Hoy es ya Halloween,  una de las noches más brujas del año y algunos padres no saben cómo disfrazar a sus hijos. No hay de qué preocuparse, sin necesidad de recorrer todas las tiendas de disfraces de la ciudad, tus hijos podrán disfrutar con los trajes más sorprendentes hechos por ti mismo. Solo son necesarias unas tijeras, materiales sencillos, maña y algo de paciencia. La araña, el vampiro, la momia o la bruja son algunos de los personajes que más triunfan entre los más pequeños. Aquí te hacemos algunas propuestas de disfraces para Halloween:

Momia

Disfraces caseros para niños en Halloween 2016

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Es un disfraz sencillo para el que se necesita una sábana vieja, papel higiénico, pintura blanca, gasas y pegamento. Se trata de poner sobre la sábana blanca los trozos de papel higiénico en forma de tiras y compactarlo todo. Con el detalle final de la pintura de cara tu hijo tendrá un aspecto de lo más terrorífico.

Araña

Disfraces caseros para niños en Halloween 2016

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La ropa completamente negra es fundamental. Unas medias opacas de mujer o unos calcetines oscuros donde meter los brazos pueden servir como patas, siempre bien rellenos de algodón para conseguir un efecto abultado. Como complemento, se puede agregar al look un gorro, unos guantes negros e incluso antenas. Para completar el disfraz, un acompañante puede hacer de tela de araña con un sencillo poncho de papel.

Bruja

Uno de los disfraces más comunes en Halloween para las niñas. El traje consiste en un tutú del color que se prefiera, un gorro de bruja (hecho con un cono de gomaespuma, tijeras y pegamento) y unos leggins y camiseta negra. Sería ideal completar el disfraz con una de las típicas escobas de las brujas de las películas infantiles.

Vampiro

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Mypoppet.com.au

Para disfrazarse de chupasangre en Halloween la caracterización es sencilla: pantalones negros, camisa blanca, chaleco rojo y zapatos negros. La capa debe ser negra y no deben faltar unos puntiagudos colmillos. En cuanto al rostro, es aconsejable llenarlo de pintura blanca y la boca debe cubrirse con pintura roja para simular algo de sangre. Más fácil todavía resulta transformarse en murciélago gracias a unas sencillas alas que requieren una sola costura. Y para extra torpes: el mismo patrón usando una bolsa de basura y grapas.

Fantasma

Disfraces caseros para niños en Halloween 2016
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Tanto para niño como para niña sería ideal poder disponer de una camiseta blanca XXL, pegamento, tul blanco y fieltro negro. La camiseta cubrirá el cuerpo del niño y el tul blanco hará un gran efecto al caer debajo de los brazos cuando los levante para dar un susto. Los complementos ideales serían un antifaz negro y unas gafas del mismo color elaboradas con el fieltro. Para completar pueden usarse calcetines a rayas negras y blancas.

Eduardo Manostijeras

Disfraces caseros para niños en Halloween 2016
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Será preciso una sudadera y guantes de color negro que servirán para hacer la vestimenta y sobre eso se colocarán correas y cadenas para dar un aspecto de lo más temible. Lo esencial para este disfraz de Halloween son los cuchillos y tijeras de plástico que se colocarán con unos guantes sobre las manos del niño para lograr un aspecto lo más idéntico posible al personaje. El maquillaje puede ser pintura de cara blanca y para el contorno de los ojos marrón oscuro.

http://elpais.com/elpais/2016/10/28/mamas_papas/1477665498_258464.html

En un extremo de la oficina 3-208 del MIT hay un gran escritorio de madera. Un globo terráqueo de un metro de altura, un tablero de ajedrez, un ordenador iMac y una chimenea aún sin encender lo rodean. En su superficie reina el orden: agendas abiertas, fotografías familiares y sobres, todos simétricamente alineados, comparten espacio con un pequeño cartel que revela al propietario temporal de este lugar. “Reserved for the President”, dice. Aunque, en verdad, debería decir “Reservado para el Presidente”.

Desde que asumió en 2012 como el presidente número 17 del Massachusetts Institute of Technology, en Cambridge, Estados Unidos, el venezolano Rafael Reif (Maracaibo, 1950) levanta la bandera de la diversidad y colaboración internacional en la mejor universidad del mundo por quinto año consecutivo, según el ránking de la compañía británica Quacquarelli Symonds.

Valoramos la inteligencia, la pasión, la curiosidad. Es una lástima que solo tengamos 11.000 alumnos y mil postdoctorados

“En el MIT tenemos personas de 152 países. Casi un 80% de las naciones del planeta están aquí representadas. Tenemos una historia de 155 años de descubrimiento, creación de conocimiento e innovación. Somos un ejemplo para el mundo”, dice este ingeniero eléctrico, pionero en la microelectrónica, autor de cinco libros, tutor de 38 tesis doctorales, con 15 patentes registradas y 350 papers científicos.

Como una torre de Babel moderna, de los actuales 11.331 estudiantes de este instituto cuyo lema es “Mens et Manus” (“Mente y mano”), unos 3.828 son internacionales. Y de ellos, 72 españoles.

Pregunta. Por las aulas del MIT han pasado 85 premios Nobel, gigantes intelectuales como el lingüista Noam Chomsky, el físico Richard Feynman, el astronauta Buzz Aldrin, el matemático Norbert Wiener y Bill Gates. ¿Cómo es ser el presidente de esta comunidad científica internacional?

Respuesta. Es el trabajo más divertido del mundo. MIT es esencialmente una meritocracia. Lo que tratamos de hacer es atraer a las criaturas más inteligentes del planeta. Tienen mucho y nada en común al mismo tiempo: son muy talentosos e inherentemente apasionados.

P. MIT podría considerarse la capital geek de la Tierra. ¿Cómo es el proceso de selección de los alumnos?

Es un ambiente muy competitivo en el que los estudiantes tienen que estudiar y aprender a trabajar en equipo. Es un estilo de educación no basado en la competición sino en colaboración

R. Buscamos a los diferentes. En cada escuela hay una niña o niño distinto en un rincón, desarmando algo. Esos son quienes aplican a MIT. No son los populares, son los niños diferentes, los que se divierten viendo cómo funcionan las cosas. Yo era así. Una vez que llegan aquí sienten por primera vez que pertenecen a algún sitio, que hay otra gente como ellos. Eso hace a MIT un lugar intelectualmente explosivo, único. Atraemos a las mejores mentes de España, China, India, Alemania, Corea, Francia, Brasil, México, etcétera. Valoramos la inteligencia, la pasión, la curiosidad. Es una lástima que solo tengamos 11.000 alumnos y mil postdoctorados. Me gustaría poder acoger a más pero no podemos si queremos mantener la calidad. Por eso implementamos estrategias de aprendizaje en línea como los cursos en MITX  y edX.org.

P. Aquí, sobre la chimenea, tiene una fotografía del arquitecto Robert Robinson Taylor [primer afro-americano graduado en el MIT en 1888] y otra de las primeras promociones de mujeres en 1876. ¿Cómo de importante es la diversidad en el instituto?

R. Es crucial. A diferencia de otras universidades que incentivan la homogeneización, MIT es como el arca de Noé: es un ambiente basado en la diversidad. Es un lugar muy especial por su cosmopolitismo, por la convivencia entre culturas diferentes. Puedo contarlo desde mi propia experiencia. Luego de graduarme en la Universidad de Carabobo, vine a Estados Unidos para conseguir un doctorado. A comienzos de los ochentas, fui a Stanford. Mi objetivo era volver a mi país y ser un profesor universitario. Luego me invitaron a venir aquí a MIT y no me pude ir.

