que hice fue estudiar las neurociencias afectivas, cognitivas y sociales para ver los grandes principios que se ponían de relieve y que se podían constituir como no negociables, universales y comunes a todos los seres humanos. Empecé a estudiar esto para tener una base científica, objetiva, sobre la que apoyarme y pensar y reflexionar. Cada año en Francia el 40% de los niños sale de Primaria con dificultades en lectura o matemáticas que son tan grandes que no pueden tener una escolaridad normal en Secundaria. Esto es inaceptable. Un niño que no sabe leer bien o hacer matemáticas como se espera no solo falla en el cole, pierde la confianza en sí mismo, empieza a ser agresivo, se desconecta del sistema. Así que decidí hacer una cosa que nunca había pensado hacer, que es infiltrarme en el sistema educativo público francés para enseñar que, sin cambiarlo todo, solo adaptándose, podíamos tener resultados increíbles si respetábamos más las leyes naturales del niño. Estamos fallando proponiendo un sistema que no responde a la forma natural de aprender de las personas.

Céline Alvarez / © Amaya Aznar

Usted ha estudiado el conocimiento científico, sobre todo en las neurociencias. ¿Qué aprendió con sus estudios? ¿En qué consisten sus ideas?

Aprendí que lo que intuíamos era verdad. Son cosas que ya sabemos, pero no ponemos en práctica porque el sistema no es así.

Primero, que lo que más importa es el entorno. El cerebro humano es plástico y las condiciones exteriores son las que lo van a estructurar. No tenemos un potencial o talentos predefinidos determinados. Lo que va a hacer la diferencia entre todos es el entorno social, lingüístico, las experiencias que tengamos o no. Esto nos invita a reorientar la mirada hacia otro sitio que no sean los niños. El ser humano es una máquina de aprender sin esfuerzo y si no puede hacerlo no es por él, es por el entorno.

Segundo, el ser humano está predispuesto a aprender cosas que le motivan y no aprende cosas que no le interesan. Lo que dicen las neurociencias cognitivas es que el ser humano, cuando no es curioso, motivado o entusiasmo, las zonas de la memoria, del hipocampo, se activan poco. Al revés, cuando estamos motivados, curiosos, esas zonas se activan con fuerza. Hacemos que los niños pierdan confianza en ellos cuando les repetimos lo mismo todos los días. Y los deberes, otra vez lo mismo, y cursos particulares…

Tercero, no podemos aprender sin equivocarnos. El error es constitutivo del aprendizaje. Cuando el cerebro hace una predicción y luego ve que hay un desfase entre su predicción y la realidad esto se traduce en una activación muy fuerte de las neuronas y el cerebro reorganiza sus circuitos. Lo que estamos haciendo es pedir a nuestros hijos que aprendan sin equivocarse y estamos provocando en ellos una parálisis cognitiva, es normal que luego haya fobias escolares.

Cuarto, y esto sí que fue un descubrimiento que me transformó, es la importancia de la autonomía. Antes, pensábamos que el cociente intelectual era el indicador del éxito personal, escolar, laboral. Ahora, llevamos diez años sabiéndolo, resulta que el indicador más predictivo del éxito global de un individuo es el nivel de desarrollo de sus competencias ejecutivas, que nos permiten acceder a todos los objetivos que nos marcamos. Esas competencias (son tres, la memoria de trabajo, el control inhibidor y la flexibilidad cognitiva) se van a desarrollar nada más que cuando el niño está en un entorno que le ayude poco a poco a hacer las cosas por sí solo.

Por último, si otro parámetro no es respetado, todo lo anterior no sirve para nada. Lo más importante para el ser humano, que es un ser social, es el vínculo social positivo. Si no, aunque tenga un entorno extraordinario, que le respete, que le permita equivocarse, si el niño siente que está juzgado, que no es amado, le genera un estrés orgánico al ser social que somos que bloquea el aprendizaje y el desarrollo de todas las competencias que tenemos de forma embrionaria en el cerebro. Amor, autonomía y motivación. Con esto cambiamos el mundo.

Con todos esos conocimientos, ¿cómo le fue el experimento en Gennevilliers?

Cuando entré en clase hicimos un test para ver dónde estaban los niños a nivel cognitivo. La literatura científica, con los resultados en memoria de trabajo, etc., puede hacer predicciones de los niveles de fracaso a los seis años. Hicimos los test y eran un desastre. Los niños con cuatro años no conseguían memorizar nada, no prestaban atención, etc. Seis meses después de trabajar esas competencias, solo ayudándoles a ser autónomos en el día a día, a vestirse, a ayudar a la gente, a hablar, resolver los conflictos, a pesar de las predicciones de los psicólogos, un día empezaron a entrar en la lectura y las matemáticas. Leían con tono, alegría, facilidad. Una nena no podía memorizar, pero después de este proceso de la autonomía, decidió que quería leer. Le enseñé un poco los sonidos de las letras y la mandé con su mejor amiga, que ya leía, a que la ayudara. En tres semanas, esta niña con resultados catastróficos leía. Y un año después, cuando tenía cinco e hicimos los test en lectura y matemáticas, tenía los resultados de los mejores niños de ocho años. Subestimamos el potencial de los niños porque miramos en la dirección equivocada. Focalizamos toda nuestra atención en la transmisión de los fundamentales (leer, escribir, contar), pero la mejor forma de que se apropien de ello no es centrarse en eso, sino en el desarrollo de las competencias cognitivas, que les van a permitir acceder a todo lo que quieran.

Céline Alvarez / © Amaya Aznar

Le habrán dicho que esto del “amor” y de no enseñar a los niños cosas que no les interesen es un discurso buenista.

Me encanta cuando me dicen esto porque tengo la alegría de contestar con una experiencia real. Puedo decir, “he llevado un experimento tres años en un barrio desfavorecido, en una clase de 27 niños con grandes problemas, y a pesar de esto tenían año y medio de adelanto en el nivel escolar”. Además, la transformación de los niños fue tremenda. Esto es lo que más chocó a los padres. Lo que pasa en la personalidad de los niños es increíble. Se vuelven seres más empáticos, generosos, con confianza en sí mismos y en la sociedad. Son creativos, perseverantes, radiantes, luminosos, y aunque tengan cuatro o cinco años nos inspiran. No es una personalidad egoísta, competitiva. Al contrario, cuando creas las condiciones lo que se manifiesta es generosidad, empatía, calma, disciplina, sentido crítico, y sin buscarlas específicamente. En centenares de clases y colegios de Francia está pasando y están obteniendo resultados. No es una utopía.

Habla mucho del entorno. Pero una parte del entorno es prácticamente imposible cambiarla. Su familia, dónde nace, las circunstancias.

Yo creo que sí, por eso he escrito este libro. El libro es para todos, pero sobre todo para los padres. Para que se den cuenta de la importancia del entorno, de su rol. No es nada del otro mundo, solo estar más presentes, hablar más con los niños. No creo que nada no se pueda cambiar, aunque sí es verdad que hay niños con un entorno familiar muy complicado. Es lo que pasaba en Gennevilliers, no se imagina los problemas familiares que tenían los niños. Y aún así, cambiando las cosas en el colegio, tuvimos un impacto muy fuerte, los niños cambiaron. Empezaron a aportar otra forma de interactuar en sus casas y se ha extendido a las familias lo que hacíamos en clase. Y las familias, que yo pensaba que no tenían tiempo ni interés por lo que hacíamos en clase, vinieron al final del primer año a preguntar qué estaba pasando en clase porque sus hijos habían cambiado mucho, muy positivamente, y querían hacer algo en casa también. No podemos cambiar todo, pero sí actuar e influenciar desde un lado.

¿En qué consiste el cambio del entorno escolar?

Lo primero es informarse. Justo lo que no hay que hacer es decir, “qué hago”. Porque entonces vas a hacer lo que yo te diga, pero sin saber por qué y vas a caer en un método fijado, dogmático y, al final, seguro que con malos resultados. Lo importante primero es la información. Por eso he escrito el libro, tengo la web con toda la información teórica y práctica. Primero el conocimiento, de manera ligera, inspiradora si es posible. Es importante, porque entonces cada uno podrá hacer elecciones guiado por su conocimiento, por lo que puede hacer, elegir su forma de cambiar las cosas considerando lo que tiene, lo que es y los niños que tiene delante. Hay que permitir al niño que sea más autónomo, nada más. Empezar porque se pueda vestir solo (no elegir la ropa), empezar a cocinar, limpiar lo que quieran, ayudar a los pequeños, ayudarles a hablar y dejarles llegar hasta el final, porque los niños empiezan con una cosa y se lían con otras y se olvidan. Ayudarles a conseguir los objetivos que se fijen. En una clase hay muchas actividades que pueden hacer. Les vamos a presentar esas actividades y una vez que encuentren algo que les guste ponerles una alfombra roja para que lleguen hasta donde quieran. Y siempre van mucho más allá de lo que creemos posible. Otra cosa concreta es dejar de separar al ser humano por edades. ¿Cuándo vamos a dejar de separar a los niños de tres años de los de cinco? Hay que permitir otra vez a los niños crecer juntos mezclando edades. Otra cosa es crear un entorno social alrededor de los niños haciendo un entorno empático que favorezca la ayuda mutua.

