Muchos niños se marean cuando viajan y lo pasan mal. El mareo (cuyo término médico es cinetosis) es una sensación desagradable que nos hace sudar, sentir frío o náuseas y suele ir acompañado de bostezos o palidez. Los más pequeños suelen manifestar su malestar señalando a su «tripita». Los síntomas pueden hacer que el pequeño llegue a vomitar, haciendo muchas veces que los viajes sean una pesadilla.

Normalmente, «no afecta a los menores de dos años, pero a partir de esa edad la sensibilidad a marearse suele persistir e ir incrementándose hasta más o menos los 12 años», nos explica por correo electrónico la doctora Paz González, coordinadora de contenidos de la web de divulgación de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Según esta experta, las recomendaciones básicas son:

  • En viajes cortos es mejor que el pequeño no coma nada antes; si es largo es preferible que ingiera algo ligero
  • Hay que evitar hacer actividades que le obliguen a fijar la vista en un objeto cercano, como leer o jugar a videojuegos durante el viaje. Lo ideal es que miren hacia adelante objetos lejanos. Juegos como señalar lo que hay en el paisaje, los colores de los coches, las montañas, cantar… son los recomendados
  • Lo mejor es una siesta. Hay que animar al niño a que se duerma, ya que durante el sueño no aparecen los mareos.
  • Una buena ventilación del coche es importante, así como evitar los olores fuertes; por supuesto, también el humo del tabaco

González señala que en los viajes en coche, aparte de hacer la puesta a punto correspondiente, «las necesidades de los más pequeños deben ser la prioridad parando las veces que sea necesario bien, por lo que siempre debe calcularse el tiempo de viaje con mucha holgura». En cuanto al tipo de transporte, la experta explica que «cada niño es diferente y algunos se marean y otros no en diferentes medios de transporte». En algunos medios de transporte como por ejemplo en los viajes en avión, los cambios en la presión del aire pueden desencadenar dolor de oídos, sobre todo al despegar y al aterrizar. Para evitarlo se pueden hacer maniobras que ayuden a abrir la trompa de Eustaquio (un conducto que comunica el oído con la nariz) para que las presiones se igualen, como tragar saliva, beber, bostezar o masticar un chicle (esto último no en los niños más pequeños).

Una vez vomitan: ¿cómo actuar?

«Con las medidas preventivas, anteriormente citadas, se pueden atenuar el mareo y los vómitos», argumenta la experta. «En cualquier caso, hay que estar preparado para la posibilidad de que los niños vomiten durante el viaje, por lo que es aconsejable que dispongan de una bolsa o cubo de plástico a los que poder recurrir rápidamente si se da el caso», añade. Cuando los síntomas del mareo son intensos puede ayudar «el empleo de algún medicamento, aunque usado con prudencia y consultando antes a su pediatra».

El menor debe ir seguro en el coche

La forma de viajar más segura, sobre todo en los niños menores de 2 años, es hacerlo en el sentido contrario a la marcha.  En España, la ley obliga a usar un sistema de retención infantil, salvo excepciones, siempre en los asientos traseros. «El sistema de retención del grupo 0 y 0+ siempre ha de instalarse en sentido contrario a la marcha, pero a partir de los nueve kilos, con el sistema del grupo 1 puede ir en el sentido de la marcha. No obstante, por seguridad del niño, aunque no sea obligatorio, es recomendable llevar a los niños a contramarcha el mayor tiempo posible, explica González. «Hay que tener en cuenta», prosigue, «que en caso de accidente, si el niño no está bien sujeto, sale proyectado y se golpea contra el interior del coche con una fuerza mucho mayor a la de su propio peso. Esta fuerza es capaz de producir lesiones graves o mortales. Cabe recordar que los accidentes de circulación son una de las primeras causas de fallecimiento infantil en los países desarrollados».

Pasarlo bien

Las vacaciones son un tiempo en el que los niños y adultos tienen tiempo para compartir y disfrutar juntos. «Unos pocos consejos para esos días serán de utilidad, en cuanto al ocio, y prevención de aspectos como seguridad, protección solar, seguridad en el agua, etc. Para los niños es muy importante pasar mucho tiempo jugando al aire libre en la playa, piscina o montaña», concluye. En verano, los padres son padres y también monitores de tiempo libre. A disfrutar del verano.

Otras cosas a tener en cuenta cuando se viaja con niños

A la hora de emprender un viaje, en cuestiones de salud, conviene llevar a cabo una serie de medidas preventivas, y contar con botiquín es propiado. Este debe contener:

  • La tarjeta sanitaria, la cartilla de vacunaciones e informes médicos de relevancia. «Para viajes al extranjero dentro de Europa hay que solicitar con antelación la Tarjeta Sanitaria Europea. En otros casos, es importante conocer los conciertos con otros países que pueda tener su seguro privado, o bien contratar un seguro de viaje adecuado».
  • En los viajes internacionales hay que tomar precauciones, como revisar el calendario vacunal y prevenir accidentes y enfermedades.
  • Botiquín básico: antiséptico, gasas, tiritas, termómetro, analgésico/antitérmico.
  • Protector solar, gafas de sol, sombrero.

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