P. ¿Y no hay roces por las diferencias culturales?

El rol de la universidad para las próximas décadas es el de enseñar no solo habilidades científicas y técnicas para hacer al mundo un lugar mejor sino también educar para comprender la naturaleza humana

R. Curiosamente, se desvanecen. La convivencia funciona porque estudiantes e investigadores trabajan en proyectos que son más grandes e importantes que ellos mismos. Hay estudiantes turcos trabajando con profesores griegos. Y laboratorios con investigadores de Pakistán e India, de Israel y Palestina. Cuando trabajan juntos, los sesgos son puestos a un lado. Con los años aprenden a respetar a personas de distintos países por lo que aportan. Es un ambiente muy competitivo en el que los estudiantes tienen que estudiar y aprender a trabajar en equipo. Es un estilo de educación no basado en la competición sino en colaboración. Aprenden a respetar a sus pares por lo que son. MIT es la prueba de que es posible. “Vayan y hackeen el mundo”, les digo en cada ceremonia de graduación. Porque así debe ser el planeta: una comunidad diversa trabajando junta, en un unión, en grandes temas. Debemos usar la cooperación y el talento para solucionar los problemas más importantes de la actualidad.

P. El mundo en el que nació MIT es distinto al mundo actual. ¿Cuál es el rol que juega este instituto en el siglo XXI?

R. Hace más de 150 años, la misión de MIT era preparar a la gente para conseguir un buen empleo y para ser un buen ciudadano. Era necesario alimentar la revolución industrial y avanzar en el conocimiento para ayudar a la economía de los Estados Unidos. Lo que MIT comenzó a hacer hace algunas décadas, en cambio, es utilizar ese conocimiento para solucionar grandes problemas actuales. Ese ha sido el mantra de MIT en los últimos 30 o 40 años. El rol de la universidad para las próximas décadas es el de enseñar no solo habilidades científicas y técnicas para hacer al mundo un lugar mejor sino también educar para comprender la naturaleza humana. Nuestro rol en el siglo XXI es identificar qué necesita una ciudad, un estado, un país. Y trabajar en eso.

La humanidad se enfrenta a desafíos urgentes, retos cuya solución dependerá de unir las avanzadas capacidades técnicas y científicas

P. A comienzos de 2016, el MIT lanzó la Campaña por un Mundo Mejor para potenciar áreas como el estudio del cerebro, la búsqueda de exoplanetas y la exploración de soluciones viables contra el cambio climático. ¿Por qué?

R. La humanidad se enfrenta a desafíos urgentes, retos cuya solución dependerá de unir las avanzadas capacidades técnicas y científicas con un profundo entendimiento de las complejidades políticas, culturales y económicas del mundo. Pusimos en marcha la campaña para acelerar el cambio. Creo que en el siglo XXI las universidades deben ser líderes.

P. MIT ocupa un lugar importante en la cultura popular. En la ficción, Tony Stark, Iron Man, es graduado del instituto. ¿Qué rol juega la imaginación en la actividad científica?

R. Es la clave. Lo que aprenden aquí los estudiantes es que el límite de lo que podemos lograr está marcado por nuestra imaginación. El poder del cerebro humano trabajando colectivamente es enorme. Los niños al crecer son muy curiosos. Tienen una imaginación muy vívida hasta que ingresan a la escuela y allí su imaginación es aniquilada. En MIT resucitamos esa fuerza. Necesitamos cambiar la enseñanza tradicional en las escuelas para no asesinar la imaginación.

http://elpais.com/elpais/2016/10/06/ciencia/1475765599_582243.html?id_externo_rsoc=TW_CC

Si te falta tiempo para la lectura o te cuesta comprender lo que lees, estos tres secretos pueden ser la solución. Para leer y aprender más en menos tiempo, con mejor comprensión y memoria.

La velocidad promedio de lectura varía, pero un lector lento tarda, normalmente, un minuto para leer una máxima de 100 palabras.

Ese tipo de lector nunca conseguirá leer completamente la Biblia o “El Quijote”. E incluso con libros mucho más cortos caería en el aburrimiento mucho antes de meterse en la historia.

La velocidad promedio de un adulto en Europa y América es alrededor de 200 palabras y alguien que se considera un buen lector, generalmente descubre que lee alrededor de solamente 400 palabras por minuto.

Aunque es cuatro veces más rápido que el lector lento, todavía hay mucho margen de mejora.

¿Cuál es tu nivel de lectura?

¿Eres un lector lento, promedio o rápido? Haz ahora nuestro test de lectura y comprensión para saberlo.

Pincha aquí para comenzar el test

Casi todos tenemos el potencial para leer 1.000 palabras por minuto con muy buena comprensión y el récord mundial alcanza las 4.700 palabras por minuto.

Si te dedicas a una profesión en la que necesitas absorber grandes cantidades de información de forma rápida (libros, informes, artículos, blogs, emails, …) o si eres un estudiante que se prepara para los exámenes, lo que necesitas saber son algunos métodos de lectura y comprensión ágil.

Incluso si estás leyendo para aprender algún tema en general, tú seguramente desearás conseguirlo tan rápido como sea posible para poder seguir adelante con el siguiente tema.

La vida es demasiado corta como para desperdiciar el tiempo y hay mucho que aprender.

Los 3 secretos que te mostraré a continuación deberían ayudarte con esto.

¿Qué es lectura ágil?

Es mucho más que leer rápidamente.

Aunque suena contradictorio, la lectura lenta no ayuda a la comprensión ni a la concentración.

El cerebro funciona mejor cuando se le permite trabajar con rapidez.

Con el entrenamiento adecuado, tus ojos son capaces de escanear una página rápidamente, mientras el cerebro va tomando grupos de palabras y es capaz de hacer frente a su significado.

En otras palabras, el cerebro comprende conceptos e imágenes en lugar de palabras individuales.

Así que, no es necesario que fijes la vista palabra por palabra porque el ser humano puede leer agrupando palabras y a medida que va avanzando hasta renglones enteros con una sola fijación.

Como ejemplo práctico del uso de la lectura ágil, están esos exámenes de opción múltiple que se deben presentar para ingresar a algunas universidades en ciertos países. Como por ejemplo la Selectividad en España, las pruebas ICFES en Colombia o el PSU en Chile.

Puedes encontrarte, por mencionar un ejemplo, con un examen de 200 preguntas para responder en dos períodos de tres horas.

El patrón hecho para cada pregunta toma generalmente cerca de una hoja de papel A4.

Así que los hechos deben ser absorbidos, las áreas identificadas y las respuestas seleccionadas en aproximadamente 90 segundos.

No hay otra opción. Con el fin de pasar el examen, los candidatos tienen que leer y comprender rápido.

Los secretos que te enseñaré a continuación son parte de las técnicas de lectura ágil.

El arte de la lectura ágil es algo que se puede dominar con un poco de aplicación y práctica (es más fácil de lo que podrías pensar).

De verdad que te puede sorprender.

¿Cometes estos errores al leer?

Descarga nuestra guía gratuita que te ayudará a descubrir y solucionar tus errores de lectura. Podrás leer y comprender más rápido para ser más productivo, aprender más y tener más tiempo libre.

Pincha aquí para descargar la guía

Secreto nº 1: Investiga el autor

Leer es entrar en comunicación con los grandes pensadores de todos los tiempos.

Leer es, entre otras cosas, establecer un diálogo con el autor, comprender sus pensamientos, descubrir sus propósitos, hacerle preguntas y tratar de hallar las respuestas en el texto.

Si no sabes nada del autor o autora del libro que estás a punto de leer, recomiendo que busques información sobre él o ella en Internet. Investiga a qué se dedica, cuál es su intención con el texto, sobre qué quiere convencer y las posiciones que defiende.

De esta manera conseguirás la sensación de que el autor te está hablando directamente. La comprensión a la que llegas durante la lectura se deriva de tus experiencias acumuladas, experiencias que entran en juego a medida que decodificas las palabras, frases, párrafos e ideas del autor.