Francia acaba de anunciar que cumplirá con su promesa electoral de prohibir el móvil en las escuelas. Resulta curioso que una promesa así pueda llevar a un político al poder en los tiempos que corren. Spain is different, desde luego. Aquí, acaba de proponerse un proyecto de ley que baja de 14 a 13 años la edad para consentir al tratamiento de los datos —y por lo tanto para darse de alta a una red social—, a pesar de que el marco legislativo europeo recomendaba 16 años a sus Estados miembros. Unos hablan de “una generación pérdida”, mientras que otros aseguran que “la tecnología es neutra y que el impacto dependerá del uso que se haga de ella”.

¿Es neutra la tecnología? Veamos el caso de una tecnología “neutra”: una nevera. Supongamos que cada vez que abrimos la nevera, se enciende la luz. ¿Volveríamos a abrirla varias veces para ver si se ilumina? No hacemos eso, porque nos resulta previsible que ocurra -mientras la bombilla no se funda-. La luz no provoca fascinación, ni adicción, porque no hay descarga de dopamina en el cerebro cuando abrimos neveras. Ahora bien, imaginémonos que cada vez que abrimos una nevera “inteligente”, nos da noticias en directo de la erupción de un volcán en una ciudad cercana, estadísticas de las personas que han pensado en nosotros en tiempo real, nos dice si esos pensamientos fueron positivos o no, y además nos enseña comidas distintas de las que podemos escoger para comérnoslas inmediatamente con una presentación impecable. ¿Cuántas veces abriríamos la nevera cada día? ¿Creemos que el uso de esa nevera no impactaría en nuestros hábitos alimenticios? ¿En nuestro peso? ¿En la cantidad de tiempo que pasamos en la cocina? ¿En el tiempo que dejamos de dedicar a otras actividades?

Decía Marshall McLuhan que “la postura según la cual la tecnología es neutra es la del adormecido idiota tecnológico”. Frase dura, pero de una curiosa vigencia, después de que Mark Zuckerberg haya confesado en uno de los eventos más destacados de su interminable gira del perdón, su comparecencia ante los representantes del Congreso de los Estados Unidos: “hemos creado una herramienta neutra, pero no hemos pensado en como podía ser usada para hacer el mal”. ¿Solución? La contratación de 20.000 personas que revisarán nuestros muros al peine fino y eliminarán los contenidos considerados “no seguros para la comunidad”. Y muy recientemente, Facebook sorprendió una vez más con el anuncio de la contratación de “especialistas en credibilidad de las noticias”, eufemismo divertido por “editor de noticias de medios de comunicación”. Un duro golpe para un medio que siempre se posicionó como “neutro”. ¿Cómo se decide si un contenido es seguro, o no? ¿Cuál es el criterio? El de la neutralidad. La neutralidad todo poderosa de una empresa que se atribuyó a sí misma la infalibilidad para emitir el sello del nihil obstat sobre el contenido emitido y consumido por sus 2.200 millones de usuarios, nada menos que una tercera parte de la población mundial. Ninguna religión, ninguna organización en el mundo tiene actualmente tantos adeptos susceptibles de ser influidos por el incuestionable dogma de la “neutralidad”. Un dogma con tantas fisuras, que se está empezando a convertir en una pesadilla recurrente para Zuckerberg.

Si pensábamos que el impacto que tiene la tecnología depende del uso que se hace de ella, es que nos olvidamos de que, en la vida, no hay nada gratuito. Cuando usamos una herramienta, tenemos que pagar un precio por ella. Otra cosa es que no seamos conscientes de ello, por mucho consentimiento y acuerdo de uso con letra pequeña que hayamos firmado con el dedo. En el caso de las redes, lo que entregas, no es dinero, eres tu mismo. No solo por las horas y por la preciada atención que le dedicas. Va mucho más allá de eso. Las plataformas que ofrecen contenidos en las redes, o que permiten a los usuarios compartirlos, no están en el negocio de entregar contenidos a cambio de nada. Están en el negocio de entregar usuarios a los que patrocinan sus plataformas y esos contenidos, o incluso a terceros. Por lo tanto, la moneda de cambio por el uso de las redes, es el usuario. Eres tú, o es tu hija o tu hijo. Y pronto podrá hacerlo sin tu consentimiento con tan solo 13 años.

Y si pensamos que el impacto no se aprecia, recordemos que 30 segundos de una publicidad en la Super Bowl valen más de dos millones de dólares. Las empresas no gastarían ese dinero si ello no tuviera un impacto directo e inmediato en el consumo o la apreciación de sus productos o de sus marcas. La atención del usuario y su información privada es un bien preciado que nunca había sido objeto de tanto poder económico y político. Tanto es así, que sabemos que una empresa de consultoría política —Cambridge Analytica—, se hizo indebidamente con la información de más de 50 millones de usuarios de Facebook, consiguió influir en el resultado de las elecciones americanas y cambiar el curso de la historia de la democracia.

Hace unos días, Facebook confesó el intercambio de datos de usuarios con al menos 60 empresas, entre ellas Apple, Amazon, Samsung y Microsoft. ¿Quizás sea esa la explicación por la que el joven fundador de Facebook tiene las entradas del audio y de la cámara de su dispositivo tapadas con un celo oscuro? ¿Podemos, entonces, razonablemente asumir que un menor de 13 años tiene la madurez suficiente para dar su consentimiento a una actividad que tiene tantas implicaciones?

Algunos dicen que, si les quitamos el Internet a los jóvenes, es como si les quitáramos la sangre. ¿Es posible defender la neutralidad de una tecnología de la que hablamos en esos términos? La tecnología en una mente no preparada para usarla, difícilmente será neutra. Y menos si está diseñada para la adicción. Nuestros hijos son hijos de su tiempo, y es cierto que su tiempo no es el nuestro. Pero si deseamos lo mejor para ellos, no podemos dejar que sean esclavos de su tiempo; para ello, necesitamos leyes que no dejen a los padres fuera de juego.

https://elpais.com/elpais/2018/06/11/mamas_papas/1528699518_619925.html

“Cuando doy una charla un sábado por la mañana y veo que se plantan allí 200 profesores mi sensación es que los docentes son personas excelentes, súper motivadas, con ganas de mejorar la calidad de vida de sus alumnos con dislexia. Creo que lo que sucede es que faltan recursos en el sistema educativo”, aseguraba recientemente en una entrevista la científica Luz Rello, autora de Superar la dislexia (Paidós). Y su opinión la comparte Araceli Salas, fundadora de la asociación Dislexia y Familia (Disfam), que lamenta que, aunque existe una Ley Orgánica de Educación que promueve la inclusión de los niños con dislexia; y a pesar de que muchas Comunidades Autónomas han desarrollado esa Ley a través de decretos que amparan a los alumnos con trastornos específicos del aprendizaje, “luego todo queda siempre en papel mojado”.

Y queda en papel mojado fundamentalmente para Salas por la falta de recursos y de inversión que impiden la formación y la sensibilización de los equipos directivos y los docentes de los centros públicos. “Existe profesorado consciente de este problema y que se forma, se asesora y trabaja codo a codo con las familias, pero luego hay otro grupo que por falta de formación más que de voluntad, no tienen esa sensibilidad hacia el problema. Porque una cosa es saber qué es la dislexia y otra entenderla. Cuando tú la entiendes y te pones en los zapatos del alumnado con dislexia es cuando se te activa otra mirada y comprendes que un niño no puede acceder al aprendizaje si no tiene unas adaptaciones metodológicas o de acceso”, sostiene.

Y esas adaptaciones no significativas, recogidas en la propia Ley, como leer las preguntas del examen una a una en voz alta, dar más tiempo para responderlas, tener más en cuenta en los alumnos con dislexia el contenido de sus respuestas que las faltas de ortografía, que son un síntoma de su trastorno del aprendizaje, o no poner dos exámenes el mismo día, se están aplicando ya, según la fundadora de Disfam, por parte de muchos profesores. El problema, para Salas, es que existen directores de centro y maestros sensibilizados, “pero no hay una línea, una normalización que permita decir que un colegio es inclusivo con los niños con dislexia, algo a lo que tampoco ayudan las dinámicas que existen de profesores y orientadores itinerantes, porque dificulta el que pueda haber un centro con unas bases sólidas”.

El resultado es que es difícil encontrar colegios e institutos públicos que sean referentes por su política de inclusión educativa con los niños con dislexia y otros trastornos del aprendizaje, lo que lleva a muchos padres a hacerse “la pregunta del millón”: ¿A qué colegios podemos llevar a nuestros hijos?