Leer supone reconocer que el texto es un instrumento cultural, con valores y situado en una época histórica. Es decir, que su autor no es una persona neutra, sino que tiene unos conocimientos, una cultura y unas intenciones que se plasman en el texto y que el lector debe llegar a interpretar.

Secreto nº 2: Skimming y Scanning

Skim es la acción de leer por encima, tratando de buscar una impresión general del texto.

Scanning es la acción de analizar un texto rápidamente sin leerlo por completo, para sacar información valiosa.

Se trata de irnos familiarizando con el texto. Es una herramienta que nos sirve para ir entrando en materia y calentar nuestros ojos y nuestro cerebro.

De este modo establecemos una idea general de lo que nos están hablando. Podemos y debemos detenernos en aquello que nos llame la atención. Las ideas que nos gustan y nos atraen del documento. Las imágenes que ilustran el libro. Los cuadros y gráficos, etc.

Supongamos que deseas leer un libro que acabas de adquirir.

En primer lugar, mira la portada y contraportada del mismo. Después la introducción, la tabla de contenido y define cuáles son los capítulos importantes.

A menudo, hay un resumen al final de cada capítulo. Léelo.

Lee los primeros y los últimos párrafos de cada capítulo.

Ahora examina todo el texto a vuelo de pájaro, picoteando la información. La habilidad para que de este picoteo derive la obtención de la visión de conjunto se obtiene mediante la experiencia y la práctica.

En esta etapa es posible que hayas ganado todo lo que querías saber de este libro en particular.

De lo contrario, tu cerebro tendrá una idea general del libro (un patrón), y la comprensión de la lectura será mucho más fácil porque el cerebro puede relacionar la información leída con este patrón.

Podemos realizar una voraz lectura del texto, sacando el máximo partido de un cerebro al cual hemos facilitado la absorción de información y la concentración y que ya sabe lo que le espera.

Existen personas que con esta técnica son capaces de obtener velocidades de lectura superiores a las 1.000 p/m con una capacidad de comprensión que nos sorprendería.

Secreto nº 3: Haz mejores preguntas

Para la comprensión de la lectura, el cerebro busca patrones. Intenta relacionar los conceptos que leemos con información familiar. Esto es porqué el secreto nº 2 funciona tan bien.

Pero algo todavía más poderoso son las preguntas. Si, al leer, tenemos una pregunta en mente, el cerebro busca la respuesta.

Antes de leer un libro con el fin de aprender algo, pregúntate qué quieres aprender. ¿Qué preguntas quieres que te conteste este libro?

Yo suelo apuntar estas preguntas en las páginas blancas que suele haber en el interior de la portada de un libro.

Aparte de preguntas específicas, todos tenemos preguntas inconscientes que nos hacemos todo el tiempo. Hay personas que siempre se preguntan “¿Por qué soy un perdedor?” y en cambio otras suelen preguntar “¿Cómo puedo tener más éxito?”.

El cerebro busca respuestas y siempre las encuentra. Todos tenemos una pregunta primordial que nos hacemos inconscientemente todo el tiempo. Esta pregunta es uno de los principales factores que determina nuestra calidad de vida.

Aplicamos este concepto a la lectura. Al leer o estudiar un texto difícil o aburrido algunos se preguntan “¿Por qué es esto tan aburrido?”. Otros se preguntan “¿Cómo puedo aprender esto más rápido y mejor?”

Estas preguntas hacen TODA LA DIFERENCIA.

¡No pierdas tu tiempo y energía trabajando duro programándote a la vez para fracasar!

Estos tres secretos son algunas de las herramientas de lectura ágil que te permitirán leer más libros, artículos, informes…. terminar antes con tu correo electrónico y ganar tiempo libre leyendo más rápido y reteniendo más de lo leído.

Vivimos en la era de la información y hoy en día la habilidad de aprender información rápidamente es lo que decide entre el éxito y el fracaso.

Ahora puedes hacer nuestro test de lectura ágil para determinar tu actual velocidad de lectura y comprensión. Después de hacer el test puedes ver un vídeo gratuito que te explica en más detalle qué son las técnicas de lectura ágil y cómo funcionan.

Fuente:

La confederación de familias de los centros públicos CEAPA reclama el apoyo de profesores y Gobiernos para que ninguno de los fines de semana de noviembre se pongan deberes escolares. Si ese respaldo externo no llega, CEAPA anima a los padres a secundar la primera huelga de deberes de España, similar a la que se convocó en Francia en 2012. “Queremos que desaparezcan de la vida de nuestros hijos”, pide. Cuatro comunidades tienen ya planes para “racionalizarlos”.

Los padres franceses fueron a la huelga contra los deberes porque había profesores que se saltaban una circular del Ministerio de Educación que los prohibía. En España, pedirlos depende de cada centro y hasta de cada profesor, aunque ya hay comunidades autónomas (como Canarias, Cantabria o Murcia) que han emitido recomendaciones para su “racionalización”. Madrid ha aprobado este jueves en la Asamblea regional una propuesta no vinculante para analizar los deberes en los centros de primaria públicos y concertados, informa Esther Sánchez.

Entre otras cuestiones, Madrid quiere analizar cuál es el tiempo máximo adecuado que se debe destinar por curso escolar. Una vieja recomendación estipula añadir 10 minutos al tiempo diario para las tareas conforme se avanza en los cursos: 10 minutos en primero de primaria, 20 en segundo…

La CEAPA, que integra 12.000 asociaciones de padres y madres, reclama que estas tareas se erradiquen totalmente. Y cree además que los chicos españoles dedican mucho más de lo que indica esa regla de los 10 minutos y también de lo que señalan los informes internacionales. Si la OCDE estimaba en 2012 que los chavales españoles tienen 6,5 horas semanales (por encima de las 4,8 horas de media en el resto de países), la confederación cree que en muchos casos son más de 10.

Una de cada cinco familias señala que sus hijos tienen dos horas y media diarias de tareas fuera de clase, según los datos preliminares de un estudio elaborado por la CEAPA con las respuestas de 1.748 padres y 472 menores, más del 90 % de pertenecientes a centros públicos. “La percepción generalizada es que cada vez hay más y se adelantan. Nos encontramos ya con niños de infantil que llevan tareas a casa”, explica José Luis Pazos, presidente de CEAPA, que añade: “Lo escolar tiene que quedar resuelto en la escuela”. La mitad de los padres encuestados creen que estas tareas afectan de forma negativa a su vida familiar. Y dos de cada cinco consideran que entran “a menudo” en conflicto con las necesidades de sus hijos.

La CEAPA ha iniciado una campaña con el lema En la escuela falta una asignatura: Mi tiempo libre y han lanzado una web. Las familias que quieran respaldar esa movilización para frenar los deberes en noviembre recibirán documentación para que su petición “tenga fundamento legal”. En esos documentos, según Pazos, se explicará al centro que el alumno lleva los deberes sin realizar “por decisión familiar”, con un justificante similar a los que entregan cuando hay una huelga educativa.

Fines de semana

“Los fines de semana es lo mínimo que se debería respetar”, valora Eva Bailén, la madre que en 2015 inició una campaña de recogida de firmas para la “racionalización” de estas tareas que hasta ahora ha recabado más de 215.000 apoyos.

“Es importante para que las familias vayan perdiendo el miedo y una buena manera de generar concienciación”, añade. Bailén empezó su protesta por la carga de tareas de su hijo mediano, al que acaba de cambiar de centro de uno público a otro privado sin deberes. A sus dos hijas —de 13 y 9 años y que siguen en el sistema público— no les suelen mandar mucho trabajo fuera del horario escolar. En cualquier caso, asegura, respaldaría la protesta.

Un 44% de padres, poco preocupados por el acoso escolar

Casi la mitad de los padres y madres de los centros públicos tienen «baja preocupación» por el acoso escolar en los centros educativos, según el avance de otro trabajo de CEAPA. Uno de cada cuatro considera que «siempre ha pasado» y uno de cada cinco cree que solucionarlo «solo forma parte de hacerse mayor».

La confederación, formada por 12.000 asociaciones, ha elaborado también cuestionarios para analizar el fenómeno del acoso escolar. Recibieron 3.253 con respuestas válidas en el primer semestre del año que han presentado al Ministerio de Sanidad, que también subvenciona este informe, del que han presentado los datos de avance. Solo dos de cada tres chavales acosados piden ayuda, según sus datos. Uno de cada tres acosadores también reclama apoyo para dejar de serlo.

El sentido del humor es uno de los recursos más valiosos y gratificantes ante la adversidad. Saber mantener el sentido del humor incluso en las circunstancias más críticas nos ayuda a mantenernos en pie, a no derrumbarnos.

Existe una la relación entre las emociones positivas y la capacidad de recuperación. Los estudios demuestran que mantener con vida a las emociones positivas frente a la adversidad facilita la flexibilidad de pensamiento y la resolución de problemas.

Afrontar la adversidad con humor

Una de las características esenciales de las personas resilientes es su sentido del humor. Las personas resilientes son capaces de reírse de la adversidad y hacer bromas con sus propias desdichas. Ante la adversidad, la risa es la mejor aliada de las personas resilientes porque contribuye a que se mantengan esperanzadas. Además, permite que su atención sea más global: registrando los aspectos negativos, pero también los positivos.

Mujer con humor

Mientras que algunas investigaciones indican que la resiliencia psicológica es un rasgo de la personalidad relativamente estable, una investigación sugiere que las emociones positivas protegen a esta especie de “fuerza escondida”. Esto no quiere decir que las emociones positivas sean simplemente un subproducto de la resiliencia, sino más bien que sentir emociones positivas durante las experiencias estresantes puede tener beneficios adaptativos en el proceso de afrontamiento del individuo.

Humor y salud

La risa es un poderoso antídoto contra el estrés, el dolor y el conflicto. Nada funciona más rápido o con más eficacia para equilibrar el cuerpo y la mente que una buena risa. El humor aligera las cargas, inspira esperanzas, te conecta con los demás y te mantiene centrado y alerta.

Las emociones positivas ante la adversidad también intervienen en los resultados fisiológicos. Por ejemplo, a nivel fisiológico el humor provoca mejoras en el funcionamiento del sistema inmunológico y el aumento de los niveles de inmunoglobulina A en la saliva. Este tipo de inmunoglobulina es un anticuerpo vital del sistema, que actúa como primera línea de defensa ante las enfermedades respiratorias.

Por otra parte, se ha encontrado que afrontar la adversidad con humor se asocia con una recuperación más rápida de las lesiones físicas. Además, reduce las tasas de reincidencia de enfermedades que requieran hospitalización en ancianos, así como la reducción de la estancia de un paciente en el hospital, entre muchos otros beneficios.

La gente feliz prosperan en la adversidad

Ante las dificultades y la adversidad solo hay dos opciones: crecer o padecer. Es cuestión de actitud. La gente feliz, con su actitud optimista y alegre, elige crecer. Esto puede parecer tan difícil de entender para muchos. Cambiar de actitud y plantarle cara al dolor no es fácil, pero es posible.

Flor de loto creciendo

Viktor Frankl escribe en su libro El hombre en busca de sentido: “Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino”. Estas palabras cobran aún más sentido cuando recordamos que Frankl estuvo varios años recluido campos de concentración nazis.

Como escribió Nietzsche, “el que tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo”. Siempre que tengamos una razón para seguir adelante tendremos de una fuente de la que sacar fuerzas. La gente feliz tiene un porqué, ha encontrado su razón, y afronta con humor y optimismo lo que le toca porque solo así puede mantenerse enfocado en su objetivo.

Cuando la adversidad golpea, podemos llegar a ser mejores. Podemos superarnos y crecer más allá, hacer cosas que nunca pensamos que podríamos hacer. La investigación ha demostrado que las personas felices realmente prosperan en la adversidad. Lejos de quedarse quietas, se apoyan en la esperanza, para ganarle terreno a la tempestad, ¿por qué no tú?

¿Cuál es la clave para que nuestros hijos esquiven las grandes dificultades de la vida y se conviertan en adultos satisfechos?

Convertirse en padre o madre pulveriza las prioridades anteriores. Incluso los que menos participan en su educación sacrificarían todo tipo de cosas por ver a sus hijos satisfechos, respetados y con buenos trabajos. En cuanto a la felicidad… parece tan complicada que a veces no nos atrevemos a esperarla para ellos. Al hilo de las declaraciones de Julie Lythcott-Haims, jefa en funciones de los alumnos de primer curso de la Universidad de Stanford, probablemente nos equivocamos.

La Universidad de Stanford es el sueño dorado de educadores y alumnos de todo el mundo. Solo los más escogidos pueden estudiar allí Humanidades, Ingeniería, Empresariales, Derecho, Medicina, Ciencias de la Tierra o Educación. En esta institución privada han enseñado 27 premios Nobel y sin salir de su perímetro podemos visitar un acelerador de partículas, un parque empresarial y un centro médico. Directamente relacionadas con ella han surgido empresas como Hewlett-Packard, Cisco Systems, Yahoo! o Google.

Sentimos que un chico no puede triunfar a menos que tenga un padre protegiéndolo y previniéndolo a cada momento, gestionando cada detalle.

En la charla TED que impartió el año pasado, reseñada recientemente por ‘Independent‘, Lythcott-Haims se centró en el estilo actual de la mayoría de los padres que tienen la suerte de criar en los países ricos. Según esta educadora, la moda predominante es intervenir demasiado en su vida y obsesionarse por los parámetros tradicionales de éxito, problemas que están empezando a arruinar la siguiente generación.

«Pasamos mucho tiempo muy preocupados por los padres que no se implican lo suficiente en las vidas de sus hijos, en su educación y crianza, y hacemos bien», dice Lythcott-Haims. «Pero, desde el otro extremo, también estamos haciendo mucho daño. Sentimos que un chico no puede triunfar a menos que tenga un padre o madre protegiéndolo y previniéndolo a cada momento, haciendo sombra sobre todo lo que le pasa, gestionando cada detalle y dirigiéndolo a un pequeño conjunto de universidades y carreras. Cuando criamos a los chicos así… y digo ‘criamos’ porque Dios sabe que yo también he caído en esta tendencia con mis dos hijos adolescentes, acaban teniendo una infancia que es como una lista de tareas«.

«Les damos comida, bebida, seguridad… y nos hacemos cargo de que estén en el mejor colegio. Y no solo el mejor colegio, la mejor promoción. Y no solo la mejor promoción, sino la mejor clase de la mejor promoción del mejor colegio».

Y no es solo allí. En España la situación ha cambiado mucho en las últimas décadas. Esos pequeños que pasaban tiempo en casa, o en la calle, disfrutando a su manera, que cambiaban solos los canales de la televisión y pasaban horas sin hablar con un adulto, ahora parecerían abandonados a su suerte. Algunos incluso llamarían a esos ratos  ‘perder el tiempo’, como si no fuera una ventaja vivir el tiempo así, como algo que no se puede ganar ni perder, como algo más que una lista de tareas.

Los pequeños de hoy desde los cuatro o cinco años tienen actividades extraescolares, se los estimula para que aprendan durante todo el día —jugar y entretenerse no se considera educativo en sí mismo— y sus padres se reúnen con los profesores constantemente para decidir lo que se está haciendo mal y decidir nuevas normas y rutinas «para hacerlos más independientes». Algo así como si los metiéramos en una cárcel para hacerlos más libres. Cada libro que leen y cada juego al que acceden está filtrado y monitorizado, y se mira con dureza a todo el que quita importancia al juego o prefiere quedarse en un discreto segundo plano.