Autoestima por los suelos

Y “la pregunta del millón” suele surgir porque un niño con dislexia lo pasa mal en un centro en el que no se hacen las adaptaciones necesarias para su completa inclusión educativa. Sienten que no pueden alcanzar el ritmo de sus compañeros y cargan muchas veces con el estigma de “tontos”, lo que supone también una merma en su autoestima. Lo explica la propia Luz Rello en su libro, cuando cuenta cómo descubrió a Marie Curie, cómo soñó ser como ella, y cómo se avergonzó de su propio deseo “porque en el fondo ya sabía que yo no era lo suficientemente inteligente para llegar a serlo”.

“Desgraciadamente este sentimiento es bastante habitual en los niños y niñas cuando llegan a nuestro colegio, han estado mucho tiempo comparándose con los demás compañeros y han podido ver desde pequeños que ellos aprendían y olvidaban las letras, que no leían ni escribían como sus compañeros, sino que leían más despacio y escribían con muchas faltas de ortografía. Y todo este sufrimiento lo han ido arrastrando, muchas veces en silencio y afectando a su autoestima”, sostiene Elena Aloy, directora del colegio El Brot (Barcelona), un centro concertado que surge de la Fundación Pedagógica homónima, creada para dar soporte a los alumnos que padecen trastornos del aprendizaje, principalmente dislexia.

Algo parecido observa con cada alumno que viene rebotado de otro centro Carlos González, jefe de estudios del colegio privado Nuevo Velázquez, un centro de referencia en Madrid en la educación de niños con déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) y dislexia. “Estos niños en un momento dado han hecho un gran esfuerzo, no han sacado los resultados esperados, y hacen un razonamiento muy lógico: si estudio y no obtengo resultados, para qué voy a estudiar. Así que es una bola que empieza siendo pequeña, pero que poco a poco crece y que deriva en problemas de autoestima y motivación”.

¿Y cómo se siente un niño que viene de una experiencia así al entrar en un cole que les apoya y comprende sus limitaciones?, preguntamos a la directora de El Brot. Poco a poco van levantado la cabeza, la espalda, empiezan a mirar de frente y a la vez entienden que ellos también pueden aprender, aunque sea de diferente manera. Terminan creyendo en sus posibilidades, en sus capacidades y se muestran muy motivados por la etapa escolar que les toca vivir”, responde.

Adaptaciones significativas, refuerzo positivo e implicación de las familias

Uno de los aspectos que llaman la atención de estos colegios especializados en la inclusión educativa de niños con dislexia y otros trastornos del aprendizaje es la baja ratio de alumnos por clase. En el caso del colegio Nuevo Velázquez tienen 15 alumnos por aula, un número que según su jefe de estudios consideran en el centro que “es lo suficientemente amplio como para que los niños tengan sensación de grupo y lo suficientemente reducido como para trabajar de una manera muy personalizada con los alumnos, lo que nos permite entrar con profundidad en las peculiaridades de cada uno de ellos”.

No obstante, tanto González como Aloy consideran que el de la ratio no es el aspecto fundamental ni un factor único que explique la implicación de estos centros. Una opinión que refrenda Araceli Salas, para quien el hecho de que haya maestros en la escuela pública que implantan adaptaciones para ayudar a los niños con dislexia aun teniendo 24 o 25 alumnos “demuestra que es posible. Lo que falta es sensibilización y voluntad. Y formación para saber cómo hacerlo”.

“Es importante contar con un profesorado sensibilizado en el respeto a su individualidad con adaptaciones específicas y que aplique nuestra metodología flexible que permita y trabaje a distintos ritmos y niveles”, concede Elena Aloy, que añade que el objetivo del centro es crear un entorno favorable “para potenciar sus habilidades, capacidades y su autoestima”. Para ello en El Brot han prescindido de los libros y han adaptado la metodología Decroly, priorizando la motivación del alumno, los aprendizajes útiles para la vida y una reorganización del currículo con una globalización de los aprendizajes a partir de los centros de interés. “El objetivo de la educación que impartimos en nuestro colegio es que nuestros alumnos con dificultades específicas de aprendizaje puedan integrarse en el futuro en una sociedad competitiva y no tengan un sentimiento de frustración ni baja autoestima”, afirma.

En el colegio Nuevo Velázquez, por su parte, sustentan su trabajo con los niños con dislexia en cinco puntos clave. Por un lado, en el refuerzo de la autoestima y la motivación. En segundo lugar, en el aprovechamiento máximo del tiempo de estancia en el colegio. “Lo que ocurre con niños con dislexia es que el tiempo que pasan en el colegio lo aprovechan muy poco, lo que les supone hacer un esfuerzo extra muy grande cuando llegan a casa. Por eso vemos fundamental que el esfuerzo de aprendizaje se haga en el colegio a través de una metodología muy práctica, con mucha interacción con el profesor, con trabajo de tiempo extra en biblioteca”, sostiene el jefe de estudios.

En tercer término aparece el trabajo de técnicas de estudio. En cuarto lugar el refuerzo positivo, el destacar aquello que hacen bien, algo “que funciona muy bien en estos niños porque les hace sentir importantes”. Y, por último, un aspecto esencial, la comunicación “constante y fluida” con los padres y con los profesionales que trabajan con los niños. “Trabajamos de una manera muy artesanal, contando a la familia absolutamente todo lo que ocurre en el centro, y pedimos además que todo lo que ocurre en casa, todo lo que preocupe a los padres, nos lo trasladen. Planteamos una comunicación de ida y vuelta”.

Y es que las familias son un pilar fundamental. Así lo ven también en El Brot, donde tras largos caminos de tratamientos y terapias se encuentran con familias “cansadas, derrumbadas y desmotivadas hacia la respuesta que les ha dado el sistema educativo”. Padres que, como explica Elena Aloy, han tenido que hacer “de maestros particulares, de entrenadores para motivar a los niños y en muchos casos no han podido hacer solo de padres, por lo que piensan que han fracasado en su labor. Nosotros tenemos que sacar esta culpabilidad que todavía los limita más. Cuando un alumno comienza a levantarse contento para venir por la mañana al colegio ya mejora el bienestar de las familias y esta es una de nuestras metas principales”.

Medidas no significativas de las que se benefician todos los alumnos

Para Carlos González, jefe de estudios del Colegio Nuevo Velázquez, es importante que los niños que acuden a su centro “no se sientan estigmatizados, que no tengan la sensación de llegar a un colegio especial. Nuestro colegio es totalmente normal, pero con una sensibilidad especial a alumnos con este tipo de dificultades”.

Por ello, las medidas no significativas que se pueden adaptar en un aula para lograr la inclusión de los niños con dislexia (leer las preguntas en voz alta, dejar más tiempo para responder o prestar más atención al contenido de una respuesta que a las faltas de ortografía) tampoco deberían ser un motivo de estigma. Así lo defiende Araceli Salas: “Hay que estandarizar y normalizar estas medidas. Que llegue un momento en que igual que nadie cuestiona que si un niño lleva gafas está en ventaja respecto a sus compañeros, nadie cuestione tampoco que haya adaptaciones para el alumnado con dislexia”.

Entre otras cosas porque de esas adaptaciones, según los expertos, se benefician no solo los alumnos con dislexia, sino también el resto de compañeros. “Absolutamente todo lo que se plantea para alumnos con dislexia es perfectamente aplicable para alumnos que no tienen este trastorno del aprendizaje. Todos los alumnos se benefician de esas adaptaciones. Para los niños con dislexia estas medidas son fundamentales, pero para el resto también son convenientes”, concluye González.

 

https://elpais.com/elpais/2018/11/22/mamas_papas/1542878237_610127.html

A Carles López (Manacor, Mallorca, 1996) no le gusta que le digan que es un referente ni está de acuerdo con que le llamen joven del futuro. Prefiere ser un joven del presente, capaz de cambiar hoy lo que no funciona bien en la educación para asegurar un mañana mejor. A punto de terminar sus estudios de Derecho y Ciencias Políticas, en la Universidad Pompeu Fabra, su día a día poco tiene que ver con el de sus compañeros de clase. A los 13 años decidió meterse por primera vez en una organización de su instituto y, desde entonces, no ha dejado de avanzar en el camino de la participación estudiantil. Actualmente preside la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE) y es miembro del Consejo Escolar del Estado, el principal órgano de representación de la comunidad educativa, desde el que ha participado en las negociaciones del fallido pacto por la educación.

«Me preocupa que la educación se esté utilizando de nuevo de forma partidista. Necesitamos que el partido que esté en el Gobierno sea valiente en su política educativa, que esta sea consensuada y de verdad cuente con la gente que está en las aulas», dice en un descanso del evento GeneradorES, una iniciativa organizada por Coca-Cola que hace dos semanas reunió en Madrid a 25 jóvenes punteros con una tarea pendiente: idear soluciones para los grandes retos de futuro que afronta España. Y aunque el perfil de López pueda parecer atípico para un joven de 22 años, hay algo a lo que responde igual que muchos de sus compañeros de generación. ¿Qué hará cuando termine la universidad? «La verdad es que todavía no lo sé».