Lo que tienen en común todos los padres que dan una buena educación a sus hijos (enlace a vídeo)

En palabras de la jefa de alumnos, «esperamos que nuestros chicos cumplan con un nivel de perfección que nunca nos hemos impuesto a nosotros mismos». Somos, dice, sus managers, sus secretarios, sus consejeros… Todo ese trabajo, exclama, «¡para que no la caguen, para que no se cierren puertas, para que no arruinen su futuro!». Es fácil ponernos en el lugar de ellos cuando, además, concluye sin aliento, hacemos todo esto para que entren en universidades en las que no admiten prácticamente a nadie. Y tiene razón. De hecho, muchos querríamos que nuestros hijos estudiaran en Stanford.

«Todo tiene que ser enriquecedor, se acabó el jugar por las tardes», explica. «Decimos que lo más importante es que sean felices, pero en cuanto llegan a casa lo primero que les preguntamos es si tienen deberes, y qué tal las notas«. Los niños sienten que el amor y la aprobación vienen de las puntuaciones que obtienen en el colegio. Se sienten, dice, como perros en una competición, tratando de correr más rápido, de saltar más alto cada día. ¿De verdad vale la pena? Se pregunta, y confiesa que los padres esperan poder fardar de los buenos colegios de sus hijos gracias a las pegatinas para el coche.

El éxito profesional en la vida viene de haber hecho tareas rutinarias de pequeños (la compra, ordenar la habitación…) y mejor cuanto antes empiecen

Lo que en el fondo les estamos diciendo es: «chaval, no creo que puedas conseguir todo esto sin mi ayuda«. Ese es el mensaje de toda esa protección y todo ese trabajo, y es más importante que la famosa autoestima que tanto buscamos para ellos. Les quitamos el ensayo-error, los sueños propios, las posibilidades de vivir su propia experiencia.

Otra afirmación que resultará revolucionaria para algunos: «El más amplio y transversal estudio que se ha hecho sobre seres humanos es el ‘Harvard Grant’. Concluyó que el éxito profesional en la vida, que es lo que queremos para nuestros hijos, resulta de haber hecho tareas rutinarias de pequeños (la compra, ordenar la habitación, poner la lavadora…) y mejor cuanto antes empiecen. El enfoque mental es: ‘hay un trabajo desagradable pendiente y alguien tiene que hacerlo: yo puedo. Voy a contribuir con mi esfuerzo al avance de todos’, y eso es lo que te hace prosperar en el trabajo».

Y para ella, el mismo estudio tiene otro hallazgo aún más importante: «La felicidad en la vida viene del amor. No del amor por el trabajo, del amor por las personas: el cónyuge, los compañeros, los amigos, la familia… Lo que la infancia necesita es que enseñemos a nuestros niños a amar».

Si has cometido la locura de ser padre, la próxima vez que alguien te diga que está siguiendo un nuevo método para que sus hijos (y no los tuyos) tengan éxito, y que la clave está en tal o cual materia o en tal o cual colegio exclusivo, ya sabes: puedes decirle que en Stanford lo tienen claro: lo básico es que pongan la mesa, que bajen a por el pan y que jueguen a su bola por pura diversión. Lo de toda la vida, vamos. Y si saca malas notas, quizá necesita un extra de amor.

Aprendemos en función de cómo percibimos la realidad y cómo la procesamos

Hay personas que se leen hasta la letra pequeña de los manuales mientras que otros se lanzan a pulsar todos los mandos para ver qué ocurre. No es ni bueno ni malo. Simplemente, nos da pistas de nuestra manera de aprender. Veamos los cuatro tipos de aprendizaje que existen para identificar cuál es el tuyo.

Quieres hacer un viaje con tu pareja y uno de vosotros necesita leer hasta el mínimo detalle sobre el sitio a donde vais, mientras que el otro se pone de los nervios porque preferiría lanzarse a la aventura. O en una reunión de trabajo un compañero no para de dar ideas sin concretar nada, mientras que a otro le agobia no trabajar en una sola. ¿Has vivido algo de esto? Si es así, bienvenido a los diferentes modos de aprender y a sus dificultades (y oportunidades).

En 1984 un profesor universitario, David Kolb, descubrió que los adultos tenemos distintas maneras de aprender que dependen de cómo percibamos la realidad y de cómo la procesemos. Hay personas que captan la realidad fundamentalmente a través de la experiencia y otros, creando teorías. Los primeros son más empáticos y tienden a hacer varias tareas al mismo tiempo (multiplicidad). Es más, si no lo hacen se pueden aburrir soberanamente. Los segundos prefieren centrarse en una sola tarea, se manejan muy bien en la teoría y se perderían con varias cosas al mismo tiempo (unicidad).

No todos captamos la información igual: algunos la procesarán si se ponen manos a la obra (acción) y otros si reflexionan sobre lo que observan (pensamiento).

Con respecto a la manera de captar la información, algunos la procesarán si se ponen manos a la obra (acción) y otros si reflexionan sobre lo que observan (pensamiento). Pues bien, las anteriores características definen los ejes de las maneras de aprender y de los cuatro estilos. Veámoslos con algo más de detalle:

Adaptadores o los “hacedores”

Difícilmente leerán un manual. Son el resultado de la multiplicidad y la acción. Prefieren trabajar rodeados de personas y se buscan la vida para conseguir recursos y alcanzar resultados. Les gusta asumir riesgos y saben adaptarse a las circunstancias. En una empresa abundan en los departamentos de ventas. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿cuándo?

Asimiladores o expertos en la conceptualización

Su estilo es opuesto a los adaptadores. Son extraordinarios creando modelos teóricos y definiendo claramente los problemas. Les interesan más las ideas abstractas que las personas, por lo que no es de extrañar que destaquen en el campo de las matemáticas o de las ciencias. En una empresa pueden estar en posiciones de investigación o de planificación estratégica. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿por qué?

Divergentes o los reyes de las mil y una ideas creativas

Todos tenemos un estilo de aprendizaje definido pero para desarrollarnos mejor personal y profesionalmente conviene estar con personas que nos complementen y cuyo estilo esté en el extremo del nuestro.

Disfrutan analizando los problemas en su conjunto y trabajando con personas. Son empáticos, emocionales y ocurrentes. No es de extrañar que lancen un sinfín de propuestas diferentes en una reunión. En este estilo se encuentran artistas, músicos y todos los creativos en el mundo de la empresa. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿y si…? o ¿por qué no?

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Convergentes o el poder de la aplicación en una sola cosa

Son los opuestos a los divergentes. Necesitan la aplicación práctica a las ideas para testar teorías o resolver problemas. Se pierden con muchas alternativas. Sin embargo, son excepcionales en situaciones donde haya un único camino para ser resueltas. Muchos ingenieros se enmarcan en este estilo de aprendizaje. Y la pregunta clave que necesitan contestar es ¿para qué?

Como es de imaginar hay personas cuyo estilo de aprendizaje está más marcado que otros como, por ejemplo, Sheldon Lee Cooper, protagonista de la serie The Big Bang Theory, quien es un asimilador total. Lo normal es que no sea así y que todos tengamos un poco de los cuatro aunque nos solamos sentir más cómodos con uno.

En definitiva, todos tenemos un estilo de aprendizaje que nos define más que otros y para desarrollarnos mejor en lo personal y profesional sería recomendable estar con personas que nos complementaran y cuyo estilo estuviera en el extremo del nuestro. Por ello, si eres de los que no lees los manuales, estáte cerca de quienes disfrutan haciéndolo (o viceversa). Porque más allá de este hábito, existe una manera interna distinta de percibir y de procesar la realidad que te puede ayudar a mejorar y a superarte a ti mismo en muchos otros ámbitos de la vida.

http://elpais.com/elpais/2016/10/10/laboratorio_de_felicidad/1476119828_530014.html?id_externo_rsoc=FB_CM

1. El nivel, medir la calidad

No todo encaja en un reloj, una balanza, un barómetro o una escala del uno al diez. No todo es fácilmente mesurable. ¿Cómo podemos saber si la educación en España es buena (o mala, como con toda probabilidad tendamos a pensar)? Uno de los intentos más establecidos es el informe Pisa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Aunque su aparición casi siempre provocaba algún temblor de piernas —nunca salimos bien parados—, el último deja visos de esperanza. Seguimos teniendo una tasa de jóvenes de entre 18 y 24 años que salen de las aulas con solo el título de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) anómalamente alta, un 19,7%, y no parece factible que se cumpla el objetivo de que en 2020 el abandono alcance un máximo del 15% (salvo las chicas, que rozan ya el 15,5%); pero en matemáticas, lectura y ciencia nos encontramos apenas debajo de la media europea e inmediatamente por encima de Rusia, Italia, Portugal o incluso Estados Unidos.

Niños navegando por Internet.
Niños navegando por Internet.

Otro estudio que cruza los dos informes que la OCDE elabora en torno a alumnos y a enseñantes extrae conclusiones claras: que un profesor tenga un título de doctorado importa 5,5 veces más que cualquier otra formación transversal que atesore; que haya pocos alumnos por aula influye 3,5 veces más que la posibilidad que éstos tengan de utilizar durante el aprendizaje nuevas tecnologías. Difícil, desde luego, en un país que entre 2012 y 2014 perdió 24.248 docentes, según el Ministerio de Educación, y los va recuperando con parsimonia.

2. La factura, lo que se llevó la crisis

El gasto educativo ha caído en 8.920 millones y desciende a niveles de hace 25 años. El dinero que destinan las Administraciones ha pasado de 53.895 millones a 44.974, mientras que el número de alumnos ha subido un 7,7%. Del total del PIB, tan solo un 3,89% está previsto que vaya en 2016 para educación, un punto menos de lo que ya en 2012 el resto de países de la OCDE asignaba de media. Los mayores recortes afectaron a formación de profesores y a educación compensatoria para alumnos rezagados, lo que ha agravado la desigualdad en un sistema que ya recibió el enésimo tirón de orejas por los muchísimos estudiantes que repetían curso y que se descolgaban y perdían el interés.

Madre comprando material escolar.
Madre comprando material escolar. Paco Puentes

Para las familias, para cada hogar, por cada hijo o hija que asista a clase, el comienzo de curso supondrá un gasto de entre 125 y 500 euros, según estimaciones de las principales federaciones de padres. Estas cantidades no contemplan nada más que los propios libros y material escolar. El cálculo de cuánto sería el total es complejo, depende de demasiadas variables, si están matriculados en una escuela pública o privada, la Comunidad Autónoma en que residan, si llevan uniforme, pero en todos los casos el gasto mayor en el que incurren es ese de los libros de texto y material escolar. Justo al contrario que en el resto de países europeos.

3. Reválidas o un futuro que se parece a 1970

La educación en España: radiografía en 10 claves

Por primera vez desde 1970, medio millón de alumnos de 4º de ESO y 2º de Bachillerato tendrán que afrontar sendos exámenes externos y nacionales que corroboren que han aprendido lo que se supone que debían aprender. Si no aprueban, pierden el derecho a obtener el título. A lo largo de 2017 serán todavía un ensayo, a partir de 2018 contarán para sacarse el diploma. Sólo cinco países de la UE (Portugal, Rusia, Italia, Estonia y Malta) hacen unos tests semejantes en la educación obligatoria, otros ocho los utilizan para cerciorarse de que se cumplen los currículos, aunque no son vinculantes.

Más del 80% de la comunidad docente, los principales sindicatos y hasta las asociaciones de directores de instituto rechazan las reválidas de plano. Aducen que pueden expulsar a chicos tras cuatro años de estudio, que en tiempos de potenciar el aprendizaje continuo se vuelve a caer en el riesgo de enseñar a pasar un examen en vez de adquirir conocimientos y habilidades, como ya ocurre de hecho con la Selectividad. Jugársela a una carta, con lo que ello conlleva, y minusvalorar el día a día.

4. Los deberes, llevarse trabajo a casa

Las clases no pueden servir para corregir los ejercicios hechos en casa, explicar entre uno y otro la teoría y mandar una lista nueva de tareas, a continuación. De acuerdo, ¿no? Obvio. Hemos dejado atrás la era de las lecciones magistrales, ¿verdad? Según la OCDE no deberíamos estar tan seguros. Los estudiantes, incluso aquellos que tienen un rendimiento menor —y sin que se haya observado que sirva para mejorar— pasan 4,7 horas semanales resolviendo deberes. Una y media más que el resto de Europa. La confederación de familias de la pública, la Ceapa, inició antes del verano una cruzada que pretendía evitar que los centros encomendaran tareas en los meses de descanso a los niños y seguirán ahora persiguiendo lo que designan una “racionalización de los deberes fuera del horario lectivo”. La práctica hace al maestro, dice el refrán, y tal vez el tiempo de las clases no sea suficiente, pero el debate de qué hacer con los deberes está abierto.

La educación en España: radiografía en 10 claves

5. Los horarios, los largos veranos

Cantabria estrena un calendario a la francesa: cada dos meses lectivos, una semana de vacaciones. Recortan 15 días del descanso estival y eliminan los exámenes de septiembre. El propósito es instaurar un modelo con cinco bimestres y períodos de evaluación más llevaderos. De esta forma ya antes de Navidad los profesores tienen la oportunidad de corregir los desequilibrios que encuentren y encauzar el rumbo de quien los sufra. Ramón Ruiz, que antes de ser consejero de Educación fue maestro, estima que mejorarán el rendimiento. El consejo de pedagogos no ve más que subjetividades y ningún argumento sólido para defender la medida, los padres se quejan de que nadie les consultó y se preguntan, lógicamente, cómo van a conciliar ahora sus trabajos con el tiempo libre de sus hijos. ¿Qué van a hacer durante esas semanas los niños?

Niños haciendo cola a la puerta del colegio
Niños haciendo cola a la puerta del colegio Álvaro García

6. El bilingüismo, asignatura pendiente

Lentos, pero encaminados. Las próximas generaciones romperán el tópico y hablarán inglés al salir del colegio. La preparación del profesorado en universidades extranjeras, de Gran Bretaña, Estados Unidos o Canadá; la irrupción de auxiliares de conversación nativos en las aulas; y un cambio metodológico, que entre otras cuestiones, ha aumentado el número de horas lectivas semanales y ha posibilitado impartir algunas materias en inglés (salvo matemáticas, lengua y literatura), son algunas de las medidas aplicadas por la mayoría de las comunidades autónomas (cada una a su ritmo) para alcanzar el bilingüismo. Hablar perfectamente dos idiomas mejora también la capacidad para aprender. Lo dice un estudio conjunto del Ministerio de Educación y el British Council sobre la experiencia de 120 colegios públicos españoles en el que se constata, además, que tres de cada cuatro alumnos obtienen una nota de notable o sobresaliente en las pruebas externas del Trinity College o la Universidad de Camdridge. En Madrid, decana en la implementación de esta iniciativa, el gran problema fue la carencia tanto de profesores como de maestros en posesión de un certificado C-1. Un peligro, perceptible ya, es que los niños que acuden a colegios bilingües cuyos padres no hablan inglés se ven expuestos a otra brecha y se encuentran en inferioridad. ¿Quién les va a ayudar con los deberes?