Pregunta. ¿La voz de los estudiantes se escucha lo suficiente?

Respuesta. Entiendo la educación como un proceso integral en la formación de las personas y eso incluye una educación participativa y en valores. En nuestro entorno europeo, se enseña a participar, se enseña cuál es el marco normativo, qué canales de participación hay… Tenemos que incluir en nuestro sistema la formación para la participación. Y la representación estudiantil no es solo como un mecanismo de representación y de transmisión de ideas, también es un proceso formativo. Yo lo digo claro: he aprendido más en participación estudiantil y en política juvenil que en la universidad.

P. ¿Qué nos falta para fomentar esa participación entre los alumnos, a todos los niveles?

R. La gran revolución pendiente de este país es la educación. Debemos avanzar hacia un sistema educativo mucho más integrado en la formación de los estudiantes. Europa ya nos dice que nuestros currículos son demasiado extensos, que no se concretan en lo que queremos y que no forman de manera integral al estudiante. Tenemos que empezar a formar en competencias y una de esas competencias es la participación y el espíritu crítico. Hay muchos estudiantes que quieren participar. En CANAE hemos coordinado el trabajo para el pacto educativo en el Congreso y en el Consejo Escolar del Estado, y cuando íbamos a los centros y preguntábamos a los alumnos por qué no participaban, por qué no decían las cosas que no les gustaban, ellos respondían: «Porque nadie me ha enseñado, porque yo no sabía que eso se podía hacer». Eso es un déficit del proceso formativo. Para mí, es tan importante aprender matemáticas y literatura como ser personas completas y activas. Y aquí debemos dar un salto cualitativo en la participación de la infancia, el futuro de la ciudadanía activa pasa por involucrar a las personas cada vez más jóvenes.

P. Habla de la educación como una revolución pendiente en España, ¿qué es lo que la frena?

R. El pacto educativo debería ser la gran prioridad, necesitamos un acuerdo que dé estabilidad a la educación. También creo que la prioridad del sistema educativo debería ser que nadie se quede fuera. Cuando me dicen que el quintil más pobre tiene cuatro veces más posibilidades de quedarse fuera de la ESO que el quintil más rico, pienso que algo estamos haciendo muy mal con la desigualdad en nuestro país. Estamos dejando fuera a muchas personas y no son los estudiantes los que fallan, falla el sistema. A todos ellos, el sistema educativo les está condenando a tener muchas menos oportunidades. Y esto es de inicio, hay un sesgo que no deja que mucha gente tenga las mismas oportunidades. Pero estoy convencido de que se puede equilibrar equidad y calidad.

P. ¿Es una cuestión de más recursos o de que se necesita rediseñar el sistema educativo desde la base?

R. Se necesitan más recursos y son importantes, llegar al 4 o el 5% del PIB es importante. Pero la prioridad es una reforma de la estructura del sistema educativo y una priorización de la educación como política de Estado. El año pasado comparecí en el Congreso por el pacto educativo y allí dije a los partidos que el mayor riesgo era que utilizaran la negociación para sus intereses partidistas y que no se llegara a un acuerdo. Al final es lo que pasó. Pero si la educación no se toma como una prioridad, va a seguir haciendo jóvenes que se queden fuera del sistema educativo, vamos a seguir sin formar personas integrales, vamos a continuar sin mejorar la formación docente…

P. ¿Qué prioridades hay en ese rediseño del sistema?

R. Es necesario incluir criterios de equidad en la educación, el primer punto que tenemos que atajar es la segregación en el acceso. Después, debemos atacar también las diferencias socioeconómicas y dar una atención más especializada a los estudiantes; la sociedad es plural, por lo que hay que entender la educación también como un proceso de formación plural. Lo que me da rabia es que hay muchos temas en los que los partidos se podrían poner de acuerdo: en formación del profesorado están de acuerdo, en innovación educativa están de acuerdo, incluso en temas de equidad están de acuerdo. ¿Por qué no se llega a estos pactos? Porque lo que yo llamo la espuma del debate (la lengua, la religión, incluso la financiación en cierto punto…) no deja avanzar.

P. ¿Qué es lo que más preocupa a los estudiantes?

R. Tenemos dos preocupaciones. La primera son las personas que se quedan fuera, que haya estudiantes que no se sienten comprendidos por el sistema educativo. Y la segunda es que no recibamos una educación de calidad. Por ejemplo, que un estudiante no vea la FP como una opción válida es un fracaso del sistema educativo y de la sociedad en su conjunto. Tenemos un modelo de FP que va por buen camino y muchos ciclos tienen tasas de empleabilidad más altas que la mayoría de los grados universitarios. La FP es una opción de calidad, pero la cifra de matriculados es muy baja. El hecho de que haya estudiantes que quieran estudiar FP y no elijan esa opción porque la sociedad les dice que no lo hagan es un error. Ese es un estudiante que probablemente vaya a ir a la universidad y abandone. O que ni siquiera termine bachillerato.

P. ¿Los estudiantes tienen información suficiente para en bachillerato decidir cuál va a ser su futuro profesional?

R. Es evidente que los procesos de orientación deben cambiar. Tienen que empezar antes e ir más allá de una prueba en la que te digan lo que se te da bien o lo que te gusta. Sin un proceso de orientación, la gente va a equivocarse cuando elija qué estudiar. A eso se le añade otro problema y es que no sabemos reconocer que nos hemos equivocado, por ejemplo, de grado en la universidad por la presión que tenemos y porque la sociedad cree que cambiar de opción es un fracaso. Si no damos el valor añadido a la educación en todo su ámbito, no podremos avanzar como sociedad.

P. A la universidad se le achaca que no es capaz de preparar a los jóvenes para lo que demanda el mercado laboral, sobre todo en este momento de revolución digital, en el que las habilidades que se piden cambian a una velocidad vertiginosa. ¿Cuáles son los principales problemas de la educación en los niveles superiores?

R. El primero es la visión que tiene de la FP. Se ve como algo subsidiario a la universidad y eso ralentiza nuestra capacidad como sociedad para avanzar. Provoca que muchos jóvenes se queden fuera y que otros estudien lo que no quieren. Es necesario revalorizar la FP como opción igual de válida que la universidad. Hay otro problema: la educación superior va a necesitar un cambio para adaptarse a las nuevas realidades. La universidad posiblemente sea uno de los ámbitos de la enseñanza que más rápido tendrá que cambiar, no solo por las nuevas tecnologías sino por el cambio social que se está produciendo: no entiendo, por ejemplo, que en las universidades no se den conceptos de feminismo. Si la universidad no es agente de cambio para los jóvenes, la sociedad seguirá atascada en términos antiguos.

P. Los jóvenes que ahora salen de la universidad, ¿sienten que están preparados para afrontar el salto al mercado laboral? ¿Creen que tienen las herramientas suficientes?

R. La verdad es que no. Y ahora parece que si no haces un máster, no has terminado el grado. Me preocupa que se vea el máster como una continuación del grado porque mucha gente no podrá hacerlo y porque ya se ha perdido el valor de los másteres. Ojalá que cualquiera pueda trabajar en lo que le guste cuando termine su grado, pero sabiendo que los puestos de trabajo son limitados, creo que la universidad debe dar un paso más allá hacia la practicidad de los contenidos, como ya están haciendo muchas universidades en el ámbito europeo. En España es una tarea pendiente.

https://elpais.com/economia/2018/10/29/actualidad/1540828389_037187.html

¿Pensando en viajar en Navidad con niños?. Pues aquí vas a encontrar nuestra renovada selección 2018 de destinos recomendados. Y es que la Navidad 2018 que aparece ya en el horizonte es una nueva oportunidad para darse un garbeo por esos mundos. No importa si eres un fan de Papa Noel o prefieres a los Reyes Magos, te sigues emocionando con los villancicos o…eres de los que piensas que tanta felicidad junta no puede ser buena.

Diciembre es una de los mejores momentos del año para viajar. Si te llega el presupuesto para darte un gustazo y salir a descubrir nuevos horizontes aquí tienes una cuidada selección de propuestas. Eso sí, no te duermas: busca, compara y reserva tus alojamientos y vuelos con suficiente antelación. Feliz Navidad…viajera!

1. El Pirineo de Huesca…en Busca del Yeti!

Al parecer bigfoot, el mítico hombre de las nieves ha sido visto recientemente en las montañas del Pirineo aragonés. Estas Navidades y Fin de Año 2018 Familias en Ruta y Planeta 40 te proponen formar parte de una misión especial para desentrañar el misterio acompañados de otras familias en ruta.

La última semana de Diciembre  los afortunados integrantes de este original Winter Family Camp irán en En Busca del Yeti con alojamiento base en Jaca para darle la bienvenida al 2019 como se merece.