7. Extraescolares o cómo tener la agenda ocupada

Niño tocando el piano.
Niño tocando el piano. GETTY

En España el 90% de los estudiantes de enseñanza obligatoria (de entre 6 y 16 años) realiza alguna actividad extraescolar. Más de la mitad de ellos está apuntado a dos o más a la semana. Los deportes (72,8%), seguidos por los idiomas (28,4), música o danza (24,9%), dibujo o pintura (22,3%) e informática (21,2%) son las actividades más frecuentes, según el Instituto de Evaluación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Si bien pueden ser de ayuda para que los niños aprendan a organizarse y adquieran disciplina, una sobrecarga puede llevar a hacerles sentir estrés y resultar contraproducente. ¿A qué les vas a apuntar este curso?

8. La filosofía pierde peso en el Bachillerato.

La LOMCE elimina la asignatura de Historia de la Filosofía de segundo de Bachillerato. Pero la movilización de intelectuales y docentes ha provocado que las comunidades reaccionen. Nueve regiones la han recuperado como obligatoria en el margen que les deja la ley. Esta disciplina también perdió peso en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Así, es posible que un alumno abandone la secundaria sin haber oído jamás hablar de Kant o Descartes.

9. Pública o concertada

Desde 2010, según el estudio Cuentas de la Educación en España 2000-2013, de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), las Administraciones han recortado la financiación por alumno de la escuela pública un 25% más que el de la concertada (privada subvencionada con fondos públicos). Mientras que en el País Vasco la mitad de los menores estudian en colegios con concierto, en Castilla-La Mancha sólo un 14,6% los prefiere a los públicos. En Valencia la polémica concita un enfrentamiento entre el PP, que acusa a la Generalitat de querer erradicar la concertada, y PSOE y Compromís, que aseguran que los anteriores gobiernos la favorecieron injustamente. El Tribunal Supremo avala el cierre de aulas solo cuando el descenso demográfico provoque que la ratio profesor/alumno se quede por debajo del límite legal y haya plazas en centros públicos. Entre tanto, más allá del derecho de los padres a elegir a qué colegio llevar a sus hijos, sigue resultando imposible detectar o juzgar si un modelo es mejor que otra para ellos.

10. El papel del profesor y su evaluación.

Profesor repartiendo un examen.
Profesor repartiendo un examen. Carlos Rosillo

Todos los partidos dicen estar de acuerdo en la necesidad de reformar la educación, empezando por el camino que siguen los profesores hasta que lo son, su formación. Pero ninguno sabe cómo. Mientras, las aulas españolas continúan siendo como la caja negra de un avión: toda la información está dentro, pero es imposible conocerla desde fuera. Este ejemplo citado por un director de instituto es muy ilustrativo: un 36% de los profesores en España jamás ha sido supervisado ni ha permitido que otro profesor asista a una clase suya. Ese índice, en el resto de Europa, es de un 9%. En algunos países de las pruebas estandarizadas externas, como son ahora las nuevas reválidas que incluye la LOMCE, depende un complemento del salario de los profesores.En España el colectivo docente se ha mostrado reacio a que les evalúen desde fuera. La razón principal de que Finlandia sea Finlandia, el mito cien veces aclamado, el sistema educativo que todos quieren imitar —casi siempre sin intentarlo— son sus profesores, su capacitación y el respeto reverencial que se les profesa. Algo hay que hacer aquí para cerciorarnos de que la educación de nuestros hijos es la mejor de las posibles. Pero, ¿qué?

Con la llegada de septiembre, reviven esos instrumentos teóricamente destinados a hacernos la vida más fácil, pero que a veces se convierten en una pesadilla: los grupos de Whatsapp del colegio. Dos redactoras, una aún entusiasmada con sus posibilidades, y otra, ya escaldada tras varios años y varios grupos, cuentan en primera persona sus ventajas y peligros. ¿Cuál es tu experiencia con estos grupos?

«Bendito WhatsApp, sientes que no estás tan sola». Gema Lendoiro

En esto de la maternidad lo que mejor se me podría aplicar es el donde dije digo, digo Diego. Que yo antes de embarazarme por primera vez tenía un decálogo de educación tipo señorita Ronttenmeier. Así que me parecían soberanas tonterías las prácticas de muchas mamás sobreprotegiendo a sus retoños. Mis hijos no verían la tele hasta los seis años (como mínimo), no les dejaría ser consentidos y me obedecerían a la primera. No había cumplido la primera ni los tres meses cuando ya la dejaba en la hamaca mirando Pocoyó para que yo pudiera trabajar.

Sigo en esas y, a medida que pasan los años, voy dándome cuenta de cuán contradictorios podemos llegar a ser en el difícil arte de la coherencia. Lo reconozco, me van pudiendo las circunstancias. La mayor ha terminado Infantil y hasta ahora pertenecer al grupo de WhatsApp del cole, francamente ni me aportaba ni me dejaba de aportar. En Infantil no pasa nada si un día no la llevas al cole y te regalas una jornada de achuchones en pijama mientras llueve ahí fuera. En infantil no hay libros, no hay deberes, es el paraíso para los niños…y para los padres. Pero claro, llega Primaria y la cosa se pone tensa. Bendito WhatsApp del cole donde al menos sientes que no estás tan sola en todas las preguntas.

Empezó a arder ya a finales de junio con múltiples preguntas. Se fue relajando en julio. Entró en coma profundo en agosto, pero la última semana resucitó cual ave Fénix y estábamos todas ya entrando en barrena porque no sabíamos ni por qué puerta debíamos entrar (hay varias). La reunión para nuevos padres aclaró poco la cosa salvo que quedó claro que siempre hay algún despistado que va más relajado que tú. A tres días de comenzar el cole, un padre repanchingado levantó la mano y preguntó que dónde se podía comprar el material escolar y los libros. Obtuvo una silenciosa ovación cerrada de algunas de las allí presentes. Eso es tener cero histerismos y lo demás son tonterías. Solo le faltó preguntar que dónde se podía comprar el uniforme (en el colegio no se usa).

Tienen mala fama los grupos de WhatsApp del cole, pero a mí me parecen de lo más útiles. Especialmente, cuando das el salto de la escuela infantil, donde todo es mucho más asequible y humano, y te lanzas a dejar a tu retoña en esa puerta gigantesca del colegio para que ella sola acuda andando a su clase. Sí, sí, solo son 500 metros y todo está vallado, pero da cosita verla tan pequeña asumir esa responsabilidad.

Además, no hay un único grupo. Está el genérico del cole, el de la clase, el de las actividades extraescolares, el de las mamás afines, y eso, en mi caso, multiplicado por dos que son el número de hijas que tengo. Así que estamos entretenidos. Eso sí, todos silenciados.

Puestos a verles desventajas, la única que le encuentro es que ahí, como en las redes sociales, es donde ves patente y clarito que tú no eres una madre tan entregada como te crees y siempre hay alguna que corre y salta las vallas mucho mejor que tú y, además, ni siquiera suda. Y eso duele en el orgullo. Ver cómo una madre ha probado hasta cuatro webs de cómo plastificar las etiquetas del material escolar hace que te quedes pensando qué tipo de irresponsable madre eres. Claro que, a los cinco minutos, ese come-come se me va. Al fin y al cabo, cuando yo era pequeña ni había Internet ni tutoriales ni etiquetas para el material plastificado ni nada. Por no haber no había ni grupos de WhatsApp y al final hemos sobrevivido, ¿no? Pues eso.

Nota de última hora. La profesora de mi hija se comunica con los padres a través de un cuaderno donde te deja notas que debes firmar. Además, los niños tienen un cuaderno donde su profesora le pega una pegatina con los “deberes” del día. Sí, sí, deberes. Poca cosa, hacerlo no alcanza ni los tres minutos…, pero hay que hacerlos. Resulta que ayer me enteré de que mi querida hija llevaba ya tres pegatinas y sin enterarse. Y, rauda y veloz, y como las locas que siempre he criticado, pregunté en el chat de la clase, fotografía de las pegatinas mediante, que qué significa lo que ahí ponía (está en francés y yo no entiendo). Y solo llegué al estado de nirvana cuando me lo explicaron, lo comprendí y se lo hice comprender a mi hija. Ya ven, si es que no se puede escupir hacia arriba. Para lo que he quedado…

«Asumes responsabilidades que son de tus hijos», Cecilia Jan

Tres hijos, dos colegios, cinco grupos de WhatsApp. Este es mi bagaje a día de hoy, con un hijo en 4º de Primaria, una en 2º y otra en Infantil de 5 años. Pese a que hay días en los que el bombardeo de mensajes es intensivo, no reniego de ellos, ni tengo intención de salirme. Pero sí me he dado cuenta de su peligro.

Por suerte, en los grupos en los que he estado ha habido siempre buen ambiente. No recuerdo piques, sí un par de incidentes graciosos por equivocaciones que convierten en públicos mensajes muy privados, pero no malos rollos. También, claro, tienen su utilidad. Es la forma de que las madres (en los cinco grupos en los que he estado, el número de padres ha oscilado entre uno y cinco) que no pueden hacer corrillo se mantengan en contacto y se enteren de cosas que, de otra forma, no se enterarían. Al contrario que a mi compañera Gema, me parece que esto es más útil en Infantil, porque depende del niño, pero hay muchos que a esa edad aún no cuentan gran cosa en casa, y mucho menos se acuerdan de decir que hay que traer a clase cosas relacionadas con los celtas o la Prehistoria, como nos ha tocado a nosotros.

También son útiles para organizar y confirmar la asistencia a cumpleaños, organizar un regalo para el profe cuando se acaba el ciclo, preguntar si alguien se ha llevado por error la sudadera de tu hijo, pasar enlaces de algún artículo interesante, pedir prestado algún disfraz o cacharro infantil, o incluso regalar una camada de cachorritos. En fin, que es una red de seguridad y contactos para estos tiempos en los que estamos siempre corriendo del trabajo al cole, del cole a la extraescolar, y de la extraescolar a casa, y apenas paramos a charlar y a preguntarnos las cosas cara a cara. Y siempre hay alguna madre que se queda a sacar fotos de los críos cuando se van de excursión o hacen alguna fiesta en el cole y nos las manda para que las demás, desde el trabajo, podamos sonreír y pensar «qué monoooooooos».

Lo malo es que a medida que crecen, estar en el grupo de Whatsapp te arrastra a implicarte demasiado en las responsabilidades de tus hijos, en detrimento de que ellos las asuman. El curso pasado, cambiamos a los dos mayores a un colegio sin libros de texto, deberes ni exámenes. En la clase del mayor, entonces en 3º, sólo llevaban para casa un libro de lectura con su ficha quincenal, y de forma alterna, otra ficha de redacción (una carta, una receta, un cuento, etcétera), también quincenal. Es decir, que cada viernes solo había que entregar una ficha, además de hacer un listening de Inglés en casa todos los miércoles, y de vez en cuando, buscar información para algún proyecto o hacer un mural para exponer en clase. Aún así, había días en que el Whatsapp echaba humo. No quiero ni imaginarme cómo hubiera sido con deberes de dos o tres asignaturas a diario y exámenes cada mes o dos meses, como tienen la mayoría de niños de esta edad.

Ese curso, se promovió desde el colegio el uso de agenda por parte de los niños. Así que cada uno traía, en teoría, apuntado lo que había que hacer con su fecha de entrega. Pese a ello, algunos, incluido el mío, se despistaban a veces, normal con 8 y 9 años, y perdían la hoja, o no lo habían apuntado bien, o se les olvidaba. ¿Y qué pasaba? Whatsapp al canto. «Fulanito dice que hay que hacer una redacción. ¿Para cuándo es? (carita con sudor en la frente)». Suficiente para activar el modo histeria. Tu hijo aún no te ha comunicado que tiene que hacerla. ¿Se le habrá pasado? ¿Se habrá enterado?

– David, ¿tienes que hacer una redacción?

– Ah, sí, es para dentro de dos viernes.

Respiras aliviada. No está tan despistado como creías. Puedes incluso contestar a la madre del que sí lo está con cierto orgullo de saber la fecha (carita sonriente con guiño). Pero si la respuesta es negativa, ¿qué haces? Claro, mandar un Whatsapp: «Mi hijo tampoco se ha enterado (carita de lamento). ¿De qué es? ¿Cuándo hay que llevarla?».

El miedo a que no cumpla y a que el profesor se lo tenga en cuenta y le ponga mala nota hace que nos acabemos inmiscuyendo en el curso natural de las cosas: esto es, a que el día de la fecha de entrega, el propio niño se dé cuenta de que todos los demás han hecho el trabajo, y o bien el profesor le llame la atención o él mismo se sienta avergonzado. Y para la próxima tarea, probablemente, pondrá más atención o tendrá más cuidado. Que era lo que nos pasaba a nosotros cuando éramos niños.

Pero es difícil resistirse a la tentación de prestarle una pequeña ayudita al hijo olvidadizo. Solo hay que mandar un mensajito con el móvil, y en un par de minutos, tienes la foto de la ficha que hay que rellenar y el día en el que hay que llevarla. Pero como escribía muy acertadamente Noelia López-Cheda en el artículo Me niego a ser la agenda de mi hija por WhatsApp, que se hizo viral hace un par de años, «lo que conseguimos siendo las agendas o ayudantes particulares en todo momento de nuestros hijos son:

  • Niños que no asumen ningún tipo de responsabilidad para su edad.
  • Niños a los que les da miedo hacer cualquier cosa porque tienen nuestros ojos encima por si se equivocan, porque nosotros se lo vamos a hacer mejor.
  • Niños que prefieren poner la atención en otras cosas, porque para éstas “ya está mamá”.
  • Niños que cuando crezcan solo esperarán instrucciones y órdenes para empezar a actuar».

Así que este curso, me propongo (otra cosa es conseguirlo, carita con lágrimas de risa) una política de intervención cero en todo lo que tenga que ver con las tareas de mis hijos mayores.

Otros peligros de los grupos de Whatsapp del colegio, que yo no he vivido, los contaba esta profesora y madre en este artículo de Verne.

http://elpais.com/elpais/2016/09/13/mamas_papas/1473757658_386385.html

Muggels del mundo, ¡es vuestro momento! Los estudios Warner Bros en Londres serán el escenario para recrear la cena navideña del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Esta segunda edición se celebrará el 7 y el 8 de diciembre. Puedes comprar la entrada por Internet, eso sí, prepara 240 libras (unos 270 euros).

Cada persona (el evento solo acepta mayores de 18 años) puede comprar un límite de 9 entradas a partir del 6 de octubre 10:00 (hora británica), según explica The Independent. Pasea tu espírito navideño rodeado del universo creado por la imaginación de J.K.Rowling.

Vive una navidad mágica

Vive una navidad mágica

Warner Bros. Studio Tour London Facebook

La entrada incluye:

Una varita mágica a elegir de Harry Potter, Hermione Granger, Ron Weasley, Profesor Dumbledore y Voldemort

– Canapés de bienvenida

– Un menú de tres platos

– Tres bebidas

– Cerveza de mantequilla

– Tour por los estudios donde podrás descubrir los espectaculares escenarios de la saga: el Gran Comedor, el Callejón Diagon o el despacho de Dumbledore. Súbete a bordo del original Hogwarts Express

– Servicio de transporte de autobús desde Watford Junction: recogida a las 17:40 y salida de los estudios a las 00:00.

El menú tendrá opción vegetariana tanto para entrantes como en los platos principales. Consulta toda la información en la web oficial.

http://www.traveler.es/viajes/mundo-traveler/articulos/harry-potter-cena-de-navidad-hogwarts/9575