 

Buen ambiente y risas aseguradas. En busca del Yeti es un nuevo encuentro para que las familias con niños crezcan y se diviertan con multitud de propuestas de juegos en la nieve, excursiones, patinaje en la pista de hielo de Jaca, talleres para adultos, niños y toda la familia, juegos de interior, espectáculos, buena cocina y…una Cena y Fiesta de Fin de Año para darle la bienvenida al nuevo año 2019 como se merece. No te descuides, las plazas son limitadas.

2. La Cerdanya catalana

Dividida entre la Alta Cerdanya (parte francesa) y la Baixa Cerdanya (parte española) esta comarca del Pirineo catalán es todo un destino clásico de montaña que atesora un número remarcable de cantidad y calidad de estaciones de esquí familiares entre las que destacan La Molina y Les Angles,

Navidad con niños

la Molina

Llamada la Suiza catalana por la fotogenia de sus encantadores pueblos de piedra y sus paisajes de gran belleza donde pastan las vacas en la Cerdanya encontréis alojamientos familiares para diferentes presupuestos como son el Cerdanya Eco Resort & Spa, el Hotel GuitartAlberg Ridolaina, el Alberg la Bruna y, en la parte francesa, el Chalet Ma Noou con piscina interior climatizada. Todos ellos ofrecen cena y celebración especial de Fin de Año.

Además del esquí, los trineos o las raquetas de nieve en la Cerdanya hay un montón de excursiones posibles, balnearios, visitas a queserías y propuestas culinarias delicatessen que la convierten en uno de nuestros destinos predilectos en cualquier época del año donde no puede faltar una visita por el centro peatonal y comercial de Puigcerdà, su capital. Puedes consultar aquí todos nuestros planes para disfrutar la Cerdanya con niños.

3. Sierra Nevada y Granada

Una opción perfecta para viajar en Navidad con niños es Sierra Nevada una estación de esquí que figura destacada en nuestra selección de mejores estaciones familiares de Europa.

Sierra Nevada es una de las mejores estaciones invernales españolas y la más meridional de Europa, lo que la convierte en un lugar único para disfrutar de la nieve en todas sus facetas con más de 100 kilómetros de pistas y el mayor desnivel de España (1200 metros).

Además de un montón de actividades navideñas especiales Sierra Nevada ofrece su habitual zona para debutantes, montaña rusa, pista de trineos, mini-motos de nieve, un parque de hielo y una zona de esquí especial para niños llamada Dreamland, con 4 cintas transportadoras para que los niños aprendan a esquiar, sin riesgo alguno.

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Asimismo, tanto en la zona baja de Pradollano, como arriba en Borreguiles, existen sendas guarderías de nieve para niños hasta 8 años, en los que podrán pintar, jugar y pasarlo en grande. Puedes consultar aquí alojamientos en Sierra Nevada. Ya los veréis, tanto Papa Noel como los Reyes Magos no se lo pierden nunca!

Como complemento perfecto de Sierra Nevada se encuentra Granada un destino perfecto en Navidad, donde podréis disfrutar de todo el esplendor de esta encantadora capital andaluza repleta de lugares históricos, que en estas fechas se engalana e ilumina sus mercados navideños y su famosa ruta de belenes, las campanadas de Nochevieja en la Plaza del Carmen y su espléndida Cabalgata de los Reyes Magos. Puedes consultar nuestros 15 planes recomendados para disfrutar Granada con niños.

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4. Andorra, el país de los Pirineos

En Andorra con niños: montañas y valles patrimonio de la humanidad, imponente naturaleza con dos parques naturales declarados y espectaculares paisajes. Deportes y turismo de aventura. Cultura, museos y un patrimonio de 44 iglesias románica fruto de una historia de más de mil años que hunde sus raíces en tiempos de Carlomagno.

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Estaciones de esquí de referencia europea con más de 300 kms esquiables, rutas de senderismo. Complejos termales y una amplia gama de alojamientos conjugada con una tradición y una oferta comercial de calidad todo ello con una ubicación geográfica estratégicamente situada entre Francia y España. Un destino  familiar que nunca falla y del que puedes saber más en Andorra con niños, completa guía para viajar todo el año al país de los Pirineos.

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5. Capitales españolas

Sin ir más lejos. Norte y Sur. Cada una con su propia personalidad. En España hay capitales sobradas de motivos para una escapada que ofrecen la mejor de sus caras durante las fiestas navideñas celebrando mercados tradicionales y exhibiendo modernos centros comerciales, paradas con juguetes, dulces y especialidades locales, actividades lúdicas o incluso pistas de hielo especialmente pensadas para las familias en estos días que nos transportan a la infancia.

Navidad en familia

‘Cagatiós’ en la Fira de Santa LLúcia de Barcelona

Para preparar y sacarle todo el partido un merecido cambio de aires aprovechando el Puente de Diciembre, Año Nuevo o Reyes Magos puedes consultar alojamientos y un montón de planes con niños en nuestras entradas sobre MadridBarcelonaMallorcaSevillaValenciaAlicanteCórdobaGranadaMálagaSan Sebastián- DonostiaBilbao-BilboPamplonaTenerife o Gran Canaria. Seguro que a tu colección viajera le falta más de una. El único problema será…¿por cual decidirse primero?

6. Una de balnearios y spas !!

Cuanto más frío mejor! Pocos planes invernales son más apetecibles que imaginarte flotando en agua termal a 34ºC mientras escuchas el ruido de una cascada y algo después recibiendo un masaje. Los balnearios son una opción tan lúdica como divina para disfrutar de la Navidad con niños.

En algunos spas y balnearios hay espacios creados especialmente para los peques como piscinas especiales con juegos, por ejemplo. En otros hasta ofrecen masajes para niños. En algunos balnearios los niños pueden usar todas las instalaciones sin restricciones, y hay otros en que deben acotarse a una franja horaria.

Afortunadamente en España hay cada vez más balnearios y Spas con instalaciones y servicios donde las familias con niños son bienvenidas para alojarse y disfrutar de sus actividades y tratamientos. Puedes consultar toda la lista de balnearios recomendados en nuestra selección de balnearios para ir con niños.

7. Budapest mágico

La perla del Danubio es una de las tres capitales imperiales de Centroeuropa junto a Praga y Viena que desde hace unos años no deja de atraer a turistas habiéndose ganado el derecho a ser considerada una de las escapadas city break más deseadas de Europa con un montón de posibilidades para todas las edades.

Particularmente recomendable para viajar en Navidad con niños. Por su ambiente único y entrañable. Una gran capital de tamaño humano, sin aglomeraciones ni precios abusivos, Budapest es una ciudad amable, llana en casi todo su trazado e ideal para recorrer con cochecito o bicicleta. Con el Danubio y la Embassy Avenue como arteria principal de referencia no resulta demasiado difícil orientarse entre sus anchas avenidas y su precioso centro histórico.

La Navidad con niños en Budapest brilla como nunca y es un acierto seguro. Además de sus célebre edificio del Parlamento, sus balnearios el Circo clásico, la pista de patinaje y el mercadillo del Varosliget Park el grueso del ambiente navideño está en el centro histórico con dos principales e imperdibles mercados: el Vorosmarty Square Market y Budapest Basilica Market donde tiene lugar un pase continuo de vistosas proyecciones sobre la catedral.

Otra pista de patinaje navideña muy popular entre las familias locales está en el Budapest Whale Winter Festival que tiene lugar junto al Danubio con un montón de actividades y zona cubierta que también es ideal para pasar Fin de Año en Budapest. Puedes consultar aquí nuestra selección de planes para disfrutar Budapest con niños.

8. Londres en Christmas Time

Si hay un destino deslumbrante donde las palabra Christmas y Santa Claus cobran todo su sentido es Londres, una ciudad que se engalana y transforma por Navidad añadiendo infinidad de atractivos a su ya de por sí variada oferta. Tan solo pasear bajo la portentosa iluminación de kilómetros de las calles de su amplio centro comercial por estas fechas ya es un auténtico regalo.

Go ice skating in London. Foto © Visit London

Vade retro consumismo! Como planes navideños destacados en la capital británica podemos señalar un paseo desde el árbol gigante de Trafalgar Square hasta el Leicester Square Christmas Market. Otros mercados navideños son los de Southbank CentreGreenwich MarketKingston Christmas Market o el Winterville Christmas Market aparte de los mercados callejeros de todo el año como son Portobello Road (sábados), Camden (todos los días) y Brick Lane (domingos).

En estas fechas no puede faltar una visita a su animado Winter Wonderlnad Park, el famoso parque temático navideño abierto hasta el 5 de Enero que cuenta con su gran noria de 60 metros de altura y la espectacular pista de patinaje sobre hielo al aire libre.

Imposible condensar todo lo que puede dar de sí una escapada a esta capital portentosa. Para descubrirlo y planificar tu viaje mejor te das una vuelta por nuestra selección de planes para no perderse en Londres con niños.

9. París y Disneyland…oh là là!

Otra alternativa perfecta para viajar en Navidad con niños. La capital gala ha sido, es y será siempre una metrópolis de referencia a nivel mundial formando parte de de los destinos turísticos imprescindibles de Europa a los que siempre vale la pena volver (o descubrir si es que todavía no lo has hecho).

Navidad con niños

Mais oui, c’est París!

En la Navidad con niños en París nos esperan sus avenidas espectacularmente iluminadas, mercadillos gourmets navideños y pistas de patinaje además de sus planes posibles como pasear por el barrio de Montmatre, una visita a la célebre Catedral Notre Dame, perderse por Marais y el barrio judío de Pletzl, dejarnos sorprender por la vanguardista arquitectura del Centro Pompidou, jugar en los parques del Jardín de las Tuileries, marcarse un crucero por el Río Sena, subir a la Tour Eiffel, descubrir la Cité des Enfants, ir a saludar a la Mona Lisa al Museo del Louvre y/o ver marionetas en el Parque de Luxemburgo mientras nos comemos un croissant de verdad. Consulta nuestros planes recomendados en París con niños.

Disneyland París engalanado para la Navidad

La combinación perfecta de París con niños es Disneyland París. El parque temático más visitado de Francia despliega todos sus encantos en Navidad brillando más que nunca con sus aventuras, cuentos clásicos y sueños ilusionantes en forma de espectáculos, desfiles y animaciones. No te olvides que junto a Disneyland se encuentra el Waltdisney Studios. La mejor manera de economizar es a través de un paquete vacacional o estancia en sus hoteles oficiales que puede contratarse directamente en la web de Disneyland París.

10. Bruselas, la dulce capital de Flandes

Bruselas, capital y corazón de Europa, bien comunicada y todo un cruce de caminos y culturas como son la francófona, la neerlandesa y muy cerca, la alemana. Cara y cruz: los días laborables la ciudad está tomada por los sesudos funcionarios de la UE, cuando llega la fiesta muestra su lado más lúdico y bon vivant.

Además de adentrarse en las entrañas del Atomium y de su colorida afición por el cómic en Bruselas nos esperan las 250 paradas del gran mercadillo navideño de la Grand Place (una de las plazas más bellas de Europa) y la Place de Sainte Catherine, pistas de patinaje sobre hielo, bombonerías para pequeños y grandes gourmets, palacios, norias gigantes, fuegos artificiales….los viajeros que se acerquen a la capital tanto de belga como de la región neerlandesa de Flandes durante el mes de Diciembre tendrán la ocasión única de vivir una estancia con todos los ingredientes del espíritu navideño.

Navidad con niños

La Navidad en Gran Place. Foto © Visit Brussels

Alojados en Bruselas a un radio menor a dos horas de tren se puede llegar cómodamente a ciudades de Flandes que amenazan con derretirse…de bonitas! como la vanguardista Amberes y las elegantes GanteLovaina y Malinas y por supuesto la bella Brujas que por estas fechas celebra cada año su festival de esculturas de hielo.

Todas las con mercadillos navideños, canales y ese toque entrañable de casa de muñecas centroeuropeo que desprende aquí la Navidad acompañado con una oferta gastronómica de caerse para atrás con algunas de las mejores cervezas del mundo, mejillones con frites y mucho y buen chocolate belga, entre alguna de las exquisiteces del destino.

11. Hoteles para contemplar auroras boreales…

Para la mitología vikinga las auroras boreales eran el vestido de las vírgenes guerreras valkirias. Sin duda experiencia de contemplar auroras boreales tiene su mística y ha sido definida a menudo como fascinante por todos aquellos que han tenido la suerte presenciarlas siendo descritas como algo así como como un despliegue de serpenteantes halos de colores, diseños y formas que alumbran el cielo nocturno, en otoño e invierno, bajo un arco iris de luz que tiene una duración de entre unos breves segundos a varios minutos.

Viajar en Navidad con niños

Artic Tree House, Laponia finlandesa

Un fenóneno así merece un alojamiento a su altura. Así que no podía faltar esta propuesta en esta selección de destinos de ensueño para viajar en Navidad con niños y no nos importaría poder contemplar unas cuantas auroras boreales al menos una vez en la vida desde alojamientos tan alucinantes situados en el Círculo Polar Ártico como son el Artic Tree House (Finlandia), Kakslauttanen Arctic Resort (Finlandia), el ION Adventure Hotel (Islandia), Svinøya Rorbuer (Noruega) en la habitación eagle view suite del Iso Syöte Hotel (Noruega) o el no-tenemos-palabras-para describir el Arctic Bath in Harads (Suecia). Porque soñar es gratis pero lo mejor de todo es que a veces los sueños también se cumplen.

12. La Casa de Papa Nöel en la Laponia finlandesa

Desde hace años Laponia finlandesa es un destino clásico para viajar en Navidad con niños, especialmente los más grandecitos. La tierra donde Papa Nöel se siente como en casa y no es de extrañar pues la tradición popular que le dio nacimiento es propia de estas tierras tan frías como bellas, las más septentrionales de Europa, en pleno Círculo Polar Ártico.

Más navideño no se puede. Foto © Santa Claus Village

Entre bosques nevados, ríos de hielo y auroras boreales que iluminan el cielo, se encuentra Rovaniemi, la ciudad de Papá Noel. Pero aquí no sólo podremos abrazar a este adorado personaje, sino que existe la posibilidad de realizar montones de actividades con nuestros hijos e hijas con verdadero sabor tan navideño como aventurero.

Se puede visitar el parque de perritos Huskies, hacer excursiones en motos de nieve o en trineos tirados por renos, tomar algo caliente entre las divertidas esculturas de nieve del Snowman World y, sobre todo, visitar Santa Park, donde los elfos preparan sin descanso la Navidad mundial.

Es perfectamente posible montarse el viaje por cuenta propia (mira aquí). Empieza por mirar y comparar vuelos y alojamientos en Rovaniemi.

Acuérdate de llevarte un buen abrigo! Laponía en invierno no deja indiferente asegurando un montón de emociones envueltas en nevados bosques donde obviamente no faltará el plato fuerte la visita durante todo un día a la Santa Claus Village en Rovaniemi, capital de Laponia, la residencia de Papa Nöel cuando no anda por ahí jugándose el tipo escalando por las chimeneas de medio mundo.

13. Las Islas Canarias, entre playas y volcanes 

Siempre nos quedarán las Islas Canarias, ese paraíso subtropical perfecto para huir de los rigores invernales de la Europa continental. Paisajes volcánicos de gran belleza salpicados con vegetación tropical cómo cuyo máximo refinado ejemplo podrían ser los célebres Jameos del Agua, un gran laberinto de cuevas y tubos volcánicos en el noroeste de Lanzarote.

Declarada Reserva de la Biosfera por UNESCO Lanzarote es un referente mundial de la arquitectura natural donde se encuentran varios parques naturales y espacios protegidos de gran valor ecológico. En esta isla tendreis la oportunidad de recorrer rutas tan interesantes como la Ruta de los Volcanes del Parque Nacional de Timanfaya recorrerla tanto a pie o a caballo como en bicicleta a través de paisajes que tocan el alma.

Finca Arrieta, Lanzaorte con niños

Eco Finca Verde Arrieta, Lanzarote

La isla de Lanzarote lleva ya unos cuantos años volcada totalmente con el turismo así que la oferta para alojarse en Lanzarote con niños es extensa y adecuada para todos los gustos y bolsillos.

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En Lanzarote una buena cantidad de hoteles donde las familias con niños son bien recibidas y que cuentan con todos los servicios y comodidades para que los más pequeños de la casa disfruten de sus vacaciones. Los hoteles de la cadena H10 con sus hoteles H10 Rubicón PalaceH10 Suites Lanzarote Garden y H10 Lanzarote Princessel Iberostar Lanzarote Park o el Hesperia Lanzarote en las zonas de Playa Blanca, Puerto Calero o Costa Teguise son un buen ejemplo de ello. Sin duda si hablamos de Lanzarote con niños también merece destacarse el Hotel Dream Gran Castillo Resort.

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Si por el contrario queremos estar alejados de la costa y vivir una experiencia rural podremos elegir entre un buen número de alojamientos y villas privadas en el interior de Lanzarote. Como alojamiento singular os podemos recomendar la propuesta glamping de Eco Finca Verde Arrieta con alojamiento en yurtas mongolas.

Pero hay mucho más. Además de un montón de planes en Lanzarote con niños otros destinos en las Islas Canarias de los que hemos hablado son Gran CanariaFuerteventuraLa Palma y Tenerife con niños. Y esta vez en vez del abrigo…no te olvides de los bañadores!

14. Marruecos fascinante, Norte y Sur

Perfecto para viajar con niños en Navidad y tan cercano como exótico. Marruecos es un destino imprescindible para cualquier viajero que se precie. Para todos aquello con ganas de disfrutar un país que adora a los niños un año más os recomendamos dos estupendas opciones especialmente diseñadas para familias con ganas de una Navidad diferente.

Marruecos Sur

Coorganizado junto Viajes Marraquech un viaje en grupo especial familias con niños (entre el 27 de diciembre y el 4 de enero de 2019) a un país de cultura milenaria que transporta a la noche de los tiempos envuelta en paisajes sorprendentes. Además de conocer Marrakech y la ruta de las kasbahs el grupo se aloja en El Khorbat uno de los alojamientos más emblemáticos del turismo responsable en Marruecos.

Todos los viajeros sin importad edad podrán hacer cabriolas en las dunas del desierto, montar a camello (no hace falta licencia de conducir) y -momentazo!- recibir la visita de los pajes de los Reyes Magos de Oriente a los cuales podrán entregar personalmente su carta. Más información a través de este enlace.

Marruecos Norte:

Grupo viajero de turismo responsable diseñado especialmente para familias que promueve el contacto con la gente local. Del 28 de Diciembre al 4 de Enero de 2019 esta ruta por el norte de Marruecos descubre un mundo rural lleno de hospitalidad a través de un enfoque solidario, participando en los proyectos de turismo rural y conociendo la cultura local.

 

La ruta recorre Tetuán y la mítica medina de Chaouen (la perla azul del Rif) así  como parajes de gran belleza y autenticidad del interior que pasan desapercibidos para el turista habitual. Más información de la Ruta Solidaria a Marruecos Norte en este enlace.

15. Senegal, la puerta abierta de Africa…

Menuda ilusión! Desde familias en ruta te invitamos a participar en este viaje de turismo responsable para esta Navidad 2018, del 29 de Diciembre al 5 de Enero de 2019 y Semana Santa 2019 organizado junto a Ethnic por el sur de Senegal con niños por la región de la Casamance, una de las zonas más hermosas de Senegal y toda África Occidental.

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Con esta asociación también co-organizamos exitosamente desde hace años una ruta para familias por Marruecos Norte lleva años organizando viajes a Senegal zona bajo la premisa de que esta actividad económica sea a la vez un gozo para el viajero una verdadera herramienta que promueve el bienestar y el progreso de las comunidades receptoras, la convivencia y el intercambio con la población local. Porque África no es triste!

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En esta región de marcada personalidad, colores intensos y ambiente fresco nos esperan durante la época seca sus pueblos pesqueros y de interior rodeados de una frondosa vegetación tropical, arrozales y plantaciones de mangos, espléndidas palmeras de aceite, imponentes árboles como los míticos baobats y playas trufadas de cocoteros. Es por ello que la Casamance es considerada un verdadero jardín del Edén de África accesible a la vez que todavía resguardado del gran turismo de masas.

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Acercarnos a sus poblados a descubrir la manera tranquila en la que viven, su hospitalidad y la facilidad con la que dibujan una sonrisa en su rostro mientras sus hijos se acercan curiosos a jugar con los nuestros es seguramente uno de los mayores vivencias de este viaje.

Este viaje en grupo especial familias a Senegal es una oportunidad inmejorable para viajar en familia al África negra. Disfrutando tanto de su paisaje como de su paisanaje así como de alojamientos sencillos pero con encanto, música, costumbres, tradiciones y de una deliciosa gastronomía local basada en el arroz, la yuca, el pescado, el pollo, el coco y la fruta.

Celebración de la Noche de Fin de Año!

El día de Fin de Año y tras intensa tarde visitando el poblado de Abekum de lamano de una familia local nos dirigiremos hacia el alojamiento para descansar y relajarnos después de una ducha tradicional africana y nos prepararemos para celebrar la última noche del año.

Nos dirigiremos de nuevo a casa de nuestra segunda familia senegalesa, los Diatta, para celebrar juntos y en un ambiente familiar una noche muy especial. Degustaremos Tieboudienne, Yassa…la comida tradicional senegalesa y aprenderemos de las costumbres locales. Seguidamente, haremos sonar los tambores y bailaremos al estilo Diola junto a la comunidad de este pequeño barrio. Una noche inolvidable Alojamiento ecolodge Abeukum

Todo ello en la compañía de otras familias en ruta, viajando sin prisas en un grupo en mini-bus con guía local acompañante. Porque si al menos una vez en la vida hay que acercarse a conocer África, esta es la tuya!

Fuente: https://familiasenruta.com/destinos/viajar-con-ninos-navidad/?fbclid=IwAR0ZGV1lcuf42mvkwCzVlLwc-RUTjPQjzRmT6y8VbGMhZYGMjLbS–bsy_I

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Es preocupante que las faltas no hayan sido erradicadas de la escuela primaria o secundaria y tampoco de la Universidad.

Las oposiciones celebradas el pasado verano para ocupar 20.000 plazas de profesor de enseñanza secundaria y formación profesional arrojaron un dato preocupante: casi el 10% de los puestos quedaron desiertos por las deficientes calificaciones de los aspirantes. Parte de esta escabechina fue fruto de las faltas de ortografía y gramaticales de los candidatos a docentes, una situación que tiende a desembocar en un perverso círculo vicioso. Si quienes están llamados a impartir el magisterio cometen incorrecciones en la utilización del lenguaje, es muy probable que los alumnos las reproduzcan y perpetúen los mismos desaciertos.

Los expertos achacan la ausencia de destreza ortográfica a una deficiente dieta lectora, lo que redunda en una imperfecta expresión y una defectuosa escritura. Por el contrario, manejar los instrumentos lingüísticos de forma correcta permite transmitir ideas y pensamientos con una mayor precisión y de manera más enriquecedora. Los informes internacionales sobre comprensión lectora no dejan a España precisamente en un buen lugar. Destacan que uno de cada cinco alumnos de cuarto de primaria (entre nueve y 10 años) no se siente seguro al leer, aunque solo uno de cada 10 confiesa que coger un libro o un periódico en sus manos es algo que no le gusta.

También aluden los especialistas al impacto que en las generaciones más jóvenes tienen las distintas pantallas —desde el móvil y la tableta hasta la televisión y los videojuegos— y muy especialmente las plataformas de mensajería instantánea y las redes sociales, donde el recurso a las abreviaturas y a los términos coloquiales es una costumbre muy extendida. No ayuda a la hora de expresar conceptos con palabras atinadas el masivo empleo de emoticonos, esas representaciones gráficas que se usan en los mensajes electrónicos para aludir a estados de ánimo, objetos o acciones.

Las faltas de ortografía, que no encuentran corrección en la escuela primaria o secundaria, se reproducen a sus anchas en los ciclos superiores de enseñanza. Profesores universitarios han dado la voz de alarma ante las abundantes faltas, también de acentuación o de puntuación, en los exámenes de los alumnos. Para intentar atajar este problema es preciso que las autoridades educativas tomen conciencia de su dimensión. Incrementar las horas de lengua en primaria y elevar los niveles de exigencia son condiciones necesarias para mejorar la ortografía de los escolares, una tarea que debería apelar a a toda la sociedad, empezando por quienes tienen la misión de educar a los niños y adolescentes.

 

https://elpais.com/elpais/2018/11/06/opinion/1541526123_788643.html?id_externo_rsoc=FB_CM&fbclid=IwAR30L29RCJT-eJJvTEKSV0BERreWzKefRR9lNWCZfro6NQTBz7PNFwY4reA

Cuenta Luz Rello que cuando era pequeña y descubrió a Marie Curie, enseguida supo que quería ser como ella. También que lloró al pensar que, debido a su dislexia, ella jamás sería lo suficientemente inteligente para alcanzar esa meta. Hoy, sin embargo, su nombre se cuela junto al de la científica polaca nacionalizada francesa cuando se trata de ofrecer a las niñas referentes femeninos en el mundo de la ciencia. A través de Change Dyslexia y de la app Dytective Luz Rello ha conseguido visibilizar este trastorno del aprendizaje y agilizar su diagnóstico y las posibilidades de superación. Ahora presenta Superar la dislexia (Paidós), un libro que se mueve a medio camino entre el manual teórico y la biografía, porque en él la científica madrileña ofrece muchos datos científicos y muchos consejos, pero también se desnuda contando aspectos y situaciones personales que hasta ahora no habían salido de su círculo de confianza.

PREGUNTA. Superar la dislexia, como bien dice Juan Carlos Ortega en el prólogo, podría ser un manual sobre la dislexia, pero sin embargo también es un libro muy personal, en el que en cierto modo te desnudas contando muchas experiencias vitales. ¿Ha sido liberador escribirlo?

RESPUESTA. Para mí ha sido difícil escribir el libro. Y no por lo obvio, que es que tengo dislexia, sino por la parte personal, porque he contado cosas que hasta ahora había compartido con muy pocas personas. Al principio solo quería contar en el libro algunas pequeñas anécdotas, pero cuando lo empecé a escribir contacté con algunas madres que me animaron a contar cosas personales porque muchos padres se iban a ver reflejadas en ellas con sus hijos. Más que liberador ha sido un proceso duro, pero si sirve a alguien, bienvenido sea.

P. Este libro y mucho de lo que has conseguido en la vida empezó a nacer cuando eras pequeña, soñabas con ser Marie Curie y un día tras otro te topabas con las dificultades que, en forma de errores ortográficos y suspensos, la dislexia ponía en tu camino. ¿Crees que eres lo que eres hoy gracias en parte a la dislexia?

R. Creo que hay al menos tres cosas que me ha dado la dislexia y de las que me he dado cuenta al escribir el libro. La primera es la perseverancia o tolerancia al error. En investigación nada sale a la primera y veo a compañeros que se frustran, que abandonan investigaciones, mientras yo pruebo y pruebo hasta que consigo lo que quiero. No me afecta que las cosas me salgan mal y creo que esto es algo común en muchas personas con dislexia. La segunda es la capacidad para trabajar en equipo y colaborar, porque si tienes dislexia desde muy pronto te das cuenta de que tú solo no puedes hacer las cosas bien, sino que necesitas confiar y apoyarte en la gente. Y por último diría que me ha hecho en cierto modo tener empatía y mantener los pies en el suelo, porque tengo claro que no me quiero convertir en el tipo de gente que se reía de mí de pequeña.

P. “De pequeña detestaba mis fallos, pero ahora les digo a todos los niños que deben valorarlos, porque en sus fallos está la clave para superar sus dificultades”, escribes en la introducción. ¿Qué sentiste al comprobar que los errores vinculados con la dislexia no eran arbitrarios, que tenían un patrón, que la solución para la dislexia, como escribes, estaba dentro de las personas con dislexia?

R. Flipé. Primero descubrí que existían patrones lingüísticos, que los errores no eran aleatorios. Pero cuando vimos que si eso lo aplicábamos a ejercicios, los niños mejoraban, entonces ya alucinamos. Mi equipo y yo llorábamos de alegría. Toda la vida buscando la solución y resulta que esta estaba dentro de los propios niños con dislexia, que con sus propios errores podían mejorar. Es algo precioso, brutal, se me pone la piel de gallina solo de contarlo.

Sí que quiero dejar claro que los ejercicios de Dytective funcionan en combinación con la terapia que los niños reciben en las clases de apoyo de los colegios. En nuestro estudio con 112 niños hemos visto que hay mejoras significativas al combinar ambos aspectos en comparación con recibir únicamente la atención de los orientadores del colegio. Aún estamos lejos de que una aplicación informática pueda por sí sola ayudar a los pacientes con dislexia, es algo muy personal que necesita el cara a cara.

P. Uno de los problemas es que muchas veces las personas con dislexia y su entorno tardan en comprender qué provoca esos errores, qué hay detrás de ello. ¿Fuiste una afortunada o en tu caso también tardaron en diagnosticarte la dislexia?

R. Me siento afortunada en general, principalmente por la familia que he tenido, que nunca dio importancia a mis notas y nunca me metió presión. He tenido un contexto favorable para poder superar la dislexia aunque a mí me la detectaron tarde, con diez años, estando ya en quinto de primaria, así que creo que los niños de hoy en día tienen que ser más afortunados que yo para que no pasen por cosas que las personas de mi edad hemos tenido que pasar.

P. Justo te iba a comentar eso, que hoy se ha avanzado bastante en ese diagnóstico. ¿Es la precocidad del diagnóstico fundamental para el futuro de los niños con dislexia?

R. Fundamental, por eso nos hemos volcado tanto en que Dytective sea una herramienta gratuita para hacer un primer cribado de dislexia y llegar al máximo número de personas posible.

P. Porque Dytective lo que hace es un cribado, no un diagnóstico, ¿verdad?

R. Exacto. Hace un cribado y si existen posibilidades de tener dislexia te remite al servicio psicopedagógico del colegio o a un profesional externo para tener un diagnóstico. Ahora mismo tenemos en la aplicación una sensibilidad del 81%, es decir, que de cada 10 niños que salen con riesgo de dislexia en Dytective, ocho van a ser disléxicos realmente.

P. ¿Cómo se puede apoyar a un niño disléxico?

R. En la superación de la dislexia hay tres patas fundamentales en las que he querido focalizar mucho en el libro. Por un lado están los padres, que tienen que trabajar mucho en el tema de la autoestima y el apoyo emocional, no presionando a sus hijos, que ya tienen bastante presión del colegio, del terapeuta y de sus compañeros. Por otro está el colegio, que es importante que haga las adaptaciones necesarias, como poner las preguntas de los exámenes en tipografía más grande, leer las preguntas del examen en alto… Y, por último, están los terapeutas, que tienen que seguir con sus terapias y si ya utilizan nuestra aplicación como complemento, pues será la leche.

P. En tu caso cuentas la historia con tu profesora Luisa María Bellot, que en cierto modo fue una especie de ángel de la guarda para ti. Sin embargo, la dislexia está muy relacionada con el fracaso escolar.

R. El año pasado hicimos un estudio en 40 colegios de la Consejería de la Comunidad de Madrid en los que utilizamos Dytective para conocer la prevalencia de dislexia. Aún no está publicado, pero nos sale que es de entre un 6% y un 7%. Saber de este porcentaje cuántos acaban fracasando escolarmente es algo que no está estudiado, aunque seguramente el porcentaje sea alto. Nuestra idea con este estudio, en el que este año ya van a estar incorporados 100 coles de la Comunidad, es hacer un estudio longitudinal para ver dentro de cuatro años lo relacionado que está el fracaso escolar con la dislexia.

P. Dices que el porcentaje seguramente sea alto. ¿Qué falta a nivel educativo para dar la vuelta a estas estadísticas?

R. La verdad es que cuando doy una charla un sábado por la mañana y veo que se plantan allí 200 profesores, mi sensación es que los profesores son personas excelentes, súper motivadas, con ganas de mejorar la calidad de vida de sus alumnos. Creo que lo que sucede es que faltan recursos en el sistema educativo, que faltan orientadores y logopedas en los colegios. Por eso hemos hecho en parte Dytective, por liberar un poco de trabajo a estos profesionales para que puedan atender a más niños con problemas de aprendizaje, aunque lo ideal sería que hubiese más recursos.

P. Supongo que también será importante romper con los estereotipos y los estigmas con los que arrastran los niños con dislexia, como que son vagos, tontos, despistados… Al final, leyendo tu libro, me doy cuenta de que se acaban convirtiendo en autoestigmas. Que tú mismo te los crees.

R. Totalmente. Y a mí me sigue pasando hoy, que para muchos temas sigo teniendo un montón de inseguridades. A mí me dan premios y no me lo creo, escribo correos electrónicos y cuando los envió me entra el miedo de que estén llenos de erratas o en cuanto hay un error pienso que la culpa la tengo yo. Y eso es para toda la vida. En ese sentido sí que veo mejor a niños más jóvenes que han sido diagnosticados antes. Los veo más echados hacia delante, con más confianza en ellos mismos. Pero sí, el estigma al final te lo crees tú, y ya no solo porque te lo digan, sino porque lo ves tú, te das cuenta de que no vas igual que el resto.

P. En ese sentido cuentas en el libro cómo descubriste a Marie Curie, cómo soñaste ser como ella, y cómo te avergonzaste de tu propio deseo “porque en el fondo ya sabía que yo no era lo suficientemente inteligente para llegar a serlo”. Aún hoy, como dices, no te acabas de creer que te den un premio. Imagino que hay que hacer un trabajo muy fuerte con respecto a autoestima, ¿no?

R. Sí, dedico un capítulo en el libro al tema, coescrito con una psicóloga, porque este es un tema del que me preguntan mucho los padres. Y es que es muy importante. Tú imagínate que no te puedes fiar desde que eres pequeño de tu propia percepción. Eso te mina mucho y afecta mucho a tu autoestima.

P. ¿Y qué pueden hacer los padres y profesores para ayudar a los niños con dislexia a trabajar la autoestima?

R. Los profesores tienen que normalizarlo en el aula sin necesidad de decir la palabra dislexia, porque eso ya puede ser una etiqueta para el niño. Y tienen que dejar claro que todos tenemos fortalezas y debilidades y que al niño con dislexia hay que ayudarlo entre todos, de la misma forma que él ayudará a los demás en temas en los que tenga más facilidad. Creo que los colegios deberían fomentar esa ayuda, implicar a la clase estimulando las fortalezas de cada cual.

Y para los padres hay muchos consejos, pero sobre todo les diría que sean transparentes y cariñosos, que si sus hijos tienen una dificultad, se lo digan con sensibilidad, pero con normalidad. Y que apoyen al hijo para superarlo, sin trivializar el problema y sin presionarlo.

https://elpais.com/elpais/2018/10/15/mamas_papas/1539610580_799688.html?id_externo_rsoc=FB_CM&fbclid=IwAR2045dpwAaO5bbV0plO2qE1mtuxbBtZJ9Hlqx-9_e295-uSSPU3DR18iPY